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CAPITULO 5. MANEJO DE LOS RECURSOS

Como ya hemos visto en el capítulo anterior, los recursos son los medios o elementos que se emplean en el proceso productivo. A veces se los llama “factores de producción”. También hemos considerado cómo el dinero es el común denominador de los recursos que nos permite cambiar un recurso por otro.

La actividad agropecuaria de una región o de un país es la suma de los esfuerzos de miles de productores individuales y distintos. Sin embargo, tienen algo en común, todos están tratando de satisfacer sus propios deseos por medio de la utilización de los recursos materiales que poseen. Esto implica el manejo de los recursos disponibles. El concepto de manejo es fundamental para la creación de empresas agropecuarias biológicamente y económicamente eficientes que serán sostenibles a largo plazo sin degradación del medio ambiente.

5.1. Manejo como un recurso

El conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas tanto físicas como intelectuales, de la persona que administra una explotación agropecuaria (dueño o empleado), representa el nivel de manejo aplicado. El manejo, o mejor dicho la habilidad de manejo, es difícil (pero no imposible) de comprar con dinero, pero es el recurso que determina cómo funciona el sistema entero.

El manejo tiene 3 papeles que están interrelacionados:

Por lo tanto, la tarea del manejo, (o la persona que maneja el sistema), es la de distribuir los recursos escasos entre los distintos usos posibles, para dar la mejor combinación según los deseos estipulados.

5.2. Objetivos y metas de manejo

Desde el punto de vista económico, el productor tiene que compatibilizar dos metas fundamentales que a veces parecen estar en conflicto. La primera, es la sobrevivencia económica de la empresa a largo plazo, y el segundo objetivo es la maximización de rentabilidad a corto plazo.

Además, debido a la íntima relación entre el productor pecuario, su familia, su casa, su tierra, sus animales, su orgullo y satisfacción personal, no es posible considerar las explotaciones agropecuarias como cualquiera otra actividad comercial o industrial. Por ejemplo, hay muchos ganaderos que podrían ganar más dinero vendiendo la finca y sus animales, depositando el capital en el banco, y vivir de los intereses, que vivir de su explotación pecuaria. No obstante, estos ganaderos siguen trabajando sus fincas porque les agrada la vida del campo y no quieren mudarse a la ciudad.

Algunos productores manejan sistemas de producción que a simple vista no son los más rentables y que podrían volverse más rentables si se combinaran los recursos fiferentemente. Un ejemplo clásico es el de los ganaderos que siembran pastos en partes de su propiedad donde sería factible producir cultivos de más alto valor. Si en la zona existen maquinarias, insumos y mercado que permitan estos cultivos, el no hacerlo representa una pérdida de venta potencial, y en términos económicos es ineficiente. Sin embargo, el ganadero tal vez tenga sus razones al no querer “complicarse la vida” con actividades adicionales a la ganadería. En este caso, el objetivo de explotar “sólo ganado” tiene mayor prioridad que la maximización de rentabilidad para el individuo. Sin embargo, después de satisfacer el deseo “sólo ganado”, es posible que el siguiente objetivo, en orden de prioridad, sea la maximización de la rentabilidad.

Entonces podemos decir, como regla general, que el manejo tiene la responsabilidad de planificar y administrar el sistema, para que los recursos disponibles trabajen conjuntamente de manera a satisfacer los deseos y objetivos tanto económicos y no económicos, del dueño de la explotación.

Cuando se planifica una explotación por un largo período futuro, a veces es necesario dejar de lado el objetivo de maximización de renta a corto plazo, para asegurar el buen desarrollo y crecimiento de la explotación. Esto no quiere decir que el objetivo de alta rentabilidad ha sido abandonado, sino que el énfasis es a largo plazo y con maximización de beneficios futuros. Por ejemplo, un ganadero quizás pueda comprar terreno de un vecino aún faltándole capital para aprovecharlo a corto plazo temiendo perder la oportunidad de comprar ese terreno específico en el futuro. Aunque esta acción resultaría en una disminución de la rentabilidad a corto plazo, esto toma menos importancia en comparación con las posibilidades de ganar aún más renta a largo plazo.

5.3. Escasez de recursos

Cualquier objeto o servicio de valor, automáticamente es sometido a las leyes de la economía comercial. Al descubrir que alguien está dispuesto a pagar para conseguir más de un determinado recurso, se establece su valor monetario, tanto para el vendedor como para el comprador. El precio en sí del bien varía según las relaciones entre oferta y demanda. En este sentido, y por definición, todos los recursos son escasos. Aún si hablamos de los recursos que son aparentemente gratis, como el aire, la radiación solar, las precipitaciones y el viento, existe escasez. En zonas áridas, falta agua y el ganado puede sufrir altos índices de mortalidad, durante períodos de sequía, mientras que en zonas pantanosas con 2500 mm de precipitación por año, la tierra firme es escasa y los animales corren el riesgo de morir ahogados debido a un exceso de lluvia.

En los países del norte de Europa, la radiación solar es escasa durante gran parte del año y los productores pecuarios tienen que invertir en edificios, hasta con calefacción artificial, para proteger a sus animales en invierno. Por otro lado, en el Medio Oriente, es necesario construir instalaciones con diseños esepciales para disipar el calor intenso producido por un exceso de radiación solar, en este sentido el recurso “sombra” es escaso.

Entonces debemos aceptar como regla general, que los recursos que requiere la industria agropecuaria son limitados. Los productores compiten uno con el otro para conseguir los recursos necesarios a cada uno de ellos. Obviamente, la escasez de terreno es importante en este respecto. Por ejemplo, si un ganadero quiere ampliar su propiedad a traves de la compra de más terreno, sólo existe un número limitado de propiedades colindantes con su finca. Si los dueños no requieren vender, la escasez de terreno es aguda para el comprador. En este caso, no importa si existe abundante terreno en venta a 50 km el recurso “terreno colindante” simplemente no existe.

De igual manera sucede con la mano de obra. Aún cuando hay un excedente de mano de obra en zonas rurales, no es siempre posible encontrar empleados con las habilidades y experiencias necesarias para cumplir determinado trabajo. Como individuo, cada ganadero tiene una restricción en cuanto al capital, por lo tanto, aún si hubiera abundancia de terreno o mano de obra, el ganadero tendría un límite en la cantidad de terreno que podría comprar, o en el número de empleados que podría mantener, por falta de capital propio.

Otro problema es la distribución de recursos. El desequilibrio entre la disponibilidad de diferentes recursos puede causar cuellos de botellas, que limitan el aprovechamiento de los recursos que existen en cantidades suficientes. Por ejemplo, un ganadero con suficientes empleados puede tener problemas en comprar suficiente terreno para utilizar la mano de obra eficientemente. Por otro lado, un ganadero con bastante terreno puede encontrar dificultades en contratar suficiente mano de obra en los períodos necesarios para aprovechar el terreno al máximo. Los dos casos muestran cómo el problema de distribución de recursos puede ser más importante que el simple “total” de capital disponible.

La naturaleza de los recursos que solamente se pueden conseguir en cantidades predeterminadas, es otro problema de escasez de recursos en las fincas. Por ejemplo, la mano de obra fija se contrata “por hombre” y no por hora, las máquinas se compran de tamaños capaces de lograr cierta cantidad de trabajo anualmente; de igual manera el terreno, que tal vez se considera lo más divisible, generalmente se compra en términos de “una finca” y no por hectárea. Por ejemplo, un ganadero que quiere comprar 10 hectáreas junto a su finca, le ofrecen una finca de 100 ha, y el vendedor no está dispuesto a vender solo 10 ha.

Otro ejemplo es el de un ganadero con una lechería y un equipo capaz de ordeñar 60 vacas. Tal número representa demasiados animales para un hombre solo, pero no suficientes para mantener dos hombres totalmente ocupados. Lo ideal es cuando todos los recursos de la finca son aprovechados al máximo, esto es una tarea muy difícil de lograr y representa la función de un manejo muy bien planificado.


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