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CAMBIOS GLOBALES, POTENCIALES Y PRIORIDADES

Introducción

Existe una severa y generalizada inseguridad alimentaria en los hogares de muchos sistemas agrícolas y se prevee que este problema seguirá causando preocupación en las próximas décadas. De hecho, las proyecciones disponibles apuntan hacia un posible fracaso en cumplir con los compromisos asumidos por la comunidad internacional para reducir el hambre y la pobreza a la mitad para el 2015. En todas las regiones la pobreza y la inseguridad alimentaria es más prevalente y severa en las áreas rurales. Es por lo tanto necesario alcanzar una rápida reducción de la pobreza rural. En muchos casos esto implicará medidas transitorias para salvaguardar los estándares nutricionales y de subsistencia mínimos. No obstante, es necesario que los programas para el alivio inmediato de la pobreza sean complementados por mejoras a largo plazo basados en un proceso de crecimiento económico y desarrollo dirigido a los más desfavorecidos.

El objetivo de este capítulo es examinar y definir posibles maneras de cumplir con el compromiso internacional asumido para reducir el hambre y la pobreza a la mitad para el 2015. La importancia relativa de las estrategias utilizadas por los hogares para escapar de la pobreza se analiza tanto con relación a las ocho categorías generales de sistemas de producción agropecuaria ya definidos en el Capitulo 1 (ver Tabla 8.1), como en términos de los sistemas de producción agropecuaria agrupados según el potencial de recursos y la intensidad de producción agrícola. Las conclusiones obtenidas del presente análisis y de los análisis regionales, proveen la base para la definición de una estrategia global para la reducción del hambre y la pobreza, que se ha basado en cinco áreas principales: (i) reforma del marco institucional y de políticas; (ii) aplicación de medidas para crear mercados eficientes; (iii) mejora de la disponibilidad de información y capacitación del capital humano; (iv) desarrollo de tecnología efectiva y (v) aplicación del manejo sostenible de recursos naturales. En cada caso, los tres o cuatro iniciativas más importantes para la reducción de la pobreza son destacadas y consideradas.

Tabla 8.1 Comparación de los sistemas de Producción Agropecuaria por Categoría

Características de las categorias

Patrones de riego de pequeños agricultores

Basado en el cultivo de arrozde tierras húmedas

Secano en areas húmedas

Secano en tierras altas

Secano en areas secas y frías

Dual (de pequeña y gran extensión)

Pesca Costera y Artesanal

Basado en areas uebanas

Número de Sistemas

3

3

11

10

19

16

4

6

Superficie Total (millones de ha)

219

336

2 010

842

3 493

3 116

nd

nd

Area Cultivada (millones de ha)

15

158

159

150

232

414

nd

nd

Area Cultivada/Area Total (%)

7

47

8

18

7

13

nd

nd

Area con Riego (millones de ha)

15

91

17

30

41

36

nd

nd

Area con Riego/Area Cultivado (%)

99

58

11

20

18

9

nd

nd

Población Agrícola (millones)

30

860

400

520

490

190

nd

nd

Población Agrícola/Area Cultivada (p/ha)

2,1

5,5

2,5

3,5

2,1

0,4

nd

nd

Excedente de Mercado

alto

medio

medio

bajo

bajo

medio

alto

alto

Fuente: Estadísticas de la FAO y apreciación de expertos nd: datos no disponibles
Nota: Tierra cultivada se refiere tanto a los cultivos anuales como perennes


Categorías de sistemas y estrategias a nivel del hogar agrícola

Categorías de sistemas de producción agropecuaria a nivel global

Para facilitar la comparación e integración de la experiencia y conclusiones destacadas en las secciones anteriores, y posibilitar la consideración de una estrategia global para la reducción de la pobreza, se han clasificado los 72 sistemas de producción agropecuaria delimitados en ocho categorías amplias (ver Capítulo 1). Las ocho categorías comprenden: (i) sistemas de producción basados en patrones de riego de pequeños agricultores; (ii) sistemas de producción basados en el cultivo de arroz de tierras húmedas; (iii) sistemas de producción de secano en áreas húmedas; (iv) sistemas de producción de secano en áreas escarpadas y tierras altas; (v) sistemas de producción de secano en áreas secas y frías con escaso potencial; (vi) sistemas de producción dual (mixto de plantaciones comerciales y pequeños productores); (vii) sistemas de producción de pesca costera artesanal; y (viii) sistemas de producción basados en áreas urbanas. Con la excepción del sistema dual, todos estas categorías se encuentran dominadas por pequeños agricultores.

Aunque la categoría más grande es aquel de la producción agropecuaria basado en el cultivo de arroz de tierras húmedas (de Asia Meridional y Este) con una población agrícola total de 860m de personas, las categorías de secano en conjunto (húmeda, alta y seca/fría) constan con un total de alrededor de 1400m personas agrícolas, y una superficie bastante más grande (más de 6 billones de ha). Vale la pena anotar que las tres categorías de sistema con altos niveles de excedentes aptos para la comercialización no sobrepasan una población agrícola de 130m de personas.

La importancia relativa de las estrategias de reducción de pobreza por categoría de sistema

Las cinco estrategias principales que se requieren para mejorar el nivel de vida de los pequeños agricultores y que son necesarias para cumplir con las metas internacionales de reducción del hambre y la pobreza se definieron de la siguiente manera en el capítulo 1:

Como se ha demostrado en los análisis regionales, la importancia relativa de estas estrategias difiere según la categoría de sistema. Para facilitar el proceso de formulación de políticas y programas, se muestran las tres más importantes estrategias en la Tabla 8.2. Por lo general, se espera un porcentaje más alta de reducción en la pobreza proveniente de mejoras dentro del predio (intensificación, diversificación, aumento de la superficie del predio) que fuera (empleo extra-predial y abandono de la agricultura). Con respecto a las mejoras dentro del predio, no cabe duda que la diversificación es clave, dado su importancia en todos las ocho categorías. La intensificación es de importancia para la reducción de la pobreza en cuatro de las ocho categorías - especialmente en las categorías de más alta potencial, como la de riego y producción de tierras húmedas - mientras la estrategia de incrementar el predio o el número de animales es de importancia para la pobreza solamente en las categorías duales y de base urbana.

Se espera que millones de agricultores escaparán de la pobreza por medio de incrementar sus ingresos extra-prediales. Esta estrategia solamente es segunda en importancia a la diversificación, y es clave en todas las categorías menos la categoría dual. El abandono de la agricultura por parte de los pequeños productores será cada vez más frecuente en el futuro, y de importancia especial para la reducción de la pobreza en las categorías en las categorías de potencial más limitada, tales como la de secano de tierras altas, secas y frías, además de la categoría de producción de pesca costera artesanal.

Como previamente indicada, hay complementariedades importantes entre las distintas estrategias. De hecho, los productores a menudo llevarán a cabo un proceso simultaneo de intensificación y diversificación. Además, estos procesos dentro del predio crean las condiciones para el desarrollo de la economía rural no agrícola, el cual estimula más desarrollo agropecuario. Al altro lado, los hogares agrícolas pobres que no tienen la capacidad de participar en esto proceso de intensificación, diversificación y crecimiento económico, aumentarán cada vez más la importancia de los ingresos extra-prediales, hasta que eventualmente abandonan la agricultura por completo.

Tabla 8.2 Estrategias Claves para la Reducción de la Pobreza por Categoría de Sistemas

Estategias para la reducció de la pobreza

Patrones de riego de pequeños agricultores

Basado en el cultivo de arroz en tierras h&uacutte;medas

Secano en áreas húmedas

Secano en tierras altas

Secano en áreas secas y frías

Dual (de pequeña y gran extnesión)

Pesca costera artesanal

Basado en áreas húmedas

Intensificación        
Diversificación
Incremento del área predial            
Incremento de ingresos extra-prediales  
Abandono de la agricultura          

Nota: Estrategias claves constituyen los que son primero, segundo o tercero en la lista de estrategias por categoría


Implicaciones de la dotación de recursos en los sistemas de producción agropecuaria

Aunque se ha logrado avances significativos en la productividad agropecuario y el crecimiento agrícola en muchas zonas como resultado de la revolución verde y esfuerzos subsecuentes, existe una preocupación significativa sobre la relevancia de las estrategias de reducción de la pobreza utilizadas en estas áreas para hogares agropecuarios en zonas de menor potencial.

Los niveles de vida, tanto actuales como su potencial de desarrollo futuro, dependen de la calidad y de la disponibilidad de los recursos naturales. El potencial de los recursos se puede concebir como un continum que se extiende desde los sistemas situados en áreas frías o áridas hasta aquellos situados en áreas fértiles que cuentan con riego. Algunos ejemplos de sistemas de producción ubicados en áreas de bajo potencial incluyen el Sistema Agro-pastoril Mijo/Sorgo del Africa y el Sistema Mixto de Tierras Altas (Andes Centrales) de Latinoamérica. Aunque 21 de los 51 sistemas calificables son considerados sistemas de baja potencial, su población agrícola es bastante limitada con solamente 290m o un 17 porcento del total del mundo en desarrollo. Contrastando con lo anterior, los 26 sistemas de producción situados en áreas que presentan un alto potencial abarcan una población de 1 450m de personas, y incluyen: todos los sistemas con riego; el sistema de Cultivo Mixto Cereales-Raíces Comestibles situado en la sabana húmeda del Centro y Occidente de Africa; el sistema Mixto Extensivo (Cerrados y Llanos) de Latinoamérica; el sistema de Cereales-Vegetales a Gran Escala situado en Europa Oriental y Asia Central; y el sistema Mixto de Cultivos Arbóreos del Asia Oriental y el Pacífico.

Los sistemas de producción agropecuaria situados en áreas de potencial promisorio, que cuentan con suelos relativamente fértiles y un clima favorable, por lo general tienen una mayor diversidad de oportunidades para la intensificación y diversificación de la agricultura que aquellos sistemas situados en áreas con un potencial deficiente. Para los sistemas de potencial bajo, estas estrategias están relativamente sin importancia. En cambio, una sola estrategia - el abandono de la agricultura como medio de subsistencia - contribuye casi la mitad del peso de todas las estrategias de reducción de la pobreza; tal vez una respuesta entendible a las condiciones pobres, la productividad baja y la falta de disponibilidad de servicios sociales típicos de los sistemas de bajo potencial. Sin embargo, la importancia de las dos estrategias de incrementar los ingresos extra-prediales, y de aumentar la superficie del predio o el número de animales, no cambia de acuerdo con el potencial del sistema, y son de importancia moderada para losa dos grupos.

Implicaciones del grado de intensidad de la producción y del acceso a los servicios

Existe una fluctuación gradual entre los sistemas de producción agropecuaria en lo relacionado al grado de la intensidad de producción (ver Tabla 8.3). A pesar de que se podría pensar que los niveles de intensidad de la producción dependen del potencial agrícola (ver arriba), en realidad está más relacionado al acceso a los servicios disponibles de apoyo agrícola. Hasta los sistemas con un potencial agronómico relativamente bajo pueden generar altas niveles de intensidad en producción si enfrentan una densidad de población alta y un red de servicios bien desarrollados, mientras aquellos sistemas con alto potencial pero poca población y menos servicios (por ejemplo la sabana húmeda del Centro y Occidente de Africa o los Cerrados de América del Sur) pueden mantener una intensidad de producción baja.

En términos generales se pueden clasificar los sistemas de producción agropecuaria en cuatro grupos de intensidad de producción: baja, mediano (orientado a la subsistencia), mediano (orientado al mercado) y alta. Los 27 sistemas que presentan una baja nivel de intensificación, incluyendo los agro-pastoriles, de pastoreo y de agricultura dispersa sostienen a 350m de personas, pero presentan poblaciones dispersas, prácticas de uso extensivo de la tierra, bajos niveles de aplicación de insumos y muy pocos excedentes para destinar al mercado.

Los sistemas de producción que presentan una intensidad media orientado a la subsistencia se han desarrollado en donde la presión demográfica sobre los recursos ha sido intensa, y los 20 sistemas que corresponden con esta clasificación abarcan una población agrícola de 950m y incluyen muchos que se asocian con altas tasas de pobreza rural e incluyen: los sistemas Mixto de Maíz y el de Cultivo Mixto Cereales-Raíces Comestibles de Africa; los sistemas Mixtos de Tierras Altas del Medio Oriente y Norte del Africa y de Asia Meridional; el sistema de Cereales-Ganadería a Pequeña Escala de Europa Oriental y Asia Central y el sistema Maíz-Frijol de América Latina. Por contraste, hay solamente seis sistemas de intensidad media orientada al mercado, con una población total de 100m de personas, y su desarrollo ha estado primordialmente motivado por la existencia de oportunidades de mercado de fácil acceso. Estos sistemas se pueden considerar menos importantes en términos de la reducción de la pobreza que en términos de los ingresos provenientes de las exportaciones; no obstante incluyen: los sistemas de Cultivos Arbóreos de Africa y de Asia Oriental; el sistema Mixto con Horticultura de Europa Oriental y Asia Central y un sinnúmero de sistemas de América Latina y el Caribe, como el sistema Mixto y de Plantación Costera.

Los sistemas que puedan desarrollar altos niveles de servicios constituirán un factor importante para incrementar la seguridad alimentaria global. Los 17 sistemas que ya poseen tales servicios incluyen la mayoría de los sistemas que cuentan con riego y aquellos basados en la producción de arroz de tierras húmedas (en dónde más del 50 por ciento de la tierra cultivada cuenta con riego), y comprenden una población agrícola de 1140m. Estos sistemas presentan un nivel de desarrollo de mercado bastante avanzado con un uso importante de insumos externos y con un porcentaje sustancial de área irrigada; lo que les permite generar un excedente para la venta en áreas urbanas y para los mercados de exportación.

A pesar de que el abandono de la agricultura es un factor más importante en los sistemas que presentan una baja intensidad de producción, la evaluación presentada en los análisis regionales sugiere que, por lo común, el nivel de intensidad del sistema de producción agropecuaria influye poco o nada en la importancia del resto de estrategias empleadas por los hogares para mejorar el nivel de vida. La intensificación, diversificación, incremento del área predial y el ingreso proveniente de actividades extra-prediales son todos factores igualmente importantes en todos los distintos niveles de intensificación.

Tabla 8.3 Iniciativas regional Claves para la Reducción de la Pobreza

Africa Sub-Sahariana

Medio Oriente y Africa del Norte

Europa Oriental y Asia Central

Asia Meridional

Asia Oriental y Pácifico

América Latina y el Caribe

Manejo sostenible de los recursos

Manejo sostenible de los recursos

Mejora de acceso a los recursos

Mejora en el manejo de los recursoshídricos

Incremento de la competividad de las pequeñas fincas

Manejo sostenible de los recursos

Mejora de acceso a los recursos

Manejo mejorado del riego

Reorientación de los servicios agrícolas

Fortalecimiento de los grupos de usuario

Mejora de accesso a los recursos

Mejora de acceso a los recursos

Incremento de la competividad las pequeñas fincas

Reorientación de los servicios agrícolas

Desarrollo acelerado del mercado

Reorientación de los servicios agrícolas

Establecimiento del marco adecuado para fomentar empleo extra-predial

Incremento de la competividad de las pequeñas fincas

Reducción de la vulnerabilidad de los hogares

Rivitalización de los sitemas de educación agricola

 

Mejora de la infraestructura rural

Desarrollo del capitalhumano

 

Adopción de acciones para hacer frente al VIH/SIDA

Racionalización de las políticas agrícolas

 

 

 

 

Fuente: Apreciación de expertos.


Estrategia global para la reducción del hambre y la pobreza

Como resultado del análisis llevado a cabo en los capítulos anteriores, se ha destacado las iniciativas claves a nivel regional, y son somatizados en la Tabla 8.3 a continuación. No cabe duda que algunas iniciativas son de importancia a nivel mundial, especialmente las que se refieren al manejo sostenible de los recursos, y a un acceso más seguro y equitativo a dichos recursos. Otras iniciativas, tales como el incremento de la competitividad de la pequeñas fincas, y la re-orientación de los servicios agrícolas, se encuentran con frecuencia, pero no son universal en su aplicación. Sin embargo, se debería anotar que una iniciativa del mismo nombre (por ejemplo, el manejo sostenible de los recursos) podría abarcar juegos bien distintos de componentes en diferentes regiones, de acuerdo con necesidades y prioridades locales.

Se pueden relacionar estas iniciativas con los cinco enfoques empleados a lo largo del estudio: (i) políticas, instituciones y servicios públicos; (ii) liberalización del comercio y desarrollo del mercado; (iii) información y capital humano; (iv) ciencia y tecnología; (v) recursos naturales y clima. Son discutidas en más detalle a continuación:

Políticas, instituciones y servicios públicos

Uno de los desafíos clave en lo relacionado a la reducción del hambre y la pobreza prevalente entre los hogares agropecuarios es la creación y dotación efectiva de bienes públicos confiables al nivel nacional, local e internacional. Estos deben beneficiar a los pobres y darse en un ambiente de estabilidad en el marco de un sistema jurídico sólido y en un entorno de políticas e instituciones eficientes. Las estrategias prioritarias a aplicarse son:

La mayoría de los análisis que se han hecho con respecto a las políticas y las instituciones de desarrollo agropecuario sugieren que los gobiernos deben completar el proceso de retiro de apoyo público directo a las fincas comerciales viables y privatizar los servicios asociados como la producción de semillas y la comercialización de algunos productos. Sin embargo, es de claro interés público que los gobiernos continúen asegurando al sector del pequeño agricultor un acceso confiable a los bienes públicos más relevantes, así como promover el uso sostenible de los recursos naturales. Los esfuerzos de los gobiernos se deben concentrar en áreas que sean de claro beneficio público, como educación, salud pública, y servicios de investigación y extensión dirigidos a suplir las necesidades de los agricultores pobres y de áreas marginales. También deben concentrarse en hacer cumplir las normas, con un énfasis particular en evitar la creación de barreras de entrada para las pequeñas empresas. A esto se suma que los pequeños agricultores requieren de derechos de usuario que sean equitativos, seguros, transferibles, además de flexibles, así como de infraestructura, incluyendo redes viales y las estructuras para apoyar el riego manejado por los agricultores a pequeña escala. Por consiguiente, las políticas y las instituciones deben respaldar el desarrollo de los pequeños agricultores, así como expandir la capacidad de los proveedores de servicios pertenecientes al sector privado - esto es particularmente relevante en Africa, Europa Oriental y Asia Central.

A fin de conseguir que los agricultores manejen sus recursos de manera sostenible a la par que se benefician de la liberalización económica, es necesario contar con la participación de instituciones más fuertes locales y a nivel medio que involucren a un sinnúmero de actores. Se ha tenido algo de éxito en la tercerización de los servicios públicos y de la dotación de infraestructura hacia las empresas privadas, ONGs y Universidades, con lo que se han conseguido mejoras en la eficiencia. No obstante, la participación local es crítica para vigilar la dotación de bienes y servicios por parte del sector privado. Las organizaciones de agricultores y del sector privado pueden tener también un papel fundamental en áreas como la multiplicación de semillas y el desarrollo de variedades. Las asociaciones de exportadores pueden hacerse cargo del control fitosanitario. Las prioridades de investigación y los presupuestos se pueden manejar por medio de ofertas competitivas y acuerdos público - privados para compartir los gastos.

Las redes de seguridad focalizadas en los habitantes menos favorecidos seguirán siendo necesarias para hacer frente a los desastres naturales y podrían llegar a ser aún más importantes para los agricultores que no tiene la capacidad de ajustarse lo suficientemente rápido a los cambios que en las próximas décadas se darán a consecuencia de la transición hacia la agricultura orientada al mercado.

Liberalización del comercio y desarrollo del mercado

La tendencia actual hacia la reducción de barreras para el comercio internacional parece ser irreversible, a pesar de que el ritmo de cambio es incierto. Este proceso afectará a los productores de los sistemas de producción agropecuaria de las regiones en desarrollo exceptuando a los más aislados. Tomando como base el análisis de los sistemas de producción agropecuaria de cada una de las regiones en desarrollo, las cinco estrategias prioritarias al nivel global que tienen como objetivo maximizar los beneficios obtenidos por la liberalización del comercio y por el desarrollo del mercado para reducir el hambre y la pobreza son:

El establecimiento de un entorno adecuado para el desarrollo del mercado es de vital importancia y debe incluir medidas para incentivar el desarrollo de empresas rurales a pequeña escala, puesto que frecuentemente éstas son las fuentes más importante de demanda y empleo, y permiten a los pequeños agricultores tener acceso al mercado. El entorno también debe contribuir a promover la competencia en el funcionamiento del mercado. Desde la perspectiva de los pequeños agricultores que tienen un limitado poder de acceso al mercado, es crucial contar con un entorno de mercado competitivo en el que haya un sinnúmero de compradores activos. Una serie de mecanismos son necesarios para sobreponerse a las fallas del mercado, especialmente en lo relacionado a las externalidades; por ejemplo, mediante la creación de oportunidades de obtención de ingresos para los agricultores por suplir servicios de protección al medio ambiente. Ayudar a desarrollar un entorno de mercadeo favorable para los pequeños productores por lo general implica apoyar a los empresarios a pequeña escala al facilitarles el acceso a áreas como finanzas, información y la capacidad de cumplir con procedimientos burocráticos (por lo general esto es posible únicamente para las grandes empresas). Esto también implica una mejora en la dotación de bienes públicos (ver sección anterior). El establecimiento de asociaciones de pequeños comerciantes, procesadores y exportadores puede también apoyar a los pequeños empresarios y reducir las barreras de entrada, así como asegurar que sus necesidades se tomen en cuenta al desarrollar y revisar políticas sectoriales.

En los países no desarrollados es generalizada la creencia de que la liberalización del comercio no ha sido un proceso equitativo, pues muchos de los mercados agrícolas clave en los países industrializados continúan estando protegidos por un sinnúmero de subsidios y otras barreras. Al mismo tiempo, los grandes agricultores comerciales en Europa y Norte América, así como de otras regiones, se benefician de su capacidad de acceso a las tecnologías modernas - a lo que por lo general se suman importantes subsidios - para competir de manera efectiva en las regiones en desarrollo. A pesar de que la liberalización del comercio ha beneficiado a los consumidores urbanos en los países en desarrollo, por lo general ha tenido efectos negativos en los productores rurales. El fracaso de la comunidad internacional en hacer frente a este desbalance podría tener serias consecuencias a largo plazo y amenazar al proceso de liberalización en su totalidad.

Un porcentaje significativo de agricultores de bajos ingresos tiene la posibilidad de beneficiarse de las condiciones cambiantes del mercado mundial y de escapar de la pobreza siempre y cuando se haga énfasis en los productos y servicios en los que éstos tienen una ventaja comparativa - por lo general actividades de mano de obra intensiva. No obstante, aún aquellos agricultores que no estén en la capacidad de tomar parte de esta transición pueden beneficiarse de la creación de empleos generada por agricultores más progresistas (en áreas tales como mano de obra agrícola, embalaje, procesamiento, transporte y servicios). La evidencia obtenida de un sinnúmero de sistemas (Sistema de Producción Agropecuaria Maíz-Frijol de Mesoamérica, Mixto de Maíz de Africa del Este en la década de 1980 y el Sistema de Producción Agropecuaria de Arroz de Asia Oriental) demuestra que los pequeños productores pueden participar exitosamente en el crecimiento impulsado por el mercado e incrementar significativamente el ingreso de sus hogares.

A medida que la demanda de productos alimentarios especializados aumente y que las nuevas tecnologías pos-cosecha mejoren la calidad del producto y extiendan la vida de rubros perecederos, los pequeños agricultores tendrán cada vez más oportunidades de conseguir ingresos en efectivo por medio de la producción de rubros especializados en donde existan deseconomías de escala (productos de mercados especializados o que requieren de mano de obra intensiva, tales como hortícolas, frutas, especias, flores, orgánicos, etc.). El área predial reducida no es impedimento para acceder a este tipo de mercados, cuya importancia se prevé experimentará un rápido incremento - especialmente si los agricultores pueden sumar esfuerzos por medio de las asociaciones voluntarias. Aun los productores que se encuentran aislados geográficamente tienen la oportunidad de beneficiarse de estas oportunidades si se enfocan en la producción de rubros de alto valor por volumen (colorantes, extractos de aceites esenciales, etc.) Sin embargo, el hacer énfasis en salvaguardar la seguridad alimentaria de los hogares durante el proceso de adaptación será de vital importancia.

Información agrícola y capital humano

Se han identificado tres estrategias prioritarias globales para reducir el hambre y la pobreza. Estas se relacionan con la mejora de los beneficios obtenidos por la difusión de información agropecuaria y por el desarrollo del capital humano:

La globalización, la urbanización y el rápido ritmo de cambio tecnológico son todos factores que incrementan los requerimientos de conocimiento en los sistemas de producción agropecuaria.

Se deben desarrollar nuevos enfoques a fin de apoyar el flujo de información entre los agricultores y el conocimiento formal, así como de manera horizontal, entre los propios agricultores. Se debe analizar más a fondo la sostenibilidad a largo plazo y la relevancia de los sistemas de producción agropecuaria. Hay pocas indicaciones de que los usuarios estén capaces o dispuestos a aportar suficiente para que estos servicios sean autosuficientes, mientras que la presión ejercida sobre los presupuestos gubernamentales frecuentemente tiene como consecuencia que estos servicios sean reducidas a las soluciones de `más bajo costo' una vez que el financiamiento externo se termina. La participación del sector privado en la recolección y difusión de información es esencial si se espera que los servicios sean sostenibles.

La capacitación y el fortalecimiento de las capacidades implican empoderar a los miembros de la comunidad - hombres y mujeres, jóvenes, personas de bajos recursos y personas que están por sobre la línea de pobreza - a fin de permitirles identificar sus problemas en el contexto del sistema agropecuaria, para analizar causas y efectos y para evaluar las opciones y llegar a decisiones bien fundamentadas que permitan trabajar por un futuro mejor. Esto implica que los servicios de extensión deben reorientar sus acciones basándolas en enfoques de facilitación en lugar de enfoques prescriptivos y que consideren a la participación de la comunidad como el fundamento para determinar las prioridades y validar las posibles soluciones. Su implementación puede implicar el establecimiento de alianzas estratégicas entre los encargados de la prestación de servicios, sean estos estatales, del sector privado u ONGs, así como las organizaciones de la sociedad civil y grupos de base comunitaria.

Los programas educativos y de capacitación que se han llevado a cabo en las áreas rurales por lo general no han sido capaces de reconocer el hecho de que muchos habitantes rurales, especialmente los jóvenes, obtendrán una buena parte o hasta la totalidad de sus ingresos futuros por medio del empleo no agrícola o urbano. Se debe dar mayor énfasis proveer de habilidades vocacionales que ayuden a los migrantes y a aquellos que necesiten incrementar sus ingresos agrícolas en ocupaciones que requieran de mano de obra calificada y semicalificado.

Ciencia y tecnología

Se han identificado cinco estrategias prioritarias al nivel global dirigidas a la ciencia y la tecnología que pueden ayudar a reducir el hambre y la pobreza:

La mayor parte del crecimiento que se ha dado en la producción de alimentos en las últimas tres décadas ha sido resultado de la adopción de tecnologías de alta productividad en áreas de un potencial agrícola promisorio, particularmente aquellas que cuentan con patrones de lluvia estables o con riego. Un desafío importante para las décadas por venir es generar tecnologías que contribuyan a incrementar la producción agrícola y a mejorar el nivel de vida en aquellas áreas que presentan un potencial agrícola menor.

A largo plazo, se debe prestar atención a la fuerte dependencia que la agricultura intensiva tiene en las tecnologías cuya sostenibilidad es limitada. El énfasis que se ha dado en las últimas décadas, en el incremento del rendimiento basado en el uso de insumos, ha provocado que muchos de los pequeños agricultores se encuentren en una desventaja desproporcionada con relación a las grandes plantaciones comerciales que pueden financiar estos gastos. A esto se suma que la utilización inapropiada de fertilizantes nitrogenados ha producido la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas. El uso incontrolado de plaguicidas también ha producido serias amenazas a la salud y al medio ambiente. Además es preocupante la disminución progresiva que se ha dado en finca en lo relacionado a la diversidad genética de cultivos y animales. Esto, aparte de incrementar su vulnerabilidad, también está conduciendo a la rápida degradación de los recursos genéticos en los cuales se pueden basar los programas de crianza futuros.

Lo anteriormente señalado implica que ya no se puede asumir la existencia de los fundamentos técnicos de la agricultura `moderna'. Además hay la necesidad de buscar estrategias más sostenibles para conseguir la intensificación. Esta tarea es de carácter urgente en vista de lo limitado de los enfoques en cuanto a tecnologías alternativas más sostenibles para la agricultura de alta intensificación. El análisis de los sistemas de producción agropecuaria realizado en este documento describe las características que las tecnologías deben tener para ser adecuadas para los agricultores de bajos ingresos.

Recursos naturales y clima

El incrementos en la presión sobre los limitados recursos hídricos y sobre la tierra, la degradación ambiental y la posibilidad de un cambio climático son factores que representan una amenaza a la sostenibilidad de los sistemas en todas las regiones, aún en aquellas con una baja densidad poblacional. En la actualidad hay una mayor conciencia, tanto entre los agricultores como entre la población en general, sobre la necesidad de conservar eficientemente los recursos naturales y de manejarlos de manera productiva. Se prevé que la creciente presión generada por la población a este respecto se enfocará, a futuro, en un manejo sostenible de los recursos naturales y en la protección del medio ambiente.

La mejora del manejo de la tierra se puede fomentar mediante la promoción de prácticas que no solamente generen beneficios medio ambientales, sino que también produzcan retornos tangibles. Se han identificado cuatro estrategias prioritarias a nivel global que tienen como objetivo alcanzar un uso más sostenible y productivo de los recursos naturales y minimizar los efectos climáticos adversos:

En muchos casos la agricultura de conservación, que implica la reducción en la labranza, ofrece posibilidades promisorias para incrementar la productividad laboral y el uso eficiente de los insumos a la par que se reduce el estrés causado por la humedad. La agricultura de conservación ha sido promovida en un sinnúmero de sistemas de producción agropecuaria y su desempeño a pequeña escala en América Latina y más recientemente en Africa, ha sido prometedor.

La pérdida de la fertilidad del suelo es un factor generalizado en los sistemas de producción agropecuaria de todas las regiones, pero es particularmente grave en los sistemas basados en la producción de trigo y arroz con riego, en algunos sistemas de secano (v.g. Sistema Mixto de Maíz, en Africa) y en los sistemas de producción agropecuaria de altura (v.g. el Sistema Mixto de Tierras Altas de América Latina). Debido al descenso de los precios de los granos básicos y otros productos tradicionales, así como a los ajustes de la tasa de cambio y a la disminución de subsidios, la aplicación de fertilizantes en tales ha llegado a ser poco rentable para muchos de los pequeños agricultores y su aplicación ha descendido abruptamente. Las estrategias prioritarias para rectificar esta situación incluyen: (i) incrementar el uso de abonos verdes, barbechos enriquecidos y otras fuentes de materia orgánica incluyendo la elaboración de estiércol vegetativo; (ii) aumentar el uso de la fijación biológica de nitrógeno; (iii) conseguir una mejor integración de cultivos y ganadería; (iv) conseguir una adopción generalizada de sistemas de cultivo intercalado; (v) expandir los sistemas silvo-pastoriles, especialmente en áreas de mayor pendiente; y (vi) mejorar los sistemas de comercialización de fertilizantes con miras a reducir el precio al productor.

Las limitaciones en la provisión de agua son factores importantes en ciertos sistemas de producción agropecuaria que se encuentran distribuidos en varias áreas de las regiones en desarrollo, v.g. las tierras secas marginales de América Latina y los sistemas agro-pastoriles del Africa Subsahariana. En muchos casos, la creciente demanda por el recurso hídrico para propósitos domésticos e industriales sumada a la urbanización intensificará la competencia por el agua dulce disponible. En los sistemas de producción agropecuaria de secano las estrategias deben enfocarse en mejorar el almacenamiento del agua de lluvia y la utilización de la humedad del suelo. La poca eficiencia en el uso del recurso hídrico es por lo general resultado de considerarlo un recurso de poco valor o un bien público gratuito. Los cambios necesarios en los sistemas de producción agropecuaria que cuentan con riego están relacionados con las áreas clave de las políticas de fijación de precios del agua y de la energía eléctrica rural y de fortalecer el manejo local de la infraestructura de riego. Estos son elementos importantes para incrementar la eficiencia técnica en el uso del recurso hídrico.

Los cambios que se darán en la frecuencia de eventos climáticos extremos seguramente afectarán las prácticas agropecuarias, especialmente en áreas vulnerables como áreas costeras, zonas semiáridas y tierras escarpadas. Se prevé que la ocurrencia de sequías, huracanes y tifones sea mucho más frecuente. Por lo tanto es extremadamente urgente tener una mejor comprensión de la probable naturaleza e impacto de los cambios climáticos y se necesita hacer ajustes apropiados en las políticas y proyectos agrícolas a fin de mitigar los efectos adversos del embate de estos fenómenos. Se prevé que la aplicación de medidas para la protección de cuencas hidrográficas y para la prevención de la desertificación adquirirá mayor relevancia. Además es necesario establecer una capacidad mayor, tanto al nivel nacional como internacional, de responder de manera efectiva a los eventos climáticos causantes de destrucción, como inundaciones, sequías, con el fin de minimizar su impacto a largo plazo sobre el manejo de los recursos y sobre el nivel de vida de la población rural.

El presente documento ha analizado las tendencias y desafíos a los que se enfrentarán los sistemas de producción agropecuaria pertenecientes a las seis regiones en desarrollo del mundo durante los próximos 30 años. Además, ha propuesto una serie de prioridades estratégicas para la reducción de la pobreza, la mejora de la seguridad alimentaria, y el incremento del crecimiento agrícola. En vista de que la mitad de la población de las regiones en desarrollo, y la mayoría de las personas de bajos recursos que sufren hambre, son los agricultores y sus familias, la implementación exitosa de estas recomendaciones podría representar una contribución importante para la consecución de la meta de desarrollo internacional de reducir el hambre y la pobreza a la mitad para el año 2015.

Este capítulo final considera las implicaciones que las estrategias propuestas tienen para los actores clave, incluyendo a los agricultores mismos y sus comunidades, ONGs, el sector privado, y gobiernos locales y nacionales, así como organizaciones internacionales, para luego presentar las perspectivas futuras tanto al nivel nacional como global.


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