Perspectivas alimentarias No.3/4 1996

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YUCA


Ligero incremento de la producción y el consumo en 1995

Desde el último informe la estimación de la producción de yuca en 1995 se ha aumentado en 2 millones de toneladas, cifrándose actualmente en 161 millones de toneladas de raíces frescas, con ajustes al alza en Africa y América Latina. Actualmente se calcu-la que la producción de Africa ha alcanzado los 82 mi-llones de toneladas, o sea un dos por ciento más que el año anterior, principalmente como consecuencia de las condiciones favorables del tiempo, que permitieron aumentar la superficie plantada y los rendimientos. Se obtuvieron cosechas mayores en Angola, Burundi, el Camerún, Côte d'Ivoire, Ghana, Mozambique, Nigeria y el Zaire. En Ghana y Mozambique la producción fue superior en un 18 y 27 por ciento, respectivamente, a

la producción menguada por la sequía de 1994. En Nigeria, la producción de yuca, situada en 31 millones de toneladas, alcanzó un nivel récord por segundo año consecutivo, gracias a la progresiva sustitución de las actuales variedades mejoradas con nuevas varieda-des poliploides de mayor rendimiento y más resisten-tes a las plagas y enfermedades. En cambio, se obtu-vieron cosechas muy malas en Tanzanía, debido prin-cipalmente a los problemas recurrentes de la chinche harinosa y a los brotes de la enfermedad del mosaico que afectó a la productividad, pero también en Benin y Uganda. Asimismo, en Liberia y Rwanda, la disminu-ción se debió a las repercusiones de los disturbios ci-viles en las actividades agrícolas, pero también al mal tiempo y a la escasez de insumos agrícolas. En otros países de la región se registraron pocos cambios en el volumen cosechado.

En América Latina y el Caribe, la producción de yuca en 1995 aumentó en algunos países, particularmente en el Brasil, Bolivia y Colombia. En el Brasil, la producción creció en más de un 7 por ciento hasta alcanzar los 26 millones de toneladas como consecuencia del aumento de los precios al productor y de las condiciones favorables de crecimiento. En Bolivia, la expansión se debió al aumento de la superficie sembrada. En Colombia, el aumento de la producción se benefició del Plan de 1995-98, que prestó apoyo a la agroindustria de la yuca en la Costa Atlántica y a la promoción de la aplicación de nuevas tecnologías. En la República Dominicana la produc-ción también aumentó ligeramente.

YUCA: PRODUCCION MUNDIAL 1/

1993
1994
1995 prelim.
(. . millones de toneladas . .)
Total mundial 163,0 160,1 160,8
Africa
Ghana
Madagascar
Mozambique
Nigeria
Tanzanía
Uganda
Zaire
83,1
4,2
2,4
3,5
29,9
6,8
3,1
20,8
80,1
6,1
2,4
3,3
31,0
5,2
3,4
16,9
82,0
7,2
2,4
4,2
31,4
4,4
3,0
17,5
Asia
China
Filipinas
India
Indonesia
Tailandia
Viet Nam
51,0
3,4
1,8
5,4
16,8
20,2
2,4
49,2
3,5
1,9
5,8
15,7
19,1
2,3
45,8
3,5
1,9
6,0
15,4
15,7
2,4
América Latina y el Caribe
Brasil
Colombia
Paraguay
28,6
21,9
1,7
2,7
30,7
24,0
1,8
2,6
32,8
25,7
1,9
2,7


FUENTE: FAO
1/ Equivalente en raíces.





En cambio, se estima que en Asia la producción total de 1995 ha descendido en un 7 por ciento, debido a las menores cosechas obtenidas en Tailandia e Indonesia. En Indonesia, la producción de 1995 descendió a 15,4 millones de toneladas, un 2 por ciento menos que la cosecha de 1994 debido a que la sequía redujo los rendimientos. También en Tailandia la producción disminuyó en un 18 por ciento a 15,7 millones de toneladas, debido a una disminución de la superficie plantada, a los efectos de la sequía, a la recolección de raíces inmaduras y a la falta de mano de obra agrícola.

En la mayoría de los países la utilización de la yuca sigue de cerca a la producción interna ya que no muchos de ellos son exportadores. La yuca constituye una fuente relativamente barata de energía alimentaria y por eso sigue ejerciendo una función importante en el suministro de alimentos de muchos países tropicales.

En Africa, el aumento de las cosechas determinaron un cierto incremento del consumo humano de yuca, especialmente en Ghana, Nigeria, Mozambique y el Zaire. La devaluación del franco CFA ha aumentado el empleo de la yuca en los países productores como Benin, el Camerún, la República Centroafricana, el Congo y Côte d'Ivoire, a causa del aumento de los precios de las importaciones de trigo y arroz en los mercados internos. En consecuencia, la demanda de yuca en dichos países creció mucho más que las existencias disponibles, dando lugar a un aumento de los precios. En otros países, en los que la producción aumentó en 1995, la yuca contribuyó notablemente a asegurar la disponibilidad de alimentos. En Nigeria, por ejemplo, el consumo per cápita continuó su tendencia al alza, ya que las nuevas variedades resultaron más idóneas para algunas preparaciones de alimentos y superior a las tradicionales. Además, desde marzo de 1995 el consumo de yuca se vio apoyado aún más por la imposición oficial de un derecho arancelario del 100 por ciento sobre las importaciones.

En 1995, la utilización de la yuca para el consumo humano y para forrajes aumentó en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, particularmente el Brasil. En la mayoría de los países asiáticos, entre ellos China, la India e Indonesia, se volvieron a complementar las existencias internas con importaciones de fécula y harina de tapioca para atender a la creciente demanda de dichos productos para bocadillos y usos industriales.

En los países desarrollados, la utilización de la yuca para piensos descendió, particularmente en la CE pero también en otras partes, como consecuencia de la escasez de suministros internos en los países exportadores.

El comercio de la yuca volvió a disminuir en 1995

Según las estimaciones, en 1995 el comercio mundial de la yuca descendió por segundo año conse-cutivo a 5,8 millones de toneladas (14,5 millones de toneladas en equivalente de raíces frescas), o sea un 17 por ciento menos que el volumen del año anterior. Ello se debe principalmente a una disminución de los envíos a la CE, sobre todo en forma de trocitos y grá-nulos para piensos, que representan la mayor parte del comercio internacional. El comercio de fécula y harina para consumo humano y usos industriales representó un 17 por ciento aproximadamente del comercio mun-dial, dos por ciento más que el año anterior.

COMERCIO MUNDIAL DE YUCA 1/

1993 1994 1995 prelim.
(. . millones de toneladas . .)
Exportaciones mundiales
Tailandia
Indonesia
China 2/
Otros países
9,5
8,0
1,1
0,2
0,2
7,0
5,8
0,7
0,4
0,1
5,8
4,3
1,0
0,4
0,1
Importaciones mundiales
CE 3/
China 2/
Corea, Rep. de
Japón
Otros países
9,5
6,7
0,7
0,5
0,6
1,0
7,0
5,4
0,6
0,2
0,4
0,4
5,8
3,4
0,7
0,3
0,4
1,0









FUENTE: FAO
1/ En peso del producto en trocitos y gránulos, incluído el almidón y la harina.
2/ Incluída la provincia de Taiwán.
3/ Excluído el comercio entre los países miembros de la CE.

Las importaciones de la CE descendieron en 1995 en 2 millones de toneladas, o sea un 37 por ciento, a 3,4 millones de toneladas, debido a la difícil situación de la oferta y la demanda en los principales países exportadores y al aumento de los fletes. Esta fue la compra anual más pequeña efectuada desde 1990, inferior en 3,4 millones de toneladas a la cantidad permitida en virtud de los distintos acuerdos de cooperación de la Comunidad con los proveedores de yuca. En el marco del Acuerdo de la Ronda Uruguay, los arreglos anteriores de restricción voluntaria dispuestos en el Acuerdo de Cooperación entre la CE y Tailandia sobre las importaciones de la yuca y sus productos derivados fueron reemplazados por un contingente arancelario anual.

Los incentivos más interesantes se ofrecieron a los exportadores tailandeses, que son también los principales proveedores de los mercados no comuni-tarios, lo cual determinó una recuperación parcial de las importaciones fuera de la CE. Las compras totales realizadas en 1995 por parte de los países no comuni-tarios se calculan en 2,4 millones de toneladas, o sea un 50 por ciento más que en 1994. Según los infor-mes, ha habido un aumento significativo de las impor-taciones, especialmente en forma de fécula y harina, por parte de China, Indonesia y la República de Corea, pero también en otros países como Malasia y Filipinas. En cambio, Nueva Zelandia, los Estados Unidos y Australia compraron menos.

Como en el pasado, Tailandia e Indonesia si-guieron siendo los principales proveedores del merca-do mundial, representando alrededor de un 74 y 17 por ciento, respectivamente, de las exportaciones mundia-les. Las exportaciones mundiales de Tailandia descen-dieron por tercer año consecutivo, pasando de 8,0 mi-llones de toneladas en 1993 a 4,3 millones de tone-ladas en 1995, volumen inferior en un 26 por ciento al de 1994 y el menor de los últimos cinco años. En cambio, se calcula que las exportaciones de Indonesia se han recuperado hasta alcanzar a un millón de toneladas, alrededor de un 40 por ciento más que en 1994. Ahora bien, de resultas de una fuerte demanda interna, Indonesia no pudo cumplir su contingente de 866 000 toneladas anuales permitido a la CE1/.


Pronunciado aumento de los precios en 1995

La yuca combinada con harinas oleaginosas ricas en proteínas es un sucedáneo de los cereales en los forrajes2/. En consecuencia, los precios de la yuca en los países importadores están estrechamente rela-cionados con los precios internos de los cereales y ha-rinas oleaginosas. En julio de 1993, al ejecutarse la primera etapa de la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) de la CE, encaminada entre otras cosas a hacer bajar los precios de los cereales en la Comunidad, los precios de las importaciones de los gránulos de yuca descendieron de forma pronunciada (véase el Cuadro). Posteriormente, sin embargo, como los precios de la cebada empezaron a subir, también se recuperó el precio de los gránulos de yuca, a un promedio de 177 dólares EE.UU. en 1995 frente a los 144 dólares EE.UU. del año anterior. Pese al aumento del precio y a la escasez, la yuca siguió siendo un ingrediente forrajero atrayente en la Comunidad. Entre los factores que explican este fenómeno figuran los precios de los cereales internos que aumentan constantemente en la Comunidad a cotizaciones muy superiores a los niveles de intervención, y la baja de los precios de las importaciones de harina de soja en el primer semestre de 1995, en comparación con el mismo período del año anterior. En consecuencia, en 1995 el precio medio anual de los gránulos llegó a 177 dólares EE.UU. por tonelada f.o.b. Rotterdam. Es decir, casi 33 dólares EE.UU. por tonelada, o sea casi un 25 por ciento más que el año anterior. Pese al aumento de los precios de la harina de soja en el segundo semestre de 1995, los precios de las mezclas de yuca/soja en la CE se mantuvieron considerable-mente inferiores a las cotizaciones de la cebada en España durante el mismo período, pero superaron los precios de la cebada en Alemania y los Países Bajos desde julio de 1995.

1/ En virtud del "mecanismo de contingentes de incentivo" los exportadores indonesios tenían derecho a exportar en 1995 hasta 2,6 tone-ladas a la CE por cada tonelada exportada a los países extracomunitarios.

2/ Para reemplazar a los cereales en las ra-ciones de piensos los gránulos de yuca tienen que complementarse con harinas protéicas (p.e. una mezcla de un 80 por ciento de gránulos de yuca y un 20 por ciento de harina de soja).

PRECIOS DE LA YUCA, HARINA DE SOJA
Y CEBADA EN LA CE

Granulos de yuca 1/ Mezcla de yuca
y harina de soja 2/
Cebada 3/
(. . dólares EE.UU./tonelada . .)
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996 4/
167
178
183
137
144
177
164
175
186
187
151
154
181
182
225
222
235
197
182
209
219

FUENTE: FAO, Oil World y Agra Europe.
1/ Precios f.o.b. Rotterdam, (barcaza y ferrocarril), incluído un gravamen del 6 por ciento.
2/ Mezcla efectuada con un 80 por ciento de gránulos de yuca y un 20 por ciento de harina de soja.
3/ Precio de venta de la cebada en España.
4/ Promedio de enero-febrero.


Perspectivas variadas para la producción y el comercio en 1996

Según los primeros indicios, la producción mundial de yuca en 1996 apunta a una recuperación en Asia. Las estimaciones provisionales de la superficie cultivada en dicha región señalan una expansión ya que en los principales países exportadores se van reemplazando gradualmente las variedades tradicionales con variedades nuevas de mayor rendimiento. Estas variedades tienen un elevado contenido de fécula apto para la elaboración, con lo que se satisface la creciente demanda interna y externa de productos de tapioca. Por lo que respecta a Tailandia, la producción de 1996 se pronostica en 17,6 millones de toneladas, gracias a la expansión del 4 por ciento de la superficie sembrada prevista en el marco del octavo plan económico y social nacional. Las es-peranzas de elevados ingresos de exportación por las ventas con valor añadido de fécula, harina y otros pro-ductos, podrían inducir a aumentar la utilización de va-riedades de mayor rendimiento más de lo actualmente previsto. En Africa, la producción podría aumentar, particularmente en algunos países en los que se prevé una reacción de los productores al aumento de los pre-

cios de importación de la yuca y los cereales y a una recuperación de las plantaciones tras la sequía. Además, la actual difusión de las variedades de alto rendimiento y resistentes a las plagas, introducidas últimamente, podría contribuir a llevar la producción de varios países por lo menos a los niveles de 1993. También podría registrarse un incremento en América Latina y el Caribe en coherencia con las tasas tendenciales del crecimiento de la producción.

La magnitud del comercio mundial de yuca en 1996 dependerá principalmente de la evolución de los precios de los cereales y de la soja en la CE, pero también de los efectos de la ampliación de la Comunidad y de la disponibilidad de suministros y los precios en los principales países exportadores. Dada la continua demanda de piensos y los altos niveles de los precios de los cereales y harinas oleaginosas, parece improbable que vuelva a disminuir en la CE, al menos a corto plazo, el nivel de utilización de la yuca en los forrajes compuestos (el nivel más bajo de los últimos cinco años fue el de 1995) y que aumente el uso de cereales a expensas de la yuca. En consecuen-cia, se prevé que en 1996 las importaciones de gránu-los de yuca de la CE serán ligeramente mayores que en 1995, también a causa de que Tailandia había de-jado sin utilizar unos 1,75 millones de toneladas del contingente de la CE en 1995. En consecuencia, se prevé que las exportaciones de yuca por parte de Tailandia serán mayores en 1996, gracias a una recu-peración de la superficie plantada y, por consiguiente, al aumento de las disponibilidades, a menos que el tiempo sea desfavorable. No se prevén cambios importantes en los envíos a la CE por parte de otros países exportadores debido a que los contingentes de 1996 se han fijado en el mismo nivel del año anterior. En cambio, la fuerte demanda de productos derivados de la yuca, como la fécula y la harina, en Asia podría seguir estimulando las exportaciones mundiales de dichos productos a esos países.


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