Ha disminuido la producción de cereales en algunos países del Africa austral. Las repercusiones negativas de El Niño han sido menores de lo previsto en la subregión, con unas precipitaciones abundantes que determinaron unas cosechas de cereales superiores a la media en Angola, Malawi, Mozambique y Swazilandia. Sin embargo, unas rachas secas prolongadas perjudicaron los cultivos en Lesotho, Namibia, Zambia y, en menor medida, Botswana, Sudáfrica y Zimbabwe. Se supone que en estos seis países la producción será inferior a los niveles de 1997.
En el Africa oriental, las perspectivas de la producción de alimentos son desfavorables en Somalia, debido a una gran disminución de la superficie sembrada determinada por el tiempo seco y una serie de factores negativos relacionados con las inundaciones del año pasado. Otra cosecha menguada agravaría la inestable situación alimentaria del país. En otras partes de la región, como en el sur del Sudán, la situación alimentaria es grave, debido a la mala cosecha de 1997 y a la intensificación de los conflictos civiles. Según las últimas estimaciones, 1,2 millones de personas estarán expuestas al hambre si no se distribuye urgentemente más ayuda alimentaria.
En Asia, la siembra de los cultivos de arroz y cereales secundarios se ve favorecida por unas lluvias caídas recientemente, que señalaron el comienzo de la temporada monzónica. En la India, se pronostica ofi-cialmente un monzón normal, mientras que en China se prevé una cosecha de verano inferior a la del año pa-sado debido a la amenaza de precipitaciones excesivas y langostas. En Indonesia, unos fuertes chaparrones no estacionales aumentaron los abastecimientos de riego para los cultivos de la segunda temporada en Java. Se pronostica provisionalmente que la producción regional de cereales aumentará en 1998 con respecto a la estimación de 968 millones de toneladas del año pasado. Sin embargo, la situación de los suministros de ali-mentos sigue siendo difícil en algunos países, particularmente en Indonesia y la RPD de Corea, donde la se-quía prolongada de 1997 redujo gravemente la producción de cereales. Una misión de evaluación de cultivos y suministros alimentarios de la FAO y el PMA, realizada en el lugar y concluida recientemente, ha observado una profundización de las dificultades en materia de suministros de alimentos y ha instado a que aumente la asis-tencia alimentaria internacional. En el Iraq, la producción de alimentos sigue limitada por la escasez de insumos agrícolas.
El Niño sigue afectando a los cultivos en algunas partes de América Latina. En América Central y el Caribe, un tiempo anormalmente seco y unas temperaturas elevadas relacionadas con El Niño están retrasando la siembra de las cosechas de cereales de la primera temporada de 1998/99, que en la mayoría de los países comienza en mayo. En América del Sur, una sequía prolongada ha afectado gravemente a los cultivos en el nordeste del Brasil así como en los valles de las tierras altas de Bolivia, mientras que las lluvias excesivas y las inundaciones están afectando a los cultivos en varias otras partes de la subregión.
En la CEI, la cosecha de cereales de 1998 debería ser inferior a la del año pasado. Es probable que disminuyan las cosechas de invierno en Ucrania y la Federación de Rusia, donde la destrucción invernal ha sido mayor que el año pasado, las siembras de primavera se han retrasado, y las condiciones agroclimáticas en el Cáucaso Norte son desfavorables.
Las perspectivas de las cosechas de cereales de 1998 siguen siendo satisfactorias en Europa. Se supone que la producción se mantendrá prácticamente inalterada con respecto a la buena cosecha del año pasado en la CE, pero se pronostican producciones menores en algunos países de Europa oriental.
En los Estados Unidos las condiciones de crecimiento del trigo de invierno siguen siendo buenas tras un tiempo favorable, y la producción total de trigo se pronostica en 64,1 millones de toneladas, otra cosecha buena, pero inferior en un 7 por ciento a la excelente cosecha de 1997. También han sido buenas las condiciones agroclimáticas para la siembra de maíz, y la producción debería aumentar en otro 4 por ciento con respecto a la ya buena cosecha del año pasado.
En Australia, las perspectivas para la cosecha de trigo de invierno han mejorado gracias a unas lluvias generalizadas recibidas en abril y mayo, y la producción podría superar a la de 1997. Ahora bien, se ha dedicado una superficie menor a los cereales secundarios, cuya producción, según los pronósticos, descenderá.