FAO/SMIA - Cosechas y escaseces alimentarias No.1, Febrero 2000 - Page 3

Previous PageTable Of ContentsNext Page


SITUACION DE LAS COSECHAS Y DE LOS SUMINISTROS ALIMENTARIOS

Unas inundaciones registradas a principios de febrero, las peores en 40 años, devastaron muchos países del Africa austral, dejando a miles de personas en un total abandono y sin vivienda. Las lluvias constantes están impidiendo el acceso a las poblaciones afectadas y la ejecución de las operaciones de socorro. El sur de Mozambique es la parte más castigada, estimándose en 300 000 las personas desplazadas. Una grave sequía en el Africa oriental ha dificultado enormemente el suministro de alimentos en algunos países, siendo la región de Bakool, en el sur de Somalia, la que suscita más preocupación. También escasean los suministros de alimentos en Liberia y Sierra Leona, que siguen dependiendo de la ayuda alimentaria, pero otros países de la región obtuvieron una cosecha favorable en 1999. Se siguen realizando importantes operaciones de socorro en los estados orientales de la India, en los que a raíz del efecto devastador del ciclón que se produjo en octubre pasado murieron muchos miles de personas y otras tantas fueron desplazadas y quedaron sin vivienda. A medida que se acerca el período de escasez se va necesitando más asistencia en la República Popular Democrática de Corea, mientras que en Timor oriental se necesita con urgencia una ayuda internacional para rehabilitar la agricultura y la economía de las cuales dependerá totalmente la seguridad alimentaria en el futuro. En los países de la CEI, continúa la crisis humanitaria en Chechenia y un sector grande de la población afectada necesita urgentemente asistencia alimentaria y médica. Muchos países balcánicos siguen afectados en diversa medida por problemas alimentarios, exacerbados por una grave crisis económica. En la provincia de Kosovo, se sigue prestando asistencia alimentaria a alrededor de 600 000 personas.

No se han producido fenómenos meteorológicos que afecten las perspectivas a corto plazo de la producción en Asia, donde se está recogiendo el trigo de la cosecha principal en China, la India y el Pakistán, mientras que las perspectivas para el arroz de la temporada principal y de la segunda temporada de la mayoría de los otros países son en general satisfactorias. En los países asiáticos de la CEI es demasiado pronto para pronosticar el resultado de la cosecha, pero se estima que la producción de 1999 ha aumentado en alrededor de 7 millones de toneladas con respecto a 1998. En el Cercano Oriente, las precipitaciones recibidas últimamente mejoraron las perspectivas de las cosechas, y todo hace pensar en una recuperación respecto al año pasado en el que algunos países resultaron afectados por una sequía devastadora. En Europa, las condiciones atmosféricas invernales han sido en general favorables y los niveles de humedad del suelo son suficientes para los cultivos. Se estima que la superficie total de trigo ha aumentado en alrededor de un 5 por ciento. En la mayoría de los países de América del Sur y el Caribe, se prevé que la producción continuará recuperándose, tras las devastaciones causadas por el huracán Mitch al final de 1998.

PANORAMA REGIONAL

 

Africa

En Africa septentrional, las perspectivas iniciales para las cosechas de cereales de 1999/2000, que se recogerán alrededor de abril, son en general favorables en Argelia, Egipto, Marruecos y Túnez, pese a un cierto retraso de la siembra en algunas partes debido a las precipitaciones inferiores a normal recibidas al principio de la temporada. En Egipto y Marruecos, como consecuencia de las iniciativas tomadas por el gobierno para aumentar la producción y la seguridad alimentaria, se supone que la producción crecerá con respecto al año pasado, debido a una utilización mayor de tecnologías y de variedades de alto rendimiento y a la expansión de la superficie cultivada, respectivamente. En la mayoría de las partes, la producción final depende considerablemente de las precipitaciones que se reciban oportunamente durante el resto de la campaña. La situación alimentaria de la subregión se mantiene estable.

En el Africa occidental, actualmente se realizan pocas actividades agrícolas, fuera de la plantación limitada de cultivos de decrecida o fuera de estación. Las perspectivas son en general favorables, principalmente en Mauritania y el Senegal, donde los ríos inundaron grandes extensiones de tierra. Las inundaciones afectaron también algunos arrozales o zonas productivas de regadío en Mauritania, el Senegal, el Níger y el Chad. Gracias a unas cosechas superiores a lo normal obtenidas en la mayoría de los países en 1999, la situación de los suministros alimentarios es en general favorable.

Durante la campaña agrícola principal de 1999 se recibieron en el Sahel lluvias en general abundantes y periódicas que permitieron condiciones de crecimiento favorables, y las invasiones de plagas fueron mínimas. Como consecuencia, se ha obtenido una cosecha excelente por segundo año consecutivo. La FAO/CILSS calcula la producción total de cereales obtenida por los países miembros del CILSS en 1999 en un nivel sin precedente de 10,9 millones de toneladas, alrededor de un 2 por ciento más que en 1998 y un 16 por ciento más que la media de los últimos cinco años. Cabo Verde, Gambia, Malí y Mauritania han alcanzado una producción récord, mientras que Burkina Faso, el Chad, el Níger y el Senegal obtuvieron una producción superior a la media.

La producción favorable de 1999 permitió la reposición de las existencias agrícolas y de las reservas de seguridad nacional. Los precios de los cereales disminuyeron considerablemente en los mercados, que están bien abastecidos.

En otras partes de Africa occidental, Liberia y Sierra Leona siguen dependiendo considerablemente de la asistencia alimentaria internacional, pese a alguna mejora de la producción de alimentos, lograda principalmente en Liberia. Una misión de evaluación de la FAO enviada a Sierra Leona en diciembre estimó la producción arrocera en alrededor de un 45 por ciento de la producción anterior a la guerra y en un 60 por ciento de la producción de 1997 que mejoró la seguridad alimentaria. La constante sustitución de los cereales por raíces y tubérculos durante la guerra ha reducido la importación de cereales para satisfacer las necesidades.

En el Africa central, la producción fue favorable en la República Centroafricana y el Camerún. Pero tanto en la República del Congo como en la República Democrática del Congo los disturbios civiles siguen impidiendo la agricultura y el mercadeo. En la República del Congo, las inundaciones de noviembre y diciembre afectaron la región septentrional y Brazzaville, la capital. La situación nutricional de las personas desplazadas constituye un motivo de preocupación.

En la República Democrática del Congo, se registra una grave escasez de alimentos y malnutrición en un gran número de personas desplazadas, principalmente en las zonas nordorientales de Katanga y Kivu Sur, que siguen inaccesibles debido a la inseguridad.

En el Africa oriental, se han producido pérdidas importantes de cosechas y de ganado debidas a la sequía, lo que dificultó enormemente el suministro de alimentos, de manera que para todo el 2000 se necesitará una cantidad considerable de asistencia alimentaria. En general, las lluvias han sido escasas en la mayoría de las zonas ganaderas de la subregión, incluidas la mayor parte de Somalia, el este de Etiopía y el norte de Kenya, lo cual ha afectado gravemente los pastizales y el ganado, provocando una escasez crítica de alimentos y la migración de un gran número de personas en busca de agua y alimentos.

Los conflictos civiles pasados o todavía en curso en algunas partes, particularmente en Somalia, el Sudán y Uganda, también están trastornando gravemente la producción y distribución de alimentos, dando lugar a una escasez de alimentos y al desplazamiento de la población. Ultimamente se han formulado llamamientos para pedir asistencia alimentaria en favor de millones de personas afectadas por la sequía y/o los conflictos en Etiopía, Eritrea, Kenya y el Sudán, mientras que en Somalia, Tanzanía y Uganda se está distribuyendo ayuda alimentaria.

Actualmente, la recolección de la cosecha secundaria de cereales de 1999/2000 está muy avanzada en algunos países y las perspectivas son variadas. Debido al retraso e irregularidad de las precipitaciones recibidas durante la campaña, se prevé una disminución de la producción en Kenya y Tanzanía. En cambio, en Somalia, el Sudán y Uganda debido al buen tiempo imperante durante la campaña las perspectivas siguen siendo en general favorables. En Somalia, sin embargo, la insuficiencia de las lluvias "Deyr" caídas en zonas extensas de la región meridional de Bakool dieron lugar a una séptima mala cosecha consecutiva. Cerca de 68 000 agricultores y pastores de la región están haciendo frente a una grave escasez de alimentos que ya se ha cobrado algunas vidas humanas. También han perecido miles de cabezas de ganado debido a la escasez de agua y de pastizales. En otras partes, como en Rwanda, la producción de las cosechas de la temporada A del 2000 recientemente recogidas se estiman en un volumen considerablemente superior al del año pasado, debido principalmente a un aumento de la superficie plantada. En algunas partes, sin embargo, persiste la escasez de alimentos pese a una mejora general de la producción. En cambio, en Burundi, el tiempo seco y un desplazamiento de la población en gran escala debido a la inseguridad dieron lugar a una disminución de la producción de la temporada A del 2000. Los suministros totales de alimentos escasean en el país debido a la mengua de la cosecha de la temporada A del 2000, y la situación sanitaria es particularmente crítica para unas 800 000 personas desplazadas en campamentos de reagrupación, la mayoría de las cuales no tiene acceso a los campos. Crece la malnutrición en los campamentos, y el gobierno anunció últimamente que empezará a cerrar algunos.

En el Africa austral, las perspectivas generales para las cosechas de cereales del 2000, que se recogerán a partir de abril/mayo, siguen siendo inciertas. Pero la situación varía de un país a otro, debido a que las lluvias recibidas desde el comienzo de la campaña han sido irregulares. En algunas zonas, fueron excesivas, mientras que en otras hubo rachas secas prolongadas. Unas lluvias torrenciales caídas en la primera década de febrero en Mozambique, Sudáfrica, Botswana y Swazilandia causaron pérdidas de vidas humanas y daños graves a las viviendas y a la infraestructura, lo que agravó la situación. Todavía no se dispone de una evaluación de las pérdidas de cosechas, pero las inundaciones, las peores en cuarenta años, afectaron a las zonas agrícolas en la fase crítica de la floración. Miles de personas han quedado sin vivienda, y muchas ciudades están aisladas debido a la gravedad de los daños causados a los caminos y puentes, que ha dificultado las operaciones de evacuación y socorro. En Mozambique, el número de las personas gravemente afectadas por las inundaciones se calcula actualmente en 300 000. El Gobierno de Mozambique ha hecho un llamamiento pidiendo 2,7 millones de dólares EE.UU. en concepto de asistencia internacional para capear la emergencia. El PMA está distribuyendo actualmente ayuda alimentaria de urgencia a 150 000 personas del país. En Sudáfrica, el número de las personas que han quedado sin vivienda se estima provisionalmente en 100 000, y 4 000 en Botswana. Para Swazilandia no se ha hecho aún una evaluación. En Lesotho, unas lluvias abundantes caídas a principios de febrero aportaron un alivio a los cultivos afectados por la sequía, pero es posible que hayan llegado demasiado tarde para evitar una disminución de los rendimientos. En cambio, hacen falta más lluvias en Malawi, Namibia y Zambia, donde las precipitaciones de febrero fueron inferiores a la media. En Madagascar, las perspectivas para la cosecha de arroz del 2000 son desfavorables, ya que el tiempo seco imperante desde la tercera década de enero hasta mediados de febrero perjudicó la siembra y los rendimientos. En Zimbabwe, aunque las condiciones de crecimiento son satisfactorias debido a unas lluvias favorables recibidas desde el comienzo de la campaña, es probable que la producción de maíz se vea afectada por la reducción de la superficie plantada debida a la utilización de la tierra para cultivos más rentables.

En otras partes de la subregión, como en Angola, la situación alimentaria sigue siendo extremadamente grave debido a la guerra, y se sigue necesitando ayuda alimentaria de urgencia para alrededor de 1,1 millones de personas desplazadas, así como para un gran número de refugiados angoleños que están en Zambia y Namibia. También es difícil la situación alimentaria para un número grande de personas vulnerables de las zonas urbanas de Zimbabwe, debido a los niveles altos de inflación y a la escasez de comestible.

Asia

A pesar de algunas inundaciones registradas en Filipinas y la República Islámica del Irán, y de algunos terremotos de poca intensidad verificados en el Nepal y en la frontera entre Tailandia y Laos durante el período comprendido entre diciembre y principios de febrero, no se han producido catástrofes naturales que hayan afectado gravemente la producción de alimentos o provocado un desplazamiento grande de la población. Las actividades agrícolas principales de China y la India, los mayores productores de la región, giran en torno al trigo, que se encuentra en estado de latencia y en fase de desarrollo, respectivamente. Las perspectivas iniciales para la cosecha de ambos países se vieron algo favorecidas por el aumento de las precipitaciones en enero. Sin embargo, la superficie total sembrada este año en China disminuyó en alrededor de un 7 por ciento con respecto a 1998 debido a la baja de los precios al productor, mientras que en la India disminuyó en alrededor de un 2 por ciento a 26,2 millones de hectáreas. Las perspectivas iniciales para el trigo se han visto favorecidas también en el Pakistán por el aumento de las precipitaciones que, según las estimaciones oficiales, determinarán, junto con el aumento de los precios de sostenimiento para la cosecha de este año, un incremento de alrededor de 2 millones de hectáreas respecto a 1999.

Con respecto a la producción arrocera, se está realizando actualmente, en coincidencia con el monzón nordoriental, la cosecha principal de Indonesia y Sri Lanka, y las perspectivas iniciales son en general satisfactorias. En Viet Nam se está plantando la cosecha principal de invierno/primavera, mientras que en la mayoría de los otros países productores de arroz de la región ya se ha recogido la cosecha principal, y actualmente sólo se están plantando o están en las fases iniciales de desarrollo los cultivos secundarios de la estación seca/de regadío. Las perspectivas son en general favorables. En Filipinas, la producción de la cosecha actual, pronosticada en 5,4 millones de toneladas, supera en alrededor de un 2 por ciento a la de 1999. En Tailandia ha comenzado la plantación de la cosecha de la segunda temporada, que se recogerá en mayo/junio. Esta cosecha representa alrededor del 20 por ciento de la producción total anual de arroz, la mayor parte de la cual proviene de la cosecha principal que se planta sobre todo en torno a junio/julio. En Bangladesh, también son buenas las perspectivas generales para el arroz de 1999/2000, cuya producción de las cosechas primera y segunda (Aus y Aman) registró un incremento, a la vez que ha comenzado la plantación de la cosecha boro de regadío. El objetivo de producción de la cosecha boro es de 9,2 millones de toneladas (arroz elaborado). La recolección de la cosecha principal de la temporada húmeda está llegando a su término en Camboya y las perspectivas son en general favorables, pronosticándose la producción total de arroz en 3,8 millones de toneladas, alrededor de un 8 por ciento más que en 1998/99.

Las poblaciones vulnerables de algunos países de la región continúan sufriendo graves dificultades en el suministro de alimentos debidas a catástrofes verificadas en el pasado y a los efectos de la crisis económica. Se sigue prestando asistencia humanitaria en gran escala a las personas afectadas por un ciclón que el año pasado devastó la parte nordoriental de la India. En otras partes, como en la República Popular Democrática de Corea, la situación del suministro de alimentos continúa siendo un motivo de preocupación ya que la producción interna de alimentos está muy por debajo de las necesidades, mientras que la capacidad del país para colmar el déficit con importaciones comerciales es muy limitada debido a los problemas económicos. Por esta misma razón, es muy limitado el suministro de los insumos esenciales a la agricultura, de los cuales el sector depende totalmente para una producción intensiva. En Timor oriental, las necesidades de asistencia alimentaria fueron considerables entre noviembre de 1999 y marzo de este año cuando comienza la recolección de las cosechas principales, pero las perspectivas generales del suministro de alimentos a plazo medio (campaña comercial 2000/2001 (abril/marzo)) son menos pesimistas que durante la crisis que siguió al referéndum de agosto de 1999. No obstante, se sigue necesitando una ayuda considerable de los donantes para la recuperación económica. Persisten las preocupaciones por la situación apremiante que están atravesando los refugiados en Timor occidental, acerca de los cuales el UNICEF informa que alrededor del 24 por ciento de los niños adolece de malnutrición entre moderada y grave y un 4 por ciento, de malnutrición grave.

Es demasiado pronto para pronosticar las perspectivas de las cosechas del 2000 en los países asiáticos de la CEI. En Kazajstán, con mucho el mayor productor de la zona, el grueso de los cereales y legumbres del 2000 no se plantará hasta la primavera. En cuanto a los otros países, se informa que la superficie sembrada con cereales y legumbres de invierno ha continuado disminuyendo (en el Cáucaso y Kirguistán) ya que los agricultores prefieren cultivos más rentables. En Tayikistán, para lograr una recuperación de la producción de este año se deben abordar las graves pérdidas de cosecha provocadas en 1999 por la roya amarilla y el tizón. En Uzbekistán, la superficie sembrada con cereales y legumbres de invierno ha aumentado de 50 000 hectáreas. Turkmenistán prevé aumentar la superficie sembrada cultivando tierras vírgenes. Según las estimaciones, en 1999 la producción total de granos (cereales y legumbres) de los ocho países asiáticos de la CEI ha aumentado a 24 millones de toneladas con respecto a los 17 millones de toneladas de 1998. La producción de trigo aumentó en 6 millones de toneladas a 19 millones de toneladas, principalmente en Kazajstán, Azerbaiyán, Georgia, Turkmenistán y Uzbekistán. La de cereales secundarios se incrementó en 1,4 millones de toneladas a 4,5 millones de toneladas. En Kazajstán, la cosecha de trigo se duplicó a 11 millones de toneladas, mientras que la de los cereales secundarios se recuperó a 2,8 millones de toneladas con respecto a los 1,5 millones de toneladas de 1998. Turkmenistán alcanzó una producción sin precedente de 1,5 millones de toneladas de cereales y legumbres (principalmente trigo). En Uzbekistán, la producción total de cereales y legumbres de 1999 se calcula en 4 450 000 toneladas (1998: 4,2 millones de toneladas), incluidos 3,7 millones de toneladas de trigo (1998: 3,6 millones de toneladas). En Kirguistán, la producción de cereales y legumbres (1,6 millones de toneladas) fue igual a la de 1998, pero la de trigo (1,1 millones de toneladas) disminuyó debido a que la tierra se destinó a cultivos y forrajes más rentables. La producción disminuyó considerablemente sólo en Tayikistán (un 20 por ciento), situándose en 400 000 toneladas. En el Cáucaso, unas lluvias caídas oportunamente durante la campaña y un mejor aprovechamiento de la tierra por parte de los agricultores privados redundaron en un aumento de los rendimientos del trigo, que en total compensó la reducción de la superficie sembrada.

La situación general del suministro de alimentos ha mejorado debido al aumento de la producción, que redujo las necesidades de importación, salvo en Tayikistán. Además, gracias a la gran cuantía de excedentes exportables de Kazajstán, estimados hasta en 7-8 millones de toneladas en 1999/2000, la región de la CEI dispone de cereales y legumbres para satisfacer las necesidades de la Federación de Rusia y otros países vecinos. En Tayikistán, se prevé que la necesidad de importación de cereales aumentará a 455 000 toneladas, incluida la necesidad de 148 000 toneladas de ayuda alimentaria. Hay indicios de que el déficit se está colmando con importaciones, principalmente de Kazajstán, que exportó unas 250 000 toneladas de trigo al país entre junio y diciembre de 1999.

En todos estos países, sin embargo, las estadísticas globales ocultan las discrepancias cada vez mayores que existen en materia de ingresos. Como consecuencia, todos los países cuentan con personas social y económicamente vulnerables. En Armenia, Azerbaiyán, Georgia y Tayikistán, países en los que la fuerte disminución del PIB después de la independencia se vio agravada por disturbios civiles prolongados, las poblaciones vulnerables (sobre todo los refugiados y las PDI) siguen necesitando asistencia alimentaria humanitaria. Además, en Kirguistán se están utilizando los fondos de contrapartida de una parte de las promesas de ayuda alimentaria para programas con objeto de contribuir a financiar el pago más puntual de los beneficios sociales a las personas económicamente vulnerables.

En el Cercano Oriente, las perspectivas para las cosechas mejoraron últimamente debido a unas lluvias favorables recibidas en Jordania, Siria, Arabia Saudita y Turquía. Pero en el Afganistán, es probable que la producción se vea limitada por la grave escasez de insumos agrícolas y los desplazamientos de la población causados por los conflictos civiles. En el Iraq, pese a unas lluvias beneficiosas recibidas últimamente, una sequía prolongada y la escasez de insumos agrícolas continúan afectando a la producción de cereales.

Normalmente, la mayor parte de los países de la región, con excepción del Afganistán, cubren comercialmente sus necesidades de importación de cereales. En 1999, sin embargo, algunos países de la región experimentaron la peor sequía en decenios que redujo la producción de alimentos y dejó a cientos de miles de personas vulnerables en necesidad de ayuda alimentaria. En el Iraq, no obstante alguna mejora de la situación general de los suministros alimentarios debida a la aplicación del acuerdo "petróleo por alimentos", en muchas partes cunden los problemas sanitarios y nutricionales.

América Latina

En América Central y el Caribe, entre las actividades agrícolas principales figura la terminación de la recolección de las cosechas de la segunda y tercera campaña ("apante") de 1999/2000. La producción de cereales se ha acrecentado considerablemente con respecto a 1998/99 en prácticamente todos los países, si se exceptúa Honduras, donde disminuyó, debido principalmente a unos precios al productor nada ventajosos. La producción total de cereales de Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Nicaragua se estima provisionalmente en 3,3 millones de toneladas, frente a los 2,9 millones de toneladas del año anterior, en el que los cultivos se vieron afectados por el huracán "Mitch". En México, está a punto de comenzar la recolección de la cosecha de trigo de 1999/2000, cuya producción se prevé inferior a la media debido principalmente al mal tiempo imperante durante la siembra. En cambio, la de maíz debería ser ligeramente superior a la media. En Haití y la República Dominicana se han terminado de recoger las cosechas de la segunda temporada, pronosticándose provisionalmente una producción de cereales para 1999/2000 entre media y superior a la media. En Cuba, sin embargo, persiste la sequía y la situación debe ser objeto de vigilancia ya que faltan todavía algunas semanas para la estación de las lluvias.

En las partes australes de América del Sur, ha terminado últimamente la recolección del trigo de 1999 en la Argentina, el Brasil, y el Uruguay, con una producción superior a la media. En Chile, donde todavía se está cosechando, se prevé una recuperación con respecto a la cosecha afectada por la sequía del año pasado. En todos estos países ha terminado la plantación de la cosecha de maíz del 2000, y los pronósticos iniciales indican una producción entre media y superior a la media. En los países andinos, las perspectivas para la siembra de los cultivos de cereales de la primera temporada en Bolivia y el Perú son favorables, mientras que en el Ecuador, donde la plantación del maíz fue inferior a la media debido al costo elevado de los insumos y a las limitaciones del crédito causadas por la crisis económica, las perspectivas son malas. En Colombia, ha comenzado la recolección de las cosechas de cereales secundarios de la segunda temporada de 1999/2000 y, pese a las posibles pérdidas debidas a las intensas lluvias e inundaciones registradas en diciembre, se prevé una producción media. En Venezuela, unas lluvias incesantes y torrenciales caídas en diciembre provocaron grandes aludes de lodo e inundaciones, que causaron un gran número de víctimas y daños agrícolas y económicos en gran escala. La comunidad internacional está prestando asistencia alimentaria de urgencia, y se están ejecutando programas de rehabilitación.

Europa

En la CE, la mayor parte de los cultivos de trigo de invierno sembrados en otoño pasado en los países septentrionales está todavía en fase de latencia, mientras que en el sur ha terminado en diciembre/enero la plantación de los cultivos tardíos. Las condiciones atmosféricas invernales han sido favorables y se señala que los niveles de humedad del suelo son suficientes para el desarrollo de los cultivos de primavera. Se estima que la superficie total sembrada con trigo de invierno en la CE ha aumentado en alrededor de un 5 por ciento, a expensas principalmente de las semillas oleaginosas, a causa de las cuantiosas existencias de dicho producto y la disminución de la ayuda dada a los productores para la producción de semillas oleaginosas en el 2000, en el marco del primer año de la reforma del programa 2000.

En los países de Europa oriental, los primeros informes indican también un incremento general de la superficie sembrada con trigo con respecto al año anterior, debido principalmente a una mejora del tiempo durante la siembra. Sin embargo, en algunos países la limitación o falta de crédito a los pequeños agricultores sigue siendo el problema mayor para la productividad, ya que restringe el acceso a las semillas de alta calidad, los fertilizantes y los plaguicidas/herbicidas. A principios del 2000, los países balcánicos acusan las consecuencias de un decenio de disturbios civiles que culminaron en la guerra que tuvo como escenario la provincia de Kosovo de la República Federal de Yugoslavia (Serbia y Montenegro) en 1999. Ahora, la República Federal de Yugoslavia tiene más refugiados que cualquier otro país europeo y se encuentra en un estado de grave crisis económica, caracterizada por el deterioro de los servicios públicos, la destrucción de las fábricas de fertilizantes y combustible y el colapso de los servicios sociales. Hay más de 1,1 millones de personas desplazadas en el interior del país. Las personas marginadas económica y socialmente reciben actualmente asistencia alimentaria en Serbia (excluido Kosovo) y Montenegro. En la provincia de Kosovo, el PMA continúa prestando asistencia alimentaria a alrededor de 600 000 personas, mientras que 400 000 la están recibiendo de otras organizaciones. Es probable, sin embargo, que en la primavera y al principio del verano (abril-junio) disminuya el número de las personas de Kosovo que necesitarán ayuda alimentaria, ya que la economía y los ingresos familiares están mejorando. En Albania y la ex República Yugoslava de Macedonia se sigue prestando asistencia a los refugiados y a las personas vulnerables, afectados por la guerra de Kosovo.

En los tres países bálticos, la superficie sembrada con cereales de invierno podría recuperarse algo como efecto del aumento de los precios de los cereales en la presente campaña. La cosecha de cereales de 1999 se estima en sólo 3,7 millones de toneladas, volumen muy inferior al de 1998. La producción ha disminuido en los tres países, pero la reducción es más marcada en Lituania, donde la producción de cereales de 1999 descendió a 2,1 millones de toneladas (1998: 2,8 millones de toneladas). No obstante, la situación del suministro de alimentos sigue siendo satisfactoria y las importaciones no deberían aumentar rápidamente.

En los cuatro países de la CEI situados al oeste de los Urales, los cultivos de invierno (principalmente trigo y centeno) para la cosecha de este año se han plantado en una superficie algo más pequeña, de ahí que las perspectivas sean variadas. En Belarús y la Federación de Rusia, por ahora las perspectivas de la cosecha son satisfactorias. En cambio, en Moldova y Ucrania, la sequía imperante durante la siembra y los retrasos de ésta se han traducido en una emergencia deficiente, de manera que es posible que hasta 1,5 millones de hectáreas de un total de alrededor de 7,5 millones de hectáreas plantadas en estos dos países tengan que resembrarse con cebada de primavera. Si a esto se suma la utilización insuficiente de productos agroquímicos y unas condiciones del crédito para productos básicos más rigurosas, las perspectivas para Ucrania son de otra mala cosecha de invierno. Ahora bien, alrededor del 50 por ciento de los cultivos de cereales y legumbres no se plantará hasta la primavera.

Debido a las dificultades económicas y a las medidas políticas que redundaron en una disminución de la superficie plantada y de los insumos disponibles, y al mal estado del tiempo (particularmente en Ucrania, pero también en Belarús y Moldova), la producción de cereales y legumbres de 1999 fue sólo marginalmente superior a la mala cosecha de 1998. La FAO estima la producción total de cereales y legumbres de Belarús, Moldova, la Federación de Rusia y Ucrania en 93 millones de toneladas, sólo 2 millones de toneladas más que la producción calculada en 1998. La producción total de trigo de estos cuatro países creció marginalmente a 50 millones de toneladas, con unos rendimientos mejores en la Federación de Rusia (34 millones de toneladas, según estimaciones de la FAO, frente a 30 millones de toneladas en 1998) que compensaron la disminución de la producción en Belarús, Moldova y Ucrania (15 millones de toneladas, frente a 17 millones de toneladas). La producción total de cereales secundarios se calcula en 40 millones de toneladas, sólo 1 millón de toneladas más que en 1998.

Debido a esta segunda mala cosecha consecutiva, la situación del suministro de alimentos sigue siendo difícil en los cuatro países. Es probable que se satisfagan las necesidades con importaciones, pero la disponibilidad de piensos es muy limitada y es probable que la producción pecuaria se contraiga ulteriormente en el 2000. Según las estimaciones actuales, las importaciones agregadas de estos cuatro países casi se duplicarán a 7,5 millones de toneladas, debido al aumento registrado particularmente en Belarús y la Federación de Rusia. Hay indicios de que los volúmenes no cubiertos por promesas de ayuda alimentaria se movilizarán comercialmente. En Belarús, los problemas económicos y el mal tiempo dieron lugar a una cosecha mínima de 3,7 millones de toneladas, y el país está tratando de importar cereales tanto para el consumo humano como para pienso. En la Federación de Rusia, pese a una cosecha algo mayor (estimada por la FAO en 60 millones de toneladas, frente a los 54 millones de toneladas de 1998), la situación general de los suministros sigue siendo difícil y no hay posibilidad de reconstituir las existencias que disminuyeron en 1998/99. Las restricciones impuestas por las autoridades regionales al movimiento de cereales y legumbres está agravando la situación de la oferta. Los precios de los cereales, que se mantuvieron estables hasta principios de este año, están subiendo como efecto, entre otras cosas, del aumento del 15 por ciento del costo del transporte de los cereales y legumbres por ferrocarril desde Kazajstán, un proveedor importante. No obstante, para cubrir su necesidad total de importaciones, calculada en 6 millones de toneladas (incluidos 3 millones de toneladas de promesas de ayuda alimentaria arrastradas principalmente desde 1998/99) las importaciones comerciales efectuadas en el primer semestre ascendieron a 2,1 millones de toneladas. A pesar de que la producción de 1999/2000 es peor que la de 1998, Ucrania seguirá siendo un exportador neto de algunos cereales, pero es posible que tenga que importar algo de cereales destinados al consumo humano para las zonas deficitarias.

La impresionante crisis humanitaria que aflige el norte del Cáucaso no tiende a disminuir. Alrededor de 250 000 chechenios se han desplazados a Ingushetia como consecuencia de los conflictos, y muchos carecen de las necesidades humanas básicas, tales como vivienda, alimentos, agua, calefacción y atención médica. Hay, además, muchas personas desplazadas y sin vivienda en la misma Chechenia, donde la situación de seguridad ha impedido la plantación de los cultivos de invierno, y los sectores ganadero y frutícola han sufrido daños considerables. También las minas terrestres diseminadas en las zonas ocupadas ralentarán en el 2000 toda recuperación de la producción de alimentos. Actualmente se encuentra en Ingushetia un equipo interinstitucional de las Naciones Unidas que viajará a Chechenia para evaluar las necesidades humanitarias en preparación del llamamiento que se lanzará en el 2000. La respuesta de los donantes al llamamiento hecho en 1999 ha sido generoso, pero por razones de seguridad y de otro tipo ha sido difícil entregar la ayuda a los refugiados.

América del Norte

En los Estados Unidos, los cultivos de trigo de invierno (alrededor del 70 por ciento de la producción anual total de trigo) que se plantaron en otoño pasado están principalmente en la fase de latencia. La superficie plantada ha disminuido a 17,4 millones de hectáreas, lo que representa el nivel más bajo desde 1972/73, como consecuencia principalmente de las escasas perspectivas para los precios que existían durante la siembra. Las condiciones atmosféricas imperantes en el período de siembra y las condiciones de hibernación registradas desde entonces han sido en general desfavorables, y es probable que el porcentaje de destrucción invernal sea más elevado que el año anterior. El grueso de los cultivos de cereales secundarios se plantará en abril-mayo. En el Canadá, los cultivos de trigo y cereales secundarios se siembran principalmente en mayo-junio. Los primeros indicios respecto a las intenciones de siembra apuntan a un posible incremento de la superficie sembrada con trigo, a expensas de la colza y la linaza, a causa de los precios relativamente más bajos de estos cultivos.

Oceanía

Ha terminado recientemente la cosecha de los cereales de invierno de 1999, y las estimaciones provisionales indican que se ha obtenido una abundante cosecha de trigo de alrededor de 23 millones de toneladas. Las perspectivas para los cereales secundarios de verano del 2000 que se encuentran en fase de desarrollo son en general satisfactorias, tras las intensas lluvias caídas en enero en las principales zonas productoras de Nueva Gales del Sur y Queensland. Sin embargo, se pronostica provisionalmente que la producción descenderá algo debido a una reducción de la superficie plantada.


Previous PageTable Of ContentsNext Page