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EDITORIAL

Rehabilitación de espacios degradados

Muchas actividades humanas -desde la ganadería y la minería hasta los conflictos militares- pueden degradar los bosques y los ecosistemas. Gobiernos, industrias, organismos internacionales y comunidades locales han reaccionado tratando de reparar o reducir los daños. Este número de Unasylva se ocupa de las técnicas, pero también de los aspectos políticos y sociales, de la rehabilitación forestal de determinados espacios degradados.

El número se inicia con tres artículos sobre rehabilitación de diversos tipos de zonas mineras en distintas partes del mundo.

J. Gardner describe los esfuerzos de la industria minera para rehabilitar las minas de bauxita en Australia Occidental desde mediados del decenio de 1960. Hoy día la rehabilitación se orienta hacia la restauración de los valores de un uso plural de la tierra y de la riqueza de especies. Los éxitos obtenidos en un tiempo relativamente corto pueden verse claramente en nuestra portada.

J.J. Griffith y T.J. Toy ponen como ejemplo la revegetación de minas de hierro a cielo abierto en el estado de Minas Gerais, Brasil, para ilustrar la evolución de las prácticas empresariales de rehabilitación desde los años setenta hasta el presente. El artículo recalca la importancia de un marco político y normativo para la rehabilitación del medio ambiente.

En Nueva Caledonia, la opinión pública ha desempeñado un papel importante para forzar a las compañías mineras de níquel a tomar medidas ecológicas. Según la describen J.-M. Sarrailh y
N. Ayrault, la rehabilitación de minas a cielo abierto se hace todavía a escala relativamente reducida, pero se va tomando más en serio. Cuando el Gobierno o la industria no han respondido todavía, las comunidades locales han emprendido la rehabilitación.

En las laderas inclinadas de la Isla Norte de Nueva Zelandia, un siglo de ganadería lanar y vacuna intensiva ha producido una erosión grave. D. Rhodes expone los esfuerzos de reforestación del Gobierno, que además de dar estabilidad al suelo han producido beneficios socioeconómicos en forma de producción de madera, oportunidades de empleo y reducción de la emigración.

A consecuencia de la sequía en Mauritania en los años setenta y ochenta, los nómadas dedicados al pastoreo se asentaron a lo largo de la carretera principal que atraviesa el país de este a oeste, llamada la «Ruta de la Esperanza». La degradación consiguiente de la cubierta boscosa puso en movimiento las dunas arenosas que recubrieron la carretera en gran parte de su recorrido. Un proyecto de la FAO propició plantaciones para estabilizar las dunas pero, como advierten A.M. Jensen y M.S. Hajej, algunos de los resultados no han sido duraderos por la falta de mantenimiento.

Para determinadas formas de degradación forestal no hay soluciones fáciles. Cuando un reactor de la central nuclear de Chernobyl hizo explosión en abril de 1986, más de 4 millones de hectáreas de bosques en Belarús, Ucrania y la Federación de Rusia quedaron contaminadas por la radiación. V.A. Ipatyev describe las investigaciones en Belarús sobre formas de reducir los peligros de esos bosques, recalcando la necesidad de seguir investigando. En un recuadro adjunto se expone la atención prestada a la prevención de incendios forestales, que son un peligro especial en la zona de que se trata por su capacidad para difundir radionúclidos.

Otro problema que propicia la degradación forestal, sobre todo en países industrializados y en vías de industrialización, es la contaminación del aire. En los años setenta y ochenta, las deposiciones atmosféricas ácidas, junto con prácticas forestales inadecuadas, causaron perjuicios en las cuencas fluviales de las montañas de Jizera, Bohemia septentrional, República Checa. La erosión del suelo produjo el deterioro de la calidad del agua y la extinción de los peces en los embalses. El artículo de J. Keek y Z. Hoická explica cómo se ha recuperado la calidad del agua en los últimos diez años gracias a la menor contaminación del aire, la recolección para reducir la superficie foliar y el uso de especies nativas de raíces profundas.

Los dos últimos artículos se refieren a espacios asiáticos degradados al menos en parte por operaciones militares. T. Marghescu presenta las enseñanzas deducidas de un proyecto de la FAO para reforestar las montañas de Khao Kho, Tailandia, desarboladas por la insurrección, la afluencia de migrantes y el peso de una explotación agrícola insostenible desde los años sesenta. Una de las deducciones del proyecto fue que puede reducirse la presión sobre las tierras degradadas prestando atención al uso de la tierra y a las necesidades de empleo de los habitantes, facilitando así la regeneración natural.

P.H. Hong resume los esfuerzos por restaurar los manglares destruidos por el uso de herbicidas y defoliantes durante la guerra de Viet Nam. Por su importancia para proporcionar a la población local peces y mariscos, madera y leña, es esencial tomar medidas de protección para mantener los manglares restaurados.

El éxito en la rehabilitación de espacios degradados depende no sólo del uso de técnicas adecuadas y de las lecciones de la experiencia, sino también de factores como la sensibilidad del público frente al medio ambiente, de un marco político y social propicio y de la consideración de las necesidades locales. Quienes trabajan en proyectos de rehabilitación reconocen cada vez más la importancia de utilizar especies indígenas, por ejemplo, no sólo por razones ambientales sino también para responder a las necesidades vitales y culturales de las comunidades locales que pueden depender de los productos y servicios forestales.

Los proyectos de restauración de espacios degradados son a menudo sólo una parte de la batalla. Si persisten las amenazas de origen natural o humano al medio ambiente, será necesario mantener o ampliar los esfuerzos de reforestación, o de protección del bosque restaurado o de la cubierta forestal, para evitar la recaída en la situación degradada. También es importante cuidar de que actividades como minería, industria y pastoreo se realicen desde el principio de una manera menos nociva para el medio ambiente. 


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