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Mensaje de Su Majestad
Gyanendra Bir Bikram Shah Dev,
Rey de Nepal

...con ocasión del Año Internacional de las Montañas 2002

Nos complace saber que el año 2002 está siendo observado como Año Internacional de las Montañas bajo los auspicios de las Naciones Unidas con la finalidad de promover «la conservación y el desarrollo sostenible de las regiones de montaña, asegurando así el bienestar de las comunidades de montaña y de las tierras bajas».

Las zonas de montaña, con sus ecosistemas frágiles, ocupan alrededor de la quinta parte de la superficie terrestre del mundo. Son además una importante fuente de energía hidráulica y constituyen los depósitos de agua del mundo, pues más de la mitad de la humanidad recibe de ellas el agua potable. Compartiendo las características físicas comunes del relieve abrupto y las complejidades ecológicas debidas a los peligros naturales, los microclimas y la inaccesibilidad, poseen también centros de endemismo en los que muchas especies coexisten poblando verdaderas islas o hábitats terrestres insulares.

Nepal, reino montañoso en la falda del magnífico Himalaya cubierto de nieve, contiene ocho de las diez más altas cumbres mundiales, que se elevan por encima de 8 000 m, entre ellas Sagarmatha o el monte Everest, la montaña más alta del mundo. Son las montañas las que suministran básicamente el agua a nuestra nación, con un potencial de producción de 83 000 megawatios de energía hidráulica. La montaña tiene también el privilegio único de una belleza natural espectacular y de una fauna y una flora variadas. Año tras año, hemos hecho modestos esfuerzos por conservar nuestro frágil ecosistema y mejorar el bienestar de las comunidades locales, promoviendo su participación, recalcando el hecho de que ningún programa de conservación puede tener éxito si está divorciado de las vidas de aquellos a quienes interesa directamente. Pero queda mucho por hacer.

En primer término, para resolver los problemas de degradación ambiental y pobreza -en particular en el mundo en desarrollo-, es esencial un desarrollo económico continuado y sostenible; pero debemos prestar la debida atención a la conciliación de la protección ambiental con el crecimiento económico. En segundo lugar, hay que buscar también el consenso para que la aplicación de normas medioambientales estrictas sea expresión de un buen crecimiento económico y de un medio ambiente limpio. Esta prudente opción alentará entonces la innovación y promoverá la inventiva, la eficiencia y el empleo. Y finalmente y no menos importante, alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible y un medio ambiente sano, así como conseguir un nivel de vida digno para todos, requiere unos profundos cambios de actitud.

El Año Internacional de las Montañas tiene una especial significación para Nepal, y yo espero que desempeñará un papel catalítico promoviendo por todas partes actitudes de conservación efectiva, gestión eficiente y desarrollo sostenible de las zonas de montaña de todo el mundo, en beneficio de las comunidades y los habitantes de tales zonas.

Deseo los mayores éxitos al Año Internacional de las Montañas 2002.


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