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1. CONSIDERACIONES GENERALES

1.1 Introducción

El presente informe tiene por objeto presentar cuanto hoy día se sabe sobre las repercusiones que tiene en el medio ambiente el cultivo de peces en jaulas y corrales colocados en aguas continentales y examinar posibles métodos para estimar su capacidad de carga productiva. Se ha intentado tener en cuenta no sólo los métodos intensivos de cultivo utilizados en los países templados sino también los métodos de carácter más extensivo practicados en los trópicos y se ha procurado escoger modelos de predicción que sean relativamente sencillos y poco costosos.

El informe va precedido de una breve exposición del cultivo en jaulas y corrales y su importancia en la acuicultura contemporánea.

1.2 El Cultivo en Jaulas y Corrales y su Historia

Existe en el mundo de la piscicultura cierta confusión en relación con los términos “cultivo en jaulas” y “cultivo en corrales”. A menudo, sobre todo en América del Norte, se usan esos términos como equivalentes, describiendo con ellos un mismo método de cultivo (por ejemplo, Novotny, 1975, Saxton et al, 1983), y en ocasiones se utiliza el término genérico de “cultivo en recintos” para describir lo que sería más exacto definir como cultivo en jaulas o en corrales (por ejemplo, Milne, 1979). Tanto el cultivo en jaulas como el cultivo en corrales son tipos de cultivo en recintos, e incluyen el mantenimiento de organismos en cautividad dentro de un espacio cerrado pero con flujo libre de agua. Ambos métodos, sin embargo, difieren entre sí. La jaula está cerrada por todos los lados, (salvo, en ocasiones, por la parte superior) con paños de red o rejillas de otros materiales, mientras en los corrales es el fondo mismo del lago o del mar el que delimita la parte inferior (Figura 1).

Al igual que la mayoría de los demás tipos de acuicultura, el cultivo en jaulas procede del Sudeste de Asia, aunque se cree que su origen es relativamente reciente (Ling, 1977). Al parecer, este método de cultivo se ha desarrollado independientemente en al menos dos países. Según Pantalu (1979), las primeras noticias del cultivo en jaulas proceden de Kampuchea, donde los pescadores de la región del Gran Lago criaban bagres del género Clarias y otros peces comerciales en jaulas y cestas de bambú o junco, hasta que estaban listos para transportarlos al mercado. Durante su cautividad, los peces, a los que se alimentaba con restos de las comidas, crecían satisfactoriamente. Este método tradicional de cultivo se ha venido practicando desde finales del siglo pasado y hoy día está extendido por toda la zona del bajo Mekong (Ling, 1977), desde donde en los últimos años se ha extendido a Viet Nam, Tailandia y otros países de Indochina.

Un tipo similar de cultivo, con el empleo de jaulas flotantes de bambú para criar alevines de Leptobarbus heoveni procedentes de aguas naturales, se ha practicado en el lago Mundung, Jambi, Indonesia desde 1922 (Reksalegora, 1979) y posteriormente se ha extendido a otras partes del sur de Sumatra. Otra forma de cultivo en jaulas parece haber tenido su origen independientemente en Java, donde Vaas y Sachlan (1957) hallaron que la captura y encierro de carpas en jaulas sumergidas de bambú o “bulian” venía practicándose desde principios de los años cuarenta. Las jaulas solían anclarse al fondo en cursos pequeños de aguas, enriquecidos con material orgánico, y las carpas encerradas en ellas se alimentaban de materiales orgánicos y organismos bentónicos arrastrados por el agua. Este método de cultivo, sin embargo, se limita aun casi exclusivamente al oeste de Java y Sumatra (Sodikin, 1977) y ha tenido poca influencia en los métodos de cultivo en jaulas utilizados en otros países.

1.3 Métodos Actuales de Cultivo en Jaulas y Corrales

En los últimos 15 años, aproximadamente, el cultivo en jaulas en aguas continentales se ha extendido a más de 35 países de Europa, Asia, Africa y América y en 1978 se criaban experimentalmente en jaulas más de 70 especies de peces de agua dulce (Coche, 1978a). Con excepción de pocas zonas, la madera y el bambú han sido sustituidos por materiales nuevos, como mallas de nylon, plástico, polietileno y acero, que aunque resultan mucho más costosos tienen mayor duración y permiten un mejor flujo del agua. La mayor parte de los modelos hoy utilizados son de tipo flotante y consisten en una estructura circular construida con materiales locales (por ejemplo, madera, bambú) o con tubo de acero o de plástico, del que está suspendida una red de fibra sintética. Con frecuencia, para mejorar la flotación se utiliza espuma de estierno o barriles de petróleo.

De ordinario las jaulas se agrupan en balsas y están ancladas al fondo del lago/embalse/río o unidas a la orilla por una pasarela de madera (Figura 2).

En algunas partes, como en China y Filipinas, se emplean jaulas fijas en aguas poco profundas (< 8 m) de fondo cenagoso (FAO, 1983). Para montarlas, se suspenden de postes clavados en el fondo bolsas hechas con paño de red de fibra sintética. Estas jaulas son más fáciles de construir y más baratas, ya que no llevan anillos de flotación, que en ocasiones absorben más del 50 % de los desembolsos de capital necesarios (véase IDRC/SEAFDEC, 1979). Por otro lado, la construcción de las jaulas fijas es a menudo deficiente, lo que reduce su resistencia a condiciones meteorológicas adversas. En julio de 1983, por ejemplo, casi todas las jaulas fijas del lago Buhi, en la región de Bicol (Filipinas), fueron destruidas por el tifón Bebeng, mientras la mayoría de las jaulas flotantes pudieron seguir utilizándose.

Las especies de peces que hoy día se cultivan comercialmente en jaulas en aguas templadas y tropicales son aproximadamente 10 (véase la lista en el Cuadro 1).

Los orígenes del cultivo en corrales son más obscuros, pero también este método de cultivo parece proceder de Asia. Según Alferez (1977) y otros, el cultivo en corrales se inició en el Mar Interior del Japón a principios del decenio de 1920. La República Popular de China adoptó ese sistema a principios del decenio de 1950 para la cría de carpas en lagos de agua dulce, y entre 1968 y 1970 la Oficina de Pesca y Recursos Acuáticos (BFAR) y la oficina de Desarrollo del Lago Laguna (LLDA) introdujeron ese método en la laguna de Bay y en el lago San Pablo, en Filipinas, para la cría de chanos (Chanos chanos) (PCARRD, 1981).

Los corrales siguen construyéndose fundamentalmente de la misma manera, salvo que las vallas tradicionales de bambú rajado se han sustituido por paños de red de nylon o de polietileno. Los paños de red están sujetos a postes situados a pocos metros de distancia y el fondo de la red se fija al sustrato mediante clavijas largas de madera. En áreas expuestas se utilizan a veces pequeños contrafuertes para reforzar la estructura. De ordinario los corrales se construyen en aguas poco profundas (< 10 m), tienen de 3 a 5 m de profundidad y ocupan de 1 a 50 ha (IDRC/SEAFDEC, 1979). Es preferible utilizar substratos blandos.

El desarrollo y la adopción del cultivo en corrales en aguas continentales han sido mucho menos rápidos que en el caso del cultivo en jaulas y en la actualidad sólo se utiliza ese método con carácter comercial en Filipinas, Indonesia y China (De la Cruz, 1980, 1982; Lam, 1982). Las principales especies cultivadas en esos países son chanos y carpas (por ejemplo, carpa herbívora, Ctenopharyngodon idella; carpa de cabeza grande, Aristichthys nobilis; carpa plateada Hypophthalmichthys molytrix) (Cuadro 1). En algunos lagos de Hungría se han hecho experimentos de cultivo de carpas en corrales (Muller, 1979; Muller y Varadi, 1980), y otros países, como Bangladesh y Egipto, han manifestado interés por su uso (Ishak, 1979; Karim y Harum-Al-Rashid Khan, 1982). En Filipinas se está evaluando actualmente la producción de tilapia en corrales de red (Guerrero, 1983).

Por sus menores dimensiones (generalmente 1 000 m2 de superficie) y porque son más fáciles de manejar, las jaulas son más adaptables que los corrales y pueden utilizarse no sólo para criar peces hasta que alcancen talla comercial sino también para la reproducción y la producción de alevines de peces como tilapia (pagan-Font, 1975; Rifai, 1980; Guerrero, 1983; Beveridge, 1984) y para la cría de carpa, coregono y lucio durante las fases planctívoras juveniles (Bronisz, 1979; Jäger y kiwus, 1980). El uso de corrales se limita sobre todo a masas de agua lénticas, mientras las jaulas, tanto fijas como flotantes, se utilizan también en ríos y otros cursos de agua. En la mayoría de los casos, ambos sistemas se utilizan en régimen de monocultivo.

1.4 Ventajas y Desventajas del Cultivo en Jaulas y Corrales

Las jaulas y corrales ofrecen varias ventajas respecto a otros métodos de cultivo (Cuadro 2). Dado que se colocan en masas de agua ya existentes y requieren inversiones de capital relativamente bajas y tecnología sencilla, gozan de gran popularidad entre los piscicultores y los extensionistas y en los programas de desarrollo. Además de utilizarse sobre todo para producir a bajo costo proteínas de buena calidad, estos sistemas de piscicultura se emplean también, como se está haciendo en Malasia y Singapur, para limpiar aguas eutroficadas, colocando en las jaulas especies planctívoras (Yang, en prensa; Awang Kechik et al, en prensa), y para mejorar las condiciones de lagos ácidos en Escandinavia (Swedish Research Council, 1983). Por todo ello, a pesar de que hoy día aportan sólo del 5 al 10% de la producción acuícola en aguas continentales, el uso de estos métodos está en rápida expansión.

Por otro lado, aumenta la preocupación por el impacto que estos métodos de piscicultura tienen en el medio ambiente. Se estima que el cultivo intensivo acelera la eutroficación, y a las elevadas promesas iniciales del cultivo extensivo en jaulas y corrales han seguido cifras de producción siempre menores. En secciones posteriores de este informe se clasificarán y estudiarán los diferentes métodos de cultivo en recintos, se examinarán sus repercusiones en el medio ambiente y se intentará preparar un modelo para determinar los efectos del cultivo de peces en jaulas y corrales colocados en aguas continentales.


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