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Capítulo 3. Plantaciones forestales


RESUMEN

Las plantaciones forestales abarcaban 187 millones de hectáreas en 2000, el 62 por ciento de ellas se encontraba en Asia. El área de plantaciones forestales aumentó de manera significativa respecto a las estimaciones de 1995 que consistían en 124 millones de hectáreas. La nueva tasa anual registrada es de 4.5 millones de hectáreas en todo el mundo, de las cuales el 89 por ciento se encontraba en Asia y en América del Sur. Se estima que cerca de 3 millones de hectáreas se han desarrollado con éxito. En el contexto mundial, la mitad de las plantaciones forestales tiene fines industriales, un cuarto está destinado a fines no comerciales y un cuarto a fines no especificados. En el contexto mundial, las principales especies de rápido crecimiento y de rotación breve pertenecen a los géneros Eucalyptus y Acacia. Los pinos y otras especies de coníferas constituyen las principales especies útiles con períodos de rotación media, sobre todo en las zonas templadas y boreales.

El potencial que las plantaciones forestales tienen de satisfacer, parcialmente, la demanda de madera y fibras, comúnmente extraídas de los bosques naturales para fines industriales, está aumentando. Aunque las plantaciones forestales abarcan únicamente el 5 por ciento de la cubierta forestal mundial, en el año 2000 se estimó que las plantaciones forestales proporcionaban cerca del 35 por ciento de la madera en rollo en todo el mundo. Se prevé que esta cifra aumentará al 44 por ciento en 2020. En algunos países la producción de plantaciones forestales ya contribuye con la mayor parte del suministro de madera para fines industriales. Existe un creciente interés en desarrollar plantaciones forestales en calidad de depósitos de carbono; sin embargo, el fallido acuerdo para resolver las controversias ventiladas en los debates internacionales relacionados con los instrumentos, mecanismos y la vigilancia internacional, aún siguen siendo una limitación grave.

En los países en desarrollo, cerca de un tercio de toda la extensión de plantaciones había sido principalmente destinada a la producción de madera para combustible en 1995 - aunque habría que destacar que los árboles sembrados en las tierras agrícolas, en las aldeas y caseríos, así como a lo largo de las carreteras y cursos de agua, contribuyen significativamente a los suministros de madera para combustible, permitiendo así satisfacer la demanda en la mayoría de los casos.

INTRODUCCIÓN

Se ha registrado la siembra de nuevas superficies de plantaciones forestales en el mundo, a una tasa de 4.5 millones de hectáreas anuales, siendo Asia y América del Sur las regiones que cuentan con más plantaciones nuevas respecto a las demás regiones. De todas las plantaciones sembradas, se estima que cerca de 3 millones de hectáreas anuales han tenido éxito. De las 187 millones de hectáreas de plantaciones existentes en todo el mundo en 2000, Asia daba cuenta ampliamente del área más grande. En términos de composición, el Pinus spp. ocupaba el 20 por ciento, mientras que el Eucalyptus spp., con el 10 por ciento, era la especie dominante en todo el mundo, aunque la diversidad en general de las especies sembradas estaba aumentando. Las plantaciones industriales abarcaban el 48 por ciento de las plantaciones, mientras que las plantaciones para fines no industriales ocupaban el 26 por ciento y las plantaciones no especificadas abarcaban el 26 por ciento de las plantaciones forestales en todo el mundo.

Los resultados de la evaluación de las plantaciones constituyeron las primeras estimaciones mundiales que utilizaban una definición homogénea de plantaciones forestales, y que por lo tanto no pueden compararse de manera directa con las estimaciones previas. Las estadísticas por país de FRA 2000, en materia de plantaciones, también puede tener divergencias respecto a las plantaciones registradas en publicaciones de la FAO anteriores (FAO 1981; FAO 1995), debido en parte, a los cambios en las definiciones. Los países participaron directamente en la evaluación, proporcionando documentación técnica, apoyando el análisis y validando los resultados producidos por la FAO. Se recurrió a varios expertos de todas partes del mundo para que proporcionaran información detallada sobre varios aspectos relacionados con la situación de las plantaciones, la cual fue elaborada en forma de estudios específicos.

CONCEPTOS Y DEFINICIONES

Entre los extremos de la forestación y la regeneración natural sin asistencia existe una amplia gama de condiciones del bosque en las cuales se verifica la intervención humana. Los bosques de Europa tienen una larga tradición de intervención humana en la preparación de sitios, siembra de árboles, silvicultura y protección; sin embargo éstos no siempre se definen como plantaciones forestales. El concepto de plantación forestal tradicional tiende a ser aplicado a especies únicas, densidades de siembra uniformes, y aún a clases de edad. Los términos tales como “bosque natural bajo manejo” o “regeneración natural asistida” se aplican a las formaciones de especies indígenas en sistemas de manejo más heterogéneos en Europa y en otros países industrializados templados y boreales.

En FRA 2000 “las plantaciones forestales” se definen como aquellas formaciones forestales sembradas en el contexto de un proceso de forestación o reforestación. Estas pueden ser especies introducidas o indígenas que cumplen con los requisitos de una superficie mínima de 0.5 ha; una cubierta de copa de al menos el 10 por ciento de la cubierta de la tierra, y una altura total de los árboles adultos por encima de los 5 m.

En las respuestas de los países, los términos “bosque hecho por mano humana” o “bosque artificial” fueron considerados sinónimos de plantaciones forestales según se define en FRA 2000. Debido a su importancia creciente como suministro de fibra a las industrias del sector maderero, las plantaciones de caucho, Hevea brasiliensis, fueron incluidas como recursos de plantaciones forestales.

MÉTODOS

Las áreas de las plantaciones existentes, podría haberse originado de manera ideal, a partir de inventarios de las plantaciones forestales formulados estadísticamente, o a partir de estadísticas de las áreas sembradas registradas por las agencias que establecen plantaciones o las que aparecen en los informes nacionales. Sin embargo, la información también proviene de muchas otras fuentes que incluyen la producción de semilleros, la distribución de plántulas y las estimaciones producidas por los programas de siembra de plantaciones en calidad de metas de cultivo. La existencia de una vasta gama de agencias, industrias y organizaciones no gubernamentales involucradas en los programas de plantaciones en los países, hicieron de la recolección completa de todas los documentos fuente de la información, un importante ejercicio de logística. Para realizar el FRA 2000, se analizaron cerca de 800 documentos, a fin de producir las estimaciones de las plantaciones forestales. En la mayoría de los países en desarrollo, no se cuenta con un mecanismo nacional de recolección de la información sobre las plantaciones, y si lo hay, éste resulta ineficaz debido a la enormidad de la tarea y a la disponibilidad limitada de recursos.

Recolección de datos

A fin de localizar los documentos fuente de la información destinados al estudio de las plantaciones, la FAO hizo una solicitud formal a todos los países en desarrollo, algunos de los cuales contribuyeron con los materiales necesarios. La mayoría de los informes fueron recolectados directamente por el personal de la FAO durante los talleres de FRA 2000 y las visitas a los ministerios nacionales. Para mantener la coherencia FRA 2000 preparó directrices y cuestionarios para la recolección de las estadísticas sobre las plantaciones forestales, en las cuales se proporcionaron a cada país los objetivos, el alcance, las definiciones, las fuentes de datos y los marcos para la recolección específica de los mismos. Los parámetros solicitados incluían:

Otros datos solicitados en las directrices, que los países tuvieron dificultad en proporcionar por grupo de especie, incluían distribución por clase y edad, uso final por producto forestal (plantaciones industriales); crecimiento y rendimiento (incremento anual medio); volúmenes en pie; y duración de los períodos de rotación. A pesar de la falta de estos datos, FRA 2000 es la evaluación más exhaustiva sobre los recursos de las plantaciones forestales, realizada hasta ahora.

En las evaluaciones previas sobre los recursos de las plantaciones forestales, había disponibilidad de datos del año de referencia en la mayoría de los países, dado que el informe era sucesivo al año de referencia. En FRA 2000, el año de referencia era 2000, de manera que si no se disponía de datos para esa fechael área existente y los datos de siembra anual se utilizaban para extrapolar la información necesaria. Para los escasos países que no contaban con un conjunto de datos desde 1990, la tasa de siembra de los años precedentes y los programas de siembra futuros se consideraron en forma de proyecciones al año 2000.

FAO también se sirvió de la ayuda de varios expertos en todo el mundo para que hicieran contribuciones específicas técnicas sobre la situación de las plantaciones forestales durante el decenio de 1990. Estos estudios también constituyeron una parte importante de los resultados mundiales, y completaron la información por país.

Análisis e interpretación

La cantidad y calidad de los datos sobre plantaciones forestales proporcionados, dependió de la capacidad de los sistemas nacionales, de hacer inventarios forestales destinados a recolectar y analizar datos y ajustar la información conforme a los parámetros mundiales y regionales del informe. En muchos países en desarrollo falta la capacidad institucional para llevar a cabo inventarios forestales nacionales periódicamente, de manera que los datos pueden ser incompletos, incoherentes, obsoletos y de confiabilidad variable. Debido a ello, fue necesario elaborar, y en algunos casos, verificar las estadísticas de las plantaciones forestales desde el escritorio, utilizando los informes nacionales disponibles. Todas las fuentes de los datos nacionales fueron referenciados y puestos a disposición de manera transparente. Además, se nombraron puntos focales regionales y nacionales para que asistieran en la recolección de datos sobre las plantaciones forestales, a fin de garantizar que los datos más recientes estuvieran disponibles y mantener la coordinación y la comunicación entre FRA 2000, las oficinas regionales de FAO y cada país participante. Al completar el conjunto de datos, se llevó a cabo un proceso formal de verificación con cada país participante.

RESULTADOS

Áreas de las plantaciones forestales a nivel regional, incluyendo especies y tasas de siembra anuales

Las tasas de siembra anuales y la superficie de las plantaciones por región y grupos de especies se resumen en la Tabla 3-1.

Según la distribución de la superficie de las plantaciones forestales a nivel mundial, ilustrada en la Figura 3-1, Asia abarca el 62 por ciento del total; Europa, el 17 por ciento; Norte América y América Central, el 9 por ciento; América del Sur, el 6 por ciento; África, el 4 por ciento; y Oceanía, menos del 2 por ciento.

Desde el punto de vista mundial, las latifolidadas dan cuenta del 40 por ciento del área de plantaciones forestales, siendo el Eucalyptus el género principal. Las especies de coníferas dan cuenta del 31 por ciento del cual, el Pinus es el género principal (Figura 3-2.).

En FRA 2000 la tasa mundial de plantaciones nuevas se estimó en 4.5 millones de hectáreas anuales. Asia dio cuenta del 79 por ciento y América del Sur del 11 por ciento (Figura 3-3).

Figura 3-1. Distribución del área de plantaciones forestales por región

Figura 3-2. Distribución del área de plantaciones por género

Propósito y propiedad de las plantaciones en el ámbito mundial

El propósito y la propiedad de las plantaciones forestales varía de manera evidente entre las regiones (Tabla 3-2). Las plantaciones industriales proporcionan la materia prima para el procesamiento de la madera con fines comerciales, incluyendo la madera para la construcción, los productos para tableros y muebles, y la pulpa de madera para papel. Al contrario, las plantaciones para fines no industriales tienen la finalidad, por ejemplo, de suministrar leña, proporcionar servicios de conservación de suelos, agua, protección contra el viento, mantenimiento de la diversidad biológica y otros fines no comerciales.

Tabla 3-1. Tasas anuales de siembra de plantaciones y superficie de plantaciones por región y grupo de especies

Región

Área total

Tasa anual

Área de plantaciones por grupos de especies (000 ha)

000 ha

000 ha/año

Acacia

Eucalyptus

Hevea

Tectona

Otras latifoliadas

Pinus

Otras coníferas

No especificado

África

8 036

194

345

1 799

573

207

902

1 648

578

1 985

Asia

115847

3 500

7 964

10 994

9 058

5 409

31 556

15532

19 968

15 365

Europa

32 015

5

-

-

-

-

15

-

-

32 000

América del Norte y Centro América

17 533

234

-

198

52

76

383

15440

88

1 297

Oceanía

3 201

50

8

33

20

7

101

73

10

2 948

América del Sur

10 455

509

-

4 836

183

18

599

4 699

98

23

TOTAL MUNDIAL

187086

4 493

8 317

17 860

9 885

5 716

33 556

37391

20 743

53 618

En muchos países, en particular modo en los países en desarrollo, el propósito final de las plantaciones no ha sido definido claramente desde el principio. En algunos de estos casos, los recursos valiosos que estos árboles representan se establecen de tal manera que es una coincidencia si satisfacen las necesidades futuras. Sin embargo, en otros casos, la falta de planificación puede producir plantaciones que tienen escaso valor comercial y un potencial ínfimo para el uso local.

Tabla 3-2. Área de las plantaciones en cada región, según el fin y la propiedad

Región

Área total

Fin industriales (000 ha)

Fin no industriales (000 ha)

Fin no especificado

Pública

Privada

Otros

No especificado

Subtotal

Pública

Privada

Otros

No especificado

Subtotal

África

8 036

1 770

1 161

51

410

3 392

2 035

297

611

330

3 273

1 371

Asia

115847

25 798

5 973

27032

-

58 803

17 177

17 268

9 145

72

43 662

13 381

Europa Norte y Centro

32 015

-

-

-

569

569

9

6

-

-

15

31 431

América

17 533

1 446

15 172

118

39

16 775

362

58

16

35

471

287

Oceanía

3 201

151

14

-

24

189

2

3

-

19

24

2 987

América del Sur

10 455

1 061

3 557


4 827

9 445

251

528

-

225

1 004

6

TOTAL MUNDIAL

187086

30 226

25 876

27202

5 871

89 175

19 836

18 161

9 772

680

48 449

49 463

Fuente: FRA 2000.

Desde el punto de vista mundial, el 48 por ciento de las plantaciones forestales está destinado a fines industriales; el 26 por ciento a fines no industriales (leña, suelos, agua, otros); y el 26 por ciento no se especifica (Figura 3-4).

En el ámbito mundial, el 34 por ciento de las plantaciones industriales es de propiedad pública, el 29 por ciento es de propiedad privada y el 37 por ciento se atribuye a otro tipo de tenencia o no ha sido especificado (Figura 3-5). Entre las plantaciones para uso no industrial, el 41 por ciento son de propiedad pública, el 37 por ciento son de propiedad privada y el 22 por ciento se atribuye a otro tipo de tenencia o no ha sido especificado (Figura 3-6).

Figura 3-3. Distribución del área de plantaciones anual

Figura 3-4. Distribución del uso final que se da a las plantaciones forestales en todo el mundo

Figura 3-5. Propiedad de las plantaciones forestales industriales en todo el mundo

Figura 3-6. Propiedad de las plantaciones forestales no industriales en todo el mundo

Líderes en el desarrollo de plantaciones forestales (diez primeros países según el área)

Según se detalla en la Tabla 3-3, los diez países con área de plantaciones forestales más grande dan cuenta del 79 por ciento de la superficie de plantaciones forestales en el contexto mundial. Seis de estos países, que abarcan el 56 por ciento de las plantaciones forestales del mundo, se encuentran en Asia.

Los diez primeros países con mayor área de plantaciones son China, con el 24 por ciento; India, con el 17 por ciento; la Federación Rusa, con el 9 por ciento; los Estados Unidos, con el 9 por ciento; Japón, con el 6 por ciento; Indonesia, con el 5 por ciento; Brasil, con el 3 por ciento; Tailandia, con el 3 por ciento; Ucrania, con el 2 por ciento y la República Islámica de Irán, con el 1 por ciento (Figura 3-7).

Tabla 3-3. Propósito y propiedad de las plantaciones por área reportada en los diez países que cuentan con las plantaciones más grandes

Región

Área total

Fin industriales (000 ha)

Fin no industriales (000 ha)

Fin no especificado

(000 ha)

Pública

Privada

Otros

No especificado

Subotal

Pública

Privada

Otros específicado

No

Subtotal

China

45 083

10 182

-

26994

-

37 176

102

-

7 805

-

7 907

-

India

32 578

8 258

3 749

-

-

12 007

11 370

8 641

560

-

20 571

-

Federación de Ruisa

17 340

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

17 340

Estados Unidos

16 238

1 185

15 053

-

-

16 238

-

-

-

-

-

-

Japón

10 682

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

10 682

Indonesia

9 871

4 531

1 228

-

-

5 759

358

3 754

-

-

4 112

-

Brasil

4 982

-

-

4 802

-

4 802

-

-

180

-

180

-

Tailandia

4 920

850

314

-

-

1 164

1 219

2 537

-

-

3 756

-

Ucrania

4 425

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.


n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

n.a.

4 425

República Islámica de Irán

2 284

241

-

-

-

241

1 938

105

-

-

2 043

-

Principales 10 total

148403

25 247

20 344

31796

-

77 387

14 987

15 037

8 545

-

38 569

32 447

10 % Principal

79%





87%





80%

66%

TOTAL MUNDIAL

187086

30 226

25 876

27202

5 871

89 175

19 836

18 161

9 772

680

48 449

49 463

Fuente: FRA 2000.

Dentro de los diez primeros países, un porcentaje estimado del 52 por ciento de plantaciones forestales se cultivan para fines industriales a fin de proporcionar materia prima para la industria; el 26 por ciento se destina a fines no industriales (leña, protección de los recursos del suelo y agua, conservación de la biodiversidad); mientras que no se especifica el uso dado al 22 por ciento restante (Figura 3-8). Las plantaciones forestales en estos diez primeros países son de propiedad pública en un 33 por ciento; privada en un 26 por ciento; mientras que la propiedad del 41 por ciento de ellas no se especifica o se atribuye a otros (Figura 3-9).

Figura 3-7. Principales países en el desarrollo de plantaciones- porcentaje por área

Figura 3-8. Uso final que se da a las plantaciones forestales en los principales diez países

Figura 3-9. Propiedad, plantaciones industriales, diez primeros países

TENDENCIAS MUNDIALES SELECCIONADAS, 1980-2000

Comparaciones

Las estadísticas de las plantaciones por país en FRA 2000 pueden diferir de aquellas registradas en publicaciones anteriores de la FAO (FAO 1981; FAO 1991), en parte, debido a los cambios que se han verificado en las definiciones. Por ejemplo, las plantaciones de caucho, Hevea spp., no habían sido consideradas anteriormente como plantaciones forestales, pero si se incluyen como tales en los datos de FRA 2000. Las evaluaciones previas también utilizaron factores de reducción regionales para indicar la proporción exitosa de las plantaciones que permanecen después de la siembra inicial. La evaluación de FRA 2000 utilizó los factores de reducción de acuerdo a los mejores datos disponibles en cada país. También se verificaron cambios en la información base a partir de la cual se produjeron las estimaciones. Las estadísticas ahora incluyen datos provenientes de muchos países industrializados, ninguno de los cuales había sido incluido en informes de evaluación previos. A pesar de estas diferencias, la comparación de los resultados de FRA de cada decenio permiten analizar varias tendencias incluyendo las tasas de siembra de plantaciones, los géneros, las zonas y el propósito final de estas.

Tabla 3-4. Tendencias de uso de las plantaciones forestales por región, 1980-2000

Región

Área de las plantaciones área según el uso 000 ha

Total

Industrial

No industrial

No especificado

2000

Africa

8 036

3 392

3 273

1 371

Asia

115 847

58 803

43 662

13 381

Oceanía

3 201

189

24

2 987

Europa

32 015

569

15

31 431

Norte y Centro América

17 533

16 775

471

287

América del Sur

10 455

9 446

1 004

6

TOTAL MUNDIAL

187 087

89 175

48 449

49 463

Decenio de 1990

África

2 990

1 366

1 623


Asia

31 775

8 991

23 119


Oceanía

189

167

22


Europa





Norte y Centro América

691

457

234


América del Sur

7 946

4 645

3 301


TOTAL MUNDIAL

43 590

15 625

28 300


1980

África

1 713

939

780


Asia

11 088

3 487

7 601


Oceanía

88

41

47


Europa





Norte y Centro América

287

272

15


América del Sur

4 604

2 261

2 348


TOTAL MUNDIAL

17 779

7 000

10 791


Fuente: FAO 1981, 1995, 2000.

Las plantaciones forestales en el mundo

El total de plantaciones forestales en el mundo aumentó de 17.8 millones de hectáreas en 1980 y de 43.6 millones de hectáreas en 1990, pasando a 187 millones de hectáreas en 2000 (Tabla 3-4).

Aunque en el 2000, el 26 por ciento de las plantaciones seguía estando destinado a fines no especificados, se verificó un aumento significativo en las plantaciones para fines industriales durante el decenio pasado: del 39 por ciento en 1980 y el 36 por ciento en 1990 se pasó al 48 por ciento en 2000. Además se verificó una disminución correspondiente de las plantaciones forestales para fines no industriales.

Figura 3-10. Área de plantación por género, Asia

Figura 3-11. Área de plantación por género, Norte América y Centro América

Figura 3-12. Área de plantación por género, África

Tabla 3-5. Incremento anual medio en especies seleccionadas utilizadas en las plantaciones forestales para uso industrial*

Especies

IAM

m3/ha/año

Eucalyptus

E. deglupta

14-50

E. globulus

10-40

E. grandis

15-50

E. saligna

10-55

E. camaldulensis

15-30

E. urophylla

20-60

E. robusta

10-40

Pinus

P. caribaea var. caribaea

10-28

P. caribaea var.hondurensis

20-50

P. patula

8-40

P. radiata

12-35

P. oocarpa

10-40

Otras especies

Araucaria angustifolia

8-24

Araucaria cunninghamii

10-18

Gmelina arborea

12-50

Swietenia macrophylla

7-11

Tectona grandis

6-18

Casuarina equisetifolia

6-20

Casuarina junghuhniana

7-11

Cupressus lusitanica

8-40

Cordia alliodora

10-20

Leucaena leucocephala

30-55

Acacia auriculiformis

6-20

Acacia mearnsii

14-25

Terminalia superba

10-14

Terminalia ivorensis

8-17

Dalbergia sissoo

5-8

Fuente: Webb et al. 1984; Wadsworth 1997.

* Se incluyen algunos ensayos prometedores.

Tendencias en materia de especies por región - una ilustración gráfica

Las tendencias en materia de especies de FRA 1980, FRA 1990 y FRA 2000 se ilustran de manera gráfica por región a partir de la Figura 3-10 a la Figura 3-15 (FAO 1981; FAO 1995). Las gráficas se presentan en escala pero ilustran el crecimiento relativo dentro de la región en el curso del período y muestran las tendencias en las especies utilizadas.

Figura 3-13. Área de plantación por género, Oceanía

Figura 3-14. Superficie de plantación por género, América del Sur

Figura 3-15. Contribución prevista de la madera proveniente de las plantaciones al suministro de madera regional

Fuente: ABARE y Jaakko Pöyry 1999.

IMPACTO DE LAS PLANTACIONES FORESTALES

El potencial para que las plantaciones forestales satisfagan parcialmente la demanda de madera y de fibra para uso industrial está aumentando. Según FRA 2000, área mundial de plantaciones forestales corresponde únicamente al 5 por ciento de la cubierta forestal mundial, y el conjunto de plantaciones para fines industriales abarca menos del 3 por ciento. Sin embargo, sólo en calidad de indicador, se estimó que las plantaciones forestales en el año 2000 suministraban cerca del 35 por ciento de toda la madera en rollo del mundo, previéndose un aumento del 44 por ciento para 2020 (ABARE y Jaakko Pöyry 1999) (Figura 3-15). Si el desarrollo de las plantaciones está dirigido hacia las zonas ecológicas más apropiadas y si los principios de manejo sostenible del bosque se aplican, las plantaciones forestales pueden proporcionar un sustituto fundamental para el suministro de materia prima que suele provenir de los bosques naturales. En varios países la producción de madera industrial en las plantaciones forestales ha sustituido de manera significativa al suministro de la madera que comúnmente provenía de los recursos forestales naturales. Las plantaciones forestales en Nueva Zelandia suministraron el 99 por ciento de las necesidades nacionales de madera en rollo industrial en 1997; la cifra correspondiente en Chile fue del 84 por ciento, en Brasil del 62 por ciento y en Zambia y Zimbabwe del 50 por ciento. Esta substitución de las plantaciones forestales como fuente de materia prima, puede ayudar a reducir la presión de la tala que se da en los bosques naturales en áreas en donde la tala insostenible de madera es una causa principal de la degradación y en donde las brechas para la corta facilitan el acceso al bosque, facilitando así la deforestación.

Las plantaciones forestales también proporcionan productos no forestales adicionales, ya sea a partir de los árboles sembrados o a partir de otros elementos del ecosistema que estos contribuyen a crear. Éstas contribuyen con beneficios de índole ambiental, social, y económica. Las plantaciones forestales se utilizan para combatir la desertificación, absorber las emisiones de carbono o para contrarrestarlas, proteger los recursos del suelo y el agua, rehabilitar la tierra agotada debido a otros usos de la tierra, proporcionan empleo rural y, si se planifica de manera eficaz, diversifican el paisaje rural y mantienen la biodiversidad.

No toda la siembra de plantaciones forestales tiene un impacto positivo desde los puntos de vista económico, ambiental, social o cultural. Si no existe una planificación adecuada y sin un manejo apropiado, las plantaciones forestales pueden sembrarse en los lugares equivocados, utilizando especies/orígenes equivocadas, por parte de silvicultores no apropiados, por las razones equivocadas. Existen ejemplos en los cuales se talaron los bosques naturales para establecer plantaciones forestales, o situaciones en que los propietarios consuetudinarios de las tierras fueron alienados de sus recursos alimentarios, medicinales y de su forma de subsistencia. En algunos ejemplos la correlación de los sitios/especies y las prácticas silvícolas inadecuadas produjeron un crecimiento escaso, poca higiene, rendimiento de volumen y escasas ganancias económicas. En otros casos, los cambios de uso del suelo y el agua provocaron problemas a las comunidades locales. Los conflictos por el uso de la tierra pueden surgir entre quienes establecen plantaciones forestales y otros sectores, especialmente, en el sector agrícola.

El impacto negativo de las plantaciones forestales puede alejar la atención respecto al hecho de que las plantaciones forestales son completamente renovables y pueden ser sostenibles desde los puntos de vista económico, social, cultural y ambiental, siempre que haya una planificación, manejo, utilización y comercialización adecuados.

TEMAS SELECCIONADOS SOBRE LAS PLANTACIONES FORESTALES

Incremento medio anual del volumen (IMA) de especies industriales seleccionadas

Para la planificación y establecimiento de modelos en cuanto a las plantaciones forestales, los datos de FRA 2000 tuvieron que se completados con información sobre el crecimiento y rendimiento. Las tasas promedio de crecimiento de las especies sembradas con más frecuencia se resumen en la Tabla 3-5.

En las plantaciones promedio de Eucalyptus y Pinus, que predominan en las plantaciones industriales, en los países en desarrollo, existe un incremento medio anual del volumen (IMA) de 10 a 20 m3 por hectárea. Sin embargo, muchas de las especies populares de ambos géneros a menudo alcanzan tasas de crecimiento aún más rápidas. Es así como el Eucalyptus grandis, que es la especie de Eucalyptus sembrada con mayor frecuencia, puede llegar a tener ejemplares que alcanzan de 40 a 50 m3 por hectárea al año y en condiciones muy excepcionales, con un mejoramiento avanzado, hasta 100 m3 por hectárea al año. Otras frondosas tropicales sembradas con frecuencia incluyen la Casuarina equisetifolia, la Casuarina junghuhniana, la Tectona grandis y la Dalbergia sissoo que tienen un IMA de menos de 15 m3 por hectárea al año y frecuentemente se sitúan por debajo de 10 m3 por hectárea al año (FAO 2001h).

El clima y la ubicación tienen un impacto muy grande en las tasas de crecimiento. El trópico húmedo y otros sitios más fértiles son más propicios para obtener tasas de crecimiento mayores que las ubicaciones que se caracterizan por largas estaciones secas o suelos infértiles y degradados. La teca, (Tectona grandis) en muchos sitios de la India, por ejemplo, a menudo tienen un IMA que va de 4 a 8 m3 por hectárea al año, en parte debido a una combinación de sequía y suelos pobres. Algunas especies como la Gmelina arborea y otras especies de Eucalyptus son muy sensibles a la ubicación. Al contrario, el Pinus spp., tolera generalmente las condiciones adversas mucho mejor y es más flexible en cuanto a su ubicación.

Tanto el cultivo de árboles como la silvicultura han mejorado las tasas de crecimiento. Un buen ejemplo lo proporcionan el Eucalyptus grandis y el E. urophylla en Brasil y el Pinus radiata en algunos países del hemisferio sur. La silvicultura avanzada incluye los semilleros mejorados y el establecimiento de técnicas tales como la preparación de los sitios, el desyerbe, el control y el uso juicioso de los fertilizantes. Se ha sugerido que el crecimiento de la teca, Tectona grandis, por ejemplo, podría duplicarse en Kerala, India y en Bangladesh, mientras que podría aumentar seis veces más en Indonesia mediante la adopción de dichas prácticas. Con las especies de rebrote de cepa, la productividad varía de acuerdo a la rotación, las primeras dos rotaciones de rebrote suelen ser más productivas que la de la siembra inicial.

Los patrones de crecimiento varían dentro de las especies. Por ejemplo, las especies de muy rápido crecimiento tales como la Gmelina arborea pueden alcanzar un máximo de IMA en menos de 10 años, mientras que el Pinus caribaea var. hondurensis que crece en Trinidad alcanza un máximo de IMA cerca de los 25 años y el P. Radiata a más de 40 años. Con el Cupressus lusitanica en Costa Rica, el IMA máximo se alcanza a los 30 años (FAO 2001h).

Los períodos entre rotaciones pueden reflejar tanto la utilización final como el factor de índole económica. Muchas especies de rápido crecimiento de Eucalyptus, Acacia y Casuarina y de Gmelina arborea se cultivan en períodos de rotación inferiores a los 15 años, dado que estos se utilizan sobre todo para la fabricación de pulpa, o para leña. Los períodos de rotación usuales en Kenya en cuanto al E. grandis son de 6 años cuando este se usa como leña para consumo doméstico; de 7 a 8 años para los postes de cableado telefónico y de 10 a 12 años para la leña combustible de uso industrial. En Brasil esta especie se cultiva ampliamente para la fabricación de pulpa y carbón en rotaciones de un lapso de 5 a 10 años. Las especies que se cultivan como madera de aserrío de alto valor comercial a menudo tienen períodos de rotación más largos; la teca, Tectona grandis, se cultiva durante períodos que van de 50 a 70 años de rotación y las coníferas de alto valor comercial, tales como la Araucaria angustifolia durante períodos de rotación de 40 años. En general, los pinos se cultivan en períodos de rotación de duración media, que van de 20 a 30 años, a menos que estos se cultiven únicamente con el fin de producir pulpa de madera, en cuyo caso se pueden adoptar períodos de rotación más cortos.

Establecer modelos de crecimiento, rotación, rendimiento de cosecha y mezcla de productos por especies son importantes para tomar decisiones de manejo forestal. Uno de los principales obstáculos para establecer modelos destinados a los planificadores y gestores lo constituye la falta de datos apropiados. Los datos pueden provenir de una gama de fuentes, incluyendo parcelas demostrativas temporales o permanentes y experimentos. Los experimentos y protocolos para conseguir datos requieren un diseño cuidadoso de manera que se pueda obtener información confiable para toda la gama de condiciones en las cuales se puede aplicar el modelo. El Sistema de información sobre parcelas permanentes y crecimiento arbóreo, (TROPIS), patrocinado por el Centro de Investigación Forestal Internacional (CIFOR), procura coordinar y mejorar el acceso a la información sobre el crecimiento de los árboles.

Un modelo de crecimiento y rendimiento desarrollado para las plantaciones de Pinus elliottii en el litoral de Zululand, Sudáfrica, puede predecir la altura, área basal, el total del tronco y volumen comercializable y las reservas en pie, por edad para la planificación de la cosecha. En Nueva Zelandia se han desarrollado varios modelos simulados para el P. radiata que predicen variables similares pero incluyen también la calidad de la madera, los aspectos de la cosecha y comercialización, que permiten establecer un nexo entre las opciones silvícolas y el uso industrial.

Manteniendo la productividad

No sólo es posible mantener, sino también incrementar la productividad en el curso de períodos de rotación sucesivos. Esto requiere establecer una definición clara del objetivo final de uso de las plantaciones forestales, así como un enfoque integral de su manejo. Es necesario integrar las estrategias para realizar programas de mejoramiento genético, prácticas de semillero, ubicación y especies/correspondencia con la origen de las especies, prácticas silvícolas apropiadas (preparación previa del sitio, siembra, desyerbe, fertilización, poda y aclareo), la protección de los bosques y las prácticas de cosecha junto con un manejo prudente. Nueva Zelandia y el sur de los Estados Unidos han demostrado que se pueden obtener ganancias substanciales mediante la adopción del enfoque integral. En los países en desarrollo en donde los recursos pueden ser limitados y en donde las soluciones muy técnicas no son fundamentales, pero si es crucial partir de las premisas fundamentales correctas: la selección cuidadosa de las especies y su origen, buenas existencias de semillero, la preparación del sitio, las técnicas de siembra, el control de las yerbas y menos frecuentemente, insumos como fertilizantes. Una vez que las plantaciones uniformes de rápido crecimiento se hayan sembrado, los cuidados silvícolas posteriores pueden volverse extremadamente importantes, dependiendo del uso final al cual están destinadas las plantaciones. (FAO 2001e).

La evidencia disponible actualmente, surgiere que la producción de plantaciones puede ser sostenible si los forestales ponen en práctica programas de mejoramiento silvícola y genético, así como prácticas de manejo apropiadas (Evans 1999). Sin embargo, la investigación de largo plazo a este respecto ha sido limitada; existen pocos estudios definitivos y se limitan a pocas especies. En uno de los estudios más promisorios, realizados con Pinus patula en Suiza, esta especie fue cultivada de manera intensiva durante rotaciones de cerca de 15 años, la productividad de los sitios se mantuvo o aumentó durante tres rotaciones. El tema de la disminución del cultivo de plantaciones de teca (Tectona grandis) en Indonesia e India sigue siendo poco clara (FAO 2001b).

La manera en que se manejan las plantaciones forestales afecta las propiedades químicas y físicas de los suelos y del sitio. Sin embargo, sólo recientemente se llevaron a cabo estudios a largo plazo para evaluar estos factores o procesos críticos. Los métodos adoptados para la preparación del sitio (corta al hilo, preparación de surcos, escarificación, terraplenado, formación de cambas, quema controlada), la siembra (manual, mecánica), el desyerbe (manual, químico, mecánico), la aplicación de fertilizantes, la poda y el aclareo (manual y mecánicos, para uso comercial o como desechos), la protección del bosque y la cosecha (manual, mecánica, tala rasa o selección) todos afectan el conjunto de nutrientes del ecosistema. La interferencia con el drenaje, y el reciclaje de la materia orgánica en las condiciones físicas del suelo durante estas operaciones son cruciales para la sostenibilidad a largo plazo. Debido al reciclaje de materia orgánica y al rápido desarrollo de las raíces de los árboles, las plantaciones se utilizan para rehabilitar tierras frágiles y degradadas que tienden a la erosión del suelo, al drenaje excesivo y escurrimiento del agua. Las plantaciones de árboles a menudo tienen tasas de evapo-transpiración más altas que las llanuras o cultivos agrícolas, de manera tal que cambian la hidrología del sitio. Esto puede ser benéfico (por ejemplo a través de la reducción de los problemas de salinidad en algunas condiciones de tierras secas) o nocivos si reduce el agua necesaria para otros usos) (FAO 2001b).

Tabla 3-6. Características de valor de las maderas duras utilizadas en las áreas tropicales

Categorías de uso

Propiedades deseables de la madera

Usos principales

Haciendo corresponder las especies de madera dura valiosas

Comentarios

Maderas decorativas

Apariencia, calidad, estabilidad de las dimensiones, durabilidad, facilidad de procesamiento, propiedades de barnizaje y acabado

Muebles de calidad y acabados interiores

Tieghemella spp.; Entandophragma cylindricum, Chorophora spp., Aucoumea klaineana, Afrormosia spp., Entandophragma utile, Mansonia spp., Lovoa spp., Khaya spp., Swietenia spp., Dalbergia spp., Aningeria spp.

Mayor valor, competencia con las frondosas de latitudes templadas y tableros de media densidad

Maderas de alta a altísima densidad

Apariencia, fuerza, alta durabilidad natural, disponibilidad en grandes dimensiones

Principalmente para la construcción

Dipterocarpus spp., Lophira spp., Chlorophora spp., Ocotea rodiaei

Pequeña proporción del uso total de madera tropical

Maderas de utilidad de baja a media densidad

Apariencia, grano claro, durabilidad natural, buenas propiedades para el procesamiento

Acabados externos, para establecimientos comerciales, muebles de mediano precio

Shorea spp, Hevea brasiliensis, Terminalia spp., Heritiera spp.

Utilizados con mayor frecuencia, con tendencia a la competencia por parte de substitutos

Fuente: Basado en FAO 1991.

Los pocos estudios sobre los cambios de productividad entre los períodos de rotación han concluido que los cambios negativos se han debido fundamentalmente a prácticas de manejo inadecuadas o a la invasión de yerbas más que debido a un resultado de las plantaciones mismas.

La quema y el cultivo excesivo en el sitio de preparación, la compactación del suelo debido a las operaciones mecánicas, las técnicas de cosecha inadecuadas y la escasa protección de los bosques puede contribuir a la pérdida de nutrientes y a la erosión del suelo, con una consecuente pérdida de productividad en los sitios de siembra de las plantaciones. Estos problemas no pueden ser únicamente resueltos mediante la aplicación de fertilizante, sino adoptando toda una serie de mejoras como la silvicultura, la protección y las técnicas de cosecha dentro de una estrategia de manejo forestal integrado.

Plantaciones de madera dura valiosas

Las especies valiosas de madera dura, con largo período de rotación y de crecimiento lento tienen propiedades técnicas, tales como la fortaleza, la duración natural, la dureza y el procesamiento fácil, y la apariencia (grano, figura, textura, color y otras calidades estéticas) que las hacen apropiadas para usos valiosos como por ejemplo muebles. Estas maderas de alto valor contrastan con las maderas de menor calidad, de cortos períodos de rotación y rápido crecimiento utilizadas como combustible, pulpa de madera, productos reconstituidos y maderas para la construcción de menor calidad. En los países tropicales la teca, (Tectona grandis); la caoba, (Swietenia spp.) y el palorrosa (Dalbergia spp.) son las principales especies de madera dura provenientes de plantaciones, mientras que en los países templados predominan el roble, (Quercus spp.), fresno, (Fraxinus spp.), cerezo, (Prunus spp.), nogal, (Juglans spp.), la jacaranda, (Jacaranda spp.) y el arce, (Acer spp.).

Debido a que muchas especies de madera dura valiosas son difíciles de sembrar debido a los requisitos de índole ecológica o a su susceptibilidad a los insectos o enfermedades, se ha dado mayor énfasis a las especies más fáciles de cultivar, incluyendo la teca, (Tectona grandis), el palorrosa de la India, (Dalbergia sissoo) y la caoba (Swietenia macrophylla). En 1995 las superficies totales de estas especies eran respectivamente de 2 254 000, 626 000 y 151 000 ha. Estas daban cuenta de cerca del 10 por ciento de toda las plantaciones de madera dura en los trópicos. Más del 90 por ciento de las plantaciones de teca se localizaban en Asia, principalmente en Indonesia, India, Tailandia, Bangladesh, Myanmar y Sri Lanka. Cerca del 95 por ciento de las plantaciones de palorrosa se localizaban en la India y en Pakistán. Las plantaciones más grandes de caoba, (Swietenia macrophylla), se localizaban en Indonesia y Fiji, que conjuntamente daban cuenta del 80 por ciento del área sembrada (FAO 2001g). Un resumen de las principales características de las especies de frondosas que se cultivan con mayor frecuencia en las zonas tropicales figura en la Tabla 3-6.

La preferencia del mercado por piezas de grandes dimensiones, crecimiento lento y largos períodos de rotación (e.g. 50 a 70 años para la teca) se mezclan para reducir el atractivo comercial que podría tener la inversión en estas especies, contrastando así con su alto valor. La escasa ganancia respecto a la inversión, junto con el largo período para recuperarla, han dificultado el interés por parte de la inversión privada, a menos de que haya un respaldo en materia de políticas gubernamentales estables y seguras.

Dado que los mercados demandan la continuidad de la oferta, las plantaciones necesitan ser establecidas en una escala sostenible dentro de una región. Algunas de las especies menos comunes no se conocen en el mercado. Otros problemas potenciales del mercado son que la madera puede ser asociada de manera equivocada con la deforestación de los trópicos y con las modas en evolución que a menudo se verifican en el ámbito de las maderas decorativas. Los nichos de mercado son importantes en lo que concierne a las maderas de frondosas valiosas.

Las proyecciones de la oferta de madera a partir de las plantaciones de madera dura existentes, indican que debido a la distribución de la clase de edad y a las largas rotaciones no habrá un aumento significativo en la oferta en los próximos 20 años (FAO 2001g).

La futura promoción de las plantaciones de madera dura de alta calidad requiere que se haga hincapié en la selección de especies que tengan una versatilidad de usos, la investigación de mercados, y el desarrollo necesario para mantener los nichos de mercado, así como un estándar elevado y sostenible de producción para la comercialización. La selección cuidadosa de los sitios, el uso de materiales de siembra de alta calidad de origen genético superior y buenas prácticas silvícolas son todos elementos importantes. Los programas de siembra deberían ser económicamente viables, ambientalmente apropiados y socialmente deseables. Puede ser necesario establecer incentivos a fin de estimular la inversión privada debido a los largos períodos de rotación.

Aunque las plantaciones de madera dura tienen el potencial de reducir la presión que incumbe sobre los bosques naturales, éstas no prevendrán la deforestación debida a la expansión de la frontera agrícola. La oferta de grandes cantidades de madera preciada podría menoscabar tal vez el valor de los bosques naturales y provocar una destrucción más rápida de los mismos. Por lo tanto es aconsejable, cuando sea posible, manejar las plantaciones y los recursos forestales, así como los productos forestales de manera complementaria.

Plantaciones y energía producida por la madera

La madera de las plantaciones o de los bosques naturales o seminaturales utilizada como combustible reviste particular importancia en los países en desarrollo, satisfaciendo cerca del 15 por ciento de toda la demanda de energía (WEC 1999). La madera usada como combustible satisface a cerca del 7 por ciento de la demanda de energía del mundo en su totalidad y sólo el 2 por ciento en los países industrializados. La madera para combustible suministra más del 70 por ciento de los requerimientos energéticos en 34 países en desarrollo y más del 90 por ciento en 13 países (incluyendo 11 en África). La madera para combustible da cuenta del 80 por ciento de todo el uso que se da a la madera en los países en desarrollo y cerca del 89 por ciento sólo en África (FAO 2001f).

Tabla 3-7. Área y producción de las plantaciones forestales no industriales en países seleccionados y por región

Región

Área sembrada para producir leña
000 ha

% del total del área de plantaciones

Estimaciones de 1995

2020

Plantaciones de madera para combustible
millones de m3

% de la producción de las plantaciones

% del uso total para combustibleb

Madera para combustible previstac millones de m3

África

2 154

37

12.2

34

3

20.6

Etiopía

135

88

1.5

93

3

1.6

Madagascar

122

52

1.5

84

16

1.7

Sudán

233

78

1.1

76

7

3.2

Asiad

15 090

33

53.8

60

5

334.8

China

3 854

18

5.5

20

2

56.7

India

8 308

67

30.2

92

11

137.7

Indonesia

399

13

4.2

52

5

8.2

Oceaníae

14

10

<0.1

12

<1


América Latina

3 123

35

20.4

55

8

47.0

Brasil

1 946

47

12.6

51

12

25.1

Perú

210

72

1.5

70

9

3.6

Uruguay

232

67

2.1

71

95

5.9

Países en desarrollo

20 380

33

86.4

47

5

302.4

a Presume que las plantaciones no industriales son principalmente utilizadas para combustible.

b Basado en estimaciones en WEC (1999) y FAO (2000).

c Tercer escenario de FAO (2000) - por 10 años la nueva superficie sembrada es igual a años recientes, seguidos de una disminución gradual - una estimación optimista.

d Asia incluye Turquía pero excluye Japón.

e Oceanía excluye Australia y Nueva Zelandia.

Las predicciones de que ocurriría una crisis energética debido a la escasez de madera para combustible en los países en desarrollo durante el decenio de 1980, se basaba sobre todo en la oferta y la demanda relacionada con las plantaciones forestales y los bosques naturales. La reacción a la crisis de combustible esperada fue sembrar árboles para este propósito, a menudo según el esquema de las plantaciones tradicionales. Muchas fallas en dichos programas surgieron debido a que no se tomó en cuenta la complejidad de la oferta y la demanda bioenergética, relacionada con los aspectos sociales y las necesidades de la población, así como la estructura carente de los programas. La importancia de los árboles sembrados en tierras agrícolas, en las aldeas y caseríos, a lo largo de las carreteras y cursos de agua, como fuente de combustible fue subestimada.

Las comunidades rurales cosechan las estacas, ramas, tocones, y ramas pequeñas, las hojas y materia orgánica para utilizarlos como combustible en las zonas de carencia crónica de combustible. En estos casos, se rompe el proceso de reciclaje de nutrientes, provocando la degradación de los sitios para la siembra de plantaciones. En muchas comunidades rurales de los países en desarrollo, el combustible se considera un bien de libre acceso, a ser cosechado en las plantaciones o bosques de propiedad pública o privada. A menudo, las mujeres y los niños recolectan la madera para combustible a poco o ningún costo. En consecuencia, el cultivo de plantaciones forestales privadas específicamente dedicadas a la producción de madera para combustible, las cuales incluyen costos de cultivo y ciclos de rotación, pueden resultar un concepto ajeno.

Estudios realizados en Asia muestran que una oferta basada en el suministro de los bosques puede variar del 13 por ciento en las Filipinas hasta el 73 por ciento en Nepal. En muchos países menos del 50 por ciento de la leña proviene de los bosques.

Se estima que en 1995, las plantaciones forestales no industriales en todo el mundo abarcaban cerca de 20 millones de hectáreas (FAO 2000). Esto significaba casi el 17 por ciento de toda la superficie de plantaciones del mundo en 1995. Una proporción significativa de estas plantaciones fue sembrada para obtener leña, y el 98 por ciento se ubicaban en países en desarrollo. Estas cifras sobre las plantaciones no incluyen los árboles sembrados fuera del bosque en las granjas, aldeas, etc., como tampoco consideran a las plantaciones que fueron clasificadas como plantaciones agrícolas, tales como la Hevea spp. o las plantaciones de palma.

En 1995, cerca de un tercio de la extensión total de plantaciones en los países en desarrollo, era cultivada fundamentalmente para la producción de combustible en 1995 (Tabla 3-7). Tres cuartos de estas plantaciones se encontraban en Asia (excluyendo Japón), en donde éstas abarcaban cerca del 60 por ciento del total de la producción de plantaciones. En América Latina más de la mitad de la producción de plantaciones estaba destinada a la producción de combustible; en África y en Oceanía una proporción mayor de la producción de plantaciones estaba destinada a fines industriales. Sin embargo, las plantaciones en general, suministraban únicamente una pequeña proporción de toda la madera para combustible utilizada. Uruguay representa una excepción interesante (FAO 2001f).

La producción de madera para combustible a partir de las plantaciones actualmente abarca sólo una pequeña proporción de las necesidades energéticas, aunque es muy importante en algunas localidades y países. Las plantaciones actualmente suministran el 5 por ciento de la madera para combustible. La producción de estas plantaciones no industriales probablemente se duplicará en los próximos 20 años, aunque la superficie aumente poco, porque la distribución de la clase de edad se concentra sobre todo en las plantaciones jóvenes. En un escenario optimista, en donde la siembra de plantaciones prosigue al mismo ritmo de los últimos diez años, para luego disminuir gradualmente, se podría prever un aumento de 350 por ciento de la producción de madera para combustible para 2020. Los subproductos de las industrias que utilizan madera también contribuirán a una oferta de leña mayor. La situación es menos positiva en África, en donde se calcula que habrá una disminución en la producción de madera para combustible proveniente de las plantaciones en algunos países. (FAO 2001f).

Nuevas fuentes de fibra

Desde que se realizó el FRA 1990, el progreso alcanzado en el contexto de la tecnología para la utilización de la madera ha hecho que las fuentes nuevas de fibra adquieran mayor importancia - el caucho, Hevea brasiliensis, la palma de coco, Cocos nucifera y la palma de aceite africana, Elaeis guineensis - especialmente en la subregión de Asia del Sudeste. Estas especies que dan cuenta, respectivamente, del 9.7, 12.0 y 6.0 millones de hectáreas de plantaciones crecen en los trópicos húmedos. En lo que se refiere al área de las plantaciones, Asia tiene el 92 por ciento de plantaciones de caucho, el 86 por ciento de la palma de coco y el 78 por ciento de la palma de aceite africana del mundo. Indonesia, Tailandia y Malasia tienen casi tres cuartos de las plantaciones de caucho; Indonesia y las Filipinas tiene cerca de la mitad de las plantaciones de palma de coco; y Malasia tiene el 55 por ciento de las plantaciones de palma africana. Las tres especies se cultivan principalmente para obtener productos no madereros, de manera que cuando estos superan su madurez pueden proporcionar todavía fibra, a un costo mínimo, a las industrias que lo requieren (FAO 2001c).

El caucho se cosecha cuando la productividad del latex disminuye (después de 30 años) y rinde 100 m3 de madera en rollo por hectárea, pero sólo del 25 al 45 por ciento se recupera para ser utilizado como combustible, debido a su forma y dimensiones pequeñas. La mayoría de las existencias sembradas en Asia del Sudeste pertenecen a pequeños parcelarios y se encuentran dispersas geográficamente, disponiendo de escasa accesibilidad y troncos de poca calidad. Actualmente la mayor proporción del caucho utilizado en la industria proviene de las plantaciones en gran escala. Los muebles de calidad, el parquet, los tableros, y tableros de partículas, madera para la construcción en general y leña, incluyendo carbón, están hechos de la madera del árbol de caucho (Hevea spp.). Sin embargo, esta madera debe ser procesada pocos días después de haber sido cosechada a fin de disminuir las probabilidades de daños provocados por hongos cromógenos. Las industrias más desarrolladas se encuentran en Malasia, en donde la producción de madera de árbol de caucho aserrada subió de 88 000 m3 en 1990 a 137 000 m3 en 1997 y la producción de tableros de fibra de densidad media del árbol de caucho alcanzó 1.16 millones de metros cúbicos anuales en 1999. Las exportaciones de muebles de madera de árbol de caucho aumentaron de cerca de US$74 millones en 1991 a US$683 millones en 1998. La madera de árbol de caucho se ha convertido en un substituto de las maderas ligeras de frondosas tropicales. Su aceptación como madera de plantación sostenible, favorable desde el punto de vista ambiental, le ha conferido mucho atractivo (FAO 2001c).

La palma de coco se cultiva cuando el rendimiento de la copra decrece (después de 60 años) y rinde 90 m3 por hectárea de madera. La palma de coco tiene propiedades variables y presenta dificultades intrínsecas para su conversión, pero puede rendir, a costos relativamente bajos, madera para usos en general, madera para la construcción, tableros, escaleras, marcos de puertas, muebles, pisos y postes para la energía eléctrica. En 1993 Indonesia tuvo 65 millones de metros cúbicos de troncos de palma de coco sobremaduros que requerían de colocación antes de la resiembra. Existe un interés creciente por esta materia prima en los mercados de Europa y América del Norte. No parece probable que llegue a remplazar la madera para la construcción convencional, pero podría colocarse en nichos de mercado. Esta madera seguirá siendo utilizada como madera para la construcción de bajo costo (FAO 2001c).

Las plantaciones de palma de aceite africana se cosechan como fuente de fibra después de períodos de rotación de 25 a 30 años y rinden cerca de 235 m3 por hectárea. Se estima que en Asia del Sudeste habrá una disponibilidad de más de 1.6 mil millones de metros cúbicos de fibra en los años venideros. De 1996 a 1999 esta superficie aumentó del 18 por ciento. En Malasia, la superficie ha aumentado de 3 millones de hectáreas en los pasados 30 años.

La mayoría de las plantaciones de palma de aceite (a diferencia del caucho y el coco) en los principales países productores, Malasia e Indonesia, se encuentran bajo la gestión de compañías y cooperativas. Los productos derivados de la palma de aceite tales como las cortezas de los frutos, fibras prensadas y los restos de los frutos se utilizan para la generación de calor en las plantas extractivas. El agua contenida en los troncos puede alcanzar hasta cinco veces el peso de la materia seca. El alto contenido de humedad, así como las elevadas cantidades de parénquima rico en azúcares y almidón vuelven un desafío su conversión en productos forestales de calidad. En Malasia se está planificando actualmente el establecimiento de una planta de tableros de media densidad, a fin de utilizar los troncos de la palma de aceite (FAO 2001c).

Las plantaciones como substitutos de los bosques naturales

La creciente preocupación por el estado y la pérdida de los bosques naturales, la rápida expansión de las áreas protegidas y las grandes áreas de bosques no disponibles para el suministro de madera, hacen que las plantaciones sean vistas cada vez más como substitutos potenciales para los bosques naturales, particularmente en Asia y en el Pacífico.

Se estima que en Asia y el Pacífico el 52 por ciento de los bosques naturales no están disponibles para cosechar madera, debido a que estos son inaccesibles y su explotación resulta poco factible desde el punto de vista económico. De todos los bosques que no están disponibles en la región, se estima que cerca del 38 por ciento se encuentran restringidos desde el punto de vista legal. Además, la prohibición de la tala se ha impuesto en vastas áreas de bosques naturales que abarcan cerca de 10 millones de hectáreas. Las razones de este tipo de prohibición varían pero estaban relacionadas con la deforestación y con la degradación del bosque, provocando problemas ambientales en Tailandia, las Filipinas y China y prestándose a las necesidades de conservación en Sri Lanka y Nueva Zelandia (FAO 2001a).

Como resultado del efecto neto de la deforestación y la exclusión de los bosques naturales de la producción de madera, algunas áreas de Asia y la región del Pacífico tienen déficits de madera y la cosecha de madera en rollo está superando los niveles de la sostenibilidad de la tala. Las zonas más afectadas son Asia del Sur y Asia insular del Sureste, mientras que Asia continental del Sudeste también se encuentra bajo presión. Al contrario, Nueva Zelandia tiene un superávit de madera proveniente de las plantaciones lista para la exportación.

De los seis ejemplos estudiados en la región de Asia y la región del Pacífico, Nueva Zelandia es más que autosuficiente en la producción de madera proveniente de las plantaciones. En China y en Viet Nam, la importancia de las plantaciones aumentará a medida que los recursos sembrados maduran. Ha habido serios problemas con la ejecución de programas de desarrollo de plantaciones en Sri Lanka, las Filipinas y Tailandia. En Sri Lanka, India y otras partes en los trópicos, los árboles fuera del bosque están desempeñando un papel crucial en el suministro de madera en rollo y madera para combustible (FAO 2001a).

La mayoría de los países en la región se están convirtiendo en importadores de madera, mientras que se prevé un aumento de las importaciones. Algunas veces la prohibición de la tala han desplazado el problema hacia otros países. Los problemas que representa la adquisición de grandes superficies de tierra en algunos países dificultan la siembra de plantaciones industriales. En las Filipinas, Tailandia y Viet Nam ha habido conflictos sociales con los pueblos indígenas o entre el uso tradicional de los bosques y el desarrollo, así como entre pobres y ricos. Algunos incentivos y el desarrollo de programas de forestería social están siendo ejecutados para resolver este tipo de problemas.

Mientras resulta claro que las plantaciones tendrán un papel cada vez más significativo en la substitución de los bosques naturales, el impacto se hará sentir caso por caso, a medida que los gobiernos y los empresarios determinen en dónde y cómo pueden ser factibles las plantaciones desde los puntos de vista técnico, económico y social, así como ambiental. A corto plazo, las plantaciones en Asia y la región del Pacífico pueden contribuir con, pero no remplazar, la producción proveniente de los bosques naturales. Es probable que tanto en las regiones como en el mundo en general, la tasa actual de siembra de plantaciones industriales mantendrá difícilmente el ritmo respecto a las pérdidas debidas a la deforestación y a la transferencia de los bosques naturales a un estado de protección. Mientras que podría ser teóricamente posible, que el establecimiento real de plantaciones no sea suficiente actualmente para mantenerse al paso del creciente consumo y de la paralela disminución de los bosques naturales (FAO 2001a).

Plantaciones y captura de carbono

En los últimos diez años, el desarrollo de las plantaciones forestales como medio para contrarrestar las emisiones de carbono ha evolucionado en función de un mecanismo de mercado, aunque un mercado organizado con precios del carbono establecido de acuerdo a las fuerzas de la oferta y la demanda aún está lejos de concretizarse. La adopción del Protocolo de Kyoto en 1997 produjo un fuerte aumento en la inversión económica en plantaciones, en calidad de pozos de carbono, no obstante los instrumentos legales y políticos, así como las pautas de manejo aún sigan siendo objeto de debate. Una cantidad de países ya se ha preparado para proporcionar financiación adicional para que se establezcan bosques artificiales. El programa nacional de Costa Rica para 1997, fue el primero en establecer bonos comerciables para los pozos de carbono que pueden ser utilizados para contrarrestar las emisiones, y fue el primer país en utilizar el seguro de certificación independiente.

Hasta la fecha, los fondos destinados a la mitigación de la emisión de gases que provocan el efecto invernadero, se concentran en cerca de 4 millones de hectáreas de plantaciones forestales en todo el mundo (FAO 2001d). El reconocimiento de la forestación y de la reforestación como la única forma de uso de la tierra elegible, el cambio de uso de la tierra y las actividades forestales dentro del Mecanismo para un desarrollo limpio, del Protocolo de Kyoto, según se acordara en Bonn durante la segunda parte de la Sexta Conferencia de las Partes del CMNUCC, en julio de 2001, llevará a un aumento pronunciado de la siembra de plantaciones forestales en los países en desarrollo. Se espera que la decisión sobre los pozos de carbono del Acuerdo de Bonn canalizará fondos adicionales hacia las actividades forestales en los países en desarrollo, y por lo tanto, fortalecerá los esfuerzos nacionales en este campo. Sin embargo, se requerirá un sistema de monitoreo y verificación para garantizar que estas plantaciones no sean establecidas a expensas de la población local o de los esfuerzos por mantener la diversidad biológica. Así, las decisiones que se tomaron en Bonn para hacer que se ratificara el Protocolo de Kyoto, también representarán nuevos desafíos para el desarrollo de las plantaciones forestales.

CONCLUSIONES

Los datos registrados indican que las áreas de plantaciones nuevas están aumentando en el mundo a un ritmo de 4.5 millones de hectáreas por año, pero las áreas netas pueden ser mucho menores. Asia y América del Sur dan cuenta de la siembra mayor de plantaciones nuevas respecto a las otras regiones. La región de Asia tiene las áreas mayores de plantaciones forestales.

Las especies latifoliadas abarcan el 40 por ciento de las plantaciones forestales, las especies de coníferas abarcan el 31 por ciento, y las especies no especificadas, el 29 por ciento.

Las plantaciones industriales comprenden el 48 por ciento y las de uso no industrial el 26 por ciento de las plantaciones forestales del mundo. Las plantaciones industriales predominan en China, India y los Estados Unidos, mientras que las plantaciones de uso no industrial predominan en China, India, Tailandia e Indonesia. La propiedad de las plantaciones forestales, tanto las de uso industrial, como no industrial está bien equilibrada entre los sectores público y privado.

Los datos sobre las plantaciones forestales siguen siendo débiles como para proporcionar un análisis detallado.

Las plantaciones forestales pueden aportar beneficios importantes desde los punto de vista ambiental, social y económico. El manejo apropiado de las plantaciones forestales, el mejoramiento de los árboles y las prácticas de silvilcultura pueden mantener y/o mejorar la productividad de las plantaciones forestales. Sin embargo, para lograrlo es importante que las plantaciones forestales sean manejadas de acuerdo con un objetivo bien definido.

Las plantaciones forestales proporcionan un sustituto importante de la materia prima proveniente de los bosques naturales, incluyendo la madera en rollo industrial y la leña. Además, las especies no forestales tales como el caucho, Hevea brasiliensis, la palma de coco, Cocos nucifera y la palma africana, Elaeis guineensi se están convirtiendo en importantes fuentes de madera y fibra. Finalmente, existe un creciente potencial para la inversión en la siembra de plantaciones forestales destinadas a contrarrestar las emisiones de carbono.

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