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Capítulo 36. El Caribe


Figura 36-1. Subregión del Caribe: mapa de la cubierta forestal

1. Antigua y Barbuda

2. Bahamas

3. Barbados

4. Bermudas

5. Islas Vírgenes Británicas

6. Islas Caimán

7. Cuba

8. Dominica

9. República Dominicana

10. Granada

11. Guadalupe

12. Haití

13. Jamaica

14. Martinica

15. Montserrat

16. Antillas Holandesas

17. Puerto Rico

18. Saint Kitts y Nevis

19. Santa Lucía

20. San Vicente y las Granadinas

21. Trinidad y Tabago

22. Islas Vírgenes (EE.UU.)

Esta subregión abarca las tres principales divisiones fisiográficas de las Antillas: las Grandes Antillas, que comprenden las islas de Cuba, Jamaica, La Española (Haití y la República Dominicana) y Puerto Rico; las Pequeñas Antillas, compuestas por las Islas Vírgenes, Saint Kitts y Nevis, Antigua y Barbuda, Montserrat, Guadalupe, Dominica, Martinica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Barbados, y Granada; y los grupos de islas aisladas de la Plataforma Continental Norteamericana, las Bahamas, y las islas de la plataforma sudamericana, es decir, Trinidad y Tabago y las Antillas Holandesas (Aruba, Curaçao, y Bonaire). En esta subregión también se facilitan datos relativos a Bermudas y las Islas Caimán (Figura 36-1).

Las Grandes Antillas, que son restos continentales, tienen un área de tierra total de unos 21 millones de hectáreas, con más de 4 millones de hectáreas (22 por ciento) bajo cubierta forestal. Las Pequeñas Antillas y todas las islas aisladas de la subregión suman un área terrestre total de 2 millones de hectáreas, aproximadamente, de las cuales más de un 1 millón de hectáreas (59 por ciento) es boscoso.

Beard (1949) estudió detenidamente la vegetación natural de las Pequeñas Antillas. Se trata de islas de origen fundamentalmente volcánico, cuyas formaciones de vegetación climatérica, según Beard, pueden dividirse del siguiente modo: formación de bosque pluvial, formaciones montanas (bosque pluvial montano bajo, maleza montana y bosque encantado), formaciones estacionales (árboles de hojas perennes, semiperennes y caducifolias) y formaciones secas (matorrales y tierras boscosas litoral es). Las formaciones pantanosas y los manglares se hallan en todas las islas, excepto en Dominica (Beard 1949).

La subregión del Caribe contiene una rica variedad de ecosistemas complejos, con una gran abundancia de especies de plantas y animales, y una gama de hábitat costeros y marinos. La subregión, considerada conjuntamente con las regiones costeras de América del Norte, Centro América y América del Sur, encierra la mayor concentración de diversidad biológica de la cuenca del Océano Atlántico (PNUMA 2000). La riqueza de especies de Cuba es de fundamental importancia regional. Cuba, en efecto, posee la mayor diversidad de especies y el más alto grado de endemismo de las Antillas. Más del 50 por ciento de la flora y el 32 por ciento de la fauna vertebrada son endémicos (CMVC 2001). Dado que los países de esta región dependen en gran medida de la salud y la belleza del mundo natural para generar ingresos procedentes del turismo, la conservación de la diversidad biológica de la región no se halla vinculada exclusivamente a las condiciones sociales, culturales y políticas, sino también a las realidades económicas de la región. Los arrecifes de coral, las praderas de pastos marinos y los manglares son uno de los ecosistemas marinos y costeros más conocidos de la región y contribuyen en forma significativa a su biodiversidad (PNUMA 2000). En los países caribeños la principal tendencia económica durante los años noventa fue la rápida transición de las economías basadas en la agricultura a economías basadas en los servicios, sobre todo centradas en el turismo. Respecto de la primera mitad del decenio de 1990, las perspectivas para el crecimiento del PIB han mejorado ligeramente, sobre todo debido a la expansión del sector turístico y otros servicios con miras a sustituir la industria bananera como principal fuente de divisas. La relativa proximidad de las islas a los mercados de América del Norte y Europa, y su naturaleza atractiva ofrece a las mismas la oportunidad de continuar desarrollando su sector turístico, así como de diversificar más sus economías. Por ejemplo, en Santa Lucía, en 1977, la agricultura representaba aproximadamente el 16 por ciento del valor total del PIB, mientras el turismo el 21 por ciento. En 1997, en cambio, las contribuciones de la agricultura y el turismo al PIB ascendieron al 8 por ciento y el 33 por ciento, respectivamente (Banco Mundial 2000).

Tabla 36-1. El Caribe: recursos forestales y manejo

País/área

Área de la tierra

Área de bosque en 2000

Cambio del área 1990-2000 (total de bosque)

Volumen y biomasa por encima del suelo (total de bosque)

Bosques bajo plan de manejo

Bosques naturales

Plantaciones forestales

Área total de bosques

000 ha

000 ha

000 ha

000 ha

%

ha/cápita

000 ha/año

%

m3/ha

t/ha

000 ha

%

Antigua y Barbuda

44

9


9

20.5

0.1

n.s.

n.s.

116

210

-

-

Bahamas

1 001

842

-

842

84.1

2.8

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Barbados

43

2

0

2

4.7

n.s.

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Bermudas

5

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Islas Vírgenes Británicas

15

3

-

3

20.0

0.1

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Islas Caimán

26

13

-

13

-

0.4

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Cuba

10 982

1 867

482

2 348

21.4

0.2

28

1.3

71

114

730

31

Dominica

75

46

0

46

61.3

0.6

n.s.

-0.7

91

166

-

-

República Dominicana

4 838

1 346

30

1 376

28.4

0.2

n.s.

n.s.

29

53

152

11

Granada

34

5

0

5

14.7

0.1

n.s.

0.9

83

150

-

-

Guadalupe

169

78

4

82

48.5

0.2

2

2.1

-

-

28*

n.ap.

Haití

2 756

68

20

88

3.2

n.s.

-7

-5.7

28

101

-

-

Jamaica

1 083

317

9

325

30.0

0.1

-5

-1.5

82

171

44

14

Martinica

107

45

2

47

43.9

0.1

n.s.

n.s.

5

5

10

21

Montserrat

11

3

-

3

27.3

0.3

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Antillas Holandesas

80

1

-

1

n.s.

n.s.

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Puerto Rico

887

225

4

229

25.8

0.1

-1

-0.2

-

-

57

25

Saint Kitts y Nevis

36

4


4

11.1

0.1

n.s.

-0.6

-

-

-

-

Santa Lucía

61

8

1

9

14.8

0.1

-1

-4.9

190

198

-

-

San Vicente y las













Granadinas

39

6

0

6

15.4

0.1

n.s.

-1.4

166

173

-

-

Trinidad y Tabago

513

244

15

259

50.5

0.2

-2

-0.8

71

129

120

46

Islas Vírgenes (EE.UU.)

34

14

-

14

41.2

0.1

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Total del Caribe

22839

5145

566

5711

25.0

0.2

13

0.2

57

98

-

-

Total de América del Norte, Centro América y el Caribe

2136966

531771

17533

549304

25.7

1.1

-570

-0.1

123

95

-

-

TOTAL MUNDIAL

13063900

3682722

186733

3869455

29.6

0.6

-9 391

-0.2

100

109

-

-

Fuente: Apéndice 3, Tablas 3, 4, 6, 7 y 9.

* Resultados parciales únicamente. No se dispone de datos nacionales.

Existen dos importantes repercusiones para el sector forestal. El bosque sirve de aliciente para el turismo ecológico al tiempo que protege el ambiente circundante.

Sin embargo, el turismo acarrea presión sobre la tierra y el desarrollo de infraestructura, lo que puede afectar a los bosques. Es necesario alcanzar un cuidadoso equilibrio, pues la pérdida de los bosques puede perfectamente conducir a la pérdida del turismo. Este equilibrio es uno de los principales problemas que el sector forestal y la industria del turismo del Caribe afrontan hoy en día (Fripp 2000).

RECURSOS FORESTALES

Los datos forestales para los países del Caribe se reunieron gracias a la ayuda de la Oficina Subregional de la FAO para el Caribe y mediante un Taller sobre la recopilación de datos y el estudio de perspectivas para el sector forestal en el Caribe, que tuvo lugar en Trinidad en febrero de 2000. La información más precisa y actualizada sobre el sector forestal en el Caribe se halla en Cuba (1998) y Jamaica (1997), que disponen de una cartografía forestal detallada. La República Dominicana cuenta con información reciente, pero no fue posible compararla con la de los años precedentes debido a las diferencias en las definiciones y metodologías. Quince de las 22 unidades informantes suministraron datos procedentes de mapas de uso de la tierra, fuentes secundarias o estimaciones forestales. Para la mayoría de éstas no resultó claro el método exacto utilizado en la realización de dichas estimaciones.

Haití y Santa Lucía registran la mayor conversión de la cubierta forestal, mientras Cuba y Granada presentan un incremento en la variación de la cubierta forestal. En Cuba, esto se debe a un programa de plantación intensivo que actualmente asciende a un total de casi 500 000 ha. El informe de Granada menciona que no fue posible diferenciar entre arbusto y bosque abierto en las imágenes de satélites utilizadas para la preparación del mapa, por tanto puede haberse estimado en exceso en el área de bosque. Los países que tienen una proporción elevada de cubierta forestal son las Bahamas, Dominica y Trinidad y Tabago; en cambio, los que poseen menos cubierta de bosque son Barbados y Haití (Figura 36-2 y Tabla 36-1).

La cubierta forestal de la región del Caribe representa únicamente un 0.1 por ciento de la cubierta forestal total del mundo. Sin embargo, el alto endemismo de las plantas de la región, las características particulares de los humedales caribeños y la importancia de la cubierta verde en las economías locales, sobre todo para el turismo, hacen que la cubierta forestal sea fundamental para esta subregión (PNUMA 2000).

Sobre la base del volumen comercial y realizando los ajustes apropiados, se calculó el volumen y la biomasa para 10 de las 22 islas. Los niveles más altos por hectárea se registran en Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas; en Martinica, en cambio, el nivel es bajo.

MANEJO Y USOS DE LOS BOSQUES

Se careció de información acerca de las áreas incluidas en planes de manejo forestal para la mayoría de los países del Caribe. Tres países o zonas (Jamaica, Martinica y Puerto Rico) proporcionaron información a nivel del país para el FRA 2000 acerca del área de bosque incluida en un plan de manejo forestal oficial y aprobado en el ámbito nacional. Otros tres países (Cuba, la República Dominicana y Trinidad y Tabago) suministraron información sobre el área de bosques natural bajo manejo para la reunión de la Comisión Forestal para América Latina y el Caribe del año 2000 (Tabla 36-1). Las cifras proporcionadas oscilaron entre 11 y 46 por ciento del área forestal total en 2000. Granada presentó datos parciales.

Es importante tener en cuenta que el área total que, según los datos, está incluida en planes de manejo forestal no equivale necesariamente al área total de bosques que se encuentra bajo manejo forestal sostenible. La información suministrada no indica si los planes son apropiados, si se ejecutan como planificado o si tienen los efectos deseados.

La mayor parte de las islas del Caribe no poseen industrias de elaboración maderera e importan sus productos forestales, sobre todo de Belice y Guyana. Actualmente muchas de las islas principales intentan incrementar su producción de madera mediante programas de plantación. Cuba tiene previsto aumentar su producción maderera para fines industriales en 2.5 veces en el período comprendido entre 1998 y 2015; el 78 por ciento del abastecimiento procederá de las plantaciones (FAO 2000).

Las islas enfrentan desafíos ambientales como los huracanes, la erosión del suelo, las inundaciones, los incendios forestales y la sequía. Por tanto, en todas las islas el manejo de las cuencas a fin de reducir el impacto negativo de los desastres naturales se considera una prioridad. En toda la región las instituciones forestales promueven programas para la conservación del suelo y las aguas, y de apoyo al turismo y las actividades recreativas con miras a resguardar la biodiversidad y aumentar las áreas protegidas (FAO 2000).

El Programa Ambiental del Caribe del PNUMA ha emprendido la elaboración de un marco regional para la planificación y el manejo costero integrado de la gran región caribeña. Los gobiernos de la región, con la asistencia del PNUMA, han desarrollado métodos innovadores para la protección de los ecosistemas costeros y marinos a través del Protocolo Relativo a las Áreas y Flora y Fauna Silvestres Especialmente Protegidas (SPAW) de la Convención de Cartagena. Las partes se comprometieron a proteger los componentes de los ecosistemas fundamentales, como los arrecifes de coral, los pastos marinos y los manglares. Asimismo, resolvieron que los ecosistemas costeros y marinos deben ser manejados y vigilados a nivel regional para mantener su integridad, garantizar la propagación de las especies marinas y de los estuarios importantes desde el punto de vista ecológico y aprovechables comercialmente, restaurar los ecosistemas y poblaciones de las especies mermadas y en peligro, y desarrollar ulteriormente la industria del ecoturismo de la región. El último punto pone de manifiesto que existe un claro beneficio económico en mantener un sistema regional de parques y áreas protegidas, sano y manejado en modo sistemático (PNUMA 2000).

Los árboles fuera del bosque y los bosques urbanos adquieren cada vez más importancia. Casi todos los países reconocen la necesidad de aumentar el número de árboles y existen programas para el fomento de la plantación tanto en las zonas urbanas como en las rurales. Sin embargo, no se ha realizado una evaluación de la cantidad y el valor de los árboles fuera del bosque. En gran parte éstos cumplen funciones sociales como la producción de frutas, arquitectura del paisaje y recreación. Los árboles se plantan para obtener forraje, leña, construir cortavientos y otras finalidades (FAO 2000).

Figura 36-2. El Caribe: área de bosque natural y plantaciones forestales en 2000 y variaciones netas del área entre 1990 y 2000

CONCLUSIONES

El estado actual de los datos y la información acerca de los productos y servicios de los bosques del Caribe es variable; sin embargo, todos los países hicieron mención de la necesidad de conseguir datos de mejor calidad, más precisos y más pertinentes que los recopilados actualmente, y de vigilar mejor los recursos y servicios forestales. Hacen falta datos acerca de los siguientes aspectos: uso de la leña y los productos forestales no madereros; recreación y turismo en los bosques; función del sector forestal en el manejo de las cuencas; empleo forestal; contribución de los bosques a la economía nacional; y beneficios sociales y comunitarios de las actividades forestales (FAO 2000).

Con excepción de Cuba y la República Dominicana, las islas mayores han experimentado una reducción de la cubierta de bosques. En Jamaica y Haití esta situación se debe a la mayor necesidad de tierra agrícola, mientras en Puerto Rico obedece principalmente al desarrollo urbano. En algunas de las islas pequeñas, donde se prevé la disminución de la agricultura comercial, existe la posibilidad que la tierra agrícola pueda nuevamente convertirse en bosque. Por otro lado, el desarrollo turístico y la mayor urbanización pueden reducir aún más la cubierta forestal en los alrededores de las ciudades y aldeas (FAO 2000).

Frecuentemente, el crecimiento del sector turístico traspasa los límites de los recursos forestales para su desarrollo, deteriorando la belleza natural, la protección de las cuencas hidrográficas y otros valores, lo que a su vez disminuye el atractivo de los bosques para el turismo.

Los fenómenos naturales como los huracanes y la sequía afectan a los bosques de esta subregión. La disminución de la rentabilidad del comercio de los productos agrícolas, como el banano, puede resultar en un descenso de las entradas en divisas y el empleo, favoreciendo un mayor interés en el sector forestal o en el ecoturismo como sustitutos (Fripp 2000).

Para las islas del Caribe la clasificación y el establecimiento de las áreas protegidas, las políticas sobre el aprovechamiento de la tierra y las restricciones institucionales representan cuestiones importantes (FAO 2000). Asimismo, es fundamental el papel de los bosques en la protección de las cuencas. La mayoría de los países se están encaminando hacia el manejo sostenible de sus bosques gracias a la formulación y ejecución de planes de manejo forestal sostenible (FAO 2000).

BIBLIOGRAFÍA

Banco Mundial. 2000. Latin America and Caribbean region report. http://wbln0018.worldbank.org/external/lac/lac.nsf

Beard, J.S. 1949. The natural vegetation of the Windward & Leeward Islands. Oxford, Reino Unido, Clarendon Press.

Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación (CMVC). 2001. National biodiversity profiles. Cuba.

www.wcmc.org.uk /nbp/index.html

FAO. 2000. Caribbean Workshop on Data Collection and Analysis for Sustainable Forestry Management. Informe del taller CE-FAO, febrero de 2000.

Fripp, E. 2000. Socio-economic trends and outlook: implications for the Caribbean forestry sector to 2020. Baseline study carried out in the framework of the Data Collection and Outlook Effort for Forestry in the Caribbean. Londres.

Organización de Turismo del Caribe. 1999. Ecotourism statistical fact sheet.

Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). 2000. Maintenance of biological diversity. Caribbean Environmental Programme. www.cep.unep.org/issues/biodiversity.html


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