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Capítulo 43. América del Sur tropical


Figura 43-1. América del Sur tropical: mapa de la cubierta forestal

1. Bolivia

2. Brasil

3. Colombia

4. Ecuador

5. Guayana Francesa

6. Guyana

7. Paraguay

8. Perú

9. Suriname

10. Venezuela

La subregión de América del sur tropical,[54] que comprende Colombia, Guayana Francesa, Guyana, Suriname, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay y Brasil, constituye la concentración más grande de bosque pluvial tropical del mundo, con cerca de 885 millones de hectáreas situadas en la cuenca del Amazonas y otras 85 millones de hectáreas en el complejo de la cuenca del Orinoco y del Paraná. El área total de la tierra en América del sur tropical es de 1 387 millones de hectáreas (Figura 43-1, Tabla 43-1).

El bosque pluvial tropical de Amazonia se considera como el ecosistema más rico del mundo en cuanto a biodiversidad. De acuerdo a una clasificación en orden de país, Brasil cuenta con mayor biodiversidad, seguido por Colombia, en cuarto lugar, y Perú en el séptimo. Esta ecozona da cuenta del 85 por ciento del total de la cubierta forestal y aproximadamente el 60 por ciento del total de la cubierta de la tierra de la subregión, desempeñando un papel muy importante en el contexto económico así como ambiental de estos países. Sin embargo, los climas y tipos de bosque asociados van desde lo árido y semi-árido al pluvial. La zona ecológica predominante es el bosque pluvial tropical, que representa el 36 por ciento del área total, seguido de un bosque deciduo húmedo tropical que abarca el 24 por ciento, un bosque montano tropical que alcanza el 10 por ciento y un bosque seco tropical del 9.5 por ciento. En la parte norte de la subregión, los llanos de Venezuela y Colombia constituyen bosques abiertos subhúmedos típicos, al igual que en el cerrado situado en la parte centro-occidental del Brasil. El certão o caatinga en el nordeste del Brasil es un ecosistema semiárido típico, como lo es el chaco paraguayo y las formaciones de bosque seco situadas a lo largo del litoral Pacífico del Perú.

El bosque pluvial tropical de la cuenca del Amazonas inicia en la cordillera de los Andes en Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela a más de 3 000 m de altitud. El bosque rodea la inmensa llanura amazónica, la mayor parte de la cual se sitúa en el interior del Brasil, y mantiene una fuerte relación de índole ecológica y socioeconómica con las partes inferior de la cuenca. La contribución de los recursos forestales a las economías nacionales de la subregión es aún muy baja, proporcionando menos del 2 por ciento del PIB, a excepción del Brasil, en donde se estima que estos aportan el 5 por ciento del PIB. Sin embargo, en la economía informal, en particular modo en los asentamientos rurales e indígenas, el bosque desempeña un papel fundamental, aportando la principal fuente de subsistencia de la población, en materia de alimentos, agua, materiales para construcción de habitaciones y otros productos forestales (FAO 1989).

Tabla 43-1. América del Sur tropical: recursos forestales y manejo

País/área

Área de la tierra

Área de bosque en 2000

Cambio en el área 1990-2000 (área total de bosques)

Volumen y biomasa por encima del suelo (área total de bosques)

Bosques bayo a plan de manejo

Bosques naturales

Plantaciones forestales

Área total de bosque

000 ha

000 ha

000 ha

000 ha

%

ha/cápita

000 ha/año

%

m3/ha

t/ha

000 ha

%

Bolivia

108 438

53 022

46

53 068

48.9

6.5

-161

-0.3

114

183

6 900

13

Brasil

845 651

538 924

4 982

543 905

64.3

3.2

-2 309

-0.4

131

209

4 000

1

Colombia

103 871

49 460

141

49 601

47.8

1.2

-190

-0.4

108

196

85

0

Ecuador

27 684

10 390

167

10 557

38.1

0.9

-137

-1.2

121

151

14

0

Guayana Francesa

8 815

7 925

1

7 926

89.9

45.6

n.s.

n.s.

145

253

400

5

Guyana

21 498

16 867

12

16 879

78.5

19.7

-49

-0.3

145

253

4 200

25

Paraguay

39 730

23 345

27

23 372

58.8

4.4

-123

-0.5

34

59

3 000

13

Perú

128 000

64 575

640

65 215

50.9

2.6

-269

-0.4

158

245

1 573

2

Suriname

15 600

14 100

13

14 113

90.5

34.0

n.s.

n.s.

145

253

1 568

11

Venezuela

88 206

48 643

863

49 506

56.1

2.1

-218

-0.4

134

233

3 970

8

Total de América del Sur tropical

1 387 493

827 252

6 890

834 142

60.1

2.9

-3 456

-0.4

129

208

-

-

Total América del Sur

1 754 741

875 163

10 455

885 618

50.5

2.6

-3 711

-0.4

125

203

-

-

TOTAL MUNDO

13 063 900

3 682 722

186 733

3 869 455

29.6

0.6

-9 391

-0.2

100

109

-

-

Fuente: Apéndice 3, Tablas 3, 4, 6, 7 y 9.

Los recursos forestales han experimentado una deforestación y degradación durante los últimos cuatro o cinco decenios. La deforestación comenzó en la parte superior de la cuenca del Amazonas en Perú, Bolivia y Colombia, extendiéndose sucesivamente a la parte inferior. En Brasil, la deforestación inició en el borde de la región amazónica en el nordeste y sudeste, progresando rápidamente hacia el norte y noroeste, siguiendo la autopista transamazónica y los principales cursos de agua. La ocupación del bosque pluvial tropical por parte de poblaciones inmigrantes que iniciaron la explotación del caucho a principios del siglo veinte, progresó luego con las plantaciones de café, cacao y palma de aceite, la prospección petrolífera y la ganadería en grandes haciendas, especialmente en el cerrado brasileño, los llanos venezolanos y el chaco paraguayo. La colonización espontánea o incentivada por el gobierno, por parte de la población sin tierra, durante los decenios de 1950 y 1960 prosiguió el proceso de deforestación.

RECURSOS FORESTALES

América del sur tropical cuenta con el 79 por ciento del total de la tierra, el 95 por ciento de la población, el 94 por ciento de los bosques naturales y el 65 por ciento de las plantaciones de América del sur. Con respecto al mundo, esta región tiene el 10 por ciento del total de la tierra, el 5 por ciento de la población el 21.5 por ciento de los bosques naturales y el 3 por ciento de las plantaciones. El país más pequeño en cuanto a cubierta forestal es la Guayana Francesa y el más grande es Brasil, dando cuenta, respectivamente, del 0.9 por ciento y el 65 por ciento de la subregión. El área de bosque más grande por cápita pertenece a la Guayana Francesa, Guyana y Suriname, con respectivamente, el 45, 34 y 19 ha por cápita. El área de bosque menor por cápita se encuentra en Ecuador, Colombia y Venezuela con, respectivamente, 0.8, 1.19 y 2.0 ha por persona. Bolivia, Paraguay, Brasil y Perú se sitúan en una posición intermedia con 6.5, 4.4, 3.2 y 2.6 ha, respectivamente, por persona (FAO 2000) (Figura 43-2 Tabla 43-1).

Perú cuenta con la segunda área más grande de cubierta de bosque pluvial tropical en la subregión, después de Brasil, pero un porcentaje significativo de esta área se sitúa al pie de los Andes en donde inicia la cuenca del Amazonas. Ecuador, Bolivia y Colombia también tienen un patrón similar. La mayoría de la población vive en la región de los Andes pero se verifica una constante y creciente migración a las planicies bajas, en busca de nuevas tierras para la agricultura y el pastoreo. Los otros tipos de bosque mencionados anteriormente han estado sujetos a presión por un largo período de tiempo y su área se ha reducido considerablemente.

La tasa promedio de deforestación anual en la subregión, de aproximadamente 0.4 por ciento, oscila entre el 0.3 por ciento en Guyana y Bolivia, y el 1.2 por ciento en Ecuador. Brasil, Perú, Colombia y Venezuela alcanzan el 0.4 por ciento. Mientras que la deforestación probablemente produce vastas áreas de bosque secundario (sobre todo barbecho corto), este no se refleja en la cubierta forestal o en las estadísticas de la cubierta de vegetación que los países indican en sus informes. Las estimaciones generales muestran que existen más de 60 millones de hectáreas de bosque secundario en la cuenca del Amazonas (FAO 1989).

Aunque las tasas de deforestación son altas en el bosque tropical denso, éstas son aún más altas en las formaciones deciduas húmedas tropicales, tales como en el nordeste de Brasil y las regiones centro-oriental, los llanos venezolanos y colombianos y los sistemas montañosos tropicales de Bolivia y Perú. La tala o la explotación exhaustiva de algunas especies de gran valor contribuyen a la degradación y pérdida del valor y de la biodiversidad cuando se concentran en pocas especies de gran valor. Sin embargo, no se le puede atribuir todo el proceso a ésta y a los pequeños agricultores que a menudo siguen las huellas de la tala forestal, estableciendo nuevos asentamientos agrícolas y de pastoreo.

El volumen de la madera por hectárea es alto comparado con otras regiones forestales, pero el volumen comercial (especies de gran valor) es, en general, inferior al 10 por ciento del volumen total, que tiene un promedio de cerca de 120 m3 por hectárea (árboles superiores a 30 cm DBH). Aunque los inventarios forestales a menudo comprenden todas las especies, con muestreos para establecer la regeneración natural (>10 cm DBH), las tablas del volumen en pie sólo informan sobre el volumen fuera de la corteza de los árboles superiores a 25 o 30 cm DBH como volumen comercial. Entonces, las estimaciones de la biomasa para la Amazonía se calculan utilizando modelos de expansión, en la mayoría de los casos, los cuales producen estimaciones de más de 200 toneladas por hectárea (FAO 1997).

El área total de plantaciones forestales en América del sur es de aproximadamente 10.6 millones de hectáreas, con cerca de 7.0 millones de hectáreas en esta subregión, de los cuales el 70 por ciento pertenece al Brasil. Las principales especies sembradas en estos países para la producción de pulpa y papel, madera y leña son el Eucalyptus spp. y el Pinus spp. La escasez de leña en las tierras altas ha llevado a incrementar el interés en la reforestación pero las plantaciones se localizan sobre todo lejos de las zonas ecológicas en donde ocurre la deforestación y la mayoría de las plantaciones utilizan especies exóticas. Por ejemplo, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela están reforestando o aforestando las tierras altas o las llanuras semiáridas, mientras que el Brasil reforesta las áreas subtropical y templada de las regiones del sur. Las industrias brasileñas parecen interesarse mucho en las plantaciones, a fin de suministrar materia prima a sus plantas de pulpa, papel y a las fábricas de tableros y de muebles, en lugar de talar los bosques naturales. Sin embargo, los aserraderos de dimensiones medias y grandes se interesan en especies de alto valor que provienen de los bosques naturales. En los demás países, que no cuentan con grandes industrias de pulpa y papel, la explotación selectiva de los bosques naturales para las especies de alto y medio valor seguirá siendo la actividad principal a medio y a largo plazo, pero con más valor agregado a través de los procesos de manufactura secundarios.

Los incendios forestales constituyen un asunto muy importante en la subregión. Aunque los incendios forestales extensos no afectan grandes áreas, éstos constituyen un problema en las formaciones forestales abiertas y en las índole seca y semiseca en el nordeste del Brasil, Colombia del norte y Venezuela, las formaciones del chaco en Bolivia y Paraguay, los bosques en la parte norte del Perú y las formaciones forestales montañosas. Desafortunadamente, se sabe muy poco acerca de estos incendios en términos de cifras y áreas afectadas en estos países. Las prácticas de quema y tala, utilizadas para desboscar la tierra a fin de establecer sistemas agrícolas y de pastoreo, son el principal problema en todos estos países. Áreas extensas, que equivalen al área anual deforestada (3.5 millones de hectáreas), arden cada año en esta subregión, produciendo grandes emisiones de carbono en la atmósfera, se estimaron entre 80 a 100 toneladas de carbono liberadas por hectárea en forma de CO2 (Fernside 1997).

Brasil ha puesto en acción un sistema de alerta temprana para los incendios forestales en la región de Amazonía, estableciendo una diferencia entre los incendios forestales y las queimadas (tala y quema). Otros países, tales como el Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador y Bolivia, están poniendo en marcha bancos de datos estadísticos sobre los incendios forestales. La Guayana Francesa y Suriname se ven mucho menos afectados por los incendios forestales debido a la predominancia de los bosques pluviales tropicales (IBAMA 2001).

MANEJO Y USOS DE LOS BOSQUES

El manejo de los bosques pluviales tropicales siempre fue considerado como una tarea extremadamente difícil, debido al la complejidad de los ecosistemas de los trópicos y a la falta de control y de planes de acción coherentes por parte de los gobiernos. Sin embargo, con la creciente aparición de mercados internacionales para las maderas tropicales, que demandan una proveniencia de bosques manejados de manera sostenible, los gobiernos y el sector privado se ven incentivados a poner en práctica el manejo forestal sostenible de la manera más extensa posible. En la subregión, Bolivia, Paraguay y Brasil iniciaron programas intensivos para establecer planes de manejo para la producción de madera.

Todos los países en América del sur tropical tienen información sobre la extensión del área forestal sujeta a planes de manejo formales (Tabla 45-1). La mayoría de los países incluyeron únicamente a los bosques naturales en los informes presentados en la reunión de la Comisión Forestal de la FAO para América Latina y el Caribe en 2000, y Guyana, Suriname y Venezuela sólo incluyeron los bosques destinados a la producción o las áreas que fueron cedidas en concesión. El área sujeta a un plan de manejo forestal, oscila entre el 0.1 y el 25 por ciento del área total de bosque en cada país. En cuanto a la subregión, en su totalidad, cerca de 26 millones de hectáreas, o sea el 3 por ciento del área total de bosque, estaba sujeto a un plan de manejo formal, según señalan los informes. Esta cifra puede parecer baja. Sin embargo, habría que tener presente que muchos países en esta subregión tienen vastas extensiones de bosques que se sitúan en áreas remotas que carecen de acceso o que han tenido una intervención humana limitada y que puede no requerir de un plan de manejo. También es incierto si todos los países incluyeron las áreas de bosque protegidas en sus informes acerca de las áreas sujetas a planes de manejo forestal. Un estudio reciente de la ITTO (Poore y Thang 2000) informó que Guyana es uno de los sólo seis países productores tropicales de la ITTO que aparentemente había creado todas las condiciones para hacer posible el manejo sostenible de sus unidades de manejo de bosques, de manera sostenible.

Las áreas protegidas han aumentado de manera considerable durante el último decenio. En 1990, menos del 10 por ciento de la cubierta forestal se estimó como área protegida, mientras que en 2000 se estimó que esta área aumentó a aproximadamente el 14 por ciento de la subregión. Bolivia tiene la proporción más grande de área de bosque protegido, es decir el 31 por ciento, mientras que Guyana tiene el 25 por ciento, Colombia el 24 por ciento, Ecuador el 20 por ciento, Brasil el 17 por ciento, Suriname el 11 por ciento, Perú el 10 por ciento y los otros países el 5 por ciento o menos (FAO 2000).

Aunque la legislación en todos los países obliga a los propietarios o concesionarios de los bosques a ejecutar planes de manejo, las administraciones forestales no cuentan con suficientes recursos y una organización eficiente para controlar los cientos de miles de propiedades y concesiones diseminados en inmensas áreas, que a menudo carecen de accesibilidad (FAO 2000).

La propiedad es uno de los principales temas relacionados con el manejo de los bosques. La mayoría de los países no reconoce derechos de propiedad privada en las tierras forestales (por ejemplo en Bolivia, Perú, Venezuela y Colombia) y en las concesiones de tala, los planes de manejo son la manera más común de acceder a los recursos forestales. Brasil, por otro lado, permite la propiedad privada de tierras forestales; aproximadamente el 80 por ciento de las tierras forestales ya se encuentra en manos de la propiedad privada, cuya regulación corresponde al Código Forestal que estableció las normas del manejo forestal y de cambio de uso de la tierra. En el segundo de los casos, el propietario puede ser autorizado a desboscar un máximo del 20 por ciento de la cubierta forestal para convertirla en tierras agrícolas (FAO 2000).

Figura 43-2. América del Sur tropical: área de bosque natural y plantaciones forestales en 2000 y variaciones netas del área entre1990 y 2000

El uso informal del bosque, ya sea para la tala o para un cambio del uso de la tierra, es sin lugar a dudas, el principal problema que todos los gobiernos de la subregión tienen que enfrentar. El acceso casi abierto al ámbito forestal facilita los perjuicios a los bosques naturales. Estas prácticas son extremadamente difíciles de controlar o detener debido a la grave carencia de recursos y la débil capacidad institucional.

La falta de información actualizada y confiable acerca de los recursos forestales vuelve difícil llevar a cabo una planificación coherente y un uso eficiente de los recursos naturales. Sólo pocos países cuentan con sistemas para la recolección y análisis de datos. Los inventarios forestales de campo son cada vez más raros o se limitan a las áreas pequeñas que tienen interés para el sector privado. Los mapas forestales o de la vegetación no se preparan siguiendo los métodos estándar, los sistemas de clasificación, o las escalas, etc. Sólo Brasil lleva a cabo un monitoreo sistemático de la deforestación en la región de Amazonía y proporciona información pertinente y confiable cada año.

CONCLUSIONES Y TEMAS

La cubierta forestal en América del sur tropical aún es muy importante en cuanto al porcentaje del total de la superficie de la tierra. Suriname, la Guayana Francesa y Guyana tienen los porcentajes más altos de cubierta forestal, con el 80 por ciento o más de su área total de la tierra, pero en la región de Amazonía el porcentaje es mucho más alto, aproximadamente del 85 por ciento. Otros países se sitúan por debajo del 60 o el 50 por ciento. Sin embargo, los cambios que se verifican en el bosque a menudo se concentran en algunas áreas ecológicas en particular, las cuales pueden estar sujetas a una deforestación o degradación severas.

En todos los países, la deforestación es el principal problema que enfrenta el sector forestal. Aunque las tasas de deforestación parecen haber disminuido, no es posible establecer una tendencia constante o clara en el curso del tiempo. Los problemas culturales y socioeconómicos en estos países tendrán una fuerte influencia en cuanto a aumentar o reducir las tasas de deforestación, así como políticas más estables y coherentes, ya que la administración de los recursos naturales puede contribuir a una tendencia positiva, pero la falta de ingresos alternativos y la pobreza extrema seguirá proporcionando el incentivo para desboscar las tierras de bosque para propósitos agrícolas.

Zonas ecológicas especiales tales como los humedales, formaciones forestales costeras, bosques de las tierras altas y bosques secos o semisecos se encuentran bajo un presión mucho más alta de deforestación y están desapareciendo con mayor rapidez que los bosques húmedos. Los planes nacionales y subregionales así como las estrategias deben tomar este tema en cuenta.

Los sistemas de datos e información relacionados con los recursos forestales son, en general, muy pobres. Los países necesitan un fuerte apoyo a corto y mediano plazo a fin de mejorar la recolección y análisis de datos para proporcionar información a quienes toman decisiones, y a los diferentes actores, investigadores, y maestros a fin de contribuir a lograr el manejo forestal sostenible.

BIBLIOGRAFÍA

FAO. 1989. La deforestación en Latino América: orígenes, causas y efectos, by J. Malleux. Monitoreo de los procesos de deforestación en bosques húmedos tropicales. Proyecto manejo de recursos forestales naturales en América Latina. Lima.

FAO. 1993. Forest Resources Assessment 1990. Tropical countries. FAO Forestry Paper No. 112. Rome.

FAO. 1997. State of the World’s Forests 1997. Rome.

FAO. 2000. Informes nacionales de los países. Latin American and Caribbean Forestry Commission (LACFC). Bogota.

Fernside, O.M. 1997. Greenhouse gases from deforestation in Brazilian Amazonia: net committed emissions. Climatic Change, 35: 321-360.

Instituto Brasileiro do Meio Ambiente e dos Recursos Naturais Renováveis (IBAMA). 2001. Home page. www.ibama.gov.br

Instituto Geográfico "Agustin Codazzi" (IGAC). 1974. La colonización de la selva pluvial en el piedemonte Amazónico de Colombia. Bogota.

Poore, D. & Thang, H.C. 2000. Review of progress towards the year 2000 objective. Report presented at the 28th Session of the International Tropical Timber Council ITTC(XXVIII)/9/Rev. 2, 24-30 May 2000, Lima. Yokohama, Japan, ITTO.


[54] Para mayores detalles por país, consulte www.fao.org/forestry

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