Social and geographical diversity in Chile's agriculture
Recent information on the geographic distribution of agricultural, livestock and forestry activities in Chile, which are distinctive because of the size of holdings and the unequal access of small producers to capital and technology, sheds light on a number of areas of special relevance to the design of sectoral policies. Using as its reference the producer classification proposed by the Agrarian Research and Policy Office (ODEPA), this article examines agricultural, livestock and forestry production activities according to their national geographic distribution.
Hétérogénéité sociale et géographique de l'agriculture chilienne
Les informations récentes sur la distribution géographique des activités liées à l'agriculture, la foresterie et l'élevage au Chili, qui varient selon la taille des exploitations et selon l'accès des petits producteurs aux capitaux et aux techniques, permettant de dégager une série de questions particulièrement importantes pour les politiques de ces secteurs.
Le présent article a pour objectif de cibler les différentes productions du secteur de l'agriculture, de la foresterie et de l'élevage, en ce qui concerne leur répartition au sein du contexte géographique national, en prenant comme référence les différents types de producteurs définis récemment par l'ODEPA.
Alfredo Apey Guzmán1
Alfredo Apey Guzmán, Master of Arts en desarrollo regional y Doctor en geografía económica, es Académico de la Universidad de Chile.
Trabaja en la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura de Chile.
La información reciente sobre la distribución geográfica de las actividades agrícolas, silvícolas y pecuarias en Chile, que se diferencian tanto por el tamaño de las explotaciones como por el desigual acceso de los pequeños productores al capital y a la tecnología, permite responder a diversas interrogantes de gran importancia para el diseño de las políticas sectoriales. Este artículo tiene como objeto analizar, según su distribución geográfica nacional, las actividades productivas del sector silvoagropecuario, tomando como referencia las tipologías de productores propuestas por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA).
Los datos estadísticos recientes permiten inferir algunos de los patrones socioproductivos que definen las particularidades de los diversos paisajes agrícolas que se han ido conformando en el territorio chileno a lo largo la historia. Chile es un país que se caracteriza por agudos contrastes sociales y ambientales. El conocimiento de estos contrastes, y de variables como la distribución geográfica de los productores, el tamaño promedio de sus explotaciones, y la asociación de cultivos con masa ganadera en zonas especializadas, permite afinar el diagnóstico así como el enfoque de las políticas sectoriales en función de las opciones que las instancias responsables de la toma de decisiones escojan entre eventuales prioridades2.
Según la ODEPA, la agricultura chilena no constituye un conjunto homogéneo de productores: existen diferencias en el acceso a la propiedad del «recurso suelo», en los rasgos productivos y en el nivel de cobertura territorial de las explotaciones. Si se toma como referencia la diferenciación tradicional de los productores silvoagropecuarios en función del tamaño de sus explotaciones, los datos socioproductivos no sólo arrojan disparidades sustanciales en términos agregados, sino que además varían según el territorio en que se desarrollan las actividades productivas. Inclusive en el segmento de los pequeños productores, que se suelen considerar como una sola gran unidad, es posible encontrar diferencias significativas debidas a un desigual acceso al capital productivo y a la tecnología utilizada en las actividades sectoriales.
Como resultado una metodología destinada a definir con mayor precisión la función socioproductiva de los pequeños productores, éstos se han diferenciado según la incorporación en las explotaciones del capital y la tecnología.
La diferenciación según el nivel de capitalización y el acceso a la tecnología del conjunto de los pequeños productores «sectoriales», que agrupa al 84,6 por ciento de los registrados en el país, es bastante manifiesta. En cuanto a sus características estrictamente productivas, fue posible identificar un primer segmento compuesto por 102 766 productores «de subsistencia». Según el patrón productivo tradicional dominante en el sector en que se localizan las explotaciones, el tamaño de las propiedades de los productores de subsistencia resulta menor que el necesario para producir una cantidad de bienes cuyo valor de venta anual estimado sea superior al del ingreso mínimo mensual. Estos productores carecen además del capital y la tecnología necesarios para un uso más intensivo de la explotación. En estas condiciones se encontraba, a la fecha del VI Censo Nacional Agropecuario (1997), el 31,2 por ciento de los productores del país.
Por otra parte, se ha estimado que existen 176 074 pequeños productores «empresariales», que son aquellos que poseen determinados «atributos» asociados a mayores niveles de capitalización relativa dentro de la explotación; dichos atributos les permiten conseguir una producción más intensiva, y obtener beneficios superiores a los de los productores de subsistencia. Estos resultados fueron alcanzados independientemente de los límites de tamaño de la explotación señalados para el primer grupo de productores. En lo sustantivo, estas variables comprenden aspectos tales como inversiones en maquinaria agrícola; superación de los umbrales mínimos para cultivos específicos, plantaciones frutales y forestales o número de cabezas de ganado; y utilización de mano de obra contratada de forma permanente. Estas condiciones regían para el 53,4 por ciento de los productores a la fecha del Censo.
Sobre la base de las cifras del Cuadro 1 es posible afirmar que la pequeña agricultura de subsistencia «controla» un total de 1 186 316 hectáreas (el 2,3 por ciento del total nacional), de las cuales 537 820 ha están bajo producción efectiva (el 3,0 por ciento del total nacional). Por su parte, los pequeños productores empresariales controlan un total de 8 061 328 ha (el 15,7 por ciento de la superficie de las explotaciones totales), de las que 3 472 276 ha eran objeto de uso efectivo en 1997 (el 19,6 por ciento de la superficie nacional).
CUADRO 1 |
||||||||||||||
Tipo de productor |
||||||||||||||
Variable |
De subsistencia |
% |
Pequeño producto empresarial r |
% |
Mediano |
% |
Grande |
% |
Sin actividad |
% |
Sin clasificar |
% |
Total general |
% |
Número de explotaciones |
102 766 |
31,2 |
176 074 |
53,4 |
17 005 |
5,2 |
9 399 |
2,9 |
11 062 |
3,4 |
13 399 |
4,1 |
329 705 |
100,0 |
Superficie de las explotaciones(ha) |
1 186 316,0 |
2,3 |
8 061 328,3 |
15,7 |
6 095 948,4 |
11,9 |
15 423 345,6 |
30,1 |
100 534,6 |
0,2 |
20 432 840,9 |
39,8 |
51 300 313,8 |
100,0 |
Superficie agrícola utilizada (ha) |
537 819,7 |
3,0 |
3 472 276,1 |
19,6 |
3 909 808,4 |
22,1 |
9 691 475,3 |
54,8 |
49 406,0 |
0,3 |
19 453,9 |
0,1 |
17 680 239,3 |
100,0 |
Cultivos anuales |
31 359,5 |
3,3 |
386 409,7 |
40,5 |
158 753,1 |
16,6 |
376 442,3 |
39,4 |
0,0 |
0,0 |
2 196,6 |
0,2 |
955 161,2 |
100,0 |
Hortalizas |
5 914,1 |
4,6 |
51 123,5 |
40,2 |
26 008,8 |
20,4 |
43 642,2 |
34,3 |
0,0 |
0,0 |
616,5 |
0,5 |
127 305,0 |
100,0 |
Barbecho |
37 059,4 |
8,3 |
151 246,3 |
34,0 |
69 053,3 |
15,5 |
137 615,5 |
30,9 |
49 406,0 |
11,1 |
926,7 |
0,2 |
445 307,2 |
100,0 |
Viñas |
1 346,9 |
1,6 |
32 075,1 |
39,0 |
12 610,0 |
15,3 |
36 071,3 |
43,9 |
0,0 |
0,0 |
70,4 |
0,1 |
82 173,7 |
100,0 |
Plantaciones frutales |
8 096,6 |
3,4 |
61 555,1 |
25,9 |
48 780,0 |
20,6 |
118 532,5 |
49,9 |
0,0 |
0,0 |
398,8 |
0,2 |
237 363,0 |
100,0 |
Plantaciones forestales |
41 404,0 |
1,9 |
319 130,0 |
14,0 |
249 843,0 |
11,0 |
1 620 625,0 |
73,0 |
0,0 |
0,0 |
1 797,0 |
0,1 |
2 232 798,0 |
100,0 |
Praderas naturales |
379 266,5 |
3,1 |
2 080 373,4 |
17,1 |
3 004 910,0 |
24,7 |
6 666 503,1 |
54,9 |
0,0 |
0,0 |
12 769,2 |
0,1 |
12 143 822,1 |
100,0 |
Praderas sembradas |
5 225,7 |
1,2 |
104 402,0 |
23,0 |
89 346,5 |
19,7 |
254 977,3 |
56,1 |
0,0 |
0,0 |
218,4 |
0,0 |
454 169,8 |
100,0 |
Praderas mejoradas |
28 246,3 |
2,8 |
290 349,4 |
28,5 |
254 106,7 |
24,9 |
445 417,8 |
43,7 |
0,0 |
0,0 |
466,1 |
0,0 |
1 018 586,4 |
100,0 |
Cabezas de ganado |
||||||||||||||
Bovinos |
202 098 |
4,9 |
1 552 598 |
37,5 |
778 825 |
18,8 |
1 573 883 |
38,0 |
224 |
0,0 |
32 619 |
0,8 |
4 140 247 |
100,0 |
Vacas lecheras |
17 180 |
2,8 |
244 650 |
39,6 |
120 933 |
19,6 |
232 404 |
37,6 |
25 |
0,0 |
2 420 |
0,4 |
617 612 |
100,0 |
Ovinos |
225 766 |
6,1 |
999 127 |
26,9 |
1 617 989 |
43,6 |
823 980 |
22,2 |
320 |
0,0 |
43 277 |
1,2 |
3 710 459 |
100,0 |
Caprinos |
160 948 |
12,8 |
622 698 |
49,7 |
80 011 |
6,4 |
175 373 |
14,0 |
703 |
0,1 |
213 841 |
17,1 |
1 253 574 |
100,0 |
Cerdos |
98 211 |
5,7 |
726 567 |
42,2 |
213 783 |
12,4 |
593 918 |
34,5 |
315 |
0,0 |
89 613 |
5,2 |
1 722 407 |
100,0 |
Camélidos |
4 597 |
3,7 |
28 811 |
23,1 |
12 437 |
10,0 |
14 793 |
11,9 |
0 |
0,0 |
64 016 |
51,4 |
124 654 |
100,0 |
Fuente: Elaborado por la ODEPA a partir de la información del VI Censo Nacional Agropecuario, Instituto Nacional de Estadísticas (INE), 1997. |
Una vez definido un sector importante de las tipologías del proceso productivo, es posible expresar su peso relativo en las distintas agrupaciones territoriales disponibles para el análisis.
En cuanto al acceso al recurso suelo, el Cuadro 1 señala una relación inversa entre el número de productores, según el tamaño de sus explotaciones, y la superficie agrícola de que disponen. En efecto, mientras el total de los pequeños productores agrupa el 84,6 por ciento de las explotaciones registradas, su superficie predial no supera el 18 por ciento del total nacional, alcanzando el 22,6 por ciento del conjunto de la superficie efectivamente utilizada. El 8,1 por ciento de las explotaciones restante se distribuye entre los medianos y grandes productores, los cuales concentran respectivamente el 5,2 y el 2,9 por ciento de las explotaciones, y poseen el 11,9 y el 30,1 por ciento de la superficie predial, y el 22,1 y el 54,8 por ciento de la tierra bajo utilización silvoagropecuaria efectiva.
Un aspecto interesante es el nivel de concentración en el país de los productores de acuerdo con sus «estratos» de tamaño. A este respecto, se ofrecen dos tipos análisis: una elaboración de la información por unidades regionales administrativas (Mapa 1), y otra por las áreas ambientales homogéneas (Mapa 2) definidas por la ODEPA en el estudio mencionado.
En cuanto a la distribución interregional de los productores, en el Cuadro 2 se señala una concentración regional significativa y progresiva conforme disminuye el tamaño de sus explotaciones. Así, cabe poner de relieve la asociación entre la X Región de Los Lagos y los productores de subsistencia, de los cuales el 25 por ciento se encuentra en dicha unidad administrativa, mientras que otro 45 por ciento se distribuye en la VII, VIII y IX Regiones. Bastante similar es el patrón de distribución de los pequeños productores empresariales, cuyo mayor número -equivalente al 23,5 por ciento- se encuentra en la vecina Región IX de La Araucanía; en importancia decreciente figuran la VIII, X y VII Regiones, con poco más del 45 por ciento de los pequeños productores empresariales. Cerca del 70 por ciento de los productores de ambas formas de pequeña agricultura se concentran respectivamente en las cuatro regiones mencionadas. La diferencia está, sin embargo, en que el contingente absoluto de la pequeña agricultura empresarial, con poco más de 126 000 explotaciones, duplica prácticamente el número de las explotaciones de subsistencia, que son cerca de 70 000.
En el otro extremo de las tipologías de tamaño, los grandes productores también se encuentran localizados en casi un 70 por ciento en las cinco regiones de mayor peso agrícola del país (VI, VII, VIII, IX y X Regiones). Si si se toma como referencia el caso anterior, su distribución dentro del territorio es menos concentrada. Finalmente, la mediana agricultura también aparece con menores niveles de concentración relativa; sin embargo, su presencia es mayor en la zona central del país (Región Metropolitana de Santiago y V Región de Valparaíso).
CUADRO 2 |
|||||
Productores de subsistencia |
Pequeños productores empresariales |
||||
Porcentaje |
Número de explotaciones |
Región |
Porcentaje |
Número de explotaciones |
Región |
25,0 |
25 648 |
X |
23,5 |
41 412 |
IX |
17,7 |
18 165 |
VIII |
18,9 |
33 255 |
VIII |
16,0 |
16 455 |
IX |
15,6 |
27 472 |
X |
12,7 |
9 696 |
VII |
13,8 |
24 294 |
VII |
Productores de subsistencia medianos |
Grandes productores empresariales |
||||
Porcentaje |
Número de explotaciones |
Región |
Porcentaje |
Número de explotaciones |
Región |
19,9 |
3 386 |
VIII |
16,2 |
1 522 |
VII |
15,4 |
2 611 |
RM1 |
15,5 |
1 455 |
VIII |
13,5 |
2 294 |
VII |
14,3 |
1 347 |
IX |
11,2 |
1 906 |
V |
13,1 |
1 232 |
X |
1 RM = Región Metropolitana de Santiago. |
Otra variable que refleja una interesante variabilidad geográfica es el tamaño promedio de las explotaciones. Los Cuadros 3a y 3b ilustran la heterogeneidad que caracteriza a este sector productivo dentro del país.
La diferenciación por estratos de tamaño, incluido el segmento de los pequeños productores, tiene una justificación estadística adecuada. Dado que el criterio base de este estudio es el tamaño productivo real, que se considera más significativo que el tamaño de la propiedad, los datos contenidos en el Cuadro 3b reflejan los márgenes promedios dentro de los que se inscriben las diversas tipologías de productores, e indican inclusive claros contrastes dentro del grupo de los pequeños productores. El límite superior de la pequeña agricultura empresarial arroja valores coherentes con los utilizados por el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) para definir el conjunto de sus potenciales beneficiarios, mientras que los productores de subsistencia presentan un tamaño productivo bastante menor, equivalente en promedio a prácticamente un cuarto del de los empresariales. Si se considera además que el segmento de los productores de subsistencia no dispone en sus explotaciones ni de capital ni de tecnología, su actual nivel de competitividad, especialmente en términos de escala de producción, resulta bastante escaso en sentido relativo.
CUADRO 3a |
||||||
Tipo de productor |
||||||
Región |
De subsistencia |
Pequeño productor empresarial |
Mediano |
Grande |
Sin actividad |
Sin clasificar |
(Hectáreas) |
||||||
I |
12,0 |
28,3 |
246,6 |
4 007,2 |
20,6 |
393,9 |
II |
0,8 |
2,1 |
26,1 |
5 067,6 |
5,4 |
6 439,0 |
III |
58,0 |
257,0 |
1 059,5 |
7 953,3 |
10,4 |
284,6 |
IV |
4,9 |
23,9 |
364,5 |
4 724,4 |
5,8 |
4,7 |
V |
5,5 |
25,7 |
163,9 |
1 979,1 |
4,1 |
43,2 |
RM1 |
11,9 |
46,2 |
69,7 |
775,9 |
4,6 |
86,1 |
VI |
6,0 |
26,8 |
201,2 |
572,7 |
3,3 |
85,9 |
VII |
10,5 |
37,9 |
177,9 |
846,1 |
27,9 |
75,1 |
VIII |
11,4 |
34,4 |
124,6 |
1 108,6 |
5,4 |
68,2 |
IX |
11,2 |
23,8 |
194,7 |
979,5 |
6,3 |
278,1 |
X |
14,7 |
78,2 |
317,2 |
1 234,6 |
0,0 |
1 643,7 |
XI |
150,6 |
360,5 |
910,5 |
3 119,2 |
0,0 |
11 396,4 |
XII |
88,4 |
906,8 |
8 372,6 |
66 031,6 |
0,0 |
34 924,5 |
Total general |
11,5 |
45,8 |
358,5 |
1 641,0 |
9,1 |
1 525,0 |
1 RM = Región Metropolitana de Santiago. |
CUADRO 3b |
||||||
Tipo de productor |
||||||
Región |
De subsistencia |
Pequeño productor empresarial |
Mediano |
Grande |
Sin actividad |
Sin clasificar |
(Hectáreas) |
||||||
I* |
0,5 |
1,4 |
6,7 |
23,2 |
0,2 |
0,11 |
II* |
0,7 |
1,8 |
8,4 |
74,2 |
3,0 |
0,03 |
III* |
1,3 |
4,7 |
17,3 |
94,5 |
9,2 |
0,01 |
IV* |
2,1 |
6,0 |
25,8 |
160,4 |
4,6 |
0,05 |
V* |
1,1 |
5,7 |
35,3 |
182,7 |
2,2 |
1,5 |
RM*1 |
0,6 |
3,9 |
19,9 |
113,5 |
4,2 |
0,2 |
VI |
3,8 |
14,3 |
129,6 |
385,0 |
3,1 |
1,7 |
VII |
5,3 |
21,2 |
126,0 |
542,8 |
8,8 |
1,5 |
VIII |
5,7 |
19,1 |
83,6 |
754,7 |
5,2 |
1,5 |
IX |
5,8 |
15,4 |
125,6 |
678,3 |
6,2 |
0,4 |
X |
5,7 |
22,9 |
149,6 |
549,3 |
0,0 |
0,5 |
XI |
41,7 |
123,8 |
444,4 |
1 944,2 |
0,0 |
0,2 |
XII |
17,4 |
314,6 |
5 957,0 |
39 724,8 |
0,0 |
0,1 |
Total general |
5,2 |
19,7 |
229,9 |
1 031,1 |
4,5 |
1,5 |
1 RM = Región Metropolitana de Santiago. |
El Cuadro 3a señala también el mayor tamaño de las explotaciones de los grandes productores; dicho tamaño se destaca de manera clara dentro del total, por ejemplo en las regiones extremas del país y en las zonas semiáridas de la III y IV Regiones. Sin embargo, el Cuadro 3b refleja una importante diferencia entre el tamaño de la explotación y la superficie bajo uso silvoagropecuario efectivo, la cual sólo se hace perceptible al excluir de esta última el conjunto de las praderas naturales. El alto porcentaje que este uso del suelo representa en el total del uso agrícola efectivo en la I Región y en la Región Metropolitana de Santiago (Cuadro 4) tiende a distorsionar el tamaño productivo real de las explotaciones, debido al escaso aporte efectivo de las praderas naturales a la actividad pecuaria en las zonas desértica y semidesértica3.
La exclusión de las praderas naturales de las seis regiones mencionadas en el Cuadro 4 permite apreciar el tamaño productivo real del suelo en uso. En orden de importancia, se encuentran, de norte a sur, las plantaciones frutales, las viñas, las hortalizas, los cereales y las praderas mejoradas y artificiales4. Teniendo en cuenta la información referente al tamaño de la propiedad o a la superficie utilizada, el promedio de las explotaciones medianas se diferencia claramente de las grandes, como de las explotaciones de escala productiva menor.
CUADRO 4 |
|||
Región |
Superficie agrícola utilizada |
Superficie de praderas naturales |
Praderas naturales |
(Hectáreas) |
(Porcentaje) |
||
I |
486 792 |
475 781 |
97,7 |
II |
30 882 |
24 808 |
80,3 |
III |
448 947 |
418 854 |
93,3 |
IV |
3 269 485 |
3 070 917 |
93,9 |
V |
1 001 722 |
785 293 |
78,4 |
RM |
462 705 |
269 880 |
58,3 |
Total |
5 700 533 |
5 045 533 |
88,5 |
Fuente: Elaborado por la ODEPA a partir de la información del VI Censo Nacional Agropecuario, INE, 1997. |
El uso de áreas ambientales homogéneas como unidad de referencia pone de manifiesto una asociación más estrecha entre los tipos de productores y las actividades agrícolas que se llevan a cabo en zonas muy similares desde el punto de vista ambiental y socioproductivo. Un ejemplo de la cobertura geográfica de dichas unidades se ofrece en el Mapa 2.
De acuerdo con este criterio de clasificación, las 17 680 239 ha bajo uso agrícola registradas por el VI Censo Nacional Agropecuario no se distribuyen según un nivel de concentración particularmente elevado en ninguna de las áreas ambientales homogéneas del país. En la precordillera, unidad con mayor superficie bajo uso efectivo, no se registra más del 12,9 por ciento de ese total (Cuadro 5).
Si se considera la concentración relativa de la superficie agrícola utilizada dentro de las áreas homogéneas, se deducen algunos patrones bastantes claros. El suelo bajo uso por los pequeños productores de subsistencia (537 820 ha) se localiza principalmente en el secano costero, pero representa sólo el 5,0 por ciento del suelo actualmente en uso en dicho sector. Algo similar ocurre con la superficie de los suelos en el resto de las áreas homogéneas. Ésta se distribuye secuencialmente en las unidades de secano interior, cordillera, Chiloé insular, precordillera, valle secano y depresión intermedia. En todas ellas el peso relativo de los pequeños productores de subsistencia es muy escaso. Con la sola excepción de Chiloé insular, donde se explota el 28,4 por ciento de la superficie, la presencia relativa de los pequeños productores no supera el 5,2 por ciento en cada una de las unidades.
En cuanto a los pequeños productores empresariales (cuyas explotaciones comprenden 3 472 276 ha), su mayor cobertura productiva se da, en orden de importancia, en el secano costero, secano interior, valle secano y depresión intermedia. Su peso relativo es mayor con respecto al total del suelo bajo uso por los pequeños productores de subsistencia en las unidades en que éstos se concentran, si bien no supera el 33,9 por ciento del total en la unidad valle secano; este valor relativo es más alto en las otras tres unidades mencionadas. A pesar de que las superficies absolutas bajo uso son bastante más reducidas, los pequeños productores empresariales dominan en términos relativos del uso efectivo en el área homogénea en Chiloé occidental (77,3 por ciento), cerro isla (63,8 por ciento), Chiloé insular (52,1 por ciento) y en los ñadis (49 por ciento).
La superficie utilizada por los medianos productores (3 909 808 ha) tiene una importancia absoluta en el coironal, donde corresponde al 76,5 por ciento del uso. Es también significativa en el secano costero, donde representa el 19,1 por ciento de la superficie bajo producción. Los medianos productores cultivan una gran superficie en el bosque lluvioso, y son mayoritarios en la depresión intermedia y en la cordillera, abarcando en estas zonas el 16,8 y el 10,4 por ciento de la superficie respectivamente. La superficie bajo uso por los medianos productores en el valle transversal, una de las áreas homogéneas de mayor productividad en el país, comprende el 30,5 por ciento de la superficie total, y equivale prácticamente al doble de la superficie utilizada por los pequeños productores.
Los grandes productores dominan, en términos relativos, en el desierto (95,1 por ciento), en la precordillera transandina (89,1 por ciento), en el secano del Norte Chico (88,6 por ciento), en la precordillera (77,1 por ciento), en el secano costero (51,8 por ciento), en la depresión intermedia (52,9 por ciento) y en la cordillera (69,2 por ciento). La superficie efectiva en manos de los grandes productores supera el 50 por ciento de la superficie total utilizada en todas las áreas homogéneas mencionadas. Este patrón también se observa en el valle transversal y en el secano interior.5
CUADRO 5 |
|||||||
Tipo de productor |
|||||||
Área ambiental homogénea |
De subsistencia |
Pequeño productor empresarial |
Mediano |
Grande |
Sin actividad |
Sin clasificar |
Total general |
(Hectáreas) |
|||||||
Desierto |
259 |
1 268 |
3 537 |
111 894 |
623 |
75 |
117 658 |
Secano del Norte Chico |
20 548 |
56 734 |
112 254 |
1 503 787 |
4 563 |
65 |
1 697 951 |
Valle transversal |
5 572 |
64 781 |
125 057 |
209 448 |
4 475 |
466 |
409 798 |
Secano costero |
112 932 |
606 635 |
430 503 |
1 100 526 |
5 916 |
3 130 |
2 259 644 |
Secano interior |
93 272 |
553 773 |
207 614 |
923 542 |
8 539 |
2 204 |
1 788 944 |
Depresión intermedia |
42 201 |
422 164 |
265 313 |
833 816 |
11 534 |
2 043 |
1 577 070 |
Cerro o cordón isla |
7 602 |
60 395 |
11 668 |
14 795 |
101 |
108 |
94 669 |
Valle secano |
42 975 |
457 418 |
194 342 |
651 297 |
4 405 |
305 |
1 350 742 |
Ñadis |
21 529 |
112 837 |
51 743 |
43 954 |
0 |
35 |
230 097 |
Precordillera |
50 263 |
298 742 |
165 386 |
1 756 952 |
5 318 |
857 |
2 277 518 |
Cordillera |
69 684 |
371 080 |
225 786 |
1 508 209 |
3 932 |
294 |
2 178 985 |
Chiloé insular |
53 303 |
97 850 |
13 302 |
23 041 |
0 |
246 |
187 743 |
Chiloé occidental |
2 882 |
9 914 |
0 |
0 |
0 |
27 |
12 823 |
Bosque lluvioso |
10 810 |
243 342 |
327 602 |
212 788 |
0 |
70 |
794 611 |
Precordillera transandina |
1 633 |
19 469 |
24 650 |
374 617 |
0 |
92 |
420 462 |
De transición |
828 |
8 568 |
191 139 |
32 333 |
0 |
0 |
232 868 |
Coironal |
1 525 |
87 305 |
1 559 913 |
390 475 |
0 |
3 |
2 039 221 |
Territorio insular occidental* |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
9 435 |
9 435 |
Total general |
537 820 |
3 472 276 |
3 909 808 |
9 691 475 |
49 406 |
19 454 |
17 680 239 |
* Corresponde a las explotaciones de la Isla de Pascua y del archipiélago de Juan Fernández. |
Siguiendo un criterio metodológico similar al utilizado en el análisis regional, en los Cuadros 6a y 6b se ofrecen el tamaño promedio de las explotaciones y la superficie bajo uso efectivo del suelo6 para las áreas homogéneas definidas por la ODEPA. A partir del análisis combinado de ambas variables, se observa un fuerte contraste entre los tamaños de las explotaciones, tanto dentro de las áreas homogéneas como entre tipologías de productores.
Se constata que los pequeños productores, y especialmente el segmento de los de subsistencia, disponen en general de explotaciones cuya superficie productiva es escasa. No se ha considerado el uso asociado de las praderas naturales, que puede ser un factor explicativo para los productores del sector desértico y semiárido, como también para el resto de los productores, pero no para los de la macrozona que se extiende al sur de la Región Metropolitana de Santiago. En este sector se concentran los pequeños productores, y el uso de la pradera natural presenta una mayor importancia tanto absoluta como relativa en todos los segmentos de tamaño productivo. En esta amplia porción del territorio, donde se concentra la mayor producción por sectores, se observan muy claramente las diferencias en el tamaño productivo por tipo de productor.
CUADRO 6a |
||||||
Tipo de productor |
||||||
Área ambiental homogénea |
De subsistencia |
Pequeño productor empresarial |
Mediano |
Grande |
Sin actividad |
Sin clasificar |
(Hectáreas) |
||||||
Desierto |
1,0 |
4,7 |
17,2 |
3 391,9 |
24,3 |
220,6 |
Secano del Norte Chico |
4,3 |
20,6 |
326,3 |
4 136,0 |
5,6 |
0,4 |
Valle transversal |
2,6 |
11,4 |
44,8 |
334,9 |
5,9 |
47,2 |
Secano costero |
11,1 |
46,8 |
569,0 |
3 375,4 |
5,7 |
146,5 |
Secano interior |
10,9 |
36,5 |
202,2 |
1 353,2 |
8,4 |
43,7 |
Depresión intermedia |
3,2 |
11,7 |
55,4 |
316,4 |
5,2 |
20,5 |
Cerro o cordón isla |
8,9 |
41,1 |
665,4 |
1 238,9 |
2,4 |
26,0 |
Valle secano |
5,1 |
17,4 |
148,6 |
567,6 |
4,0 |
23,8 |
Ñadis |
11,6 |
51,7 |
290,5 |
605,0 |
0,0 |
49,9 |
Precordillera |
13,8 |
52,3 |
327,9 |
4 138,7 |
17,7 |
166,1 |
Cordillera |
46,5 |
358,0 |
1 575,6 |
12 549,1 |
17,5 |
2 851,3 |
Chiloé insular |
11,5 |
48,2 |
275,8 |
3 406,9 |
0,0 |
650,4 |
Chiloé occidental |
32,2 |
134,2 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
1 874,5 |
Bosque lluvioso |
264,7 |
783,0 |
17 596,0 |
148 968,3 |
0,0 |
22 343,9 |
Precordillera transandina |
57,7 |
151,4 |
511,0 |
3 049,7 |
0,0 |
4 031,2 |
De transición |
18,2 |
374,5 |
6 539,4 |
26 892,1 |
0,0 |
9 050,6 |
Coironal |
16,1 |
528,6 |
7 382,0 |
40 684,9 |
0,0 |
6 752,5 |
Territorio insular occidental* |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
355,8 |
Total general |
11,5 |
45,8 |
358,5 |
1 641,0 |
9,1 |
1 525,0 |
* Corresponde a las explotaciones de la Isla de Pascua y del archipiélago de Juan Fernández. |
CUADRO 6b |
||||||
Tipo de productor |
||||||
Área homogénea |
De subsistencia |
Pequeño productor empresarial |
Mediano |
Grande |
Sin actividad |
Sin clasificar |
(Hectáreas) |
||||||
Desierto* |
0,7 |
1,4 |
9,3 |
99,2 |
0,7 |
0,1 |
Secano del Norte Chico* |
2,3 |
6,0 |
24,9 |
158,6 |
4,4 |
0,1 |
Valle transversal* |
0,5 |
3,0 |
16,4 |
102,6 |
3,4 |
0,3 |
Secano costero* |
0,4 |
1,8 |
40,0 |
154,0 |
1,7 |
0,1 |
Secano interior* |
0,1 |
0,6 |
7,7 |
23,2 |
0,8 |
0,1 |
Depresión intermedia |
2,4 |
9,6 |
47,6 |
242,5 |
4,3 |
0,9 |
Cerro o cordón isla |
6,2 |
28,7 |
388,9 |
739,8 |
2,2 |
0,5 |
Valle secano |
4,1 |
14,2 |
119,7 |
442,2 |
3,9 |
0,8 |
Ñadis |
5,3 |
29,1 |
205,3 |
462,7 |
0,0 |
0,4 |
Precordillera* |
0.3 |
1,0 |
23,1 |
61,6 |
1,0 |
0,1 |
Cordillera* |
0,2 |
1,6 |
4,2 |
20,7 |
6,4 |
0,01 |
Chiloé insular |
5,3 |
16,8 |
114,7 |
622,7 |
0,0 |
0,9 |
Chiloé occidental |
8,1 |
25,4 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
0,4 |
Bosque lluvioso |
75,1 |
289,7 |
8 400,0 |
53 197,0 |
0,0 |
0,1 |
Precordillera transandina |
16,3 |
43,6 |
220,1 |
1 911,3 |
0,0 |
0,5 |
De transición |
11,2 |
39,3 |
3 033,9 |
16 166,6 |
0,0 |
0,0 |
Coironal |
14,7 |
236,0 |
6 315,4 |
39 047,5 |
0,0 |
0,1 |
Territorio insular occidental** |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
0,0 |
147,4 |
Total general |
5,2 |
19,7 |
229,2 |
1 031,1 |
4,5 |
1,5 |
* La superficie utilizada en las praderas naturales de la I, II, III, IV, y V Regiones y Región Metropolitana de Santiago se ha sustraído de los valores correspondientes a estas áreas homogéneas. |
El aporte productivo sectorial de cada una de las tipologías de tamaño de los productores se indicó Cuadro 1. La alta proporción de actividades productivas concentradas en las explotaciones de tamaño pequeño es un rasgo sobresaliente, a pesar del bajo «peso» relativo que este segmento presenta en el «control» tanto de la superficie de las explotaciones como de la superficie bajo uso efectivo en el total nacional. En efecto, con un control no superior al 22,6 por ciento de la tierra utilizada en el país, el segmento de los pequeños productores aporta el 44,8 por ciento del uso del suelo destinado a hortalizas, el 43,8 por ciento de los cultivos anuales y el 40,6 por ciento de las viñas. Similar es la situación de la producción pecuaria: la masa ganadera caprina, bovina (de carne y leche) y porcina7 se concentra principalmente en este estrato (con el 62,5, el 42,4 y el 47,9 por ciento de la producción, respectivamente). Sin embargo, como se observa en el Cuadro 1, las diferencias entre los pequeños productores de subsistencia y los productores empresariales son manifiestas y confirman los rasgos contrastantes mencionados en las variables analizadas.
En el otro extremo de la tipología, los grandes productores, que controlan el 54 por ciento de la superficie bajo producción efectiva, son mayoritarios y poseen el 72,6 por ciento de las plantaciones forestales del país. Si se considera la actividad empresarial en su conjunto, excluyendo sin embargo a los pequeños productores, se observa un claro predominio de los medianos y grandes en las plantaciones forestales (83,8 por ciento); en las praderas naturales, artificiales y mejoradas (79,6 por ciento, 75,8 por ciento y 68,6 por ciento, respectivamente), así como en los frutales (70,5 por ciento). Dentro de la actividad pecuaria, ambos estratos dominan a su vez en la actividad ovina (65,8 por ciento de la masa nacional), mientras que en la ganadería porcina agrupan el 46,9 por ciento de la masa total, compartiendo prácticamente este lugar con los pequeños productores en conjunto.
Otra variable interesante es la productividad promedio de la producción de cultivos anuales8, según la importancia de los productores. En el Cuadro 7 se indican los valores promedios contrastados del rendimiento por hectárea para distintos cultivos. Aun teniendo en consideración las significativas variaciones en los rendimientos logrados en cada estrato9, y sin entrar en explicaciones detalladas acerca de los valores alcanzados, la información muestra dos tendencias bastante definidas.
Por una parte, existen diferencias importantes en la productividad por unidad de superficie entre los estratos -en particular en los cultivos tradicionales-, que confirman las tendencias de diferenciación observadas en las variables analizadas anteriormente. El caso del poroto de consumo interno, del maíz, de la papa y del trigo ilustra las diferencias sustantivas observadas tanto entre los pequeños productores como entre los medianos y grandes productores empresariales. En el caso del trigo y del maíz, el acceso al capital y tecnología por los pequeños productores se traduce en diferencias de rendimiento cercanas al 100 por ciento. Estos rendimientos, en conjunto, resultan a su vez notoriamente inferiores al rendimiento obtenido por los productores de tamaño relativo mayor.
Por otra parte, se observan pequeñas diferencias relativas de productividad por hectárea de los cultivos que realizan por contrato los cuatro tipos de productores. Los ejemplos de la remolacha azucarera y del raps resultan ilustrativos: estos cultivos se llevan a cabo prácticamente en su totalidad por un contrato estipulado antes de la siembra. En los casos del tabaco y el arroz10 ocurre algo similar. Si bien se observan algunas variaciones en las cifras, la tendencia es más semejante a de los cultivos mencionados anteriormente, pero difiere de la de los cultivos tradicionales. La asistencia técnica y el apoyo en materia de créditos por las empresas contratantes pueden ser considerados como los principales factores que explican la marcada homogeneidad de los rendimientos que se ofrecen el Cuadro 7. Los productores de subsistencia pueden alcanzar altos valores relativos en el rendimiento, aun mediante el uso de tecnologías no mecanizadas o el tiro animal, por ejemplo en el cultivo de la remolacha11.
CUADRO 7 |
||||||
Tipo de productor |
||||||
Cultivo |
De subsistencia |
Pequeño productor empresarial |
Mediano |
Grande |
Sin clasificar |
Total general |
Número de explotaciones |
||||||
Arroz |
64 |
1 907 |
351 |
209 |
7 |
2 538 |
Avena (grano seco) |
4 764 |
28 180 |
2 037 |
1 472 |
110 |
36 563 |
Cebada cervecera |
45 |
623 |
261 |
299 |
3 |
1 231 |
Maíz (grano seco) |
4 575 |
17 689 |
2 156 |
1 195 |
713 |
26 328 |
Girasol |
8 |
154 |
26 |
14 |
1 |
203 |
Papa |
26 080 |
59 483 |
3 872 |
1 546 |
1 013 |
91 994 |
Poroto de consumo interno |
4 044 |
17 586 |
1 980 |
631 |
530 |
24 771 |
Poroto de exportación |
475 |
3 052 |
584 |
258 |
52 |
4 421 |
Raps |
22 |
120 |
70 |
137 |
1 |
350 |
Remolacha azucarera |
143 |
5 783 |
1 289 |
660 |
17 |
7 892 |
Tabaco |
22 |
933 |
126 |
45 |
1 126 |
|
Trigo blanco |
10 842 |
70 303 |
5 073 |
2 776 |
717 |
89 711 |
Total general |
51 084 |
205 813 |
17 825 |
9 242 |
3 164 |
287 128 |
Superficie (hectáreas) |
||||||
Arroz |
188,2 |
10 353,9 |
5 352,5 |
9 839,8 |
27,4 |
25 761,8 |
Avena (grano seco) |
3 001,0 |
40 216,5 |
16 122,6 |
45 076,0 |
83,0 |
104 499,1 |
Cebada cervecera |
73,2 |
2 756,0 |
3 948,9 |
9 459,7 |
1,3 |
16 239,1 |
Maíz (grano seco) |
1 969,4 |
33 430,6 |
13 742,3 |
37 273,1 |
328,8 |
86 744,3 |
Girasol |
2,6 |
396,2 |
186,9 |
198,8 |
0,5 |
785,0 |
Papa |
8 573,8 |
45 605,9 |
10 845,2 |
15 617,9 |
334,7 |
80 977,4 |
Poroto de consumo interno |
1 597,2 |
14 383,2 |
3 593,0 |
2 525,5 |
210,1 |
22 309,0 |
Poroto de exportación |
258,3 |
4 125,8 |
1 722,5 |
1 932,2 |
28,1 |
8 066,9 |
Raps |
57,0 |
1 299,3 |
1 510,3 |
8 394,2 |
2,0 |
11 262,8 |
Remolacha azucarera |
167,5 |
17 141,1 |
9 321,8 |
15 068,1 |
19,9 |
41 718,4 |
Tabaco |
39,8 |
2 771,4 |
550,0 |
293,4 |
3 654,6 |
|
Trigo blanco |
11 300,3 |
164 535,7 |
62 174,0 |
131 656,6 |
1 018,3 |
370 684,8 |
Total general |
27 228,3 |
337 015,5 |
129 070,0 |
277 335,3 |
2 054,1 |
772 703,2 |
Rendimiento (quintales/hectárea) |
||||||
Arroz (con cascara) |
39,0 |
38,8 |
41,1 |
45,2 |
45,7 |
41,7 |
Avena (grano seco) |
15,9 |
23,3 |
33,8 |
40,6 |
18,2 |
32,2 |
Cebada cervecera |
24,7 |
36,4 |
36,4 |
43,2 |
33,1 |
40,3 |
Maíz (grano seco) |
37,0 |
77,7 |
85,1 |
107,0 |
58,7 |
90,5 |
Girasol |
13,1 |
20,6 |
16,5 |
20,2 |
10,0 |
19,5 |
Papa |
120,4 |
145,5 |
182,7 |
217,1 |
101,2 |
161,5 |
Poroto de consumo interno |
8,0 |
10,9 |
11,8 |
15,6 |
11,5 |
11,4 |
Poroto de exportación |
10,1 |
12,6 |
12,8 |
15,6 |
13,6 |
13,3 |
Raps |
24,1 |
24,7 |
26,7 |
26,6 |
23,0 |
26,4 |
Remolacha azucarera |
544,8 |
554,6 |
573,3 |
604,6 |
566,6 |
576,8 |
Tabaco |
28,5 |
30,9 |
29,9 |
34,2 |
0,0 |
31,0 |
Trigo blanco |
15,8 |
27,2 |
41,2 |
51,2 |
25,0 |
37,8 |
Fuente: Elaborado por la ODEPA a partir de la información del VI Censo Nacional Agropecuario, INE, 1997. |
El acceso a una información por sectores, diferenciada por tipología y por zonas geográficas de distribución de los productores dentro del país, permite saber cuáles son los agentes del proceso de producción silvoagropecuario e identificar los lugares donde se desarrolla su producción. El aporte que al sector realizan los productores, según su escala y disponibilidad de tecnología y capital, y el conocimiento de los niveles de dispersión o concentración de los productores en las diferentes regiones y en las áreas ambientales homogéneas permite afinar la interpretación de los principales rasgos socioproductivos de una agricultura chilena heterogénea.
La diferenciación del diagnóstico sobre la base de regiones administrativas arroja una información valiosa para el diseño de las medidas de gestión regional. Esta orientación concuerda con los esfuerzos de descentralización y desconcentración realizados en el país desde hace ya casi tres decenios. El significativo nivel de similitud o de diferenciación socioproductiva que se observa tanto dentro de las áreas ambientales homogéneas como entre ellas permite identificar los mecanismos de gestión más acordes con las nuevas necesidades de modernización del sector silvoagropecuario nacional. Por ejemplo, el secano del Norte Chico, el secano costero o el secano del interior, o las zonas productivas bajo riego presentan tanto restricciones como potencialidades que trascienden claramente las esferas de gestión de un gobierno regional en particular. Por lo tanto, resulta necesario establecer alianzas de gestión que vayan más allá del simple ejercicio de los proyectos específicos, y puedan ser potenciadas gracias a la tecnología y a los recursos de inversión propios de cada una de las unidades administrativas. Los proyectos de mejoramiento y habilitación de riego, de inversión en caminos o infraestructura social en beneficio de las poblaciones rurales, y de fomento y transferencia de tecnología para tipologías de productores específicos pueden ser citados a modo de ejemplo.
Por otra parte, el efecto de diferenciación que motiva el acceso a la tecnología y al capital por los pequeños productores debe conducir a una reflexión más amplia que el simple diagnóstico descriptivo acerca de los pequeños productores de subsistencia o de los productores empresariales. Si bien ambos segmentos contrastan en cuanto a las variables asociadas a sus características socioproductivas -especialmente en aspectos como el tamaño productivo y los rendimientos-, el acceso relativamente exitoso de los pequeños productores de subsistencia a la agricultura por contrato permite contemplar con bastante optimismo eventuales políticas de apoyo para una futura producción más vinculada al mercado. Las restricciones en materia de capacitación, tradiciones culturales, condiciones ambientales y de mercados pueden ejercer efectos significativos a corto plazo, y el acceso al capital de inversión o de riesgo, así como a diversas tecnologías de apoyo a la producción, han demostrado ser un importante factor de movilidad social hacia prácticas empresariales. Estas prácticas tienden a neutralizar considerablemente las limitaciones físicas propias de los predios de pequeño tamaño relativo. La relación entre el tamaño del predio y la superficie efectivamente bajo uso puede ser un argumento para aumentar aún más las escalas productivas, sobre todo de los productores que sufren limitaciones impuestas por el tamaño de sus explotaciones.
1 El autor agradece la valiosa colaboración de Gabriela Guevara, Viviana Solivelles, Bernabé Tapia y José Ramírez en la elaboración de este artículo.
2 Para mayores detalles acerca de la metodología, y de la información de base, se remite a la Clasificación de las explotaciones agrícolas del VI Censo Nacional Agropecuario según tipo de productor y localización geográfica. Documento de Trabajo N° 5. ODEPA, abril de 2000.
3 Esta corrección no se realizó en las zonas sur y centro-sur del país, debido al mayor rendimiento productivo de las praderas naturales en su asociación con la ganadería.
4 Para mayores detalles acerca del uso específico del suelo por región, véase ODEPA, op. cit.
5 Para los valores absolutos, véase ODEPA, op. cit.
6 En este caso se realizó la misma corrección que para el Cuadro 3b: se excluyó de los promedios la superficie de las praderas naturales de las regiones y áreas homogéneas correspondientes.
7 Debido a que la cría de porcinos se realiza en forma intensiva y bajo estabulación permanente, la ubicación geográfica de la mayor parte de las explotaciones de porcinocultura dentro del segmento de los pequeños productores puede conducir a equívocos, si se considera el carácter eminentemente empresarial de este sector.
8 La información proporcionada por el VI Censo Agropecuario sólo permite el cálculo del rendimiento de los cultivos anuales. Tan sólo en este caso se disponía de información sobre superficie y producción.
9 A modo de ejemplo, los altos rendimientos en arroz, trigo y cebada, cercanos a los 90, 100 y 65 quintales por hectárea respectivamente, demuestran la dispersión de los valores que conforman los promedios indicados.
10 Prácticamente el 60 por ciento de la producción de arroz se realiza por contrato.
11 La mecanización del proceso productivo es un factor de movilidad que permite a los pequeños productores acceder al segmento empresarial.