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Capítulo 40. Otra Oceanía


Figura 40-1. Otra Oceanía: mapa de la cubierta forestal

1. Samoa Americana

2. Islas Cook

3. Fiji

4. Polinesia Francesa

5. Guam

6. Kiribati

7. Islas Marshall

8. Micronesia

9. Nauru

10. Nueva Caledonia

11. Niue

12. Islas Marianas del Norte

13. Palau

14. Papua Nueva Guinea

15. Samoa

16. Islas Salomon

17. Tonga

18. Vanuatu

El Océano Pacífico se encuentra constelado de una serie de países y territorios insulares,[52] incluyendo Fiji, Guam, Kiribati, Islas Cook, Islas Marianas septentrionales, Islas Marshall, Islas Salomón, Micronesia, Nauru, Nueva Caledonia, Niue, Palau, Papua Nueva Guinea, Polinesia Francesa, Samoa, Samoa Americana, Tonga y Vanuatu. Samoa Americana y Guam son territorios de los Estados Unidos, las Islas Marianas del Norte están asociadas a los Estados Unidos mediante un estatuto de fideicomiso, Polinesia Francesa y Nueva Caledonia son territorios franceses, mientras que los demás son estados independientes. Además, la subregión comprende Papua Nueva Guinea que comparte la isla del mismo nombre con Irian Jaya, una provincia de Indonesia (ver Asia) (Figura 40-1).

El relieve de la superficie de la tierra varía, pasando de los bajos atolones, situados apenas al nivel del mar, a las montañas de Papua Nueva Guinea, que alcanzan 4 500 m. La mayor parte de las islas son de origen volcánico, aunque Nueva Guinea y algunas islas del Pacífico occidental son continentales.

La subregión puede dividirse en tres áreas geográficas: Polinesia, Micronesia y Melanesia, situadas respectiva y aproximadamente en las zonas central, noroccidental y suroccidental del Pacífico. La flora de Melanesia es la más rica, debido a que se encuentra próxima a la región indo-malaya y a Australia. De manera similar, la vegetación de Micronesia es de origen ampliamente indo-malaya, pasando a ser menos rica en dirección oeste a este. Mientras que Polinesia, no obstante siga teniendo muchas especies de origen indo-malaya, también comprende especies de América y Nueva Zelandia. Los numerosos atolones coralinos, que se caracterizan por sus difíciles condiciones de habitabilidad, tienen una vegetación riparia (Mueller-Dombois y Fosenberg 1998).

Tabla 40-1. Otra Oceanía: recursos forestales y manejo

País/área

Área de la tierra

Área de bosque en 2000

Cambio del área 1990-2000 (área total de bosques)

Volumen y biomasa por encima del suelo (área total de bosques)

Bosques bayo a manejo forestal

Bosques naturales

Plantaciones forestales

Área total de bosques

000 ha

000 ha

000 ha

000 ha

%

ha/capita

000 ha/año

%

m3/ha

t/ha

000 ha

%

Samoa Americana

20

12

0

12

60.1

0.2

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Islas Cook

23

21

1

22

95.7

1.2

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Fiji

1 827

718

97

815

44.6

1.0

-2

-0.2

-

-

-

-

Polinesia Francesa

366

100

5

105

28.7

0.5

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Guam

55

21

0

21

38.2

0.1

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Kiribati

73

28


28

38.4

0.3

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Islas Marshall

18

n.s.

-

n.s.

-

-

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Micronesia

69

15

0

15

21.7

0.1

-1

-4.5

-

-

-

-

Nauru

2

n.s.

-

n.s.

-

-

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Nueva Caledonia

1 828

362

10

372

20.4

1.8

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Niue

26

6

0

6

-

3.0

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Islas Marianas del Norte

46

14

-

14

30.4

0.2

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Palau

46

35

0

35

76.1

1.8

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Papua Nueva Guinea

45 239

30 511

90

30 601

67.6

6.5

-113

-0.4

34

58

5 341

17

Samoa

282

100

5

105

37.2

0.6

-3

-2.1

-

-

-

-

Islas Salomón

2 856

2 486

50

2 536

88.8

5.9

-4

-0.2

-

-

43*

n.ap.

Tonga

73

3

1

4

5.5

n.s.

n.s.

n.s.

-

-

-

-

Vanuatu

1 218

444

3

447

36.7

2.4

1

0.1

-

-

-

-

Total, otra Oceanía

54 067

34 875

263

35 138

65.0

4.7

-122

-0.3

34

58

-

-

Total Oceanía

849 096

194 775

2 848

197 623

23.3

6.6

-365

-0.2

55

64

-

-

TOTAL MUNDO

13 063 900

3 682 722

186 733

3 869 455

29.6

0.6

-9 391

-0.2

100

109

-

-

Fuente: Apéndice 3, Tablas 3, 4, 6, 7 y 9.

*Sólo resultados parciales. Cifa nacional no disponible.

El área entera es tropical. Además del origen, la temperatura y las precipitaciones ejercen una gran influencia sobre la vegetación. La temperatura varía según la altitud y latitud. Las precipitaciones en general están determinadas por la ubicación en relación con la zona de convergencia intertropical, alcanzando un nivel de precipitaciones de hasta 5 000 mm en la parte central de la zona. Los patrones de las precipitaciones también se ver influenciados por los vientos alisios, los cuales promueven precipitaciones orográficas en la vertiente de barlovento de las montañas en las islas altas, y en las zonas secas, en la vertiente de sotavento. Los ciclones tropicales afectan algunas de las islas del Pacífico occidental. El Niño y la Oscilación del Sur tienen efectos multiestacionales de largo plazo.

La vegetación riparia halofítica forma una franja estrecha en torno a las islas altas y recubre la mayor parte de los atolones. Las zonas de marea, particularmente aquellas protegidas del océano abierto, por la barrera coralina o por los estuarios fluviales, a menudo albergan pantanos de manglares, que contienen una vegetación que va de los matorrales a los bosques. Los bosques lluviosos tropicales de tierras bajas, que contienen varios pisos de vegetación y epífitas y matorrales, cuando éstos no han sido alterados, fueron originalmente el tipo de vegetación más extenso, pero actualmente la mayoría fue eliminada o se encuentra fuertemente alterada por la actividad humana. En altitudes elevadas, en las cimas y laderas húmedas, este bosque se convierte gradualmente en un bosque pluvial de montaña, rico de epífitas y matorrales. Los bosques nubosos a menudo se encuentran en las altitudes más elevadas. En las laderas de sotavento crecen más bosques mesofíticos o aún bosques siempreverdes estacionalmente secos, que gradualmente se convierten en tipos xerofíticos en los sitios más severos (Mueller-Dombois y Fosenberg 1998).

RECURSOS FORESTALES

En 2000, Apia, Samoa fue anfitriona de un taller que contó con la participación de muchos países del Pacífico. El taller se proponía recolectar información sobre esta subregión. Además, la FAO recopiló datos históricos para estimar la cubierta forestal de 2000 así como el cambio que se verificó entre 1990 y 2000.

La calidad de la información varía enormemente de país a país, pero buena parte de la misma es incompleta u obsoleta. Las encuestas se llevaron a cabo en Samoa Americana, los Estados Federados de Micronesia, las Islas Marianas septentrionales y Palau en el curso del decenio de 1980. En estos sitios se están llevando a cabo nuevos inventarios, pero los datos estarán listos sólo dentro de algunos años. Se completaron inventarios para las Islas Salomón en 1995, para Tonga en 1999, y para Vanuatu en 1992. Un inventario, principalmente enfocado en el volumen comercializable, se llevó a cabo en Samoa en 1977. Fiji realizó inventarios forestales en 1966-1969 y 1991-1993. Los inventarios más recientes de Nueva Guinea son en su mayor parte encuestas específicas y mapas de áreas que están siendo examinadas con el fin de explotarlas.

Papua Nueva Guinea se destaca en las estadísticas de esta región, abarcando la mayor parte de las tierras forestales (Tabla 40-2, Figura 40-2). Su proporción de cubierta forestal sigue siendo alta, aunque el país ha experimentado una pérdida constante de cubierta forestal. No obstante las Islas Salomón cuenten con un área mucho más reducida, estas tienen igualmente, una alta proporción de tierra con cubierta forestal, contando con un área considerable por cápita. Fiji, Nueva Caledonia y Vanuatu cuentan todas con tierra forestales considerables. La cantidad de tierra forestal en los restantes países y territorios insulares es pequeña.

Fiji, Papua Nueva Guinea y las Islas Salomón son los países que han establecido una mayor cantidad de plantaciones, pero existen indicios de que cierta cantidad de ellas en Papua Nueva Guinea han sido descuidadas o abandonadas (Papua New Guinea Forest Authority sin fecha). Se han establecido áreas pequeñas de plantaciones en los demás países, tanto para la protección, como para la producción.

El volumen y la biomasa fueron estimados únicamente en Papua Nueva Guinea.

MANEJO Y USOS DE LOS BOSQUES

Sólo uno, de los 18 países y áreas que figuran en esta subregión, proporcionó datos nacionales sobre el área de bosques manejados según un plan de manejo formal aprobado en el ámbito nacional (Tabla 40-2).

Sin embargo, este país por sí solo (Papua Nueva Guinea) abarca el 87 por ciento del total del área forestal en esta subregión. Según el informe, 5 millones de hectáreas, o sea el 17 por ciento de toda el área de bosque en Papua Nueva Guinea, está sujeto a un plan de manejo formal. Se cuenta con información parcial sobre las Islas Salomón en cuanto al área de bosque que fue certificada por terceras partes a finales de 2000.

Figura 40-2. Otra Oceanía: área de bosque natural y plantaciones forestales en 2000 y variaciones netas del área entre 1990 y2000

Los bosques contribuyen de manera considerable a la economía y a la generación de divisas en Papua Nueva Guinea. Según los informes, las exportaciones en 1999 ascendieron a un total de 151 952 000 dólares EE.UU., aunque estas son bajas respecto a los ingresos por concepto de exportación alcanzados a mediados de 1980, cuando las ganancias ascendieron a aproximadamente 500 millones de dólares EE.UU. Hasta ahora, se han cedido 10.98 millones de hectáreas en concesión para la explotación, mientras que aún quedan 3.0 millones de hectáreas más que aún no han sido asignadas. La tala anual en estas concesiones en 1999 fue de 2 097 000 m3, excluyendo el volumen explotado mediante sierras portátiles y las extracciones debidas al desboscamiento de tierras para la agricultura y otros usos. La mayor parte de esta producción fue exportada en rollo hacia la China (incluyendo la provincia de Taiwán), Japón, la República de Corea y las Filipinas. Parte de las astillas de madera fueron exportadas al Japón, así como la madera aserrada, madera contrachapada y chapas se exportan sobre todo a Australia y Nueva Zelandia (FAO en imprenta).

Las Islas Salomón se encuentran densamente recubiertas de bosque, y casi el 88 por ciento de su territorio está situado en áreas de bosque, en su mayor parte bosque pluvial tropical. Sin embargo, al igual que Papua Nueva Guinea, una vasta proporción de los bosques son inaccesibles debido al terreno tan pronunciado. En estas islas se han establecido aproximadamente 1 000 ha anuales de plantaciones, la mayoría de las cuales son tierras de propiedad estatal. De manera similar que en Papua Nueva Guinea, la exportación de madera proporcionaba anteriormente ingresos considerables. La intensidad de la explotación recientemente se ha elevado por encima de los niveles de sostenibilidad (FAO 1997).

Fiji ha experimentado una pérdida continua de bosques naturales, particularmente en las tierras bajas. Aproximadamente el 40 por ciento de los bosques naturales restantes ya fue talado y un 30 por ciento adicional se encuentra en reservas protegidas. El 30 por ciento restante se encuentra sometido a tala a un ritmo de cerca 8 000 ha al año (FAO en imprenta). Fiji alberga bastantes plantaciones, tanto de maderas suaves, como de frondosas. Actualmente, el país cuenta con un pujante programa de siembra de plantaciones. Fiji tiene con una industria forestal significativa y constituye un productor y exportador de astillas de madera, madera aserrada y madera contrachapada y chapas (FAO 1997).

Vanuatu tiene recursos forestales considerables, pero buena parte de ellos se encuentran sitios accidentados e inaccesibles, y desde el punto de vista comercial, muchas especies tienen un uso limitado. Actualmente, la explotación se sitúa dentro de los límites de la sostenibilidad y la pérdida de bosque ha sido modesta. Se realizaron escasos esfuerzos para establecer plantaciones, por lo cual estos han tenido poco éxito. Existe un volumen considerable de exportación de madera de sándalo (FAO en imprenta).

En Samoa, durante un período de 15 años, a partir de 1978, en adelante, se estimó que el 50 por ciento de los bosques comerciables y el 30 por ciento de los no comerciables habían sido talados (FAO 1997). Los bosques naturales siguen ocupando el 36 por ciento de la superficie de la tierra, contando además con otro uno por ciento de plantaciones. El grueso de los bosques de índole comercial restantes, se encuentran en la isla mayor de Savai’i, así como existen áreas pequeñas en Upolu. La deforestación, sobre todo la conversión a las tierras agrícolas, siguen siendo un factor determinante. Anteriormente, las exportaciones de madera proporcionaban empleo e ingresos por concepto de exportación considerables, pero estos han disminuido de manera significativa desde los ciclones que se verificaron en 1990 y 1991, los cuales provocaron serios perjuicios a los bosques (FAO en imprenta).

Las Islas Marshall y Kiribati, así como partes de los otros estados del Pacífico, consisten en atolones superficiales y los bosques naturales consisten sobre todo en vegetación riparia. Los bosques tienen importancia para la protección y el uso local. Las islas altas de Samoa Americana, las Islas Cook, Polinesia Francesa y los Estados Federados de Micronesia tienen áreas considerables de tierras forestales, pero el terreno es accidentado. Estos bosques se muy valiosos para la protección de las cuencas hidrográficas y para el uso local. Aún quedan pequeñas porciones de bosque inalterado en Guam o en las principales islas Marianas del Norte. Palau tiene una cantidad considerable de bosques, respecto a su extensión. Quedan pocos bosques naturales en Nauru y en Tonga. Los bosques de Niue son sobre todo de segunda generación (FAO 1997).

Los manglares constituyen un recurso considerable para los Estados Federados de Micronesia, Kiribati, Nueva Caledonia, Palau, Papua Nueva Guinea, las Islas Salomón y Vanuatu (FAO en imprenta).

Además de proporcionar una fuente muy importante de leña y de productos forestales locales, estos aportan una valiosa función de protección del hábitat y de las costas. La mayoría de los países reconocen estos valiosos beneficios y están operando para tratar de prevenir la pérdida de la cubierta de manglares.

El área de tierras forestales que se encuentran sujetas a cualquier forma de plan de manejo forestal formal en el Pacífico es escasa. En donde existe un plan de esta naturaleza, no siempre se exige que las medidas sean cumplidas de manera estricta.

Los incendios son un tema de poco interés en muchas islas debido a que el clima generalmente húmedo cuenta con pocos períodos secos. Las excepciones en general ocurren en la vertiente de sotavento de las montañas, en Papua Nueva Guinea, Fiji y las Islas Salomón, o durante los períodos de sequía ocasional. Sin embargo, Guam cuenta con un problema de incendios grave. Debido a las prácticas tradicionales de encender hogueras intencionales, la mayor parte de la vegetación en la mitad meridional de la isla, se ha reducido a pastizales. Además en las otras islas, se introdujeron yerbas tales como, Melinis minutiflora, que difunden los incendios y evitan que las demás especies se regeneren, perpetuando así el régimen de incendios mediante los pastos. (D’Antonio y Vitousek 1992). Los incendios tienden a ser especialmente destructivos para las plantaciones.

Se han verificado problemas ocasionales debidos a los insectos y plagas relacionadas con las especies introducidas en las plantaciones, tales como las plagas de la Cordia alliodora debido a un hongo, el Phellinus noxious registrado en Vanuatu (FAO en imprenta) y un lepidóptero Hypsipyila spp. (shoot borer) que ataca la Swietenia macrophylla (Oliver 1999). Los ciclones, en particular modo en el Pacífico occidental, pueden provocar graves daños. Estos daños han sido particularmente perjudiciales para las plantaciones de especies introducidas, que pueden adaptarse a estas condiciones, respecto a las especies nativas que crecen en los bosques mixtos. Las plantas introducidas constituyen un serio problema en toda la subregión, en algunos casos estos llegan a cambiar completamente la naturaleza de los bosques. Algunas especies fueron introducidas para fines forestales, pero la mayoría obedecen a otros propósitos, y otras son invasoras (Meyer y Malet en imprenta; Space en imprenta). Un pequeño árbol, que fue introducido en la región, Miconia calvescens, se ha convertido en un problema considerable en Tahiti y otras islas de la Polinesia Francesa, excluyendo así los bosques naturales.

La agricultura tradicional en la subregión del Pacífico se encuentra íntimamente ligada a los bosques. Estos huertos arbóreos comprenden árboles que producen frutos comestibles, leña y otros productos. Los subpisos y pequeños claros producen banano, yuca y tubérculos. En las áreas más húmedas, crece la malanga. Esta práctica tradicional de agroforestería ha proporcionado productos de subsistencia y no madereros a la población, al tiempo que mantenía una cubierta forestal de protección (Thaman y Whistler 1995). Según muestra la evidencia de índole arqueológica e histórica, muchas de estas islas del Pacífico eran capaces de mantener una gran cantidad de población mediante los sistemas tradicionales. Existe un renovado interés en utilizar estos sistemas, tanto desde el punto de vista del mejoramiento del manejo de la tierra, así como a fin de proporcionar una dieta mejor que los alimentos importados.

Un recurso que se encuentra en todo el Pacífico es la palma de coco, Cocos nucifera. En el pasado, la copra fue un componente importante de la economía, así como fuente de divisas. Actualmente, esta se utiliza principalmente en el ámbito local. Asimismo, la madera de palma de coco también puede ser aserrada para ser utilizada como material de construcción y en algunos países se utilizan los árboles de palma viejos para este propósito (FAO en imprenta).

El sistema de tenencia de la tierra hace difícil establecer áreas protegidas. Sin embargo, muchos de los países han logrado declarar formalmente la delimitación de parques y reservas. Papua Nueva Guinea cuenta con el área más vasta, pero algunos países más pequeños han hecho esfuerzos considerables, respecto a su extensión, a fin de declarar áreas protegidas, entre ellos figuran Samoa Americana, Fiji, Polinesia Francesa, Niue, Samoa y Vanuatu. Nueva Caledonia ha hecho un trabajo excepcional para crear parques y reservas. Los esfuerzos que han tenido más éxito se observan a través de la fuerte participación por parte de la población local (FAO en imprenta).

CONCLUSIONES Y TEMAS

Anteriormente, la explotación de la madera en Papua Nueva Guinea fue muy intensa. Antes de que se llevara a cabo la enmienda de la Ley Forestal de 1991, "los propietarios de tierra en todo el país se precipitaron para dejar que sus recursos forestales fueran talados en demasía, prácticamente con tasas de explotación absoluta. Esto produjo una extinción casi completa de los recursos forestales comerciables en Nueva Irlanda y en las Provincias occidentales de Nueva Bretaña" (Papua New Guinea Forest Authority sin fecha). La mayoría de las áreas de bosque de fácil acceso para la explotación ya fueron taladas, casi totalmente taladas o han sido destinadas a la explotación. Lo que queda son bosques situados en las tierras del interior en terrenos accidentados (FAO en imprenta). Si se continuara con el ritmo de tala actual y si se contara con una moratoria, manteniendo las concesiones existentes, podría decirse que Papua Nueva Guinea estaría operando dentro de los límites del manejo forestal sostenible, siempre y cuando se considere al país en su totalidad. Sin embargo, ninguna de las actuales concesiones forestales está siendo manejada de manera sostenible. Mientras que estas concesiones son objeto de nuevas negociaciones, que a menudo implican la renovación de las concesiones, se sigue requiriendo de una estrategia de evaluación a largo plazo para el desarrollo y uso de los recursos forestales. Así, mientras que un área considerable figura como sujeta a planes de manejo, la eficacia de muchos de estos podría ser mínima.

Mientras que las tierras altas de las Islas Salomón, de difícil acceso, permanecerán recubiertas de bosques, Oliver (1992) se estima que aproximadamente mitad de los bosques naturales explotables comercialmente ya había sido talada en 1990. Las plantaciones en vías de maduración podrán aliviar esta situación durante un tiempo, pero la intensidad de la explotación tendrá que disminuir de manera significativa antes de que llegue a ser sostenible. Brown en FAO (1997) afirma que: "Fundamentalmente la historia actual es que los recursos han sido explotados muy rápidamente y de manera poco sostenible, siendo pocos los beneficios obtenidos que hayan sido reinvertidos a fin de garantizar la factibilidad a largo plazo de la industria forestal".

La situación de los bosques en Nueva Caledonia parece ser estable, y cuenta con un grado de explotación razonable, con crecientes prácticas de manejo forestal, así como con un modesto programa de plantaciones. Áreas considerables han sido destinadas a la creación de parques y reservas.

Fiji cuenta con políticas y organizaciones que deberían permitirle un manejo sostenible de sus recursos forestales en el futuro. Además de tratar de alcanzar una aceptación completa de lo que representa el manejo forestal sostenible, el país está trabajando para fortalecer la participación activa de los propietarios de tierra en las industrias madereras, así como para fortalecer aún más el procesamiento que aporta un valor agregado, y promover un uso alternativo y no destructivo de los bosques naturales (por ej. el ecotourismo) (FAO en imprenta). La continua pérdida de los bosques naturales constituyen una preocupación, pero se compensa, en cierto grado, (desde el punto de vista productivo) mediante un fuerte programa de plantaciones.

Vanuatu ha venido trabajando intensamente a fin de establecer políticas y procedimientos apropiados para el manejo sostenible de sus bosques. Una política forestal nacional fue promulgada en 1997. La Ley Forestal se encuentra actualmente en vías de revisión. La concesión de licencias para la explotación se ha reducido a un nivel bastante apropiado de manejo forestal sostenible. Un código de prácticas de tala ha sido desarrollado, al tiempo que el Departamento forestal promueve la tala de bajo impacto. Existe mucho potencial para incrementar considerablemente las plantaciones forestales.

La política forestal nacional de Samoa requiere de la utilización y manejo de los bosques nativos susceptibles de producción comercial, que aún quedan. Aún no existe un código para las prácticas de tala, ni directrices para la tala de bajo impacto, aunque se ha redactado un borrador de código de prácticas. Un proyecto de manejo forestal sostenible, efectuado con la asistencia de los donantes, se encuentra actualmente en vías de realización, con el fin de desarrollar un modelo de explotación sostenible. La mayor parte de las plantaciones establecidas anteriormente fueron dañadas por los ciclones y la tasa actual de plantación es de únicamente entre 50 y 100 ha al año (FAO en imprenta). En vista de la situación actual, parece ser que el manejo forestal en todo el Pacífico se complica debido a un sistema de tenencia de la tierra consuetudinario, que es una combinación de derechos comunales e individuales. Aunque la tierra en sí nunca puede ser objeto de venta, los recursos forestales presentes en la tierra, pueden serlo. A menudo esto ha provocado prácticas de explotación que convierten estos recursos en ingresos o las tierras a otros usos, sin tener en cuenta el futuro o el beneficio o pérdida que esto conlleva para la sociedad en su conjunto. Anteriormente, el reclamo de una parcela de tierra se efectuaba mediante la tala de la misma. Sólo recientemente, la mayoría de los países comenzó a realizar esfuerzos para trabajar dentro del sistema consuetudinario, a fin de promover prácticas forestales responsables y sostenibles. De manera similar, el sistema de tenencia de la tierra vuelve difícil dedicar suficientes tierras, durante un período lo suficientemente largo para establecer las áreas protegidas o un sistema viable de plantaciones (FAO1997; FAO en imprenta).

La demanda de un espacio para vivir y para obtener tierras agrícolas sigue teniendo un efecto importante en la reducción de las tierras forestales, en particular modo en Samoa Americana, los Estados Federados de Micronesia, Samoa y las Islas Salomón. La Segunda Guerra Mundial y la urbanización sucesiva han tenido un efecto considerable en los bosques de Guam y en algunas de las Islas Marianas del Norte. Las organizaciones forestales cuentan con poca financiación (y a menudo dependen de los fondos proporcionados por donantes) contando además con poco personal. Aún cuando existen fondos disponibles, es muy difícil contar con forestales y técnicos capacitados. A menudo el cumplimiento de las leyes forestales es escaso. Frecuentemente, existe una falta de conciencia sobre la importancia que tienen los recursos forestales, asimismo, la población local suele carecer de la información necesaria antes de tomar cualquier decisión sobre la utilización de dichos recursos (FAO en imprenta).

Sin embargo, la mayoría de los países cuentan con una organización operativa para el manejo de los bosques. La mayoría de los países han establecido políticas forestales, reconociendo a menudo, la necesidad de practicar el manejo sostenible de los bosques. Algunos países cuentan con prácticas forestales y están ejecutando la práctica de la tala de bajo impacto. La conciencia por parte de la población y de los dirigentes políticos parece haber aumentado paulatinamente. La mayoría de las naciones del Pacífico han firmado los convenio internacionales y tratados relacionados con la conservación. Existen instituciones regionales que se concentran en asistir y promover la cooperación dentro del país así como en el ámbito regional. Aún queda mucho por hacer, pero al hacer una apreciación comparativa se advierte que se ha alcanzado un progreso considerable.

BIBLIOGRAFÍA

D’Antonio, M. & Vitousek, P.M. 1992. Biological invasions by exotic grasses, the grass-fire cycle, and global change. Ann. Rev. Ecol. and System, 23: 63-87.

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FAO. In press. Proceedings of the workshop on Data Collection for the Pacific Region. FRA2000 Working Paper. Roma.

Meyer, J.Y. & Malet, J.P. In press. Forestry and agroforestry alien trees as invasive plants in the Pacific Islands. In FAO Workshop Data Collection for the Pacific Region. FAO FRA 2000 Working Paper. Roma.

Mueller-Dombois, D. & Fosenberg, F.R. 1998. Vegetation of the tropical Pacific islands. New York, Springer-Verlag.

Oliver, W.W. 1992. Plantation forestry in the South Pacific: a compilation and assessment of practices. Project RAS/86/036. FAO/UNDP.

Oliver, W.W. 1999. An update of plantation forestry in the South Pacific. SPC/UNDP/AusAID/FAO. Pacific Islands Forests and Trees Support Programme.

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Space, J.C. In press. Invasive plants threatening Pacific ecosystems: the Pacific Islands Ecosystems at Risk Project. In FAO Workshop on Data Collection for the Pacific Region. FRA 2000 Working Paper. Roma, FAO.

Thaman, R.R. & Whistler, W.A. 1995. Samoa, Tonga, Kiribati and Tuvalu: a review of uses and status of trees and forests in land use systems with recommendations for future actions. Project RAS/92/T04. Roma, FAO.

Whistler, W.A. 1992. Vegetation of Samoa and Tonga. Pacific Science, 46(2): 159-178.


[52] Para obtener mayores detalles por país, consulte www.fao.org/forestry

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