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Inventario y evaluación forestal:
experiencias y necesidades de los países

Artículos breves que ofrecen información sobre la situación y el futuro de la evaluación forestal en Polonia, Sudáfrica y México, y resúmenes de experiencias relativas a los inventarios forestales nacionales en otros siete países1.

Polonia: vinculaciones entre las necesidades nacionales de información y los requisitos internacionales de presentación de informes

R. Michalak

Roman Michalak es investigador y Jefe del Departamento de Planificación y Seguimiento de la Gestión Forestal en el Instituto de Investigación Forestal de Varsovia, Polonia.

Durante los últimos 50 años, la estructura de la propiedad forestal ha determinado en gran medida el sistema de información forestal de Polonia. En 2001, alrededor del 80 por ciento de los bosques del país eran de propiedad estatal y el resto pertenecía a casi un millón de propietarios privados. El sistema de información se ha visto también muy influido por la prioridad política y económica atribuida a la madera y a otros productos forestales con valor comercial, especialmente hasta 1989. Durante casi 40 años después de concluida la Segunda Guerra Mundial, se recogían cuantiosos datos necesarios para la elaboración de un inventario forestal con el fin de facilitar la información necesaria para la gestión de los bosques a escala local, pero la información forestal a nivel nacional tenía una importancia secundaria. Aunque la Oficina Central de Estadísticas publicaba estadísticas nacionales, la mayor parte de las decisiones de carácter económico y ambiental se adoptaban en el plano local.

La información básica de la base de datos nacional procedía de los bosques estatales y se basaban en los planes de gestión forestal. En el marco del proceso de planificación, todos los distritos forestales recibían un informe de evaluación sobre cada una de las masas forestales, mapas actualizados y conjuntos de planes válidos para el siguiente decenio. Los servicios forestales de distrito complementaban constantemente esas detalladas descripciones de los rodales con información sobre las operaciones realizadas.

La información esencial de la base de datos nacional -cuadros de clases de edad por especies dominantes con información sobre la superficie y el volumen- se actualizaba anualmente con:

Los datos iniciales no se actualizaban a nivel local y la precisión y puntualidad de los datos sobre los bosques de propiedad privada eran variables.

Dado que los datos locales se recogían aplicando los mismos métodos que se utilizaban a nivel nacional y que la información se reservaba estrictamente para uso interno del sector forestal (el acceso público estaba fuertemente limitado), hasta finales de los años setenta el sistema parecía eficaz y suficiente.

Las catástrofes ambientales de los años ochenta, en forma de deforestación permanente en la zona meridional de Polonia, unidas al derrumbe político y económico de 1989, revelaron las deficiencias del sistema de información. Las principales eran el largo intervalo de tiempo (10 años) con que se recogían los datos, el alcance limitado de la información obtenida y, en especial, la falta de datos sobre el estado de salud de los bosques. La concienciación de la opinión pública sobre los problemas ambientales y la necesidad que tenían las instancias decisorias de abordar el problema dio lugar a un rápido incremento de la demanda de datos pertinentes. En una acción sin dilaciones, en el decenio de 1980 se realizaron cuatro inventarios sobre el estado de salud de los bosques estatales y en 1980 se empezó a controlar la situación de los bosques en el marco del Programa internacional de cooperación para la evaluación y seguimiento de los efectos de la contaminación atmosférica sobre los bosques de la Comisión de las Naciones Unidas para Europa (CEPE-NU).

La intensificación de la actividad política internacional impulsó la tercera fase del desarrollo del sistema nacional de información. Los parámetros normalizados para la adopción de criterios e indicadores de la ordenación forestal sostenible que elaboró la Conferencia Ministerial para la Protección de los Bosques en Europa se adoptaron a las condiciones de Polonia y se aplicaron como sistema de referencia para las series de datos existentes. Sobre la base de esa labor, se tomaron decisiones políticas para dotarse de nuevos instrumentos que permitieran establecer un sistema de información forestal eficaz. Aunque esos instrumentos no se aplican todavía, está previsto que eso ocurra en un próximo futuro.

INFORMACIÓN A NIVEL DE DISTRITO

El sistema de base de datos integrados que se utiliza en todos los distritos abarca todas las operaciones y permite actualizar permanentemente la información sobre las masas forestales. El desarrollo de la tecnología de la información ha hecho posible administrar de forma eficiente las grandes bases de datos de los distritos forestales. La legislación exige que el público pueda acceder a la información forestal. Ello es posible gracias al almacenamiento de los datos en forma electrónica.

El alcance de las bases de datos de los distritos forestales se ha ampliado para incluir información sobre aspectos relacionados con el medio ambiente. Al mismo tiempo, se ha perfeccionado la evaluación de las estaciones y de la diversidad biológica.

VÍNCULOS ENTRE LA INFORMACIÓN NACIONAL Y LAS NECESIDADES INTERNACIONALES

Con frecuencia, las actividades de acopio de información forestal son supervisadas por más de un ministerio. Un sistema adecuado de cooperación hace posible esas actividades, que, sin embargo, se ven entorpecidas por la ausencia de reglamentos oficiales, particularmente en lo que respecta a la elaboración de informes para las evaluaciones internacionales.

Polonia considera la preparación de datos nacionales como una de las diferentes actividades importantes que comportan las evaluaciones regionales y mundiales. Más importantes son aún el planteamiento de nuevas exigencias en el sistema nacional y la difusión de datos internacionales. La Evaluación de los recursos forestales mundiales 2000 (ERF 2000) ofreció un modelo adecuado para la participación de los países en la labor preparatoria. Sin embargo, las normas mundiales sólo tienen una influencia limitada en el sistema nacional, pues no existe un mecanismo eficaz para armonizar las definiciones que se utilizan en el sistema de clasificación de Polonia con las que se aplican a escala internacional.

El obstáculo más importante en el proceso de notificación de los datos estriba en distinguir el alcance y calidad de los datos del sistema nacional de información. La fiabilidad de la información sobre la biomasa leñosa aérea, por ejemplo (que se determina en función de si la fuente de los datos son las mediciones, la estimación visual o la opinión de expertos) no es la misma para todos los tipos de bosque y los diferentes tipos de biomasa (véase la figura). Se plantean problemas similares respecto de otros tipos de datos, especialmente los que se refieren a la variación de los recursos forestales y a los datos obtenidos según los nuevos indicadores. Se espera que con la realización del nuevo inventario forestal nacional, que está en la fase final de preparación, se producirá una mejora sustancial de la calidad de los datos básicos para todos los bosques.

El interés cada vez mayor de la comunidad internacional por las cuestiones ambientales se ha traducido en un número creciente de evaluaciones y, generalmente, se basan en datos nacionales que utilizan la capacidad nacional para su preparación. Sin embargo, el aumento del volumen de trabajo no se ha acompañado de un crecimiento de la capacidad nacional y la calidad de la notificación de los datos podría comenzar en breve a deteriorarse. La falta de armonización entre los cuestionarios internacionales da dar lugar a repeticiones o discrepancias derivadas de los diferentes métodos recomendados para preparar los datos.

Esquema general del origen de los datos en el inventario de los recursos madereros de Polonia

ESTRATEGIAS ALTERNATIVAS

Es necesario analizar atentamente el proceso de acopio de datos para el sistema de inventario nacional. El primer paso es identificar las necesidades nacionales de información forestal. La única encuesta que se ha realizado hasta la fecha sobre las necesidades de los distritos forestales se realizó en 1997. En 2001 se llevó a cabo un estudio de las necesidades nacionales. El próximo paso deberá consistir en promover el acopio, interpretación y difusión de datos de utilidad. Se han de formular normas permanentes para comprobar y actualizar los datos del sistema nacional de información.

La participación en las evaluaciones forestales debe formar parte de las actividades del sistema nacional de información. Una intervención más dinámica de los procesos internacionales en el sistema y la consideración de la elaboración de estadísticas para uso de la comunidad internacional como parte integrante del sistema nacional de información redundaría en beneficios para todas partes. Ello podría conseguirse:

Fomentar la capacidad nacional no significa tan sólo financiar la recogida de datos; se podrían destinar inversiones a organizar talleres conjuntos, sesiones de capacitación, intercambio de especialistas e incluso cursos de idiomas, que facilitan la comprensión, la comunicación y la cooperación.

CONCLUSIÓN

Los cambios económicos, las necesidades crecientes de los usuarios de la información y el progreso técnico en los métodos y técnicas de inventariación están induciendo a Polonia a modificar radicalmente su sistema de información forestal. Se han de tener en cuenta tanto las necesidades locales como las nacionales e internacionales. La importancia creciente de las consideraciones ambientales debe reflejarse adecuadamente, aunque sin duda se seguirá haciendo acopio de datos sobre la producción.

Los bosques privados son una parte importante de los recursos de Polonia, pero la información sobre ese tipo de bosques es menos fiable que la que se dispone acerca de los bosques estatales. Considerando que no cabe esperar cambios significativos en el régimen de propiedad forestal, una mayor calidad de la información sobre los bosques privados favorecería notablemente la mejora del sistema en su conjunto.

El interés de la comunidad internacional en las cuestiones ambientales que se ha observado durante el último decenio supone a menudo un trabajo adicional para los sistemas nacionales, pero la participación en programas internacionales permite acceder a los métodos, tecnologías y técnicas más avanzados. La inversión en la mejora de la evaluación forestal beneficiaría a muchos otros sectores.

Las necesidades de información forestal en Sudáfrica

S. Kelatwang

Sebueng Kelatwang trabaja en el Departamento de Asuntos Hídricos y Forestales de Sudáfrica.

La cubierta forestal de Sudáfrica está compuesta de tierras arboladas, bosques autóctonos y plantaciones. Los recursos varían significativamente entre las distintas provincias. La sabana arbolada cubre una gran proporción del país y varía en cuanto a su situación, propiedad y condición. De las 690 000 ha de bosque denso estimadas, el 69 por ciento es de propiedad estatal y el 31 por ciento pertenece a instituciones privadas. Se estima que 1,3 millones de hectáreas de plantaciones industriales se explotan para conseguir una producción sostenible. Cada año se plantan entre 10 000 y 12 000 ha.

En el pasado, se recogía información forestal cuando era necesaria, en función de la demanda y la financiación de donantes. Actualmente, la Ley Nacional de Bosques (1998) determina que el Ministro del Departamento de Asuntos Hídricos y Forestales debe controlar los bosques sobre la base de criterios e indicadores nacionales e informar al Parlamento cada tres años, al menos, sobre los hechos y tendencias que se desprenden de esa labor de seguimiento. Según lo dispuesto en la Ley Nacional de Gestión Ambiental, el informe se presenta al Departamento de Asuntos Ambientales y Turismo, que a su vez somete un informe sobre la «situación medioambiental» a la Comisión de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible.

La demanda de información forestal ha cambiado sustancialmente en el transcurso de los ocho últimos años al sustituirse la producción de madera por las cuestiones sociales, económicas y ambientales como eje central de la política forestal. Mientras que anteriormente las políticas forestales se centraban en la elaboración de estadísticas anuales sobre la madera en rollo para promover el desarrollo sostenible de las actividades forestales comerciales, en la actualidad se orientan a promover la ordenación forestal sostenible de todos los tipos de bosque.

Esta modificación de la perspectiva política ha hecho necesario integrar la formulación y aplicación de políticas con el proceso de acopio de información. En consecuencia, se va a establecer un Servicio de Información sobre Recursos Forestales para identificar las fuentes y deficiencias de los datos y reunir información de distintas procedencias. El sistema se ha diseñado para presentar información en un formato útil que permita cubrir las necesidades relacionadas con la formulación de políticas, la planificación y la notificación de resultados. Los tipos de datos necesarios se determinan sobre la base de criterios e indicadores de la ordenación forestal sostenible. Esos datos procederán de fuentes muy diversas y deberá establecerse un plan y una estrategia para acceder a ellos y actualizarlos. El Departamento de Asuntos Hídricos hace acopio de información sobre la extensión y distribución de todos los tipos de bosques existentes en Sudáfrica. Se reúne también información sobre los productos forestales no madereros de las tierras estatales mediante licencias y exenciones a nivel local y se agrega a nivel nacional. El Departamento de Estadística recoge información sobre el aprovechamiento de los recursos forestales (leña y productos forestales no madereros) en las tierras comunales. Las estadísticas sobre la madera en rollo se compilan por medio de cuestionarios. Los encargados de la gestión de las unidades de ordenación forestal todavía recogen periódicamente información pertinente para el seguimiento de la sostenibilidad de la utilización y con fines de conservación. Los diferentes colectivos interesados están empezando a colaborar para compartir la información y los costos que comporta el acopio de datos.

DEFINICIONES

En la Ley Nacional de Bosques Nº 84 de 1998 se definen los diferentes tipos de bosque (bosque natural, tierras arboladas y plantaciones). Ante la existencia de algunas discrepancias entre esas definiciones y las utilizadas por la FAO, el Departamento de Asuntos Hídricos y Forestales encomendó al Consejo de Investigación Científica Industrial que formulara un nuevo sistema de clasificación de los bosques autóctonos y las tierras arboladas en el que las definiciones estuvieran armonizadas con las utilizadas a nivel internacional. En las nuevas definiciones, las tierras arboladas comprenden distintas formaciones, desde las praderas arboladas (con una cubierta de copas del 5 al 10 por ciento) al monte cerrado (zonas con más del 75 por ciento de cubierta de copas pero que no cumplen los restantes criterios necesarios para definirlas como bosques autóctonos). Esta amplia categoría de tierras arboladas incluye tipos de vegetación que no son considerados tradicionalmente como auténticas tierras arboladas, pero se definió dentro de ella una subcategoría de «tierras arboladas auténticas» (cubierta de copas de hasta el 35 por ciento, con árboles que rinden el 50 por ciento de la producción primaria neta).

El bosque autóctono se define como «una unidad de vegetación de varios estratos generalmente dominada por árboles (en su mayor parte siempre verdes o semicaducifolios), cuyos estratos combinados tienen copas superpuestas (es decir, la cubierta de copas ocupa el 75 por ciento de la superficie o más) y en la que suele ser rara la existencia de gramíneas en el estrato herbáceo (cuando existe)». Esta definición se basa en el examen de las definiciones de bosque utilizadas en Sudáfrica, en África meridional y en otros lugares.

VINCULACIONES Y DEFICIENCIAS

En la mayoría de los casos, el inventario forestal ha sido considerado como un problema técnico y se ha pensado que su finalidad era simplemente describir la extensión y distribución de los bosques en Sudáfrica. La labor de seguimiento de los bosques (acopio de datos y utilización de criterios e indicadores) está vinculada principalmente a la reglamentación más que a la formulación y examen de políticas. La Ley Nacional de Bosques establece un marco para la notificación de información a nivel nacional, que sin embargo todavía no se aplica para la recogida y organización de datos en el plano local.

Los retrasos en el acopio y actualización de diferentes categorías de información en niveles distintos del Gobierno dependen de las prioridades de política y de la disponibilidad de recursos. La vinculación entre las necesidades de notificación de ámbito nacional e internacional está obstaculizada por diferentes tipos de necesidades de información, la deficiente armonización de las definiciones de los tipos de bosque y el diferente marco temporal utilizado para recoger y actualizar la información.

CONCLUSIONES

Los cambios acaecidos en la política forestal plantean retos importantes en la búsqueda del sistema más rentable de hacer acopio de los datos. La vinculación entre la formulación de políticas y las necesidades de notificación debe ser un componente integrante en la recogida de datos y la reglamentación. Para desarrollar satisfactoriamente este proceso se necesita una red cooperativa respaldada por la concesión de incentivos a quienes suministran la información. A menudo, los usuarios de la información no toman en consideración las limitaciones a las que se enfrentan las instituciones que la suministran. Para asegurar una corriente sistemática información desde las instancias locales hasta las nacionales, los distintos tipos de datos han de ser comunicados a los niveles pertinentes de gobierno antes de que comience el período de notificación. Por último, se ha de establecer un sistema que tenga la capacidad de conseguir y coordinar la información pertinente de diferentes fuentes.

En la Ley Nacional de Bosques se definen tres diferentes tipos de bosque: bosque natural, tierras arboladas y plantaciones; se está procediendo a definir nuevamente los dos primeros de conformidad con las definiciones internacionales

- Departamento de Asuntos Hídricos y Forestales de Sudáfrica

La deforestación en México, observada en la cartografía de la cubierta vegetal

A. Velázquez, J.-F. Mas,
J.L. Palacio-Prieto y G. Bocco

Alejandro Velázquez, Jean-François Mas y José Luis Palacio-Prieto trabajan en el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México, Morelia, México.

Gerardo Bocco está agregado al
Instituto de Ecología de la misma
universidad.

México tiene una gran diversidad desde los puntos de vista natural y cultural. El país abarca unos 2 millones de kilómetros cuadrados. Las principales zonas climáticas son la tropical seca y húmeda, la templada, la árida y la semiárida. Los bosques y otros tipos de cubierta vegetal son en consecuencia complejos y diversos. La cubierta de bosque tropical y templado ha menguado por lo menos en un 50 por ciento desde la época de los primeros asentamientos europeos (Toledo, 1988; Masera, Ordóñez y Dirzo, 1992).

Las estimaciones de la deforestación anual en México han oscilado entre 370 000 hectáreas (SARH, 1994) y 1,5 millones de hectáreas (Toledo, 1988); la divergencia no puede explicarse tan sólo por la diferencia en las fechas. Estas cifras conflictivas exigen inventarios forestales repetidos, precisos y espacialmente detallados. El Gobierno y las instituciones académicas de México se esfuerzan actualmente por reunir información actualizada y precisa de la cubierta vegetal con fines múltiples, lo que contribuirá a precisar las tasas actuales de deforestación y las zonas en rápida transformación.

Los inventarios forestales en México han tenido tradicionalmente por objeto cuantificar los recursos madereros disponibles con fines productivos. Más recientemente, el Ministerio de Medio Ambiente ha adoptado un enfoque que tiene en cuenta la creciente demanda de datos sobre otros productos forestales y servicios medioambientales como agua, suelos y biodiversidad. El inventario pretende proporcionar información actual sobre la extensión, situación, cambios y desarrollo sostenible de los bosques mexicanos, como base para las decisiones sobre gestión de los recursos naturales. Para ello es preciso disponer de una cobertura espacial consistente y completa, de definiciones uniformes y de una colección de datos de calidad constante.

CARTOGRAFÍA DE LA CUBIERTA VEGETAL

Durante mes y medio se elaboró un plan de clasificación de la vegetación y el uso de la tierra, en cinco talleres que reunieron a expertos nacionales en cartografía vegetal, entre ellos personal del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Se trataba de diseñar un sistema de clasificación del uso de la tierra y de la vegetación compatible y comparable, que pudiera cotejarse con otras realizaciones cartográficas a escala nacional y facilitara las estimaciones de los cambios en la cubierta vegetal.

El primer paso fue la selección y adquisición de imágenes de Landsat ETM+ (alta resolución), adquiridas entre noviembre de 1999 y abril de 2000 (Figura 1). Las imágenes se corrigieron geométricamente utilizando puntos de control derivados de mapas topográficos a escala 1:50 000 y se reunieron en mapas de 121 imágenes, o mosaicos de imágenes, con arreglo a 121 mapas diseñados por el INEGI para cubrir todo el país a escala 1:250 000. Se creó un conjunto de imágenes en color para seleccionar la mejor opción para interpretación visual. Las imágenes se imprimieron a escala 1:125 000, lo que permitió una interpretación más fiable y la reducción de errores en el producto cartográfico final.

Se utilizó un procedimiento de interpretación independiente (basado en FAO, 1996) superponiendo sobre el mapa resultante un mapa digitalizado que describía los tipos de cubierta vegetal reconocidos en previos levantamientos del INEGI, reorganizados según el sistema de clasificación de la vegetación adoptado en el presente estudio. La superficie cartográfica mínima se fijó en 1 km2 sobre el terreno. Botánicos especializados en tipos específicos de vegetación y en regiones determinadas y expertos locales del INEGI apoyaron las interpretaciones con sus conocimientos especializados y locales.

1 Pasos seguidos para construir el mapa actual de la cubierta vegetal de México

USO DE LA TIERRA Y CAMBIO DE LA CUBIERTA VEGETAL

Tras una atenta inspección de las bases de datos potenciales, dos se consideraron aptas para el análisis del uso de la tierra y el cambio de la cubierta vegetal: la llamada Serie I del INEGI, de 1976, y una base de datos elaborada por el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México en 2000.

Para poner una etiqueta fiable a la base de datos y para dar fiabilidad a las mediciones de la base de datos anterior, se seleccionaron aleatoriamente 100 puntos por categoría que se contrastaron con información confirmadora sobre el terreno. Se corrigieron los errores hasta que la base de datos de 1976 era exacta en un 95 por ciento para todas las clases incluidas. El análisis del uso de la tierra y del cambio en la cubierta vegetal se realizó superponiendo las bases de datos de 1976 y 2000 mediante un sistema de información geográfica (Arc/Info 8.1).

CÁLCULO DE LAS TASAS DE DEFORESTACIÓN

El análisis por superposición arrojó dos tipos de resultados: primero, una matriz de transición que describe los cambios entre 1976 y 2000 en todas las formaciones vegetales; segundo, un modelo espacial explícito que muestra dónde tuvieron lugar aquellos cambios a escala 1:250 000 para todo el país. Finalmente, las estadísticas derivadas del análisis se utilizaron para determinar las tasas de conversión para todas las clases. Para calcular estas tasas se utilizó el mismo algoritmo utilizado en la Evaluación de los recursos forestales mundiales 1990 (ERF 1990) (FAO, 1996), lo que facilita la comparación con otras tasas en todo el mundo.

Todos los datos derivados del proceso de superposición se agruparon en tres principales clases de cubierta vegetal. La primera (llamada cubierta primaria) incluyó todas las categorías dominadas por tipos de cubierta vegetal primaria como bosques templados, bosques tropicales, matorrales xerofíticos y tipos de vegetación dominada por árboles higrófilos. La segunda clase (llamada cubierta vegetal secundaria) incluyó bosques templados, bosques tropicales y matorrales xerofíticos dominados por tipos de vegetación secundaria. La tercera clase (llamada cubierta vegetal antropogenética) abarcó categorías como cultivos, plantaciones forestales exóticas, pastizales mejorados para la producción ganadera y asentamientos humanos.

Analizando los resultados de la superposición, se identificaron tres principales procesos de conversión medioambiental:

1 Según estas definiciones, la conversión a plantaciones exóticas se clasifica como deforestación, pero esto tiene poca relevancia porque en México las plantaciones exóticas cubren menos del 0,02 por ciento del territorio.

RESULTADOS Y CONCLUSIONES

La leyenda del mapa actual de la cubierta vegetal es jerárquica. Combina un enfoque forestal con un enfoque más ecológico e incluye una nomenclatura para cuatro niveles de conjuntos: ocho formaciones de vegetación (Figura 2), 17 tipos de vegetación, 47 comunidades y 28 subcomunidades, con un total de 75 categorías.

El estudio calculó la actual tasa anual de deforestación en México (sólo para bosques templados y tropicales y matorrales) en el 0,43 por ciento. Ello supone una pérdida de 545 000 ha (±50 000 ha) anualmente de 1976 a 2000. Esta cifra difiere notablemente de la mayoría de las estimaciones mexicanas anteriores, que tendían a exagerar o a subestimar la deforestación. La ligera diferencia entre la nueva cifra y la estimación de la ERF 2000 (FAO, 2001), 631 000 ha anuales, puede deberse a pequeñas diferencias en las definiciones de los procesos de deforestación.
El método proporciona tasas de deforestación y revela en dónde ésta tiene lugar (Figura 3).

2. Cobertura por formaciones consideradas en el Inventario forestal nacional de México, 2000

3. Cambios anuales del uso de la tierra y la cubierta vegetal en México, 1976 a 2000, incluidos tipos de cubierta maderera y no maderera

Bibliografía

Cartografía de los bosques de Bhután a cargo del Proyecto de planificación del uso de la tierra

Bhután carece de un programa de inventario forestal nacional. El Departamento de Servicios Forestales lleva a cabo inventarios forestales basados en parcelas de muestreo en las 31 unidades de ordenación forestal, a intervalos decenales, con miras a la preparación de planes de gestión. Las unidades abarcan alrededor de la cuarta parte de la superficie forestal y se encuentran situadas en 17 de los 20 distritos. Los resultados de estos inventarios fueron la base de la estimación de las existencias de Bhután que figuran en la ERF 2000. La exactitud de los inventarios forestales se indica como el 10 por ciento en un nivel de confianza del 95 por ciento. El Proyecto de planificación del uso de la tierra de la División de Políticas y Planificación del Ministerio de Agricultura llevó a cabo, con la asistencia del Organismo Danés de Desarrollo Internacional (DANIDA), un estudio cartográfico nacional de la situación de la cubierta terrestre de Bhután en 1994. Anteriormente se habían realizado estudios nacionales, sobre la base de fotografías aéreas desde finales del decenio de 1990 y, desde los años setenta, a partir de imágenes satelitares.

El Proyecto de planificación del uso de la tierra confeccionó tres series de mapas para el conjunto de la nación:

  • mapas del uso de la tierra a escala 1: 50 000 (81 hojas de mapas);
  • mapas de la cubierta a nivel de distrito a escala 1: 100 000 (20 hojas de mapas);
  • mapa de la cubierta terrestre nacional a escala 1: 250 000 (un mapa);

Los mapas de la cubierta terrestre se confeccionaron interpretando imágenes de alta resolución tomadas por satélite en 1989 y 1990, complementadas con comprobaciones sobre el terreno realizadas en 1993 y 1994.

En la clasificación de la cubierta terrestre de Bhután se utilizan tres clases (bosques, pastizales y agricultura). La clase de los bosques está dividida en cuatro subclases (bosque de coníferas, de latifoliadas, plantaciones y bosque arbustivo), que a su vez se dividen en categorías y subcategorías. Se identificó la densidad de copas para las subclases de las coníferas, latifoliadas y plantaciones (del 10 al 40 por ciento, del 41 al 80 por ciento y del 81 al 100 por ciento).

El Proyecto de planificación del uso de la tierra estimó que la precisión de las estadísticas de la superficie a nivel de las clases era del 95 al 98 por ciento. Los principales problemas que se plantearon en la cartografía de la cubierta terrestre guardaban relación con la representación de las pequeñas zonas hortícolas, zonas que no eran visibles en el material obtenido por teledetección (por ejemplo, los cultivos existentes bajo la cubierta arbórea) y zonas en las que se había modificado el uso de la tierra desde el momento en que se tomaron las imágenes por teledetección y se efectuó la comprobación sobre el terreno.

Inventario forestal nacional en Guatemala

Guatemala ha realizado recientemente mapas detallados de la cubierta vegetal y sus variaciones, basándose en la interpretación digital de imágenes del Landsat TM, complementada con una labor intensa de comprobación sobre el terreno. Sin embargo, en ese país nunca se han llevado a cabo inventarios forestales de ámbito nacional. Los datos existentes sobre los bosques proceden de inventarios locales y se actualizaran por última vez a comienzos del decenio de 1990.

Para colmar las lagunas de información existentes a nivel nacional, el Instituto Nacional de Bosques (INAB) inició la planificación de un inventario forestal nacional a finales de 2001 con apoyo técnico y financiero de la FAO. La FAO envió una misión a comienzos de 2002 para ayudar a los expertos nacionales a planificar el inventario. El proyecto se ha concebido como una actividad conjunta de seis instituciones nacionales que intervienen en el desarrollo de los recursos forestales.

El inventario forestal nacional forma parte de un sistema de control de los bosques y los recursos forestales basado en el establecimiento de parcelas permanentes de muestreo. El objetivo es evaluar periódicamente los valores ambientales, económicos y sociales de los bosques y los árboles y facilitar información fiable sobre la situación y las tendencias de los bosques para atender las necesidades nacionales e internacionales. En contraste con los inventarios forestales tradicionales, que en muchos casos hacen hincapié en los aspectos económicos, este inventario se centrará en los diferentes productos y servicios que proporcionan los recursos forestales y arbóreos y en su gestión y utilización.

Se prevé que el trabajo de campo habrá concluido a mediados de 2003.

Evolución de las actividades de inventario en Mozambique

Inventario forestal nacional exploratorio de 1979 y 1980. El inventario forestal nacional exploratorio de 1979 y 1980, realizado en el marco de un proyecto de la FAO, fue la fuente principal de información sobre la superficie forestal de Mozambique para las evaluaciones de los recursos forestales de 1980 y 1990 (ERF 1980 y ERF 1990). El inventario era de ámbito nacional y se basó en imágenes tomadas por el satélite Landsat MMS en 1972. El muestreo exploratorio se llevó a cabo con diferentes intensidades de muestreo en los tipos de bosque más accesibles y de mayor importancia comercial. La distribución de las parcelas de muestreo, de una extensión de 10 x 500 m, se efectuó en función de la importancia y la accesibilidad.

Los principales objetivos del inventario exploratorio eran los siguientes:

  • proporcionar información sobre la extensión, situación y calidad de los recursos existentes, con especial atención a la madera comercial;
  • identificar zonas forestales prioritarias para su inventariación detallada y con fines de ordenación;
  • hacer acopio de información sobre la regeneración de las especies arbóreas para un análisis más a fondo.

El inventario forestal nacional de 1980 dio lugar a un mapa nacional y 10 mapas nacionales a escala 1: 1 000 000 de los tipos de bosque y uso de la tierra, el volumen de madera por encima de los 25 cm de diámetro a la altura del pecho (DAP) para cuatro clases de calidad, la determinación de intensidades medias de los tipos de bosque o la proporción de especies madereras valiosas, así como la localización de bosques de producción con potencial maderero y una evaluación de la regeneración. Como consecuencia del escaso tiempo disponible para la interpretación de las imágenes, de la escasez de recursos humanos y la ausencia total o casi total de comprobación sobre el terreno, los resultados del inventario de 1979-80 fueron de escasa precisión. Los problemas de seguridad y accesibilidad limitaron la posibilidad de efectuar comprobaciones y mediciones objetivas sobre el terreno.

Actualización de 1994. El inventario de 1979-80 fue actualizado en 1994 utilizando imágenes del satélite Landsat TM del conjunto del territorio nacional. Las estimaciones de los cambios registrados en los bosques que se realizaron mediante esta actualización se utilizaron en la ERF 2000. En la actualización de 1994 se utilizaron las 17 clases de cubierta de la tierra que ya se habían empleado en la evaluación anterior. En total, 108 parcelas de muestreo de 5 000 m2 de extensión distribuidas de forma aleatoria que abarcaban todos los tipos de bosque en tres zonas prioritarias proporcionaron información sobre el volumen de los troncos y la distribución del volumen en función del DAP. Estos datos permitieron realizar predicciones sobre distintos parámetros, tales como el incremento medio anual de la madera comercial, que se calculó sobre la base de una fórmula basada en las precipitaciones. Para facilitar las interpretaciones se realizaron misiones preparatorias sobre el terreno en zonas seguras antes de interpretar las imágenes del satélite. En la interpretación se contó como instrumentos complementarios con fotografías aéreas (cuando existían), una tarea de comprobación sobre el terreno y la verificación de la interpretación desde el aire. La actualización de 1994 produjo y actualizó un mapa a escala 1: 1 000 000 de los tipos de bosque y los usos de la tierra (un mapa de alcance nacional y 10 mapas provinciales), un nuevo mapa a escala 1: 250 000 de los manglares, estadísticas actualizadas sobre la superficie forestal y el volumen de madera y estimaciones de las tasas de deforestación en los bosques y manglares. Sin embargo, se presentaron los mismos problemas de exactitud que en la evaluación de 1979-80.

Mapa de los tipos de bosque y la cubierta terrestre a escala 1: 250 000. Como los mapas a escala 1: 1 000 000 no proporcionaban información suficientemente detallada para las actividades de desarrollo, la Dirección Nacional de Recursos Forestales y Silvestres, contando con el apoyo de un proyecto FAO/Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, utilizó imágenes del satélite Landsat TM tomadas entre 1990 y 1992 para preparar un mapa nacional de tipos de bosque a escala 1: 250 000, que se utilizó para la estimación de la superficie forestal en la ERF 2000. Se disponía de fotografías aéreas de una superficie equivalente aproximadamente al 16 por ciento del territorio nacional (en su mayoría eran fotografías anteriores a 1975). Para facilitar la interpretación de las imágenes se llevó a cabo en diez provincias un reconocimiento sobre el terreno de diferentes tipos de vegetación o usos de la tierra con diferentes grados de alteración. En total se identificaron y cartografiaron 20 clases de cubierta terrestre/uso de la tierra. El mapa muestra con una precisión aceptable la localización y extensión de los bosques y otros tipos de cubierta vegetal leñosa, zonas cultivadas y otras clases de uso de la tierra.

Brunei Darussalam: la información de referencia procede del decenio de 1980

El primer inventario forestal nacional se realizó en Brunei Darussalam entre 1932 y 1934. Durante los años cincuenta y setenta se realizaron algunos inventarios localizados, pero el siguiente inventario de ámbito nacional no tuvo lugar hasta 1983. Los resultados, que se publicaron en 1984, se utilizaron como información de referencia sobre los recursos forestales de Brunei para la Evaluación de los recursos forestales mundiales 1990 (ERF 1990) y para la ERF 2000. Para esta última se actualizaran los datos correspondientes a la superficie restando de las cifras oficiales las extensiones de bosque dedicadas a otros usos de la tierra.

El inventario de 1983, que llevó a cabo una empresa de consultores, consistió en la interpretación de fotografías aéreas para determinar los límites de la superficie forestal que podría ser utilizada con fines comerciales, para identificar los tipos de bosque, los estratos de densidad y las clases de terreno y para preparar un mapa de los tipos de bosque que abarcara al conjunto del país. Entre 1975 y 1976 fue posible disponer de fotografías aéreas en color a escala 1:25 000. Asimismo, en 1981 y 1982 se tomaron fotografías en blanco y negro de las zonas restantes a la misma escala. La calidad de las fotografías utilizadas para configurar los tipos de bosques era variable.

El mapa resultante de la cubierta forestal a escala 1:50 000, que constaba de nueve hojas, delimitó seis tipos de bosque (manglar, pantanoso de agua dulce, pantanoso de turbera, brezal tropical, bosque mezclado de dipterocarpáceas y bosque de montaña) e incluyó zonas no forestales como bosques secundarios, zonas cultivadas (que comprenden plantaciones forestales, plantaciones de caucho y arrozales) y tierras urbanas e industriales. Se registraron también las zonas de bosques alterados y dañados por causas naturales.

Para realizar el trabajo de campo se emplearon tres sistemas distintos:

  • reconocimiento con un nivel preestablecido de precisión para poder realizar una planificación estratégica en tres zonas forestales concretas con posible valor comercial;
  • acopio de información indicativa sobre la superficie forestal y las masas residuales de bosques comerciales en la zona interfluvial de bosques mezclados de dipterocarpáceas y bosques secundarios maduros (con parcelas de muestreo que representaban una intensidad de muestreo del 0,1 por ciento) y sobre los bosques pantanosos de turbera (estudio por fajas con una intensidad de muestreo del 0,54 por ciento);
  • estudio de las distintas zonas forestales restantes para conseguir datos volumétricos y comprobar la interpretación de las fotografías aéreas.

Sistema de inventario y cartografía forestal de Papua Nueva Guinea

La Ley forestal de Papua Nueva Guinea (modificada en 1991) estipulaba que el Organismo Forestal Nacional debía realizar un inventario forestal nacional. Para cubrir las necesidades inmediatas se realizó durante los primeros años del decenio de 1990 una evaluación rápida de los recursos forestales basándose en mapas a escala 1:500 000 y 1:1 100 000.

Para atender las necesidades a más largo plazo de disponer de un inventario nacional detallado y completo se trazaron mapas de los recursos forestales nacionales a escala 1:100 000 mediante la interpretación de fotografías aéreas. La elaboración de mapas se complementó con el examen de todos los datos de los inventarios y estudios de los recursos existentes para estimar el volumen bruto y las especies comerciales de los tipos de bosque cartografiados. La responsabilidad de esas dos tareas recayó en el Organismo Forestal Nacional, que contó con la ayuda de AusAid, el programa de ayuda externa del Gobierno de Australia.

El Sistema de inventario y cartografía forestal (SICF) resultante es un sistema de información de alcance nacional para la gestión y planificación forestal. Aunque el SICF no es adecuado para ser utilizado a nivel operacional (por ejemplo, para formular planes de explotación para concesiones forestales), su diseño permite incorporar ese nivel de información.

La cartografía de los recursos forestales se basó en fotografías aéreas tomadas entre 1972 y 1975. El SICF adoptó el año 1975 como año de referencia. Antes de esa fecha, la explotación comercial en Papua Nueva Guinea era muy reducida. Para actualizar el mapa de 1975 se trazaron mapas de las zonas en las que se había registrado una explotación intensa y otros cambios de uso de la tierra entre 1975 y 1996, utilizándose imágenes tomadas por teledetección en 1996, complementadas con un estudio rápido realizado sobre el terreno y desde el aire.

El SICF proporcionó los datos de referencia sobre la superficie que se utilizaron para la Evaluación de los recursos forestales mundiales 2000 (ERF 2000). El SICF contiene información sobre:

  • las zonas de vegetación forestal y de otra índole, con inclusión del uso de la tierra en 1975;
  • composición indicativa de especies comercializables y tasa de existencias brutas (volumen comercializable) de cada tipo de bosque;
  • zonas explotadas entre 1975 y 1996;
  • zonas forestales taladas y dedicadas a otros usos de la tierra entre 1975 y 1996;
  • zonas de concesiones forestales y madereras (existentes y proyectadas);
  • zonas protegidas registradas;
  • zonas de bosque excluidas del sistema convencional de explotación debido a la existencia de limitaciones físicas extremas;
  • zonas de bosque en las que existen grandes limitaciones físicas para la explotación;
  • información de carácter topográfico (ríos, nombres de lugares, etc.).

La unidad de cartografía forestal es la unidad básica del SICF y comprende un solo tipo de vegetación o conjuntos de dos o tres tipos diferentes. Todas las zonas forestadas se clasifican según el grado de alteración. Se reconocen seis formaciones estructurales (bosque, tierras arboladas, sabana, matorral, pradera y manglar) dentro de las cuales se diferencian 58 tipos de vegetación, de los que 35 son tipos de bosque.

Los datos no espaciales referentes a los recursos forestales que figuran en el SICF se compilan utilizando datos de diferentes fuentes.

El SICF se desarrolló para proporcionar una información coherente sobre el tipo y extensión de los recursos forestales y su utilización actual por la industria forestal y se ha concebido como un instrumento que suministra información integrada para facilitar la gestión y planificación eficaces del aprovechamiento de los recursos forestales.

A finales de 2001, el Gobierno de Papua Nueva Guinea aprobó las medidas necesarias para actualizar el inventario forestal nacional.

Estudio nacional
de Uganda sobre la biomasa

El primer inventario de alcance nacional realizado en Uganda fue el estudio nacional sobre la biomasa que llevó a cabo el Departamento Forestal de Uganda con financiación del Organismo Noruego de Desarrollo Internacional (NORAD) y con el apoyo técnico de la Sociedad Forestal Noruega. La labor se realizó en gran medida durante el decenio de 1990. Los resultados de este estudio fueron utilizados como datos de referencia de Uganda para la Evaluación de los recursos forestales mundiales 2000 (ERF 2000).

El objetivo general del estudio era promover la gestión sostenible y económica y ambientalmente racional y el desarrollo de los recursos naturales en Uganda, facilitando al mismo tiempo los conocimientos, información y series de datos necesarios para aumentar la base de recursos de biomasa. El estudio, en el que se cartografió el uso de la tierra y la distribución de la biomasa, se realizó en tres fases.

El objetivo de la Fase I (1989-1992) era efectuar un examen detallado de la situación de la biomasa leñosa en nueve zonas (con una superficie total de 14 000 km2) que presentaban deficiencias desde el punto de vista de la biomasa y que eran representativas a nivel nacional. El análisis se basó en la interpretación de fotografías aéreas tomadas a escala 1:25 000, complementada con una amplia labor de reconocimiento in situ y con la recogida de datos sobre el terreno:

  • se clasificaron unas 20 000 parcelas de 50 m x 50 m utilizando fotografías aéreas;
  • se evaluó sobre el terreno una submuestra de 3 417 parcelas;
  • se determinó el volumen y el peso de 3 712 árboles;
  • se determinó el peso de 4 556 especímenes (112 especies) de madera verde y secada al aire;
  • se determinó la biomasa leñosa de 38 parcelas de matorrales (de 10 m X 10 m);
  • se midieron los residuos de cultivos específicos en 64 parcelas (de 10 m X 10 m).

Para cada fotografía aérea se realizaron mediciones sobre el terreno en cinco parcelas de 50 m X 50 m. Las parcelas se situaron en cada fotografía aérea de manera que fueran representativas y al mismo tiempo fuera posible examinarlas y realizar las mediciones.

En la Fase II (1992-1996) se llevó a cabo la estratificación de la cubierta terrestre y el uso de la tierra en todo el país (a escala 1:50 000), estimándose la biomasa leñosa y no leñosa. La estratificación se basó en imágenes de satélite interpretadas manualmente, que se tomaron entre 1989 y 1993 y que abarcaban el 92,5 por ciento del país, con imágenes Landsat y fotografías aéreas para colmar las lagunas existentes, complementadas con observaciones sobre el terreno. Se inició, al mismo tiempo, el seguimiento dinámico de la biomasa leñosa realizando nuevas mediciones en 1 000 parcelas de la Fase I. En la Fase II se elaboró asimismo un sistema digital de información ambiental (a escala 1:50 000).

En la Fase III (1996-2000) se estableció un marco general para el control del uso de la tierra, la cubierta terrestre y la biomasa leñosa, mediante el establecimiento de 4 500 parcelas en una cuadrícula sistemática que abarcaba al conjunto del país. Las parcelas se midieron entre 1995 y 1998 y nuevamente en 1999. Dichas parcelas permiten obtener información sobre las existencias, con inclusión de los matorrales y residuos de cultivos, la variación y composición de la biomasa y el incremento anual y, al mismo tiempo, dan indicaciones sobre la intensidad y características de los cambios de la cubierta terrestre y el uso de la tierra. En la Fase III se mantuvieron y actualizaron las series de datos del sistema de información ambiental, iniciándose la labor de transferencia de responsabilidades. Asimismo, en la Fase III se inició la colaboración con otros grupos de profesionales para potenciar al máximo la utilización de los datos referentes a la biomasa.

Dos conjuntos de datos independientes en la República Democrática Popular Lao

El Estudio nacional de reconocimiento del uso de la tierra y la cubierta forestal comenzó en 1987 en el marco del Programa Lao-Suecia de cooperación forestal. Este estudio, que realizó el Centro de inventario y planificación de la República Democrática Popular Lao, actualizó el mapa anterior de la cubierta forestal realizado entre 1973-74 y 1982 mediante la interpretación de fotografías aéreas a partir de 1982, abarcando el conjunto del país con la excepción de algunas zonas fronterizas. Entre 1987 y 1991 se efectuaron estimaciones de los cambios y proyecciones de los datos de la superficie hasta 1989 con la ayuda de imágenes tomadas por satélite. En consecuencia, el estudio facilitó datos sobre la superficie para 1982 y 1989. Durante todo el período en que se llevó a cabo el estudio, los encargados de interpretar las fotografías realizaron comparaciones sobre el terreno en zonas accesibles. El principal objetivo del estudio fue desarrollar un método viable para realizar un inventario, proporcionar información sobre la situación de la cubierta forestal y sus variaciones y reforzar y desarrollar la capacidad del Departamento de Asuntos Forestales para realizar labores de inventario.

Para facilitar información más detallada se inició en 1991 un inventario forestal nacional basado en el reconocimiento sobre el terreno. Los objetivos del inventario eran los siguientes:

  • desarrollar los métodos, la capacitación y la organización necesarios para realizar un inventario forestal nacional basado en el trabajo de campo;
  • facilitar información sobre los bosques y el uso de la tierra, en particular sobre el volumen en pie, pero también sobre las cortas y las condiciones de las estaciones en zonas accesibles;
  • recoger datos sobre funciones volumétricas para su elaboración;
  • realizar una comprobación sobre el terreno para el trazado de mapas del suelo, la vegetación y el uso de la tierra;
  • mejorar las definiciones de diferentes parámetros cuando fuera necesario.

El inventario ha producido mapas del uso de la tierra y los tipos de bosque (a escala
1: 50 000, 1: 100 000 [con una retícula topográfica normal] y 1: 250 000 [mapas provinciales]). Ha elaborado también un manual para la labor de inventario, bases de datos para la gestión de los datos, modelos sobre las funciones volumétricas y la estimación del volumen para las especies arbóreas del país y una compilación de estadísticas regionales y provinciales sobre el uso de la tierra, los tipos de bosque, el relieve y la accesibilidad de las zonas forestadas.

El diseño del inventario consiste en un muestreo por conglomerados sistemático y estratificado en dos fases. Las unidades de muestreo son tramos (conglomerados) de parcelas de muestreo en forma de «L» establecidas por todo el país de forma sistemática, alineadas con las coordenadas cartográficas.

El estudio y el inventario fueron utilizados como fuentes de información validada por los estamentos oficiales para la ERF 1990 y la ERF 2000. Sin embargo, en el marco de otro proyecto, el Proyecto de control de la cubierta forestal patrocinado por la Comisión del Río Mekong y el Organismo Alemán de Cooperación Técnica (GTZ), también se han cartografiado los recursos forestales de la República Democrática Popular Lao en dos momentos distintos. Los mapas se realizaron con imágenes tomadas por el satélite Landsat TM en 1992-93 y 1996-97. En el marco del proyecto se ha establecido un sistema de información geográfica con componentes cartográficos y bases de datos para facilitar información sobre los recursos naturales y para el control de la cubierta forestal y el análisis de las tendencias.

El proyecto, el estudio y el inventario los llevan a cabo de forma independiente instituciones diferentes y dan lugar a dos conjuntos de datos sobre la cubierta forestal de la República Democrática Popular Lao, cada uno de los cuales proporciona información en dos momentos distintos. Las diferencias entre las dos series de datos pueden atribuirse a la utilización de definiciones diferentes de bosque, así como a los elementos subjetivos en la interpretación, los efectos del tiempo, y las diferencias en los sistemas de clasificación, las escalas y las fuentes de datos.

1 Los resúmenes más breves de las experiencias relativas a los inventarios forestales nacionales se han adaptado de los perfiles de los inventarios forestales nacionales preparados por Søren Dalsgaard, consultor, Programa de evaluación de los recursos forestales de la FAO.


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