FAO/SMIA - Perspectivas Alimentarias No. 4, octubre 2001 p. 5

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62 millones de personas afectadas por emergencias alimentarias1/


A mediados de septiembre de 2001, el número de las personas afectadas por emergencias alimentarias se estimaba en 62 millones, frente a la media de 57 millones registrada en los últimos tres años.

En Africa oriental, pese a que las perspectivas para los cultivos de cereales de 2001 hayan mejorado, las inundaciones, la irregularidad de las lluvias y la escalada de los conflictos en algunas partes han atenuado el optimismo por una fuerte recuperación de la subregión después de los graves efectos producidos recientemente por la sequía. Las escasas lluvias recibidas posteriormente en la mayoría de las zonas pastorales han afectado gravemente al ganado y determinado una situación crítica de escasez de alimentos y la migración de miles de personas en busca de agua y de víveres. En el Sudán, las grandes inundaciones registradas en algunas partes han desplazado a decenas de miles de personas, destruido cultivos y agravado la ya inestable situación del suministro de alimentos en las zonas damnificadas. Se prevé un aumento del número de las personas que necesitan asistencia alimentaria urgente, que a principios del año se estimaban en alrededor de 3 millones afectados por la sequía y las guerras civiles. En Somalia, unas 500 000 personas están haciendo frente a graves dificultades alimentarias debidas a las malas cosechas de la temporada principal de 2001. Pese a unas cosechas satisfactorias obtenidas en las dos campañas agrícolas anteriores, la lentitud con que procede la recuperación después de la serie de sequías de los últimos años y de los efectos a largo plazo de años de inseguridad han minado la capacidad de resistencia de las familias. En Eritrea, pese a las buenas lluvias de la temporada principal recibidas a partir de junio, las perspectivas alimentarias en 2001 siguen siendo poco halagüeñas ya que hay un gran número de agricultores desplazados que no pueden regresar a sus fincas y grandes extensiones de tierras que siguen siendo inaccesibles a causa de las minas terrestres. En Kenya, a pesar de la mejora general registrada en el suministro de alimentos, la insuficiencia de las lluvias recibidas en mayo y junio, particularmente en los distritos ganaderos, han retrasado el proceso de recuperación iniciado después de los efectos devastadores de la última sequía. En Etiopía, unas lluvias copiosas recibidas en las principales zonas agrícolas han mejorado considerablemente la situación del suministro de alimentos. En las zonas pastorales, sin embargo, siguen escaseando los alimentos. En Tanzanía y Uganda, la situación general del suministro de alimentos es suficiente pero en algunas partes siguen habiendo dificultades alimentarias debidas a sequías localizadas y a la inseguridad. En Africa occidental, la difícil situación alimentaria debería mejorar en Burkina Faso, el Chad y el Níger con las cosechas presumiblemente favorables que se recogerán dentro de poco. En cambio, Sierra Leona y Liberia siguen siendo muy dependientes de la asistencia alimentaria internacional. En Guinea, continúan llegando refugiados de Liberia a la parte oriental del país. En Africa central, a pesar de la mejora de la situación general del suministro de alimentos en Burundi, hay un gran número de PDI que continúan estando en una grave situación de inseguridad alimentaria. Se estima que alrededor de 600 000 PDI y otras personas vulnerables continuarán necesitando asistencia alimentaria de urgencia durante el resto del año. En la República Democrática del Congo, el número de las personas desplazadas por los conflictos civiles se estima en 2 millones, y sigue aumentando. Debido a la inseguridad, menos de la mitad tiene acceso a una asistencia de socorro. En el Africa austral, las lluvias excesivas, las inundaciones y las rachas secas dieron lugar a una cosecha de cereales considerablemente reducida en Zambia. El Gobierno ha formulado un llamamiento pidiendo asistencia alimentaria internacional para 1,3 millones de personas, aproximadamente. En Angola, pese a la obtención de una cosecha mejorada, continúa necesitándose asistencia alimentaria de urgencia para alrededor de 1 340 000 PDI. Según las previsiones, hacia el final del año escaseará la ayuda alimentaria, de manera que se necesitan urgentemente más promesas.

En Asia, algunos países están sufriendo escasez de alimentos debido principalmente al mal tiempo. La RPD de Corea continúa haciendo frente a graves dificultades alimentarias debidas al efecto combinado de los desastres naturales y los graves problemas económicos. En primavera, el país se vio asolado por una grave sequía que menguó de forma pronunciada la cosecha de maíz. En Mongolia, la situación alimentaria de algunos grupos vulnerables, como el de los pastores nómadas, continúa siendo inestable tras dos rigurosos inviernos consecutivos que afectaron particularmente al ganado. En Camboya, se sigue prestando asistencia alimentaria internacional a raíz de las graves inundaciones registradas este año y el año pasado. En los países asiáticos de bajos ingresos y con déficit de alimentos de la CEI, la sequía y la escasez de agua durante dos años consecutivos han causado graves pérdidas en las cosechas de verano y de secano. Tayikistán, Uzbekistán, Georgia, Armenia y, en menor medida, Azerbaiyán han resultado particularmente afectados, y un gran número de personas necesita asistencia alimentaria de urgencia.

En el Cercano Oriente, tres años consecutivos de sequía han reducido gravemente la producción de alimentos en algunos países. En el Afganistán, la sequía y la persistencia de los disturbios civiles han dado lugar a una crisis alimentaria de enormes proporciones. Más de 7 millones de personas dependen de la asistencia alimentaria internacional. Se prevé un empeoramiento de la ya grave situación del suministro de alimentos debido a los nuevos desplazamientos, que exponen a penurias extremas a un número en continuo aumento de PDI y refugiados. La evacuación del personal de los organismos de ayuda internacional tendrá consecuencias muy serias para la seguridad alimentaria de un gran número de personas vulnerables. En el Iraq, Jordania y Siria la sequía trienal ha menguado gravemente la producción agropecuaria, dejando a miles de pastores en necesidad de asistencia. La situación del suministro de alimentos en la Ribera Occidental y en la Faja de Gaza también constituye un motivo de grave preocupación. En América Latina y el Caribe, la ya precaria situación alimentaria de casi un millón y medio de personas ha empeorado debido a las condiciones atmosféricas adversas y a los bajos precios internacionales de los productos. En América Central, una sequía reciente afectó principalmente El Salvador y Honduras, aunque los efectos también se sintieron en Nicaragua, Guatemala, Costa Rica y Panamá. En Europa, se sigue necesitando asistencia alimentaria para los refugiados, las PDI y las poblaciones vulnerables de la República Federativa de Yugoslavia (Serbia y Montenegro) y de Chechenia en la Federación de Rusia.


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