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Panel 3: Botánica

Moderador: Christel Palmberg

CARACTERIZACION FENOTIPICA DE LOS BIOTIPOS DE TAMARUGO EN LA PAMPA DEL TAMARUGAL

Carolina Briner
Universidad de Chile

INTRODUCCION

Este estudio se realizó en la pampa del Tamarugal, ubicada en la Primera Región de Chile, cuyo ecosistema desértico presenta propiedades muy particulares en cuanto a clima, suelo, flora y fauna.

El clima se caracteriza por una baja humedad relativa durante el día y relativamente alta en la noche, y fuerte oscilación térmica del día a la noche, que va desde 35°C a —5°C.

Las precipitaciones y la nubosidad son prácticamente nulas, dominando la sequedad, con más de 250 días en el año totalmente despejados.

Con respecto a los suelos, en la pampa del Tamarugal se identifican dos sectores: el sector oriental, que es un gran piedmont, constituido por abanicos aluviales de suelos poco profundos, y el sector occidental, con salares que anteriormente eran lagos, y con una cubierta de sal de espesor entre 0,1 m y 0,6 m, compuesta de sodio, magnesio, calcio y potasio.

La flora es pobre, tanto del punto de vista vegetacional como del florístico. De las escasas especies pueden mencionarse: Prosopis strombulifera (Fortrena), Prosopis burkartii (Tamarugo argentino), Tessaria absinthioides (Brea), Distichlis spicata (Grama salada), Cressa cretica (Retamal) Atriplex spp (Pillaya), Euforbia tarapacana, Targetea minuta y Prosopis chilensis (Algarrobo).

El tamarugo es una leguminosa, mimosácea, que suele alcanzar una altura de hasta 18 m. Sus hojas son caedizas, y el crecimiento del árbol ocurre durante todo el año.

Como planta siempreverde es potencialmente apta, en los desiertos del mundo, para la producción de forraje durante todo el año, incluso en áreas cubiertas de sal. Produce hojas y frutos nutritivos y palatables.

Los objetivos principales de este estudio fueron:

MATERIALES Y METODOS

Las mediciones se realizaron en el Fundo Refresco, actualmente propiedad de la Corporación Nacional Forestal, CONAF. Dentro de este fundo, se ubicó el potrero Junoy I, con una plantación de unos 50 años, edad de plena producción.

En primer lugar se hizo un recorrido de reconocimiento para eliminar las dos hileras de árboles de los deslindes, para evitar el “efecto de borde”. Después se eliminaron del recuento y observación aquellos ejemplares ostensiblemente enfermos, caídos o gravemente tronchados.

Restaron 309 árboles, todos los cuales se consideraron para este estudio.

Cada árbol fue descrito, clasificado y marcado con una señal visible para no repetir la medición.

Respecto de cada parámetro, los árboles fueron clasificados en tres clases o grupos, según los fines que se tenían en vista; por ejemplo, un árbol más alto, de mayor copa, y de mayor densidad de follaje, es mejor, desde un punto de vista forrajero, y obtiene, por lo tanto, mayor puntaje.

Del mismo modo, obtuvo mayor puntaje aquel ejemplar cuya mayor cantidad de espinas lo hacía más inaccesible al ramoneo. En cambio, obtuvo puntaje menor el ejemplar cuyos frutos habían sido atacados más severamente por los insectos, o aquél cuyos frutos fueran pequeños o escasos, etc.

Los parámetros considerados fueron: 1. Altura; 2. Diámetro de copa; 3. Cantidad de espinas; 4. Tamaño de las espinas; 5. Cantidad de frutos en el mantillo; 6. Cantidad de frutos en las ramas; 7. Proporción de frutos dañados por insectos; 8. Grado de madurez de frutos en el mantillo; 9. Grosor de los frutos; 10. Longitud de los frutos; y 11. Densidad de follaje.

Por tratarse de un estudio de carácter preliminar, sus resultados derivan de observaciones visuales. La clasificación que se ha hecho es arbitraria, puesto que se trataba de hacer una agrupación en vista de nuestros fines: más apto o menos apto para su utilización como forraje.

La autora del trabajo en el proceso de marcación de tamarugos, durante la investigación patrocinada por la Universidad de Chile.

Tanto la altura de los árboles como el diámetro de la copa fueron “medidos” en un principio por simple observación visual comparativa, señalando los más altos, los medianos y los más bajos, en un caso; y los más anchos, los medianos y los más angostos en el otro caso.

Simultáneamente, otro grupo de estudios midió ambos parámetros con instrumento (pistola Haga).

Al hacer la confrontación estadística entre los datos obtenidos por uno y otro método, se pudo apreciar una gran ventaja del método instrumental, pues daba la posibilidad de cuantificar la observación visual y separar, objetivamente, aunque mediante algunas delimitaciones arbitrarias, los árboles mayores de los menores y de los intermedios.

Finalmente, se emplearon los resultados provenientes del método instrumental, en donde se encontró un promedio de altura de 10,9 m, con un mínimo de 4 m y un máximo de 17,5 m con una variación de 3,53 y desviación estándar de 1,88. Para los diámetros de copa encontraron un promedio de 14,4 m, con un mínimo de 5,4 m y un máximo de 23,3 m; una variación de 7,51 m y una desviación estándar de 2,74 m.

Con respecto a la altura de los árboles, se designó como de baja altura a aquellos entre 4 m y 7,9 m; como medianos a aquellos entre 8 y 10,9 m; y, finalmente, como altos a aquellos entre 11 y 17,5 m.

Respecto al diámetro de copa, se designó como angostos a aquellos entre 7 y 12,9 m; medianos a aquellos entre 13 y 17,9 m, y anchos a aquellos de 18 m o más.

Todas las demás observaciones fueron estimativas y la clasificación fue de carácter arbitrario, aunque criteriosa.

RESULTADOS Y DISCUSION

Los resultados de las mediciones de altura, diámetro de copa y densidad de follaje, según los métodos señalados, aparecen en el Cuadro 1, A, B y C.

Respecto a la altura y densidad de follaje, la mayoría se agrupa en la categoría 3, la más favorable. Respecto al diámetro de copa, la mayoría se agrupa en la categoría 2, intermedia.

En el Cuadro 1, D, E y F, están los resultados de las mediciones de cantidad de espinas, de frutos en las ramas y en el mantillo. En cuanto a la cantidad de espinas y cantidad de frutos en el mantillo, la mayoría se agrupa en la categoría 3, la más favorable; respecto a la cantidad de frutos en las ramas, la mayoría se agrupa en la categoría 1.

CUADRO 1

Número de árboles y porcentajes en cada categoría, diámetro de la copa, densidad de follaje, cantidad de espinas y frutos en las ramas, cantidad de frutos en el mantillo, longitud de los frutos y espinas y grosor de los frutos de 309 ejemplares de tamarugo del bosque Junoy I.

ABCDEFGHI
ParámetroAltura de los árbolesDiámetro de la copaDensidad de follajeCantidad de espinas en las ramasCantidad de frutos en las ramasCantidad de frutos en el mantilloLongitud de los frutosLongitud de las espinasGrosor de los frutos
CategoríaNo%No%No%No%No%No%No%No%No%
1165,27122,94715,231,027087,47925,611236,210032,49731,4
210935,321870,610935,38828,5237,48928,811336,3  13242,7
318459,5206,515349,521870,6165,214145,68427,520967,68025,9
Total309100309100309100309100309100309100309100309100309100

La mayoría de los ejemplares se concentra en la categoría 2, intermedia, en cuanto a la longitud y grosor de los frutos. En lo que respecta a la longitud de espinas, la mayoría se agrupa en la categoría 3, las más largas. Estos resultados aparecen en el Cuadro 1, G, H e I.

Los resultados de las apreciaciones del grado de madurez de los frutos, así como la proporción de frutos dañados por los insectos, aparecen en el Cuadro 2. En cuanto al grado de madurez de los frutos, la mayoría se concentra en la categoría 3, los de más alto grado. Respecto a la proporción de frutos dañados por los insectos, se menciona como dato ilustrativo, ya que no se agrupó este parámetro.

Sólo quedó en claro que más de la mitad de los frutos en el mantillo adolecían de algún tipo de daño provocado por los insectos.

CUADRO 2

Frutos en mantillo. Grado de madurez y proporción de ellos dañados por insectos.

ParámetroGrado de madurez de los frutos en el mantilloProporción de frutosdañados por insectos
CategoríaNo  %No %
1  6119,7  
2  6220,1  
318660,218660
Total309 100  

De los 11 parámetros considerados en este estudio, se seleccionaron cuatro de ellos, por ser de la mayor relevancia para la producción de alimento para el ganado: a. Altura del árbol; b. Diámetro de copa; c. Cantidad de frutos en el mantillo; y d. Densidad de follaje.

Como cada uno se clasificó en tres categorías, de 1 a 3, siendo el 3 el más favorable, aquellos ejemplares dentro de la población cuyas características sumaron 12, se designaron como los mejores.

Respecto a esta biotipificación a cuatro parámetros, la población presentó una frecuencia relativamente baja respecto del biotipo 12, como se puede apreciar en el Cuadro 3, y dentro de ésta predominan los árboles que caen dentro del biotipo 10. Igualmente baja es la frecuencia del biotipo 5.

CUADRO 3

Biotipología según altura, diámetro de la copa, cantidad de frutos en el mantillo y densidad de follaje. Clasificación concentrada en estos cuatro parámetros.

BiotiposNúmero de ejemplaresFrecuencia %
12 7  2,3
115517,8
107323,6
 96420,7
 85216,8
 73611,7
 619  6,1
 5 3  1,0
Total309 100

CONCLUSIONES

Como la mayoría de los ejemplares estudiados (62,1%) se ubica en los biotipos 9 a 11, se puede concluir que la especie estudiada es apta para fines forrajeros.

Aunque los resultados son útiles, desde un punto de vista descriptivo, este estudio deberá ser continuado, haciendo mediciones exactas de los parámetros mencionados, y logrando una clasificación menos arbitraria.

Esta clasificación deberá fijar delimitaciones mejor respaldadas por otras experiencias y criterios, para lograr una biotipificación más ajustada que permita, posteriormente, la selección para una reproducción vegetativa de los biotipos más sobresalientes y también para una reproducción gámica a través de un semillero.

REFERENCIAS

HABIT M.A. 1981. Prosopis tamarugo: Arbusto forrajero para zonas áridas. Producción y Protección Vegetal No 25, FAO - Roma.

INSTITUTO FORESTAL 1981. Estudio de las especies del género Prosopis en la Pampa del Tamarugal. Tomo III. CORFO, Chile.

MEYNARD S.M., OBERPAUR W.C. 1982. Caracterización de una población y determinación de su fitomasa en tamarugo. Estudio inédito.

MORFOLOGIA DE FRUTOS Y SEMILLAS DE PROSOPIS (FABACEAE-MIMOSOIDEAE) CHILENOS

Sergio Trobok V.
Departamento de Producción Agrícola
Universidad de Chile

INTRODUCCION

El género Prosopis L. (Burkart 1940, 1976; Johnston 1962), reúne unas 44 especies en 5 secciones, distribuidas por el sudoeste de Asia, Africa y América. En este último continente predomina, y se le encuentra desde el oeste de Norteamérica hasta la Patagonia, con un centro de polimorfismo en el centro-oeste de Argentina.

Según Reiche (1897), C. Muñoz (1960) y Burkart (1976), son árboles o arbustos xerófitos, generalmente espinosos y a menudo freatófitos (Acevedo y Pastenes, 1980). De hojas 1–3 yugadas con las pinas opuestas; pecíolo con glándula apical, pero a veces presente sobre el raquis de las pinas; folíolos pequeños, numerosos, lineares y oblongos. Flores en racimos espigados o globosos, axilares y densifloros; ellas son pequeñas, actinomorfas, hermafroditas y pentámeras; cáliz campanulado; corola con pétalos lineares, más o menos unidos en la base, a menudo pilosos por dentro y hacia el ápice; androceo de 10 estambres libres, excertos y en 2 verticilos; anteras elípticas, dorsifijas y con glándula conectival en su ápice; ovario estipitado y a menudo velloso. Las flores son aparentemente protóginas y de polinización por insectos.

Las plantas muestran una enorme diversificación tanto en el hábito de crecimiento como en su armadura, la que puede estar representada por espinas, aguijones (sin tejido vascular) o bien estar ausente. El hábito y origen caulinar o estipular de las espinas entregan el mejor fundamento para dividir en secciones el género y llegar a determinar las especies (Burkart, 1976; C. Muñoz, 1959, 1960, 1971), a pesar de que, como destaca el primer autor, la terminología empleada (por ejemplo, espinas estipulares) puede resultar en ocasiones ambigua e imprecisa.

Características florales, como ciertas particularidades que se encuentran en los pétalos, ovario y glándula conectival de la antera, entre otros, pueden también considerarse a veces importantes para separar las secciones del género.

Dentro del género, el fruto es esencialmente uniforme, a pesar de sus variaciones en curvatura y rizado. Este es generalmente recto, falcado, anular o enrollado en una espiral suelta y abierta o apretada como tornillo; en su interior se encuentran las semillas encerradas en segmentos de endocarpio. La disposición longitudinal o transversa de estos segmentos en el fruto es un carácter de validez sólo en algunas secciones como Strombocarpa, en que es posible diferenciar las series que la componen, pero en otros casos se reduce el valor sistemático de éste.

Se reconocen 6 especies de Prosopis para Chile (Burkart 1976), de las cuales hay dos endémicas e incluidas en dos secciones: Strombocarpa y Algarobia.

A la sección Strombocarpa, serie Cavenicarpae, pertenece únicamente el árbol nativo Prosopis tamarugo Phil., y a la serie Strombocarpae de la misma sección, Prosopis strombulifera (Lam.) Benth. y el arbusto nativo Prosopis burkartii Muñoz.

Las especies de esta sección se caracterizan, básicamente, por tener estipulas transformadas en espinas, y por sus frutos rectos, falcados, lateralmente curvados o, más a menudo, enrollados en 1 ó 2 roscas abiertas o conformando una espiral apretada como tornillo. Las dos series que tiene esta sección se diferencian por la disposición de los segmentos de endocarpio: transversos y alternos en dos hileras en la serie Cavenicarpae y longitudinales en una sola hilera en Strombocarpae.

Las otras tres especies, Prosopis chilensis (Mol.) Stuntz., Prosopis flexuosa DC. y Prosopis alba Gris., pertenecen a la sección Algarobia serie Chilenses. En general, las especies de esta sección tienen espinas axilares geminadas, de origen caulinar, pero a veces faltan. Los frutos son a menudo comprimidos, alargados, de forma recta, falcada, anular o a lo sumo enrollados en una espiral suelta y abierta de 1–3 roscas; presentan estípite y acumen notables; segmentos de endocarpio más o menos numerosos, grandes, duros, coriáceos y siempre dispuestos en una sola hilera longitudinal. En la serie Chilenses los frutos son, además, lineares e internamente pulposos y con segmentos coriáceos a óseos de forma más o menos subcuadrada-ovoide.

Las dos primeras especies de la sección Strombocarpa han sido bien caracterizadas en Chile por Reiche (1897); pero sólo en 1971 C. Muñoz determinó por primera vez P. burkartii. El primer autor incluyó en su trabajo P. stenoloba Phil., considerado probablemente como sinónimo de P. alba, en tanto que el segundo incluyó a P.alpataco, que es nativo de Argentina.

De las tres especies chilenas consideradas en la sección Algarobia, tal vez la conocida como Algarrobo de Canchones, que crece en esta localidad asociada con otros Prosopis, ofrezca las mayores dificultades de determinación. M. Muñoz (1981) indica que ésta corresponde a P. nigra, nativa de Argentina, o P. alba var. panta, cuyos frutos llegan a medir unos 30 cm de largo.

La determinación de las especies chilenas (C. Muñoz, 1959, 1960, 1971) se basa principalmente en caracteres como el origen y ubicación de las espinas, dimensiones y número de pinas y folíolos y en el hábito de las plantas. En forma secundaria se describen la forma y dimensiones de los frutos y la forma y número de semillas; en relación a este último punto, Reiche (1897) aparece como el único que considera los frutos para diferenciar estas especies.

El fruto de los Prosopis corresponde a una legumbre modificada indehiscente llamada por Burkart (1952, 1976) lomento drupáceo. Sumado a lo ya dicho por este autor, presenta una sección comprimida, cilíndrica o contorneada; epicarpio externamente de color amarillo-paja, caférojizo o plomizo con manchas violáceas; mesocarpio carnoso, fibroso o azucarado, a veces comestible; endocarpio dividido en segmentos uniseminados, cerrados o a veces fáciles de abrir y generalmente longitudinales. Solbrig y Cantino (1975), en un estudio sobre adaptaciones reproductivas de Prosopis en Argentina, agregan que los frutos tienen un epicarpio delgado de una sola capa de céiulas un mesocarpio multiestratificado, carnoso, dulce y nutritivo, y un endocarpio impermeable al agua que debe ser removido para que ocurra la germinación.

Palacios y Bravo (1981), en un trabajo sobre hibridación natural de Prosopis que crecen en la región chaqueña argentina, consideran que los caracteres del fruto que tienen mayor valor diagnóstico son la forma, color y presencia de manchas sobre el epicarpio. Estos autores encontraron híbridos interespecíficos de P. ruscifolia × P. Alba, P.ruscifolia × P. nigra y P. alba × P. nigra.

En relación a las semillas, Burkart (1940–1952), Boelcke (1946) y Palacios y Bravo (1974), han descrito las de algunas especies, sobre todo de la sección Algarobia en Argentina. El segundo, en un estudio muy completo, en el que además ilustra y acompaña de claves taxonómicas diversos caracteres, anota, junto con los otros autores, la dificultad para diferenciarlas por la hibridación que se produce. Esto puede ser también válido para Chile, ya que en algunas localidades conviven especies y ecotipos estrechamente relacionados.

Según Boelcke y Palacios y Bravo, los caracteres que tienen mayor valor son la forma, color, largo, ancho, grosor y características de la línea fisural y del endosperma.

Las semillas son generalmente ovoides, elípticas, oblongo-elípticas, más o menos cuadrangulares o a veces irregulares, duras, comprimidas, color castaño-claro, café-amarillentas a rojizas y más o menos brillantes.

Presentan un extremo hilar, a menudo aguzado, donde se ubican: el hilo, funículo, micropilo el rafe; en el otro vértice se encuentra el extremo chalazar ancho, obtuso u ocasionalmente truncado. El hilo es pequeño, circular u ovalado, superficial o hundido, apical o subapical y sobre él se inserta el funículo. El rafe es de forma umbonada, como surco o línea y a menudo blanquecino.

La cubierta seminal está formada por la testa y el tegmen, generalmente castaño y más oscuro que la testa.

Sobre la testa va impresa la línea fisural como herradura, con sus brazos dirigidos hacia el extremo hilar y a veces alrededor de un umbón que corre por el centro de las caras. Esta línea se conoce también con los nombres de pleurograma (Corner 1951) y de ecusson, pero no se tiene bien claro su significado, a pesar de ser característica de las Mimosoideae.

Sección transversal comprimida, elíptica a anchamente elíptico-transversa. Al interior del tegmen se encuentra el endosperma, generalmente duro, mucilaginoso, córneo o vítreo, a menudo rodeando los cotiledones. Estos son aplanados, plano-convexos, redondeados o elípticos, amarillos, con la base sagitada y a menudo no recubriendo la parte superior de la radícula; epígeos en su germinación.

El presente trabajo tiene por objetivo caracterizar morfológicamente e ilustrar los frutos y semillas de las especies chilenas de Prosopis de acuerdo al material observado. Posteriormente, se continuará con el estudio cromosómico y fitoquímico del material con la idea de obtener la mayor información posible sobre las variaciones individuales, intraespecíficas y poblacionales de Prosopis.

MATERIALES Y METODOS

Se estudiaron los frutos y semillas provenientes de distintas localidades de Chile. Se consultaron los ejemplares de Prosopis depositados en el Museo Nacional de Historia Natural, los herbarios de la Fac. de Cs. Agrarias, Veterinarias y Forestales de la Univ. de Chile y algunas colecciones particulares.

En los frutos se consideraron los siguientes caracteres: consistencia, forma, número de frutos que nacen del pedúnculo, color (en forma visual), dimensiones (el largo se consideró desde el extremo del estípite al extremo del mucrón), pedúnculo, sección (medida con pie de metro), características de la cubierta del fruto y el número y características de los segmentos de endocarpio.

En las semillas se estudiaron: forma, color, dimensiones, características de la línea fisural, extremo chalazar e hilar, hilo y rafe, sección, cubierta seminal, endosperma y cotiledones. Para este efecto se siguieron las indicaciones de Boelcke (1946) y de Palacios y Bravo (1974), pero no se midió la abertura ni el diámetro de la línea fisural.

Fruto de tamarugo (Prosopis tamarugo Phil.).

El material considerado más representativo se dibujó a escala, y los distintos caracteres observados en frutos y semillas se utilizaron para confeccionar las claves taxonómicas.

Clave para la identificación de las especies chilenas de Prosopis por medio de sus frutos

1.Legumbres de 1–5 cm de largo, incurvadas hasta con roscas muy apretadas; solitarias o saliendo reunidas desde el pedúnculo; sección más o menos circular.
2.Segmentos de endocarpio transversos y en dos hileras alternas: fruto semicircular a anular. Arbol con tronco ramificado desde el suelo.
 P. tamarugo
 2.Segmentos longitudinales y en una sola hilera. Arbustos hasta 1,5 m de altura, muy ramificados desde la base.
 3.Fruto con 5–12 roscas regularmente apretadas como tornillo; de 2–5 cm de largo; a menudo de color amarillo-limón, brillante y solitario.
P. strombulifera
 3.Frutos casi biespiralados, irregularmente enroscados; de 1–2,2 cm de largo; café-claros, opacos y reunidos en un conjunto globoso y compacto.
P. burkartii
1.Legumbres más largas, rectas a anulares o a veces con pocas espirales grandes y abiertas; solitarias; sección comprimida; segmentos de endocarpio longitudinales, grandes, duros.
 
 4.Sección muy comprimida; color amarillo-paja o a veces con manchas púrpuras; segmentos de endocarpio más anchos que largos, de 4–7 mm de largo. Arboles corpulentos.
 5.Frutos de 0,8–1,3 cm de ancho por 0,5–0,7 cm de grosor; a veces manchado y en espiral abierta.
P. chilensis
 5.Frutos a menudo más largos y comprimidos, de 1,2–1,8 cm de ancho por 0,4–0,5 cm de grosor; sin manchas.
P. alba
 4.Sección gruesa, rectangular, de 0,5–0,8 cm de grosor; color amarillo, plomizo con manchas violáceas a negro-violácea; segmentos tan largos como anchos, subcuadrados, de 7,5–9 mm de largo. Arbusto o arbolito.
P. flexuosa

Clave para identificar las especies chilenas de Prosopis por sus semillas

1.Semillas de 3,2–5,4 mm de largo; herradura fisural corta y más o menos abierta; sección de 1,1–1,6 mm de grosor.
2.Testa color café-castaño, oscura; con herradura fisural asimétrica sobre las caras, abierta, extremo chalazar a menudo oblicuo; sección transverso-elíptica; grosor 1,1–1,4 mm
 P. tamarugo
  2.Testa amarillenta a rojiza; herradura fisural simétrica; extremo chalazar redondeado, simétrico; grosor 1,4–1,6 mm
3.Semillas ovoides, amarillo-verdosas, de 2,3–2,7 mm de ancho; extremo hilar con hendidura notable bajo el rafe que es abultado; tegmen algo más oscuro que la testa.
P. strombulifera
 3.Semillas anchamente ovoides a orbiculares, café-rojizas, de 3,8–4,2 mm de ancho; rafe no abultado; tegmen más claro que la testa.
P. burkartii
1.Semillas más grandes, sobre 5 mm de largo; herradura fisural larga, con brazos indicando hacia adentro.
 
 4.Hilo hundido entre dos abultamientos; extremo chalazar asimétrico; extremo hilar a menudo aguzado.
P. chilensis
 4.Hilo no marcadamente hundido; extremo chalazar redondeado, simétrico; semillas ovoides a rectangulares.
 5.Semillas ovoides, de 6,0–6,6 mm de largo por 1,9–2,2 mm de grosor; sección angostamente elíptica; extremo chalazar anchamente redondeado.
P. flexuosa
 5.Semillas transverso elípticas, más anchas en la mitad superior o más o menos rectangulares; más largas y de 2–2,8 mm de grosor; sección anchamente elíptica con un lado más abultado; extremo chalazar angosto y más o menos truncado.
P. alba

Prosopis tamarugo PhilTamarugo

F. Phil. 1886: 159; R. Phil. 1891, 8:21; K. Reiche 1897, 97: 292, 1898:30; E. Maldonado 1918, 22: 66 lám.4; A. Burkart 1940: 80 fig.4 tab. 7; C. Muñoz 1959: 252, 1960: 276, 1973:46; J. Ortiz-Garmendia 1966: 40–44; C. Donoso 1974: 80; A. Burkart 1976: 469; M. Muñoz 1981a; R. Rodríguez, O. Matthei y M. Quezada 1983: 290 lám. 69, 291 fig. 78.

Arbol de hasta 15 m de altura —en ocasiones hasta 25 m—, péndulo o fastigiado y de copa globosa e irregular; corteza fisurada, pardo-oscura; ramas arqueadas y tortuosas; ramillas flexuosas, café-rojizas; espinas geminadas de origen estipular, de 0,5–3,8 cm, castaño-rojizas; hojas a menudo bipinadas, con 6–15 pares de folíolos; flores en racimos espigados cilíndricos, amarillodoradas.

Fig. 1

Fig. 1. Prosopis tamarugo. a y b, dos formas de fruto; c, el anterior en sección longitudinal mostrando los segmentos de endocarpio; d, sección transversal mostrando una semilla y las lamelas de mesocarpio; e y f, dos formas de semilla; g, sección transversal de la anterior; h, extremo hilar con el funículo arriba; i, radícula y base de los cotiledones. Todos los dibujos originales, a-c × 1.2, d × 3.2, e y f × 7.2, g-i × 12.

Legumbre (Fig. 1) coriácea, túrgida, subtorulosa, anillada (1a) o muy incurvada (1b), a menudo solitaria, castaño-rojiza, verde-amarillenta o amarillo-paja; de 2,5–4 cm de diámetro por 0,7–1 cm de grosor; suturas (1b) impresas, sobre todo por el lado cóncavo que es pubérulo; el ápice con estípite subapical corto y base redondeada provista de un acumen de 1 mm de largo. Sección (1d) subcilíndrica; epicarpio de 0,5–1,5 mm de espesor; mesocarpio grueso, lamelado, caférojizo, secándose en la madurez; segmentos de endocarpio (1c) 5–22, transversos en dos corridas irregulares y separados por el mesocarpio (1d), fáciles de abrir, con 7–18 semillas.

Semillas café-castaño a castaño-oscuro, lisas y más o menos brillantes, ovoides (1e) a piriformes (1f), asimétricas y más o menos comprimidas; de 3,8–5,2 mm de largo por 2,6–3,2 mm de ancho y 1,1–1,4 mm de grosor. Línea fisural como herradura abierta, corta y asimétrica sobre las caras de la semilla. Extremo chalazar ancho y oblicuo a redondeado, colocado hacia la sutura dorsal del fruto; extremo hilar aguzado y prominente; hilo subapical, en una ligera depresión (1h) y rafe umbonado de color plomizo.

Semillas de sección elíptica a triangular (1g), de bordes afinados pero redondeados; cubierta seminal muy gruesa, con tegmen algo engrosado y de color más claro que la testa; endosperma córneo, duro y asimétrico, por ambos lados de los cotiledones (1i), que son amarillo-claros, aplanados y sagitados en la base pero sin envolver totalmente la parte superior de la radicula.

Esta especie endémica se encuentra cubriendo una extensa zona en la Pampa del Tamarugal, desde la Quebrada de Tana hasta María Elena (Latrille y Garcia 1969).

Material estudiado: Iquique, Pozo Almonte, La Tirana, sulfatera Canchones (SGO 76216), Canchones (SGO 78508), Bosque Junoy (SGO 80167), Refresco (SGO 80168), La Huaica, Pintados, Chuquicamata, Antofagasta (Herbario Esc. Agr. U. de Chile).

Prosopis strombulifera (Lam.) Benth.Retortón, fortuna, espinillo

Gay II 1846:249; K. Reiche 1897: 292, 1898: 29–30; A. Burkart 1940: 71, 1976: 457; M. Muñoz 1981: 50, 1981a; Looser 1948:6.

Arbusto de hasta 1,5 m de altura con raíces gemíferas horizontales; corteza cenicienta; ramas largas, delgadas y flexuosas; espinas estipulares delgadas y muy decurrentes, de 0,5–3 cm de largo, blanco-cenicientas; hojas glaucas, con un par de pinas cada una con 3–6 pares de folíolos pequeños y glabros; flores dispuestas en cabezuelas, amarillo-claras.

Legumbre (Fig. 2a) subcoriácea, cilíndrica, recta o algo arqueada y formada por 5–12 roscas regulares y densamente apretadas como tornillo, solitaria o más raramente radiando en número de hasta 9 desde un pedúnculo (2b) de 1,5–4 cm de largo. Los frutos, de 2–5 cm de largo por 0,6–1 cm de ancho, son de color amarillo-limón, brillantes o café-ceniciento; estípite corto y acumen diminuto y oscuro; roscas de 2,5–5 mm de grosor y apenas pubérulas donde se juntan. Epicarpio delgado, crustoso, de 0,4 mm de espesor; mesocarpio pulposo, café-oscuro a rojizo, secándose en la madurez en delicadas lamelas (2c) que envuelven los segmentos de endocarpio; éstos van longitudinalmente en el fruto y son delgados, oval-elípticos y fáciles de abrir; semillas 5–12.

Semillas (2d) amarillo-verdosas, lisas, no muy brillantes, ovoides, comprimidas; de 3,2–5,4 mm de largo por 2,3–2,8 mm de ancho (ocasionalmente hasta 3,7 mm) y 1,4–1,6 mm de grosor. Línea fisural blen marcada en el centro de las caras, algo más oscura que la testa y con ramas de largo desigual. Extremo chalazar redondeado, simétrico; extremo hilar (2f) aguzado con una hendidura notable bajo el rafe que es claro y prominente; hilo subapical, circular; funículo corto y cilíndrico. Semillas de sección (2e) biconvexa con borde redondeado; cubierta seminal más delgada que la de P. tamarugo; tegmen tenue y algo más oscuro que la testa; endosperma córneo y abundante; cotiledones (2g) amarillos, sagitados y no cubriendo la parte superior de la radícula.

Esta especie se distribuye por el oeste de Argentina y norte de Chile. En nuestro país se encuentra desde Tarapacá hasta Aconcagua (M. Muñoz 1981), conviviendo en su límite norte con P. tamarugo, P. alba y P. burkartii.

Material estudiado: Tarapacá, La Huaica, Refresco, Lo Gatica, Tierra Amarilla (SGO 39960), Los Morteros (Atacama), Huasco Alto (SGO 49999), La Chimba (Ovalle).

Prosopis burkartii Muñoz

C. Muñoz 1971: 363–370, 365 lám. 1, 367 lám. 2 y 368 lám. 3; A. Burkart 1976: 468; M. Muñoz 1981a: s/p.

Arbusto glabro de hasta 1,5 m de altura, compacto y muy ramificado desde abajo; corteza café; ramas gruesas, duras y algo flexuosas; espinas estipulares, finas, de 0,2–2,5 cm de largo por 0,1–0,2 cm de ancho, café-amarillentas; hojas bipinadas de pecíolo pubescente, con 7–12 pares de folíolos, elíptico-oblongos y ciliados en los bordes; flores en espigas largas y densas, café o amarillo-rojizas.

El fruto es una legumbre (Fig. 3a) subcoriácea a coriácea, torulosa, con 1–2 roscas irregurares, sueltas y pubérulas; los frutos se reúnen en número de hasta 15 conformando un conjunto globoso y compacto de unos 4,5 cm de diámetro; pedúnculo (3b) café, estriado, con ápice blancopubescente y punteado de hasta 6 cm de largo; color café-rojizo o amarillento o amarillo-ceniciento, opaco; de 1–2,2 cm de largo por 0,8–1,5 cm de ancho, con estípite corto y mucrón apical de hasta 2,5 mm de largo. Cada rosca (3c) de 5–8 mm de grosor, con suturas no muy notables y sección más o menos triangular; epicarpio crustoso a coriáceo, de 0,5 mm de espesor; mesocarpio granuloso, rojizo, con tenues lamelas; segmentos de endocarpio longitudinales en el fruto, elípticos, coriáceos pero fáciles de abrir, de 5–8 mm de diámetro; semillas 4–9.

Fig. 2

Fig. 2. Prosopis strombulifera. a, fruto; b, el anterior visto desde arriba; c, sección transversal por una rosca mostrando la semilla a la derecha; d, semilla; e, sección de la anterior; f, extremo hilar; g, radícula y base de los cotiledones. Todos los dibujos originales, a X 1.2, b-c X 3.2, d X 7.2, e-g X 12, f algo aumentado.

Semillas (3d) café-castaño o café-rojizo, lisas, brillantes, comprimidas, anchamente ovoides a orbiculares, de 4,6–5,2 mm de largo por 3,8–4,2 mm de ancho y 1,4–1,6 mm de grosor. Línea fisural apenas más oscura que la testa, con ramas cortas y rectas que a veces rodean un umbón por alguna de las caras; extremo chalazar ancho, redondeado, simétrico; extremo hilar afinado, hilo aplanado, subapical; funículo aplanado; rafe pequeño, no abultado, plomizo (3f). Semilla de sección elíptica (3e), comprimida; tegmen algo más claro y grueso que la testa; endosperma no muy abundante, algo vítreo; cotiledones (3g) amarillos y anchamente sagitados.

Esta especie corresponde a un biotipo estabilizado (Burkart 1976) proveniente del probable cruzamiento entre P. tamarugo y P. strombulifera, que crece en el mismo lugar donde viven estas especies.

Material estudiado: Tarapacá, La Huaica, Refresco, El Gobierno (SGO 102417 y 101889), entre La Huaica y Matilla.

Prosopis chilensis (Mol.) Stuntz.Algarrobo, algarrobo del centro, algarrobo blanco, algarrobo de caballo

Gay II 1846:249; R. Phil. 1860: 192, 1869: 114; K. Reiche 1897: 293; A. Burkart 1940: 105, 1952: 131 y 1976: 495; H. Medina 1941: 27; C. Muñoz 1959, lám. 132, 1960: 276 y 1973: 45 fig. 19; G. Looser 1962: 103; J. Ortiz-Garmendia 1966: 6–11; C. Donoso 1974: 79; E. Navas 1976: 180 lám. 21 (d-e); M. Muñoz 1981: 50; R. Rodríguez, O. Matthei y M. Quezada 1983: 288, lám. 68 y 289 fig. 77.

Arbol fastigiado de 3–10 m de altura, copa amplia y globosa y tronco corto y grueso; corteza café-rojiza, fácilmente desprendible y algo resinosa; ramas arqueadas y flexibles, parcialmente espinosas; espinas caulinares, recias, geminadas, blanquecinas o café-oscuras, de hasta 6 cm de largo; hojas 1–3 yugadas, con 13–28 pares de folíolos (Looser 1962) lineares, verde-claros y separados entre sí; flores en racimos espiciformes, cilíndricos, densos, de 6–12 cm de largo, verde-claras a amarillentas.

Legumbre (Fig. 4) subleñosa a coriácea, pulposa; subrecta (4a), falcada (4b) o anular hasta formar una espiral suelta, a veces estrangulada y con artejos, linear o subtorulosa, comprimida; color amarillo-paja a café-rojiza o con manchas púrpuras cuando muy seca; de 8–18 cm de largo por 0,8–1,3 cm de ancho y 0,5–0,7 cm de grosor, con estípite largo, subapical, de 0,6–1,5 cm y acumen fuerte de 0,3–0,6 cm de largo. Epicarpio de 0,3–0,4 mm de espesor, surcado externamente por tenues venas algo dicótomas; mesocarpio pulposo, denso, azucarado, castaño-claro; segmentos de endocarpio (4 c,d) transverso-rectangulares, longitudinales en el fruto, más anchos que largos, de 9–12 mm de ancho por 4–6 mm de largo, subcoriáceos a delgados, fáciles de abrir, en número de 12–24.

Semillas café-amarillentas a castaño-rojizas, más o menos brillantes, lisas, ovoides (4e), elíptico-ovoides (4f) o romboidales, más o menos comprimidas y asimétricas; de 5,4–7,8 mm de largo por 2,9–5,1 mm de ancho y 1,7–2,6 mm de grosor. Línea fisural bien marcada, oscura o clara, larga, con los extremos de sus ramas tendiendo a juntarse, alrededor de un umbón central. Extremo chalazar redondeado o ancho y oblicuo, orientado hacia la sutura ventral del fruto; extremo hilar aguzado u obtuso; hilo apical, en una ligera depresión; funículo aplanado; rafe apenas abultado, plomizo.

Semillas de sección biconvexa, de lados abultados y bordes anchamente redondeados; cubierta seminal gruesa, con testa algo más oscura que el tegmen; endosperma muy grueso (4g), amarillo-verdoso; cotiledones (4h) amarillo-verdosos, no envolviendo completamente a la radícula, que es alargada y más oscura en su punta, agudo-sagitados en la base.

Esta especie crece en el sur de Perú, Bolivia, norte de Argentina y Chile central (Burkart 1976). En nuestro país se encuentra desde Atacama hasta Colchagua (K. Reiche 1897 y M. Muñoz 1981). Sin embargo, B. Contreras y otros autores han señalado como límite sur la localidad de Isla de Maipo (1983). Looser (1962) indica que es especialmente abundante en la parte norte de la cuenca de Santiago.

Material estudiado: San Pedro de Atacama, Desviación Río Loa, Río Huasco, Estancia Manflas, Valle de Puquíos, San Félix (Río del Carmen), Quebrada Marquesa, Marquesa a Condoriaco, La Serena a Vicuña, Río Turbio, Paihuano, Algarrobal, Huanta, Ovalle, Illapel, Salamanca, Los Andes, Río Blanco, Pocuro, Putaendo, San Felipe (SGO 39955), Rungue, Valparaíso, Til-Til, Polpaico, Batuco, Colina, Estación Colina, Quilicura, Carretera Panamericana Norte, Embalse El Yeso, Rinconada de Maipú, Buin, Isla de Maipo.

Prosopis flexuosaDC.
(Prosopis fruticosa Meyen)
Algarroba, algarrobo negro

Gay II 1846: 247; K. Reiche 1897: 293; A. Burkart 1976: 512; C. Muñoz 1971: 369.

Arbusto erecto de 3–10 m o arbolito hasta 18 m de altura; copa semiglobosa; ramas abriéndose como abanico; ramillas, péndulas, flexuosas; espinas caulinares, axilares, geminadas, de 3–4 cm o ausentes; hojas 1–3 yugas, glabras o algo pubérulas, con 8–29 pares de folíolos lineares y subcoriáceos; racimos espiciformes, de 4–14 cm de largo.

Legumbre (Fig. 5a) subcoriácea, gruesa, subtorulosa y más o menos curvada; amarillo-clara o plomiza con manchas violetas hasta negro-violeta; de 5–14 cm de largo por 0,8–1,5 cm de ancho y 0,5–0,8 cm de grosor; estípite apical corto y grueso, de 5–7 mm de largo y mucrón basal de 3–5 mm. Sección (5b) subcomprimida, más o menos rectangular; epicarpio delgado; mesocarpio grueso, abundante, azucarado, pegajoso, secándose en la madurez; segmentos (5 c y d) longitudinales, subcuadrado-rotundos, duros, rugosos y umbonados por ambas caras, de 7,5–9 mm de largo por 10–13 mm de ancho, cerrados, en número de 10–18.

Fig. 3

Fig.3. Prosopis burkartii. a, tres frutos del glomérulo; b, extremo del pedúnculo (muy aum.) mostrando abajo el pedicelo con restos del cáliz; c, sección transversal de una rosca mostrando la ubicación de la semilla; d, semilla; e, sección de la anterior; f, extremo hilar (muy aum.); g, radicula y base de cotiledones. Todos los dibujos originales, a X 1.2, c X 2.4, d X 7.2, e y g X 12.

Semillas (5e) café-castañas a rojizas, opacas, lisas, minutamente punteadas; ovoides, algo asimétricas, grandes, de 6–6,6 mm de largo por 4,5–5,3 mm de ancho y 1,9–2,2 mm de grosor, bien comprimidas. Línea fisural más o menos notable, acompañada de un borde claro; extremo chalazar ancho, redondeado y algo oblicuo; extremo hilar (5g) agudo y ancho; hilo oscuro, subapical; funículo aplanado, largo; rafe algo protuberante, plomizo. Sección biconvexa (5f), muy angosta, con borde afinado; cubierta seminal más delgada que la de P. chilensis; endosperma compacto, simétrico, córneo; cotiledones (5h) amarillo-claro a verdosos, algo traslapados y no recubriendo la corta radícula.

Fig. 4

Fig. 4. Prosopis chilensis. a y b, dos formas de fruto; c, sección longitudinal mostrando la ubicación de las semillas; d, tres formas de segmentos de endocarpio; e y f, dos formas de semilla; g, sección transversal; h, radícula y base de los cotiledones. Todos los dibujos originales. a y b × 1,2; c y d × 3,2; e y f × 7,2; g y h × 12.

Material estudiado: San Pedro de Atacama, Lassana, El Cobre (noreste de Vallenar), San Félix (Río del Carmen), Huasco Alto, Chapilca (Río Turbio), Canto del Agua (camino a Carrizal Bajo).

Esta especie subespontánea en Chile, en la III y IV Región, es originaria de la región semiárida oeste de Argentina.

Prosopis alba Gris.
(P. siliquastrum (Cav.) DC. var. longisiliqua Phil.; P. atacamensis Phil.)
Algarrobo blanco, algarrobo de Canchones

Gay II 1846: 245; R. Phil. 1891, 8: 20, 1893, 84: 444; A. Burkart 1940, 4: 119–121, fig. 14, lám. 19; 1976: 520; H. Medina 1941, 8: 25–48; C. Muñoz 1960: 275; M. Muñoz 1981: 49, 1981a s/p; R. Rodríguez, O. Matthei y M. Quezada 1983.

Arbol de 5–15 m de altura, de copa amplia y redondeada; corteza grisácea y apenas surcada; ramas gruesas y tortuosas; ramillas péndulas, inermes; espinas caulinares geminadas o ausentes, de 2–4 cm de largo, plomizas; hojas 1–3 yugadas, con 20–36 pares de folíolos de base asimétrica; flores en racimos espiciformes cilíndricos, amarillentos, de 4–11 cm de largo.

Legumbre (Fig. 6a) subleñosa a coriácea, falcada a anular, linear, muy comprimida, de color amarillo-paja sin manchas, de 12–25 cm de largo por 1,2–1,8 cm de ancho y 0,4–0,5 cm de grosor; estípite de 1 cm de largo y base acuminado-mucronada curva, con ambas caras marcadas transversalmente por el relieve de las semillas. Sección (6b) biconvexa, con bordes afinados; epicarpio de 0,1–0,2 mm de espesor, recorrido externamente por tenues venas; mesocarpio fino, pulposo hasta la madurez, café-claro; segmentos de endocarpio (6c) longitudinales, grandes, transverso-rectangulares, más anchos que largos, de 5–7 mm de largo por 11–15 mm de ancho, subcoriáceos, umbonados por ambas caras, cerrados, fáciles de abrir y en número de 18–30.

Semillas (6d) café-castañas a rojizas, lisas, con brillo apagado, oblongas, rectangulares, transverso-elípticas a obovoides, algo asimétricas y ensanchadas en el extremo hilar, comprimidas, de 6,6–7,5 mm (hasta 8,2 mm) de largo por 3,2–3,8 mm (hasta 5,5 mm) de ancho y 2–2,8 mm de grosor. Línea fisural muy larga y alrededor de un umbón en una de las caras, del mismo color que la testa, tenue o bien marcada y con borde claro; extremo chalazar obtuso a escotado y con una hendidura transversal; extremo hilar anchamente agudo, algo asimétrico y protuberante; hilo subapical, circular; funículo corto; rafe como umbón pequeño y claro.

Semillas de sección ancha (6e), biconvexa a subromboidal, más abultada por un lado, bordes anchamente redondeados; cubierta seminal muy delgada con tegmen más oscuro que la testa; endosperma vítreo, asimétrico y casi faltando en los bordes; cotiledones (6f) amarillo-claros, plegados como una “S” estirada, con base asimétrica que envuelve más la parte superior de la radícula en relación a las especies anteriores.

Especie escasa, subespontánea, introducida del noreste de Argentina, este del Gran Chaco, Perú y sur de Bolivia. En Chile crece en la I y II Región, conviviendo en su límite norte con P. strombulifera, P. burkartii y plantaciones de P. tamarugo (NAS 1979).

Palacios y Bravo (1981) han encontrado hibridaciones interespecíficas entre P. alba × P. ruscifolia y P. alba × P. nigra, nativas de la región chaqueña argentina. En Chile, M. Muñoz (1981:49) señala que el árbol conocido como Algarrobo de Canchones, que crece en esta localidad en reforestaciones con P. tamarugo, puede corresponder a P. alba var. panta Gris. o P. nigra (Gris.) Hieron.

La var. panta tiene legumbres casi rectas, de 30 cm de largo y sobre 1,8 cm de ancho, medida esta última que no ha sido posible observar. P. nigra tiene un fruto subfalcado, amarillo con manchas violáceas, artejos muy marcados sobre las caras, de 12–18 cm de largo por 1–1,5 cm de ancho y 0,5–1 cm de espesor, características que resultan muy parecidas a las anotadas para P. flexuosa.

Material estudiado: Mamiña, Canchones (SGO 76212–3), La Huaica, Pica, sur de Pintados, Quillagua, Río Salado (Antofagasta), Perales (cuesta Paposo), desviación Río Loa, Lassana, Toconao, San Pedro de Atacama.

Fig. 5

Fig. 5. Prosopis flexuosa. a, fruto; b, sección transversal mostrando al centro un segmento de endocarpio; c, dos segmentos cerrados de endocarpio; d, un segmento abierto con la semilla al centro; e, semilla; f, sección transversal; g, extremo hilar; h, radícula y base de cotiledones. Todos los dibujos originales, a × 1.2, b-d × 3.2, e × 7.2, f-h × 12.

Fig. 6

Fig. 6. Prosopis alba. a, fruto; b, sección transversal del anterior mostrando la semilla dentro del segmento; c, dos segmentos de endocarpio; d, dos formas de semillas; e, sección de la anterior; f, radícula y base de los cotiledones. Todos los dibujos originales, a × 1.2, b-c × 3.2, d × 7.2, e y f X 12.

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ESTRUCTURAS ANATOMICAS Y CARACTERISTICAS ORGANOLEPTICAS DEL TAMARUGO (PROSOPIS TAMARUGO PHIL.) Y ALGARROBO (PROSOPIS ALBA GRIS.) DE LA PAMPA DEL TAMARUGAL

Iván Ulloa A.
Ramón Rosende B.
Juan Donoso G.
Emilio Cuevas I.

Facultad de Ciencias Agrarias, Veterinarias y Forestales
Universidad de Chile

ANTECEDENTES

El género Prosopis se ubica dentro de la sub-familia Mimosaceae, familia Leguminosae, y está representado por 44 especies especialmente adaptadas a regiones semi-áridas y áridas (Burkart 1976).

Por lo general, son árboles de tamaño mediano, tronco corto y, en su mayoría, tortuosos, con ramificaciones cerca de la base, aun cuando pueden alcanzar alturas de 20 m con un fuste relativamente recto.

En Chile crecen 7 especies de Prosopis: P. tamarugo, P. strombulifera, P. chilensis, P. alpacato, P. alba, P. fruticosa, P. burkartii (Muñoz 1971), distribuyéndose geográficamente desde la I Región a la VI Región, según la especie.

A fines del siglo pasado la Pampa del Tamarugal era una de las zonas más densamente pobladas por tamarugo y algarrobo. Debido a la intensa y progresiva corta de estas especies, se llegó a la actual fisonomía de un desierto salino. Por tal motivo, a partir de 1965, el Gobierno inició un intenso programa de plantaciones de tamarugo y algarrobo, las que junto con el resto de bosque nativo han llegado a cubrir una superficie aproximada a las 25.000 há (Contreras 1982).

Además de impulsar la reforestación de la pampa, se han realizado investigaciones sobre los recursos naturales renovables existentes en la región, fomentadas, principalmente, por la Corporación de Fomento de la Producción.

Al no existir estudios previos de la madera del género Prosopis proveniente de la Pampa del Tamarugal, y considerando que los antecedentes sobre las características tecnológicas son escasos y limitados a unas pocas especies del género Prosopis, es que en virtud de un contrato entre la Facultad de Ciencias Agrarias, Veterinarias y Forestales y la Sociedad Agrícola CORFO Ltda., el Departamento de Tecnología de la Madera estudió las propiedades tecnológicas fundamentales, empezando con el conocimiento básico de su estructura anatómica y características organolépticas de estas especies.

OBJETIVOS

El estudio de la estructura anatómica nos lleva a realizar la descripción macro y microscópica de los elementos anatómicos e inclusiones que conforman el tejido leñoso, a determinar el tamaño de los diferentes elementos celulares y las características organolépticas de la madera.

Las determinaciones enumeradas permitirán la confirmación de la identificación taxonómica de estas dos especies y ser un eslabón importante de relación con las propiedades y el comportamiento de la madera durante su procesamiento y utilización.

MATERIAL Y METODOS

El material de ensayo se seleccionó en el Fundo Refresco de propiedad de CORFO, ubicándose cuatro parcelas, dos para extracción de tamarugo de 50 y 22 años, y dos para extracción de algarrobo de las mismas características de edad que las de tamarugo.

De cada clase de edad se seleccionaron 5 árboles para cada especie, cortando trozas de 1,20 m de largo a la altura del DAP, de las cuales se prepararon cubos de 2 × 2 cm para el estudio anatómico, y se utilizaron tablillas de 15 × 1 cm para el macroscopio.

A partir de los cubos se prepararon 180 cortes microscópicos y 80 maceraciones, utilizando técnicas usuales empleadas para este tipo de estudios.

Las mediciones de poros por mm2, diámetro tangencial de poros, diámetro de puntuaciones intervasculares, cantidad de radios por mm, altura y ancho de radios y grosor de las bandas de parénquima, se realizaron en los cortes microscópicos y las mediciones de longitud de fibras, diámetro de fibras, espesor de paredes y largo de elementos vaso, en las maceraciones. En las tablillas se hicieron determinaciones de las características organolépticas y macroscópicas.

A las mediciones de los elementos anatómicos se les determinó su valor minimo, máximo y medio.

ESTRUCTURA ANATOMICA DE LA MADERA DE TAMARUGO

a) Descripción macroscópica

La madera presenta gran diferencia de color entre albura y duramen. La albura es de color blanco amarillento y el duramen castaño-rojizo; con el tiempo se torna rojizo oscuro.

Es una madera muy pesada y muy dura, sin olor ni sabor característicos.

Posee una textura media y heterogénea. Abundante grano oblicuo con tendencia a entrelazarlo. Su veteado se origina principalmente por el tamaño de los vasos que se observan a simple vista en el corte tangencial, donde se distinguen como rayitas de color café oscuro a negruzcas. Además se aprecian en el duramen franjas de color negruzcas, distribuidas en forma circular semejando a un anillo de crecimiento debido al abundante contenido celular que poseen los vasos.

En el corte transversal, bajo la lupa, es notoria su porosidad semicircular, abundancia de poros solitarios y algunos poros múltiples en cadenas radiales. También puede observarse en la albura bandas de parénquima longitudinal muy finas, en forma circular y de color más claro que el resto del tejido fibroso. Estas bandas estarían limitando el anillo de crecimiento, que no se distingue con claridad, principalmente en duramen.

La madera bien pulida presenta un brillo muy intenso, lo que junto con su textura y grano medio le dan un aspecto decorativo.

b) Descripción microscópica

Vasos/Poros

Porosidad semicircular con tendencia a difusa. Los poros solitarios son abundantes, de forma circular a oval. Los múltiples se presentan en menor proporción formados por 2 ó 3 poros en líneas radiales, con sus paredes tangenciales aplastadas.

Los poros son pocos a numerosos, 9 a 12 por mm2. Su diámetro medio es de 100 μ; el máximo 240μ y el mínimo 40μ. La mayoría tiene entre 60 y 160μ. Longitud de los vasos muy cortos 85 a 240μ. Los más frecuentes 125 a 200μ.

Las placas de perforación son simples, presentando tabiques terminales horizontales a débilmente inclinados. Las puntuaciones intervasculares son muy pequeñas, 2 a 3μ de diámetro, son muy abundantes en disposición alterna y del tipo ornamentado.

Fibras

Fibras de paredes gruesas, el lumen es ½ a ⅓ de su diámetro total. Son fibras estrechas de 8 a 10 μ de diámetro. En cuanto a su longitud, muy cortas a cortas miden entre 600 y 1.300μ. Cada pared mide 2 a 4μ de espesor.

Radios leñosos

Radios homogéneos a débilmente heterogéneos de trayectoria rectilínea algo sinuosa; se presentan poco numerosos a numerosos, 6 a 9 por mm, siendo lo más frecuente 7 a 8 por mm.

En tamarugo de 22 años los radios más abundantes son los triseriados (30 a 37μ de espesor), en menor cantidad los biseriados (20 a 29μ). Hay tetraseriados (38 a 45μ) y muy escasos los uniseriados (10 a 19μ); en los árboles de 50 años los radios son en su mayoría biseriados (20 a 29μ de espesor), presentándose también algunos triseriados y, en forma muy escasa, uniseriados.

La altura máxima en número de células es de 60 (750μ) en tamarugo de 22 años y de 38 células (48μ) en tamarugo de 50 años, la altura más frecuente varía entre 9 a 26 células (130 a 350μ).

Parénquima longitudinal

El parénquima más abundante es el del tipo paratraqueal vasicéntrico, a veces aliforme y bandeado confluente en bandas cortas que abarcan 3 ó 4 vasos; el grosor de estas bandas es de 6 a 8 células. También se observa la presencia de parénquima apotraqueal en líneas circulares de 1 a 2 células de grosor; se encuentra a intervalos regulares asociado generalmente con poros pequeños, lo que indica que sería terminal y estaría delimitando un período de crecimiento, que podría corresponder a un anillo anual. En los cortes microscópicos se observa esta línea de parénquima tanto en albura como en duramen y en forma macroscópica bajo la lupa, sólo se puede ver en la albura. En corte tangencial y radial se ven células de parénquima fusiforme y parénquima septado.

Contenidos celulares

Los vasos presentan una gran cantidad de inclusiones de gomas, especialmente en el duramen.

En las fibras hay numerosos cristales de forma romboidal y en menor cantidad en células parenquimáticas.

ESTRUCTURA ANATOMICA DE LA MADERA DE ALGARROBO

a) Descripción macroscópica

La madera presenta gran diferencia de color entre albura y duramen. La albura es de color blanco amarillento, muy parecida a la albura del tamarugo. El duramen es castaño rosáceo; con el tiempo, después de cortado, se torna castaño oscuro más claro y menos rojizo que el tamarugo.

La madera es pesada o moderadamente pesada y dura, de menor peso y dureza que el tamarugo. Sin olor ni sabor característico.

Posee una textura media y heterogénea. Presenta abundante grano oblicuo y entrelazado. Su veteado es suave a pronunciado, originado principalmente por el tamaño de los vasos que se observan a simple vista, destacándose más en el corte tangencial en forma de rayitas de color café oscuro a negruzco. Además, en el duramen se aprecian franjas de color oscuro, de tejido fibroso y otras de color más claro de tejido parenquimático. Debido a que estos tejidos están en forma circular y se presentan en igual proporción, semejan anillos de crecimiento.

También en algunos casos se observan franjas circulares negruzcas originadas por la abundancia de contenidos celulares que poseen los vasos en el duramen.

En la cara radial se distinguen claramente los radios, dándole un aspecto jaspeado a la madera.

En el corte transversal bajo la lupa es notoria su porosidad semicircular con gran cantidad de poros solitarios, algunos poros múltiples y pequeños poros agrupados. Se distinguen con claridad delgadas bandas de parénquima longitudinal en forma circular, de color más claro que el resto del tejido fibroso tanto en albura como en duramen.

La madera bien pulida presenta un brillo no muy intenso, lo que junto con su textura y grano medio le dan un aspecto decorativo.

b) Descripción microscópica

Vasos/Poros

Porosidad semicircular con tendencia a difusa. Los poros solitarios son abundantes, en forma circular a oval; los múltiples se encuentran en menor proporción, formados por 2 a 3 poros en líneas radiales con paredes tangenciales aplastadas; también existen poros pequeños agrupados.

Los poros son pocos a numerosos, 5 a 10 por mm2. Su diámetro medio es de 120μ en algarrobo de 22 años y 150μ en los de 50 años; el diámetro máximo es de 260μ y el mínimo 40μ.

Los elementos vasculares son generalmente sinuosos y muy cortos, entre 80 y 240μ. La longitud más frecuente varía entre 125 y 200μ. Las placas de perforación son simples, observándose tabiques terminales horizontales a débilmente inclinados.

Las puntuaciones intervasculares son muy pequeñas a pequeñas, 3 a 4μ de diámetro, abundante, se presentan en disposición alterna y del tipo ornamentadas.

Fibras

Dispuestas irregularmente de sección poligonal o circular; de paredes gruesas; el lumen es ½ a ⅓ del diámetro total; son fibras estrechas de 8 a 10μ de diámetro. Son muy cortas, variando entre 500 y 1.300μ, las más frecuentes entre 800 y 1.000μ. Cada pared mide 2 a 3μ de espesor.

Radios leñosos

Los radios son homogéneos, de trayectoria rectilínea o algo sinuosa; se presentan pocos a poco numerosos, 4 a 6 por mm.

Los más abundantes son los multiseriados, 4 a 9 células de ancho (36 a 95μ) dominando los de 5 células (46 a 55μ). También se encuentran en menor cantidad triseriados (26 a 35μ) y biseriados (16 a 25μ), son escasos los uniseriados (6 a 15μ).

La altura máxima en número de células es de 75 células (1.000μ) y la más frecuente, 16 a 32 células (185 a 400μ).

Parénquima longitudinal

Abundante parénquima longitudinal, de volumen casi igual al tejido fibroso, se observa en bandas confluentes de 10 a 30 células de grosor, y parénquima paratraqueal vasicéntrico. Hay también parénquima apotraqueal en líneas de 1 a 2 células de grosor, que se confunden con las bandas confluentes de parénquima paratraqueal, siendo difícil distinguirlas en los cortes microscópicos, pero claramente observadas en forma macroscópica bajo la lupa. Estas líneas de parénquima estarían indicando una cierta regularidad en el crecimiento.

Tamarugo adulto en la Pampa del Tamarugal. (Foto E. Acevedo).

En los cortes tangencial y radial se encuentra abundante parénquima fusiforme y algunas series de parénquima septado de 2 a 4 células.

Contenidos celulares

Se observan abundantes inclusiones de goma en los vasos, especialmente en duramen y, a veces, en albura. También se encuentran numerosos cristales de forma romboidal en las fibras y en menor cantidad en parénquima longitudinal. Además, en las células de parénquima longitudinal y radial de albura se observó gran cantidad de almidón.

DISCUSION Y CONCLUSIONES

Al analizar la estructura anatómica de la madera de tamarugo y algarrobo se observa lo siguiente:

Notoria porosidad semicircular con tendencia difusa, poros poco numerosos, disposición solitarios; múltiples radiales de 2 a 3 poros y agrupados son escasos y pequeños. Los elementos vasos son muy cortos, observándose a simple vista y con perforaciones simples, puntuaciones intervasculares alternas y generalmente ornamentadas.

Los radios son del tipo homogéneo, y varían de 1 a 3 células de ancho en tamarugo y de 1 a 9 células en algarrobo; su altura fluctúa entre 50 y 1.000μ. Las fibras leñosas son muy cortas, estrechas y de paredes gruesas. El parénquima longitudinal es abundante, encontrándose en mayor o menor cantidad que el tejido fibroso; mayor en algarrobo y menor en tamarugo. Los tipos de parénquima más frecuentes son paratraqueal vasicéntrico, bandeado confluente, aliforme y apotraqueal en líneas de 1 a 2 células.

Presencia abundante de contenido celular en los vasos, en especial en el duramen, y cristales de forma romboidal en las fibras y en menor cantidad en parénquima. Anillos de crecimiento muy poco visibles, pudiendo no estar presentes.

Las características anatómicas que se observaron en las especies estudiadas coinciden con las que caracterizan a este género (Boureau 1957, Record 1949).

Al comparar el algarrobo (Prosopis alba) que crece en la Pampa del Tamarugal y el algarrobo (Prosopis alba) que crece en Argentina (descrito por Tortorelli, 1956) se desprende que en sus características anatómicas no hay diferencias significativas.

Esta identificación concuerda con la hecha por Burkart (1976), basada en la morfología de frutos, hojas y flores. Sin embargo, no se puede descartar que existen indicios de variabilidad dentro de esta especie, debido a la existencia de árboles con diferente forma y tamaño del fruto.

Comparando macro y microscópicamente tamarugo y algarrobo, se observa que la madera del primero es muy pesada y dura, por ser sus fibras de paredes gruesas y lumen pequeño, bajo número de poros por mm2 y radios angostos y poco numerosos; en algarrobo, en cambio, la madera es de menor peso y dureza, por tener mayor porcentaje de parénquima longitudinal y radios más anchos.

También es importante el color del duramen. Mientras tamarugo presenta un color castaño rojizo, algarrobo presenta uno más claro, castaño rosáceo con bandas claras y oscuras.

Otra diferencia es que en algarrobo se destacan los radios leñosos en la cara radial, dándole un aspecto jaspeado a la madera.

En dichas especies se observa un veteado suave a pronunciado, aumentado a veces por presencia de bandas circulares de color negruzco, originadas por el alto contenido celular en los vasos.

Su brillo, su textura y grano medio le dan un aspecto decorativo a estas maderas.

Si la madera en estas especies se compara con Prosopis de otras áreas geográficas, se observa que existen algunas muy parecidas, debido a que su estructura anatómica es muy semejante. Por ejemplo, son muy parecidos el algarrobo (Prosopis alba Gris), Prosopis ruscifolia Gris “vinal”, Prosopis nigra (Gris) Hieron, “algarrobo negro”, Prosopis algarrobilla Gris “ñandubay”, que crecen en Argentina, y Prosopis juliflora (Swartz) DC Mesquita que crece en Norteamérica y México, mientras Prosopis africana (Guill & Perr.) Taub., que crece en Africa tropical, se parece a Prosopis tamarugo Phil., tamarugo.

CARACTERISTICAS MACROSCOPICAS

 Prosopis tamarugo Phil.
TAMARUGO
Prosopis alba Gris
ALGARROBO
Color   
 AlburaBlanca-amarillentaBlanca-amarillenta
 DuramenCastaño-rojizoCastaño-rosáceo
VeteadoSuave a pronunciadoSuave a pronunciado
BrilloMedianoMediano
PesoMuy pesadaPesada a moderadamente pesada
DurezaMuy duraDura
OlorSin olor característicoSin olor característico
SaborSin saborSin sabor
TexturaMedia y heterogéneaMedia y heterogénea
GranoOblicuo a entrelazadoOblicuo a entrelazado
Visibilidad de los elementos constitutivosVasos
Parénquima
Fibras
Vasos
Parénquima
Rayos
Fibras
Porosidad de vasosSemicircularSemicircular
Disposición de los vasosSolitarios, menor proporción múltiples, 2 a 3 en líneas radialesSolitarios, menor proporción múltiples, 2 a 3 en líneas radiales y algunos agrupados pequeños
ParénquimaAbundante. Menor proporción que el tejido fibrosoMuy abundante. Igual o mayor proporción que el tejido fibroso
Contenidos celularesAbundante en vasos en duramenAbundante en vasos en duramen
Poros/Vasos  
PorosidadSemicircular con tendencia a difusaSemicircular con tendencia a difusa
DisposiciónSolitarios y múltiples radiales de 2 a 3 porosSolitarios y múltiples radiales de 2 a 3 poros, algunos agrupados pequeños
No por mm2Poco numerosos, 9 a 12Poco numerosos, 5 a 10
Diámetro tangencialMínimo40 μMinimo40 μ
 Máximo240 μMáximo260 μ
 X100 μX150 μ
LongitudMuy cortosMuy cortos
 Mínimo85 μMínimo80 μ
 Máximo240 μMáximo240 μ
 X150 μX150 μ
PuntuacionesOrnamentales alternasOrnamentales alternas
Placa de perforaciónSimpleSimple 
Fibras  
LongitudMuy cortas a cortas 600 a 1.300 μMuy cortas a cortas 500 a 1300μ
DiámetroEstrechas, 8 a 10 μEstrechas, 8 a 10 μ
Grosor de la paredGruesa, 2 a 4 μGruesa, 2 a 3 μ
Radios leñosos  
TipoHomogéneos a débilmente heterogéneosHomogéneos
ConformaciónBiseriados y triseriados, muy escasos los uniseriadosMultiseriados (4 a 9 células), en menor cantidad triseriados y biseriados, escasos uniseriados
No por mmPoco numerosos a numerosos, 6 a 9Poco numerosos a numerosos, 4 a 6
Altura No célulasMuy bajo, máximo 60 células, más frecuente 9 a 26 célulasBajo, máximo 75 células, más frecuente 16 a 32 células
Parénquima longitudinal  
TipoParatraqueal vasicéntrico, a veces aliforme y en bandas cortas confluentes de 6 a 18 células de grosor. Apotraqueal en lineas de 1 a 2 célulasParatraqueal vasicéntrico y en bandas confluentes de 10 a 30 células de grosor de volumen casi igual o mayor al tejido fibroso. Apotraqueal en lineas de 1 a 2 células
Contenidos celularesGran cantidad de gomas en los vasos y cristales en las fibras y en menor cantidad en parénquimaGran cantidad de gomas en los vasos. Cristales en fibras y parénquima. Almidón en radios y parénquima longitudinal

REFERENCIAS

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