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Control de los insectos que comen la semilla de Prosopis

Es muy importante comprender que todos los brúcides que se alimentan con semillas de Prosopis depositan los huevos sobre las vainas semilleras antes y durante la maduración de las vainas, que tienen brugos que emergen de ellas durante el almacenamiento si habían sido infestadas por los brúcides antes de colocarlas en almacenamiento. Es muy importante, por lo tanto, reducir la cantidad de brúcides en las semillas, lo más inmediatamente posible, después de su cosecha y antes, o muy poco después, de ser almacenadas. Por supuesto, algunos (probablemente la mayor parte) de los brúcides continuará su ciclo vital hasta que todo el material haya sido gastado. Es esencial, por lo tanto, que las áreas de almacenamiento estén limpias y sin esos rincones donde el alimento se acumula y los brugos pueden esconderse, ya que las vainas no infestadas pueden ser atacadas si se las coloca en áreas de almacenamiento que alojan brugos vivos.

Control con insecticidas antes de la cosecha

Felker (por comunicación personal), Felker et al. (1981) y Smith y Ueckert (1974) han empleado insecticidas para controlar, antes de la cosecha, los insectos que comen las semillas de Prosopis. Ellos no trataron de determinar cual fuese el mejor insecticida para el control de los insectos en el campo, sino que usaron los insecticidas que supusieron reducirían la cantidad de insectos. Por lo tanto, la mayoría de los insecticidas indicados en el Cuadro 4 (pág.46) no han sido ensayados para determinar su eficiencia en el control previo a la cosecha de las pestes de las semillas de Prosopis. Cadahia (1970) registró los períodos de mayor actividad y porcentajes de daños de los lepidópteros que se alimentaban de las flores y frutos de P. tamarugo en Chile. Sugirió también las temporadas más oportunas para la aplicación de los insecticidas. León (1974) comparó los efectos de diversas formulaciones de Endosulfan en el control de lepidópteros que en Chile comían las flores y frutos de P. tamarugo. Habit et al. (1981) resumieron los resultados de los estudios de Koch (1969), Cadahia (1970) y León (1974).

El momento más probable para aplicar insecticidas en el control de los insectos que se alimentan de las vainas de Prosopis es cuando las vainas jóvenes se comienzan a formar (pero, ver Smith y Ueckert, más adelante). La aplicación de insecticidas durante la floración puede matar los polinizadores.

Felker et al. (1981) hallaron que Orthene1, pulverizado con intervalos de tres semanas, redujo el número de orificios de emergencia de brúcides, desde 23 en cada 100 vainas a 1, pero afirmaron que “parece que Malathion es tan eficiente como Orthene”.

Smith y Ueckert (1974) hallaron que en árboles de Prosopis glandulosa pulverizados con Cythion, la cantidad de buenas semillas aumentó del 30% al 51%. Llegaron a la conclusión de que la reducción de insectos chupadores de las vainas y de brúcides era responsable de este aumento. Hallaron también que los árboles tratados con Cythion desde la formación de la flor hasta el desarrollo de la vaina produjeron un promedio de 148 vainas por árbol y un promedio del 45% de semillas buenas. Por lo tanto, el mejor momento para la aplicación de los insecticidas puede ser cuando se inicia la flor.

Los otros insecticidas indicados en el Cuadro 4 son, en su mayoría, insecticidas homologados para el control económico en el terreno de insectos que se alimentan con las semillas de legumbres.

1 Los nombres comerciales citados en el texto no implican la preferencia de un producto comercial sobre otro, sino que se mencionan solamente como indicadores del tipo de producto químico recomendado.

Insecticidas para controlar insectos que comen la semilla de Prosopis en almacenamiento

Se hace aquí hincapié sobre que las vainas de Prosopis deberían ser tratadas enseguida después de la cosecha, para destruir las larvas de los brúcides en las semillas. Los métodos diferentes de la fumigación con los productos químicos indicados más adelante son los de someter las semillas a calor o frío extremo. Frecuentemente, las semillas pueden ser sometidas a altas o bajas temperaturas que matarán los insectos, pero no las semillas. Es también esencial que las áreas de almacenamiento estén limpias de restos de semillas de Prosopis y de insectos que infestan las semillas.

Rupérez (1978) es el único científico que ha hecho recomendaciones específicas para el control de brúcides de Prosopis en almacenamiento (Cuadro 5, pág.47). Recomendó productos corrientes, que se usan en el control de los insectos de otros productos almacenados. No se sabe, en la actualidad, cuales de los insecticidas (Cuadro 5) son los más aptos para controlar las pestes de las semillas almacenadas de Prosopis o sus efectos sobre la capacidad germinativa de las semillas de Prosopis. Posiblemente cualquiera de los más efectivos fumigantes para insecto s de legumbres, en productos almacenados (bromuro de metilo, ácido higrociánico, bisulfuro de carbono, fosfuro de aluminio y mezclas de tetracloruro de carbono con biocloruro de etilene) controlarían los insectos de Prosopis. Es necesario investigar para establecer cuáles son los insecticidas más eficaces para el control de las pestes en las semillas almacenadas de Prosopis.

Métodos especiales (tradicionales) para el control de pestes (brúcides) sobre semillas almacenadas

Muchos métodos se han seguido en los tentativos para reducir la cantidad de insectos en los productos almacenados (Cuadro 6, pág. 48). Gran parte de la investigación hecha sobre el empleo de plantas o partes de plantas, extractos de plantas, aceites, cenizas y minerales para el control de brúcides ha sido llevada a cabo por parte de hombres de ciencia en India. Golob y Webley (1980) hicieron un elenco de métodos tradicionales para el control de insectos en productos almacenados y publicaron una bibliografía sobre documentos de investigación que describen con detalle estos métodos. La labor de Golob y Webley es de singular valor para los programas de control actuales y futuros sobre insectos de productos almacenados en países donde los insecticidas orgánicos sintéticos y los fumigantes son demasiado caros para su uso extensivo. Cuando se desarrollan para uso económico, plantas tropicales no económicas, estos métodos tradicionales deberían ser estudiados a fondo para su aplicación en países del Tercer Mundo.

El uso de plantas enteras o partes de plantas, como hojas, tallos, semillas o raíces, que han sido elaboradas solamente por picado o pulverización, ha sido citado en muchas partes del mundo, pero principalmente en India y Africa.

Los extractos de plantas y aceites fueron elencados por Golob y Webley (1980) en dos secciones diferentes y este criterio se ha seguido en el Cuadro 6. Los extractos vegetales son aceites que se presumen contengan materias tóxicas responsables por sus efectos tóxicos. Por otro lado, los productos que Golob y Webley colocan bajo aceites, matan los huevos de los brúcides sin referir a cómo actúan. Se presume que los aceites pueden actuar como venenos físicos hacia los huevos y larvas, o algún elemento químico en los aceites puede ser el que causa la muerte de los brúcides. La preocupación principal, cuando se emplean aceites, es que aquéllos que se adquieren económicamente en la localidad, sean efectivos sin pasar a un alimento olores ranciosos o malos y sin afectar la viabilidad de las semillas.

Los trabajos de su (1976, 1977), Su et al. (1972a, b; 1982) y Schmutterer (1981) son interesantes, puesto que sus búsquedas se orientan a extraer los productos tóxicos de las plantas (por ejemplo, corteza de citrus, semilla de Azadirachta indica) y su empleo para proteger contra los insectos los productos almacenados.

Las cenizas de madera y minerales son de uso generalizado, mezclándolos con granos (Cuadro 6). Su eficacia varía con el contenido de sílice en el polvo y sus propiedades de absorción y abrasivas. Pueden también rellenar los espacios intersticiales en grano a granel o crear una barrera al movimiento de los insectos.

Se han usado métodos diversos de control, como distribuir una capa de 2cm de aserrín sobre las semillas de legumbres almacenadas, el uso del fuego para trampear y matar los insectos, o de calentar las semillas para matar los insectos contenidos, así como el uso de humo para repeler o matar los insectos.

El uso del almacenamiento con atmósfera controlada (Kamel 1980, Burrell 1980) interesa porque es una técnica por la que grandes cantidades de semillas pueden ser almacenadas en fosas subterráneas con privación de aire. Los insectos dentro de las semillas gastan rápidamente el oxígeno disponible, se produce gas carbónico y los insectos sofocan. Hay variaciones en el almacenamiento de semillas en envases cerrados herméticamente que pueden contemplar la introducción de bióxido de carbono antes de sellar el recipiente, y el empleo de la respiración de hongos o la fermentación para gastar el oxígeno.

En los trabajos de Lindblad (1978) y Linblad y Druben (1976 a, b, c) existe una gran cantidad de información sobre oportunas tecnologías para el desarrollo, haciendo especial referencia al almacenamiento de granos en pequeños fundos. Deberían ser consultados para el control general y específico de pestes sobre productos almacenados en los países en desarrollo.

Agentes potenciales de control biológico de los brúcides y otras pestes de Prosopis

Diversos depredadores y parásitos han sido mencionados, en cuanto atacan y matan insectos perniciosos del almacenamiento. Los ácaros depredadores del género Pyemotes han sido señalados por atacar y matar huevos, pupas y adultos de los brúcides Acanthoscelides obtectus y Callosobruchus maculatus. El himenóptero Pteromalus schwenkii se alimenta con las larvas de Callosobruchus chinensis. Dinarmus laticeps es una peste común sobre los brúcides. Si bien los depredadores y los parásitos pueden reducir localmente las poblaciones dañinas, no pueden ser considerados como un método de control global efectivo (National Academy of Sciences, 1978).

En el Cuadro 7 (pág. 52) se indican los depredadores y parásitos que han sido mencionados por atacar las pestes de los Prosopis. Aquellos citados por Koch y Campos (1978) en el Cuadro 7 atacan la polilla Cryptophlebia carpophagoides, pero todos los otros atacan los brúcides.

Conway (1980) observó que los huevos parásitos de Trichogramma spp. eran más abundantes sobre los huevos de brúcides de Prosopis, Mimosestes protractus y M. amicus, probablemente porque sus huevos quedan expuestos sobre la superficie de la vaina. Algarobius prosopis deposita los huevos en las grietas y hendiduras de las vainas, de manera que sus huevos no llegan a ser severamente atacados. Horismeus productus (Eulophidae) es el parasitoide principal de M. amicus y A. prosopis. Conway (1980) estimó que entre el 1% y el 4% de las larvas de brúcides quedaban parasitadas por H. productus en los sitios de Arizona donde hizo sus observaciones. Conway (1980) halló también que Heterospilus prosopidis (Braconidae), un parásito larval de M. amicus y A. prosopis, parasitaba del 9% al 17% de las larvas disponibles del brúcide. Otra Braconidae, Urosigalphus bruchi, destruía del 4% al 7% de las larvas de brúcides de Prosopis (Conway 1980). Conway estimó que los parásitos larvales destruyeron del 17% al 25% de los brúcides de Prosopis en sus sitios de observación en Arizona. En resumen, los parásitos de huevos y larvas hacen impacto sobre los brúcides por reducir su cantidad, pero para llegar a ser un método importante de control deberían destruir una cantidad mucho más significativa de brúcides de la que se ha indicado anteriormente.


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