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1. INTRODUCCIÓN


El mar del Norte, el Atlántico Noroeste, el Pacífico Nordeste, el mar de Bering, el Mediterráneo, gran parte de la costa de África, gran parte de la costa de Sudamérica. Esta relación es una recopilación de regiones cuyas pesquerías se encuentran en diferentes niveles de dificultad. La extensión y el ámbito global del problema requerirán un alto grado de cooperación internacional para restablecer y asegurar la salud y la sostenibilidad de un recurso natural que proporciona una parte significativa de nuestro suministro alimentario.

El hecho de que tantas pesquerías del mundo se encuentren actualmente amenazadas, es el resultado del fenómeno bien conocido de la sobrepesca. Está causado por la creciente capacidad para buscar y capturar poblaciones de peces las cuales, incluso sometidas a una buena ordenación, están también sujetas a variaciones de abundancia causadas por factores medioambientales. Las principales herramientas al servicio de los gestores pesqueros en su esfuerzo para contrarrestar la sobrepesca y proteger las poblaciones son la utilización de cuotas y la limitación del esfuerzo de pesca. Aunque tales herramientas son teóricamente poderosas, el problema es que, sin perjuicio de la capacidad y diligencia de los gestores para imponer limitaciones en las capturas y el esfuerzo, los recursos para aplicar dichas limitaciones contabilizados en medios tales como personal, buques y aeronaves de vigilancia, son insuficientes.

Parece que existe consenso en que los Sistemas de localización de buques vía satélite (SLB) son una de las claves para enderezar esta situación. Cuando los gestores pesqueros disponen de un conocimiento a tiempo y exacto de los movimientos de los buques pesqueros, se potencian sus medios materiales, mejorando consecuentemente la eficacia de las operaciones. Aunque el establecimiento de programas SLB a niveles nacionales o regionales son iniciativas dignas de admiración hay que reconocer que se trata de un problema global, debido a la creciente movilidad de la flota pesquera mundial.

En los gestores pesqueros de todo el mundo existe el deseo de coordinar sus esfuerzos para que las poblaciones de peces mundiales -que no saben nada de fronteras nacionales o regionales- puedan salvarse. Para ello tendrán que acordarse métodos para la aplicación del SLB de forma muy detallada. Solo cuando, por ejemplo, un gestor de pesca en Sudamérica acuerde con otro gestor de pesca en Europa las funciones, el formato de los datos y la seguridad del SLB, podrá operar un buque bajo el control de ambos, moviéndose de una pesquería a la otra con legalidad y total transparencia. Además, únicamente en este contexto, podrán los dos gestores pesqueros compartir datos sobre el movimiento y la actividad del buque, al objeto de mejorar las operaciones a escala internacional.

Es posible que el único modo de promover esta compatibilidad sea establecer una consulta internacional, al nivel más amplio posible, de modo que los encargados de la protección pesquera puedan manifestar sus necesidades, preferencias e intereses sobre la aplicación del SLB. Esta información constituiría la base para una norma internacional en SLB. Por razones de todo tipo, logísticas, políticas y económicas, aun no se ha conseguido este objetivo.

En caso de que existiera una norma internacional, los gestores pesqueros de todas las regiones del mundo podrían establecer objetivos comunes. Sin embargo, un cierto grado de consenso en la aplicación del SLB podría servir de orientación temporal y aceptable. Puede que no fuera suficiente para que todos sigan el mismo camino, pero si al menos para que todos progresen en la misma dirección.


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