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4. EL PAPEL DE LA BIOMASA COMO ENERGETICO EN LA ACTIVIDAD
TABIQUERA, EL CASO DE CHARO, MORELIA, MICHOACAN.

4.1 INTRODUCCION

Desde los años cuarenta la producción y consumo de tabique (en todas sus formas) ha estado vinculada estrechamente a la industria de la construcción en nuestro país, es precisamente en esa década cuando se inician los esfuerzos de industrialización y desarrollo de México; se empieza a generar el proceso de urbanización y crecimiento de un importante número de ciudades especialmente en el Centro, Noreste y Occidente del país.

Iniciándose en las márgenes rurales y zonas aledañas a centros urbanos, la actividad productiva tabiquera, sigue teniendo gran auge en nuestros dias ya que con la industrialización vinieron los cambios en los patrones de valoración social, a los cuales se asocia la vivienda, lo que orilló a la población “urbanizada” a incorporar modelos y estilos en la construcción que demandan grandes volúmenes de materiales como: el cemento, la varilla y el tabique.

A pesar del importante papel que el tabique ha tenido en uno de los sectores más dinámicos de la economia nacional (la industria de la construcción), no ha figurado en las estadisticas ni en el ánimo oficial y social, de ahi que se mantenga como un quehacer marginal.

Desde el punto de vista forestal, la preocupación por abordar la actividad productiva, desde una perspectiva convencional no ha dado pie para mirar hacia actividades que son también consumidoras de madera (para elaboración de productos o fines energéticos) como es el caso de la producción tabiquera, entre otras; considerando lo anterior esperamos que este esfuerzo e interés sea un punto de partida para motivar la participación de los sectcres social y gubernamental en la atención y conocimiento de los problemas, implicaciones y necesidades en rubros que no por marginales dejan de ser importantes para la economia mexicana y la conservación de los recursos naturales.

Dadas sus caracteristicas socioeconómicas, la incipiente dinámica productiva y las condiciones del entorno forestal se ha seleccionado la región de Charo-Morelia en el Estado de Michoacán para la realización de este estudio.

4.2 ANTECEDENTES GENERALES

La arcilla y la madera como materiales de construcción empleados por el hombre se remonta al desarrollo de su nueva naturaleza sedentaria, es así como desde los vestigios de sus primeros asentamientos hasta las grandes urbes de nuestros dias; la arcilla y la madera han estado presentes cubriendo las necesidades de espacio vital para el ser humano.

Para las culturas mesoamericanas, como lo reportan códices indios y cronistas españoles, la construcción de viviendas y el buen empleo de los materiales de construcción constituia un arte apreciado y prestigiado socialmente, la necesidad de armonizar la relación entre el individuo, la colectividad y la naturaleza, obligaba a encontrar un equilibrio entre lo utilitario y lo estético en el trazo y construcción de viviendas, centros ceremoniales y espacios de convivencia social, que maravillaron a los conquistadores a su arribo a las “indias occidentales”.

En el México prehispánico, el embarro era la forma más común de construcción, consistia en el armado de una estructura básica de la vivienda con madera (morillos y vigas) que en sus paredes era enjarrada con barro, y posteriormente blanqueada con piedra caliza molida; esta forma de construcción aún se emplea en algunas regiones del país como Chiapas, Oaxaca, Nayarit, Yucatán y Michoacán, entre otras.

Los españoles introdujeron el adobe4, como materia prima para la construcción de las paredes y la teja roja para los techos; convirtiéndose estos materiales con el paso del periodo colonial en los elementos distintivos de la vivienda rural de México. Estos patrones de construcción se mantuvieron en el país hasta los años '30 de nuestro siglo, teniendo como caracteristica la vivienda rural, la autoconstrucción y la elaboración familiar del adobe.

En la década de los '40, México inicia un intensivo proceso de industrialización y urbanización; es así como de tajo se inicia un cambio drástico y acelerado que vino a cambiar la fisonomia del país, “…1940 constituye un punto de inflexión en el proceso de urbanización en México, que lo divide en dos etapas; una de urbanización relativamente más lenta (1900–1940) y otra de urbanización más rápida (1940–1970).”(1)

4 Ladrillo de forma rectangular, de dimensión y peso variable, elaborado con arcilla y paja, y secado al sol.

Los responsables de la planificación y de impulsar el modelo de desarrollo que ha mantenido el país hasta nuestros dias apostaron todo a la urbanización, considerando que la superación del México rural y “salvaje” era condición indispensable para alcanzar el desarrollo; es así como se inicia un impresionante desplazamiento migratorio de las zonas rurales hacia los principales polos de desarrollo industrial y turístico, desencadenándose un acelerado crecimiento y expansión de los centros urbanos.

Con el consecuente incremento de necesidades y demandas de viviendas en las grandes ciudades se hizo patente que “…las deficiencias de la infraestructura habitacional (resultaba) incompatible con el “espíritu modernizador” que dominaba la época…”(2), por lo que las autoridades rectoras, con la “asesoría” de los industriales de la construcción, optaron por el cambio en los materiales incentivando el empleo del ladrillo y concreto, como símbolo de estatus y mejoramiento sociocultural (descampesinización) ante el atraso e incultura que representaba el empleo de la madera y el adobe, para una población que aunque proletarizada había accedido a la urbanización y el desarrollo.

Es así como la participación del tabique cocido como componente principal en los muros de las viviendas urbanas y semirurales va a crecer de los años '50 a la década de los '80 a un ritmo anual del 6,7%, a diferencia del adobe que sólo crecerá un 0,7% registrándose su uso como características en las áreas rurales de extrema pobreza; en este período el tabique pasa a ser el material predominante en la construcción de los muros (paredes), ante un declive en el empleo de los otros materiales.

A raíz de este proceso en torno a las crecientes ciudades se empieza a desarrollar una actividad, que hasta la fecha ha tenido un carácter marginal, que es la producción de tabique; que siempre se ha asentado entre los centros urbanos y las áreas arboladas que les circundan, a fin de tener un fácil acceso tanto a la materia prima como al energético y el mercado. Aunque no existen estadísticas sobre los volúmenes de tierra y madera que absorbe la actividad ladrillera, en amplias regiones sobre todo del centro del país, es clara la depredación del suelo y la vegetación que ocasiona esta actividad; algo que indiscutiblemente tiene sin preocupación a los industriales y mercaderes de la construcción, ni a las autoridades responsables tanto de la planificación urbana como de la conservación de la vegetación y el suelo.

Debido al carácter centralista con el que se ha impulsado la urbanización, es precisamente en los estados conocidos como región Central donde en las últimas décadas se ha concentrado la actividad tabiquera, siendo los Estados de México, Puebla, Hidalgo, Guanajuato y Michoacán los que han cargado con la responsabilidad, a costa de sus recursos naturales, de abastecer el ladrillo que se demanda para las grandes ciudades (Guadalajara, D.F., Toluca) y los polos de desarrollo industrial y turístico más importantes.

El Estado de Michoacán se ha distinguido en esta función abastecedora, debido a la estratégica posición que guarda respecto a las más importantes ciudades del centro y del occidente del páis; así tenemos que “…desde los años '40 las tejerías se fueron convirtiendo a tabiqueras, ligadas al cambio en los modelos de construcción urbana que asignan a las construcciones de tabique razones de prestigio y ascenso social, esta situación viene a registrar su mayor auge en los años '70…”.(3).

Es así como de la región centro-norte del Estado los Municipios de Charo, Morelia, Indaparapeo, Maravatío e Hidalgo orientarán su producción tabiquera-como los principales productores- hacia el Distrito Federal y los centros urbanos que se establecen en torno a los corredores industriales de Querétaro, Tula y Lerma; en cuanto a la región occidental del Estado, los Municipios que conforma la Cañada de los Once Pueblos (Chilchota) y Zamora cumplirán una función abastecedora para la ciudad de Guadalajara y los corredores industriales que se encuentran ubicados en esa área.

En Michoacán se producen principalmente dos tipos de tabique, conocidos como: tabique de caja y tabique de agua, éste último muy apreciado en la construcción de muros aparentes y acabados residenciales, trabajándose indistintamente en las dos regiones en función de la demanda.

4.3 MARCO REGIONAL DE REFERENCIA

La Región Charo-Morelia se localiza en la región norte del Estado de Michoacán, a una altura promedio de 1.950 m.s.n.m., abarcando los Municipios de Charo y Morelia; teniendo este último como cabecera municipal y capital de Estado a la ciudad del mismo nombre.

La superficie total de la región es de 1.510 km2, su clima es templado con lluvias en verano y precipitaciones que van de 1.150 mm3 para la zona de Charo a 800 mm3 en el valle de Morelia, con temperturas que oscilan de 4,5 a 36,4°C.

Los principales usos potenciales de la región son: pastizales y forestal, y en menor proporción agrícola (siendo ésta principalmente de riego); la vegetación de la región está conformada por bosques de coníferas, bosque mixto (pino-encino primordialmente), praderas con huizache y matorrales diversos, la tenencia de la tierra es en orden de importancia: ejidal, pequeña propiedad y comunal.

La población de la región es de 486.000 habitantes de los cuales el 51,5% (251.000) es población urbana, concentrándose en la Ciudad de Morelia y el restante es población rural que se distribuye en más de 30 núcleos agrarios y un número no determinado de rancherías, así como 5 poblados de entre 5.000 a 10.000 habitantes; la población de la región es dominantemente juvenil -el 72,5%- no rebasa los 29 años de edad. Se cuenta con una excelente infrastructura educativa, conformando uno de los más importantes centros educativos, tanto medio como profesional, del país.

La región cuenta en lo general con importantes vías de comunicación y acceso suficiente a los principales servicios (teléfono, agua, luz eléctrica, etc.); gracias a la cercanía de la capital del Estado, aunque contradictoriamente, existen en las inmediaciones de la ciudad y otras zonas de la región, grupos humanos como es el caso de los “tabiqueros” y los campesinos forestales que se ubican entre los sectores de población más marginados y en condiciones de extrema pobreza.

Siendo la Ciudad de Morelia el centro urbano-poblacional más importante, no logra retener la mano de obra de la región debido a que cuenta con una escasa planta productiva y comercial, ya que siempre se ha orientado la ciudad a los servicios y el turismo; la agricultura comercial de la región se da en áreas de riego y se orienta a la producción de hortalizas que se destinan en su mayor parte al mercado de la capital del país y la zona urbana de Morelia, sólo en los últimos años la actividad agricola temporalera, así como la ganadería extensiva y semiestablecida (para producción de leche) tienden a abandonarse debido a los pocos incentivos en lo general y a la desaparición de las granjas lecheras ante el acaparamiento de tierras para fines residenciales y de descanso (clubes privados).

La actividad industrial es escasa, siendo la forestal la más importante en empleo y derrama económica sobre todo por la presencia de la tercera planta de celulosa más grande del páis (CEPAMISA), el comercio es principalmente suntuario, esto ha ocasionado que para la población local (de la región) las oportunidades de empleo sean limitadas y mal remuneradas, teniendo sobre todo los jóvenes campesinos sin tierra sólo tres opciones: el comercio ambulante, la migración a los Estados Unidos (bracerismo) o las actividades marginales como peón en la construcción o de “tabiquero”; Morelia se caracteriza por “… ser una ciudad que expulsa su mano de obra debido a las pocas y mal pagadas oportunidades de empleo…”.(4).

Así también, la ciudad experimenta un impresionante crecimiento poblacional mismo que es del 4,93% anual, debido entre otros factores a la migración masiva que ha experimentado el Distrito Federal, siendo Morelia una de las principales receptoras de los “urbanitas-defeños”; lo que ha implicado un aumento sustancial en la demanda de vivienda e infraestructura, tanto de servicios como turística ya que se ha tratado de dar un fuerte impulso a esta actividad, es a ese incremento que obedece el “boom” que ha registrado en los últimos 10 años la actividad tabiquera en la región.

4.4 LA ACTIVIDAD TABIQUERA EN LA REGION

La actividad tabiquera en la Región Charo-Morelia se ubica básicamente en 2 zonas de producción que son: la zona de Charo, entre la ciudad de Morelia y el poblado de Charo, en donde se localizan 18 centros de producción; y, la zona de Morelia, al sur de la ciudad del mismo nombre, en el área aledaña a la Presa de Cointzio sobre la carretera a Pátzcuaro.

En total son 25 los centros de producción en los cuales se concentran 245 productores tabiqueros, en promedio diez por cada centro, formando pequeños núcleos de población ya que en la misma área de trabajo se ubica el asentamiento de las familias tabiqueras, tanto por carecer de un espacio propio para vivir como para estar cerca del trabajo, ya que en la producción participan la mayor parte de los miembros de la familia (jefe de familia, esposa e hijos mayores de 6 años); en promedio cada núcleo familiar está formado por 6 miembros, siendo la población que depende directamente de esta actividad del orden de las 1.500 personas en la región.

Las personas que se dedican a la producción de tabique como principal o único quehacer productivo, que es el caso, son en general hijos de campesinos (ejidatarios) sin acceso a terrenos productivos y jornaleros agrícolas emigrados de otras regiones del Estado, que con el tiempo han adquirido el carácter de avencidados, la mayor parte son población que oscila entre los 25 y 35 años de edad y el conocimiento y técnica de producción lo adquirieron gracias a algún pariente o amigo.

Los terrenos sobre los que se establecen no son propiedad de ellos, además de que su estancia no rebasa en promedio los dos años, tiempo en el que se agota la tierra (arcilla) disponible o bien se vence la concesión o permiso de uso del predio, procediendo a trasladarse a otro predio que normalmente está dentro de la misma zona de influencia; dada esta movilidad y al hecho de que los centros de producción se ubican alejados de las áreas urbanas, los tabiqueros no disponen de los más elementales servicios (agua, drenaje, luz) viviendo en condiciones de extrema insalubridad, por lo general hacinados en chozas improvisadas construidas con cartón (de ello se deriva que se registra un índice alto de mortalidad infantil), en promedio 2 por familia, en la primera infancia, debido a enfermedades gastrointestinales y de las vías respiratorias).

Lo único que une e identifica a los tabiqueros es su condición de pobreza y la actividad productiva que realizan, ya que incluso los nexos familiares (compadrazgos) tienden a realizarlos con campesinos o poblados estables de la zona como una vía que les facilite tanto la obtención de predios para su labor o el apoyo en circunstancias especialmente críticas; aunque si llegan a realizar algunas tareas de manera conjunta, como son la negociación de los terrenos o la adquisición de la madera, esto no tiene más que un carácter coyuntural; debido a que no cuentan con derechos sobre la tierra, ni estudios (la mayor parte son población analfabeta) así como a la movilidad que los caracteriza (constantemente se retiran tabiqueros, los que logran ahorrar para pagar el “pollero” que los pase al otro lado de la frontera con Estados Unidos, bracerismo, y en su lugar se incorporan desempleados, la organización productiva y social no se ha planteado siquiera como posibilidad, aunque muchos sí coinciden en su necesidad.

Es clara en estas zonas la nula participación de las instituciones asistenciales, tanto públicas como privadas, ello se explica en parte por el hecho de que como sociedad civil y gobierno no pensamos en la actividad productiva que nos permite disponer de vivienda; no existiendo esta actividad ni quienes la realizan para fines siquiera estadísticos, además al ser una actividad que depende de la dinámica de la industria de la construcción, crea una dependencia de los tabiqueros respecto a las empresas constructoras y los consorcios dedicados a la venta de materiales de construcción, que adquieren el millar de tabique a 70.000 pesos en época de secas y a 90.000 en temporada de lluvias, y lo revenden al consumidor final a 250 y 300.000 pesos, con ganancias superiores al 200%, lo que deja al tabiquero con raquíticos ingresos para el tiempo que dedican a la producción, normalmente laboran un promedio de 10 a 12 horas diarias durante 6 días de la semana.

FASES Y COMPONENTES DE LA PRODUCCION TABIQUERA

FASEPRINCIPALES ACCIONESCONDICIONES DE TRABAJO
1.-Localización del área y acomodo
  1. Selección del sitio
  2. Negociación con propietario
- Se realiza en grupo principalmente (+ 10 familias).
2.-Preparación del tabique crudo
  1. Limpieza y molido de la arcilla
  2. Mezcla y amasado de arcilla y aserrín
  3. Llenado de los moldes
  4. Vaciado y secado (de 2 a 3 días)
- Se realiza en galerones que se van formando como producto de la extracción de la arcilla, participando principalmente los niños y el padre.
3.-Llenado del horno
  1. Acomodo piramidal del tabique crudo (1 día)
- El horno se forma de tabique y es producto de la primera quema o “tirada”.
4.-Cocido del tabique
  1. Alimentación y atizado del horno (de 1,5 a 2 días)
  2. Enfriado
- Los tiempos de esta fase los condiciona el clima, ya que los hornos se sitúan al aire libre.
5.-Desmontado y acomodo
  1. Separación por capas del tabique
  2. Selección y acomodo
 
6.-Venta del producto
  1. Se realiza libre a bordo de horno
- Los compradores, intermediarios, son de dos tipos:
- Intermediarios independientes
- Agentes de empresas mayoristas, distribuidoras de materiales para la construcción.
7.-Abastecimiento de leña
  1. Contratación de volúmenes
  2. Traslado
  3. Preparación de la leña (secado y rajado)
- Compiten con pequeñas industrias por los volúmenes.
- Dependiendo de la temporada la transportan 25–30 km. hasta más de 100 km

La actividad tabiquera se inicia con la localización del área en la que se establecerá el centro de producción, los más retirados de la ciudad de Morelia se localizan a 20 km; es la única acción realizada de manera conjunta por el grupo de tabiqueros, posteriormente se procede a negociar con el usufructuario (si es ejido) o propietario, la concesión o renta del predio; cuando se trata de ejidos, éstos normalmente dan el permiso por acuerdo de Asamblea, y sin mucho problema ya que como se ha mencionado los solicitantes en su mayoría son hijos de ejidatarios o avecindados, el requisito o condición es que se aportará al fondo económico del ejido el costo de un millar o millar y medio de tabiques (entre 70 y 135.000 pesos aproximadamente) cada semana. Tratándose de predios particulares, éstos ceden el terrreno a cambio de la mitad de la producción y el compromiso de exclusividad en la venta de toda la producción; ya que normalmente se trata de “coyotes” que funcionan como intermediarios en la venta directa al público o como agentes de las empresas comcerciales, que en realidad subarriendan los predios.

Una vez resuelto este punto se procede a la habilitación del espacio, establecer la vivienda, la galera de trabajo (área donde se extrae y prepara el tabique) y el horno.

La preparación del tabique crudo es una labor en la que participan los adultos y niños mayores de 6 años, tres miembros de la familia en promedio, y consiste en la excavación y paleado de la arcilla, cernido y medido de ésta, para proceder a su amasado y mezcla con aserrin, en proporción de 3:1 hasta obtener una masa espesa; estas labores se realizan con pala, cernidor de tela de alambre, posteriormente se realiza el llenado de los moldes (rejillas con capacidad variable (de 16 a 30 piezas por molde). Posteriormente se separa del molde (una vez que ha perdido humedad la masa y se contrae, facilitando la separación) y se procede a acomodarlo en el piso para dejarlo secar, esta fase ocupa de 2 a 3 días de labor. En la región se produce tabique de caja y de agua, siendo sus medidas de 25 cm de largo, 5,5 cm de alto y 12 cm de ancho con un peso medio de 1,2 kg por pieza.

Los hornos son estructuras piramidales de aproximadamente 2,5 m de alto por 3,5 m de ancho, construidos con el tabique, producto de la primera quema o “tirada” que realizan, disponiéndose al ras del suelo donde se sitúa la boca del horno (arbitrariamente puede tener 1 a 3 bocas); los hornos cuentan con 4 paredes sin techo, ya que sirve para facilitar la colocación de las piezas, los hornos tienen una capacidad de 5 millares de tabiques, que para su acomodo en el interior del horno requieren de un día de trabajo.

Para el cocido del tabique se enciende el horno, empleando la leña más resinosa y seca de pino, emplean principalmente esta especie y encino sólo en época de escasez y en poca proporción, manteniéndose el fuego y su intensidad de manera ininterrumpida durante 24 horas, la cantidad de leña empleada por quema o tirada es de 1 carga de 3 en promedio (tomando como referencia lo que acomodan en una camioneta de doble rodado) utilizando rollizos (volúmenes de cortas dimensiones) ya que cuando emplean brazuelo y ramas el consumo de leña llega a aumentar, realizan una quema por semana con una producción de 5 millares por tirada, debido a las caracteristicas del proceso de cocimiento, tienen un nivel de desperdicio, tabique crudo y quebrado, del 10% lo que consideran normal y no afecta la producción obtenida ya desde el acomodo colocan excedente de tabique crudo para compensar el desperdicio.

En total los tabiqueros realizan 30 quemas al año por familia con una producción anual de 150 millares, lo que significa un consumo anual de 90 m3r de madera por tabiquero; y una producción de 36.750 millares de tabiques con un consumo de 22.000 m3r para los 245 tabiqueros de la región Charo-Morelia.

Una vez que termina el cocido se deja enfriar de 12 a 24 horas, lo cual depende como toda esta fase de las condiciones climáticas.

El desmontado y acomodo se lleva a cabo una vez que se ha enfriado el tabique, se procede a su acomodo a un lado del horno realizándose simultáneamente la separación del “tabique crudo”, desperdicio.

La venta del producto se realiza por millares libre a bordo del centro de trabajo, siendo su precio de 70.000 pesos en época de secas y 90.000 en la temporada de lluvias, los compradores son principalmente intermediarios que cuentan con 2 ó 3 camiones y venden al consumidor final en los mercados o a las entradas de la ciudad de Morelia, y los agentes o empleados de los centros distribuidores de materiales de construcción (los más importantes acaparadores en la región son 4), quienes venden, como ya se indicó, a 250.000 pesos el millar en “las secas” y 300.000 pesos en “las lluvias” puesto en el lugar de construcción.

Cuando un grupo de 2 ó 3 tabiqueros consiguen un transporte intentan concurrir directamente al mercado, pero acaban desistiendo debido a que: el “flete” les resulta costoso, las presiones y chantaje de los oficiales de tránsito les ocasiona fuertes egresos (“mordida”); es por ello que optan seguir vendiendo a los intermediarios, además claro del control que sobre ellos ejercen éstos, ya que cuando no son medieros (subarrendadores) encuentran la forma de tener endeudado (pagando adelantos) al tabiquero lo que les garantiza una producción cautiva.

Por lo que concierne al abastecimiento de leña combustible, su adquisición la realizan en 3 zonas de producción forestal: la de Morelia-Charo con un 30% de sus volúmenes de consumo, la de Acuitzio-Villa Madero un 20% y la de Hidalgo con un 50% de la madera empleada, dado que emplean volúmenes considerados como comerciales, trocería de cortas dimensiones y material celulósico lo que los obliga a tener que competir en precio con las pequeñas industrias productoras de caja de empaque y tarimas, así como con las empresas de celulosa y aglomerados, los precios a los que compran es de entre 30 y 40.000 pesos el m3r libre abordo de predio, las distancias de transporte son de 20 a 30 km en la zona de Charo-Morelia, de 40 a 60 km en la de Acuitzio y hasta 100 km para la madera que obtienen en la zona de Hidalgo.

El traslado lo realizan normalmente en vehículos contratados al ejido o a algún comerciante del poblado cercano, y son camionetas de doble rodado, en ocasiones sobre todo en épocas de escasez de leña se juntan grupos de tabiqueros y hacen una compra grande (10–15 m3r) fletando un camión grande.

El aserrín lo adquieren en aserraderos cercanos a un precio de 25.000 pesos la carga de 2 m3r, tanto la adquisición de la madera como el aserrin resultan cada día más problemáticas debido a la competencia con industrias que cuentan con financiamiento y apoyo institucional; por lo que se obligan a comprar sus maderas en el mercado clandestino, sobre todo en la zona de Hidalgo, que es la más importante productora de materias primas forestales en Michoacán y la que concentra el mayor número de industrias madereras.

4.5 FUENTES DE LA BIOMASA EN LA REGION

Las regiones central y oriente del Estado de Michoacán concentran la mayor superficie comercial de la entidad (el 65%) y más del 50% (1.300.000 m3 rollo) del potencial maderable, en este apartado se consideran las zonas de: Hidalgo, Charo-Morelia y Acuitzio-Villa Madero de acuerdo a la importancia que tienen en la obtención y abasto de madera a la industria tabiquera.

La Zona de Hidalgo: abarca los Municipios de Hidalgo, Maravatio, Zinapecuaro y Tuxpan, es la más importante área de producción de madera del Estado, con un volumen total autorizado de 1.137.000 m3r de los cuales un 70% es de pino y el restante 30% abarca oyamel y encino, la producción se distribuye por tipo de tenencia en un 65% ejidal, 25% particular y un 10% comunal, pero es controlada en un 90% por contratistas (tanto industriales, como intermediarios) la zona cuenta con la suficiente infraestructura vial de acceso a las áreas de aprovechamiento, las operaciones de monte (derribo, troceo, arrime) y la extracción se realizan con el empleo de herramientas y equipos que si bien no son los mejores tecnológicamente sí son los más adelantados que se emplean en el estado.

La zona cuenta con 362 industrias que suman una capacidad instalada de 2.088.000 m3r, siendo la dominante en número y capacidad la de transformación primaria (aserrío) siguiéndole en importancia la de aglomerado con capacidad instalada y en número la pequeña industria dedicada a la producción de tarimas, caja de empaque, bastón y partes para muebles, que consume principalmente volúmenes de cortas dimensiones o secundarios y que constituye el principal competidor para los tabiqueros, de esta zona se adquiere para la producción de tabique 11.000 m3r anuales que son comprados a las empresas contratistas.

La Zona Charo-Morelia: abarca los Municipios de Indaparapeo, Queréndaro, Charo, Morelia y, parcialmente, Tzitzio; esta zona cuenta con un volumen autorizado de 131.000 m3 rollo siendo su potencial anual de producción cercano a los 200.000 m3r, las principales especies que se extraen son el pino con un 80% y el encino con el 20% si bien por tipo de propiedad los predios bajo aprovechamiento son en orden de importancia ejidal, particular y comunal, la producción es controlada en un 80% por empresas contratistas, cuenta con una deficiente infraestructura de acceso a las áreas bajo aprovechamiento, orientándose sólo a la extracción de los volúmenes de pino, la industria forestal en la zona es de 25 instalaciones dedicadas 22 de ellas al aserrío con una capacidad instalada de 67.000 m3 rollo, no se cuenta con información sobre el número y capacidad de las pequeñas industrias madereras y no se incluye a la fábrica de Celulosa y Papel de Michoacán (CEPAMISA), que tiene una capacidad instalada cercana a los 300.000 m3r y capta sus abastecimientos de todo el estado y otras regiones del país, esta zona es una importante abastecedora con volúmenes clandestinos de morillos y vigas labradas para la construcción residencial de estilo campestre que abunda en el área de Morelia. Se ha estimado que por este concepto se extraen 50.000 m3r al año (5), tan sólo en el área forestal de Morelia. La zona es la más cercana a los centros de producción tabiquera obteniendo de ella el 30% de sus volúmenes.

La Zona Acuitzio-Villa Madero cuenta con un volumen total autorizado de 156.000 m3 rollo correspondiendo el 65% a pino, el 15% a encino y el restante 20% a madroño, oyamel y otras hojosas, el área estuvo concesionada hasta hace 3 años a una empresa paraestatal del Gobierno del Estado por lo que la tenencia de la tierra es en un 90% ejidal, la producción era controlada por la empresa concesionaria; en la actualidad cuenta con 51 industrias madereras, siendo la más importante el complejo industrial de propiedad estatal, la capacidad instalada es de 304.000 m3 rollo, de esta zona se canaliza el 20% de las leñas empleadas por la industria tabiquera. Cabe destacar que esta zona es también la más importante productora de carbón de pino y encino, aunque no se tienen cifras sobre los montos de producción.

Como se ha podido apreciar en la región, en sus tres zonas, existe un grave desequilibrio entre la capacidad instalada que es de 2.460.000 m3r (considerada para turno de 8 horas al día durante 260 días al año), y los volúmenes autorizados que es de tan sólo 1.424.000 m3r. Es decir, una capacidad instalada superior en casi un 100% a los volúmenes disponibles, sin considerar a CEPAMISA ni a la pequeña industria de la madera principalmente artesanal que no se ha cuantificado en la región ni en el Estado; como es por todos sabido aunque no reconocido la industria opera todo el año, y algunas incluso lo hacen 2 turnos diarios por temporadas, lo que significa que más de un millón de m3 rollo son extraídos clandestinamente tan sólo en la región y la competencia por estas maderas es grande, por lo que los tabiqueros se ven enfrentados a un mercado en el que son los menos competitivos y por lo tanto quienes adquieren los volúmenes más caros; más aún si consideramos que en las regiones norte y oriente existen por lo menos otras tres zonas tabiqueras.

4.6 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

4.6.1 Conclusiones

4.6.1.1 Conclusiones generales para la actividad tabiquera

La actividad tabiquera y quienes de ella viven enfrentan una situación contradictoria, por una parte han sido el sustento y la refrencia que caracteriza el proceso de urbanización y adquisición de un estatus para la población que ya siente haber salido del “subdesarrollo socio-cultural”, lo que ha permitido el fortalecimiento de uno de los más importantes grupos económicos del país (el ligado a la industria de la construcción) que realmente ha resultado el gran beneficiado con los esfuerzos modernizadores del país, lo que resulta contrastante con el hecho de que los tabiqueros están en el sector más marginado de la sociedad mexicana, sin oportunidad de figurar en las estadísticas censales y mucho menos de ser receptores de los servicios y apoyos asistenciales que proporciona el Estado (equipamiento, educación, salud, capacitación técnica, financiamiento), etc.

De continuar los modelos de construcción especialmente de vivienda (tendencia que se da por hecho) y considerando que el país enfrenta un déficit de 7,5 millones de viviendas, tenemos que la producción de tabique se orienta a un incremento sustacial a pesar de que a la construcción se han incorporado nuevos materiales sustitutos del tabique, como la tabla-roca y el block o ladrillo de concreto entre otros que hasta la fecha no han tenido aceptación en la vivienda unifamiliar, que es la predominante en el país, destinándose estos materiales a edificios públicos o complejos habitacionales para sectores proletarizados. Los incrementos en la demanda de tabique, como es el caso de la zona urbana de Morelia, repercutirán en las condiciones de marginación de los tabiqueros de no ser modificadas las circunstancias de trabajo y mercado a las que están sujetos.

Si consideramos la producción tabiquera del Estado de Michoacán y la población involucrada (conservadoramente 150.000 millares y 1.500 familias), se concluye que se justifica plenamente una investigación más profunda e integrada así como la experimentación y puesta en práctica de medidas que se orienten a mejorar la producción, el mercado y las condiciones de vida de los tabiqueros, más aún si tomamos en cuenta el impacto que tiene esta industria familiar en el recurso forestal, dadas las condiciones de abastecimiento y de incremento en la demanda de madera. Asimismo, debido a las condiciones sociales y culturales de los tabiqueros, resulta difícil intentar su organización socio-productiva y la canalización de apoyos por las vías convencional-institucionales ya que se tienen serias limitaciones (figuras asociativas, requisitos, papeleo legal, etc.); por lo que las acciones que se emprendan sólo pueden ser como iniciativa e incentivando el interés de organizaciones no gubernamentales.

4.6.1.2 Conclusiones generales para la situación de las fuentes de biomasa en la región

Como se ha podido apreciar, en forma por demás somera, los ecosistemas forestales de la región se encuentran sometidos a una fuerte presión extractiva, que ya alcanzó el volumen potencial para aprovechamiento del Estado (que es de sólo 2.452.000 m3r), lo que resulta crítico si consideramos que otras regiones como la Sierra Purépecha y la Región de Pátzcuaro-Tacámbaro enfrentan un problema igual o mayor de clandestinaje y demanda de madera.

Esto ha ocasionado una situación de deterioro y degradación de los bosques de coníferas de la región y el Estado con las implicaciones negativas que esto conlleva no sólo para el futuro de la silvicultura en la región, sino también para la conservación del medio ambiente y las condiciones de producción agropecuaria y disponibilidad de agua en la región, lo que ya se aprecia como problema en las zonas de Zinapécuaro, Laguna de Cuitzeo, Valle de Morelia y Presa de Cointzio, de ahi que resulte urgente el emprender acciones de reorientación y control sobre la industria maderera, los procesos de aprovechamiento de materia prima y de recuperación ecológica (plantaciones, protección de áreas críticas, etc.), ya que de continuar la dinámica de extracción/consumo de materia prima, tanto la industria forestal como la tabiquera enfrentarán una seria crisis de abasto.

4.6.2 Recomendaciones

4.6.2.1 Recomendaciones para la actividad tabiquera

Promover entre instituciones locales (del Gobierno del Estado) como el sistema para el desarrollo integral de la familia (DIF) y Organizaciones No Gubernamentales, el interés para emprender asesorias y apoyo a los tabiqueros en los aspectos de: mejoramiento del proceso y condiciones de producción, habilitación mediante tecnologías no convencionales del equipamiento habitacional mínimo (letrinas, fogones, diseño y distribución de espacios en la vivienda, etc.), canalización de los servicios médicos elementales (vacunaciones, revisiones periódicas, medicamentos, etc.).

Apoyar e inducir la organización socio-productiva de los tabiqueros, a nivel de los centros de producción y de la región, bajo formas asociativas que resulten más apropiadas y los convenza a ellos, a fin de impulsar entre los tabiqueros y ONG's proyectos que permitan captar financiamientos para probar opciones tecnológicas de hornos, uso de energéticos alternativos, mejorar las condiciones de compra de la leña y abrir opciones de acceso directo al mercado de la construcción.

Propiciar mediante acciones concertadas entre tabiqueros y los propietarios de las áreas de producción (ejidatarios y pequeños propietarios) proyectos de plantaciones energéticas, lo que resulta viable de plantearse una estrategia apropiada de inducción-concertación, ya que como se apreció en las visitas y recorridos, existen suficientes predios en condiciones para garantizar la viabilidad de las plantaciones.

Promover ante las instituciones responsables de la construcción y las autoridades municipales, la aplicación de medidas que estimulen e incentiven la relación directa entre tabiqueros y consumidores, lo que redundará en beneficios para ambas partes.

4.6.2.2 Recomendaciones para la situación de las fuentes de biomasa en la región

Es necesario realizar los estudios en un nivel de detalle más profundo, apoyados financieramente, para contar con información actualizada sobre la dinámica de extracción-depredación, ubicación de las zonas más críticas que permita a las instituciones responsables establecer las medidas de racionalización de los procesos de extracción, control sobre el clandestinaje y conservación-recuperación de las masas forestales.

Especial atención debe darse a la industria maderera; ya que de no ser regulada en su instalación, funcionamiento y vicios en el abastecimiento seguirá siendo el principal factor de depredación forestal en la región.

Dada la fuerte y creciente demanda de madera como energético para tabiqueras, alfarerías y otras pequeñas industrias (panaderías, baños) así como para consumo doméstico, debe ser prioritario el establecimiento de plantaciones energéticas y de recuperación forestal, para lo cual se ocupa de proyectos y estrategias que estén sustentados en las condiciones reales de la región e involucren activamente a los campesinos poseedores de la tierra y a los beneficiarios de la materia prima.

4.7 ANEXOS

4.7.1 Notas Bibliográficas

  1. ESTADISTICAS HISTORICAS DE MEXICO. Tomo II, pág. 850. INEGI-INAH. México 1986.

  2. ESTADISTICAS HISTORICAS DE MEXICO. Tomo I, pág. 116. INEGI-INAH. México 1986.

  3. ESTUDIOS MICHOACANOS. Volumen II, pág. 230. Carlos Herrejón Peredo, coordinador; Colegio de Michoacán, Gob. de Michoacán. México 1986.

  4. AGROFORESTERIA Y PARTICIPACION JUVENIL EN ZONAS PERIURBANAS: EL CASO DE MEXICO. Vol. I, pág. 19. SARH-FAO. México 1989.

  5. Estimaciones realizadas por el personal de inspección y vigilancia forestal de la Delegación de la SARH en el Estado de Michoacán.

  6. Las cifras de volúmens autorizados corresponden al año de 1985 y las de capacidad instalada a las registradas y amparadas con autorización de aprovechamiento, y fueron obtenidas de los archivos de la Subsecretaría Forestal ya que no se dispone de información más reciente.

4.7.2 Bibliografía Consultada

BASSOLS, A.; 1980. Geografía Económica de México, Edit. Trillas 4a. ed. México,

HERREJON PEREDO, C. Estudios Michoacanos. Vol. II, Colegio de Michoacán. Gobierno de Michoacán. México, 1986.

INEGI-INAH. 1986. Estadísticas Históricas de México. Tomos I y II. México,

MUNICIPIOS DE MICHOACAN, LOS; Col. Enciclopedia de los Municipios de México. Ed. Gobierno del Estado. Morelia, Mich. México 1989.

SAHAGUN, FRAY BERNARDINO DE (1547); Historia General de las Cosas de la Nueva España. Edit. Porrúa. México, D.F. 1985.

SARH. Información básica, Mimeo. Morelia, Michoacán. México 1973.

SARH. Inventario Forestal de Michoacán. Comisión Forestal de Michoacán. Morelia, Mich. México 1973.

SARH - Subdirección de Inspección y Vigilancia. Información Básica de Michoacán, Vol. 16. México, D.F. 1983.

SARH-FAO. Agroforestería y Participación Juvenil en Zonas Periurbanas. El Caso de México. Vol. 1, pág. 19. México, 1989.

SARH. Estadísticas y material documental de archivo. Archivo de la Dirección General de Política Forestal 1984–1988.

VINDOBONENSIS, El Codice; José Luis Melgarejo Vivanco. Instituto de Antropología, Universidad Veracruzana. Xalapa, ver. 1980.


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