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Capítulo 9 ENSAYO DE LA SEMILLA (continuar)

Determinación del contenido de humedad

Ya se ha subrayado en el Capítulo 7 la importancia que tienen el contenido de humedad (CH) para mantener vivas las semillas almacenadas. A fin de controlar las operaciones de secado (o humedecido) de las semillas como preparación para el almacenamiento y comprobar la estabilidad del contenido de humedad durante éste, es lógica esencial disponer de métodos fiables para medir la cantidad de humedad en una muestra determinada.

Justice (1972) ha clasificado los métodos para determinar el contenido de humedad de las semillas en los dos tipos siguientes: (a) métodos básicos, en los que la humedad se extrae de las semillas mediante calor y se mide mediante la pérdida de peso del material original o mediante el peso o volumen de la humedad condensada, y (b) métodos prácticos, indicados para el trabajo rápido de rutina y normalizados con respecto a uno o más de los métodos básicos. Es probable que no se pueda extraer toda la humedad de las semillas sin extraer al mismo tiempo pequeñas cantidades de otros componentes volátiles o sin producir en el material unos cambios químicos que supondrían cambios de peso. Al aplicar cualquier método, por consiguiente, es preciso ajustarse fielmente al procedimiento prescrito, a fin de que sean comparables los resultados de todos los ensayos realizados con ese método.

Hasta hace poco tiempo la ISTA prescribía tres posibles procedimientos: (1) secado en estufa durante 17 horas a 103°C; (2) secado en estufa durante un período de entre 1 y 4 horas a 130°C, y (3) destilación con tolueno. El método (2) es aplicable únicamente a determinadas semillas agrícolas, y el método (3), que antes se utilizaba con Abies, Cedrus, Fagus, Picea, Pinus, y Tsuga, se ha eliminado en la actualidad al haberse dejado de utilizar en la práctica (ISTA 1981c). De esta manera sólo queda como método aplicable a los árboles forestales el método (1), el llamado “método de secado en estufa a temperatura baja y constante”.

El ensayo debe realizarse sobre dos muestras de unos 5 g cada una obtenidas de la muestra de trabajo que incluye impurezas, no sobre semillas puras. Las semillas grandes deben triturarse, romperse o cortarse en pequeños fragmentos para facilitar el secado, y una buena norma práctica es romper las semillas que por término medio tengan más de 10 mm de diámetro o longitud (Bonner 1981). Se pesan las muestras y después se introducen, colocadas en recipientes metálicos y bien espaciadas para facilitar la circulación del aire, en una estufa que se mantiene a una temperatura de 103°C ± 2°C durante 17 ± 1 horas. Al término de ese período se colocan las semillas en una desecadora para que se enfríen durante 30–45 minutos, y después se vuelven a pesar. La humedad relativa del laboratorio en el que se efectúa el pesaje final debe ser inferior al 70 por ciento, para evitar que se produzca una rápida reabsorción de humedad. La diferencia en CH de las dos muestras no debe superar un determinado porcentaje de tolerancia. Si supera ese nivel, se debe someter a ensayo a otro par de muestras; si no lo hace, el resultado final es la media de las dos muestras. La ISTA prescribía antes para todas las especies una tolerancia del 0,2 por ciento, pero, como señalaron Gordon (1979) y Bonner (1981), no se puede aplicar a todas las especies un mismo valor de tolerancia. En el Congreso de la ISTA de 1983, celebrado en Ottawa, se convino en establecer de la manera siguiente las tolerancias aprobadas para los ensayos de humedad en semillas arbóreas:

Estado de la muestraPorcentaje de tolerancia
Semillas pequeñas, humedad <12 por ciento, por ejemplo Picea, Alnus0,3
Semillas grandes, humedad <12 por ciento, por ejemplo Carya0,4
Semillas pequeñas, humedad >12 por ciento0,5
Semillas grandes, humedad de 12 a 25 por ciento0,8
Semillas grandes, humedad >25 por ciento, por ejemplo Quercus2,5

Para los laboratorios de semillas arbóreas situados en zonas tropicales que desean ajustarse a las Reglas de la ISTA, esta relajación de las tolerancias supondrá una ayuda considerable.

El cálculo del contenido de humedad debe hacerse sobre la base del peso en húmedo o en fresco (véanse las páginas 184–186), es decir:

Aunque la utilización del peso en húmedo como punto de partida es el procedimiento que prescribe la ISTA y se está convirtiendo cada vez más en la forma normal de expresar el contenido de humedad, aún no es universal. Para evitar dudas, el método que se ha utilizado para calcular el contenido de humedad debe indicarse explícitamente en cualquier certificado o comunicación de resultados.

Como explicaron Gordon y Rowe (1982), siempre que se mida el peso en fresco inicial de un lote de semilla y se calcule el contenido de humedad inicial (peso en húmedo) secando una muestra en estufa, todo nuevo CH al que se llegue como resultado del secado (o humedecido) puede calcularse directamente a partir del nuevo peso del lote de semilla; no es necesario volver a secar en estufa las muestras con el nuevo CHG. El peso deseado del lote que se quiere conseguir mediante el secado (o humedecido) puede calcularse multiplicando su peso inicial por el porcentaje inicial de materia seca y dividiéndolo después por el porcentaje deseado de materia seca.

Ejemplo: 1) Si el peso en húmedo inicial de un lote de semilla es de 50 kg, y su CH (en peso en húmedo), que se ha determinado secando una muestra en estufa, es del 25 por ciento, el peso en seco tras secado en estufa es igual al 75 por ciento del peso en húmedo, es decir 37,5 kg.

2) Si mediante un período de secado se reduce el peso en húmedo a 46,5 kg, el nuevo CH (en peso en húmedo) =

3) Si se desea reducir el CH (en peso en húmedo) al 10 por ciento, entonces el peso en seco deseado será el 90 por ciento del nuevo peso en húmedo, y habrá que volver a secar el lote de semilla hasta que su peso en húmedo sea =

Los humidímetros eléctricos ofrecen rápidas estimaciones de la humedad de las semillas, pero no se consideran suficientemente precisos para los ensayos oficiales. Su rapidez los hace muy útiles en determinadas situaciones; por ejemplo deben ser lo bastante precisos para comprobar la humedad de semillas de árboles como guía para secar las semillas antes de almacenarlas (Bonner 1974, 1981). Las lecturas de estos aparatos se convierten en contenido de humedad de la semilla mediante unos gráficos que proporciona el fabricante o se obtienen de unas curvas de calibración realizadas en el laboratorio respecto de la especie de que se trate. En su mayoría los humidímetros no miden una humedad superior al 15–20 por ciento y necesitan un mínimo de 90–100 g de semillas por ensayo (Bonner 1981). En Tailandia se ha utilizado con éxito durante varios años, para medir el CH de los granos de arroz, un humidímetro eléctrico de fabricación local, barato y portátil (Kosol 1984), aparato que podría utilizarse con las semillas arbóreas de parecido tamaño. Este aparato mide la capacitancia eléctrica y utiliza como fuente de energía una pila de 9 voltios.

Los humidímetros eléctricos están indicados para las semillas pequeñas, pero no pueden utilizarse con semillas grandes como las de Juglans o Quercus; tampoco resulta fácil medir con ellos las semillas aladas, como las de Fraxinus (Bonner 1978). Las semillas grandes o aladas pueden secarse rápidamente en una estufa de microondas. Siempre que la estufa se caliente previamente, el secado puede efectuarse en cinco minutos y el pesado en otros seis minutos inmediatamente después si se dispone de una balanza electrónica o tras 30–45 minutos de enfriado en una desecadora si la operación se realiza en una balanza ordinaria (Bonner y Turner 1980). Cabe esperar que los resultados estén dentro de un intervalo del 7 por ciento, con una probabilidad del 0,05 en el caso de las semillas grandes con CH alto, como las de Quercus, y dentro de un 2 por ciento en las de Fraxinus y Carya, frente a los resultados más precisos que ofrecen los métodos tradicionales, que son más lentos.

Un método sencillo y barato es secar rápidamente semillas consiste en utilizar una lámpara de infrarrojos (Gordon y Rowe 1982). Se somete una muestra pesada al calor de una lámpara de infrarrojos cuya intensidad es tal que las semillas pierden toda su humedad, sin quemarse, en unos 20 minutos. Cuando las semillas dejan de perder peso, se mide el nuevo peso y se calcula la pérdida en términos porcentuales.

Recientemente se ha publicado una descripción actualizada de la medición del contenido de humedad de semillas arbóreas (Bonner 1981).

Otros ensayos

En caso necesario, pueden hacerse otros ensayos cualitativos u observaciones, respecto de los cuales no son necesarias prescripciones pormenorizadas. En muchos casos pueden combinarse con el ensayo de pureza. Son entre otros los siguientes:

Determinación de la autenticidad

Existen varios métodos para determinar si las semillas son de la especie que se afirma. Son los siguientes:

  1. identificación segura de los árboles padres y certificación de los mismos, preferiblemente sobre la base de muestras de herbario.

  2. Identificación de las semillas mediante una clave analítica o mediante comparación con una colección de referencia.

  3. Identificación de la plántula. Posiblemente esta es la única manera de determinar si el lote de semillas está contaminado por híbridos o por una mezcla de dos o más especies cuyas semillas tienen características semejantes. Disponer de una clave y una colección de plántulas de referencia facilita la identificación (Turnbull 1975d).

En la mayoría de las especies no es posible autentificar las semillas desde el punto de vista de su procedencia, pero se han realizado algunos progresos en este ámbito con Pseudotsuga y Abies (Bonner 1974), y la utilización de técnicas isoenzimáticas puede abrir nuevas posibilidades (Burley 1976).

Determinación de daños y estado sanitario

Durante el ensayo de pureza, el operario debe prestar atención a la posible presencia de daño mecánico o infestación patogénica, que pueden indicar la necesidad de mejorar los métodos de transporte o procesamiento que se utilizan.

Cálculo de los resultados

Los ejemplos que figuran a continuación indican el tipo de cálculos que es necesario efectuar en las diversas fases del ensayo de semillas.

Pureza

Peso de la muestra de trabajo completa62,52 g
Peso de semilla pura56, 89 g

Peso de la semilla

El peso de 1 000 semillas puede calcularse de la manera siguiente:

O bien

a) Se determina el peso de la semilla en 8 × 100 semillas tomadas del componente de semilla pura del ensayo de pureza.

Réplica No12345678TotalMedia
Peso (g)3,813,693,753,793,823,723,713,7930,083,76

Como este valor es considerablemente inferior al máximo de 4,0 que prescribe la ISTA, se estima que la muestra es homogénea y no es preciso tomar nuevas muestras.

Peso de 1 000 semillas = 3,76 × 10 = 37,6 g

O bien

b) El peso de la semilla se determina en 1 000 semillas tomadas del componente de semilla pura del ensayo de pureza, sin replicación.

Peso de 1 000 semillas = 37,6 g.

El número de semillas por unidad de peso puede obtenerse de la manera siguiente:

Germinación

El ensayo se efectúa sobre réplicas de 4 × 100 semillas tomadas del componente de semilla pura del ensayo de pureza.

Réplica №1234TotalMedia
№ de semillas germinadas al término del ensayo7985768832882
Semillas viables según ensayo de corte4363164

El intervalo en el número de semillas germinadas entre la réplica que tiene más y la que tiene menos es 12 (88–76). La referencia al Cuadro 9.3 en la página 321 indica que el máximo intervalo tolerado para una germinación media del 82 por ciento es 15. Como en este caso el intervalo es inferior a esa cifra, se acepta la muestra como homogénea.

Porcentaje de germinación =82%
Porcentaje de viabilidad =82 + 4 = 86%

Semillas viables por unidad de peso. Combinando el porcentaje de viabilidad y el peso de la semilla pura se obtiene el número de semillas viables que se espera obtener por unidad de peso de semilla pura; sustituyendo el porcentaje de viabilidad por el porcentaje de germinación se obtiene el número de semillas germinables. Si se incorpora un factor relativo al procentaje de pureza, los valores que se obtienen expresan el número de semillas viables o germinables por unidad de peso de semilla “impura”.

 Semilla pura 
 por gpor kg
No de semillas viables26,6 × 86 : 100 = 22,922 900
No de semillas germinables26,6 × 82 : 100 = 21,821 800
   
 Semilla impura 
 por gpor kg
No de semillas viables22,9 × 91 : 100 = 20,820 800
No de semillas germinables21,8 × 91 : 100 = 19,819 800

En el caso de las especies en las que por el pequeñísimo tamaño de sus semillas no se puede realizar el ensayo de pureza, el número de semillas germinadas por unidad de peso de semilla impura se determina mediante ensayo directo. En este tipo de semilla no se pueden obtener las cifras de número de semillas puras por unidad de peso. Aunque por lo general se expresan como “semillas viables por gramo”, hay que señalar que en estas semillas de pequeño tamaño tampoco se puede realizar el ensayo de corte, por lo que, estrictamente, las cifras se refieren a semillas germinables. Véase el ejemplo siguiente:

Peso de réplica de semilla impura (E. grandis) 0,10 g

Réplica No1234TotalMedia
No de semillas germinadas al término del ensayo6573637127268

No de semillas germinables (“viables”) por gramo = 680
No de semillas germinables (“viables”) por kilogramo = 680 000

Energía de germinación. El cálculo de la energía de germinación y el período de energía depende del criterio que se utilice para definir estos conceptos. En el Cuadro 9.5 se ofrece un ejemplo real extraído de Paul (1972). Como se ha señalado supra, el período de energía puede definirse arbitrariamente por anticipado, pero normalmente es muy inferior al período completo del ensayo. En este caso basta con una sencilla evaluación. Si, en este ejemplo, se ha establecido que el período de energía es 12 días, entonces

Período de energía = 12 días

Si, en cambio, se establece que el período de energía llega hasta el día de la germinación máxima, entonces es preciso efectuar evaluaciones diarias tal como se indica en el cuadro, y por lo tanto

Período de energía = 10 días

El análisis de la pauta de germinación sugiere que si se rechazaran todas las semillas que germinan después del punto máximo de germinación se rechazaría una proporción excesiva (60 por ciento) de las potencialmente germinables, mientras que si se aceptaran todas las semillas germinables se prolongaría indebidamente el período de ensayo y probablemente se incluirían algunos gérmenes de muy escaso vigor. En la práctica, con una pauta de germinación como la de este ejemplo estaría indicado establecer que el período de energía se prolonga hasta que la germinación diaria desciende a menos del 25 por ciento del valor máximo. De esta manera,

Período de energía = 16 días

Porcentaje del total de semillas germinables que germina dentro del período de energía = 84 por ciento.

Otra forma de sentido común de medir la energía de germinación, que se utiliza en Zimbabwe (Seward 1980), es el porcentaje de germinación cuando la germinación diaria media llega al máximo (germinación acumulada dividida por el tiempo transcurrido desde la fecha de siembra). En el presente ejemplo (Cuadro 9.5), el punto máximo del porcentaje diario medio de germinación es 3,48 por ciento, el período de energía es 13 días y el porcentaje de germinación es

Con este sistema de medición, el porcentaje del total de semillas germinables que germinan dentro del período de energía es igual a

Valor de germinación. En el Cuadro 9.6 y partiendo de los datos del Cuadro 9.5, se calcula el valor de germinación conforme a los métodos de Czabator (1962) y Djavanshir y Pourbeik (1976).

Determinación indirecta de la viabilidad

Deben utilizarse métodos análogos a los aplicables a los ensayos de germinación, es decir, deben utilizarse cuatro réplicas, ha de comprobarse la homogeneidad de los resultados, y el número medio de semillas llenas aparentemente viables (ensayo de corte) o embriones teñidos (ensayo de tetrazolio) ha de expresarse como porcentaje del total de semillas puras del ensayo.

Cuadro 9.5

Resultados del ensayo de germinación
(tomado de Paul 1972)

Especie: Pinus caribaea var. hondurensisEnsayo No. 26/72
Lote de semilla No. 85/71 
Fecha de siembra: 2/11/72Lugar: Vivero de Mantin
Fecha de terminación: 30/11/72Porcentaje de germinación: 64%
Días desde la siembraSubmuestras
(4 × 100 semillas)
Total diarioTotal acumuladoTotal acumulado como % del total de semillasPorcentaje de germinación diaria mediaTotal diario como % de semillas germinablesTotal acumulado como % de semillas germinables
ABCD
1----------
2----------
3----------
4----------
5----------
6----------
7----------
8687829  29  7,250,9112  11
9599831  6015,001,6712  23
1010  11  13  10  4410426,002,6017  40
119810  93614035,003,1814  54
1265752316340,753,40963
1335641818145,253,48771
1453231319448,503,46575
1542131020451,003,40479
1624241221654,003,38584
172111  522155,253,25286
181223  822957,253,18389
192--1  323258,003,05190
20212-  523759,252,96292
21-11-  223959,752,85193
22212-  524461,002,77295
232-11  424862,002,70297
24-111  325162,752,61198
2512--  325463,502,54199
26----  -25463,502,44-99
27----  -25463,502,35-99
281---  225664,002,291100  
Totales63  64  68  61  256     100      
Ensayo de Corte524516     

Cuadro 9.6

Cálculo del valor de germinación
(Métodos de (1) Czabator y (2) Djavanshir y Pourbeik)

Días desde la siembraPorcentaje de germinación diarioPorcentaje de germinación acumuladoVelocidad de germinación diaria (o germinación media)
(Col. 3 ÷ Col. 1)
∑ VGDNo. de recuentos∑VGD/N
(Col. 5 ÷ Col. 6)
  1234567
  87,25  7,250,91  0,9110,91
  97,7515,001,67  2,5821,29
1011,00   26,002,60  5,1831,73
119,0035,003,18  8,3642,09
125,7540,753.4011,7652,35
134,5045,253,4815,2462,54
143,2548,503,4618,7072,67
152,5051,003,4022,1082,76
163,0054,003,3825,4892,83
171,2555,253,2528,73102,87
182,0057,253,1831,91112,90
190,7558,003,0534,96122,91
201,2559,252,9637,92132,92
210,5059,752,8540,77142,91
221,2561,002,7743,54152,90
231,0062,002,7046,24162,89
240,7562,752,6148,85172,87
250,7563,502,5451,39182,86
260,0063,502,4453,83192,83
270,0063,502,3556,18202,81
280,5064,002,2958,47212,78

(1) Método de Czabator
Valor de germinación = VGD final x valor máximo de VGD = 2,29×3,48 = 7,97

(2) Método de Djavanshir y Pourbeik
Valor de germinación = (∑VGD(N) final × (porcentaje de germinación acumulado final/10) = 2,78 × 6,4 = 17,79.

Contenido de humedad (ejemplo de semillas pequeñas <12% CH)

 Peso originalPeso tras secado en estufaDiferencia = contenido de humedad% CH
(g)(g)(g)(peso en húmedo)
Muestra 15,655,140,51
Muestra 24,924,470,45

La diferencia entre las dos muestras (0,12 por ciento) es inferior al 0,3 por ciento que prescribe la ISTA, de manera que no es preciso tomar una nueva muestra.

Interpretación de los resultados

Es importante que los resultados de los ensayos lleven a adoptar decisiones y actuar. Por ejemplo, un porcentaje de pureza inusualmente bajo puede indicar la necesidad de efectuar una nueva operación de limpieza cuando se trata de una organización que recolecta, procesa y almacena su propia semilla; o puede tener como resultado una reclamación comercial si la semilla se ha comprado y la pureza es inferior a la especificada por el vendedor. La determinación del contenido de humedad es un paso necesario antes de decidir si un lote de semilla está ya en condiciones de almacenarse inmediatamente o debe secarse aún más.

De la máxima importancia son las diversas medidas del potencial de germinación y del número de plantas que pueden obtenerse de una unidad de peso de semilla. Esto afecta tanto a la gestión del vivero como a la consecución de los objetivos de forestación, pues permite perfeccionar, a luz de datos más precisos sobre los lotes de semilla concretos que se van a utilizar en un determinado año, las estimaciones algo generales de necesidades medias que figuran en el Cuadro 3.1 (página 36).

En los resultados de los ensayos de semillas aprobados por la ISTA no se predice en modo alguno la supervivencia y mortalidad después de la fase de germinación. La energía de germinación es la única medida que trata de cumplir esa función, pero depende por completo de la elección subjetiva de un critero adecuado para definir el período de energía. La extrapolación de los resultados de ensayo de semillas para aplicarlos a la gestión de viveros no pertenece estrictamente al ámbito del presente manual, pero merece la pena examinar brevemente esta cuestión debido a su vital importancia para tratar la gestión de semillas no como un fin en sí mismo, sino como parte de una cadena continua de operaciones en la que figuran la producción de plantas y el establecimiento y gestión de plantaciones.

Entre los factores que debe tener en cuenta el viverista al trasladar los resultados del ensayo de semillas a la producción en el vivero figuran los siguientes:

1) La germinación sobre el terreno en un vivero operacional suele ser distinta de la germinación en los ensayos. Puede ser considerablemente inferior a la que se da en las condiciones ideales de los ensayos de laboratorio, y también algo inferior a la que se produce en los viveros de investigación. Debe diferir muy poco de los ensayos efectuados en el mismo vivero previamente a las principales operaciones de siembra. Wunder (1966) informó sobre las diferencias que se habían observado entre la germinación en laboratorio y la germinación en vivero en ensayos efectuados en el Sudán. Las diferencias variaban según la especie, y en algunos casos se veía más afectada la velocidad de germinación que el número final de semillas germinadas. Algunos ejemplos son los siguientes:

EspecieGerminación en laboratorio % en díasGerminación en vivero % en díasTratamiento previo
      
Acacia albida  76607060 
Cedrela odorata100  38518 
Prosopis chilensis100157938  2 min. en H2SO4 conc.
Acacia raddiana100  330  460 min. en H2SO4 conc.

La variación entre viveros puede estar relacionada con una serie de factores climáticos, edafológicos o culturales diferentes. Por ejemplo, Roney y Brown (1978) comprobaron que la germinación de Pinus ponderosa mejoraba en un 38 por ciento cuando las semillas se cubrían con una capa de tierra arenosa de 1,5 cm en vez del grosor habitual de 0,4 cm. La frecuencia del riego tiene también un efecto notable sobre la germinación (Costales y Veracion 1978).

  1. En los semilleros pueden producirse algunas pérdidas.
  2. Durante el arranque o el trasplante pueden producirse algunas pérdidas.
  3. En los semilleros de trasplante pueden producirse algunas pérdidas.
  4. En el momento de la plantación pueden desecharse algunas de las plantas supervivientes menos vigorosas.

Todos estos factores se combinan para hacer que el número de plantas plantables que se producen por unidad de peso de semilla sea muy inferior al número de semillas germinadas que arrojan los ensayos. El viverista debe incrementar en una proporción equivalente la cantidad de semilla que siembra. Para expresar la combinación de estos factores suele hablarse de “porcentaje de plantas” o “porcentaje de árboles”. Este concepto se define en Ford Robertson (1971) como “el porcentaje, en número, de semillas de una determinada muestra que se convierten en plántulas al término de un período determinado, generalmente al término de la primera temporada de crecimiento”. Bonner (1974) especifica que se trata de “plántulas plantables”, idea que es fácil de entender, pues añade a la mera supervivencia los importantes conceptos de utilidad y vigor. A efectos prácticos es preferible ampliar la definición de manera que abarque todo el período de vivero, es decir, “el procentaje, en número, de semillas que se convierten en plantas plantables (trasplantes o plántulas) al término de un período determinado, generalmente al término del período de vivero en el momento de la plantación en el campo”. Esto es mucho más apropiado para las condiciones tropicales, donde muchas especies se arrancan en la primera semana una vez germinadas y pasan después de 6 a 12 meses en semilleros de trasplante.

En la práctica, el registro de los rendimientos de plantas obtenidos en los años anteriores en un determinado vivero es la base más útil para estimar la producción futura de esa misma localidad (Aldhous 1972). Los registros basados en la producción conseguida en otros tipos de suelo o en otras condiciones climáticas ayudan muy poco. Cuando se carece de experiencia, como en los primeros años de los viveros nuevos, solamente se pueden efectuar estimaciones aproximadas y un poco aventuradas. En Zambia se aplicó un factor de reducción del 20 por ciento para cubrir la diferencia que existía entre la germinación en laboratorio y la germinación sobre el terreno en pinos y eucaliptos (Allan y Endean 1966), es decir, si los ensayos de laboratorio indicaban que un kilogramo de semilla producía 100 000 plántulas germinadas, se partía de que en el vivero se obtendrían únicamente 80 000; se aplicó después un nuevo factor de reducción, del 10 por ciento en los pinos y el 15 por ciento en los eucaliptos, para tener en cuenta las pérdidas que se producen en el arranque. Se precisaría asimismo otro factor de reducción, no especificado, para tener en cuenta las plántulas que se desechan en fases ulteriores. Paul (1972) propuso un factor del 20 por ciento para las pérdidas en el semillero, más un 15 por ciento para las plántulas perdidas y desechadas en el arranque y el trasplante. El factor de recuperación en vivero, que convierte el porcentaje de germinación ofrecido por el ensayo en porcentaje de plantas plantables, varía considerablemente en función de la especie, el lote de semilla y el año. En Zimbabwe se ha adoptado provisionalmente un factor de recuperación en vivero del 70 por ciento para los pinos y del 25 por ciento para los eucaliptos, lo que equivale a unas pérdidas en vivero del 30 por ciento y el 75 por ciento respectivamente (Seward 1980). Seeber y Agpaoa (1976) han demostrado que, en Pinus kesiya, cuanto más bajo es el porcentaje de germinación, tanto mayor es la diferencia entre la proporción de semillas que germinan y las que se convierten en plantas plantables.

 Lote de semilla 1Lote de semilla 2
Número de semillas puras por filtro30 000       30 000      
Porcentaje de pureza9595
Porcentaje de germinación9060
Porcentaje de plantas6030
Factor de recuperación en vivero (%)                 
Número de plantas plantables/litro de semilla30 000 × 0,95 × 0,60 = 17 10030 000 × 0.95 × 0,30 = 8 550

Wormald (1975) ha notificado que un estudio de una serie de países que cultivan Pinus patula en grandes cantidades indicó un porcentaje de plantas de alrededor del 33 por ciento, frente a un promedio del 80 por ciento en los ensayos de germinación, lo que supone un factor de recuperación de aproximadamente el 45 por ciento. Según este autor, “de estas cifras parece desprenderse que más o menos de cada tres semillas que se siembran se obtiene una sola planta utilizable. Este dato coincide bastante bien con los de la Comisión Británica de Silvicultura, que en los últimos 15 años ha mejorado su recuperación de plántulas de una de cada diez a una de cada cuatro (Gordon y Tee 1973)”. Esto confirma la afirmación de Goor y Barney (1976) en el sentido de que “en realidad, en la práctica de vivero y de siembra directa, esta cantidad (la cantidad de semilla que se necesita sobre la base de los ensayos de germinación) debería duplicarse o triplicarse para compensar las pérdidas de plántulas que se producen en los primeros años”. El factor de recuperación en vivero debe basarse en la experiencia personal, pero no puede ser nunca muy preciso debido a las caprichosas variaciones de las condiciones climatológicas, los lotes de semilla, etc. Por esta razón, existe un límite a la precisión que se debe exigir a los ensayos rutinarios (como opuestos a los ensayos de investigación) en el laboratorio.

Utilizando el ejemplo que figura en las páginas 340–341, el porcentaje de plantas puede calcularse de la manera siguiente:

 Factor de recuperación en vivero% de germinación% de plantasSemillas germinables por kgPlantas plantables por kg
Vivero 1
Experiencia de muchos años en la especie
0,65825319 80012 900
      
Vivero 2
Nuevo, en un lugar difícil y sin experiencia en la especie
0,33822719 800  6 500

Partiendo de la hipótesis de que ambos viveros tuvieran que cultivar 500 000 plantas, el vivero l necesitaría:

Mientras que el vivero 2 necesitaría

Si las semillas se van a sembrar en semilleros para su trasplante ulterior (y no directamente en macetas), además de calcular la cantidad total de semilla que se va a sembrar el viverista tendrá que calcular el peso de la semilla que se va a sembrar por semillero. Por ejemplo, en el caso de

Tamaño de un semillero = 10 × 1 m= 10 m2
Densidad final de plántulas deseada= 2 400/m2
Número de semillas/kg de semilla pura= 26 600
Porcentaje de pureza= 91% o 0,91
Porcentaje de germinación= 82% o 0,82
Tasa de recuperación en semillero esperada= 0,65
(Plántulas que sobreviven hasta el trasplante como proporción de las semillas germinadas en función del ensayo) 
entonces se necesitará la tasa de siembra siguiente 

El concepto de “kilogramo efectivo” de semilla, que se utiliza actualmente en varios países, ha demostrado su utilidad a la hora de planificar programas de siembra y calcular los precios de la semilla (Aldhous 1972). El “kilogramo efectivo” se define como el peso de semilla de un lote determinado del que cabe esperar que produzca el mismo número de semillas viables (tal como se usa en el Reino Unido) o de plantas plantables (tal como se usa en Zimbabwe) que produciría un kilogramo de semilla normalizada; ese número se determina respecto de cada especie hallando el promedio de la experiencia anterior. En Zimbabwe se han establecido distintas cifras de referencia de la recuperación de plántulas para (a) semilla de huerto semillero y (b) semilla selecta y corriente; por ejemplo, en el caso de Pinus elliottii la recuperación de referencia (= plantas plantables por kilogramo de semilla) es de 15 500 en la semilla de huerto semillero y 14 500 en la semilla selecta o corriente (Seward 1980).

El factor de kilogramo efectivo (FKE) es el cociente que se obtiene dividiendo la recuperación de referencia por la recuperación real de un determinado lote de semilla. Puede calcularse de la manera siguiente:

En el ejemplo anterior (26 600 semillas puras/kg, factor de pureza del 91 por ciento o 0,91, factor de germinación del 82 por ciento o 0.82 y factor de recuperación en vivero del 65 por ciento o 0,65), y partiendo de una recuperación de referencia de 15 000 kg,

Así pues, el FKE puede utilizarse, junto con el valor de referencia de la recuperación de plántulas, para calcular el peso de la semilla que se necesita para obtener un determinado número de plantas. La ecuación es la siguiente:

Por ejemplo, para obtener 1,5 millones de plantas del mencionado lote de semilla:

Estos 116 kg de peso real de semilla equivalen a 100 kg efectivos o 100 kg de semilla de referencia. Solamente cuando FKE = 1,0 son idénticos al peso real de la semilla y su peso efectivo.

En el caso de los eucaliptos y otras especies de semilla pequeña, en que no se efectúa el análisis de pureza, la ecuación del FKE se modifica de la manera siguiente:

En el caso de E. grandis, el FKE de un determinado lote de semilla podría ser el siguiente:

y la cantidad de semilla necesaria para obtener 1,5 millones de plántulas sería:

Repetición de ensayos

El ensayo principal de un lote de semilla se efectúa después de su procesamiento o antes de almacenarlo o enviarlo directamente a los viveros. Cuando un lote de semilla permanece almacenado durante un tiempo, es esencial repetir el ensayo de germinación o viabilidad antes de utilizarlo, para comprobar que no se ha deteriorado en ese período. Muchos centros de semillas repiten los ensayos anualmente, separando previamente, en un pequeño recipiente, una muestra representativa del conjunto del lote, y de esta manera evitan tener que abrir repetidamente los recipientes donde está el grueso de la semilla. No es preciso repetir el ensayo para determinar el porcentaje de pureza, y el de contenido de humedad debe repetirse únicamente cuando existen motivos para pensar que en los recipientes cerrados se han producido filtraciones.

Se han sugerido medidas especiales para el ensayo repetido de semillas agrícolas que están almacenadas durante mucho tiempo con fines de conservación de recursos genéticos (Ellis y otros 1980). Estos autores sugieren que, habida cuenta del gran valor del germiniplasma almacenado y de la necesidad de evitar perder innecesariamente partes de él en la realización de los ensayos, puede ahorrarse más material mediante un sistema de toma de muestras sucesivas que con el método oficial de la ISTA, consistente en réplicas de 4 × 100. El objetivo es detectar la pérdida de viabilidad en las primeras fases del envejecimiento, es decir, en cuanto desciende a un nivel inferior al 80–90 por ciento de la tasa inicial, e iniciar el rejuvenecimiento plantando la semilla para que produzca una nueva generación. Este método estaría igualmente indicado para la conservación de recursos genéticos forestales, aunque, debido a que en los árboles el ciclo generacional es mucho más largo, la conservación como plantas en crecimiento, frente a la conservación en forma de semilla, será más importante que en los cultivos agrícolas.

Consideraciones especiales respecto de las semillas recalcitrantes de los bosques higrofíticos tropicales

Muchos de los ensayos que se prescriben en el presente capítulo sólo son útiles si se puede mantener viva la mayor parte de la semilla durante el período en que se realizan ensayos sobre la muestra. Las semillas de la mayoría de las especies de los bosques higrofíticos tropicales son recalcitrantes y pierden viabilidad con tanta rapidez que los certificados de calidad están ya obsoletos cuando se emiten. En la práctica normal, todas las semillas recalcitrantes se siembran en el vivero lo antes posible después de su recolección (Ng 1983).

A efectos de documentación se suele mantener un registro de la germinación, que está basado en una muestra aleatoria de las semillas que se siembran. Esta muestra (un tamaño aconsejable es 50–100 semillas) se siembra aparte de las demás, en un recinto protegido por tela metálica para impedir el acceso a pájaros, roedores y otros animales. El medio (por lo general tierra) debe ser el mismo que se utiliza en la germinación del resto de las semillas.

La germinación debe supervisarse a diario hasta que dejan de surgir gérmenes y el investigador tiene la seguridad de que todas las semillas que no han germinado están muertas. En la mayoría de las semillas del bosque higrofítico, se llega a este punto final en el plazo de unas cuantas semanas, aunque puede haber bastantes sorpresas. Habida cuenta de lo poco que se sabe sobre las semillas del bosque higrofítico, será conveniente registrar el proceso de la germinación desde el principio hasta el final, con independencia de su duración. Cualquier punto de interrupción que se establezca arbitrariamente, por ejemplo el día 21 o el día 28, será demasiado restrictivo en la fase exploratoria en la que se encuentra actualmente la investigación sobre las semillas del bosque higrofítico.


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