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4. NECESIDADES ESPECIALES DE CONSUMO DE ALIMENTOS DE LOS ENFERMOS DE VIH/SIDA


Una persona que está infectada de VIH/SIDA y no muestra síntomas de la enfermedad, no necesita seguir una dieta específica contra el VIH. No obstante, quien está infectado debe hacer todo lo posible para seguir unas pautas nutricionales sanas y equilibradas (como se explica en el Capítulo tres) a fin de cubrir sus mayores necesidades de proteína y energía y mantener su estado de nutrición.

Una vez que una persona que ha contraído el VIH/SIDA enferma, tendrá necesidades especiales, que se describen a continuación.

Los enfermos de VIH/SIDA tienen mayores necesidades de nutrientes

Cuando una persona se infecta con el VIH, el sistema de defensas del organismo - el sistema inmunitario - trabaja más intensamente para luchar contra la infección. Esto aumenta las necesidades de energía y nutrientes. La subsiguiente infección y fiebre incrementan también la demanda de alimentos por el organismo. Una vez infectada con el VIH, una persona tendrá que comer más para satisfacer sus necesidades suplementarias de energía y nutrientes. Estas necesidades aumentarán aún más a medida que se presentan los síntomas del VIH/SIDA.

El VIH/SIDA reduce la ingesta de alimentos

Los enfermos de VIH/SIDA a menudo no comen lo suficiente porque:

El VIH/SIDA reduce la absorción de los alimentos

Los alimentos, una vez ingeridos, se descomponen por efecto de la digestión en nutrientes. Éstos pasan a través de las paredes del intestino al torrente sanguíneo y son transportados, según las necesidades del organismo, a los órganos y tejidos. Una de las consecuencias del VIH y de otras infecciones es que, al quedar dañadas las paredes del intestino, los alimentos ya no pasan bien a través de él y, por lo tanto, no son absorbidos.

La diarrea es una manifestación común en los enfermos de VIH/SIDA. Cuando una persona tiene diarrea, el alimento pasa por el intestino tan rápidamente que no se digiere adecuadamente, y por consiguiente se absorben menos nutrientes.

La menor ingesta y absorción de alimentos producen adelgazamiento y malnutrición.

El VIH/SIDA afecta al peso

Cuando una persona no come suficientes alimentos, o cuando los alimentos que consume son mal absorbidos, el organismo recurre a sus propias reservas de energía, que provienen de la grasa corporal y de las proteínas contenidas en los músculos. Por consiguiente, la persona adelgaza porque disminuye su peso corporal y su musculatura se reduce.

El adelgazamiento puede ser tan gradual que no resulte patente. Hay dos formas principales de averiguar si se está adelgazando:

Si una persona adelgaza, ha de tomar medidas para engordar y volver a su peso normal.

Engordar

Se engorda comiendo más, o consumiendo mayores porciones y/o aumentando el número de comidas, y comiendo una variedad de alimentos, como se ha señalado en el capítulo anterior. A continuación se dan algunas indicaciones para engordar:

Aumentar el número de comidas y refrigerios durante el día. Si persiste la inapetencia o si la persona se encuentra enferma, sería una buena idea distribuir la ingesta alimentaria a todo lo largo del día. En el plan de comidas diarias deben incluirse los refrigerios.

El ejercicio mejora el bienestar. El ejercicio periódico hace que una persona se sienta más activa, ayuda a aliviar el estrés y estimula el apetito. El ejercicio es la única forma de reforzar y potenciar los músculos. El organismo usa los músculos para almacenar la energía y la proteína que el sistema inmunitario puede utilizar cuando los necesite. Por lo tanto, el ejercicio es muy importante para mantener la salud de los enfermos de VIH/SIDA.

En algunos casos, las actividades cotidianas como la limpieza, el trabajo en el campo y la recogida de leña y agua proporcionen un ejercicio suficiente. Si el trabajo de una persona no entraña mucho ejercicio, se deberá diseñar un programa de ejercicios agradables que pueda formar parte de su vida diaria. El ejercicio no debe producir cansancio o estrés. Se recomiendan ejercicios de musculación suaves para formar músculos. Pasear, correr, nadar o bailar son también ejercicios convenientes. Los enfermos de VIH/SIDA tienen que procurar encontrar los ejercicios que les sean agradables y que convengan a su situación.

Prevenir el adelgazamiento durante la enfermedad y después de ella. La infección aumenta las necesidades de nutrientes del organismo. También reduce el apetito; los enfermos comen menos alimentos, lo que provoca adelgazamiento. Las recomendaciones para combatir la inapetencia, la diarrea, los vómitos, las inflamaciones bucales y las náuseas pueden verse en el Capítulo seis.

El tratamiento temprano de la infección es importante para mantener el peso corporal. Si la infección continua y los síntomas no mejoran dentro de unos días, es necesario acudirse a un médico, nutricionista, enfermero o agente local de salud para pedir asesoramiento y tratamiento.

Una vez superada la infección, y cuando se siente mejor, la persona debe comenzar de nuevo a comer de forma normal. Es importante recuperar el peso corporal perdido tan pronto como sea posible y restablecer las reservas nutricionales del organismo.

Trate de comer tres comidas sustanciosas al día, y refrigerios frecuentes entre las comidas

Aumento de la ingesta de vitaminas y minerales

Las vitaminas y los minerales son indispensables para mantenerse sano. Protegen contra las infecciones oportunistas al asegurar que el revestimiento de la piel, pulmones e intestino se mantenga sano y que el sistema inmunitario funcione adecuadamente. Son particularmente importantes las vitaminas A, C, E, algunas vitaminas del grupo B y minerales como el selenio, el cinc y el hierro. Una dieta mixta, como la recomendada en el Capítulo tres, debería proporcionar estas vitaminas y minerales en proporciones suficientes. En el Anexo 3 se ofrece información básica sobre los micronutrientes, su función nutricional y los alimentos que los proporcionan.

La vitamina A es importante para mantener sano el revestimiento de la piel, pulmones e intestino. La carencia de vitamina A aumenta la gravedad de las enfermedades como la diarrea, mientras que las infecciones incrementarán la carencia de vitamina A en el organismo. Buenas fuentes de vitamina A son las hortalizas y las frutas verde oscuras, amarillas, naranjas y rojas. Éstas comprenden las espinacas, la calabaza, las hojas de mandioca, los pimientos verdes, los calabacines, las zanahorias, el amaranto, los melocotones vellosos, los albaricoques, la papaya y los mangos. La vitamina A también está contenida en el aceite de palma roja, el maíz amarillo, las batatas naranjas y amarillas, las yemas de huevo y el hígado.

La vitamina C ayuda a proteger el organismo de las infecciones y contribuye a la recuperación. Se encuentra sobre todo en los cítricos como naranjas, toronjas, limones y mandarinas. Las guayabas, los mangos, los tomates y las patatas son también una buena fuente de vitamina C.

La vitamina E protege las células y ayuda a resistir a las infecciones. Los alimentos que contienen vitamina E son las hortalizas de hojas verdes, los aceites vegetales, los cacahuetes y la yema de huevo.

Grupo de vitaminas B. Este grupo de vitaminas es necesario para mantener sano el sistema inmunitario y el sistema nervioso. Sin embargo, el organismo puede acusar carencias de estas vitaminas si se administran algunos medicamentos para el tratamiento de la tuberculosis. Entre los alimentos que contienen el grupo de vitaminas B en abundancia figuran los frijoles blancos, las patatas, la carne, el pescado, el pollo, la sandía, el maíz, los cereales, los frutos de cáscara, los aguacates, los brécoles y las hortalizas de hoja verde.

Hierro. La anemia ferropénica constituye un problema frecuente en muchos países, especialmente en mujeres y niños. Las hortalizas de hoja verde, las semillas, los productos de cereales de grano entero, las frutas secas, el sorgo, el mijo, los frijoles, la alfalfa, la carne roja, el pollo, el hígado, el pescado, los alimentos de origen marino y los huevos contienen abundante hierro.

El selenio es un mineral importante porque ayuda a activar el sistema inmunitario. Entre los alimentos ricos en selenio están los granos enteros de cereales, contenidos en el pan integral; el maíz y el mijo y los productos lácteos como leche, yogures y queso. También contienen abundante selenio la carne, el pescado, las aves de corral, los huevos y otros alimentos ricos en proteína, así como también la manteca de cacahuete, los frijoles secos y los frutos de cáscara.

El cinc es también importante para el sistema inmunitario. La carencia de cinc reduce el apetito. Entre los alimentos que contienen cinc figuran la carne, el pescado, las aves de corral, los mariscos, los cereales de grano entero, el maíz, los frijoles, los cacahuetes y la leche y productos lácteos.

Otras recomendaciones

Como el contenido de vitamina de los alimentos puede resultar perjudicado durante la cocción, es preferible hervir, cocer al vapor o freír las hortalizas sólo durante breve tiempo. Hiérvanse las hortalizas en poca agua y empléese ésta después para cocinar pues contiene grandes cantidades de vitaminas y minerales. Las hortalizas perderán parte de sus vitaminas y minerales si se remojan durante mucho tiempo.

Los revestimientos y granos y las leguminosas contienen vitaminas, sobre todo las del grupo B. Los cereales elaborados y refinados pierden muchas de sus vitaminas, minerales y proteínas; por lo tanto, los cereales de grano entero como los contenidos en el pan moreno y los cereales sin refinar contienen más vitaminas del grupo B que el pan blanco y los cereales refinados. Los cereales y el pan enriquecidos se prefieren por su mayor contenido vitamínico. Si una persona sufre de diarrea hay que evitar en cambio los granos y cereales no refinados porque estas fibras insolubles agravan la diarrea. Se recomiendan alimentos de fibras solubles como el banano. Las fibras se encuentran en muchos alimentos vegetales. Las fibras solubles ayudan a retener el agua en el intestino y, por consiguiente, atenúan la diarrea.

Complementación de micronutrientes: ¿cuáles micronutrientes deben suministrarse, en qué cantidades y en qué momento?

Cuando la ingesta de alimentos es escasa, los complementos multivitamínicos y minerales - a menudo en forma de píldoras - pueden ayudar a cubrir el aumento de las necesidades. No obstante, estos complementos a menudo no están disponibles, son caros y restan dinero a las compras de alimentos. Por consiguiente, sería preferible en la medida de lo posible proporcionar una buena dieta mixta más bien que comprar complementos alimenticios.

Si se consideran estos complementos necesarios, deben seguirse las siguientes pautas:

Los complementos de micronutrientes pueden ser útiles pero no pueden sustituir una dieta equilibrada y sana.

Hoja de resumen 2

Conservar el peso

Si usted está enfermo de VIH/SIDA necesitará más alimentos para restablecerse de la enfermedad. Cuando el organismo no obtiene suficientes alimentos, utiliza la energía y la proteína almacenadas en la grasa y los músculos. Esto produce adelgazamiento, hipotonía muscular y malnutrición: de estas afecciones uno tardará más en restablecerse. Una vez que se ha adelgazado, es difícil volver a recuperar peso.

¿Por qué los enfermos de VIH/SIDA no consumen alimentos suficientes?

Engorde comiendo más alimentos

Trate de consumir tres comidas abundantes al día y refrigerios frecuentes entre las comidas

Mantenerse activo y en forma

El ejercicio le ayudará a engordar adecuadamente

Aumente su ingesta de vitaminas y minerales

El sistema inmunitario necesita vitaminas y minerales para funcionar bien. Cuando se está enfermo de VIH/SIDA, se necesitarán aún más vitaminas y minerales.

Durante la infección


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