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Capítulo 6. Modernización del manejo del agua de riego


El objetivo de la modernización

La modernización del manejo del agua en los sistemas de riego puede ser interpretada en diferentes formas dependiendo de las circunstancias locales. Un tipo de modernización es la introducción de tecnologías modernas como la aplicación y distribución de agua por tuberías en sustitución de los canales, el uso por ordenadores de sensores de agua en el suelo para iniciar el riego, y también otras técnicas más antiguas como el forrado de los canales y la nivelación del suelo. Estas técnicas pueden ser introducidas y usadas exitosamente cuando los agricultores pueden ser capacitados en su uso o ya poseen los conocimientos necesarios. Sin embargo, el aspecto técnico es solo una parte de la modernización. Un cambio fundamental en los arreglos institucionales y en las reglamentaciones y el mejoramiento de los resultados y la eficacia de los usuarios del agua y sus organizaciones son igualmente importantes.

La FAO ha definido la modernización como «un proceso de mejoramiento técnico y de gestión de los esquemas de riego combinados con reformas institucionales, si fueran necesarias, con el objetivo de mejorar la utilización de los recursos y del servicio de entrega de agua a las fincas» (Facón y Renault, 1999). En este sentido, la modernización ofrece un medio para reformas institucionales con un objetivo definido y no por el simple hecho de hacer alguna reforma. La modernización se realiza en forma sistemática y práctica sin necesidad de que ocurran los cambios institucionales y debe ser aplicada donde el riego en la agricultura ofrece claras ventajas competitivas.

Las instituciones de riego deben adoptar una orientación de servicio y mejorar sus resultados en términos económicos y ambientales. Esto presupone la adopción de nuevas tecnologías, la modernización de la infraestructura, la aplicación de técnicas y principios administrativos mejorados y la promoción de la participación de los usuarios del agua. Las instituciones del sector de riego deben relacionar su tarea central de provisión de servicios de riego para la producción agrícola e integrar la demanda y el uso del agua con otros usuarios a nivel de cuenca. Un mejor conocimiento del agua de las cascadas y del flujo a través de todo el ambiente y la circulación del agua subterránea dentro de los acuíferos llevará a tomar decisiones bien fundamentadas sobre el uso y el reutilización del agua en la agricultura.

Lámina 14 Un agricultor preparando las tuberías de riego en un cultivo de tomates (Brasil)

FAO/18202/G. BIZZARRI

Dado que la modernización es considerada por lo general como un proyecto de ingeniería, su planificación típica se enfoca obviamente en temas de ingeniería y macroeconómicos con solo algunas suposiciones sobre como pueden ser manejados los sistemas de entrega de agua y de riego en el campo. Si el sistema modernizado resulta ser incompatible con las prácticas de manejo existentes o si son necesarios cambios extensivos no anticipados en esas prácticas de manejo para aprovechar el potencial del sistema modernizado, es probable que el proceso de modernización fracase.

Además, también es probable que fracase si la organización pública del sistema de riego continúa como antes sin la participación de los usuarios del agua en la operación y manejo del sistema. Solo la participación de los agricultores desde el inicio del proceso del proyecto de modernización puede desarrollar en ellos un sentido de propiedad que genere el cuidado del sistema. Este sentido de propiedad debería evitar que después de un corto período los canales de campo sean demolidos, las compuertas robadas o dañadas, los sistemas de drenaje de campo bloqueados, los canales abiertos llenos de sedimentos y malezas, o que la tierra nivelada sea deteriorada por una mala labranza, como sucede en muchos casos. El Recuadro 13 presenta algunas de las lecciones aprendidas de los proyectos de modernización del riego.

Recuadro 13 Modernización del riego
en Argentina, México y Perú

Fuente: FAO, 2001d

A partir del análisis de los resultados obtenidos en varios proyectos de modernización del riego en Argentina, México y Perú se ha llegado a identificar varios elementos exitosos:

- Es más probable que la modernización sea exitosa si las ideas provienen de los agricultores.

- Es más aceptable el riego a presión y viceversa el riego por gravedad recibe menor consideración; el futuro desarrollo del riego debería ser por presión.

- Es necesario otorgar gran atención a la distribución eficiente del agua; de lo contrario, las altas pérdidas de agua, el robo de agua y el riego no programado continuarán.

- El pago de una tarifa por los servicios de agua continuará siendo un problema hasta que los agricultores adquieran el concepto de que el agua no puede ser obtenida gratuitamente.

- Proporcionar asistencia técnica adecuada a los agricultores debe ser una tarea hecha con suma atención. A pesar de toda la capacitación realizada todavía hay grandes deficiencias en el conocimiento de los agricultores acerca de las prácticas agrícolas, los requerimientos de agua y los turnos de riego.

- Cada sistema requiere soluciones específicas: la modernización siempre incluye el mejoramiento físico de la infraestructura pero la forma en que es hecha y otras necesidades, son todas específicas del lugar.

Los estudios de caso indicaron que en razón de una seria competencia por el agua, el sistema de entrega de agua para riego tiene que ser eficiente desde el inicio o de lo contrario el sistema cesará de existir. Confiar en contribuciones y subsidios gubernamentales no es más una opción válida. Los tres casos de modernización citados fueron exitosos desde el momento en que los agricultores tomaron conciencia de que era necesario introducir cambios. Sin embargo, la tecnología está cambiando tan rápidamente que puede ser necesario modernizar en forma más o menos continua de modo de adaptarse a las circunstancias cambiantes.

Un aspecto importante de la modernización es el efecto del tamaño de las parcelas sobre la viabilidad del proyecto. Por ejemplo, en Navarra, México, el tamaño medio actual de las parcelas es de cerca de 5 000 m2 mientras que el área media de propiedad de los agricultores es de 1,3 hectáreas. Es probable que un futuro no lejano estas fincas no sean económicamente viables por dos razones: i) el pequeño tamaño de las parcelas, y ii) el mal estado de los sistemas de riego (FAO, 2002d). La modernización de muchos sistemas de riego debería comprender la reestructuración de la tenencia de la tierra para asegurar que según el tamaño de las parcelas puedan ser económicamente explotadas; para ello, en México, el tamaño de las parcelas debería ser de cerca de cinco hectáreas. El aumento del tamaño de las parcelas permitirá además una reducción de las inversiones necesarias para modernizar los sistemas de riego y las fincas que obtengan buenos rendimientos tendrán la capacidad, directa e indirecta, de generar empleos.

De cualquier manera, las consideraciones específicas para el lugar pueden llevar a diferentes conclusiones. En Malí, la Office du Niger, que se ocupa de la producción de arroz, adjudica a los agricultores parcelas individuales de, por lo menos, cinco hectáreas. Esta adjudicación de parcelas grandes para ser explotadas a tiempo completo por agricultores comerciales es considerada inconsistente con la realidad de la población que prefiere una producción diversificada, especialmente cuando tratan de escapar a la pobreza. Más aún, las pequeñas parcelas a menudo son usadas más intensivamente. Por ejemplo, en Zimbabwe, a inicios de la década de 1990, el gobierno cambió su política de adjudicar parcelas con riego de 1 000 m2 a parcelas de tres a cinco hectáreas con riego, de modo que pudieran suplementar sus ingresos de la agricultura de secano. Se esperaba que las parcelas de mayor tamaño indujeran a los agricultores a utilizar el riego a tiempo completo y que los hombres pondrían más énfasis en el riego. Esta política se demostró equivocada en ambos sentidos: la productividad por unidad de tierra y por unidad de agua fue mayor en el sistema de las pequeñas fincas y eran las mujeres agricultoras quienes estaban más orientadas al riego como su principal fuente de ingresos (FAO, 2002d).

El desarrollo del riego en gran escala y los proyectos de modernización tienden a concentrarse en la producción de alimentos básicos pero se ignora la existencia de la pesca. Un problema importante que surge con la pérdida de hábitats para la pesca, o específicamente con la recuperación de humedales para la agricultura, ya que una vez que estos son convertidos a la agricultura las personas pueden tener títulos sobre esa tierra. Los títulos legales sobre los humedales naturales no existen si bien pueden ser reconocidos los títulos comunitarios tradicionales. Por esta razón, la pesca es considerada un bien público. Muchas personas no reconocen los beneficios que ofrecen los humedales y la pesca mientras que muchos entienden que los beneficios cuantificables tales como la producción agropecuaria y la producción hidroeléctrica surgirán del nuevo desarrollo. Ejemplos de subestimación de la pesca en aguas dulces se encuentran en Bangladesh, Camboya y Sri Lanka, entre otros (FAO, 2002d). Si bien el arroz es sin duda alguna un cultivo importante, una dieta equilibrada necesita ser suplementada con proteínas animales y la pesca en aguas dulces es precisamente una de las fuentes de proteínas más económicas y fácilmente disponibles. Lamentablemente, las decisiones del desarrollo que afectan el manejo y el uso de las aguas internas a menudo se hacen sin tener un conocimiento cabal y completo de la contribución que ese ambiente puede ofrecer como medio de vida a la población rural. Una lección recogida de algunos ejemplos de proyectos de modernización es que los proyectos no son necesariamente buenos o malos sino que el total conocimiento de las condiciones locales es fundamental para una exitosa implementación del proyecto. El objetivo de la modernización de las instituciones de riego no es solo mejorar el manejo del agua en la agricultura sino también promover el Manejo Integrado de los Recursos Hídricos, lo cual toma en consideración la sostenibilidad social, económica y ambiental de todo el manejo de los recursos hídricos.

La función de las tecnologías de bajo costo en la modernización

La introducción de tecnologías de bajo costo que pudieran ser parte de la modernización de proyectos de riego en pequeña escala proporcionan otro ejemplo de éxitos en lugares específicos. Un equipo económico de bombeo a pedal ha resultado sumamente exitoso en algunos países del sur de Asia para extraer agua de acuíferos poco profundos. Estas bombas han permitido a los agricultores de pocos recursos hacer un buen uso de la mano de obra disponible en sus fincas para incrementar la producción de los cultivos y los ingresos de la finca. El agricultor tiene el control total del momento y la cantidad de agua bombeada la cual, dado el esfuerzo que ha sido necesario para obtenerla, es usada con suma cautela. Por ejemplo, el área regada con una bomba a pedal en Bengala Oeste, India, varía entre 0,033 y 0,13 hectárea. Las bombas a pedal también han sido introducidas en África, entre otros lugares en la zona urbana y la periferia de Njamena, Chad. En este caso los agricultores rechazaron esas bombas porque podían pagar el costo del combustible de las bombas a motor y de los repuestos. Sin embargo, en otras áreas remotas del país como en Sarh, los agricultores estuvieron satisfechos con las bombas a pedal y solicitaron más cantidad (FAO, 2002d). Las bombas a pedal están claramente destinadas a los agricultores de menores recursos ya que los agricultores más adinerados no encuentran miembros de su familia disponibles para hacer ese trabajo. Una limitación de las bombas a pedal es el requerimiento de mano de obra la cual puede eventualmente no estar disponible: las mujeres ya están sobrecargadas con otros trabajos y los niños sanos podrían hacer el trabajo siempre que sus actividades escolares lo permitieran. Obviamente, para la introducción de bombas a pedal es necesario evaluar previamente la disponibilidad de mano de obra (FAO, 2002d).

Lámina 15 Tachai: un agricultor usando una bomba manual para tomar agua de un canal (China)

FAO/10790/F. BOTTS

Una experiencia positiva se encontró con la introducción del riego por goteo con baldes. Este sistema es adecuado para el riego de pequeñas parcelas de hortalizas y árboles frutales en áreas periféricas cercanas a los mercados. En Kenya, el retorno de una inversión de dólares EE.UU. 15 para un equipo de riego por goteo con baldes fue de dólares EE.UU. 20 mensuales. Los agricultores en Kenya adquirieron más de 10 000 equipos si bien pocos de esos agricultores podían ser considerados como muy pobres (FAO, 2002d).


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