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4. Escenarios y actores emergentes del sector forestal en El Salvador del siglo XXI

4.1 Descripción general del escenario forestal


Como se ha visto, El Salvador ha transitado por una serie de cambios dramáticos que han dado como resultado una complejidad de procesos que están afectando la cobertura arbórea, vegetal o forestal del país. Por ello, es fundamental considerar los procesos e iniciativas existentes, a la luz de esos cambios y tendencias por las que atraviesa el país. Ello también es útil para redimensionar y reentender el sector forestal, así como su rol en el desarrollo, en la provisión de productos forestales, en la gestión ambiental-territorial, así como en el fortalecimiento de las estrategias de vida en las zonas rurales del país.

En este informe, se considera que el sector forestal incluye al conjunto de actividades de manejo, conservación o extracción de recursos arbóreos. Bajo este enfoque, el sector forestal incluye un amplio rango de actividades que van, desde las plantaciones forestales con fines maderables, la dinámica en sistemas agroforestales, las estrategias de innovación forestal y los árboles fuera de bosque, hasta las iniciativas de manejo de bosques naturales y secundarios (Gráfico 19).

Gráfico 19
Espectro de actividades que conforman el sector forestal en El Salvador

En esta sección se discuten algunas iniciativas forestales más allá de las plantaciones forestales tradicionales, bajo la lógica que a través de estas iniciativas incipientes y emergentes se abren nuevas oportunidades y desafíos para ampliar la cobertura forestal del país, considerando que algunos de los casos muestran potenciales importantes para ecosistemas forestales, no sólo para generar ingresos, sino también para generar una variedad de servicios que inciden directamente en los medios de vida de comunidades rurales. Esto último agrega un valor socioambiental al potencial económico de los recursos forestales y arbóreos.

4.2 Productos forestales: las proyecciones al 2020

Como se ha visto anteriormente, el escenario poblacional de El Salvador supone un aumento importante en la demanda de productos forestales, que estaría mucho más asociado al aumento de la población urbana que a la rural. A partir de las tendencias de las tasas de crecimiento de los productos forestales entre 1995 y 2002 (Cuadro 5 de la Sección 1), no se esperarían aumentos sustanciales en la producción. Sin embargo, para ponderar el peso de la tendencia anterior a dicho período, se ajustaron las series históricas desde 1970 hasta el año 2002 y se proyectaron al 2020, bajo el supuesto que las tendencias históricas a lo largo de las últimas tres décadas se mantendrían. Sobre esa base, las perspectivas de la producción y comercio de productos forestales reflejan aumentos sustanciales al 2020, con excepción del consumo y producción de leña, que refleja un escenario muy diferente al resto de los demás productos forestales (Ver Apéndice de Proyecciones). Tal como se explica en el Apéndice de Proyecciones, las series oficiales de datos disponibles presentan inconsistencias que distorsionan las proyecciones. Sin embargo, aún con esas limitaciones, se corrieron modelos para simular tendencias hacia el 2020, bajo el supuesto que las condiciones históricas de producción y comercio de productos forestales se mantienen.

Aún las proyecciones de FAO (2003), basadas en el Modelo Global de Productos Forestales, muestran aumentos importantes en la producción de madera rolliza y papel, pero reflejan un estancamiento en la producción de madera aserrada. Según los resultados de dicho modelo, el consumo de madera rolliza prácticamente permanecerá constante en los 689,000 m3, a diferencia del resto de productos, que sí muestran una tendencia creciente hacia el 2020.

Cuadro 20
Proyecciones de la producción y consumo de productos forestales seleccionados

Producto

1980

1990

2000

2010

2020

 

P

C

P

C

P

C

P

C

P

C

Madera rolliza (Miles de m3)

100

100

146

149

682

682

884

689

1,178

689

Madera aserrada (Miles de m3)

37

41

70

89

58

131

58

192

58

203

Paneles de madera (Miles de m3)

0

3

0

12

0

19

0

27

0

28

Papel (Miles de toneladas métricas)

16

60

17

51

56

159

126

188

311

206

P= Producción; C= Consumo

Fuente: FAO (2003)

Dado que territorialmente confluyen un conjunto de dinámicas, intentos, iniciativas y propuestas a distinto nivel, y desde distintos actores, a continuación se presentan algunas de esas dinámicas, que de hecho son parte del escenario forestal salvadoreño y que difícilmente pueden ser expresadas en las proyecciones realizadas en el marco de este informe o del Modelo Global de Productos Forestales desarrollado por FAO. En ese sentido, además de las limitaciones de las series de datos, la discusión de los escenarios debe entenderse a la luz de las dinámicas mencionadas, que en definitiva condicionarán el desarrollo del sector forestal salvadoreño al 2020.

4.3 Propuesta de desarrollo forestal del plan nacional de ordenamiento y desarrollo territorial

El Plan Nacional de Ordenamiento y Desarrollo Territorial (PNODT) se define como un instrumento que permite implementar la gestión territorial, a escala nacional y regional, con el propósito de corregir los desbalances territoriales, mitigar la vulnerabilidad del territorio ante los efectos de los desastres naturales, y utilizar en forma sostenible, los recursos naturales (EPYPSA-IBERINSA, 2003). El PNODT plantea que la extensión de masas forestales es muy inferior a la extensión de su clase de orientación productiva, tanto en la cordillera fronteriza, como en los esteros de la costa, poniéndose de manifiesto las oportunidades existentes en la promoción de nuevas plantaciones forestales pero también en la conservación de los recursos naturales y en la necesidad de preservar los bosques existentes por su valor ecológico.

En el Anexo 10 se presenta un resumen detallado de la propuesta forestal del PNODT. Esta sección se limita a discutir las oportunidades y desafíos que enfrentaría el sector forestal si esta iniciativa se implementa en el país. En la propuesta forestal del PNODT pueden apreciarse varios temas compatibles con el desarrollo de estrategias forestales productivas. Específicamente, se plantean acciones concretas con relación a la “explotación forestal sostenible”. Esta propuesta plantea la creación de “Unidades de Promoción Forestal”, en los distintos territorios para darle mayor apoyo y seguimiento a las actividades forestales. Sin duda, la inversión institucional y en recursos humanos hacia estas unidades representaría un gran logro para el sector. Por otra parte, el PNODT promueve la reforestación en suelos de distinta vocación de uso. Aunque estas actividades tienen un fuerte componente de conservación de los recursos naturales, en algunos casos abren la oportunidad para el aprovechamiento forestal controlado. Este último espacio apunta nuevamente a la necesidad de que el sector forestal productivo busque traslapes con los sectores agrícolas y de conservación.

Desde el punto de vista institucional, se observan varias propuestas promisorias por parte del PNODT. Primero, se hacen argumentos específicos dirigidos al fortalecimiento institucional y educacional del sector a través de fortalecer recursos humanos y técnicos. Esta contribución sería muy importante para poder movilizar más efectivamente las estrategias de desarrollo forestal a nivel nacional. Asimismo, se plantea un fortalecimiento de la capacidad educativa en materia forestal, a través de la Escuela Nacional de Agricultura (ENA). Esto es relevante, ya que con este tipo de inversión se podría no sólo aumentar la capacidad del capital humano, sino también promover estrategias de investigación y sistematización de información forestal.

Se perciben dos grandes desafíos en el planteamiento del PNDOT para el sector forestal en el país. El primero tiene que ver con el tipo de clasificaciones que se utilizan para los marcos de ordenamiento. En este sentido puede observarse que las recomendaciones de uso se basan únicamente en criterios biofísicos, sin tomar en cuenta factores socioeconómicos importantes, tales como el valor y tenencia de la tierra y las prioridades de los actores locales en un determinado territorio. Por lo tanto, pueden darse casos en que las condiciones biofísicas favorezcan el desarrollo forestal, pero que sea imposible realizar estas acciones por la dinámica, social y económica e institucional de un determinado territorio.

El segundo desafío en cuanto a compatibilizar el PNODT con los intereses del sector forestal, es el marcado sesgo por asignar tierras de vocación forestal a categorías de conservación. En este sentido pudieran preverse distintas percepciones por parte de actores involucrados en el sector en cuanto a las posibilidades productivas de algunas tierras calificadas únicamente para la conservación. En la propuesta forestal de PNODT no queda totalmente claro, por ejemplo, el tipo de aprovechamiento forestal que pudiera darse en algunas de las áreas asignadas para la reforestación. Sin embargo, cabe señalar que la implementación del PNODT aún está sujeta a un proceso complejo que incluye la aprobación de marcos legales y reformas institucionales importantes, así como de recursos financieros que le den viabilidad.

4.4 Crisis del café: Introducción de especies forestales y revalorización de servicios ambientales

4.4.1 PROCAFE y la promoción de opciones forestales

La crisis de los precios internacionales del café ha impactado fuertemente en la caída del empleo y salarios de cosecha de café. En el caso de los productores cafetaleros, están emergiendo estrategias diversas como alternativas a la crisis, entre las cuales está la introducción de especies forestales de rápido crecimiento. La Fundación Salvadoreña para Investigaciones del Café (PROCAFE) 19 ha promovido y capacitado, para que los productores de café diversifiquen sus fincas y mejoren sus ingresos. Así, ya se han diversificado al menos unas 1,200 manzanas de cafetal, entre musáceas, frutas nativas, cítricos y especies forestales como el mundani.

A nivel nacional se argumenta el rol ambiental del “bosque cafetalero”, que en ausencia de masas boscosas significativas, las plantaciones de café bajo sombra, además de la cobertura arbórea que representan, proveen servicios ambientales tales como provisión de agua, captura de carbono y conservación de biodiversidad (Cuéllar et al., 1999; Méndez, 2002). La mayor expresión de esta iniciativa se ha visto en el Foro del Café, que ha integrado a la mayor parte de actores, organizaciones y gremios del sector. Si bien, el tema de los servicios ambientales estuvo en el centro de la discusión, éste ha sido desplazado por las dimensiones sociales y económicas que alcanzó la crisis en los bosques cafetaleros, por las implicaciones directas sobre la extensión y profundización de la pobreza.

PROCAFE ha incorporado la opción forestal, como parte de la oferta técnica frente a la crisis de los precios del café. PROCAFE, como la organización de investigación y transferencia tecnológica de la caficultura en el país, desde hace varios años ha promovido la inclusión de especies forestales de sombra, como parte de una estrategia de diversificación de los ingresos de los productores cafetaleros. Según el Gerente General de PROCAFE, las opciones forestales son una alternativa para mejorar y fortalecer la cadena productiva de los cafetaleros (Laínez, 2003), de tal manera que se cambie a una integración diversificada de productos forestales, tales como leña, madera, y carbón, como parte de un sistema agroforestal de café con diferentes tipos de árboles, al mismo tiempo que se aumenta el rol ambiental de los cafetales. Con este enfoque, se promovieron dos opciones concretas: Diversificación de los cafetales con especies maderables y frutales, visto como estrategia productiva amigable con el ambiente (PROCAFE, 1997) y la plantación de árboles de mundani o cedro rosado (Acrocarpus fraxinifolius), originario de la India.

En el caso de esta última especie, PROCAFE la ha promovido por sus características de rápido crecimiento, como una alternativa para la generación de ingresos. Hasta marzo del 2003, se había facilitado la siembra de por lo menos 280 hectáreas de mundani (Laínez, 2003).

En el municipio de Tacuba, en el departamento de Ahuachapán, se han observado dos casos de siembra de mundani en los cafetales:

• En la finca privada Las Pirámides, de unas 70 hectáreas, se han sembrado 18 hectáreas de mundani, intercalado con papaya. En este caso se ha visto un crecimiento muy rápido, ya que han sido fertilizados, se ha controlado plagas y se sembró sin sombra.

• En la cooperativa Las Colinas, el mundani se sembró a distanciamientos muy reducidos en los cafetales. El nivel de competencia entre mundani, café y los otros árboles de sombra, tuvieron como resultado un crecimiento relativamente lento de la especie forestal.

En la visión estratégica, PROCAFE también considera la posibilidad de integrar, junto con la producción de café y productos arbóreos, la provisión y compensación de servicios ambientales, tales como agua y biodiversidad (Laínez, 2003). De hecho, hay esfuerzos iniciales en este sentido. En la última década ha surgido un gran interés internacional por el potencial del café con sombra para la conservación de la biodiversidad (Perfecto et al., 1996) y la provisión de servicios ambientales (Cuéllar et al., 1999). El Salvador fue escogido como un sitio piloto para el desarrollo de proyectos ambientales relacionados al café con sombra, por parte de varios proyectos de la cooperación internacional. Entre estos cabe mencionar el proyecto Café y Biodiversidad, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), y el Banco Mundial (Méndez, 2002); y los inventarios de flora e insectos en café bajo sombra, financiados por la Iniciativa Darwin (Gran Bretaña) y ejecutados por el Museo de Historia Natural de Londres (Monro et al., 2001; Gauld et al., 2002; Monro et al., 2002).

4.4.2 Manejo agroforestal y producción de madera en pequeñas fincas
de café

Desde la introducción del café en América, los caficultores independientes u organizados han asociado el café con diferentes tipos de árboles frutales, maderables, leñosos y servicios como sombra y linderos en las fincas (Beer et al., 1998; Muschler, 1999). Aquí se observan prácticas y uso directo de los recursos forestales del café con sombra, aún cuando no haya sido asociado al sector forestal tradicional. Muchos de estos árboles son de regeneración natural, por lo cual existe también un gran potencial de conservación de biodiversidad de árboles nativos (Moguel & Toledo, 1999; Méndez, 2002). En el Recuadro 5, se presenta el caso de un pequeño caficultor que ha adoptado la producción de madera, como parte de sus estrategias de medios de vida.

Recuadro 5: Producción de madera en una pequeña finca de café en Tacuba, Ahuachapán

Don Nicolás García de la Cruz maneja su finca de 0.4 hectáreas de café con sombra. La finca cuenta con 25 diferentes especies de árboles, con una densidad extrapolada de 1,800 árboles por ha. Dentro de su finca, Don Nicolás mantiene varias especies maderables nativas, que obtiene a través de la regeneración natural. Una vez observa el nacimiento de plántulas de estas especies, Don Nicolás las cuida (limpia malezas aledañas y tiene cuidado de no pisotearlas) para que se desarrollen adecuadamente. Don Nicolás ha aprendido a aserrar y vende la madera que produce en su finca. Las especies más solicitadas para madera son el cedro (Cedrela sp.), y el laurel (Cordia alliodora). En el 2001, estas especies representaban el 4.26% y 7.45%, respectivamente, del número total de árboles en la finca. Para Don Nicolás, la venta de la madera representa una fuente importante de ingresos, pero extrae un número limitado de árboles con la visión de que se sigan regenerando en el futuro.

Don Nicolás García aserrando en su pequeña finca de café con sombra (Foto: Ernesto Méndez)

Fuente: Méndez (en preparación)

4.4.3 Perspectivas de cambio de uso del suelo: de café con sombra a plantaciones forestales

La actual crisis del café ha llevado a algunos productores a considerar el cambio del uso del suelo, de un sistema agroforestal de café con sombra a plantaciones forestales puras (Olano, 2003). Esta situación pudiera tener efectos negativos sobre la conservación de árboles nativos en los cafetales con sombra, ya que la mayoría de plantaciones incluyen sólo una especie arbórea.

Los cafetales con sombra representan un refugio importante para una variedad de especies de flora y fauna (Monro et al., 2001; Gauld et al., 2002; Monro et al., 2002; Méndez, en preparación). Cualquier escenario en el cual se sustituyan cafetales con sombra por sistemas de plantaciones forestales mono-específicas (por ejemplo solo teca o mundani), tendrá efectos negativos sobre la conservación ambiental en el país. Por otra parte, la biodiversidad arbórea de los cafetales representa árboles utilizados para leña y madera, especialmente por pequeños caficultores y cooperativas de escasos recursos (Méndez, en preparación). Lo recomendable sería desarrollar estrategias que combinen la conservación de árboles nativos, con un cierto grado de extracción de leña y madera. En el corto plazo, el mayor riesgo es que los cafetaleros cambien el uso de la tierra de un cafetal con árboles diversos a plantaciones forestales de una especie. Esta transición también podría resultar en pérdida de suelo, entre la tala y nueva siembra de las plantaciones.

En síntesis, la prolongación y severidad de la crisis de los precios internacionales del café está dando paso a una diversidad de estrategias productivas. Estas van, desde las lotificaciones con fines agrícolas, urbanos e industriales en zonas de café bajo sombra, hasta intentos de diversificar ingresos por medio de la introducción de especies forestales, como el Mundani y de proyectos ecoturísticos.20 Sin embargo, se observa poca claridad sobre el impacto económico y ecológico que esto supone.

4.5 Innovación forestal y árboles fuera de bosque

4.5.1 Plantaciones de marañón orgánico

Como parte de las estrategias en el Bajo Lempa de la posguerra, surgieron experiencias locales de diversificación y manejo de recursos naturales. Una de ellas, la constituye la siembra del marañón, que bajo condiciones de producción orgánica, constituye una fuente importante de ingresos, leña y madera para ciertos usos. A pesar del contexto de crisis del agro, esta estrategia de innovación forestal está contribuyendo a diversos fines en el Bajo Lempa.

Se considera que las plantaciones de marañón tienen un rol importante en la recuperación del medio ambiente local, donde, debido a las condiciones agroecológicas, magnificadas por los problemas de sequías, existe una limitada capacidad para el desarrollo de especies maderables de mayor valor comercial. Por ello, se considera que debido a su estructura radicular, las plantaciones de marañón están contribuyendo a proteger los frágiles suelos susceptibles a la erosión, así como a la filtración de agua. Además, proporcionan leña, reduciendo la presión sobre otras áreas de cobertura arbórea que se regeneraron durante los años de la guerra. El mantenimiento del follaje durante todo el año puede favorecer la reproducción de la fauna silvestre (Ortega, 1993).

El espacio disponible entre los árboles de marañón, permite la siembra de otros cultivos en el mismo terreno (Earth Trade, 1993) y también el pastoreo de ganado durante ciertas épocas del año. Esto podría aumentar la aceptación del cultivo entre los pequeños y medianos productores que no podrían dedicar la poca tierra que tienen a un cultivo forestal que genera ingresos en el mediano plazo y largo plazo. El producto principal de las plantaciones es la semilla de marañón, que se comercializa en nichos de mercado orgánicos de Europa.

4.5.2 Programa nacional de frutas

Este programa forma parte de las estrategias de diversificación agropecuaria promovidas por el Ministerio de Agricultura y Ganadería. Se financia con recursos provenientes de FANTEL y es ejecutado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura. El Programa promueve, a nivel nacional, los cultivos de marañón, limón pérsico, coco (Cocos nulifera), y frutas nativas como zapote (Poureria sapota), níspero (Manilkara zapora), anona (Annona reticulata) y aguacate (Persea americana). El cultivo de estas frutas se convierte en una alternativa que favorece el mejoramiento ambiental, a través del incremento de cobertura arbórea, además de representar una actividad rentable para los productores, dado el valor comercial y las oportunidades de mercado existentes en el ámbito nacional e internacional. El programa se ha desarrollado a través de una fuerte campaña de promoción de la fruticultura y ha buscado la atracción de inversionistas nacionales, productores, agroindustriales, además de involucrar a la banca. Se han obtenido importantes resultados debido a la promoción y a la necesidad de los productores de diversificar la producción como estrategia a la crisis del agro.

Geográficamente, el Programa ha priorizado la parte alta de la cuenca del río Lempa. Se considera que este Programa es una modalidad de reforestación que busca mejorar los niveles de empleo, ingreso y contribuir a la mejora ambiental. Los componentes que incluye son: a) producción y tecnología; b) agroindustria; c) comercialización, que incluye centros de acopio; d) material genético, que incluye viveros y certificación; y e) servicios financieros y de asesoría en el estudio de factibilidad. Se ha trabajado en zonas de amortiguamiento como en la región del Trifinio, en el sur de Chalatenango y en la zona costera. Una limitante clara del Programa es el acceso al crédito, ya que para accesar recursos del Programa se siguen las condiciones, criterios y requisitos de la banca. Recientemente se aprobó una segunda fase que pretende dar cobertura a otras 4,500 manzanas. Se estima que el 70% de productores que han formado parte del Programa son minifundistas.

A pesar que este Programa no se considera estrictamente forestal, en coordinación con PROCAFE se ha identificado el potencial de promover corredores frutales. En la práctica, este Programa evita operar en territorios que puedan tener limitaciones de uso, por ello, parte de la estrategia de definición geográfica pasa por lograr acuerdos a nivel local con las municipalidades. Luego de la segunda fase, existe la expectativa de que este Programa tenga mayor permanencia en el marco de las políticas agrícolas del país.

Por las opciones de generación de ingresos en plazos mucho más cortos que las plantaciones forestales, los productores están mostrando un interés importante en las plantaciones de árboles frutales, lo cual es entendible, dadas las condiciones de rentabilidad de la producción del agro.

4.6 Manejo comunitario de bosque natural y de bosque secundario

4.6.1 Bosque la montañona, chalatenango

En el departamento de Chalatenango, al norte del país se desarrolla una experiencia de manejo comunitario de bosque natural en la Mancomunidad La Montañona, una asociación de 7 municipios del departamento de Chalatenango. La Comunidad La Montañona, surgió a raíz del Programa de Transferencia de Tierras de los noventa. A nivel departamental y a nivel de la Mancomunidad existen iniciativas de manejo y ordenamiento territorial, que han promovido el manejo integrado y consensuado de los recursos naturales (Gómez et al., 2002).

El bosque de La Montañona se conforma por una mezcla de especies en las que predominan 2-3 clases de pino (Pinus) y 2-3 especies de roble (Quercus). Existen pocos estudios científicos que precisen exactamente la biodiversidad y composición de la flora del bosque, por lo que no se tiene identificaciones adecuadas de las especies.

En la parte alta del macizo montañoso, se ubica el bosque de unas 355 ha, que es propiedad de ex-combatientes del conflicto armado, quienes conformaron el Comité de Representantes y Beneficiarios del Bosque la Montañona (CORBELAM). De las 355 ha, 40 fueron asignadas para viviendas y cultivos agrícolas. De las 35 familias que se asentaron, solamente habitan 16 en la actualidad, que son las que conforman la comunidad. Las actividades principales de estos hogares son la agricultura (maíz, frijol, chan, musáceas y hortalizas) y varios hogares reciben remesas de familiares en los Estados Unidos.

La belleza escénica ha convertido al bosque en un lugar turístico. CORBELAM construyó cabañas de alojamiento para turistas y un centro de interpretación. Algunos miembros de la comunidad atienden a los turistas. Además del atractivo natural, el bosque contiene vestigios históricos del conflicto armado tales como campos de entrenamiento, trincheras y tatús, entre otros. Recientemente, con apoyos externos, la comunidad ha comprado una propiedad y ha construido cabañas para alojar turistas, como estrategia propia de generación de ingresos directos.

Como parte de la estrategia de turismo, actualmente se desarrolla un inventario etnobotánico, con el apoyo de la Fundación PRISMA, el Jardín Botánico La Laguna, el Comité Ambiental de Chalatenango y con la participación de miembros de la comunidad. Hasta la fecha, se han encontrado por lo menos 33 diferentes especies de árboles y arbustos (Méndez y otros, 2003). Dentro de esta actividad se ha podido recorrer el bosque y observar los efectos siguientes que merecen atención en cuanto a su manejo:

• Los incendios han afectado gran parte del bosque. Estos son generados por parceleros aledaños, en su mayoría ganaderos. Existe la problemática de que no hay apoyo para controlar y apagar los incendios. Hasta el momento esta tarea la ha realizado la comunidad, sin remuneración alguna.

• El bosque ha sido invadido por una plaga de gorgojo de pino. Aunque su efecto aún no es severo, es necesario tomar las medidas necesarias para combatir la plaga.

• Adicionalmente, se observó una gran cantidad de árboles caídos por causas naturales que pudieran aprovecharse por la comunidad y/o el CORBELAM.

A pesar que se contaba con un plan de manejo forestal, CORBELAM dejó de aplicarlo con el fin de conservar el bosque, por lo cual no es permitido hacer aprovechamientos. Sin embargo, esto se pudiera lograr mediante un manejo planificado que también permita la generación de ingresos para el CORBELAM y para la comunidad.

Además de los incendios y de la plaga del gorgojo de pino, que requieren apoyos externos técnicos y financieros importantes, se plantea el desafío de una estrategia de manejo, aprovechamiento y conservación más adecuado, consensuado y sostenible del bosque.

4.6.2 Bosque de cinquera, cuscatlán

En la zona comprendida entre Tenancingo, Jutiapa, Suchitoto y Cinquera, existen unas 4,700 hectáreas de bosque secundario, que se regeneró durante la guerra y que está sometido a una estrategia de conservación por su importancia para la protección erosiva-sedimentológica del Cerrón Grande. Dicho bosque forma parte de la propuesta de áreas protegidas.

La Asociación de Reconstrucción y Desarrollo Municipal de Cinquera, ha elaborado un plan estratégico, que además de fomentar el ecoturismo, incluye la compra de tierras para ampliar la zona del bosque. En las zonas de amortiguamiento se pretende impulsar estrategias productivas, de extracción de leña y madera para muebles. Sin embargo, actualmente sólo se intenta proteger el bosque a través de guardaparques y de campañas de educación y conciencia ciudadana para valorar el bosque, que además, enfrenta amenazas externas, como la tala ilegal para extracción de madera. La Asociación promueve una ordenanza municipal para proteger los recursos naturales. Además, se proyecta el establecimiento de mecanismos de compensación por la protección de la biodiversidad.

4.7 Sector forestal y el escenario de los servicios ambientales

Recientemente se han desarrollado una serie de propuestas que abarcan y vinculan diversos territorios del país. Varias de estas iniciativas se enmarcan en las nuevas propuestas de desarrollo y gestión ambiental, que se vinculan a procesos nacionales, regionales y globales. Estas iniciativas representan oportunidades para canalizar recursos financieros y técnicos para el desarrollo forestal, pero están fuertemente vinculadas a objetivos ambientales de interés global, nacional y local. A continuación se presentan algunas iniciativas recientes que sin duda tendrán impactos sobre el manejo y desarrollo forestal en El Salvador del Siglo XXI.

4.7.1 Mecanismo de desarrollo limpio y la propuesta de tierras Kyoto
en El Salvador

Como parte de los compromisos de El Salvador bajo la Convención Marco de Cambio Climático, se ha preparado una evaluación del potencial de mitigación mediante prácticas de reforestación y forestación (Alpízar, Guardado y Soto; 2003). Esta evaluación contiene una propuesta de plantaciones forestales y sistemas agroforestales, así como de zonas para promover la reforestación asistida (regeneración natural), que en conjunto se conocen como Tierras Kyoto.21

Utilizando como línea base, el criterio de que las Tierras Kyoto serían aquellas que estaban en zonas de pasto y páramo a finales de 1989, se estimó y aplicó una tasa de deforestación anual equivalente a 4,500 hectáreas, se identificaron las especies más promisorias para plantaciones y reforestación asistida, se estimó el potencial biofísico de reforestación y se utilizaron criterios sobre densidad poblacional y pobreza. La conjugación de estos criterios generó una estimación del potencial de unas 416 mil hectáreas distribuidas así: 197 mil hectáreas con potencial para plantaciones forestales y 219 mil hectáreas para regeneración natural (Ver Mapa 7). Las plantaciones forestales y sistemas agroforestales se proponen para las tierras de clase I a IV, en donde se prevé competencia entre usos, ya que en dichas tierras se cultivan por ejemplo granos básicos. Las tierras para reforestación asistida, serían aquellas marginales, es decir, tierras clases V a VIII.

Oportunidades como el Mecanismo de Desarrollo Limpio, podrían tener un impacto más bien limitado en la ampliación de masas forestales en el país, sobre todo por las restricciones prevalecientes en El Salvador, que hacen poco viable que por esta vía se logre un aumento significativo de masas forestales, sobre todo considerando los criterios de escala, propiedad y rentabilidad, que terminan definiendo la elegibilidad de proyectos en las Tierras Kyoto. Los espacios reales de negociación en la determinación del mecanismo podrían ser un elemento que cambie esta perspectiva.

4.7.2 Sector forestal y biodiversidad: corredor biológico mesoamericano

La declaración de áreas protegidas fue una respuesta ante la degradación ambiental en la región mesoamericana. En la década de los setenta, se promovió la declaración legal de áreas protegidas y reservas naturales. De menos de 25 áreas declaradas en Centroamérica, se pasó a más de 400 en 1996. Sin embargo, la estrategia no ha sido suficiente para proteger los ecosistemas. Por ello, se introduce el concepto de corredores biológicos, como parte de una estrategia ampliada de conservación de biodiversidad. En ese marco, se asocia el concepto de corredor biológico a un enfoque de manejo como una herramienta para la planificación de uso y manejo del suelo.

Mapa 7
Tierras Kyoto: Potencial de plantaciones y reforestación asistida

Fuente: Alpízar, Guardado y Soto (2003).

Tal como está concebido, el Corredor Biológico es una propuesta de ordenamiento territorial compuesto de áreas naturales bajo regímenes de administración especial, zonas núcleo, zonas de amortiguamiento, zonas de usos múltiples y áreas de interconexión que, en conjunto, brindarían un conjunto de bienes y servicios ambientales, así como espacios de concertación para promover la inversión desde una perspectiva de conservación y uso sostenible de los recursos. En El Salvador, el proyecto pretende ser una ventana de apoyo para actividades de fortalecimiento de capacidades de gestión de recursos ante el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), intercambios, establecimiento de redes de propietarios privados y educación ambiental. A pesar que dicho proyecto pretende promover la coordinación de esfuerzos locales para incorporar un marco estratégico en la gestión, los avances son insuficientes frente a los alcances que el proyecto se ha trazado, en tanto que, a nivel de las instituciones nacionales, una parte importante del esfuerzo se queda a nivel técnico.

Tal como afirman Miller y otros (2001), a pesar del alto compromiso político y apoyo financiero para el Corredor Biológico Mesoamericano, debido a su enfoque y objetivos, el Corredor dependerá fuertemente de la movilización de redes institucionales, sociales y de información; del entendimiento del espectro de intereses a nivel nacional y local; de la disponibilidad de grupos de actores a participar activamente en la iniciativa; y de las oportunidades de diálogo y participación en la toma de decisiones.

Como se presenta a continuación, otras propuestas todavía en preparación, reforzarían e institucionalizarían los objetivos del Corredor Biológico.

Mapa 8
El Salvador: Propuesta de corredor biológico

4.7.3 Ecoservicios y el sistema nacional de pago por servicios ambientales en El Salvador

Con apoyo del GEF y del Banco Mundial, la propuesta del Proyecto ECOSERVICIOS,22 se encuentra en fase de preparación desde el año 2000. Este proyecto sería ejecutado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. El documento preliminar del proyecto (World Bank, 2003), expone que un elemento central de la estrategia del Gobierno de El Salvador es el desarrollo de mercados de servicios ambientales, para compensar a los propietarios de terrenos con pendientes moderadas y pronunciadas, por la realización de cambios en el uso del suelo que produzcan beneficios externos directos para los habitantes en las zonas bajas y usuarios de agua, así como por los beneficios indirectos para la sociedad. Esta iniciativa sería complementada con esfuerzos para conservar la biodiversidad, tanto en las áreas protegidas, como en las zonas de amortiguamiento.

En el marco de la estrategia operacional del GEF, ECOSERVICIOS está vinculado con los objetivos de gestión de la biodiversidad y con el manejo integrado de ecosistemas de importancia global. En esta lógica, a pesar de las escasas áreas de bosque natural, los inventarios reportan una alta biodiversidad en El Salvador. Por ello, una parte importante en los objetivos del proyecto se refiere a la ampliación y protección de los servicios ambientales generados por los ecosistemas naturales; a la conservación de la biodiversidad globalmente significativa que contienen; a la consolidación del Sistema Nacional de Areas Protegidas; y a las acciones estratégicas del Corredor Biológico Mesoamericano en El Salvador (GEF, 2000).

Por su parte, en la Estrategia de Asistencia del Banco Mundial para El Salvador durante los años fiscales 2002 a 2004, el Banco tiene previsto el apoyo para fortalecer las capacidades de gestión ambiental y de prevención y mitigación de desastres, como parte de una segunda generación de reformas del sector público en el país. En ese marco, el Banco ha previsto un posible Proyecto de Asistencia Técnica sobre Servicios Ambientales, para apoyar al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales en explorar el concepto de servicios ambientales y fortalecer el manejo de las áreas protegidas, complementando las acciones del GEF asociadas al Corredor Biológico Mesoamericano en El Salvador (World Bank, 2001).

Según el Banco Mundial, el objetivo del proyecto ECOSERVICIOS es compatible con las Estrategias de Desarrollo Rural y Ambiental del Banco, lo que supone condiciones de elegibilidad del proyecto y el apoyo al desarrollo de mercados para servicios ambientales y con ello, condiciones simultáneas de alivio a la pobreza, de crecimiento económico y de protección ambiental (Banco Mundial, 2003).

Con estos antecedentes, ECOSERVICIOS buscaría incrementar la producción de servicios ambientales y establecer las bases para ampliar la adopción de un enfoque integrado de ecosistemas en el manejo de los recursos naturales en El Salvador. Este proyecto estaría estructurado en tres componentes: fortalecimiento institucional; diseño de un sistema de pago por servicios ambientales; y el fortalecimiento de la gestión de áreas protegidas (Banco Mundial, 2003).23

A pesar que bajo el primer componente se prevé el fortalecimiento institucional de municipalidades, comunidades locales, ONG y sector privado, el proyecto enfatizaría el fortalecimiento del Ministerio de Medio Ambiente en su capacidad de formulación de políticas para el manejo y administración del Sistema Nacional de Areas Protegidas, enfocándose en la identificación de mecanismos sostenibles de financiamiento para el manejo y monitoreo de la biodiversidad en dichas áreas y en el desarrollo de asociaciones con el sector privado y los gobiernos locales.

Con relación al segundo componente, el proyecto buscaría apoyar el establecimiento de mercados para servicios ambientales, donde los agricultores que adopten o mantengan usos del suelo que generen servicios ecosistémicos valiosos, podrían recibir incentivos para mantener tales prácticas. En el caso de los servicios hidrológicos, el proyecto podría financiar acciones piloto de contratos por servicios ambientales, en al menos tres cuencas. Los mercados pilotos de servicios ambientales serían utilizados para estimular la adopción de usos del suelo “amigables con la biodiversidad” en áreas del Corredor Biológico Mesoamericano. Además, sobre la base de las experiencias piloto, se diseñaría un marco institucional y operativo, que constituiría el fundamento para una estrategia de replicabilidad de mercados de servicios ambientales en el país.24

El tercer componente buscaría apoyar un proceso de largo plazo para la consolidación del sistema de áreas protegidas. En las áreas seleccionadas, el proyecto apoyaría el proceso de consolidación legal, el diseño de planes de manejo de las áreas protegidas y el desarrollo de infraestructura básica para la protección. En el caso de los planes de manejo, se incluiría el desarrollo de planes de financiamiento de largo plazo, que pudieran incluir el uso de mercados para promover usos del suelo amigables con la biodiversidad en las zonas de amortiguamiento; inversiones en la demarcación de límites, infraestructura básica y equipo de comunicación que facilite la protección; y la creación de un sistema de monitoreo utilizando imágenes de satélite y sistemas de información geográfica, con verificación de campo en los corredores seleccionados.

Al final de los cinco años de duración prevista del proyecto, se contaría con al menos dos mercados locales para servicios ambientales en áreas prioritarias del proyecto;25 al menos 5,000 hectáreas integradas a las acciones del proyecto; el involucramiento de al menos 300 agricultores; y una propuesta de marco institucional – probada en campo – para mercados de servicios ambientales. En el caso de las áreas naturales, se espera que al final del proyecto se hayan declarado tres nuevas áreas protegidas, con su respectivo decreto ejecutivo; planes de manejo de las zonas núcleo de tres áreas protegidas y sus respectivos programas de protección en ejecución; completar inventarios de biodiversidad; y sistemas de monitoreo en las zonas núcleo de las tres áreas protegidas.

Si bien ECOSERVICIOS resalta los servicios hidrológicos y los cultivos en ladera de El Salvador, la propuesta preliminar del proyecto tiene un fuerte énfasis en apoyar la estrategia de conservación y consolidación de las áreas protegidas, que obviamente, tal como se ha planteado en este informe, también son parte del espectro y escenario forestal del Siglo XXI.

4.8 Las Unidades de conservación en el ordenamiento y desarrollo territorial

El Salvador ha tenido un esfuerzo prolongado por declarar un sistema de áreas naturales protegidas. Desde 1974, esta fue parte de las respuestas ante la deforestación y degradación de las áreas naturales del país. Dos décadas más tarde, se habían identificado 125 áreas naturales, que fueron propuestas para la conformación de un Sistema Salvadoreño de Areas Protegidas. Con la Ley Básica de la Reforma Agraria de los ochenta, se logró reservar más de 22,000 hectáreas de las principales áreas naturales del país, ya que dicha reforma afectó haciendas que en conjunto poseían cerca de 92 áreas naturales (CBM-MARN, 2003). Con la aprobación de la Ley del Medio Ambiente, se creó el Sistema Nacional de Areas Protegidas. Más recientemente, como parte de los acuerdos globales y regionales en materia de diversidad biológica, El Salvador también ha iniciado acciones para la conformación del Corredor Biológico Mesoamericano, tal como se discutió antes.

En las propuestas del Plan Nacional de Ordenamiento y Desarrollo Territorial se retoman estas iniciativas y se las vincula a un Plan Especial de Protección de los Espacios Naturales (EPYPSA-IBERINSA, 2003),26 relanzando la estrategia de protección de los espacios naturales a través de un sistema de gestión territorial basado en la conformación de categorías de ordenación, en la declaratoria de áreas naturales protegidas y en la estructuración de 15 unidades de conservación.27

4.8.1 Categorías de ordenación

Las categorías de ordenación parten de criterios y características ecológicas así como de la capacidad para sostener determinados usos. Dichas categorías son: zonas de interés ecológico que no se proponen como territorios del Corredor Biológico Mesoamericano (áreas naturales protegidas o corredores); zonas de protección especial, que coinciden con el ámbito del Sistema de Areas Naturales Protegidas (actuales y propuestas); zonas de interés productivo, que corresponden a los territorios de alta o muy alta capacidad agrológica, particularmente las tierras para la agricultura semi-intensiva; zonas o distritos de riego, por su excepcional valor productivo, así como por contar con tradición y cultura de riego; zonas de interés paisajístico y ambiental, que constituye las áreas en las que no se destacan valores ecológicos relevantes, es decir, zonas de agricultura intensiva, usos forestales y ganaderos; otras zonas, que por diferencia, serían aquellos territorios con mayor aptitud para usos urbanos e infraestructurales.

4.8.2 Servicios ambientales y unidades ambientales de integración

A partir de la definición de las unidades morfoestructurales, vegetación y zonas de vida (entre otros),28 el PNODT propone las Unidades Ambientales de Integración, que por presentar características similares de estructura física, de elementos bióticos, de recursos naturales, y de los procesos y riesgos naturales, permitirían formular propuestas adecuadas de ordenamiento y desarrollo en función de áreas territoriales homogéneas desde el punto de vista paisajístico. En la definición del paisaje, el análisis de usos del suelo se considera factor fundamental, ya que introduce elementos antrópicos, sobre todo aquellos vinculados con los ámbitos agrarios, urbanos, infraestructurales y turísticos. La conjugación de variables analizadas arrojó 340 unidades ambientales de integración.

De cara a la gestión, se aplicó un conjunto de criterios para valorar el potencial de prestación de servicios ambientales y la calidad para la conservación de la naturaleza y de las funciones ecosistémicas. Los criterios se definieron a partir de la capacidad de las unidades ambientales para captar recursos hídricos subterráneos, controlar la erosión, potencial paisajístico, potencial de desarrollo ecoturístico, y conservación de riqueza biológica y de hábitats. Las unidades de integración que presentan los mayores valores de prestación de servicios ambientales son las ligadas a la cadena volcánica reciente y a la cordillera fronteriza, por el peso de la existencia de zonas de recarga acuífera y por los procesos erosivos en áreas frágiles en laderas, pectivamente. Las unidades ambientales de integración que presentaron los menores valores para la prestación de servicios ambientales son las ligadas a los sistemas ambientales de la planicie costera y a la gran depresión central con volcanes extintos (Ver Mapa 9).

4.8.3 La propuesta de gestión de áreas naturales: las unidades de conservación

Las unidades de conservación corresponden a los elementos claves del modelo de gestión de los espacios naturales y estarían constituidas por grupos de áreas naturales protegidas, sus respectivas zonas de amortiguamiento, así como los corredores que les sirven de nexo (Ver Mapa 10). A la conformación de dichas unidades precedería la aprobación de la Ley de Ordenamiento Territorial, de la Ley de Areas Naturales Protegidas, así como la declaratoria legal de protección de las respectivas áreas naturales. Para la gestión de la unidad de conservación existe una propuesta de estructuración institucional, conformada por el Organo Colegiado y una Oficina Técnica de Gestión.29 También se propone un Consejo de Protección del Sistema de Areas Naturales Protegidas, que fungiría como órgano de coordinación entre los gestores de las distintas unidades de conservación.

Los instrumentos de gestión de las Unidades de Conservación serían: el plan de manejo, los planes operativos, los planes de ordenación del uso público, los planes de ordenación y fomento del ecoturismo, así como los planes de recuperación y regeneración ambiental.

Estos instrumentos constituyen nuevos marcos institucionales, que en conjunto, estarían replanteando los derechos de acceso, uso y usufructo en los territorios sujetos a las estrategias de conservación. De hecho, en el caso de los planes de manejo, éstos tendrán carácter vinculante tanto para las administraciones, como para los particulares, incluso, prevalecerán sobre el planeamiento urbanístico y se requerirá la aprobación de oficio de los planes territoriales o sectoriales incompatibles con los planes de manejo de las unidades de conservación.

Mapa 9
Valoración de Unidades Ambientales de Integración, según Prestación de Servicios Ambientales

Fuente: EPYPSA-IBERINSA (2003)

Tal como se plasma en las propuestas finales del Plan Especial de Protección de los Espacios Naturales contenido en el Plan Nacional de Ordenamiento y Desarrollo Territorial, se evidencia un compromiso importante por la gestión de los espacios naturales, así como la conformación legal-institucional del Corredor Biológico en El Salvador. Sin embargo, la gestión de dichos espacios requerirá de una estrategia más allá de la estructuración territorial de las unidades de conservación, las cuales quedan extremadamente sujetas a las estructuras, capacidades y políticas centralizadas de los ministerios propuestos para integrar el órgano colegiado. La gestión integrada de las unidades de conservación dependerá fuertemente de la movilización de otras redes institucionales y sociales, del entendimiento del espectro de intereses a nivel local, y de los espacios de diálogo y participación en la gestión del territorio comprendido por dichas unidades.

Dado que las unidades de integración ambiental carecen de una propuesta de gestión, el modelo propuesto para las unidades de conservación aparece sobre determinando el enfoque para la gestión de los espacios rurales en el país, en el cual se enfatiza el rol de las áreas naturales y se invisibiliza el rol de los agroecosistemas, de los bosques antropogénicos y de las dinámicas socio-institucionales existentes en dichos territorios. Por lo demás, esto último constituye un elemento crítico importante de cara a la construcción de institucionalidades endógenas para la gestión local e integrada de los espacios rurales.

Además de la propuesta de Unidades de Conservación, desde hace varios años ha iniciado un proceso de asociatividad municipal, desde el cual, las preocupaciones ambientales están emergiendo e institucionalizándose en las estrategias de desarrollo local y microregional que involucran a las municipalidades (Ver Anexo 11). De hecho, los intentos por institucionalizar el ordenamiento territorial y vincular las estrategias de desarrollo local con los recursos forestales existentes, así como con la necesidad de reforestación están presentes en los intereses de asociación municipal, los cuales evidencian una revalorización ambiental, sobre todo vinculada con los recursos hídricos, pero también con estrategias emergentes vinculadas con el ecoturismo, entre otros.

Mapa 10
Areas naturales, unidades de conservación y corredores ambientales para El Salvador

Fuente: EPYPSA-IBERINSA (2003)

El mismo Plan Nacional de Ordenamiento y Desarrollo Territorial propone la conformación de 3 regiones, 14 subregiones y 30 subregiones, como escenarios territoriales de gestión. En esta propuesta se conjugaron las asociaciones de municipios y/o micro-regiones existentes, criterios biofísicos vinculados con los límites de subcuencas y microcuencas, así como la dinámica socioeconómica local y micro-regional. En conjunto, esto refleja la existencia de criterios mucho más complejos que están determinando el futuro marco de gestión del territorio.

19 PROCAFE fue fundado como el Instituto para Investigaciones del Café (ISIC), una institución gubernamental que operó hasta 1990. En ese año, con el apoyo de USAID, el ISIC se convirtió en PROCAFE, como una fundación privada sin fines de lucro, con la misión de realizar investigación y extensión al sector cafetalero. PROCAFE es prácticamente la única institución que brinda este tipo de apoyo a nivel nacional.
20 Es común que dichos proyectos (bajo el concepto de “quintas”) oscilen entre 1 y 3 manzanas. En propiedades más grandes con atractivo turístico se construye infraestructura para atender visitantes (restaurantes, senderos, piscinas, etc.). Hay una tendencia a conservar una parte reducida y menos densa de la cobertura arbórea de los cafetales. En zonas más cercanas a centros urbanos, predominan proyectos residenciales e industriales.
21 Con el apoyo de Países Bajos, FAO y CCAD, siguiendo algunos lineamientos (aún en construcción) que perfilan proyectos bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio (que forma parte del Protocolo de Kyoto), la definición de las Tierras Kyoto, busca identificar y cuantificar el potencial de El Salvador para contribuir a la mitigación del cambio climático, a través de actividades forestales.
22 En la cartera de proyectos del GEF, este proyecto aparece bajo el título Natural Resources Management through Conservation and Restoration of Environmental Services, en tanto que, en la del Banco Mundial, aparece como National Environmental Management Project.
23 ECOSERVICIOS podría ejecutarse sobre la base de los logros de otros proyectos previos, entre ellos, el Proyecto Administración de Tierras, que apoya la actualización del sistema de catastro y titulación; el Proyecto de Reforma e Inversión del Sector Agrícola, que se orientó a mejorar la productividad en fincas a través de los servicios de extensión; el Proyecto Café y Biodiversidad; y los proyectos apoyados por el Banco Interamericano de Desarrollo, particularmente el Programa Ambiental de El Salvador y el Proyecto de Modernización y Reforma del Sector de Recursos Hídricos que se enfoca en el subsector agua y saneamiento a nivel nacional (World Bank, 2003).
24 Para que el sistema de pago por servicios ambientales cumpla sus objetivos, deberá operar indefinidamente. Esto requiere establecer una estructura institucional apropiada que opere más allá de la finalización del proyecto, para lo cual será necesario establecer mecanismos y flujos de financiamiento para financiar los pagos. En el caso de los productores que participen en el sistema, pudieran movilizarse recursos a través de las tarifas de agua. En el caso de los servicios de conservación de biodiversidad, deberán buscarse mecanismos de financiamiento provenientes de otros servicios ambientales generados por las áreas protegidas, como por ejemplo, la captura de carbono (World Bank, 2000).
25 Entre los sitios piloto identificados están: La Montañona, Cinquera, río Guayabo y Lago de Coatepeque.
26 Dicho Plan tiene como objetivo determinar las medidas de protección en relación con actuaciones de utilización o transformación del territorio, proponiendo un modelo de gestión local de los espacios naturales y un marco regulatorio del sistema físico natural a escala nacional.
27 El PNODT incluye una diversidad de propuestas que no se pretenden abordar en esta sección. Simplemente, se han retomado algunas de las más relevantes al abordaje y contenido desarrollado en esta Sección, sobre todo considerando las implicaciones institucionales y territoriales para el manejo de los bosques en el país.
28 Tipo de materiales, relieve-pendiente, hidrogeología, clima, suelos, ecosistemas, áreas naturales protegidas, potencial agrológico, paisaje, degradaciones y amenazas.
29 El Organo Colegiado (Junta de Protección o Consejo de Protección) estaría integrado por un Presidente, un Secretario (Director de la Unidad de Conservación), un representante por cada uno de los ministerios de Medio Ambiente, Agricultura, Obras Pública y Educación, un representante por cada uno de los municipios afectados territorialmente por las áreas naturales integrantes de la Unidad de Conservación, dos representantes de organizaciones y asociaciones agrarias, un representante de la universidad, un representante de los grupos ecologistas y conservacionistas y dos representantes de las comunidades locales. La Oficina Técnica de Gestión de cada Unidad estaría integrada por el Director (Director Técnico de la Oficina), técnicos de medio natural adscritos a la Unidad de Conservación, personal administrativo, guardarecursos, monitores de educación y difusión ambiental, así como personal de obras y mantenimiento (permanente o temporales).

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