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7 Conclusiones

El sector forestal de Nicaragua se enfrenta a un conjunto de desafíos para los próximos años, que pueden convertirse en oportunidades. La demanda de productos forestales continuará creciendo, tanto en Nicaragua como en el resto del mundo. De acuerdo a las proyecciones preliminares realizadas por FAO se estima que para el año 2020 en América Latina la demanda de madera aserrada alcance los 46 millones de m3, la demanda de carbón vegetal sea cercana a los 18 millones de toneladas métricas, la madera en rollo sea de alrededor de 200 millones de m3, los paneles de madera oscilen en valores cercanos a los 13 millones de m3 y el la pulpa de madera para papel y cartón alcance cifras superiores a los 28 millones de toneladas métricas.

Nicaragua se encuentra en una posición privilegiada debido a su posición geográfica y a su gran potencial para la producción forestal basadas en sus bosques existentes y en nuevas plantaciones. Lo que en el mediano o largo plazo pueda significar que Nicaragua se convierta en un oferente de productos forestales, en especial para los mercados naturales de la producción forestal como son Centroamérica, Estados Unidos y el Caribe.

El reto comienza con preparar las condiciones para el desarrollo forestal, tratar de aprovechar las oportunidades y fortalezas del sector, minimizar las debilidades y prepararse ante las amenazas.

Si bien es cierto que el Gobierno ha priorizado al sector forestal como uno de los ejes de desarrollo, es preciso que gestione recursos ordinarios como de la cooperación externa para hacer realidad este enunciado. La ejecución de un Programa de Desarrollo Forestal coherente y coordinado con los otros sectores de la economía es imprescindible no solo para manejar y conservar los recursos existentes si no también para frenar el deterioro de los bosques, recuperar el área perdida boscosa y que este realmente se convierta en una fuente de desarrollo.

El avance de la frontera agrícola y las prácticas agrícolas perjudiciales para los bosques como la roza, tumba y quema, sumado al elevado crecimiento de la población y la situación de pobreza, continuarán siendo una presión y amenaza para la preservación de los recursos forestales. Por lo cual, se hace imprescindible implementar medidas para incrementar la productividad agrícola y usar tecnologías amigables con el ambiente, así como tratar de elevar el nivel de concientización en la población, especialmente en aquella que habita en las zonas rurales.

La demanda por productos forestales como madera, contrachapados, carbón, muebles, papel y cartón continuará creciendo y significará otro de los elementos de presión para los bosques. La leña seguirá ejerciendo presión sobre los recursos forestales.

Es importante considerar seriamente el desarrollo de plantaciones comerciales como una fuente de oferta futura para madera, leña y otros productos forestal. En el mediano y largo plazo la una parte importante del abastecimiento de materia prima de la industria nacional podría basarse en ellas. Por lo cuál es necesario encaminar las acciones propuestas en la Ley para estimular este tipo de inversiones.

El sector industrial más que crecer en número de industria se encuentra obligado a consolidar su posición y a realizar inversiones en bienes de capital y tecnología que le permita lograr mayores niveles de eficiencia.

En general el panorama económico tiende a favorecer al sector al gozar de mayor estabilidad económica y política y su respectivo efecto en reducir el riesgo país. Este entorno podría ser más atractivo las inversiones privadas. Aunque es un hecho notable, que la tendencia de la cooperación externa y las inversiones públicas tiende a ser cada vez mayor, el papel de las inversiones privadas será determinante para el desarrollo del sector.

Los cambios institucionales y del marco jurídico realizados en los últimos años han favorecido al sector, entre los cuales se pueden destacar la aprobación de una nueva Ley forestal y una serie de reformas instituciones en el poder ejecutivos como la creación del INAFOR. Es preciso que el Gobierno continué impulsando este tipo de reformas a nivel del poder ejecutivo y dentro de las instituciones que atienden directamente el sector forestal. Además de ello, es necesario garantizar que los puestos claves en las instituciones públicas sean ocupados por funcionarios capaces, honestos e idóneos.

Los cambios políticos e institucionales que se vienen desarrollando a nivel regional también presenta un entorno favorable. Los tratados de libre comercio y la integración centroamericana no solo representan un aumento y mejoramiento del flujo de comercio, sino también de inversiones. Dependerá del Gobierno y los empresarios locales aprovechar estos cambios.

En síntesis podemos decir que la suma es positiva para el sector forestal, siempre y cuando exista continuidad de las acciones y voluntad política del gobierno, la sociedad civil y el sector privado para trabajar de manera coordinada, ejecutar las propuestas planteadas a nivel sectorial, y crear las condiciones propicias para desarrollo sostenible del sector forestal.

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