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3 Tendencia en los últimos años y situación actual del sector forestal en el país

3.1 Importancia del sector forestal a escala económica, ambiental y social para el país

El sector forestal en Bolivia es uno de los principales demandantes de servicios de transporte terrestre y ferroviario, mantenimiento y otros, tanto públicos como privados, significando un aporte importante a la economía del país. Se calcula que el valor de venta de la producción forestal supera en promedio los 104 millones de dólares anuales. En el país ahora que los ingresos por exportaciones de hidrocarburos y minerales han disminuido, el sector forestal constituye en una alternativa importante, ya que su rol a futuro es el de sustituir los ingresos con la venta de recursos renovables y con mayor valor agregado, vía la generación de mayores ingresos por las exportaciones de productos forestales, a través de políticas nacionales que garanticen su sostenibilidad.

Sin embargo, según el Instituto PRISMA (2000), el sector forestal no es competitivo y los niveles de productividad son cada vez menores puesto que el multiplicador del sector se asienta solamente en el esfuerzo privado y en una sola institución del sector público, como es la SIF. Esta falta de acciones del Estado, complementarias a los esfuerzos del sector privado forestal, amplifican las demás debilidades de la base industrial forestal, que se expresan en la insuficiente generación de valor agregado.

La ubicación geográfica del país determina en gran medida que las exportaciones del sector lleguen a los puertos oceánicos con altos costos de operación y de transporte, pero este problema es aun más agudo para los empresarios amazónicos, que no disponen de comunicación vial permanente a la red troncal de transporte del país.

El aislamiento en el que se realizan los procesos de producción explica también tal estado de cosas. En efecto, no existen encadenamientos o eslabonamientos productivos entre las empresas, u muchas de ellas saben que existen pero no se conocen entre sí como para aprovechar mutuamente sus capacidades. Tampoco se han desarrollado relaciones entre empresarios de la primera transformación con los de la segunda o manufactureros, ni existen subcontrataciones ni alianzas de producción que les permita generar ventajas competitivas, y menos aún existen alianzas para la identificación de nuevos mercados y la comercialización conjunta.

En ese marco, la obsolescencia tecnológica y la ausencia de innovaciones se origina en la desconexión característica entre la empresa forestal de todas las fases de producción, por una parte, y los centros académicos de formación e investigación, por otra. El régimen vigente ha impulsado – y lo está haciendo – la modernización de las técnicas de aprovechamiento del bosque a través de la elaboración y aplicación de los planes de manejo, pero no hay continuidad en la siguiente fase de producción, compuesta por aserraderos, empresas de tratamiento intermedio y manufactureros, Esta visión segmentada del desarrollo forestal podría in viabilizar y esterilizar los esfuerzos hasta ahora realizados.

3.2 Participación del sector forestal en el PIB y en el valor bruto de producción 7

Una de las actividades económicas de mayor relevancia y referente a la hora de tomar decisiones de políticas públicas es la correspondiente a la agricultura, silvicultura, caza y pesca, que genera alrededor de 7 mil millones de Bolivianos de los aproximadamente 52.6 millones de Bolivianos del Producto Interno Bruto (PIB) del país, a precios de mercado.

En 1990 esta actividad generaba 2.4 mil millones de Bolivianos, es decir el equivalente a 705.882 dólares americanos; en tanto que en 2001, esta cifra se triplica hasta alcanzar 7.2 mil millones de Bolivianos, vale decir 1’054.172 dólares americanos, situación que no sucede con la minería y menos con los hidrocarburos. Este mismo ritmo se observa en el sector de la silvicultura, caza y pesca, ya que en 1990 alcanzaba a 158 millones de Bolivianos (46’470.588 dólares americanos) en el PIB a precios de mercado, incrementándose su participación en el año 2001 a 519 millones de Bolivianos (75’988.289 dólares americanos). Se demuestra así la importancia sectorial agropecuaria en el contexto nacional.

Concentrando nuestra atención al sector forestal, es importante hacer las siguientes consideraciones: En Bolivia no se determina la participación específica de este sector en el Producto Interno Bruto, ya que éste se encuentra englobado dentro del cálculo que corresponde a la rama de actividad de la agricultura, silvicultura caza y pesca, que consignan los productos derivados de la explotación maderera, así como los productos forestales no maderables (v.g. castaña). Sin embargo, asumiendo supuestos o hipótesis, se puede inferir que el sector forestal aporta al PIB alrededor de 500 millones de Bolivianos (73’206.442 dólares americanos), considerando el año 2001.

De acuerdo a estadísticas oficiales el sector agropecuario tiene una participación el PIB equivalente al 14.32%8 en el ciclo histórico entre 1990 y 2001, que se considera significativa tomando en cuenta la participación de otros sectores con la excepción del sector industrial manufacturero. Dentro del sector agrícola, la participación de los productos agrícolas no industriales alcanza al 6.49%, los productos agrícolas industriales 2% y los productos pecuarios 3.98%

Considerando el PIB sectorial agropecuario en la misma serie histórica 1990 – 2001, los productos agrícolas no industriales, tienen el mayor nivel de incidencia con una participación de 45.29% seguido por los productos pecuarios con un 27.78% y los productos agrícolas industriales con 13.93%. En este sentido llegamos a la conclusión que siendo la caza y pesca una actividad marginal su incidencia en el PIB sectorial, como en el nacional es mínima.

Lo manifestado anteriormente no deja de tener importancia, aunque debe destacarse que la actividad forestal en el país ha cobrado relevancia no sólo en la escala productiva dado su crecimiento a lo largo de los últimos doce años, sino también por los niveles alcanzados en las exportaciones de productos no tradicionales, generando divisas y alentando mayores señales de ocupación permanente.

El Valor Bruto de Producción, por definición muestra la relación que existe entre la producción obtenida por unidad de medida respecto de los precios a escala productor. Entonces, realizada la revisión de la información obtenida al respecto, podemos apreciar, que dentro del proceso de extracción de maderas se pueden distinguir, por su valor económico en el mercado de exportación principalmente, como de primera y segunda clases. Las de primera comprende: mara,(Swietenia macrophylla), roble (Amburana cearensis), cedro (Cedrela odorate), morado (Machaerium scleroxylon), quebracho colorado (Aspidosperma quebracho); dentro de las maderas de segunda clase están: el ochoó (Huran crepitans), palo maría (Calophyllum brasiliensis), nogal (Juglans boliviana), laurel (Ocotea sp), yesquero (Cariniana domestica), almendrillo (Dypterix adorata), bibosi (Ficus glabrala), serebo (Schizolobium amazonicum), tajibo (Tabebuia serratifolia), eucalipto y otros.

Indudablemente, la tasa de crecimiento del Valor Bruto de la Producción ha tenido un movimiento similar al Producto Interno Bruto, por cuanto de 1990 a 1999, la progresión alcanzada ha sido de aproximadamente 243.2 por ciento, movimiento que se registra debido a la expansión de explotación maderera, aunque en un principio alcanzó a maderas seleccionadas como la mara, roble, ochoó, entre los más importantes. Esta situación se fue modificando con el tiempo por varios factores, en los que se incluyen los precios internacionales, la nueva legislación nacional con la ley forestal y la incorporación de valor agregado. No debe escapar al análisis, el contexto económico externo, principalmente de las economías comercialmente ligadas a nuestro país (v.g. crisis Argentina y de Brasil), ya que ellas contrajeron su demanda del mercado internacional, afectando seriamente las exportaciones de productos forestales (maderables y no maderables).

Considerando el Valor Bruto de Producción (VBP), correspondiente a la gestión de 2000, se establecen algunas conclusiones que ratifican lo señalado respecto de la participación forestal en el Producto Interno Bruto (PIB) del sector agropecuario. En primera instancia, el VBP de la quinta rama de actividad, correspondiente a la silvicultura, caza y pesca, alcanza a los 622 millones de Bolivianos (tipo de cambio EEUU$ 1 = 6,38 Bolivianos), de los cuales el 56.89 por ciento corresponde a la extracción de la madera de primera clase, en tanto que el 20.51 por ciento pertenece a la extracción de madera de segunda clase. A ellos se suman los productos forestales no maderables, que participan en el total del VBP de la silvicultura, caza y pesca, con alrededor del 17.38 por ciento. Otro rubro dentro de esta rama de actividad 5 es el desarrollo de las plantaciones en viveros que alcanza al 8.83 por ciento del total de la rama. El restante 1.4 por ciento agrupa a la caza y pesca.

Es importante mencionar los productos de manera específica, determinar el grado de importancia y su desempeño en la gestión analizada. La mara es el principal producto de explotación en las maderas consideradas de primera clase, ya que el VBP alcanza a 257.4 millones de Bolivianos (tipo de cambio EEUU$ 1 = 6,38 Bolivianos), que representa el 72.75% del total del VBP de las maderas de primera clase. Le sigue en orden de importancia, el roble (11.53%), cedro (8.55%) y quebracho colorado (5.16%). El resto de las maderas de primera clase se ubican por debajo del uno por ciento de aporte al total del VBP de esta clase de maderas.

Con el mismo razonamiento (para el mismo año), fijamos la atención a las maderas de segunda clase, siendo el ochóo la que participa de forma relevante en el total del VBP de esta clase de maderas, alcanzando el 25.89%; seguida de el serebó cuyo Valor Bruto de Producción alcanza a 16 millones de Bolivianos y que representa en términos relativos el 12.69% del total del VBP de las maderas de segunda clase. En lo que hace al resto de los productos, se tiene al almendrillo que representa el 6.89% del total ya mencionado, tajibo (6.5%), palo maría (5.49%) y bibosi (5.33%), en ese orden de importancia.

3.3 Cambio en la cobertura forestal

El gobierno al no contar con una definición clara en cuanto al Uso del Suelo, ha promovido un acelerado proceso de deforestación que se debe tratar de normar a la brevedad posible para evitar que el proceso de deforestación continúe al ritmo acelerado que hoy se tiene en el país.

Según el Mapa Forestal (MDSMA, 1995), la tasa de deforestación en el país era de 168 mil hectáreas por año, de las cuales 80,087 ha/año correspondían a la amazonía boliviana. Esta tasa de deforestación representaba el 1.6 por ciento del total de América Latina, que según FAO, era de 5 millones ha/año, lo cual nos llevaba a concluir que los bosques amazónicos de Bolivia se estaban relativamente conservados y que estaban a tiempo de manejarlos de manera sostenible. El Proyecto BOLFOR en el año 2000, realizó un estudio sobre la deforestación y establecieron los siguientes resultados: Desde el año 1993 al 2000 se estableció un aumento de 1,424,033 hectáreas desforestadas, con un promedio anual de 203,433 hectáreas, habiendo aumentado la superficie en un 81.21 % con respecto a la superficie desmontada determinada en 1993.

Es necesario fijar una política y una estrategia nacional para delimitar la frontera agropecuaria y la de colonización. Es importante señalar, que Bolivia siendo un país con cerca de 110 millones de hectáreas y poca densidad poblacional ha utilizado el camino de apertura de la frontera agrícola como la vía más fácil para el desarrollo del sector agropecuario invadiendo tierras de vocación forestal en vez de buscar la recuperación de tierras agropecuarias de los valles y altiplano que tienen vocación para la producción agrícola y ganadera. Por ello es necesario el ordenamiento de la frontera agrícola mediante planes, programas y proyectos que logren el cometido.

Se requiere definir claramente desde el nivel central en coordinación con las instancias departamentales y locales el control de la tala rasa que viene convirtiéndose como elemento propicio para el cambio del uso del suelo

3.3.1 Bosques naturales

Las regiones naturales de Bolivia son cuatro9: de occidente a oriente, Andino Central, Subandina Chaqueña, Chiquitana y Amazónica y siete Regiones Productoras Forestales tradicionales: siguiendo el mismo orden tenemos a la región Preandino-amazónico, la Boliviano – Tucumana, la Amazonía, El Choré, Guarayos, el Bajo Paraguá y la Chuquitanía.

Mediante el Decreto Supremo No. 26075, de fecha 16 de febrero de 2001, se ha definido la extensión y ubicación de las Tierras de Producción Forestal Permanente para: i) garantizar que su aprovechamiento respete su vocación forestal; ii) generar condiciones de seguridad jurídica para el manejo sostenible del bosque; iii) disponer de áreas fiscales para otorgarlas en concesión; iv) fijar una frontera a la deforestación y degradación de los recursos forestales del país, facilitando su control y monitoreo.

Declarándose: Tierras de Producción Forestal Permanente las 41.235.487 hectáreas referidas en el mapa adjunto, que forma parte indivisible del presente Decreto Supremo, con el siguiente detalle: 28.190.625 hectáreas sin restricción; 10.680.192 hectáreas en áreas protegidas, sujetas al Art. 2 inciso 3 de dicho Decreto Supremo; 2.364.670 hectáreas con restricción en los departamentos de Chuquisaca y Tarija.

Según el Art. 2, en las Tierras de Producción Forestal Permanente son permitidas principalmente las siguientes acciones:

a) el aprovechamiento forestal, con Planes de Manejo Forestal aprobados por la Superintendencia Forestal;

b) el otorgamiento de concesiones forestales;

c) la autorización de aprovechamiento forestal en áreas Protegidas por el SERNAP en coordinación con la superintendencia forestal; y

d) la utilización forestal en tierras de propiedad privada.

De acuerdo a la información presentada por la Superintendencia Forestal en su Memoria de 6 años de Gestión (Marzo 2003) se concluye que la aproximación sobre la existencia de los bosques naturales de Bolivia y consecuentemente de su valor maderable, la diversidad de las especies forestales, volúmenes disponibles aprovechables y potenciales para las regiones que tradicionalmente se han caracterizado como productoras de productos maderables. Es el resultado del procesamiento de datos de los inventarios que sirvieron de base para los Planes Generales de Manejo Forestal presentados por las empresas concesionarias, mismos que fueron procesados, analizados y publicados por la Superintendencia Forestal en el año 1999, constituye una base importante para orientar las inversiones y aportar soluciones al manejo y aprovechamiento sostenible de los mismos.

Este es uno de los productos de la gestión institucional cuyo objetivo es definir la información y generar la base técnica para la toma de decisiones a futuro.

Con datos de 69 inventarios forestales de reconocimiento en concesiones forestales, seleccionados por su consistencia técnica, se formó una base de datos sobre aproximadamente 3.5 millones de hectáreas, lo que ha permitido realizar un análisis estadístico a fin de determinar el potencial forestal en siete zonas de producción tradicional, determinadas por similitud en sus características ecológicas, sociales y económicas.

En términos generales, las regiones del Chore, Preandino-Amazónico, muestran parámetros forestales parecidos en términos de composición florística, valores de abundancia, área basal y volumen; al igual que las regiones Bajo Paraguá y Guarayos. La Región de la Chiquitanía es una región que presenta características y singularidades muy especiales.

a) REGIÓN PRODUCTORA CHIQUITANÍA, es la segunda mayor región productora del país con 6,3 millones de ha, extendiéndose desde la porción Sudeste hasta la porción Central del Departamento de Santa Cruz, ubicada en la Región natural Chiquitana al este del departamento de Santa Cruz, abarcando las Provincias Ñuflo de Chávez, Velasco, Sandoval y Chiquitos, limita al noreste con la región Bajo Paraguá, al sur y oeste con el Territorio Comunitario Monteverde y las sabanas arboladas y al este limita con el brasil.

Más del 75% de las especies maderables de los bosques de la Región Chiquitanía tienen actualmente valor comercial. En los inventarios forestales se registraron 246 especies de las cuales, 36 califican como especies, cuatro podemos citar como las mas frecuentes y son: Tasaá (Acosmium cardenasii), Jichituriqui amarillo (Aspidosperma rigidum), Curupaú (Anadenanthera Columbrina) y Sirari (Copaifera chodatiana), es importante indicar que existen 14 especies maderables comerciales más importantes es decir especies muy valiosas, también denominadas “especies principales”.

Se destacan como especies principales el Curupaú (Anadenanthera colubrina) y Momoqui (Caesalpinia pluviosa), constituyendo un 23% de la abundancia total de la región. Otras especies muy valiosas han sido interesantemente aprovechadas como el Morado (Machaerium scleroxylon), el Roble (Amburana cearensis) y el Cedro (Cedrela odorata), los que a pesar de ello aún registran individuos aprovechables. El valor comercial de estos bosques se concentra en las especies valiosas, siguiéndole las especies potenciales y las especies actualmente sin valor conocido. Las especies muy valiosas, valiosas y poco valiosas concretan el 80% de la abundancia, el 79% del área basal total y el 81% del volumen total, sin duda esta es una región muy interesante.

b) REGIÓN PRODUCTORA BAJO PARAGUÁ, ubicada el noreste del departamento de Santa Cruz y el sur del departamento del Beni, entre las regiones naturales de la amazonía y la Chiquitanía, cubre las provincias Ñuflo de Chávez y Velasco de Santa Cruz y la provincia Itenez, al sur del departamento del Beni, limita al este con el Parque Noel Kempff Mercado y al sur con la región de Guarayos.

En esta región más del 50% del bosque tiene valor comercial actual, en los inventarios forestales, se registran 240 especies, 71 se consideran como especies frecuentes y solo 19 se destacan como especies principales. Las especies muy valiosas, valiosas y poco valiosas, concentran el 37% de la abundancia total, el 49% del área basal y más del 54% del volumen total, destacando por su abundancia el Cambará (Vochysia haenkeana) y el Canelón (Aniba guianensis), significando el 6% de la abundancia total de la región, otras especies de menor valor comercial son Mururé (Clarisia racemosa), Coloradillo (Licania oblongifolia) y Cari cari (Acacia polyphylla).

Aunque la región no alcanza abundancias o volúmenes promedio notables, sus bosques tienen un elevado número de especies frecuentes, con presencia importante de especies de valor comercial y árboles con un valor aprovechable individual promedio de hasta 3 m3/ árbol.

c) REGIÓN PRODUCTORA DE GUARAYOS, ubicada en la región natural Amazónica, comprende las provincias de Ñuflo de Chávez, Santiestevan y Guarayos del departamento de Santa Cruz y parte de las provincias Marbán, Cercado e Itenez del departamento del Beni, al sureste limita con la región de producción del Chore separa por el Río Grande, al noreste con la región de producción Bajo Paraguá y al sur con el área de Colonización brecha Casarabe y la región Chiquitanía.

Aproximadamente el 75% de las especies maderables del bosque de la región de Guarayos, tiene valor comercial. Se registran 281 especies, de estas, 61 califican como especies frecuentes y 22 corresponden a especies principales. El Ochoo (Hura crepitans) y Verdolago (Terminalia amazónica) constituyen las especies más abundantes representando el 11% de la abundancia total de la región, otras especies interesantes de menor valor comercial actual son el Blanquillo (Buchenavia oxycarpa) y Ajo (Gallesia integrifolia). El valor comercial del bosque en esta región, se concentra en las especies muy valiosas, valiosas y poco valiosas, comprendiendo en conjunto el 67% de la abundancia, el 75% del área basal total y el 76% del volumen total.

d) REGIÓN PRODUCTORA DEL CHORÉ, ubicada en la Región Amazónica, se encuentra al noreste del departamento de Santa Cruz en las provincias Sara e Ichilo y cubre el noreste de la provincia Chapare de Cochabamba, abarca en gran parte la Reserva Forestal del mismo nombre e incluye la Reserva Forestal de inmovilización Chapare, al norte y este, se encuentra limitada con la región productora Guarayos, cuyo límite natural es el Río Grande, al este con la región productora Preandino-amazónico y al sur con áreas de fuerte colonización.

En la región del Choré aproximadamente el 75% de los árboles maderables existente en el bosque tienen valor comercial actual. En los inventarios se registraron 231 especies, de las que 73 califican como especies frecuentes y 20 se destacan como especies principales. Las especies más importantes son Ochoó (Hura crepitans), Verdolago (Terminalia amazónica), Bibosi (Ficus sp.) y Jorori (Swartzia jorori), otras especies principales como Cedro (Cedrela odorata)y Mara (Swietenia macrophylla) que fueron en el pasado intensamente aprovechados presentan una baja abundancia. Las especies muy valiosas, valiosas y poco valiosas concentran el 59% de la abundancia total, el 71% del área basal y el 72% del volumen total.

e) REGIÓN PRODUCTORA PREANDINA-AMAZÓNICA, ubicada en el piedemonte de la Cordillera del los Andes y la faja del Subandino en la Región Amazónica que tiene como límites naturales al oeste, al este limita con las sabanas arbóreas o arbustivas del Beni y al sureste la región productora el Choré, la región comprende parte de las provincias Iturralde y Franz Tamayo de La Paz, Ballivián y Moxos del Beni y Chapare de Cochabamba.

En la región del Preandino-amazónico, más del 50% del bosque tiene un valor comercial actual. Esta región se distingue por la alta variabilidad de volumen aprovechable y se encuentra concentrado en las especies valiosas, en total se han registrado 303 especies, de las que 73 califican como especies frecuentes y 18 se destacan como especies principales. Las especies más importantes son Verdolago (Terminalia amazónica), Ochoó (Hura crepitans), Palo María (Calophyllum brasiliensi) y Bibosi ( Ficus sp.) que constituyen más del 13% de la abundancia total de la región. Las especies principales como la Mara (Swietenia macrophylla), Cedro (Cedrela odorata) y Roble (Amburana cearensis) registran una abundancia en las clases diamétricas mayores al DMC. Las especies muy valiosas, valiosas y poco valiosas concentran el 47% de la abundancia total, el 60% del área basal y más del 61% del volumen total.

f) REGIÓN PRODUCTORA AMAZÓNICA, es la región productora que presenta mayores stocks de madera (115 m3/ha). destacándose la región productora de Choré (89 m3/ha) y el Preandino-amazónico (77 m3/ha). Sin embargo, cuando son analizados los grupos comerciales, la región productora de Choré posee los mayores stocks de maderas muy valiosas (0,7 m3/ha) y valiosas (44 m3/ha). Se destacan también las regiones productoras Preandino-amazónico (2,2 m3/ha de especies muy valiosas y 31 m3/ha de especies valiosas) y Chiquitania (3,6 m3/ha de especies muy valiosas y 24 m3/ha de especies valiosas).se encuentra al norte del país en la Región Amazónica, abarca el total del departamento de Pando y el norte de la provincia Iturralde en La Paz y Vaca Diez del Beni.

En la región Productora Amazónica solo un tercio del potencial maderable existente en el bosque, tiene valor comercial actual. Se caracteriza por la alta concentración de especies y abundancia actualmente no comercial, se registraron 283 especies, 67 califican como especies frecuentes y solamente 15 se destacan como especies principales, esto es el 13 % de la abundancia total de la región. Las especies muy valiosas, valiosas y poco valiosas concentran solamente el 29% de la abundancia total, más del 35 % del área basal total y el 35% del volumen total. La mayor parte de las especies encontradas en la región, son especies escasas, entre estas, Mara (Swietenia macrophylla) y Roble (Amburana cearensis) registran escasos individuos mayores al DMC, siendo las más abundantes especies como Almendrillo (Dipteryx odorata) y Amarillo (Aspidosperma australe)

El potencial de estos bosques en términos de abundancia, área basal y volumen por grupo comercial muestra a las especies sin valor actual conocido en primer lugar, le siguen las especies potenciales y luego las especies poco valiosas. En esta región se aprovechan dos productos no maderables, de recolección, cuyas dos especies comerciales más importantes son la Castaña o Almendra (Bertholletia excelsa) que alcanza una abundancia promedio de 2 árb./ha y la Siringa o Goma (Hevea brasiliensis) con una abundancia cercana a 3 árb./ha.

g) REGIÓN PRODUCTORA TUCUMANO – BOLIVIANA, se encuentra en la Región del Chaco Serrano, faldas de la Cordillera Oriental y serranías del Subandino y comprende parte de los departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija.

El potencial forestal de la región productora Tucumano – Boliviana, ha sido determinado en base al único inventario forestal realizado en la región por lo cual sus resultados no pueden ser considerados como estadísticamente representativos. Se ha inventariado un porcentaje alto de especies aprovechables, pero el número total de especies encontradas es muy bajo: Las especies importantes registradas en la región tienen un alto valor comercial actual como ser Curupaú (Anadenanthera colubrina), Pino (Podocarpus parlatorei), Tajibo (Tabebuia sp.), Nogal (Junglans australis), Cuchi (Astronium urundeuva), Cedro (Cedrela odorata), Quebracho (Schinopsis quebracho colorado) y Tipa (Tipuana tipu).

La revisión del documento “Potencial de los bosques naturales de producción forestal permanente” (SIF 1999), hace necesario destacar sus conclusiones: “El potencial maderable de las regiones estudiadas incluyen las áreas de Reservas Forestales de Producción Choré, Guarayos, Bajo Paraguá y la Reserva de Inmovilización Iturralde, que junto a tierras boscosas con vocación forestal, deben ser consolidas como áreas de manejo forestal”.

“La proporción de especies comerciales respecto a la población total de árboles a partir de 20 cm de DAP, muestra que en la Amazonia menos de un tercio del bosque inventariado tiene valor comercial actual, en tanto en bajo Paraguá y Preandino-amazónico se acerca a la mitad. En Guarayos, Choré y Chiquitanía alrededor de tres cuartas partes de los árboles maderables existentes se presentan como especies que tienen valor comercial actual”.

“Las especies mara (Swietenia macrophylla), roble (Amburana cearensis), cedro (Cedrela spp.), morado (Machaerium scleroxylon) y otras actualmente consideradas como muy valiosas y agrupadas en el grupo comercial 1, constituyen actualmente especies de escasa abundancia, con valores de área basal y volúmenes bajos y en muchos casos ausentes de las clases diamétricas superiores al DMC establecido”.

“En cambio destacan por sus altas abundancias (áreas básales y volúmenes) especies de los grupos comerciales 2 (valiosas) y 3 (poco valiosas), como ser: curupaú (Anadenanthera colubrina), momoqui (Caesalpinia pluviosa), tasaá (Poeppigia procera), cambará (Vochysia haenkeana), canelón (Aniba guianensis), ochoó (Hura crepitans), verdolago (Terminalia amazónica), bibosi (Ficus sp.), jorori (Swartzia jorori), palo maría (Colophyllum brasiliense), almendrillo ( Dypterix adorata) y amarillo (Aspidospermas australe)”.

“Mientras las políticas de desarrollo del sector son definidas e instrumentadas, es importante avanzar en estudios, propuestas y acuerdos sustentados en las leyes vigentes y convenios internacionales para que los bosques generen una mejor base de sostenibilidad social y económica, por cumplimiento de funciones productivas no maderables y servicios ambientales cuyos beneficios llegan más allá de las fronteras nacionales”.

3.3.1 Plantaciones forestales

El grado de reposición forestal es muy lenta, entonces, la reforestación juega en la actualidad un papel marginal en la economía forestal de Bolivia, en la actualidad no existe en el país ningún programa de reforestación importante, por lo tanto es importante fomentar programas de plantaciones forestales con el fin de recuperar tierras de vocación forestal, se debe incentivar la producción de madera comercial a través de plantaciones masivas especialmente en tierras degradadas por el uso intensivo en la producción agrícola industrial.

En la última década del Siglo XX, con el apoyo de la cooperación de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y la cooperación Holandesa, se han intensificado los programas de reforestación en los Departamentos de Cochabamba, Chuquisaca, Potosí y La Paz.

De esta manera, se estableció el programa de Repoblamiento Forestal (PROFOR) de la Corporación de Desarrollo de Cochabamba (CORDECO) y COTESU, en el valle de Cochabamba, que ejecutó plantaciones a un ritmo de 1.000 hectáreas anuales, habiendo concluido el proyecto con la implantación de 7.720 has correspondiendo mayormente a plantaciones de Eucaliptos glóbulos y Pinus radiata, el manejo piloto de la Cuenca piloto del Municipio de Sacaba de 6 Km2 y el fortalecimiento de las organizaciones sociales.

El Plan Agroforestal de Chuquisaca (PLAFOR) del departamento de Chuquisaca, con 500 hectáreas promedio anuales, finalizó sus actividades el año 2000 con la plantación de 3.200 has.

El proyecto de protección de torrenteras de la Alcaldía Municipal de La Paz y la Cooperación Técnica de Alemania (GTZ), con 100 hectáreas anuales y en menor proporción proyectos, como el Programa Ejecutivo de Rehabilitación de Tierras de Tarija ( PERTT) y el de Manejo Comunitario FAO-Potosí y otros.

A nivel privado existen pequeñas plantaciones en todas las zonas del país, las mismas que han sido realizadas con interés económico especialmente plantaciones de eucalipto en los valles interandinos y en las tierras bajas han efectuado plantaciones con diversas especies maderables del trópico con diversos resultados.

Según la Comisión Forestal para América Latina y el Caribe (2003)10, las plantaciones forestales en el país alcanzan a 40.000 ha. Estas cifras reducidas, nos indican que Bolivia tiene uno de los índices más bajos de plantaciones forestales a nivel mundial.

3.3.2 Áreas protegidas, concesiones, producción por departamento y reversión de tierras

Las Áreas Protegidas (AP) y Reservas Forestales en Bolivia11, cubrían en el año 2000, una superficie de 17.688.038 de hectáreas repartidas en 20 AP y complementarias. Entre éstas se encuentran las legalmente reconocidas por el Estado (por Decreto Supremo) y aquellas declaradas como áreas de inmovilización. Actualmente se hallan declaradas como Áreas Protegidas el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Otuquis (PNO) con 1.005.950 de hectáreas y el Parque Nacional Madidi. Fuente: Estrategia Nacional de Biodiversidad de Bolivia. Ministerio de Desarrollo Sostenible y Panificación (MDSP). 2002.

La superficie de tierras forestales bajo manejo forestal sostenible12 y por otra, el tipo de concesionarios, en el período comprendido entre 1997 y 2002, manifestaron cambios significativos: Es el caso de los contratos a largo plazo (CLP), que de 361.721 hectáreas han decrecido hasta 112.000 has en el 2001 y se mantiene está cifra hasta el presente año. De igual manera, las concesiones a empresas (CE), en el mismo período, de 5.498.017 has han bajado hasta 4.443.012 has el año 2002.

Situaciones contrarias se han manifestado con las propiedades privadas de Empresas, que de 93.443 ha que tenían en 1998, han incrementado esta superficie hasta llegar el pasado año, a las 300.000 ha. Similar comportamiento tuvieron las propiedades privadas (PP), tierras comunitarias de origen (TCO) que de 121.609 ha en 1998, pasaron a un crecimiento sostenido de la superficie, hasta llegar a los 600.000 ha en el año 2002.

Un aspecto que está cobrando importancia significativa es la aparición de Agrupaciones Sociales del Lugar (ASL), que optan por concesiones forestales a partir del año 2001, año en el cual accedieron a 407.721 ha, cifra que se incrementó en casi 50% en el 2002, llegando a 600.000 ha.

Es de conocimiento general en Bolivia, sobre la importancia regional de los departamentos de Santa Cruz y Beni en la explotación maderera, pero también es conveniente considerar la producción de la madera por tipo de derecho.

Considerando el período comprendido entre 1998 y 2001, la propiedad privada ha incrementado la producción de madera de 105.753 m3 a 313.796 m3. En cambio las concesiones en conjunto han decrecido en producción maderera, de 258.594 m3 a 151.561 m3 en el mismo período, este aspecto se puede atribuir al fenómeno de la devolución de las concesiones que comenzó hace tres años aproximadamente. Los desmontes mantuvieron un ritmo de crecimiento mínimo en la producción maderera de 72.043 m3 en 1998 a 93.802 m3 en el año 2001.

De las más de 100 especies maderables existentes en el país, sólo 10 a 12 representan el 80% del volumen aprovechado anualmente, por lo que hasta la fecha se puede concluir que el aprovechamiento continúa siendo selectivo. En la gestión 1999, aproximadamente el 50% de la extracción forestal estuvo concentrada en seis especies como: Ochoó (Hura crepitans), Cedro (Cederla odorata), Roble (Amburana cearensis), Cambará (Erisma incinatu), Yesquero (Cariniana estrellensis) y Serebó (Schizolobium parahybun)

La extracción forestal se concentra en los Departamentos de Santa Cruz, Beni y Cochabamba con el 83% de la producción, equivalente a 429.795 m3.

Asimismo, se debe destacar el franco crecimiento de los Departamentos de La Paz y Pando, que juntos han incrementado su producción maderera hasta el 13.32 % de la producción nacional, es decir el equivalente a 66.038 m3 extraídos, según datos de la Superintendencia Forestal (SIFORBOL, Memoria Forestal 1998-2000).

Por otro lado, es importante considerar la superficie de tierras que han sido revertidas al Estado13, puesto que el tratamiento o actividad forestal en Bolivia, está cimentada en la vigencia y aplicación de la norma legal, como es la Ley Forestal. En total son 1.583.281 has, que se han revertido al Estado hasta el año 2002, de los cuales los Contratos a Largo Plazo revirtieron 208.163 ha, mientras que las Concesiones Empresariales revirtieron hasta el 2001, 845.683 ha, estando en proceso de reversión o reducción al año 2002, 529.435 ha; según datos proporcionados por la Cámara Forestal de Bolivia.

3.4 Producción forestal y servicios ambientales

3.4.1 Productos forestales maderables

Respecto a la producción maderera, en base a informes de la Superintendencia Forestal14, se estima que el volumen de madera potencialmente disponible en los bosques tropicales y subtropicales del oriente boliviano alcanzan unos 1.438 millones de metros cúbicos, de los cuales unos 784 millones corresponden a maderas entre muy valiosas y poco valiosas. Si se utiliza un ciclo de corta promedio de 25 años, y suponiendo que por limitaciones tecnológicas y de mercado pudiera aprovechar solamente un 50% de la oferta del bosque, se extraería de manera sostenible alrededor de unos 13 millones de m3 de madera en trozas por año. Este valor potencial, es 30 veces superior al actual nivel de aprovechamiento, lo cual indica el enorme potencial que aún existe para aprovechar la riqueza forestal de Bolivia sin comprometer su sostenibilidad.

3.4.1.1 Industria forestal15

La industria forestal boliviana, es producto de la importación, casi exclusivamente, de bienes de capital, ante la falta de industrias nacionales de fabricación de maquinarias y equipos. Este factor condiciona su desarrollo tecnológico en la implementación de tecnología de punta, hoy ausente, porque la misma requiere de grandes inversiones para lograr este objetivo.

La industria forestal empezó a desarrollarse a partir de la década de los 50 con la implantación de aserraderos. Primero introduciendo al país sierras circulares de origen americano, posteriormente se instalaron las sierras sinfín en la década de los ’70; a comienzos de los ’80, nace la industria de láminas y contrachapados consistente en el equipamiento de: debobinadoras, faqueadoras y secaderos de origen alemán, brasilero, Italiano y Japonés. En esta misma década nace la industria de aglomerados y a mediados de los ’90 la industria productora de chapa dura. Es en esta última década donde surge la tendencia de la industria forestal boliviana de dirigir sus esfuerzos de inversión en la producción de productos con mayor valor agregado.16 Consecuentemente, las inversiones en bienes de capital (maquinaria y equipos) se dirigen hacia este objetivo.

Como el desarrollo tecnológico de la industria forestal se halla sujeta a la capacidad económica de éstas para la importación de bienes de capital tecnológicos, y dada la situación de crisis experimentada por el sector en los últimos siete años, la implementación de mejor tecnología, prácticamente se ha estancado, comprometiendo la competitividad del sector principalmente en el mercado internacional.

3.4.1.2 Capacidad Instalada y principales productos forestales maderables

El mayor número de establecimientos económicos de la actividad forestal se encuentran en las ciudades de La Paz y Santa Cruz. El 72 por ciento de los establecimientos industriales en Santa Cruz y el 26 por ciento en La Paz. En cambio el 68 por ciento de los establecimientos comerciales están en La Paz y sólo el 31 por ciento en Santa Cruz.

En la ciudad de Santa Cruz, se encuentra el 80 por ciento de las maquinarias y equipos de producción, y el 76 por ciento del total de aserraderos, el 100 por ciento de laminadores, el 90 por ciento de cámaras de secado de madera y el 76 por ciento de la carpintería, lo que determina el 80 por ciento en inversiones en empresas que industrializan madera.

La capacidad instalada actual para la producción de madera aserrada17, se estima entre 1 a 1,5 millones de. El 15 por ciento de los aserraderos son grandes, con una capacidad de producción de alrededor de 10 mil m3de madera aserrada por año, y el 85 por ciento de los existentes cuentan con una capacidad menor a la indicada. El 80 por ciento son plantas de uso intensivo en mano de obra, maquinaria antigua y de baja productividad y competitividad de esta industria.

Los principales productos de la industria forestal son: madera aserrada, chapas y contrachapados, paneles reconstituidos y otros productos forestales con mayor valor agregado como: puertas, ventanas, listones y molduras, parquet y sillas. La mayoría de las plantas deben ser mejoradas, requiriéndose para este fin diferentes grados de inversión, por su obsolescencia.

a. Madera Aserrada

La madera aserrada alcanza una producción anual entre 400 a 500 mil m3, cifra considerada reducida en relación a la capacidad industrial instalada en nuestro país.

La calidad de los productos es generalmente buena, cuando proviene de especies de alto valor destinadas al mercado internacional, pero en el caso de productos de especies comunes para el mercado interno la calidad está sujeta a mejora. Las empresas que operan a mayor escala están tratando de superar los actuales estándares de calidad, en particular a través del uso de hornos de secado. Se conoce que, en promedio, los aserraderos funcionan entre un 30 a 40 por ciento de su capacidad instalada.

Los compradores extranjeros especifican dimensiones y calidades, pero la calidad del producto en el mercado interno es muy variable y las normas de clasificación o dimensiones estándar son poco utilizadas.

b. Chapas de Madera y Contrachapados (Laminada y debobinada)

Según estudios de la Organización Internacional de Maderas Tropicales (OIMT), Bolivia cuenta con cinco empresas que producen chapas de madera (rebanadas y desenrolladas) y cinco que producen contrachapados. La producción de chapas, de corte plano, que se basa principalmente en la mara (Swietenia macrophylla) y el roble (Amburana cearensis) es la mejor organizada. Otras especies utilizadas de importancia son gabún (Virola peruviana), cedro (Cedrela odorata), jacarandá (Jacaranda cuspidifolia), tarara (Centrolibium microchaete) y serebó (Schizolobium amazonicum). La capacidad instalada de estas chapas se estima en unos 10 millones de m2 por año, la producción se ha mantenido constante entre 2 y 3 millones de m2.

Se estima que la capacidad instalada de contrachapados es de unos 50 mil m2 por año y la producción alcanza unos 25 mil m2. De lo mencionado anteriormente se puede notar que ambos tipos de plantas están trabajando alrededor del 50 por ciento de su capacidad instalada.

Esta baja producción se debe principalmente al hecho de que la industria de chapas y contrachapados no ha podido participar en forma competitiva en el mercado internacional, además de contar con un mercado interno reducido.

Como la industria de contrachapados no ofrece una calidad homogénea, la productividad se ve limitada por problemas en la línea de producción. La industria se ha visto obligada a producir una gran variedad de productos debido a que se venden en un mercado interno que no puede absorber grandes cantidades de un mismo tipo o calidad.

c. Paneles de madera reconstituida

Las dos plantas de tableros de partículas existentes en Bolivia, tienen una capacidad instalada total de alrededor de 30 mil m3 por año. La planta de paneles de tipo duro, tiene una capacidad de 150 toneladas por día, equivalente a 60 mil m3 por año. Todas estas plantas operan a menos del 50 por ciento de su capacidad instalada. La producción anual de tableros de partículas es de aproximadamente 15 mil m3 y ese nivel se ha mantenido relativamente constante en los últimos 5 años. La producción de tableros de tipo duro comenzó en 1995, y actualmente equivale a unas 60 toneladas por día. Si este nivel se mantiene, la producción total anual alcanzará los 25 mil m3.

El bajo nivel de uso de la capacidad instalada de la industria de tableros de madera reconstituida, parece obedecer principalmente al reducido mercado interno y a los esfuerzos recientes de las empresas bolivianas para insertar sus productos en los mercados internacionales sin conseguirlo. Debido a los elevados costos de transporte, se considera que los productos con mayor valor agregado, intensivos en mano de obra, representan ahora la mejor opción para Bolivia. Las operaciones en gran escala (principalmente puertas, ventanas, sillas, muebles en general, parquet para pisos y molduras) han logrado buenos resultados, por lo que estos productos están orientados a la exportación; mientras que las de resultado regular (de baja calidad) se destinan al mercado interno. La industria abarca muchas fábricas pequeñas distribuidas por todo el país. Las maderas utilizadas son mara (Swietenia macrophylla), roble (Amburana cearensis) y cedro (Cedrela odorata), y en menor proporción palo maría (Calophyllum brasiliensis), sirari (Ormosia coarctata), bibosi (Ficus sp.), tajibo y tarara. La capacidad instalada actual de productos terminados se estima en el orden de los 200 mil m3 por año, sin embargo la producción total de la industria de exportación de productos forestales, equivale a unos 16.300 m3 de producto terminado, y la industria forestal en general entre 60 a 70 mil m3.

3.4.2 Productos forestales no maderables

La industria de productos forestales no maderables se realiza a través de operaciones pequeñas que requieren uso intensivo de mano de obra. Los productos forestales no maderables más importantes a la fecha son la castaña (Bertholletia excelsa) y el palmito (Euterpes predatoria).

3.4.2.1 Castaña

La producción de castaña se muestra creciente desde la década del 90`, básicamente en virtud al crecimiento de la demanda, situación que también se verifica para el palmito. Como efecto de la demanda por castaña sin cáscara o beneficiada, se experimentó un crecimiento significativo de unidades industriales dedicadas al procesamiento de la castaña.

Con los datos recolectados por el Proyecto de Zonificación Agro ecológica y Socioeconómica del Departamento de Pando18, se estima que 12,7 millones de árboles de castaña podrían producir anualmente alrededor de 317.500 toneladas de castaña en cáscara. Estimando que la tasa de recolección se halla próxima al 30%, pudiendo alcanzar un potencial de aproximadamente 95 mil toneladas de castaña en cáscara por año. La cosecha de castaña se efectúa cada año entre los meses de diciembre a febrero

La producción total de castaña que cae de los árboles en las zonas productoras de Bolivia, tiene variaciones anuales por el factor climático, existiendo siempre diferencias en los volúmenes de castaña caída y castaña recolectada, por esta razón, se halla una producción potencial, para hacer alguna abstracción acerca de esta producción. El valor exportado en 1999 de castaña sin cáscara fue de EEUU$. 30.870.000.el 2000 fue de EEUU$ 29,462.000, en el 2001 EEUU$ fue de 27.510.00019

Se han instalado plantas más grandes y modernas para procesamiento de castaña, como son: Tahuamanu, Hecker, Hnos. Vargas, Manuripi, San Luis e Inbeal. Estas plantas están equipadas para almacenar grandes cantidades de materia prima y pueden por tanto operar todo el año. El uso de tecnología moderna, por ejemplo la congelación para facilitar el descascarado mecánico, la clasificación mecánica por tamaño y un mejor control del procesamiento, está ayudando a mejorar la productividad y la calidad. Las áreas de recolección están distribuidas en el Departamento de Pando y norte de los Departamento de La Paz y Beni.

Entre las limitaciones se encuentra principalmente el problema de hongos en el momento de la cosecha por efecto del mal manejo del producto. A partir del presente año existen nuevas regulaciones en el continente europeo, las cuales prohíben la importación de productos terminados con más del 150 partes por millón de aflotoxinas. Este aspecto limita enormemente la comercialización de castañas en ese continente. La única manera de evitar problemas a la industria castañera, es la de mejorar ostensiblemente la cosecha de castaña, así como modernizar las facilidades de los centros de almacenaje.

Estado de las exportaciones

Entre 1991 y 2001, las exportaciones de castaña amazónica, con y sin cáscara, se duplicaron en volumen (de 6.7 mil toneladas métricas a 13.8 mil TM) y triplicaron su valor (de 9.1 millones de dólares a 27.5 MN) (Ver Tabla 4).

No obstante, se registraron fuertes oscilaciones durante el periodo. En 1993 descendieron a 4.4 mil TM y 7.7 MN de dólares. Por el contrario, entre 1996 y 1999 el valor exportado registró los aumentos más notables hasta situarse en un promedio anual de 30 millones de dólares durante ese cuatrienio. En 1997, cuando el precio de la libra en el mercado internacional se elevó a 1.55 dólares, los ingenieros por exportaciones subieron a 31 millones de dólares.

En el trienio siguiente 2000 – 2002, el descenso en el precio internacional de la libra de 1.05 dólares a 0.86, repercutió en el franco descenso de los valores exportados desde 29.4 MN hasta 24.0 MN. Sin embargo, el guarismo de 2002 a octubre, fue superior al valor exportado de castaña amazónica en 1995 cuando se situó, de acuerdo con las estadísticas del SIVEX, en 18.7 millones de dólares.

Los principales mercados de la castaña amazónica de Bolivia en 2000 fueron: Reino Unido (13.4 MN de dólares), Estados Unidos (11.9 MN), Países Bajos (2.4 MN), Alemania (1.6 MN), Canadá (1.0 MN), Colombia (0.87 MN) y Australia (0.63 MN). Estos valores por país de destino se basan en datos de ALADI que superan en 2.3 millones de dólares al total de ingresos en divisas por castaña que registran las estadísticas de SIVEX para el año 2000.

Sin embargo, esta evolución francamente positiva ha permitido que Bolivia se convierta en el primer proveedor de castaña amazónica sin cáscara o pelada, denominada almendra, entre los tres países productores del fruto, siendo Brasil el segundo y Perú el tercero. Otros países, como Chile por ejemplo, que aparecen en las estadísticas de importación de Estados Unidos y la Unión Europea de castaña amazónica, son efectivamente re-exportadores del producto.

Tabla 4 Exportaciones de castaña amazónica 1991 – 2002
Vol: TM – valor de dólares

Período

Volumen

Variación Volumen

Valor

Variación
Valor

Valor
unitario/kg

Precio/lb

1991

6.763

100,00

9.150

100.00

1.35

0.68

1992

6.325

93,52

10.300

112.57

1.63

0.68

1993

4.402

65,09

7.751

84.71

1.76

0.94

1994

7.586

112,17

14.855

162.35

1.96

1.19

1995

7.666

113,35

18.702

204.39

2.44

1.28

1996

9.961

147,29

28.616

312.74

2.87

1.49

1997

9.961

147,29

31.092

339.80

3.12

1.55

1998

10.786

159,49

30.875

337.43

2.86

1.31

1999

10.980

162,35

30.877

337.45

2.81

1.29

2000

11.347

167,78

29.462

321.99

2.60

1.05

2001

13.845

204,72

27.510

300.66

1.99

0.86

2002

12.429

183,78

24.008

262.38

1.93

0.73

Fuente: Elaboración de José Ignacio Jiménez S. Basada en INE 1991–1994 y SIVEX 1995–2001; enero–oct. 2002 precios internacionales 1992–1999 en Collinson, Burnett, Agreda, Spring 2000, Precio/lb. 2001 y 2002 estimaciones de la Sociedad Riberalteña, Documento técnico, octubre 2001.

3.4.2.2 Palmito

La explotación de Palmito de Asaí (Euterpe precatoria) está convirtiéndose en una actividad económicamente importante, debido a la demanda nacional e internacional. En los departamentos de Pando, Beni, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz la actividad está en constante crecimiento, continuamente están apareciendo numerosas plantas procesadoras. Las plantas procesadores de palmito, explotan la materia prima de concesiones forestales localizadas en estos departamentos.

La producción estimada en Riberalta en 1999, era de 1,300.000 latas de 500 gramos por unidad. Desde el año 2000 la producción de palmito en la Región de Riberalta ha bajado considerablemente por los bajos precios del mercado brasileño, principal consumidor.

En Cochabamba desde el año 1999, se ha tenido una producción de palmito de pejibaye (Bactris gasipaes H.B.K.) de 17 TM. en una superficie de 542 hectáreas. Las empresas más importantes exportadoras de corazones de palmito son: Tacana, PROSUM, El Bajio, Claure, El Dorado, Bezerra y Hecker Hnos.

Hasta el año 1999, los principales países compradores de palmito, se localizaban en Sudamérica; Brasil era el mayor comprador con un total de 4.658.549 kg, equivalente a 5.787.864 dólares, Argentina le seguía en importancia con un volumen de 1.634.975 kg, lo que equivale a EEUU$. 4.537.864. Entre los países que se encuentran fuera del continente, Francia ha importado 117.810 kg equivalente a 264.000 dólares americanos, le siguen en importancia, Italia con EEUU$. 91.875, Japón con EEUU$. 43.450.

Según el Instituto PRISMA20 (2001), las exportaciones del palmito durante el lustro comprendido entre 1996 al 2000, tuvieron un comportamiento que se lo puede calificar de negativo, comenzando con EEUU$. 9,544,063 percibidos por su exportación en el año 96’, llegando a un monto superior en ese mismo período de EEUU$. 12,355,418 el año 97’, y posteriormente tener un descenso preocupante hasta llegar a los EEUU$ 3,465,257 en el año 2000.

Esta tendencia se mantiene hasta el presente, debido a que su comercio se encuentra muy restringido por la excesiva oferta internacional que determinó bajos precios, aspecto que obligó al cierre de muchas plantas industriales y como consecuencia, están en espera de mejores precios para volver a producir para el mercado externo.

3.5 Mercado y comercio

3.5.1 Competitividad del Sector Forestal

El sector forestal en Bolivia es uno de los principales demandantes de servicios de transporte terrestre y ferroviario, mantenimiento y otros, tanto públicos como privados, significando un aporte importante a la economía del país. Se calcula que el valor de venta de la producción forestal supera en promedio los 100 millones de dólares anuales. En el país ahora que los ingresos por exportaciones de hidrocarburos y minerales han disminuido, el sector forestal constituye en una alternativa importante, ya que su rol a futuro es el de sustituir los ingresos con la venta de recursos renovables y con mayor valor agregado, vía la generación de mayores ingresos por las exportaciones de productos forestales, a través de políticas nacionales que garanticen su sostenibilidad.

Sin embargo, según el Instituto PRISMA (2000), el sector forestal no es competitivo y los niveles de productividad son cada vez menores puesto que el multiplicador del sector se asienta solamente en el esfuerzo privado y en una sola institución del sector público, como es la SIF. Esta falta de acciones del Estado, complementarias a los esfuerzos del sector privado forestal, amplifican las demás debilidades de la base industrial forestal, que se expresan en la insuficiente generación de valor agregado.

La ubicación geográfica del país determina en gran medida que las exportaciones del sector lleguen a los puertos oceánicos con altos costos de operación y de transporte, pero este problema es aun más agudo para los empresarios amazónicos, que no disponen de comunicación vial permanente a la red troncal de transporte del país.

El aislamiento en el que se realizan los procesos de producción explica también tal estado de cosas. En efecto, no existen encadenamientos o eslabonamientos productivos entre las empresas, y muchas de ellas saben que existen pero no se conocen entre sí como para aprovechar mutuamente sus capacidades. Tampoco se han desarrollado relaciones entre empresarios de la primera transformación con los de la segunda o manufactureros, ni existen subcontrataciones ni alianzas de producción que les permita generar ventajas competitivas, y menos aún existen alianzas para la identificación de nuevos mercados y la comercialización conjunta.

En ese marco, la obsolescencia tecnológica y la ausencia de innovaciones se origina en la desconexión característica entre la empresa forestal de todas las fases de producción, por una parte, y los centros académicos de formación e investigación, por otra. El régimen vigente ha impulsado – y lo está haciendo – la modernización de las técnicas de aprovechamiento del bosque a través de la elaboración y aplicación de los planes de manejo, pero no hay continuidad en la siguiente fase de producción, compuesta por aserraderos, empresas de tratamiento intermedio y manufactureros, Esta visión segmentada del desarrollo forestal podría inviabilizar y esterilizar los esfuerzos hasta ahora realizados.

3.5.2 Exportación de productos forestales 21

pesar de que Bolivia tiene una participación del orden del uno por ciento del comercio mundial de productos forestales, esta participación está creciendo de manera sostenida, tendencia que deberá continuar tomando en cuenta los recursos forestales con los que cuenta, así como las inversiones que actualmente tienen lugar, particularmente en el área de los productos con mayor valor agregado.

La exportación de productos forestales de Bolivia ha tenido un salto cualitativo en los últimos cinco años. Se está pasando de ser un país exportador de madera simplemente aserrada a exportador de productos con mayor valor agregado, cumpliendo con las especificaciones técnicas, normas de calidad y medioambientales exigidas por el mercado internacional.

Las exportaciones de productos forestales bolivianos han caído en los últimos años, debido a la crisis de la región, sumado a la creciente falta de competitividad del sector con relación a países competidores, como Brasil o los países asiáticos. En la década comprendida entre 1992 y 2001, el valor de las exportaciones de productos forestales tuvo un comportamiento significativo en los años 1994 al 2000 con un promedio de exportación en valor de alrededor de los 118 millones de dólares. Sin embargo, el año 2001 cayó significativamente, logrando solamente la cifra de EEUU$. 85,953,500 ( Ver Figura 1).

Según un estudio realizado por la Cámara Forestal de Bolivia, denominado “Diez años de Exportaciones Forestales”; las exportaciones de productos forestales del año 2001, que alcanzaron la suma de 85,9 millones de dólares, ocupan el octavo lugar en importancia de los últimos diez años y superan solamente a las gestione 1992 y 1993, con 62,3 y 72,4 millones de dólares, respectivamente. La gestión más importante de la década fue 1977, año en que se inicio la aplicación de la nueva ley forestal, cuando se exportaron 135,7 millones de dólares. Posteriormente, se inicio el proceso de decrecimiento que no se ha frenado, exceptuando el 2000, cuando se tuvo un efímero repunte.

El grupo de productos forestales más destacados ha sido el de productos elaborados, que registra un mayor crecimiento en la década, al pasar de 11,1 millones de dólares en 1992 a 59.8 millones de dólares en el 2001. El mayor desarrollo de este sector se presenta en el quinquenio 1993 – 1997, cuando crecieron casi 60 millones de dólares en el 2001. En este rubro se destacan la castaña, palmito, puertas, ventanas, pisos y otras manufacturas.

Según la Unidad de Productividad y Competitividad del Ministerio de Industria y Comercio, las exportaciones de productos forestales del año 2001, alcanzaron la suma de 85.9 millones de EEUU$. (Productos maderables y no maderables) ocupan el octavo lugar de importancia de los últimos diez años, superando solamente a las gestiones 1992 y 1993, con 62.3 y 72.4 millones de EEUU$ respectivamente. La gestión más importante de la década fue 1997, año en que se inicio la aplicación de la nueva ley forestal, cuando se exportaron 135.7 millones de EEUU$. Posteriormente, se inicio un proceso de decrecimiento que no ha frenado, exceptuando el 2000, cuando se tuvo un efímero repunte.

En los últimos 10 años el sector forestal maderero ha sufrido una profunda transformación. De ser un exportador tradicional de materia prima, Bolivia ha empezado a exportar manufacturas con valor agregado, empezando con madera seca al 12%, hasta productos como ser sillas talladas a mano en maderas nobles, convirtiéndose de esta forma en uno de los sectores de mayor transformación. De exportador clásico de materia prima a otros productos de mayor valor.

Figura 1 Exportaciones de Productos Maderables

Fuente: Viceministerio de Exportaciones, elaboración HIB, 2002

Tal como se mencionó anteriormente, la mayor exportación boliviana de productos forestales se registro en 1997 con 92.26 millones de EEUU$ de productos maderables solamente. Posterior a ello y hasta el año 2001, en términos generales las exportaciones se vieron afectadas debido a la caída económica de la Argentina, así como con aspectos relacionados con la implementación de los instrumentos de gestión de la nueva Ley Forestal que cambio todo el sistema de aprovechamiento; como también al competencia de la producción forestal de Brasil y países del Sudeste asiático.

Las exportaciones de productos maderables para la gestión 2001 alcanzaron a 54.29 millones de EEUU$, para un total de 68,800 m3, determinando una reducción de 22.14% en relación con el año anterior.

3.5.2.1 La exportación de Productos Maderables por Especie

Se observa en el cuadro siguiente que las exportaciones de productos maderables, tanto manufacturados como madera aserrada con especies tradicionales (Cedro, Mara, Roble), muestran una gradual reducción desde 1998. Se llegaron a exportar productos en 53 especies, las maderas consideradas alternativas, como ser Mara macho, Ochoó, Yesquero han incrementado considerablemente su participación dentro de las exportaciones, logrando un aumento del 230% (Ochoó) desde 1998 (Ver Figura 2) .

La lenga es una especie nativa de Chile que principalmente es utilizada en la manufactura de sillas y re exportada como tal hacia el mercado de Estados Unidos. Sin embrago, para la gestión 2001 ha sufrido una disminución del 38% en relación a la gestión anterior. El morado es una especie de alto valor en el mercado y es exportada básicamente como lámina y madera aserrada, en los últimos años ha incrementado su valor de exportación como lámina. El Ochoó es una especie de gran abundancia en los bosques y fue exportado principalmente como puertas, muebles (dormitorios y sillas) y como madera aserrada a los Estados Unidos.

Figura 2 Exportaciones Productos Maderables por Especie

Fuente: SIFORBOL; elaboración HIB, 2002

3.5.2.2 Exportación de productos maderables por volumen

Bolivia exporta 57 productos maderables, con un valor para el período 2001 de 54.29 millones de EEUU$, de los cuales los más representativos son: la madera aserrada que en los últimos cuatro años ha ido disminuyendo los valores exportados, en un 46% desde el periodo 98 al período 2001, mientras que algunos productos con valor agregado han estado elevando las cifras de exportación, como las puertas en un 23.7%, sillas que muestran un interesante incremento de casi 350% .

Figura 3 Exportación de productos maderables por volumen

Las láminas también han incrementado sus valores de exportación en un 150%, la exportación de muebles lo propio en un 240%.El caso del parquet es quizá uno de los productos que presenta mayor valor agregado, toda vez que es un parquet terminado (multicarpa) que tiene gran aceptación en estados Unidos, mostrando un incremento en los niveles exportados de 186%, en los últimos años ( Ver Figura 3).

Los productos semielaborados también presentaron un ritmo de crecimiento importante durante la última década, pasando de 3,6 millones de dólares en 1992 a 25 millones en el 2000, ocho veces más en igual número de años; pero durante el 2001 sufrieron un drástico descenso a menos de 5 millones de dólares. En este rubro se destacan las molduras, partes y piezas de muebles, láminas y otros (Ver Figura 4).

Figura 4 Exportación de productos maderables en Dólares

Fuente: SIFORBOL; elaboración HIB, 2002

Por su parte, los productos primarios muestran un comportamiento negativo durante la década, habiendo bajado de 41,1 millones de dólares en 1992, a 21 millones en el 2001, luego de haber alcanzado su nivel más alto en 1996 con 67,8 millones de dólares. En este rubro se destacan las maderas aserradas y los residuos de madera.

3.6 Aspecto social del sector forestal

La importancia económica de especies típicas de la región como la castaña y la goma determinó una estructura socioeconómica básica típica de las regiones de bosque. Actualmente debido a que el comercio de estas especies se encuentra en crisis por dificultades de producción y mercadeo, otras pocas especies van adquiriendo importancia comercial. Estas especies maderables finas como la Swietenia macrophylla King (mara o mahogany), Cedrela odorata L. (cedro colorado) y Amburana cearensis (A.C.) Smith (tumi o roble) están siendo sujetas a una modalidad de aprovechamiento similar a la forma selectiva que se practica en otras partes del país. El impacto obviamente también es similar. Otros productos no maderables como el palmito de asaí (Euterpe predatoria L.) también comenzaron a ser extraídos comercialmente. No obstante, el mayor potencial de la región aún es desconocido principalmente en lo que se refiere a su uso, manejo y conservación.

En la Amazonía Boliviana pueden ser apreciadas tres épocas distintas de ocupación relacionadas a tres modalidades diferentes de concepción sobre el ecosistema, el aprovechamiento de los productos naturales renovables y el uso de bosque. La primera se refiere a los habitantes indígenas originales quienes lograron integrarse en la armonía del bosque como un componente más del ecosistema. La modalidad de uso del bosque característica de esta época se restringía casi exclusivamente a la simple extracción de los productos y beneficios del bosque. Esta modalidad les permitía una producción racional y consumo solo de lo necesario, manteniendo el equilibrio del medio ambiente.

La segunda modalidad de ocupación de la Amazonía boliviana se genera por parte de colonos de origen ibérico, criollos y mestizos bolivianos, en busca del “Dorado”, ciudad fantástica llena de oro. Esta fantasía los condujo al descubrimiento y aprovechamiento del oro negro (goma) resultado del látex que exudan los árboles de siringa. Este producto extractivo adquirió elevada importancia económica a fines del siglo pasado hasta mediados del presente. Posteriormente su comercio fue afectado por la competencia del látex producido en plantaciones artificiales de los ingleses en la Malasia y finalmente por los productos sintéticos derivados del petróleo.

La tercera forma es reciente y se caracteriza por el aprovechamiento de los recursos forestales bajo una concepción individual de sus componentes. Esta mentalidad concibe la división del conjunto del bosque en partes. Por un lado se encuentra el suelo para la producción agrícola y la producción de pastos para la ganadería. Por otro lado se encuentra la madera fina, el palmito, el oro y otros. Bajo esta concepción el bosque les resulta un estorbo.

En las tres modalidades se pueden diferenciar niveles específicos de conocimientos sobre la realidad, y la aplicación de tecnologías diversas para cada una de ellas o sus combinaciones. Por esta razón es importante considerar la existencia actual de todas ellas para partir hacia una política adecuada de aprovechamiento sostenible y la conservación de los bosques tropicales. En este sentido existen dos medios fundamentales para conjuncionar ambos. El primero se refiere a la necesidad de demostrar científicamente el valor del bosque “en pie” y la adaptación, validación y generación (y/o innovación) de tecnologías, particularmente las de origen indígena local, que permitan la sostenibilidad del ecosistema tropical.

El segundo es relativo a la necesidad de una adecuada interpretación del movimiento social, principalmente de grupos o comunidades preocupadas por el equilibrio natural en le proceso de transformación de la realidad en beneficio de la sociedad.

Las condiciones generales de vida de estas poblaciones son marcadamente deficientes en su desarrollo, por carecer principalmente de un buen sistema vial de comunicación y de servicios básicos.

En las ciudades menores (San Ignacio de Velasco, Chimoré, Ixiamas, Riberalta y Cobija) localizadas en las provincias que conforman el área boscosa de la Cuenca Amazónica Boliviana la situación es más dramática: las necesidades básicas insatisfechas comprende entre el 0,7% al 16,45%, el umbral de pobreza alcanza al 8,7% al 38%, la indigencia va desde el 7,1 hasta el 37% y la marginalidad del 0,02% al casi 2%, de estas poblaciones (Censo 2001). Cobija es la población pobre levemente inferior al 50% de su población total; en las demás poblaciones, la pobreza supera al 80% de la población total.

Los pueblos étnicos originales de las tierras bajas habitan generalmente en las orillas de los ríos y cerca de los bosques, siendo los productos de los ríos y de los bosques la base de subsistencia de los habitantes. Considerando sobre todo el bosque, de donde extraen gran parte de los productos para la construcción de sus viviendas, los frutos y raíces para su alimentación, los medicamentos para el tratamiento de sus enfermedades. A su vez el bosque es la residencia de los animales y aves que también constituyen base de la alimentación.

Es una gran superficie de terreno que habitan y que en la práctica constituye cerca de diez millones de hectáreas. Muchas áreas ya son oficialmente reconocidas por el Gobierno como territorios indígenas, algunas están en proceso de reconocimiento y otras recién están siendo reclamadas por los pueblos étnicos originales.

El Ministerio de Desarrollo Sostenible a través del Viceministerio de Asuntos Indígenas y Pueblos Originarios oficialmente reconoce 36 pueblos indígenas22 u originales que habitan las tierras bajas del oriente boliviano de las cuales los más grandes son: el pueblo Guaraní de la provincia Cordillera del departamento de Santa Cruz con más de 77.000 personas, le siguen los Chiquitanos de la provincia Ñuflo Chavez del Departamento de Santa Cruz con más de 65.000 personas, en orden de población sigue el pueblo Moxeño de las provincias Moxos, Cercado y Marban del Departamento del Beni con cerca de las 40.000 personas, el resto de los diferentes pueblos indígenas tienen menos de 10.000 personas. Además es importante indicar que existen pueblos que tienen poblaciones sumamente pequeñas como por ejemplo los Pacahura de la provincia Vaca Diez del Departamento del Beni que tiene registrada una población de 17 personas, los Araona de la provincia Iturralde del departamento de La Paz que tiene una población de 100 personas, en orden ascendente le sigue el pueblo Yuqui de la provincia Carrasco con algo más de 150 personas y los Tapieti de la provincia Gran Chaco del departamento de Tarija con 178 personas registradas.

El total de personas registradas en los 36 pueblos originales de las tierras bajas del oriente boliviano alcanza a 260.387 personas. El único pueblo que no tiene un registro del número de personas es el de Nahua de la provincia Manuripi del Departamento de Pando, por ser un pueblo nómada que transcurre su vida en un territorio situado entre Bolivia y Brasil.

3.7 Conclusiones de las tendencias y situación actual del sector forestal

El sector forestal es una de las riquezas más importantes de Bolivia por su extensión y por la riqueza que encierra, sin embargo en la actualidad no es competitivo y los niveles de productividad son cada vez menores puesto que el multiplicador del sector se asienta solamente en el esfuerzo privado y en una sola institución del sector público, como es la Superintendencia Forestal.

La nueva legislación forestal ha abierto este importante campo de producción a todos los niveles de la sociedad, en consideración a que antes de la nueva Ley Forestal, solo podían aprovechar de este recurso las grandes empresas madereras, estando marginados los grupos étnicos y las personas que vivían cerca de los bosques.

7 SIFORBOL-CFB. Anuario de Exportaciones 2001.
8 Instituto Nacional de Estadísticas INE. 2002.
9 Memoria 6 años de Gestión: Superintendencia Forestal de Bolivia. Santa Cruz, Bolivia 2003.
10 FAO. COFLAC 2003. situación Forestal en la Región de América Latina y el Caribe 2002. Santiago, Chile.
11 Ministerio de Desarrollo Sostenible y Planificación (MDSP), Estrategia Nacional de Biodiversidad. La Paz, Bolivia 2002.
12 SIFORBOL. Memoria Forestal 1998-2002. La Paz, Bolivia 2001.
13 Informe Anual Cámara Forestal de Bolivia (CFB), 2002
14 “Implementación del Plan Estratégico Para el Sector Forestal de Bolivia”, Programa de Cooperación FAO/GOBIERNO, 2002.
15 Memoria Forestal de Bolivia 1998-2000. SIFORBOL. La Paz Bolivia 2001.
Elements for the annual review and assessment of the world timber situation. ITTO 2001.
16 Diagnóstico del Plan Forestal y el Plan Estratégico Para el Desarrollo del Sector Forestal de Bolivia”. CAF, 2000.
17 Politica y Plan estrategico para el Desarrollo Forestal Sostenible. MDSP. La Paz Bolivia 2002.
18 Zonificacion Agrícola y Socioeconomica. ZONISIG. 1997
Perfil Ambiental del Departamento de Pando. La Paz Bolivia 1998.
19 SIREX, 2003.
20 Informe Sobre los Avances y Perspectivas del Sector Forestal, 2001.
21 CAMARA FORESTAL DE BOLIVIA Estadísticas de exportación de productos forestales gestión 2001 santa cruz de la sierra - Bolivia
22 Viceministerio de Asuntos Campesinos, Albo J., Lima 2001

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