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Sumario Ejecutivo

El presente informe suministra información actualizada sobre la situación actual del sector forestal colombiano y con base en los análisis de las tendencias que presentan unas fuerzas impulsoras extra sectoriales y sectoriales, concluye sobre las perspectivas del sector forestal hacia el año 2020.

A. Situación actual

Las características del sector forestal en Colombia se resumen así:

• De las 114,174, 800 has. de extensión del país, el 61.5% (70 millones has.) es de vocación forestal, pero solo un 49% (55 millones has.) se encuentra bajo cobertura de bosques naturales. Mediante interpretación y comparación de imágenes de satélite, a partir de análisis multitemporal entre 1986 y 1996, la autoridad nacional estimó una pérdida anual de cobertura boscosa de 91,932 has. y una ganancia media anual de 36,858 has. que básicamente se origina en tierras abandonadas de previas zonas de colonización que ampliaron la frontera agrícola.

• Estimaciones de la autoridad nacional en los años 90´s indicaron que el 65% de dicha cobertura está en la región Amazónica, 12% en la zona Andina, 13% en la región de la Orinoquia y 10% en la región Pacífico. Del total, unos 29 millones has. fueron considerados bosques comerciales.

Los bosques naturales han sido objeto de intensa intervención humana y a pesar de que las actuales políticas forestales no estimulan su aprovechamiento, el volumen de madera que suministran representa un 70% a 80% de la oferta nacional. La opinión generalizada es que una porción muy significativa de dicho porcentaje se origina en aprovechamientos ilegales.

• El manejo forestal sostenible de los bosques naturales es una realidad que no ocurrirá a corto plazo, debido fundamentalmente a que: (i) el país carece de un inventario forestal nacional que informe de volúmenes existentes en sus bosques, permita conocer su crecimiento y en consecuencia la posibilidad de corta anual; (ii) no ha zonificado las áreas de bosques productores; (iii) hay carencias de presupuesto y de personal técnico forestal en las autoridades descentralizadas responsables de administrar el recurso; y (iv) existe una política en la autoridad ambiental que favorece el aprovechamiento en pequeñas magnitudes de volumen y área, esquema que no favorece la implementación de planes de manejo de largo plazo. A la fecha no existe ninguna operación de aprovechamiento que haya sido certificada.

• La magnitud de las plantaciones forestales comerciales hasta finales del 2002 se estima en 174,241 has. El Plan nacional de Desarrollo Forestal señala que el área potencial para producción sostenible y competitiva es de unos 25 millones de has., de las cuales 3 millones has. pueden incorporarse a corto plazo dentro de la base forestal productiva; ya están zonificadas unas 4.5 millones de has. aptas para plantaciones. Visto lo realmente alcanzado, es evidente que esta actividad económica ha sido marginal frente a su potencial.

• La contribución de las plantaciones al suministro de madera industrial se estima alrededor del 20% de la oferta nacional; la mayoría de este volumen es consumido por las industrias de pulpa y de tableros de madera. Un 73% del área plantada es con especies introducidas (pinos y eucaliptos). Actualmente a dos empresas se les han certificado sus operaciones de manejo y aprovechamiento.

• Una actividad beneficiada inclusive con créditos externos ha sido la de plantaciones forestales protectoras; el Ministerio del Medio Ambiente (hoy Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial) reportó que durante el período 1998 – 2001 reforestó 75,791 has., con el objetivo de recuperar cobertura arbórea, recuperar y proteger suelos, regular el ciclo hidrológico, estimular bosques energéticos, barreras o cercas vivas y esquemas silvoagrícolas y silvopastoriles.

• Los bosques en áreas protegidas cubren unos 14 millones de hectáreas (12% del territorio nacional) y se encuentran ubicados en: las Reservas Forestales Protectoras de Orden Nacional (357,000 has.); Reservas Forestales protectoras-productoras (25,785 has.); Distritos de Manejo Integrado (2,7 millones has.); Distritos de Conservación de Suelos (300,000 has.); Reservas de la Sociedad Civil (32,629 has) y 49 Áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales (10,4 millones has.). La falta de incentivos hace peligrar la permanencia de las Reservas de la Sociedad Civil. La falta de alinderación de las áreas declaradas, de planes de manejo, el cambio de uso del suelo por cultivos agrícolas y otros como los cultivos ilícitos, son los principales factores que afectan negativamente la permanencia del recurso.

• Los productos forestales no madereros están constituidos por un diverso grupo de bienes del bosque, incluidos frutos silvestres, gomas, resinas, plantas medicinales, colorantes, avifauna, etc., importantes para la economía local, pero carentes de un dimensionamiento de su oferta y de su demanda. Las estadísticas son parciales o inexistentes y normalmente generalizadas, sin especificar cantidades ni origen, excepto para unos pocos productos bien establecidos en el mercado, como el palmito.

• Basados en registros incompletos y estimaciones varias, se estima que durante el período 1990 – 2000 la producción de madera industrial en rollo ha oscilado entre 2,5 y 3,7 millones de m3 por año. Algo más de un 50% es consumido por la industria del aserrío y lo restante por las industrias de tableros y pulpa de madera.

• La madera para combustible es un tema casi ignorado para fines de investigación y de registros estadísticos. El país no tiene una estrategia para tratar este significativo asunto, a pesar de estimaciones que indican consumos del orden de 11.0 millones de toneladas/año en la década de los 90, hasta 11.8 para el año 2000.

• La estructura de la industria forestal muestra una industria del aserrío afectada por equipos obsoletos que generan desperdicios del orden del 50% y que mantiene una producción anual promedio de madera aserrada algo mayor al medio millón de m3. Dentro del grupo de tableros hay varias plantas de chapas y tableros contrachapados que mantienen una producción anual alrededor de 60.000 m3/año; una planta produce tableros de fibra y no hay plantas para producir el muy demandado MDF. La producción conjunta de tableros de fibra y tableros aglomerados está alrededor de los 80.000 m3 /año. Dos plantas constituyen la industria de pulpa de madera, cuya producción total anual está alrededor de las 200,000 toneladas de pulpa química y semiquímica.

• La importancia del sector en la economía nacional es relativamente marginal. Su participación en el PIB nacional es del 0.2% e incluyendo la parte industrial está alrededor del 1.7%. Los empleos que genera anualmente corresponden al 1% de lo generado conjuntamente por el sector agrícola y agroindustrial.

B. Fuerzas impulsoras que influyen sobre el sector

Fuerzas extra sectoriales

Puede concluirse que las fuerzas impulsoras fundamentales que llevan al sector por los caminos que recorre, son las extra-sectoriales de tipo socioeconómico. El conflicto armado del país, los efectos de los cultivos ilícitos, la inseguridad, la deuda externa, el comportamiento del PIB, la inversión externa, el ingreso per. cápita, la pobreza, la preocupación de la sociedad por la deforestación y degradación de los bosques, los derechos de los pueblos indígenas y de las comunidades negras, y los servicios ambientales, son fuerzas que en determinado momento avasallan sobre aquellas directamente involucradas con la producción forestal comercial.

El PIB nacional desde 1994 ha mostrado fuertes variaciones con tendencia decreciente en los últimos años, situación que evidencia las dificultades del país para impulsar su desarrollo. Consistente con lo anterior, el PIB per. cápita muestra que no hay crecimiento en el ingreso promedio de la población. Respecto a pobreza, en términos de ingresos entre 1991 a 2000 se incrementó la proporción de la población rural bajo la línea de pobreza, pasando del 68% al 82%. La tendencia de crecimiento del PIB nacional, bajo las condiciones sociopolíticas actuales, es que se mantenga en los actuales niveles que en el 2001 y el 2002 fueron del 1.4%, 1.2%, con una proyección del 2.5% para el 2003.

La inversión externa entre 1994 y 1999 cayó del 9.5% al 1.9% del PIB y la inversión interna pública y privada se encuentra en los niveles de lo que era la inversión privada en 1995. Mientras tanto, la deuda externa pública muestra un crecimiento acelerado pasando del 16.5% del PIB en 1995 al 27.6% en 2001.

En cuanto a población, la tasa de crecimiento media anual estimada para el período 2002-2020, es de 1.76%, con una densidad poblacional de 0.38 personas/ha para el 2002, estimada en 0.49 para el 2020.

Fuerzas sectoriales

Estas fuerzas debidamente analizadas deben ser trabajadas, buscando corregir situaciones que impidan o frenen los avances del sector, tanto en lo industrial como en lo conservacionista, teniendo en cuenta la presencia e impacto de las fuerzas extra sectoriales.

En cuanto a política forestal, una característica importante de las existentes es que han sido políticas de gobierno y no de Estado con definición a través de leyes de la República. En el Congreso de la República está haciendo trámite un proyecto de Ley Forestal que puede significar cambios sustanciales de política, en respuesta tanto a las necesidades de desarrollo del sector forestal comercial, como a las de conservación de la biodiversidad y la generación de servicios ambientales.

El sector dispone de un Plan Nacional de Desarrollo Forestal cuyos programas y subprogramas tienen horizontes de 25 años. Este Plan ha sido formalmente definido como la política de largo plazo para el sector. Actualmente el Plan está incluido como política de Estado, en la mencionada propuesta de Ley Forestal.

El sector forestal tiene dos autoridades nacionales y 27 regionales; todas ellas tienen además otras responsabilidades. Dentro de sus estructuras orgánicas directivas, ninguna tiene debidamente estructurada una dependencia forestal. Los tres entes son: el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial; el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural; y 27 Corporaciones Autónomas Regionales.

En cuanto a incentivos directos o indirectos para la actividad económica forestal, se observa la inexistencia de un crédito forestal acorde con las características de largo plazo del sector. Hay unas líneas de crédito en el sistema agrario, de las cuales lo forestal puede servirse en parte. Adicionalmente, el Estado tiene tres mecanismos no crediticios a los cuales tiene acceso el sector; ellos son: el Certificado de Incentivo Forestal - CIF, el Incentivo a la Capitalización Rural -ICR, y el Certificado de Garantías - CG

El sector dispone de incentivos tributarios, aunque estos son para plantaciones forestales. Entre varios se destacan: i) hasta el 30% de la inversión en plantaciones nuevas puede deducirse del impuesto sobre la renta; ii) son exentas las rentas generadas por el aprovechamiento de plantaciones nuevas; iii) las inversiones en control y mejoramiento del medio ambiente también son deducibles.

En el Ministerio de Agricultura está el Programa de Oferta Agropecuaria – PROAGRO, estrategia del Estado para actuar con el sector privado en la mejora de su competitividad a través del esquema de cadenas productivas. Dentro de las 9 cadenas hasta ahora conformadas se encuentra la Cadena Forestal; esta situación coyuntural ha generado un nuevo esquema empresarial vía los “núcleos forestales”; cinco núcleos (clusters) ya están organizados.

Respecto al manejo sostenible de bosque natural, varias acciones se han venido desarrollando, inclusive con apoyo internacional, orientadas a impulsarlo. De una parte se dispone de una Guía Técnica y los Criterios e Indicadores para dicho manejo; de otra, la FSC aprobó la propuesta del país y ya se dispone de las Normas de Certificación para Bosques Naturales. El Ministerio de Ambiente espera zonificar 500,000 has. de bosques naturales productores. Las plantaciones forestales tienen igualmente las Normas aprobadas por FSC; dos empresas ya se han certificado.

C. Perspectivas del sector

Hay dos grupos de fuerzas impulsoras extra sectoriales con efectos diferentes sobre el sector. El primero (PIB, ingreso per. cápita, deuda externa, inversión externa, conflicto armado) que influencia negativamente el desarrollo del sector por lo menos a corto y mediano plazo, ya que sus tendencias llevan a caracterizar que estamos ante una economía sin crecimiento significativo y con empobrecimiento de la población, afectando negativamente la capacidad de demanda de bienes y el crecimiento industrial. El segundo (bajo crecimiento poblacional, baja densidad de población, incremento de la energización rural) influencia positivamente la permanencia de los bosques, ya que conlleva a menos presión sobre ellos para explotarlos irracionalmente y/o para generar cambios de uso del suelo. Hacia el 2020 en un escenario optimista de solución del conflicto armado y crecimiento económico, el primer grupo tendría influencias positivas para impulsar el desarrollo del sector. Este sector forestal cuenta con un gran potencial, suficientes tierras y tecnología, y por ello las perspectivas al 2020 podrían ser positivas. Por otro lado, en el transcurso del tiempo ha mantenido constante su nivel de participación dentro del PIB nacional y desde el punto de vista del suministro de materia prima, se ha logrado un suministro mayor de la misma, por parte de las plantaciones que la proveniente de los bosques naturales, para abastecer a las grandes empresas de celulósicos y de tableros.

Las fuerzas impulsoras sectoriales también conforman dos grupos. El primero, que no impulsa el desarrollo del sector productivo forestal y está originado en: la falta de una política forestal de Estado; falta de instituciones para la parte productiva forestal; falta de un sistema de crédito forestal; ausencia de manejo sostenible en bosque natural y en plantaciones de pequeños y medianos propietarios; y estancamiento de la modernización de la industria forestal. El segundo, conformado por programas y acciones que impulsan la protección de ecosistemas, la conservación de la biodiversidad y en consecuencia la generación de servicios ambientales.

Las perspectivas detalladas en el estudio se mueven en un escenario de mucha incertidumbre, que se origina en la posible solución del conflicto armado del país.

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