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INTRODUCCIÓN


La presente publicación pretende explicar diversos procesos físicos, de orden climático y ecológico, que se influyen mutuamente y contribuyen de modo decisivo a mantener los sistemas de apoyo ecológico de la Tierra, en particular los relacionados con los peces y las pesquerías. Los estudios de sistemas complejos requieren siempre unos planes adecuados de seguimiento, aplicados durante períodos lo suficientemente largos para que se pueda captar íntegramente su dinámica. Por ejemplo, se han realizado pocas observaciones durante períodos prolongados para disponer de series cronológicas que abarquen más de uno o dos ciclos completos de ascenso y descenso de las pesquerías en cuestión. Y aún son menos los casos en que se han realizado además observaciones del sistema o los sistemas de forzamiento que los afectan directa o indirectamente. Este último problema determina los límites de nuestra capacidad para pronosticar cambios ecológicos. Rara vez disponemos de todos los datos necesarios para evitar «sorpresas», sencillamente porque nuestros sistemas de observación son demasiado nuevos, nuestras series cronológicas demasiado breves y nuestras mediciones demasiado locales, a pesar de la reciente aparición de los satélites de observación.

La dinámica física de la Tierra que ha sido objeto de mayor número de mediciones es el viento de superficie. Esas mediciones se refieren habitualmente a los gradientes térmicos, tanto regionales como generales. Los patrones estacionales regionales suelen ser bastante similares a escalas climatológicas decenales y más largas. Las perturbaciones más breves del clima previsto están asociadas con la dinámica atmosférica a escala de El Niño/Oscilación Austral (ENSO) o con la actividad volcánica. Los volcanes lanzan a las capas superiores de la atmósfera gases y partículas que forman nubes duraderas y reflectoras bajo las cuales se produce por lo general un enfriamiento. Tanto los volcanes como los episodios del ENSO imprimen un carácter singular a las condiciones meteorológicas estacionales. Es lo que se define como cambio climático.

Todos los procesos que aquí se reseñan comenzaron mucho antes de que existiera el hombre, y probablemente persistirán mucho después de que éste haya desaparecido. Los procesos de los ecosistemas se regulan en parte por sí mismos. También influyen notablemente en ellos los procesos de forzamiento físico que inducen la atmósfera y los océanos de la Tierra, y por consiguiente la mayoría de las actividades humanas.

Si se quiere sustentar a la humanidad en esas condiciones en constante cambio, es imprescindible proporcionarle suficientes proteínas. Los océanos, los grandes lagos y los cursos de agua suministran la mayor parte de las proteínas destinadas al consumo humano. De ahí que nos centremos en los vaivenes de los ecosistemas acuáticos y las pesquerías dentro del contexto más amplio de la dinámica de sistemas de la Tierra. Para ilustrar los aspectos principales, se utilizarán análisis de diversas actividades pesqueras regionales en los que se tendrá en cuenta la creciente influencia de las actividades pesqueras y no pesqueras en el suministro de proteínas con fines alimentarios a medida que la población aumenta y modifica los cursos de agua y las riberas. Los conceptos básicos relativos a los principales factores naturales que fuerzan los ecosistemas acuáticos se «combinan» dentro de un conjunto más amplio. Algunos de los conceptos e ideas se atribuyen por lo general a sus autores, aunque se siguen manteniendo las relaciones causa-efecto necesarias para comprender las interdependencias.

Presentaremos: 1) la variación climática de la Tierra en los últimos millones de años, basándonos en investigaciones paleoclimáticas; 2) la variabilidad de las pesquerías, tal como la entendemos después de un siglo de investigaciones y análisis profundos de diversos datos indirectos, en particular bioindicadores; 3) los principios fundamentales de la información sobre la irradiancia solar procedente de generaciones de satélites, seguida de la estimación de las variaciones solares en los últimos siglos llevada a cabo por Hoyt y Schatten; 4) los pronósticos climáticos de Doug Hoyt, Werner Mende y otros, reunidos por el Dr. Joseph Fletcher en una reciente serie de conferencias sobre el clima en el siglo XXI. Los pronósticos para los futuros decenios o siglos han sido confirmados por el reciente estudio de Klyashtorin y Nikolaev sobre las previsiones relativas a los regímenes pesqueros, basado en el seguimiento de la velocidad de rotación de la Tierra (-LOD); y, por último, 5) un breve examen de las respuestas de las pesquerías regionales al probable cambio climático, tal como se deduce del trabajo anteriormente descrito. Estos elementos se interpretarán para cada región mediante una combinación de todos esos estudios, valiéndose del concepto de sistema climático de Marcel Leroux (1998) y de la tendencia del autor principal a la integración, y describiendo las conexiones puestas de manifiesto en los recientes intentos de explicar las variaciones ecológicas decenales o seculares que han dado lugar a variaciones en las pesquerías. Mediante esas descripciones se presentarán a los lectores importantes resultados de las nuevas disciplinas científicas ambientales y geofísicas.

El mensaje principal que se quiere transmitir aquí es que nos enfrentamos con un cambio constante. El amplio panorama que se desprende de estas colaboraciones está destinado a ayudar a científicos y profanos en la materia a reorientar sus objetivos en el marco de nuestro sistema solar y de la Gran Fuga de la Tierra en la que los seres humanos tocamos muchos instrumentos, pero desgraciadamente no manejamos la batuta del director.


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