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RESUMEN


Luego de décadas de estancamiento, el sector agropecuario argentino respondió rápidamente a la eliminación de las altas tasas alas exportaciones agrícolas en los primeros años del decenio de 1990, a la vez que se reducían considerablemente los derechos aduaneros de importación de fertilizantes minerales. Hacia la mitad de los años 1990 la producción del maíz había triplicado, la de soja había duplicado y la del trigo había aumentado en un 50 por ciento. Desde entonces, la producción de trigo y maíz se ha estabilizado pero la producción de soja continuó aumentando.

Argentina es bien conocida históricamente por su ganadería en las Pampas, ya en 1960 Argentina participaba de un tercio de las exportaciones mundiales de carnes y novillos. Hoy, casi toda la carne se consume localmente pero Argentina es el tercer exportador más grande del mundo de soja y de maíz y el cuarto exportador más grande de trigo. Las exportaciones de soja han aumentado casi al triple desde 1990.

El sistema de producción de cultivos y el nivel de rendimientos que prevaleció hasta 1990 no necesitó de mucha fertilización, en particular debido a las extensas áreas de suelos fértiles, pero el gran aumento de la producción de granos en la primer mitad de la década del 1990 requirió un aumento substancial del consumo de fertilizantes. El consumo de fertilizantes aumentó cinco veces entre 1990 y 1996, desde 165 000 a 855 000 toneladas de nutrientes en 1996, y desde entonces se ha estabilizado. El principal aumento en la producción de granos ha sido en soja, un cultivo que no requiere una elevada fertilización.

Este trabajo explica las razones de estos avances. Proporciona información sobre las diversas regiones agrícolas de Argentina y sus recursos naturales. Se describen también los cambios ocurridos en el perfil de los productores agrícolas y la productividad de los diversos grupos según el nivel tecnológico adoptado en los últimos años. Durante los años 1990, dos innovaciones tecnológicas importantes en la región Pampeana fueron la siembra directa y el uso de variedades de soja resistentes a herbicidas.

El comercio mayorista y minorista cada vez ofrecen más servicios técnicos, incluyendo la preparación de mezclas de nutrientes por prescripción y venta agranel. Un sistema nacional de extensión, educación, investigación agrícola y los avances en la comunicación de información ha facilitado enormemente la transmisión y adopción de nuevas tecnologías.

La proporción del área fertilizada de los principales cultivos está actualmente cerca de su máximo, pero hay cierto margen para lograr aumentos en las dosis de fertilizante por unidad de área en trigo y maíz. La soja y, en menor grado, el girasol probablemente explicarán gran parte del aumento en el área cultivada, cultivos que no son precisamente grandes consumidores de fertilizantes.


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