Página precedente Indice Página siguiente


7. ¿Cuáles son y qué proveen las pruebas de susceptibilidad antimicrobiana?


Los métodos de determinación de susceptibilidad antimicrobiana han sido una inquietud desde el inicio de la era antibiótica. Sin embargo, aún hoy no se considera que exista la metodología ideal. Como se desarrolló parcialmente en la sección anterior, las pruebas de que disponemos no son perfectas, pero indiscutiblemente, nos pueden proveer de una buena ayuda.

Los resultados de los tests de susceptibilidad bacteriana guían al veterinario en la elección del tratamiento adecuado. Esos tests se basan en descripciones hechas por el National Comitee for Clinical Laboratory Standards (NCCLS), que fueron desarrolladas para aplicación en medicina humana, y aún hoy son utilizadas por muchos laboratorios de diagnóstico veterinario. Algunos de estos métodos son utilizados sin su debida validación para el patógeno veterinario estudiado, por lo que han sido criticados como posiblemente inapropiados e incluso contradictorios (Watts & Yancey, 1994).

La prueba más difundida por su simplicidad y economía es la de difusión en discos de papel. Estos discos son preparados comercialmente en forma totalmente estandarizada con las concentraciones de principio activo necesarias. Los discos son colocados sobre la superficie de agar de una placa de Petri, que ha sido previamente inoculada con una cantidad estandarizada del germen cuya susceptibilidad se desea medir (es una cantidad que oscila aproximadamente en las 108 unidades formadoras de colonias por mililitro de inóculo). Una vez completado este proceso, la placa se coloca en estufa de cultivo y comienza, por un lado, el crecimiento de la bacteria y, por el otro, la difusión del antibiótico desde el disco de papel. El antibiótico se aleja del disco según un gradiente de dilución, de modo que, a mayor distancia, menor concentración. Esto da lugar a que, a determinada distancia del disco de papel la dilución del antibiótico no alcance a inhibir el crecimiento de la bacteria y se forme un halo de inhibición circular, cuyo diámetro será directamente proporcional a la potencia del antibacteriano frente a la bacteria en cuestión e inversamente proporcional a la concentración inhibitoria mínima (CIM) del agente antimicrobiano.

Este tipo de prueba nos da como resultado, un diámetro de halo de inhibición. Este es un resultado cualitativo, es decir, germen susceptible o resistente, o en el mejor de los casos un resultado semi-cuantitativo, que nos dirá si el germen es susceptible, medianamente susceptible o resistente.

Actualmente se dispone en forma experimental de sistemas computarizados que determinan la CIM de un determinado agente a partir del halo de inhibición. Para su funcionamiento estos sistemas requieren una enorme base de datos. En medicina humana este sistema está dando buenos resultados. En medicina veterinaria se trabaja en su implementación.

La prueba de dilución en tubos sigue siendo la más usada y probada para la obtención de información cuantitativa. El fundamento de la técnica es extremadamente sencillo, utilizándose una dilución de 5x108 bacterias por mL de caldo en cada tubo. Cada uno de los tubos es inoculado con una cantidad creciente del antibiótico a controlar. La batería de tubos es incubada por un período de tiempo de unas, 15 a 20 horas a 35 grados centígrados, para finalmente interpretarse como CIM la más baja concentración capaz de inhibir el crecimiento bacteriano, es decir, aquella presente en el primer tubo que no se opaca por acción del desarrollo de los microorganismos.

Hasta aquí lo clásicamente conocido. Han aparecido, además, sistemas más modernos. Entre ellos, encontramos el E-Test, éste se basa en la determinación de la CIM en tiritas que portan un gradiente de concentración a su largo. Se trata de una prueba sencilla que aporta información mucho más valiosa que la de discos de papel, en que sólo una o pocas concentraciones son utilizadas, aunque no se trata de pruebas económicas. Por cierto que también se dispone de métodos para la determinación de la CIM en forma rápida en placas de microtitulación que usan un número pequeño de concentraciones de cada antibiótico.

Actualmente se cuenta con pruebas basadas en técnicas moleculares, a través de las cuales se detecta con simpleza segmentos de DNA que codifican resistencia (Bergeron & Oulette, 1998). Si bien estas pruebas no son utilizadas rutinariamente aún, representan herramientas esenciales que van a ir generalizándose, perfeccionándose, y aportando información muy importante en la prevención de la resistencia.

Como comentáramos en secciones anteriores, estos métodos solamente son orientadores y mucho se ha trabajado tratando de acercarlos a la realidad del crecimiento bacteriano en los verdaderos hospedadores. Es interesante mencionar que el comportamiento de un antimicrobiano cambia diametralmente en plasma o leche. Para desarrollar una actividad equipolente frente a Staphylococcus aureus, la ampicilina debe estar 200 veces más concentrada en leche que en plasma. Esto sugiere claramente que un método de detección de susceptibilidad bacteriana realizado en suero, será muy poco representativo de lo que ocurra cuando se trate una infección en la glándula mamaria y que el desarrollo de metodologías basadas en cultivos en leche, para definir tratamientos en leche, sería lo más adecuado (Watts & Yancey, 1994).


Página precedente Inicìo de página Página siguiente