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ANALISIS DE LA SITUACION ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE DESARROLLO PESQUERO EN EMBALSES DE COLOMBIA

por

Mauricio Valderrama Barco
División Investigaciones Pesqueras, INDERENA
Bogotá, Colombia

Resumen

Contemplando que a final de esta década Colombia incrementará su área embalsada de 41 593 ha a 125 111 ha, se presenta un análisis de la situación actual y se plantean las perspectivas, limitantes y requerimientos para la formulación de programas de desarrollo y manejo pesquero en embalses, los cuales se han clasificado de acuerdo a los pisos térmicos fríos, templados y cálidos. Esta formulación se lleva a cabo mediante el ejemplo de tres reservorios actualmente importantes para la pesca, como son El Neusa, El Peñol y El Prado.

Se plantea de forma complementaria la problemática referida al represamiento de corrientes fluviales, como forma de identificación de los impactos con relación al recurso pesquero y se resalta la necesidad de afrontar con más interés y decisión lo relacionado a la consideración de este recurso y su aprovechamiento como un uso en estos cuerpos de agua, de vital importancia como medida de mitigación de los impactos ambientales generados y como herramienta de desarrollo regional.

Abstract

Considering that by the end of this decade Colombia will increase the total area of its reservoirs from 41 593 to 125 111 hectares, an analysis is given of the current situation; perspectives, limits and requirements are outlined for the formulation of programmes of fishery development and management in reservoirs, classified according to whether they are cold, temperate or tropical. This formulation is illustrated with an example of three reservoirs, El Neusa, El Penol and El Prado.

In a complementary manner, problems resulting from damming rivers are discussed, such as the method of identification of impacts on the fish resources, and the necessity to more decisively confront the analysis of these resources and their utilization, an action of vital importance as a means of mitigating the environmental impacts produced and as a tool of regional development.

1. INTRODUCCION

Colombia incrementará aproximadamente tres veces el área embalsada que actualmente posee, durante la presente década de los 80. Este hecho resalta aún más, si conocemos que dentro del Plan Nacional de Desarrollo Hidroeléctrico se contemplan para los próximos 20 años, la construcción de grandes proyectos hidroeléctricos, especialmente ubicados en los principales troncos fluviales del país (DNP-ISA, 1979).

Pero por lo contrario, la experiencia en el manejo y desarrollo de programas de aprovechamiento pesquero en embalses es escasa. Los pocos estudios y acciones que se han desarrollado en este sentido han obedecido a intereses aislados, y muchas veces no se les ha dado la orientación adecuada. Una de las causas de esta situación se ha debido a que la mayoría de los represamientos se han efectuado sobre ríos de órdenes medios y bajos (de acuerdo a la clasificación citada por Welcomme, 1980), en zonas de ritron, y en áreas donde la pesca estaba practicamente ausente, o era muy poco representativa. Las finalidades principales de estos reservorios han sido las de generación hidroeléctrica y acueducto. La pesca hasta ahora no ha sido considerada como un uso, en la medida en que las posibilidades para su desarrollo lo hubieran podido permitir.

Actualmente este panorama está cambiando. Los represamientos más importantes se están llevando a cabo en ríos de alto orden o troncos fluviales principales y en zonas donde la pesca es de relevancia regional, y en algunos casos nacional. Además, los impactos ambientales generados por estas grandes transformaciones se están caracterizando por ser de mayor gravedad debido a sus multiples trastornos producidos, con especial repercusión en las poblaciones de peces y en su productividad. De esta forma, el aprovechamiento pesquero de los embalses, ya sea como medida de mitigación o como actividad dentro del concepto de aprovechamiento múltiple, se comienza a plantear como de imprescindible ejecución.

Este documento busca identificar perspectivas y definir la problemática a través de un diagnóstico del conocimiento técnico y de la situación colombiana con relación al desarrollo pesquero de los embalses del país. Con base en el ejemplo de tres tipos de embalses existentes se presentará un análisis de esta situación actual y futura, como un aporte al desarrollo pesquero nacional.

2. AREA EMBALSADA Y TIPIFICACION

El área embalsada del país es de 41 593 ha, lo que representa de acuerdo a los valores dados por Bhukaswan (1980), apenas un 0.3 por ciento del área embalsada de la URSS y un 1 por ciento de la de los USA. Pero es imprescindible conocer que el área colombiana se triplicará un los próximos 6 años, hasta alcanzar una superficie total de 125 111 ha (ver Tabla I). Para 1990 deberán estar concluídos 10 embalses nuevos con más de 1 200 ha de superficie.

En la Figura 1 y Tabla I se pueden apreciar los principales embalses y su localización. Con excepción de dos reservorios que se ubican en la Cuenca del Sinú, los demás están situados en la Cuenca Magdalénica. En esta Cuenca está asentada el 79 por ciento de la población del país (Botero y Lozano, 1983) y es el eje productivo de más desarrollo del país.

Los embalses colombianos podemos clasificarlos de acuerdo al piso térmico donde se localizan. El piso térmico frío o biotopo de Bosque Andino, está ubicado en la faja de los 2 000 a 3 200–3 400 m s.m.m., corresponde a tierras cuyas temperaturas medias anuales van desde los 18 hasta menos de 10°C y con precipitaciones entre 800–1 000 mm anuales. El piso térmico templado o biotopo de Bosque Sub-Andino, va desde los 1 000 hasta los 2 000 m s.n.m., posee temperaturas medias anuales entre 18–24°C y precipitaciones entre 1 000–4 000 mm anuales. El piso cálido con los bosques Ecuatorial Ombrofilo o con el Deciduo Tropical se localiza en la zona altitudinal por debajo de los 1 000 m s.n.m., y presenta temperaturas medias anuales superiores a los 23°C, con precipitaciones superiores a 2 000 mm para el primer biotopo, e inferiores a 1 500 mm para el segundo, (Pérez, 1980).

Los embalses más importantes para la pesca actualmente son el Neusa (800 ha) en el piso térmico frío, El Peñol (6 700 ha) en el templado, y El Prado (5 200 ha) en el cálido. Al final de esta década, los principales y nuevos cuerpos de agua que estarán presentes y los cuales ofrecen muy buenas perspectivas para el desarrollo pesquero, serán los de Urra II (55 000 ha), Urra I (6 700 ha), Canafisto (7 300 ha) y Betania (7 400 ha) en el piso cálido; y en el piso templado estará El Guavio (1 500 ha).

3. EMBALSES EN PISOS TERMICOS FRIOS

3.1 El embalse del Neusa

3.1.1 Descripción general y limnología. Se localiza este embalse en la Cordillera Oriental de los Andes Colombianos, en la parte central del país. Su altitud, en su máxima cota de inundación es de 2 974 m s.n.m., posee una superficie promedio de 800 ha y un volumen máximo de 102.7 millones de m3. Las profundidades medias y máximas son de 11 m y 35 m respectivamente, su perímetro es de 20,8 km, el valor de desarrollo de la orilla es de 1.9, su longitud aproximada es de 7.5 km, y posee un ancho en su parte media de 1.3 km (Valderrama, 1984).

En la Tabla II se observan las principales condiciones de calidad de las aguas del embalse dadas por el más reciente estudio realizado. Estudios de productividad primaria no se han efectuado, contando solamente con otros trabajos como el de Cárdenas (1977), con un estudio de macrofauna bentónica, y Sánchez (1976) y Valderrama (1984) con la caracterización fisico-química del embalse.

3.1.2 Recursos pesqueros y pesquerías. Solamente tres especies ícticas están reportadas para el embalse. Ellas son la “trucha arco iris” Salmo gairdnerii, la “guapucha” Grundulus bogotensis (Characidae) y el “capitán de la sabana” Eremophilus mutisii (Tricho-mycteridae), siendo la primera una especie introducida o exótica, mientras que las demás son nativas de la región central de la Cordillera Oriental del país (Dahl, 1971). Solamente S. gairdnerii es aprovechada mediante una pesca deportiva bien establecida, pero desafortunadamente no se conocen estadísticas o estimaciones de capturas ni tampoco evaluaciones de la población de trucha. Este hecho caracteriza una situación muy general para todos los emblases del país. Para el sostenimiento de esta pesquería unicamente se cuenta con una estación de reproducción y cría de alevinos con el fin de realizar repoblamientos continuos en el embalse, y a partir de 1982 se inició un programa de marcaje y recaptura pero sus logros han sido muy limitados y la información final aún no se ha procesado.

Otro recursos, es un crustáceo “el ćangrejo de la sabana” Hypolobocera N. macropa (Pseudothelphusidae), el cual posee un aprovechamiento artesanal eventual, pero dado que sus niveles de abundancia actuales han disminuido no se considera que se puedan mantener volúmenes de capturas verdaderamente comerciales (Ortiz, Ortiz y Aguilera, 1981).

Como una medida para intensificar el aprovechamiento integral de la pesca en el embalse, se han implementado programas experimentales para el desarrollo de la acuicultura con S. gairdnerii en jaulas flotantes (Mosquera y Valderrama, 1980), el cual ha presentado buenos resultados y originado un creciente interés para el desarrollo de este tipo de actividades de acuicultura.

3.2 Otros embalses

En Colombia los otros embalses más importantes en el piso térmico frío son los de Tominé, Muña, Sisga con 3 500, 1 850 y 1 700 ha respectivamente, también localizados en el centro del país. Estos reservorios no cuentan con programas de manejo y desarrollo pesquero, presentándose solamente y de forma ocasional actividades de pesca deportiva de S. gairdnerii, y en algunos casos, especialmente en El Muña, se captura la “carpa” Cyprinus carpio, pero en general no existe una pesquería como tal. La producción pesquera potencial se considera como muy pobre aún cuando no existen estudios para su evaluación, dado que solamente se han realizado caracterizaciones limnológicas generales, como las realizadas por Gaviria y Rodriguez (1983), Sanchez (1976) y Gaviria (1983) para otro embalse menor como es el de Chuza (250 ha).

4. EMBALSES EN PISOS TERMICOS TEMPLADOS

4.1 Embalses del Peñol

4.1.1 Descripción general y limnología. El embalse del Peñol o del río Nare está localizado a una altura de 1 856 m s.n.m., cuenta con una área de 6 700 ha y un volumen de 1 240 millones de m3. Se encuentra localizado en la cordillera central del país (ver Fig.1), e inició actividades en 1970.

En la Tabla II se aprecian las principales características fisico-químicas del agua en superficie. Actualmente se ha detectado un deterioro acelerado del hipolimnion como el reportado por Bjork y Gelin (1980), lo cual ha degradado la calidad de agua del embalse. Estudios de plancton y bentos han sido llevados a cabo por Uribe y Roldan (1975). La entidad que tiene a su cargo el manejo del embalse, Las Empresas Públicas de Medellín, lleva registros continuos de análisis fisico-químicos especialmente en las zonas donde se localizan las estructuras para generación hidroeléctrica, pero estudios limnológicos actualizados de gran envergadura están aún por realizarse, necesitándose éstos para diagnosticar e identificar las condiciones actuales del embalse.

4.1.2 Recursos pesquero y pesquerías. Las especies objeto de pesca en embalse son: “carpa” Cyprinus carpio, “sabaleta” Brycon henni (Characidae) y “black bass” Micropterus salmoides. Las primeras son capturadas por pescadores artesanales, y la última especie exótica es importante para la pesca deportiva. Recientemente, a mediados de 1983, fueron introducidas dos especies con el objeto de ocupar nichos y niveles tróficos que no estaban siendo totalmente aprovechados: Mojarra amarilla Petenia kraussi, y “Tilapia” Tilapia rendalli, ambos cíclidos, el uno nativo, exótico el otro. Estas siembras buscaron tratar de recuperar las capturas pesqueras, que habían disminuido notablemente, traducidas en una baja en ellas, de las especies C. carpio y B. henni, ocurrida por un aumento de la presión de pesca o del esfuerzo pesquero y al efecto sobre estas poblaciones por las condiciones muy degradadas del medio acuático (Uribe, 1984).

Las estimaciones de capturas de pesca deportiva son desconocidas. La actividad de pesca artesanal es relativamente reciente y se ha iniciado con el estímulo del gobierno hacia la formación de cooperativas o grupos comunales de extracción. Uribe (1983) reporta como se han conformado 4 grupos comunales que con una eficaz asistencia técnica han podido conformar una actividad extractiva permanente, capturándose 4.2 t durante el primer semestre de 1983. Aunque esta cifra es muy pequeña, si es necesario aclarar el esfuerzo que ha requerido cambiar las actividades productivas de los pequeños agricultores hacia formas de pescadores que eran desconocidas antes de formarse el embalse.

Algunos estudios biológico-pesqueros generales se realizan de forma continua en el embalse. Uribe (1984) ha realizado estimativos de índices de abundancia mediante capturas con trasmallos para las especies C. carpio y B. henni con lo cual se monitorean las especies más importantes para la pesca artesanal. Beltran y Beltran (1978) habían ya adelantado estudios de selectividad y recomendaron al trasmallo (gillnet) como alternativa de aprovechamiento en el embalse.

4.2 Otros embalses

En el piso templado otros reservorios importantes son los de Chivor (1 260 ha) y Troneras (475 ha). En el primero, ubicado a 1 277 m s.n.m., la “carpa” C. carpio es la especie monotípica en las capturas pero no soporta sino una pesca ocasional y no existen pesquerías planificadas. Lo mismo sucede en Troneras, aunque con este embalse se cumplió un estudio biológico-pesquero antes de iniciar cualquier actividad de aprovechamiento. Beltran (1978) determino que las especies B. henni y Tilapia mossambica ofrecen buenas perspectivas. El embalse del Guavio (1 500 ha) que entrará en operación en 1987 presenta excelentes posibilidades de desarrollo pesquero, debido a que ya cuenta con estudios limnológicos y pesqueros del área en condiciones de prerepresamiento, lo cual servirá de base técnica para la formulación de planes apropiados para su aprovechamiento pesquero.

5. EMBALSES EN PISOS TERMICOS CALIDOS

5.1 Embalse del Prado

5.1.1 Aspectos generales y limnología. A 350 m s.n.m. se localiza este cuerpo de agua en el piedemonte de la cordillera oriental del valle del río Magdalena. Posee una superficie de 5 200 ha (ISA, 1983). Este reservorio conforma un típico lago, aproximadamente de 10 km de longitud por 1,5 km de ancho, con una profundidad máxima de 70 m (Ducharme, 1975).

El vaso de este embalse no fue limpiado de la vegetación arbustiva ni arbórea, por lo cual desde un inicio se presentaron graves cambios de degradación en la calidad del agua. En la Tabla II se observan los principales valores fisico-químicos de sus aguas donde se observa ya la presencia del ácido sulfihidríco en el hipolimnion. Marquez (1984) menciona, como consecuencia de una acelerada eutroficación la proliferación de malezas acuáticas (Eichiornia crassipes, y Pistia sp.) y el afloramiento persistente de una alga plantónica Botryococcus (Chlorophyceae) con los funestos efectos sobre la calidad del agua y los organismos hidrobiológicos.

5.1.2 Recurso pesquero y pesquerías. Diez especies de peces son las de mayor importancia para las pesquerías. Entre ellas se destacan la “mojarra” Petenia krausii (Cichlidae), especie dominante en las capturas con un 70 por ciento de porcentaje en peso, la “doncella” Ageneiosus caucanus (Ageneiosidae), el “jacho” Geophagus steindachnieri (Cichlidae), el “nicuro” Pimelodus clarias (Pimelodidae), el “caloche” Sternorygus macrurus (Sternachidae) y el “moncholo” Hoplias malabaricus (Erythrinidae). Los artes pesqueros más comunes son la atarraya, el anzuelo y la malla (agalladera), destacándose la atarraya como característica de la unidad económica de pesca del embalse, común en un 62 por ciento de los pescadores. Las capturas del embalse se han estimado en 13.9 kg/ha/año durante el período 1976–77 (Hiss, Shirley y Aristizabal, 1978).

El represamiento del río Prado produjo grandes cambios en las pesquerías locales. Las especies de aguas lóticas cedieron su lugar a favor de especies de aguas lénticas. La especie más importante de la cuenca Magdalénica, el “bocachico” Prochilodus reticulatus magdalenae (Prochilodontidae) ha desaparecido de las capturas. La presa se convirtió en una barrera infranqueable para las especies reofílicas, y se ha producido una alteración irreversible en la composición de la fauna local y una transformación en las actividades de pesca. En el capítulo 6 se profundizará más sobre estos impactos.

CORTOLIMA, entidad que tiene a cargo el manejo pesquero del emblase, ha inagurado en el presente año una estación de acuicultura, la cual servirá de plataforma de investigación y de fomento para el manejo y desarrollo del recurso pesquero en embalses de aguas cálidas. De acuerdo a la información personal del Dr. F. Hawkins (Jefe, División de Recursos y Medio Ambientes de CORTOLIMA), se ha contemplado el repoblamiento del embalse con una especie omnívora originaria de la región Amazónica, conocida como “cachama” Colossoma spp., la cual ha presentado muy buenas perspectivas para su aprovechamiento. Estas experiencias serán de mucha utilidad para un futuro cercano.

5.2 Otros embalses

Actualmente otros embalses en pisos térmicos cálidos con importancia relativa a la pesca son pocos. Pero en un futuro cercano quedarán construidas 6 represas en climas cálidos, que sumadas alcanzan las 79 800 ha de agua embalsada. Estas a diferencia con las ubicadas en los pisos fríos y templados, van a generar grandes impactos, especialmente los embalses de Urra II (55 000 ha), Urra I (6 700 ha), Betania (7 400 ha), Canafisto (7 300 ha), San Jorge (2 200 ha) y la Miel (1 200 ha). Estos embalses represaran troncos fluviales principales, donde la actividad pesquera es de marcada importancia. El desarrollo pesquero de estos cuerpos de agua tendrá un carácter imperioso, no tanto por sus naturales condiciones de productividad, sino porque será contemplado como una medida urgente de mitigación, aunque en ninguno de estos embalses la pesca se ha presentado como una de los principales usos y finalidades. Algunos documentos técnicos de evaluación de impacto sobre el recurso pesquero, aunque de forma preliminar o general se han producido recientemente: Ramos (1981 y 1982), Dames y Moore (1981), Gomez, Cajiao y Asociados (1981).

6. PROBLEMATICA

6.1 Impedimento físico para las migraciones

La construcción de una presa, inmediatamente constituye un impedimento físico para las poblaciones de peces, de forma que impiden sus movimientos vitales o migraciones, ya sean de alimentación, reproducción o protección, en cualquier dirección aguas arriba o abajo del represamiento. Este problema se agudiza en el caso de represamientos efectuados en el canal principal de un sistema hidrográfico, donde las alteraciones provocadas, en las especies y en su dimámica, sin lugar a dudas redundará en la producción pesquera local, y posiblemente afectará en mayor o menor medida la de todo el sistema. Ramos (1982) ya ha tratado de definir conceptos sobre este problema en el país.

En Colombia los grandes embalses actualmente operando, y aquellos en construcción, poseen y poseerán presas muy altas, que conllevan a identificar a los sistemas de escalas para peces, esclusas, transportadores manuales y hasta sofisticados elevadores, y traspasos mecánicos como imprácticos. Por ejemplo, la presa de Urra II tendrá 170 m de altura, la de Urra I, 73 m, la de Betania 80 m, la de Canafisto, 110 m. Ninguno de los embalses con fines hidroeléectricos se les han contemplado presas inferiores a 20 m, lo cual según Bonetto (1980), medidas inferiores a esta altura posibilitan la adopción de sistemas de escalas de ascenso para peces. Es muy factible en cambio, que en un futuro menos próximo, como es el caso de las represas proyectadas en las partes alta y media del río Magdalena, donde se contempla la construcción de embalses en cadena con presas de baja altura (entre 11–31 m) según DNP/ISA, 1979), se podrán implementar apropiados pasos para peces, posiblemente del tipo de escalas.

De todas formas, aunque en el neotrópico, existen ejemplos de solución al problema del impedimento de las migraciones de peces, como los presentados por Bonetto (1980) en la represa de Salto Grande en Uruguay y el proyecto Yacyretó en Alto Paraná, la realidad ha demostrado que en los sistemas fluviales con una alta diversidad de especies, las escalas para peces son ineficientes o requieren estudios muy específicos o poseen costos muy altos (Galli, Torloni y Padua, 1984). Este autor afirma también que con presas mayores a 8 m se desconoce la eficiencia de estas estructuras. Torloni (1984) presenta motivos de orden biológico, técnico y económico que no justifican la construcción de sistemas de escalas para peces en embalses brasileros, recomendado como alternativa el desarrollo de programas de acuicultura y manejo pesquero como fórmula para un óptimo aprovechamiento pesquero de cuerpos de agua.

Para el caso colombiano se deberán realizar profundos estudios para cada embalse particular, y a partir de ellos se podrán formular las mejores acciones, pero de hecho, la falta de experiencia en el país para la solución de estos interrogantes es una limitante evidente. Solamente, ahora se está construyendo una escala para peces en la presa del embalse de San Silvestre cuya altura no supera los 4 m, y se contemplan que generará los primeros resultados y conocimientos al respecto.

6.2 Composición de especies y su abundancia

La creación de un nuevo lago (embalse) por medio de una presa hidroeléctrica proveerá un experimento natural el cual permitirá estudiar cómo las especies riverinas llegan a adaptarse a la vida lacustre, y como la fauna original cambia hacia la formación de una comunidad lagunar (Lowe-McConnell, 1975).

El embalse del Prado es el caso colombiano que identifica la problemáitca con relación al efecto de un represamiento sobre las poblcaciones ícticas locales. En la Tabla III se observa claramente como ha variado la composición de las especies en las capturas en el embalse, un años y 3 años despues de alcanzar la represa su nivel máximo esperado.

Aunque la información de El Prado debe considerarse preliminar, debido a que los cambios de diversidad de la ictiofauna en los embalses varia de acuerdo a las etapas de estabilización de estos cuerpos de agua (Balon y Coche, 1974) si podemos apreciar claramente como la especie “bocachico” que es la más importante en las capturas de la cuenca del Magdalena (Zarate et al., 1983), ha disminuido hasta casi su desaparición en las capturas (del 11 por ciento al 0.2 por ciento en 2 años), siendo ésta una especie caracterizada por realizar grandes migraciones reproductivas. El caso contrario es el de la “mojarra”, cíclido de habitos lacustres, que duplicó su aporte a las capturas (de 33 por ciento al 70 por ciento) y que actualmente es la especie dominante en ellas. Más evidente es el fenómeno con las especies “jacho” y “picuda”, dado que respectivamente una empezó a aparecer en las capturas mientras que la otra desapareció de ellas. La primera es representativa de ambientes lénticos, y la segunda de habitats lóticos. Se deduce así como la composición de especies locales se ve transformada invariablemente por las nuevas condiciones creadas por el represamiento, y que favorecen a las especies de aguas lénticas aquí llamadas lacustres, y aquellos frecuentemente presentes en corrientes fluviales, que están en capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones, como es probablemente el caso de la “doncella” Ageneiosus caucanus en El Prado.

Pero en el país se da también el caso de cambio de la composición de especies y su abundancia por la introducción de especies exóticas (foráneas). Como ejemplo está el embalse del Peñol donde se ha sembrado las especies Cyprinus carpio, Micropterus salmoides y Tilapia mossambica. Estas introducciones han variado la composición local de la ictiofauna y en algunos casos han creado competencias con las especies nativas. Por ejemplo, el “bass” M. salmoides, en el Peñol ha disminuido la población de “sabaleta” Brycon henni, especie nativa, debido a su alta voracidad (Uribe, 1984).

6.3 Calidad del agua

La alteración de la calidad del agua se presenta en el embalse mismo y aguas abajo del embalse debido a las descargas de agua turbinada que van a alterar el medio acuático. Bjork y Gelin (1980) reportan para el embalse de El Peñol niveles críticos en el hipolimnion, y ya Ducharme (1975) mencionaba graves condiciones anóxicas en el embalse de El Prado, y Bernier (1981) presenta una situación alarmante de contaminación orgánica e industrial en el embalse del Muña. Por otro lado, el proceso de eutroficación se ha visto acelerado especialmente en los embalses cálidos debido a que la cobertura vegetal no fué extraída del vaso, los procesos de sedimentación han aumentado a causa de un mal manejo de la cuenca y los aportes de nutrientes no han sido controlados. Estos factores sumados a un mal o deficiente manejo del embalse son los que han causado rápidos cambios en la calidad del agua. Roldán (1978) ya ha planteado algunas consideraciones con referencia al caso colombiano.

Hasta ahora los embalses actuales no han generado degradaciones de la calidad aguas abajo de ellos, ocurrida por las descargas de agua turbinada en condiciones deficientes de calidad. Por lo menos no se ha reportado este tipo de caso, pero es necesario tener muy en cuenta para el cercano futuro las graves experiencias sucedidas en el embalse Brokopondo en Surinam, donde según Krumdieck (1977), el contenido de oxígeno fue menor a 1 mg/l en una longitud de más de 100 km aguas abajo del emblase, producido por las descargas de agua del reservorio con altos valores de ácido sulfídrico y bajo contenido de oxígeno, lo que produjo grandes mortandades de peces y crustáceos.

6.4 Producción pesquera y capturas

La productividad pesquera de un embalse tipicamente se incrementa rapidamente a un máximo dentro de unos pocos años de existencia (Balon y Coche, 1974). Pero esto es muy diferente en las áreas próximas tanto arriba como abajo del embalse. Mientras en el embalse algunos fenómenos contribuyen a aumentar la productividad por lo menos en los primeros años, en cambio la producción pesquera se predice que disminuirá en las partes que limitan con los embalses como mínimo al principio. Se desconoce la situación exacta cuando se conforme una estabilización de las condiciones y se presente una ictiofauna en equilibrio con éstas, generándose una producción pesquera que actualmetne es de díficil magnificación, debido a la ausencia de estudios de investigación en Colombia.

Con relación a las capturas pesqueras, igualmente se ven afectadas pero es necesario que no se confundan algunos términos esenciales del problema. Aunque en el embalse se predice un aumento de la producción pesquera, no necesariamente ésta está disponible para las capturas. Es factible que con la alteración de la composición de la ictiofauna local, las especies que mejor aprovechen las nuevas condiciones o se adecúen a ellas proliferarán, pero no augura esto que ellas sean aptas para su aprovechamiento (tallas, calidad, aspectos culturales, etc.). Esta consideración implicaría que aunque las nuevas condiciones de le embalse estimulan la productividad pesquera, no necesariamente se ve reflejado en un aumento de las capturas. Ademas esta situación es mucho más grave arriba y abajo del embalse porque en estas áreas no se eontará con un aumento de la producción inmediato (si lo llegará a haber) y los efectos en las capturas van a ser traumáticos.

Por otro lado, el esfuerzo pesquero concebido como la cuantificación de los pescadores se verá de hecho alterado y la dinámica de la actividad extractiva transformada hacia las nuevas condiciones. Es posible que muchos pescadores, junto con sus artes y métodos de pesca tengan que o adaptarse, o de hecho buscar otras alternativas productivas, y en el peor de los casos, migrar hacia otras áreas. La situación contraria se presenta cuando el embalse se construye en áreas no tradicionales de aprovechamiento pesquero, donde el problema radica en capacitar y estimular a la población para que constituyan a la pesca en una actividad productiva regional. Un ejemplo de este último caso está referido al embalse El Peñol en Antioquia. INDERENA allí ha contribuido a la formación de asociaciones y grupos comunales para la extracción del recursos pesquero, mediante una asesoría técnica apropiada y una capacitación adecuada a las nuevas condiciones. Ya en este momento existen 4 comunidades de pescadores que realizan capturas tanto para sustento como para comercialización (Uribe, 1983).

6.5 Regimen hidrológico

El volumen y la temporalidad de las corrientes fluviales se ve modificada tanto durante la fase de llenado del embalse como durante la operación de la central hidroeléctrica. Durante el proceso de llenado del embalse, el régimen hidrológico se ve reducido en forma inmediata aguas abajo de la presa, generando una sequía que producirá críticos efectos directamente proporcionales a la magnitud y duración de este proceso. Krumdieck (op.cit) reportó como la fase de llenado del embalse de Brokopondo, obturándose el río Suriman por un período de 13 meses, el lecho del río quedó practicamente sin agua en una distancia de unos 20 km aguas abajo de la presa, quedando pequeños embalses de agua entre las rocas y los bancos de arena. Actualmente se preveé que los embalses de Urrá I y Urrá II sobre el río Sinú producirán una sequía artificial por un período superior a 2 años o aún más si se permite el paso de un caudal mínimo durante el proceso (Victoria y García, 1983), lo que conllevará a graves efectos como son los previstos por Ramos (1981) donde menciona cómo en la Ciénaga Grande de Lorica (118 km2) el nivel de las aguas descenderà entre 3–4 m en la estación seca con relación a los niveles normales de invierno, lo que traerá como consecuencia su vaciamiento casi total.

Mientras tanto, la reducción y/o regulación del regimen hidrológico cuando esté en operación la central generadora de electricidad, indudablemente va a transformar las antiguas condiciones del área, y aunque exista una restitución de un caudal apropiado, ésta ya va a ser dinámicamente diferente y su naturaleza variará y por ende afectará aspectos de productividad, disposición de nichos ecológicos, etc., con referencia al recurso hidrológico. Pero quizá el efecto más grave de la regulación del regimen hidrológico y por ende la atenuación del régimen de riadas se manifestará a nivel macro-regional (ecoregión).

7. PERSPECTIVAS DE DESARROLLO Y MANEJO PESQUERO

Luego de conocer la situación actual colombiana se infiere facilmente que no ha existido una planificación hacia el desarrollo pesquero de embalses. Las acciones que han concernido a este aspecto han sido aisladas y espontáneas. Afortunadamente este panorama está cambiando y ya se empieza a tener conciencia de la potencialidad que tienen los embalses para la implementación de programas pesqueros dentro del concepto de uso múltiple de ellos.

La planeación futura para el desarrollo de cuencas fluviales deberá tratar de integrar y armonizar varios componentes como son la generación de hidroelectricidad, las pesquerías, agricultura, ganadería, urbanización, vida silvestre y turismo. Esto es un problema complejo, que requiere mucha mayor coordinación entre las partes concernientes, el libre intercambio de información y una colección intensiva de ella (Petr, 1983). En los embalses, los objetivos del manejo pesquero son los de incrementar la producción de los recursos ícticos y mantener en un estado de equilibrio la cosecha de peces hasta un nivel cerca de la productividad óptima del embalse, Bhukaswan (1980).

Una limitante actual para la planificación adecuada, es el poco nivel de decisión con que cuenta el factor pesca con referencia a la construcción de proyectos hidroeléctricos en el país, y hasta ahora no se ha contemplado como elemento de consideración en la etapa de prefactibilidad de los mismos. Ravinovich y Novoa (1982) plantea una situación muy común relacionada con el desarrollo de proyectos hidroeléctricos y sus consecuencias ecológicas: innumerables experiencias han demostrado que la no inclusión del componente ecológico en los estudios de prefactibilidad ha conllevado a graves situaciones no previstas, con serios trastornos, costos sociales y ambientales, que pudieron evitarse tomando en cuenta la investigación ecológica. En Colombia, el aspecto pesquero, tanto la valoración sobre su impacto como la formulación de sus potencialidades de fomento dentro de los proyectos, no se le ha dado la importancia que merece. Esto contrasta con la vocación natural pesquera de aguas interiores que posee el país, donde las capturas del año 1983 alcanzaron la suma de 45 343 t (INDERENA, 1984). Esta situación parece ser común, y la planificación de proyectos hidroeléctricos en los países en desarrollo suele verse obstaculizada por la escacez de fondos y de personal capacitado para llevar a cabo los estudios necesarios (Baluyut, 1982).

Para el desarrollo pesquero en embalses, el país cuenta con una diversidad de especies muy favorable, dado que estas podrán ocupar nichos ecológicos muy variados. Quizá solamente la ausencia de herbívoros de tallas grandes, presenta un problema especialmente cuando se contempla el control biológico de malezas acuáticas. En la Tabla 4, se pueden observar las especies que poseen un buen potencial para su manejo y aprovechamiento en reservorios, y que además cuentan con la información científica básica para establecer las más adecuadas estrategías de manejo.

Dentro del fomento pesquero en embalses, es indispensable que existen dos clases de aprovechamiento, la acuicultura y la pesca de extracción. La acuicultura ofrece muy buenas posibilidades mediante la utilización de jaulas flotantes y corrales. En estos momentos, en algunos reservorios en pisos térmicos fríos el cultivo de Salmo gairdnerii se ha establecido mediante jaulas flotantes. Esta actividad está en rápido desarrollo, especialmente en los embalses del centro del país. En los reservorios de clima templado y cálido aún no se han implementado programas de este tipo pero sus posibilidades son ilimitadas. La pesca extractiva requiere de un manejo más profundo, pero podrá presentar grandes logros en un futuro cercano. Indudablemente el conocimiento biológico de las especies y su dinámica de poblaciones, y la caracterización e identificación de los fundamentos limnológicos del reservorio serán indispensables. Esto sumado a unos artes y métodos pesqueros apropiados y un control de la intensidad y el esfuerzo pesquero, así como a una reglamentación general específica, serán necesarias para implementar un adecuado manejo pesquero.

La producción pesquera basada en las capturas del Peñol, del orden de 13.9 kg/ha/año, aunque baja nos está indicando que en pisos cálidos los embalses con un manejo aceduado pueden superar en gran forma este valor. Baluyut (1983) reporta en embalses en Tailandia, en el sudeste asiático, cifras de producción pesquera de hasta 136 kg/ha/año y en Indonesia, rangos de 22–353 kg/ha/año. Aunque existe ejemplos de reservorios tropicales más productivos estas referencias son las más razonables teniendo en cuenta los valores de producto anual de las ciénagas del plano inundable de la cuenca Magdalénica, los cuales se han estimado en 234 kg/ha/año (Kapetsky, 1978). Y si en los embalses se desarrollan actividades de acuicultura, las capturas anuales pueden incrementarse en gran medida, aún cuando su planificación deberá ser muy cuidadosa para que no entre en competencia con la actividad extractiva artesanal, o que genere efectos ecológicos adversos como la aceleración hacia condiciones eutróficas extremas. Smith (1983) presenta un caso típico de una situación conflictiva con referencia a la Laguna de Bay en Filipinas, donde se han desarrollado grandes cinturones de corrales (fish pen) para acuicultura, que han llegado a alcanzar una superficie igual al 17 por ciento del cuerpo de agua, lo cual ha traído trastornos especialmente por superposición de áreas de pesca.

Dentro del control ambiental y el aprovechamiento múltiple de los embalses es necesario tener objetivos más amplios. La exploración de las potencialidades creadas con la formación del cuerpo de agua, conducirán a una reducción o eliminación de los costos de mitigación de efectos negativos y en un progreso de los beneficios del represamiento; Roldán (1982) también ha formulado ya conceptos generales con referencia a la problemática ecológica en embalses del país. Fontaura y Bidegain (1984), conceptuan que investigaciones complementarias, generalmente insignificantes cuando se compara con los inmensos recursos requeridos por las obras, posibilitarán un satisfactorio control ambiental y un óptimo aprovechamiento de las nuevas condiciones, mediante una adecuada compatabilidad de la demanda de agua para fines energéticos como las demás utilizaciones posibles tales como navegación, irrigación, pesca, turismo, recreación, etc. De forma sintética, estas acciones integradas tendrán tres objetivos básicos: restablecimientos de equilibrios ecológicos, compensación a la región afectada y máximo aprovechamiento de las nuevas condiciones.

8. CONCLUSIONES

  1. El rápido incremento del área embalsada en Colombia, y la ausencia actual de programas específicos para el desarrollo y manejo del recurso pesquero en ellos, de hecho, constituyen dos situaciones muy evidentes. Por un lado, la carencia de una experiencia científica continuada impide en estos momentos tener una identificación clara de proyectos concretos a implementar en los embalses con el fin de fomentar el aprovechamiento pesquero. Aunque existen alternativas más o menos definidas, la ejecución inmediata de acciones dirigidas hacia tal fin se hacen indispensables. Y la otra situación, se refiere a la necesidad urgente de iniciar muy rapidamente este tipo de actividades para poder decidir planes de mitigación, debido primordialmente a que varios de los nuevos embalses serán construidos mediante el represamiento de troncos fluviales principales como son ríos Magdalena, Cauca y Sinú.

  2. Dentro del concepto de uso múltipe de los embalses, la pesca no ha constituido hasta el presente un parámetro al que se le de la relievancia que posee. En el futuro cercano, con los grandes represamientos en pisos térmicos cálidos, se debe considerar el desarrollo y manejo pesquero como uno de los fines secundarios de mayor importancia. Aunque este panorama actualmente ha cambiado un poco en el país, hasta o ahora no se generan los esfuerzos suficientes y necesarios para cumplir este cometido. Las empresas de generación hidroeléctrica deben dar el merecido y justificado interés hacia estos programas de desarrollo pesquero en embalses.

  3. Las perspectivas para el desarrollo pesquero en embalses podemos enunciarlas como las siguientes: en pisos térmicos fríos, los embalses podrán sustentar una pesca deportiva con Salmo gairdnerii y el fomento de la acuicultura de esta especie en jaulas flotantes, podrá llegar a ser de vital importancia. Esta última posibilidad está de hecho creándose existiendo un considerable interés hacia este tipo de proyectos. En pisos térmicos templados o medios, dado que no existe una alta diversidad íctica nativa de especies comerciales es conveniente la siembra de especies extra locales o foráneas con el fin de sostener una pesquería artesanal de buenas proporciones. En el embalse de El Peñol se están llevando a cabo esperiencias que pueden aportar valiosa información al respecto. También la acuicultura en jaulas flotantes o corrales podrá ofrecer excelentes perspectivas. La sabaleta Brycon henni, las mojarras Petenia spp., la carpa Cyprinus carpio y la tilapia nilótica Oreochromis niloticus, estas dos últimas especies foráneas, podrán ser de gran importancia en estos embalses templados. Pero las mayores posibilidades se presentan en los embalses de climas cálidos, donde la diversidad de especies nativas permite, quizá con la excepción de nichos de herbívoros mayores, ocupar eficientemente los cuerpos de agua. Las mojarras Petenia spp., la doncella Ageneiosus caucanus, el bocachico Prochilodus reticulatus, la arenca Triportheus magdalenae, la dorada Brycon moorei y muy posiblemente la cachama Colossoma spp. son, entre otros, las especies que podrán ofrecer con un adecuado manejo buenas producciones pesqueras. La acuicultura de especies de clima cálido también va a presentar un gran desarrollo relacionado con los cuerpos de agua embalsados.

  4. Es oportuno mencionar las acciones básicas que se requieren para formular un adecuado manejo y la implementación de un propio programa de desarrollo pesquero en embalses: (1) estudios de población de peces, donde se determinará la composición de las especies, su distribución, la estimación de la población, la cosecha, se detectarán los principales parámetros biológicos y se buscará obtener predicciones de la producción pesquera; (2) manejo de la población de peces, donde se identificarán y aplicarán las medidas convenientes para incrementar la producción pesquera o mantener los niveles óptimos de las cosechas o de su rentabilidad; (3) manejo del habitat: aquí se determinarán las mejores acciones para proteger el medio ecológico garante de una producción deseada, contemplada el control de malezas acuáticas, diseño de pasos para peces, protección de sustratos de reproducción, etc.; y (4) reglamentación de la pesca y su control.

  5. Finalmente, sin estudios suficientes el desarrollo y manejo pesquero, se carecerá de las bases necesarias para una planificación adecuada. Harding (1966) ha definido muy bien esta situación aclarando que cualquier proyecto futuro de represamiento deberá ser precedido por las necesarias investigaciones de limnología y ecología del sistema hidrográfico y del área a ser inundada, y deberá incluir en detalle estudios sobre la población y la biología de los peces. Estas investigaciones deberán ser mantenidas continuamente a través de los períodos críticos del llenado inicial, lo mismo que monitoreos posteriores sobre la hidrología y las poblaciones de peces en el embalse. Además, la introducción de especies exóticas deberán planificarse cuidadosamente, con una exhaustiva evaluación de sus beneficios e impactos.

9. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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Tabla I

Principales reservorios actuales y en construcción en Colombia

Cuenca HidrográficaNombreSuperficie
(ha)
Entrada en OperaciónFinalidad Principal
SINU    
 Río SinúUrra II  55.0001987Energía
 Río SinúUrra I    6.7001987"
MAGDALENICA    
Subcuenca Río MagdalenaBetania    7.4001990"
 " río CaucaCanafisto    7.3001986"
" río NareEl Peñol    6.700Operando"
" río PradoEl Prado    5.200""
 río BogotáTominé    3.500""
 río CaucaCauca-Alto    2.600""
 río San JorgeSan Jorge    2.2001987"
 río CalimaCalima    1.934Operando"
 río BogotáMuña    1.850""
 río BogotáSisga    1.700""
 río GuavioGuavio    1.5001987"
 río GrandeRío Grande    1.4681987Energía y Acued.
 río GaragoaChivor    1.260OperandoEnergía
 río La MielLa Miel    1.2001987"
 río NareSan Lorenzo    1.200Operando"
 río SogamosoSan Silvestre       900"Acueducto
 río BogotáNeusa       800"Energía
 río GuadalupeMiraflores       802""
 río GuatapéPlayas       7501986"
 río GuadalupeTroneras       475Operando"
 río San CarlosPunchiná       360""
 río BogotáChuza       250"Energía y Acued.
 río AnchicayaAlto-Anchicayá       170"Energía
 río NareLa Fe       140"Energía y Acued.
 río ChinchináSan Francisco         75"Energía
 río BogotáChisacá         55""
 río BogotáLa Regadera         41""
 río ChinchináCamadeagua         26""
 río AnchicayáAnchicayá         25""
 río GrandeQuebrada Onda         23""
 río CalimaCalima Bajo           7""
 Canal del DiqueGuájaro    11.5001"Riego
      
 TOTAL 125,111Operando
41.593
 

1 Este embalse se comporta como tal durante los períodos de aguas bajas. En los otros períodos su comportamiento es de una ciénaga o lago polimíctico tropical del sistema del plano inundable del río Magdalena. Por esta característica del reservorio, en este documento, no se analiza en detalle.

FUENTE: ISA (1983), Ducharme (1975), Bazigos (1975), Gaviria y Rodriguez (1983).

Tabla II

Principales parametros fisico-químicos en los embalses de Neusa, Peñol y El Prado a diferentes profundidades - promedios anuales

PARAMETROEl NeusaEl PeñolEl Prado
Superficie12 mSuperficie1 m3–8 m45 m
Oxígeno (mg/l)   7.2   2.2  8.56  8.70   3.140
Temperatura (°C) 15.714.221.2328.90 27.3022.20
PH   7.2   6.6  7.11  7.93   7.13  6.37
CO2 (mg/l)--  4.69trazas   6.4020.30
Alcalinidad (mg/l) 11.511.117.2925.20 24.2030.00
Dureza cálcica (mg/l)--  8.85---
Dureza total (mg/l)--13.9623,30 24.3030.00
Sulfatos (mg/l)--  5.63  7.80 8.00
Nitratos (mg/l)     0.330.25  0.89  1.48  1.46  0.67
Fosfatos (mg/l)     0.120.11    0.041  0.20   0.18  0.64
Cloruros (mg/l)--  5.77---
Conductividad (moh/cm)  31.531.3 20.50264.664.256.00
Turbiedad UJ--23.04---
Transparencia179.0-40.30---
H2S (mg/l)---00136
Fuente:Valderrama (1984)Uribe y Roldán
(1975)
Ducharme (1975)

1 Orto fosfatos
2 ppm de NaCL

Tabla III

Composición de la pesca, en porcentaje por peso en la represa de El Prado (Tolima), durante dos períodos hidrológicos anuales

ESPECIE Porcentaje en Peso
1974–19751976–1977
BocachicoProchilodus reticulatus11.0  0.2
CapazPimelodus clarias  2.0  4.0
CalocheSternopygus macrurus  0.3  3.0
DoncellaAgeneiosus caucanus  7.0  8.0
CuabinaRhamdia sebae  0.4  0.3
JachoGeophagus steindachneri  0.0  6.0
Madre del bocachicoCurimata magdalenae  0.1  1.0
MojarraPetenia umbrífera33.070.0
MohinoLeporinus muyscorum  0.3  0.0
MoncholoHoplias malabaricus28.0  3.0
PatalóIchthyolephas longirostris  9.0  0.6
Peje-sapoPseudopimelodus bufonius  5.0  0.3
PicudaSalminus affinis  0.7  0.0
SardinataBrycon moorei  1.0  0.1

FUENTE: Hiss y otros (1978)

Tabla IV

Especies ícticas consideradas para el desarrollo pesquero de embalses colombianos

Nombre VulgarNombre CientíficoDistribución por pisos térmicos.
arencaTriportheus magdalenaecálido
bocachicoProchilodus reticulatuscálido
cachamaColossoma sppcálido
carpaCyprinus carpio1templado y frío
doncellaAgeneiosus caucanoscálido
doradaBrycon mooreicálido
mohinoLeporinus muyscorumcálido
madre del bocachicoCurimata magdalenaecálido
mojarra negraPetenia umbríferacálido
mojarra amarillaPetenia kraussiicálido y templado
nicuroPimelodus clariascálido
sabaletaBrycon hennitemplado
truchaSalmo gairdneriifrío
tilapia niloticaOreochromis niloticus1cálido y templado

1 Estas especies exóticas han sido introducidas intencional o accidentalmente en algunos embalses, pero en los nuevos cuerpos de agua deberán considerarse muy cuidadosamente, y sin una planificación y evaluación no se recomienda su utilización.

Fig. 1

Fig.1 Principales embalses operando y en construcción en Colombia


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