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2. LA PESCA Y LA ACUICULTURA EN AGUAS FRIAS EN PAISES DE AMERICA LATINA

2.1 Argentina

En Argentina hay dos regiones importantes en lo que se refiere a los peces de aguas frías. Una es la región de la Patagonia, al sur del río Colorado, con una superficie de agua de aproximadamente 900 000 ha. Todos los ríos y lagos se alimentan de las aguas frías que bajan de las altas montañas. En esas masas de agua, importantes para la pesca recreativa y deportiva, se encuentran Salmo salar, trucha marrón (Salmo trutta fario) y trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss). La región de la Pampa, con una superficie de agua de 120 000 ha aproximadamente, tiene muchos lagos situados en las llanuras, que constituyen un hábitat típico del pejerrey (Fig. 2). Esta especie es también común en los embalses, donde se pesca de manera intensiva o semiintensiva. El embalse El Chocón, con una superficie de aproximadamente 80 000 ha, contiene trucha arco iris y marrón (Anón., 1981).

La pesca recreativa en los lagos y ríos andinos de gran altitud se basa en gran medida en los salmónidos introducidos, como la trucha arco iris y marrón, el salmón del Atlántico (Salmo salar sebago) y la trucha de arroyo (Malaret, 1988; Anón; 1991).

Fig. 2

Fig. 2: Sur de Argentina (Ziesler y Ardizzone, 1979).

Las regiones frías de la Argentina son muy idóneas para el cultivo de salmónidos. Entre los 36° y los 56° latitud S. hay aproximadamente 900 000 ha de aguas claras en las que los salmónidos, sobre todo la trucha marrón crecen bien y llegan a pesar hasta 14 kg. La salmonicultura comenzó en 1904 con la introducción de huevos de trucha arco iris de los Estados Unidos de América y Europa. Estos huevos, incubados en un vivero en el río Limay, se introdujeron en el lago Nahuel Huapí. Hasta 1910 se fueron introduciendo otras especies de salmónidos (Salmo salar sebago; S. trutta fario), Salvelinus fontinalis; S. namaycush, Oncorhynchus mykiss y Coregonus clupeaformis (Welcomme, 1988). Schäfer (1954, en Wetzlar, 1979) notificó la introducción de trucha arco iris, salmón del Atlántico y trucha de arroyo en aguas continentales de Tierra del Fuego. Estas introducciones tuvieron como finalidad la pesca comercial y recreativa (Pedini, 1984).

En la Argentina, la producción de 1992 de trucha arco iris fue de 1200 t (FAO, 1994), 100 t más que en 1988, en que se produjeron 350 t de trucha fresca, ahumada y en conserva de unos 200–250 g. En 1988, 300 t de la producción procedieron de cuatro de las 24 granjas truchícolas que utilizan estanques de tierra y jaulas de red (FAO, 1989). Alrededor del 75 por ciento del costo de producción corresponde a los alimentos granulados para los peces: no sólo son caros, sino además de mala calidad. También hay escasez de alevines. Ahora mismo se están produciendo mejores alimentos para la trucha cultivada, y también las granjas están constituyendo su propia producción de reproductores. La trucha se comercializa sobre todo en Buenos Aires y Bariloche.

El cultivo para repoblamiento del pejerrey, famoso por la calidad y firmeza de su carne, se inició en 1906. Originario del lago Chascomús, en la provincia de Buenos Aires, se extendió a Santa Fe, La Pampa, Córdoba y San Luis, y se introdujo en varios embalses entre los 23° y 38° latitud S. Su producción fué de 949 t en 1989 y de 823 t en 1992. (FAO, 1994). Esta especie se vende fresca. La pesquería artesanal en pequeña escala se halla en condiciones de inferioridad por el nivel deficiente de tecnología y manipulación, los bajos insumos de capital y la poco satisfactoria organización de las ventas. Los bajos ingresos se traducen en el bajo nivel de vida de los pescadores.

El pejerrey se introdujo hace varios años en Chile desde la Argentina. También se exportó al Japón con el primer envío de huevos fertilizados a la Piscifactoría de Kanagawa, donde el cultivo prosperó. Los descendientes de esa población llegaron a alcanzar una talla de 30 cm y pesar 150 g. En el Japón, el pejerrey también se introdujo en el lago Tsukui (Sciurano, 1970).

Once viveros producen alevines de B. bonariensis y de pejerrey patagónico (Patagonina hatcheri). La producción anual de huevos varía entre 15 y 20 millones. B. bonariensis se alimenta principalmente de zooplancton, es de crecimiento lento y su mortalidad es alta en cautividad. Después de nueve meses en sistemas de cría semiintensiva llega a alcanzar un promedio de 50 g de peso y 20 cm de talla. La talla comercial oscila entre 200 y 250 g. En la provincia de Neuquén, la granja piscícola Río Limay produce perca (Persichthys trucha) y huevos de pejerrey. La mejor granja piscícola gubernamental, en Bariloche, está en manos de la Universidad Nacional del Comahue y produce huevos de trucha arco iris, trucha marrón, trucha de arroyo y salmón del Atlántico (S. s. sebago), principalmente para la repoblación. Una piscifactoría en el lago Pellegrini, provincia de Río Negro, tiene una capacidad de producción de 5 millones de huevos y 2 millones de alevines, que se introducen en ese lago donde funcionan dos unidades pesqueras, una de las cuales es una cooperativa integrada por 12 pescadores. La captura anual, de unas 220 t, se consume en la capital Neuquén y alrededores. Durante la temporada de pesca a los pescadores se les permite una captura de hasta 100 kg por día.

Otras granjas piscícolas producen principalmente pejerrey, perca y salmónidos para la repoblación. El Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero, dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, forma parte del Ministerio de Economía. El Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero dispone de siete especialistas en pesquerías continentales y otros tantos técnicos que dirigen diferentes programas de investigación, desarrollo y promoción de la pesca, en absoluta conformidad con principios ecológicos. Tales programas incluyen asistencia técnica, distribución de huevos, alevines y jaramugos, aspectos legislativos, estadísticas pesqueras y ampliación de la pesca recreativa.

2.2 Bolivia

Gracias a los programas de repoblación, la trucha arco iris se halla actualmente en muchos ríos y lagos de la región andina, y en algunos de ellos ya hay establecidas poblaciones autorreproductoras. En 1989 se repoblaron con un total de 12 000 alevines los lagos Compuerta, Murocota, Condoriri y Huancallerine. Estos recursos son importantes tanto para la pesca recreativa como para la alimentación de la población local.

En 1944 se introdujo el pejerrey en un embalse de 40 km2, en el departamento de Cochabamba, a 2 500 m de altitud. A partir de entonces es explotado por pequeños pescadores durante cinco meses al año (Pedini, 1984). La introducción de esta especie en 1963 en el lago Poopó (2 600 km2; 3 700 m n.s.m.) y el lago Uru Uru (175 km2) crearon en el altiplano (llanuras situadas a gran altitud, principalmente alrededor de los lagos Titicaca y Poopó) una pesquería económicamente importante para las poblaciones vecinas de Oruro y La Paz, y para los centros mineros. En 1981, la captura del lago Poopó fue de 687 t, y en 1988 de 500 t. El sector pesquero da empleo a 645 personas, organizadas en 18 cooperativas. La pesca del pejerrey se efectúa durante seis meses al año. Hay alrededor de 250 pescaderos que venden el pejerrey fresco, ahumado y seco. En 1989, el altiplano boliviano contaba con 1 450 pescadores permanentes, 220 ocasionales y 3 700 de subsistencia (Anón., 1990 b).

Tras su introducción en el lago Poopó, el pejerrey emigró al lago Titicaca a través del río Desaguadero, de 280 km de longitud. La captura mensual de pejerrey en el lago secundario del Titicaca se estima en unas 16 t. El pejerrey de repoblación se halla también en el lago Soledad y en los ríos Mauri y Tiahuanaku (Vera y Llaños, 1989).

Según Hayashida (1989), por lo menos el 25 por ciento de la captura total se pierde debido a una mala manipulación (3%), a problemas de conservación (10%) y de eviscerado (3%), al transporte inadecuado (4%) y a una mala manipulación entre los sitios de captura y las pescaderías de las comunidades rural y urbana (5%). Los pescadores y piscicultores obtienen alrededor del 21 por ciento del precio de venta del pejerrey y el 36 por ciento del de la trucha. Durante 1986–89, el pejerrey representó el 46% aproximadamente del pescado vendido en La Paz y el 70% del vendido en Cochabamba. El 5% del pescado vendido en La Paz fue trucha (Anón., 1990 b). En 1992, la captura total de pejerreyes en Bolivia fue de 624 t (FAO, 1994). La pesca en el lago Titicaca se analiza en el Capítulo 4.

La producción total acuícola de trucha arco iris y de pejerrey en 1991 fué de 159 y 20 t, respectivamente (FAO, 1993). En 1992, la producción de trucha arco iris fue de 431 t (FAO, 1994). En la actualidad, la superficie total destinada a la piscicultura intensiva y semiintensiva de aguas frías oscila alrededor de las 100 ha.

El vivero de Pongo produce alevines de trucha para la repoblación de los pequeños lagos andinos Esperanza, Murocota, Condoriri, Huancayerín, Compuerta y Aquani, y para la cría en estanques y jaulas de red en Tiquina, San Pedro, en el lago Titicaca, hasta que alcancen la talla de consumo. En 1989, el vivero produjo 800 000 alevines de 5–6 cm para las jaulas y estanques de Tiquina. La producción truchícola pasó de 8 t en 1989 a 16 en 1990, gracias a las recomendaciones de Barg (1990) de desplazar las jaulas a otro lugar con agua de mejor calidad.

Los alevines de trucha arco iris y trucha marrón producidos en el Centro de Piscicultura de Piusilla (3 555 m s.n.m.), cerca de la aldea de Jaljatiri en Ayopaya, departamento de Cochabamba, se introducen en 20 lagos situados cerca de Ayopaya. La producción de esos lagos mejora el nivel nutricional de los campesinos. La trucha arco iris desova entre agosto y octubre, mientras que la marrón de abril a junio. La producción de alevines de trucha arco iris pasó de 48 000 en 1989 a 100 000 en 1990.

La Empresa Pesquera Titicaca Ltda. En Korihuaya/San Pablo de Tiquina produce alrededor de 100 t de trucha al año. Su precio medio de venta va de 3,0 a 3,5 dólares EE.UU. el kilogramo, que es con excepción del pejerrey y el ciprinodonte Orestias, entre 2 y 3 veces superior al precio de los alimentos tradicionales, es decir, papas, trigo y maíz. Ese precio resulta excesivo para el consumidor ordinario y es una de las razones por las que el consumo de pescado por persona en Bolivia es de sólo 1,2 kg al año (Anón., 1988).

Actualmente, el desarrollo de la acuicultura en Bolivia está obstaculizado por la falta de crédito, un manejo deficiente, escasez de mano de obra calificada, escasez de alevines y de alimentos para peces, y problemas de comercialización (Anón. 1988). Como punto a favor, la acuicultura de especies ícticas de aguas frías en Bolivia ha estado exenta de graves enfermedades de peces (COPESCAL, 1991).

2.3 Brasil

La trucha arco iris se introdujo en 1949 en el río Jacú Pintado, en Serra da Bocaina (Estado de Rio de Janeiro) (Silva, 1990). En 1959 se hicieron otras introducciones en los ríos montañosos del Estado de Santa Catarina. Esta introducción impulsó el desarrollo de la truchicultura en el sur del Brasil. En 1985 se estableció una granja truchícola nacional (Estaçao Nacional de Truchicultura) de 20 ha, a una altitud de 1 000 m en el municipio de Lages (Santa Catarina). De 1985 a 1989 se repoblaron los ríos de la región montañosa con un millón de alevines de trucha arco iris, a fin de aumentar el suministro de pescado a la población local y desarrollar la pesca recreativa y deportiva. Se estima que la captura de peces de aguas frías en 1991 fue de dos t (FAO, 1994).

En los Estados de Rio Grande do Sul y Santa Catarina se desarrolló el cultivo de B. bonariensis para la repoblación de lagos y embalses y para la cría intensiva en jaulas de red (Vera y Llaños, 1989). En 1992, la producción de pejerrey fue de 170 t aproximadamente (FAO, 1994), la de la trucha arco iris correspondió a 600 t en 1991 (FAO, 1993).

2.4 Chile

Pesca

Debido a su excepcional longitud, de más de 4 200 km, y extrema estrechez, con una anchura que va de 90 a 380 km (el promedio es 177 km), Chile es un país aislado. Su frontera oriental está constituida por la cordillera de los Andes, que alcanza los 7 000 m sobre el nivel del mar, y la occidental limita con el océano Pacífico (Figura 3). Esto significa que posee una amplia diversidad climática. La zona del norte (regiones I a IV, véase Fig. 3) consiste fundamentalmente en un desierto que recibe menos de 2 mm de precipitación anual y, pese a su proximidad al Ecuador, la temperatura del aire es relativamente baja. La zona central (regiones V a VIII) tiene lluvias moderadas (90 a 360 mm por año). La zona centro-sur (regiones VIII a X) tiene mayores precipitaciones, y la zona austral (regiones X a XII), al sur de Puerto Montt, recibe 3 000 mm o más de precipitación anual.

El potencial de pesca continental salta a la vista ante el hecho de que el 4,9 por ciento de la superficie de las provincias de Valdivia a Llanquihue está cubierta por lagos. Desde Talca a Pto. Montt (región X) hay aproximadamente 3 000 km2 de lagos.

De las 34 especies ícticas autóctonas conocidas que frecuentan las aguas dulces, 12 son de origen marino (Atherinidae, Percichthyidae), 6 son eurihalinas (Mugilidae, Notothenidae, Sciaenidae), 9 son de origen amazónico (Siluriformes, Characidae) y 6 se clasifican como especies periféricas de agua dulce (Wetzlar, 1979).

Cuadro 3: Mapa climático de Chile (Boeuf y Medina, 1990)

Temperaturas medias

TipoPrecipitación anual
(mm)
Mes más frío
(°C)
Mes más caliente
(°C)
Desierto; muy seco               21325
Estepa        0–1501220
Mediterráneo      90–360  822
Templado, húmedo  800–2000  817
Templado, muy húmedo1500–3500  413
Frío, muy húmedo       >3600  210
Patagonia       >4500  010

Se han estudiado las posibilidades de explotación acuícola de cinco especies autóctonas de agua dulce: Basilichthys australis (Eigenmann), Nematogenys inermis (Guichenot), Trichomycterus areolatus, Percichthys trucha (Valenciennes) y Diplomystes chilensis (Molina). Manríquez et al., (en Vila y Fagetti, 1986) hicieron experimentos con las tres primeras especies endémicas para estudiar la viabilidad de cultivarlas mediante el desove artificial. N. Inermis y D. chilensis han casi desaparecido y su cultivo, seguido de repoblación, podría contribuir a rehabilitar las poblaciones naturales.

Con miras a la distribución de especies de aguas frías, Campos (1985) estudió cinco cuencas fluviales andinas, a saber, Imperial, Toltén, Valdivia, Bueno y Maullín. En la zona del rhithron, la temperatura oscilaba entre 3,8°C y 19,3°C, con marcadas variaciones estacionales y una fuerte dependencia de la temperatura ambiente. En la fauna íctica predominaban Oncorhynchus mykiss, Salmo trutta, Aplochiton zebra y Trichomycterus areolatus. Percilia gillissi y los adultos de Galaxias platei aparecieron con menos frecuencia, y sólo ocasionalmente los ejemplares juveniles de Diplomystes chilensis. La trucha arco iris representó el 48 por ciento de todos los ejemplares recogidos y se hallaba presente en el 80 por ciento de los ríos.

La zona potámica tiene unas temperaturas que van de 8°C a 20°C. Las especies Galaxias maculatus, Cauque mauleanum y Percichthys trucha son específicas de este biotopo. En esta zona entran, procedentes del rhithron, Salmo trutta, Oncorhynchus mykiss, Aplochiton zebra y ejemplares juveniles de Galaxias platei. En el verano también entran Cyprinus carpio y Cheirodon australe, procedentes de las zonas pantanosas. En éstas, la temperatura del agua pasa de 8,9°C en invierno a 27,2°C en verano, con una media anual de 16,6°C. Los peces de esta zona son la carpa común (Cyprinus carpio), Cheirodon australe, Brachygalaxias bullocki y el pez mosquito (Gambusia affinis holbrooki). Salvo la trucha arco iris, trucha marrón, carpa común y pez mosquito, todas las especies ícticas son autóctonas de Chile.

Fig. 3

Fig. 3: Regiones administrativas de Chile (Gonzalo, 1990).

El pejerrey argentino se introdujo en Chile en 1940 y actualmente se encuentra en algunos de los ríos de las regiones IV a VII (Figura 3). En el vivero de Curicó se crían y liberan juveniles para aumentar las poblaciones de los lagos (Boeuf y Medina, 1990).

La primera vez que se logró con éxito la repoblación de trucha marrón exótica procedente de Europa fue en 1885 en el río Chirilongo, cerca de Lota. Entre 1905 y 1930 se importaron regularmente huevos de salmón del Atlántico, trucha arco iris y trucha marrón, y una pequeña cantidad de trucha de arroyo, salmón real (Oncorhynchus tshawytscha), salmón rojo (O. nerka), salmón plateado (O. kisutch) y trucha lacustre (Salvelinus namaycush). No resultó ninguna de las introducciones de salmón del Pacífico (Oncorhynchus spp.). Por otra parte, el salmón del Atlántico (Salmo salar) pareció adaptarse bien, pero por razones desconocidas desapareció en 1938. Entre 1916 y 1938 se recogieron huevos de salmón del Atlántico en el río Cautín, en Lautaro, lo que demuestra que la especie se había adaptado y había establecido un ciclo de desove; sin embargo, con su desaparición en 1938, las truchas arco iris, marrón y de arroyo quedaron como únicos supervivientes de las introducciones iniciales. Las introducciones de trucha de arroyo comenzaron en 1907 con la importación de 30 000 huevos desde Argentina (Wetzlar, 1979, Boeuf and Medina, 1990).

La falta de enemigos, naturales, el predominio ecológico y físico del hábitat, el número reducido de rivales, la abundancia de organismos para la alimentación y una calidad ideal de las aguas se tradujeron en una rápida y lograda aclimatación de la trucha en Chile. De esta manera, la trucha ictiófaga podía poblar todas las aguas continentales que fueran idóneas, a diferencia de la fauna íctica endémica. Sin embargo, la construcción de presas ha obstaculizado a menudo las migraciones a los lugares de desove.

Wetzlar (1979) recomienda el principio de que la densidad de repoblación de alevines corresponda a la productividad natural del agua. Muchos lagos andinos de gran altitud en Chile se hallan ahora poblados por la trucha marrón, la trucha arco iris, la perca autóctona (Percichthys trucha) y especies de la familia Atherinidae. La trucha marrón se encuentra de la región V a la XII, y la arco iris de la región II hasta el extremo austral. En algunos lagos se ha introducido Coregonus clupeaformis (Welcomme, 1988).

El rendimiento potencial de los aproximadamente 3 000 km2 de lagos desde Talca a Pto. Montt (región X) se estimó en 1 500 t (5 kg/ha). En 1992, la producción total de pejerreyes fue de 750 t y la de trucha arco iris de 12 420 t (FAO, 1994).

Vila et al., (1978) hicieron reconocimientos estacionales de cuencas fluviales entre Valdivia (39° 45' S. 73° 15' W.) y Puerto Montt (41° 45' S. 42° 45' W.), con el objeto de seleccionar sitios idóneos para la introducción de Oncorhynchus tshawytscha y O. kisutch. Los principales factores restrictivos fueron las frecuentes inundaciones y la falta de zonas de grava para el desove y de cría de alevines. Este hecho redujo el número de ríos idóneos a sólo dos: el Estero de la Zona, donde se introdujeron 12 000 alevines de O. kisutch en 1968 y 1969–1970 y el río Chirrí, que en 1969 y 1970 se repobló con aproximadamente 100 000 alevines de O. tshawytscha. De 1969 a 1987 se estableció un programa de cooperación chileno/japonés para introducir O. masou, O. keta y O. gorbuscha, pero no dio ningún resultado. En 1975 se inició otro programa para la introducción de O. keta en el océano Pacífico austral. Los primeros peces regresaron en 1982 (Joyner, 1982).

Acuicultura

La carpa común (Cyprinus carpio) se introdujo en Chile en el siglo XIX (Boeuf, 1986). Actualmente está distribuida por todo el país en muchos lagos, ríos y embalses. En 1908 se introdujo en la acuicultura la tenca (Tinca tinca), especie fundamentalmente de aguas frías y caudal lento.

La cría de salmónidos en Chile comenzó en las siguientes estaciones piscícolas gubernamentales (Filippi, 1988):

  1. El criadero de río Blanco (provincia de Aconcagua), que comenzó en 1904 con huevos de salmón del Atlántico y de trucha arco iris y marrón importados de Hamburgo (Alemania). Los alevines se liberaron en ríos desde Aconcagua hasta el río Toltén (regiones V a IX). También se repoblaron los río Maule, Cautín, Calle Calle y Bueno, y posteriormente, cuando se construyó un criadero en el río Maullín, esas mismas especies se introdujeron en los ríos Rahue, Petrohue y Pueblo.

  2. El criadero de Lautaro (provincia de Cautín), que se estableció en 1914.

  3. El criadero de Curicó (provincia de Curicó), que se fundó en 1948, principalemente para el cultivo del pejerrey argentino.

  4. El criadero de Polcura (provincia de Ñuble), que se construyó en 1953.

  5. El criadero de Pullinque (provincia de Valdivia), inaugurado en 1972.

  6. El criadero Coyhaique (provincia de Aysén), que inició sus actividades en 1974.

La truchicultura se expandió sobre todo entre 1960 y 1972. Actualmente, el cultivo de la trucha en agua dulce está muy poco desarrollado en el país debido al limitado acceso al mercado. El potencial truchícola de Chile se ha estimado en 65 000 t/año. Casi el 90 por ciento de la producción de truchas corresponde a dos estaciones piscícolas: la de Oucin Aguas Claras, en Peñaflor, cerca de Santiago, donde la trucha arco iris crece en corrientes fuertes hasta que alcanza la talla comercial, y la del lago Llanquihue, donde se cría en jaulas de red (Gonzalo, 1990).

En 1975 el gobierno abandonó el programa de repoblación de truchas y se centró en la introducción del salmón del Pacífico. Las granjas piscícolas privadas comenzaron a cultivar la trucha arco iris y más tarde el salmón del Pacífico y del Atlántico. La disponibilidad de harina de pescado barata constituyó una excelente ventaja para el asombroso crecimiento de este cultivo. Desde 1980, en que sólo existían tres granjas, hasta 1988, con 188 sitios autorizados, el desarrollo ha sido sin duda alguna espectacular (Alvarado et al., 1990). Debe mencionarse a este respecto la labor realizada por la “Fundación Chile”, creada en 1976, que, en calidad de organización sin fines de lucro, hace transferencias de tecnología a los sectores forestal, agrícola y acuícola (Steffens, 1993).

En 1990 había 194 estaciones pertenecientes a 45 empresas, el 90 por ciento de las cuales es miembro de la Asociación de Productores de Salmón y Trucha de Chile (Schlotfeldt y Alvarado, 1991). En la actualidad existen unos 480 sectores de agua (centros de cultivo) que cuentan con permiso de la autoridad pesquera pertenecientes a unos 210 agentes productores que cubren una superficie aproximada de 7 000 hectáreas y cuentan con unas 140 pisciculturas registradas. No obstante, del total de agentes autorizados sólo operan aproximadamente 140, que en conjunto reúnen unos 220 centros en operación y unas 70 pisciculturas (Mendez, 1993). En el Cuadro 4 se muestra el aumento de las estaciones de cultivo de salmónidos.

La salmonicultura se practica en Chile en estanques y jaulas de red. La trucha arco iris se deja crecer hasta que alcanza la talla comercial, y los esguines se mantienen en criaderos de agua dulce, hasta el cambio de librea, en que se transfieren a jaulas en el mar, donde continúan creciendo, como ocurre en la instalación Salmones Aucar, en la isla de Chiloé, y en el criadero de salmón del Atlántico Lever Chile, en Pichichanlelfué. Esta empresa, la mayor productora del salmón del Atlántico, prevé producir 6 000 t en 1994 (Boeuf y Medina, 1990). En 1970 se produjeron 70 t de salmón (Jelvez Flores, en FAO, 1989). En 1992, la cosecha de salmón del Pacífico fue de 22 900 t (Cuadro 5).

Las proyecciones de producción salmonera para 1995 indican que en esta línea siempre ascendente Chile podría llegar a cosechar más de 100 000 t anuales (Mendez, 1993).

La mayoría de los criaderos de salmónidos están situados en la región central del país, que contiene muchos ríos y grandes masas de agua de excelente calidad. Más de la mitad de las estaciones salmoneras, concentradas mayoritariamente en la X región (isla de Chiloé), usan jaulas de red y contaban con al menos 1 200 jaulas en funcionamiento (Gonzalo, 1990).

El salmón del Pacífico (plateado, japonés, real, keta y rosado), así como la trucha arco iris, han pasado a constituir un elemento natural de la fauna del sur de Chile (regiones X, XI y XII) debido a su cultivo en el mar desde 1973 (Gonzalo, 1990). La empresa Marine Harvest Chile, antigua filial de Unilever y una de las empresas más grandes del país, posee dos estaciones piscícolas, una cerca de Osorno y otra en la parte norte del lago Puyehue. El salmón se cría en los lagos Rupanco, Llanquihue y Yelcho hasta el cambio de librea (“esmoltificación”), transfiriéndose después a jaulas en el mar en 12 sitios diferentes, ocho de los cuales se hallan en la Isla Grande de Chiloé y cuatro cera de Puerto Montt-Calbuco. De acuerdo con la reglamentación pesquera, la superficie de producción en los lagos Llanquihue, Puyehue y Ranco está limitada a 35 ha en cada caso, extensión que no llega a superar el uno por ciento de la superficie total de agua (Anón., 1990 a). La empresa Marine Harvest Chile cultiva principalmente salmón (del Atlántico y el plateado).

La empresa Salmones Caicaén S.A., en la bahía de Calbuco, produce aproximadamente 750 t en jaulas, principalemnte de salmón real y plateado y de trucha arco iris. La densidad de peces en las jaulas es de unos 10 kg/m3, con una tasa de conversión del pienso de 1,5 en el caso del salmón y 1,3 en el de la trucha arco iris. El potencial de producción se estima en 1 400 t/año (Grez, com.pers.).

Como la salmonicultura sigue desarrollándose en el país, las exportaciones también han aumentado y se han establecido nuevos mercados. Con objeto de asegurar la competitividad del salmón cultivado chileno en el mercado internacional se están adoptando varias medidas, entre las que figuran unas estrategias eficaces de comercialización, un riguroso control de la calidad y la introducción de más productos con valor añadido (Wurmann, 1990).

La acuicultura chilena está creciendo con rapidez y mantiene un importante horizonte de expansión adicional que permitiría asegurar la país como segundo productor mundial de salmónidos cultivados o, más aún, con una posibilidad muy concreta de alcanzar, en corto plazo, niveles de producción que lo ubiquen como el primer productor de estas especies en el mundo (Mendez, 1993).

Las estaciones piscícolas, la mayoría de las cuales cuenta con la participación de empresas privadas, utilizan varias tecnologías, desde las más simples hasta las prácticas acuícolas más intensivas con un elevado nivel technológico. Importantes empresas extranjeras, como Marine Harvest/Nutrilever, Trouw/Suralim, Mainstream y Ewos, han construido fábricas para producir piensos formulados para la industria del salmón.

En la actualidad operan unas 22 compañías que producen aproximadamente 100 000 t de alimentos; existen 13 plantas que fabrican pellets compactos, 4 que fabrican pellets extruidos, 3 que producen pellets húmedos y 2 que emplean expansores (Mendez, 1993).

Cuadro 4: Incremento del número de estaciones salmonícolas durante 1982–1990
(Filippi, 1988; Alvarado et al., 1990; Schlotfeldt et al., 1991)

 19821983198419851986198719881990
Salmón del Atlántico---  2  5   
Salmón del Pacífico21  61435180*188*194*
Trucha arco iris56151517   

* Incluye las estaciones piscícolas de salmón del Atlántico, salmón del Pacífico y trucha arco iris.

Cuadro 5: Producción de salmónidos (t) en Chile durante 1987–1992
(FAO, 1991; Anón., 1993; Mendez, 1993)

 198719881989199019911992
Salmón plateado1 7694 0406 93313 41317 95422 165
Salmón del Atlántico411651 8609 49814 95723 715
Trucha arco iris9451 2672 8715 4818 39315 515
Salmón real03113891 059667
Salmón japonés0002910568
Total2 7555 47511 67528 81042 46862 130

Las formulaciones de piensos para salmones en Chile difieren de las de Europa. Los piensos europeos, además de la harina de pescado, contienen también otras harinas: de subproductos avícolas, plumas, sangre, soja, canola, suero de leche en polvo y harina de gluten de maíz. Los piensos chilenos, por otra parte, contienen generalmente el 50–60 % de harina de pescado como su fuente de proteínas. Las harinas de pescado chilenas de alta calidad se someten a bioensayo con pollos para determinar su frescura. Alrededor del 50–55 % del costo del pienso chileno corresponde a la harina de pescado y el 20–25 % es pigmento. El resto está constituido por subproductos de granos o otros vegetales, vitaminas, minerales, aglutinantes y aceite de pescado. Los pigmentos carotenoides constituyen un porcentaje significativo del costo total de los ingredientes. Muchas piscifactorías europeas utilizan piensos densos en nutrientes de salmón extruido (50 % de proteínas y 25 % de grasas) al precio de 1 200 dólares EE.UU./t para conseguir una tasa de conversión de 1,0–1,2. En Chile se utiliza un pienso granulado menos denso (45–50 % de proteínas y 15–16 % de grasa) para conseguir una tasa de conversión de 1,4–1,5 al precio de 700 dólares EE.UU./t (Chamberlain, 1993).

El salmón también se alimenta con productos frescos, principalmente sardina y caballa, con una tasa de conversión de 3,4 aproximadamente (Steffens, 1993).

Los factores que incrementan la producción íctica de aguas frías de Chile son los siguientes:

Los obstáculos son los siguientes:

La producción chilena de huevos de salmónidos es todavía insuficiente. Por citar un ejemplo, entre noviembre de 1987 y enero de 1988 se importaron casi 30 millones de huevos, principalmente de los Estados Unidos de América y del Canadá, y algo de Noruega y Escocia (Cuadro 6). Se calcula que en la actualidad la industria salmonera chilena requiere unos 100 milliones de ovas (Mendez, 1993).

Para evitar la importación de enfermedades con los huevos de salmónidos es necesario el desarrollo local de reproductores.

Cuadro 6: Importación y producción de huevos de salmónidos en 1986–87 (millones)
(Boeuf y Medina, 1988)

EspecieHuevos importadosHuevos producidosTotal
Salmón plateado10,31,511,8
Trucha arco iris  8,51,0  9,5
Salmón del Atlántico  3,80,3  4,1
Salmón real  0,53,0  3,5
Total23,15,828,9

En el período 1992 se importaron aproximadamente un total de 62 milliones de ovas de salmón del Atlántico, salmón plateado y trucha arco iris (Mendez, 1993).

Hasta ahora, sólo dos enfermedades han causado problemas: la enfermedad bacteriana renal y el “síndrome del salmón plateado”. La elevada mortalidad en el ciclo de producción (50%) se debe en gran medida a unas prácticas inadecuadas de manejo y a problemas de alimentación (Alvarado et al., 1990).

En los próximos años se aplicará la Ley general de pesca y acuicultura, junto con otras muchas normas. Por primera vez en la historia de la pesca de Chile, la ley reconoce la importancia de la acuicultura. En 1992 se creó una comisión gubernamental con el objetivo de elaborar normas para-la protección del medio ambiente, además de la Ley general de pesca y acuicultura. La Fundación Chile desempeñará una importante función en lo que respecta a inversiones y asesoramiento en el sector acuícola (Anón., 1993 a).

Debido al bajo costo de la mano de obra y de los materiales básicos, la producción de salmón en Chile cuesta alrededor de 4,00 dólares EE.UU./kg, en comparación con los 5,00 dólares en Europa. Sin embargo, los elevados costos del flete aéreo hasta los distantes mercados anula algunos de esos beneficios, porque el salmón se exporta principalmente a los Estados Unidos de América, el Japón y Europa. Los salmónidos constituyen una fuente de alimentos cara para la población local. En 1992, los precios de venta por kilogramo en los mercados locales fueron de 11,20 dólares EE.UU. el salmón del Pacífico y 5,60 dólares la trucha, precios más altos que el de la carne de cerdo (4,00 dólares/kg). El consumo por persona de pescado es de sólo 5 kg/año aproximadamente (Scholtfeldt y Alvarado, 1991).

2.5 Colombia

En este país latinoamericano el consumo anual de pescado por persona es de sólo 4,5 kg, ya que la población rural no suele consumirlo. Existe poca información sobre las especies ícticas autóctonas de aguas frías.

El lago Tota (3 020 m s.n.m.) está poblado por las especies autóctonas Pygidium bogotense y Grandulus bogotensis y por la trucha arco iris, que se introdujo en 1939 (Ziesler y Ardizzone, 1979), primero en ese lago y después también en el embalse Neusa y algunas otras masas de agua continentales. Entre 1982 y 1987 se introdujo un total de 4 millones de alevines de trucha arco iris. En el lago Tota practican la pesca alrededor de 3 000 pescadores, de los cuales 500 son permanentes y el resto pescadores deportivos (Barco, com. pers.). En 1987 la producción de trucha se estimó en 200 t. Las mujeres participan plenamente en la pesca semicomercial y de subsistencia y en la comercialización del pescado en las provincias de Llanos Orientales y Huila (Hernández et al., 1988).

La introducción de la trucha arco iris en Colombia ha sido un éxito, con una producción de 1 300 t en 1992. La piscicultura de esta especie se desarrolló en los asentamientos de cafetales y zonas de alta montaña, con una diversidad de situaciones socioeconómicas, ya que había haciendas y pequeños propietarios; estos últimos, aproximadamente 200, producen sólo para su propia subsistencia. La trucha arco iris es la única especie de agua fría que se cultiva en las regiones frías de los departamentos de Quindío, Risaralda, Caldas, Antioquía, Santander, Boyacá y Cundinamarca. La primera estacion truchícola en Colombia se fundo en las Cintas en 1939 situada en el lago Tota. Con la Estación de los Pozos (Boyacá), que se estableció en 1942 (Hernández et al., 1988), siguen siendo los proveedores más importantes de huevos y alevines de trucha arco iris para la repoblación de lagos y ríos.

Alrededor de 35 granjas truchícolas comerciales están situadas principalmente en los departamentos de Antioquía y Cundinamarca, dadas las posibilidades de comercialización en restaurantes, hoteles y supermercados de las ciudades de Medellín, Bogotá y Cali. Las granjas comerciales producen un 15% de alevines y un 85% de pescado para el consumo. Los criaderos experimentales del estado ofrecen por lo menos el 90 por ciento de sus alevines para la subsistencia de los cultivadores y para fines de repoblación. Las granjas comerciales importan huevos de trucha arco iris, mientras que los criaderos del estado utilizan los reproductores de los hábitat naturales. De un total de 8,4 millones aproximadamente de alevines producidos por las granjas estatales y privadas, 4,5 millones se destinan a fines comerciales. Cuatro empresas fabrican los alimentos para los peces. En 1992 la producción total de trucha para el mercado local fue de 1 300 t (Anon. 1993 b).

La trucha arco iris está introducida en lagos naturales, estanques y embalses, y también se produce en jaulas de red. Colombia tiene 26 estaciones de investigación para la piscicultura de agua dulce, de las cuales ocho están situadas en el altiplano frío. La producción total de estas estaciones es de más de seis millones de alevines al año para fines de repoblación (Torres, 1990).

2.6 Costa Rica

La trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss) fue introducida en Costa Rica de los Estados Unidos en los años 1927 y 1928 por iniciativa privada para repoblar ríos desprovistos de ictiofauna nativa y asi fomentar la pesca deportiva. En 1954 se importaron huevos de trucha arco iris de México, que fueron cultivados con exito en un estanque en la zona de La Georgina, Cordillera Volcanica Central.

En los años siguientes la empresa privada importó 50 000 huevos de los Estados Unidos, que fueron expuestos con excelentes resultados en los ríos Cotton y Coto Brus, cerca de Panamá.

De 1959 a 1962 un total de 250 000 huevos y una gran cantidad de alevines de trucha arco iris provenientes de los Estados Unidos fueron expuestos en los ríos Macho, Pejivalle, Reventazón, Parrita, Humo, Poas, El Roble y la Paz.

Debido a la buena condición para la reproducción y el crecimiento que presentan los ríos de las zonas altas de Costa Rica, a partir de 1968 el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) decide involucrarse en dicha actividad, intensificando la siembra de truchas en los ríos de las alturas del país (Nanne, com. pers.).

En 1974, el Ministerio de Agricultura y Ganadería creó el Departamento de Acuicultura para fomentar esta actividad en todo el país, como fuente de proteínas animales, de ingresos y de empleo para las comunidades rurales. En 1978 dicho Departamento inició un programa de cría de la trucha como otra posible actividad alternativa de producción para los pequeños agricultores en las zonas altas del país, desarrollando programas de divulgación y estableciendo en febrero de 1988 el Centro de Investigación y Producción Truchícola Ojo de Agua (CIPA, Ojo de Agua), con la asistencia tecnica y financiera de la Agencia Internacional para el Desarrollo (CIDD) del Gobierno del Canada por medio de la Universidad de Guelph, Ontario, que permite a los truchicultores obtener los alevines de trucha con mayor facilidad. Esta Estación incubó en 1993 un total de 1 261 408 huevos de trucha arco iris producidos con reproductores desarrollados en el país, cantidad suficiente para abastecer en un 100% con alevines de truchas a todos los truchicultores de Costa Rica. Por medio del servicio de extensión, el Departamento de Acuicultura del MAG atiende a la fecha unos 82 productores, muchos de los cuales se encuentran organizados en una Asociación de Truchicultores. Esta Asociación ha venido promoviendo el consumo de trucha y ha empezado, con la ayuda del Centro de Investigación en Tecnología de Alimentos (CITA) de la Universidad de Costa Rica a industrializarla de diferentes formas, como en: trozos enlatada, fileteada, ahumada, entera y en paté.

La acuicultura del sector privado comenzó en 1956 con la introducción de trucha arco iris en Santa María de Dota y en San José, para fines recreativos. En 1988, el Departamento de Acuicultura registró 22 granjas truchicolas activas y 34 inactivas. Los truchicultores semicomerciales tienen estanques de varios tamaños, con una superficie total media de 976,0 m2. Los estanques se hallan a una altitud de 1 500 m sobre el nivel del mar. La densidad de población es de 20 alevines por m2. La alimentación de los alevines consiste en gránulos con un contenido de proteínas del 28 al 32%, y en insectos que son atraídos a la luz durante la noche. Después de diez meses, la trucha llega a pesar de 200 a 250 g. La producción es de 20 t/ha/año. El pescado se vende principalmente en la capital, San José.

La Asociación de cultivadores de trucha de Dota está integrada por 22 pequeños cultivadores y recibe asistencia técnica del Departamento de Acuicultura del Ministerio de Agricultura y Ganadería, de la Universidad de Guelph (Canadá) y de la organización de voluntarios Peace Corps de los Estados Unidos de América. La Asociación posee un criadero donde se incuban los huevos de trucha importados. Los alevines se venden a un precio especial a los miembros de la Asociación

El mercado de la trucha está limitado por su alto precio, debido principalmente al costo elevado de los ingredientes de los piensos. En 1989, el precio de venta por kilogramo fue de 3,72 dólares EE.UU. Podría lograrse cierta reducción del precio si se mejoraran los piensos (Pacheco y Porras, 1989).

Para 1994 se estima una producción de 70 a 95 toneladas de truchas para el consumo local y para el inicio de las exportaciones.

2.7 Ecuador

La acuicultura comenzó en 1932 con la introducción de la trucha arco iris para la repoblación de ríos y lagos andinos. Actualmente existen en el país cinco criaderos de trucha arco iris. A principios de los años ochenta se practicó la piscicultura extensiva de agua fría en una superficie de aproximadamente 300 ha (Pedini, 1984). En 1992, la producción de trucha arco iris fue de 1 227 t (FAO, 1994).

2.8 México

En las aguas libres, la trucha arco iris se limita a las cabeceras frías de los ríos y arroyos de la Sierra Tarahumare - cordillera de la Sierra Madre. Esta especie se halla en los Estados federales Michoacán y Chiapas, río Yaqui superior, Valle de México y Sierra Volcánica Transversal. Se cree que la trucha de arroyo esté en el Valle de México, río Yaqui, Cuitzitán y Michoacán. Ademas se introdujeron la siguientes especies con fines acuaculturales: trucha chihuahua (Oncorhynchus clarki), trucha del bravo (Oncorhynchus clarki virginalis) y trucha de arroyo (Salvelinus fontinalis). Pocas investigaciones existen sobre las repercusiones de las especies introducidas en los peces autóctonos y los hábitat acuáticos de México. Al Gobierno mexicano le preocupa, no sin razón, el régimen alimenticio de bajo contenido en proteínas de muchos compatriotas, particularmente de la población campesina. De ahí que mida el éxito de las especies introducidas en términos económicos y sociales, y se preocupe menos por los perjuicios reales o potenciales que pueda acarrear a la biota o los hábitat autóctonos (Contreras y Escalante, 1984). La trucha se puede considerar como una especie de caracter deportivo, por lo cual solamente se permite la pesca con caña y anzuelo, que se practica en zonas montañosas.

La truchicultura tiene una larga tradición. Las dos primeras granjas truchícolas, en Chimaleapan y La Condesa, se establecieron en 1884 con la introducción de la trucha arco iris y de arroyo. En 1943 se inauguró la estación El Zarco y en 1980 la de Matzinga, cerca de Orizaba (Veracruz). Hay una importante estación truchícola privada en Malinalco, Estado de México (Mistakidis, 1981). La granja truchícola Rancho el Pedregal, al norte de la ciudad de Texcaltitlán, produce mensualmente alrededor de 100 t de alimentos para peces, así como trucha fresca y ahumada; esta cifra representa aproximadamente el 98 por ciento de toda la producción del país. Rancho el Pedregal también fue la primera empresa de México en producir comercialmente salmón plateado (Conrad, 1990).

Según Noriega Curtis et al., (1988), el rendimiento/ha es de 2 514 kg. En los primeros años ochenta, alrededor de 450 ha estaban destinadas al cultivo semiintensivo de la trucha, y unas 40 ha al cultivo intensivo (Pedini, 1984). Actualmente existen 100 granjas truchícolas, en su mayor parte pequeñas (Conrad, 1990). El potencial de la producción anual se estima en torno a las 3 780 t.

La insuficiente distribución y comercialización y los precios altos hacen que la trucha esté al alcance de muy pocas personas. En 1987, el costo de producción de un kilogramo de trucha era de 1,23 dólares EE.UU. (Noriega Curtis et al., 1988). La mayoría de las granjas comerciales habían tenido problemas administrativos, técnicos y de mano de obra.

No se dispone de información sobre los efectos de la trucha en las especies autóctonas de México. La contaminación del agua parece ser el principal obstáculo para el desarrollo futuro de la pesca continental y la acuicultura. Asimismo, hay que buscar una alternativa a los costosos alimentos para los peces que actualmente se están usando. Por otro lado el principal obstaculo para el desarrollo de las pesquerias en aguas continentales frías en México es la restringida existencia de aguas frías y de calidad (Garza, com. pers.)

En 1992, la producción de trucha, tanto la de cultivo como la capturada en aguas libres, fue de 601 t, lo que significa 239 t menos que en 1989 (FAO, 1994).

2.9 Panamá

La trucha arco iris se introdujo en Panamá en 1925, en el río Chiriquí Viejo, donde constituyó una población permanente. Las primeras granjas truchícolas se establecieron en la región montañosa de la provincia de Chiriquí (Anón, 1985).

2.10 Perú

Las pesquerías de aguas frías para la subsistencia se encuentran localizadas principalmente en los ríos y lagos andinos. En el lago Titicaca, donde existe una actividad pesquera de importancia económica, la inmigración del pejerrey (Basilichthys bonariensis) procedente del lago Poopó en 1955 creó una población permanente. Para más información a este respecto puede consultarse el Capítulo 4.

El cultivo del pejerrey para fines de repoblación comenzó en 1978 con alevines del lago Titicaca que se introdujeron en el lago Pacucha. Desde 1986, se han trasladado alevines de pejerrey desde el lago Titicaca hasta otros lagos de alta montaña del Perú. Durante el período 1978–1987, aproximadamente 7 millones de alevines producidos por las granjas de Pacucha (Apurímac) y Acopía (Cuzco) se destinaron a la repoblación (Vera y Llaños, 1989) (Cuadro 7).

El pejerrey se encuentra actualmente en los ríos Rímac, Vitor y Tambo, y probablemente en algunos otros (Schweigger, 1964). En 1992 se registró una producción total de pejerrey de 400 t, sólo el 3.4 por ciento de la registrada en 1990 (FAO, 1994).

El lago Langui-Layo (3 875 m s.n.m.) está poblado por las especies autóctonas Trichomycterus rivulatus, Orestias langui (sinónimo, según Parenti (1984), de O. agassii), Orestias agassii y también por la trucha arco iris, que fue introducida en este lago en 1942 (Rojas Ayala, 1980). El alimento favorito de la trucha arco iris es el pequeño O. langui. La ausencia de T. rivulatus en capturas experimentales sugiere que la depredación de la trucha arco iris provocó la desaparición de dicha especie.

Teniendo en cuenta la gran cantidad de especies autóctonas del Perú, Schulz (1975) recomendó que se introdujeran más especies exóticas en sus aguas. El autor propuso una posible excepción para las aguas frías: la cría en corrales en el mar del salmón plateado.

Cuadro 7: Número total de alevines de pejerrey introducidos en diferentes provincias en el período 1978–87 (Vera y Llaños, 1989)

ProvinciaCantidad total
Apurímac3 102 315
Cuzco3 476 900
Junín     20 000
Pasco     20 000
Cajamarca     22 000
Ayacucho     46 000
La Libertad     20 000
Amazonas     30 000
Total6 737 215

La acuicultura en el Perú se remonta a 1920. Las primeras granjas piscícolas de aguas frías se establecieron para la cría de las truchas arco iris, parda y de arroyo, con miras a la repoblación. La trucha arco iris se introdujo en 1925 con la importación de 50 000 huevos fertilizados de los Estados Unidos de América. Expertos de ese país prestaron asistencia en las actividades de repoblación de algunos ríos andinos. El primer criadero de truchas se estableció en 1940. La granja de Junín se convirtió en el centro de truchicultura de la Sierra Central (Anón., 1979, Pedini, 1984). Entre 1939 y 1940 se estableció la estación de piscicultura del lago Titicaca en Chucuito, Puno, mediante un acuerdo entre los Gobiernos de Bolivia y el Perú, con la finalidad primordial de incrementar la producción piscícola de ese lago y su cuenca. En 1984 había 23 granjas truchícolas en el Perú (Pedini, 1984). La producción de trucha arco iris descendió en la actualidad (1992) a 1 142 t (FAO, 1994).

2.11 Uruguay

La repoblación de pejerrey de aguas templado frías se efectuó por primera vez en 1917, con su introducción en la Laguna del Sauce. Entre 1922 y 1956 siguieron las actividades de repoblación con huevos y alevines de pejerrey procedentes de Argentina. En 1957 se estableció la primera estación piscícola en Laguna del Sauce. Desde su construcción hasta 1974, este centro estuvo dedicado a la cría de pejerrey, destinado a la repoblación de las aguas interiores del país (Pedini, 1984). En Uruguay está prohibida la introducción de especies ícticas exóticas, a no ser con autorización especial. Una empresa privada en la provincia de Maldonado, entre Punta del Este y San Carlos, produce trucha arco iris a partir de huevos fertilizados procedentes de Argentina. Su objetivo principal es la pesca recreativa.

Como la población de Uruguay no está acostumbrada a consumir pescado, su consumo anual es de sólo 7 kg por persona.

2.12 Venezuela

En 1937 se introdujeron en el país huevos de trucha arco iris procedente de los Estados Unidos de América para la repoblación de lagos y ríos en el Estado Mérida. Actualmente esta especie se encuentra también en los Estados Táchira y Trujillo. Varias estirpes de trucha arco iris habitan en el río Chama. Se ha notificado la presencia de la trucha de arroyo en el Estado Mérida (Bastardo et al., 1988). La trucha ha enriquecido la alimentación de los habitantes de la región de Páramo y constituye una importante especie para la pesca deportiva. Los Andes venezolanos contienen muchos sistemas hídricos que permiten otras introducciones de salmónidos. En 1992, la producción total de trucha fue de 214 t (FAO, 1994).

La primera granja truchícola fue construida por el Ministerio de Agricultura en La Mucuy, Estado Mérida, en 1938. A ésta siguieron otras en Boconó, Estado Trujillo, y San José de Bolívar, Estado Táchira, en 1940. En 1959 se creó en el Estado Mérida la primera granja privada “Truchicultura Moconoque” (2 850 m s.n.m.), con una capacidad de producción anual de aproximadamente 50 t. Moconoque es la única granja que produce también pescado ahumado. En 1966 comenzó a funcionar en el Estado Mérida una segunda granja “Truchicultura Santo Domingo”.

En 1977, el Instituto Agrario Nacional estableció en El Valle, Estado Mérida, la Empresa Campesina Monterrey, llamada hoy Valle Rey, cuya producción de truchas es baja (10 t/año) debido al limitado suministro de agua. En 1980 iniciaron la producción de truchas para consumo otras dos granjas comerciales más: Truchicultura El Paraíso, con una capacidad de producción anual de aproximadamente 30 t, y Las Porqueras, con una producción anual de unas 10 t (Albino, 1985). Actualmente existen 12 granjas truchícolas comerciales en los Estados Mérida, Trujillo y Táchira.

También se registra un incremento de las pequeñas granjas piscícolas, que dependen del suministro oficial de alevines. Están situadas en la parte sur del Estado de Mérida, y su importancia es más social que comercial.

La empresa nacional PROTINAL produce los alimentos para los peces. La granjas comerciales importan huevos de trucha arco iris con certificado de estar exentas de enfermedades, medida que probablemente ha evitado brotes de enfermedades graves de la trucha.

La producción truchícola de Venezuela fue de 198 t en 1991 (FAO, 1993), pero su demanda se estima entre 1 600 y 2 000 t. Se cree que el potencial de producción de truchas en la región andina de Venezuela oscila alrededor de 6 800 t. Así pues, todavía existen grandes posibilidades de expansión. Más del 70 por ciento de la producción se vende congelada, fresca o ahumada a hoteles y restaurantes de las ciudades de Caracas, Mérida, Maracay y Valencia (Bastardo et al., 1988; FAO, 1989). Para la instalación de nuevas granjas piscícolas se necesita la aprobación del gobierno y el parecer de un experto para evitar que haya repercusiones negativas en la calidad del agua.


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