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4. VALORACIÓN DEL BOSQUE Y DE SUS USOS: LAS TÉCNICAS DISPONIBLES Y SU UTILIDAD EN LA PRÁCTICA


Una vez que los grupos interesados y sus concepciones de valor han sido identificadas en el contexto decisional pertinente, la atención puede centrarse en los verdaderos procesos de evaluación económica.

Como ya hemos afirmado, debemos recordar que los valores económicos derivan del concepto fundamenta] de la disposición a pagar del consumidor (d.a.p.) un bien o un servicio específico en un momento y en un lugar dado o, en el caso del suministrador, de la disposición del productor/proveedor a aceptar (d.a.a.) un pagamento para ceder un bien o servicio.

Últimamente ha aumentado mucho la literatura de la economía teórica que se ocupa de la valoración de los servicios medio ambientales y de los bienes no comerciables asociados con los bosques, sobre todo con la selva tropical y con las zonas pantanosas. Sin embargo, hay pocos ejemplos sobre la aplicación práctica de estos métodos bien fundados conceptualmente (en preparación LEEC).

Este hecho no se debe a la falta de métodos teóricos, sino a una carencia de datos sobre las funciones de producción, a la ausencia de un acuerdo adecuado sobre los criterios de compensación de factores con los que hay que medir los valores y a la escasez de los recursos necesarios para aplicar dichos métodos, complejos y cuya utilización requiere mucho tiempo. A veces, sin embargo, esto se debe a que no se necesita realizar un análisis complejo para obtener la información necesaria para adoptar la decisión.

Este documento analiza principalmente las restricciones, más que los métodos de valoración. De hecho, la literatura disponible trata dicho argumento de forma exhaustiva y con gran detalle. Algunos de los textos que analizan los métodos de evaluación son: Kramer et al. (1992), Winpenny (1991), Lubowski y Markandya (1993), LEEC (en preparación), Gregersen y Contreras (1992). En el anexo 1 se propone una bibliografía comentada de algunas de las principales publicaciones que tratan la evaluación de los recursos naturales. A seguir, en cambio, proponemos un rápido análisis de los principales métodos disponibles.

Las técnicas para calcular las medidas de valor económico

Las categorías generales más usadas de medidas de valor económico se indican en la Figura 4.1, mientras que la Tabla 4.1 incluye ejemplos más específicos de varias técnicas y aplicaciones. Un aspecto importante a este respecto es que en cualquier análisis se pueden utilizar varias técnicas. A continuación analizamos brevemente cada una de estas categorías.

1. Utilización de precios de mercado directos para los bienes y servicio

Los valores de mercado o de cambio se establecen a través del intercambio de bienes y/o servicios en el mercado, esto es, a través de una interacción entre los valores del productor (oferta) y los valores del consumidor (demanda). Si la transacción se realiza utilizando una forma de moneda comúnmente aceptada, denominamos precio de mercado al valor establecido en el mercado. En cambio, si la transacción se lleva a cabo a través de una forma de trueque o intercambio, sin el uso de una moneda, nos referiremos al valor establecido en el mercado como valor de cambio de mercado.

(Por ejemplo, si dos panes son intercambiados por un litro de leche, el valor de cambio del pan es medio litro de leche, y el valor de cambio de la leche es de dos panes).

Este método se basa en la observación directa de los intercambios del mercado (o en la utilización de documentos disponibles sobre los pasados intercambios de mercado) para determinar el valor de cambio de determinados bienes y servicios. Este método da por sentado que el valor de los bienes o servicios intercambiados en el mercado es equivalente por lo menos al tipo de cambio del mercado, aunque puedan ser más altos.

Figura 4.1. Condiciones y métodos de valoración (Gregersen et al. 1987).

2. Utilización de técnicas indirectas de precio de mercado

En algunos casos se pueden utilizar los precios de mercado de un bien o servicio para deducir los valores de otros bienes y servicios. En la Tabla 4.1 se indican siete distintas versiones de este método (no se excluyen mutuamente).

a. Precios residuales o derivados.- Este método calcula el valor de determinados productos o servicios a través de los precios de bienes o servicios establecidos más tarde en el proceso productivo-distributivo. (Por ejemplo, el valor de los productos forestales que salen de la granja puede ser calculado restando el costo del transporte de los productos de la granja a un mercado donde se conocen los precios o los valores de cambio). Este método supone que el valor del bien o del servicio a la salida de la granja es equivalente al menos al valor residual que queda tras restar de los precios de mercado los costos de producción, transporte y distribución. Para algunos bienes o servicios puede haber una secuencia de intercambios de mercado a medida que el bien o servicio se desplaza desde el bosque hasta el consumidor final. El valor del producto en cada etapa puede ser una parte residual del valor de la etapa siguiente, y todos estos valores intermedios de mercado dependen fundamentalmente del precio final establecido para el producto final.[3]

b. Valor de los aumentos de producción. A veces, el aumento del valor de mercado de la producción de bienes y servicios con y sin el cambio o actividad que está siendo evaluada, puede ser usado para valorar la actividad o el cambio. Por ejemplo, un cortaviento puede aumentar los valores de las cosechas que protege; estos aumentos del valor pueden ser adoptados como medida substitutiva del valor mínimo de los beneficios originados por el cortaviento (pueden haber otros beneficios, como forraje, sombra para el ganado, etc.).

c. Precios sucedáneos. Con este método se calcula el valor de un determinado bien o servicio a través de los valores o precios conocidos de bienes o servicios sucedáneos o comparables, que se encuentran en condiciones análogas. Este método da por sentado que el valor de un bien o servicio determinado puede ser calculado por aproximación a través de los precios de bienes o servicios similares que han sido establecidos en condiciones análogas. Es así que el valor económico de una determinada cantidad de leña, en teoría, podría ser considerado equivalente al costo de la misma cantidad de combustible alternativo, como el queroseno, que proporciona el mismo poder calorífero.

Sin embargo, la utilización de precios sucedáneos requiere mucha atención (véase la siguiente sección “Valoración de los productos y servicios forestales en la práctica”).

d. Costo de oportunidad.- Este método calcula el valor de las oportunidades a las que se renuncia cuando un recurso se utiliza para obtener un determinado producto o servicio en lugar de otro. Supone que el valor es equivalente por lo menos al valor de la mejor alternativa a la que se renuncia para obtener el bien o servicio deseado. Por ejemplo, si el estiércol debe ser utilizado como combustible, el costo de oportunidad podría ser los aumentos de las cosechas a las que se renuncia al utilizar el estiércol como combustible en lugar de abono para los suelos.

e. Costo de reemplazo o costo evitado.- Este método considera que un bien o servicio producido en una determinada manera no puede tener un valor de beneficio económico más alto que el costo de producir el mismo bien o servicio en otra forma. Del mismo modo, un bien o servicio que ayuda a evitar otros costos no puede tener un valor económico más alto que el costo alternativo evitado. Es por esto que el valor de una hectárea que está fijando carbono no puede ser más alto que el costo de otros medios que almacenan la misma cantidad de carbono.

f. Métodos hedónicos.- Este método calcula el valor a partir de los valores conocidos de otros bienes y servicios que están técnicamente relacionados con el bien o servicio que debe ser evaluado. Se supone que el valor de un bien o servicio puede ser estimado a través de una relación técnica (por ejemplo, los valores de las casas pueden disminuir cuanto más nos acerquemos a una fuente de ruido, como a un aeropuerto).

g. Gasto de viaje.- Este método reconoce que para obtener algunos bienes o servicios el consumidor debe enfrentar costos considerables (en tiempo y dinero). Por ejemplo una experiencia recreativa puede implicar gastos de viaje substanciosos; así como recoger leña suelta puede requerir una cantidad de tiempo considerable. Se supone que el valor para el consumidor es por lo menos equivalente a los costos del viaje que el consumidor está dispuesto a enfrentar para obtener el bien o servicio deseado.

Tabla 4.1. Método de evaluación respecto al tipo de producto forestal (bien o servicio)

TÉCNICAS

EJEMPLOS

TÉCNICA DIRECTA DÉ PRECIO DE MERCADO

Se utiliza para valorar todos los bienes y servicios forestales que tiene un precio de mercado, a pesar de que se considere que no refleja adecuadamente la d.a.p.. Los casos más comunes en que se verifica dicha situación es cuando existen precios mínimos o límites de precios para los bienes y/o servicios. En éstos casos se utilizan las técnicas que se indican a continuación.

TÉCNICAS INDIRECTAS DE PRECIOS DE MERCADO (valor deducido de otros precios de mercado):

Valores residuales

* el valor del derecho de monte de las maderas se deriva observando los precios de mercado de las maderas acabadas y restándoles los costos de procesamiento y venta de la madera.

Valor incrementado de la producción

*el aumento del valor de mercado de la producción de los cultivos sobre el que hubiera sido sin los cortavientos, proporciona una valor bruto mínimo de los cortavientos. A partir de éste, substraemos los costos asociados para llegar al valor neto.

Precios sucedáneos

*el valor de la leña en un mercado nuevo se calcula basándose en el valor de un combustible alternativo, p. ej. el queroseno, en ese mercado, tras haber ajustado el precio según el valor calorífero de los dos combustibles.

Costo de oportunidad

* el valor mínimo de un parque silvestre se estima basándose en el valor de mercado de los bienes y/o servicios a los que se renuncia.

Costo de reemplazo o costo evitado

* el valor máximo de un programa de ordenación de cuenca, cuyo objetivo es contener la sedimentación en una represa de río abajo, es equivalente al costo de mercado alternativo del dragado de la represa de los sedimentos que se acumularía sin dicho proyecto.

Fijación de precios hedónicos

*Las diferencias de valor de mercado de propiedades similares se utilizan para indicar el valor de algunos servicios o costos ambientales que varían de una propiedad a otra.

Gastos de viaje

* las diferencias entre los costos de mercado de los viajes de diferentes usuarios a una reserva son utilizados para valorar el turismo basado en el uso de tarifas diversas en relación al costo de viajes diferentes.

TÉCNICAS DE FIJACIÓN DE PRECIOS DE BIENES Y SERVICIOS NO COMERCIALES (valor deducido de encuestas de la d.a.p.)

Evaluación contingente

* el valor de la fauna silvestre se deduce gracias a encuestas de la d.a.p. de los ambientalistas para salvarla.

3. Utilización de técnicas de fijación de precios no comerciales

En los casos en que no hay precios de mercado que puedan ser utilizados satisfactoriamente como sustitutos o medidas directas de valor, los economistas recurren a estudios o a otros instrumentos para intentar estimar la d.a.p. del consumidor por los bienes y servicios. El más importante de estos métodos es:

La evaluación contingente.- Este método se utiliza para calcular la d.a.p. del consumidor por un determinado bien o servicio o la disposición a aceptar una compensación por recibir un bien o servicio no deseado. En la práctica, generalmente se calcula mediante la reacción del potencial consumidor frente a una hipotética situación de intercambio. Este método supone que la d.a.p manifestada por el consumidor ante una situación hipotética es una medida del valor para el consumidor en una situación verdadera. Este método es particularmente difícil de aplicar cuando, como ocurre con muchas funciones del bosque tropical, al interrogado se le pide de expresar el valor de algo que no tiene una valor monetario de mercado establecido, como el agua limpia, que puede estar disponible en una serie hipotética de circunstancias, como la disminución de las actividades de recolección río arriba.

Las técnicas que hemos analizado proporcionan una amplia gama de instrumentos para analizar los valores económicos de los bosques y de sus distintos usos. Uno o todos estos métodos pueden ser necesarios para calcular los múltiples valores presentes en cada caso. Sin embargo, al aplicar estos métodos, pueden surgir muchos factores a complicar la situación.

Valoración de los productos y servicios forestales en la práctica

No obstante la creciente literatura sobre el argumento pueda dar la impresión que exista una actividad considerable en la aplicación real de estos métodos, en la práctica ésta es aún muy limitada. Como ya hemos dicho, la mayoría de los textos se focalizan en la metodología, aplicaciones hipotéticas, análisis de otros trabajos, o aplicaciones parciales (en preparación LEEC, Winpenny 1991, 1992; Munasinghe 1993). Lo que se puede aprender de esta aún limitada experiencia se resume a continuación mediante un análisis de la aplicabilidad de los mismos a los distintos productos forestales, puesto que una aplicación realística para obtener el valor forestal total no existe.

Valoración de bienes y servicios comerciables

Dado que esta categoría, por definición, implica la fijación de los precios de mercado, éstos se pueden usar como una primera aproximación para valorar los bienes y servicios en cuestión.

Si se atribuyen precios de mercado a bienes y servicios, y si éstos son considerados válidas medidas de valor de los productos de las alternativas que se están comparando, las diferencias de puntos de vista no importan. Los protectores de los bosques, los madereros, los que trabajan en el campo de la recreación, el ganadero o el constructor de carreteras que quiere talar el bosque, en fin, todos se enfrentan con los mismos precios de mercado. La cuestión es que, naturalmente, estos precios pueden no reflejar todos los costos y beneficios que comporta para la sociedad la producción de los productos.

Vale la pena y esfuerzo valorar las cosas sólo si dichos valores van a ser efectivamente usados para realizar algo. Los precios de mercado son útiles porque los productores y los consumidores de un mercado los establecen conjuntamente y, por lo tanto, se atienen a ellos cuando quieren vender o comprar algo en dicho mercado. Por definición, éstos resultan útiles ya sea para los productores que para los consumidores. No importa cuán incomprensible sea el uso o el propósito para el recurso, bien o servicio. Con tal que haya un mercado, el valor de mercado define el valor de cambio, aunque no necesariamente el valor de uso para una determinada persona.

Frecuentemente los precios de mercado reflejan circunstancias que son únicas para una determinada situación (p. ej. una situación de monopolio o monopsónica) y que no necesariamente representa la más amplia y libre interacción de los proveedores de bienes y servicios con la población general de compradores. Esto es un problema, especialmente cuando se quieren analizar los posibles movimientos de los mercados y de los precios de mercado en el tiempo en una situación forestal dinámica y mutable.

Desde el punto de vista del interés del privado, las subvenciones reducen los costos o bien aumentan los beneficios. Es por esto que las subvenciones modifican los valores que las personas que reciben dichos subsidios atribuyen a los beneficios y a los costos. Desde el punto de vista público, un subsidio representa sencillamente una transferencia de recursos de un uso determinado a otro; mientras que, para el individuo que lo recibe, éste resulta en un aumento de los beneficios netos.

La roza de los bosques para la expansión agrícola (ya sea comercial o de subsistencia), para el desarrollo hidroeléctrico o para otras actividades, requiere generalmente una cantidad considerable de subvenciones gubernativas, que pueden complicar la comprensión de los valores, en el caso se utilicen los precios de mercado como medidas de valor (cfr. Browder 1988 a, b, 1990). Los subsidios son recursos comunes para la mayoría de los grupos que tienen un interés en el bosque - negociantes de madera, aquellos envueltos en la recolección del caucho y en otras actividades extractivas y grupos ambientalistas.

Los impuestos tienen que ser considerados de la misma manera. Los impuestos representan un costo en la ecuación de los privados interesados en el bosque, ya sea se trate de tasas sobre el derecho de monte o de exención de derechos, tasas sobre la renta, sobre las exportaciones o cualquier otro tipo de tasa. Los impuestos reducen el valor económico neto del bosque o del uso del suelo forestal para el potencial usuario. Desde el punto de vista público, un impuesto es sencillamente una transferencia de control sobre un recurso dado desde una persona o grupo a otro. En la economía social no es considerada ni como un costo o ni como ingreso, sino que sencillamente como un pagamento de “transferencia”.

El administrador público tiene que tomar en consideración los subsidios y los impuestos cuando utiliza los precios de mercado como medidas de valor de los costos y de los beneficios asociados con los usos forestales. Gregersen y Contreras 1992 tratan sobre cómo dar cuenta de subsidios e impuestos.

Los mercados madereros y los precios de mercado. Prácticamente toda la madera es comerciable y tiene precios de mercado atribuidos. Generalmente se dispone de precios de mercado para la madera rolliza transportada a la planta de elaboración o al lugar de exportación. Los costos de la tala, extracción y transporte deben ser descontados para obtener el precio residuo[4] de la madera en pie en el bosque. Los valores totales se obtienen aplicando estas unidades de precios a la cantidades estimadas que pueden ser taladas como flujos anuales sostenibles de madera de las existencias disponibles en pie.

La valoración de la madera debería tomar en consideración la variación de los valores de mercado según las especies y la variación de los valores residuales debido a la ubicación y la topografía. Sin embargo, esta evaluación requiere una información más detallada y precisa de la que generalmente está disponible. Además, probablemente, los valores cambiarán con el pasar del tiempo, tal vez bastante bruscamente, a medida que los avances tecnológicos y la variabilidad del equilibrio oferta/demanda permiten que especies antes poco comunes sean comercializadas. Por lo tanto, generalmente, es necesario revisar periódicamente dichos valores.

Como dicho precedentemente, si en un país existen tasas, subsidios o restricciones cuantitativas, los precios vigentes pueden distorsionar los verdaderos valores de mercado. Por ejemplo, un embargo sobre la exportación de leña para fomentar la elaboración local, puede hacer bajar los precios de la leña bajo los niveles del mercado mundial. Por lo tanto, los cálculos deben ser hechos usando parámetros internacionales. Un interés más profundo sobre los precios de mercado - inclusive sobre los precios de mercado mundiales - para utilizarlos como base para valorar las maderas tropicales se debe a que reflejan los costos de la explotación de los bosques existentes más bien que el costo del establecimiento de un recurso de reemplazo. Por lo tanto, éstos subvaloran la madera tropical en términos de costos de producción.

El cálculo de los valores residuales de la madera en pie puede tener que considerar, además de los costos directos de la recolección, extracción y transporte, los costos indirectos de los daños de la explotación forestal. Por ejemplo, supongamos que dicha explotación provoque un aumento de la carga de sedimentos en los ríos de las cercanías, perjudicando así las reservas de agua y la pesca. Estas consecuencias se deben reflejar en los costos de la producción maderera, utilizando los métodos que se indican a continuación para evaluar los efectos en la cuencas.

Productos forestales no madereros comerciables. El término productos forestales no madereros comerciables se utiliza para describir una variedad de bienes físicos que no son de madera, obtenidos de los bosques y que non comercializados y vendidos - como frutas, plantas medicinales, fibras, cañas, etc.-. Para estos productos y cantidades que han sido producidos para la venta, la valoración se puede basar en los precios de mercado y es parecida al procedimiento descrito para la madera.

Sin embargo, puede ser que sea mucho más difícil aplicar este método para los productos forestales no madereros debido a la naturaleza de los mercados interesados. Sólo algunos de estos productos, como la caña, entran en el mercado mundial en cantidades y a precios bastante bien documentados. La mayor parte son vendidos localmente, en mercados que se escapan de los formales mecanismos de control, haciendo que los datos sobre cantidades y precios no sean fácilmente disponibles. Frecuentemente los precios de mercado reflejan condiciones características de una determinada situación. Los precios de estos mercados segmentados, en los que las personas compran un bien determinado, no reflejan necesariamente el valor que una población más amplia de consumidores estaría dispuesta a pagar. Un aumento substancial en la producción de muchos productos crearía desequilibrios y una caída de precios bajo los niveles rentables.

Ultimamente, el interés por el potencial de los productos forestales no madereros de los trópicos en los mercados modernos, ha hecho pasar desapercibido el hecho que en las regiones más pobladas de los montes altos tropicales, como en la zona costera de África occidental y en la India central, ingentes cantidades de productos forestales no madereros pasan por los mercados locales. Muchos de estos productos utilizados por las poblaciones rurales necesitan una cierta preparación o elaboración, que en la mayoría de los casos se realiza en una multitud de pequeñas empresas rurales. Cuando la población rural se desplaza hacia los centros urbanos, continúan utilizando algunos alimentos, medicinas y productos procedentes del bosque, incrementando el comercio. La evaluación de los bosques tropicales, por lo tanto, debe considerar éstos flujos comerciales. Sin embargo, el hecho que este tipo de comercio se desarrolle casi exclusivamente de modo informal, significa que escapa a una supervisión y a un control formal, acabando de este modo por pasar desapercibido y por ser registrado y comprendido incorrectamente. De hecho, disponer de una información dispersa sobre los precios de mercado puede llevar a conclusiones erróneas.

Con las mejorías en las infraestructura rural, los mercados de muchos productos forestales han sido invadidos por alternativas manufacturadas de bajo costo, procedentes del sector industrial urbano. Aunque algunos productos, como la carpintería y la artesanía, tengan la capacidad de valorarse y ser más competitivas, la mayoría no tiene esta característica. De hecho, muchas actividades que se basan en el bosque, tienen un valor reducido, son vulnerables a la competencia y a la disminución de los costos de las materias primas y representan una base de sustento débil. Es probable que fracasen o que sean abandonadas para dedicarse a actividades que ofrecen una mayor seguridad de ingresos y una posibilidad de crecimiento. Todos estos factores tienen consecuencias por lo que se refiere al uso de los precios de mercado como indicadores de valor en el tiempo.

Si bien algunos productos poseen buenas reservas y pautas de utilización, la mayoría son más efímeros. De hecho, gran parte son bienes de valor reducido y susceptibles a los precios y al costo del transporte, lo que perjudica las proyecciones de expansión del mercado y la respuesta de los precios. Los productos como las frutas son perecederos y, por lo tanto, pueden ser comercializados sólo localmente. La naturaleza estacional de las provisiones de estos productos pueden originar desequilibrios de la oferta/demanda y provocar la caída de los precios. De la misma manera, la facilidad de emprender actividades relacionadas con el bosque, frecuentemente conduce a una capacidad y a una producción excesiva, con consecuentes impactos en los precios. De esto se deduce que no se puede extrapolar automáticamente de los estudios y de las experiencias a escala piloto.

Además, muchos de estos factores perjudican el potencial de expansión de los productos de los bosques tropicales en los modernos mercados del sector. El acceso a los mercados y a las infraestructuras de transporte limitan las localidades que podrían colocar los productos en el mercado en modo competitivo. Los mercados modernos requieren un nivel de producto o calidad de producción y un control de la calidad, que frecuentemente no se puede conseguir con la producción de recursos no ordenados elaborados en empresas pequeñas y no automatizadas. En fin, otro obstáculo para la evaluación de los productos es la incertidumbre sobre las relaciones básicas insumo-producto de los bosques tropicales, como hemos dicho en la primera sección que trata de la valoración y los contextos de la toma de decisiones.

Evaluación de los productos forestales con valor de subsistencia

Las personas no adquieren muchos bienes, como frutas, leña y postes, a través del mercado, sino que recolectándolos o produciéndolos. Los valores de estos productos, por lo tanto, deben ser calculados indirectamente mediante la utilización de precios sucedáneos. Es posible adoptar distintos métodos, como se indica a continuación, donde se utilizan tres bases diferentes para la evaluación de la leña:

Estos tipos distintos de enfoques pueden dar como resultado valores bastante distintos en cualquier situación, lo que complica aún más el trabajo de valoración.

Otros bienes de subsistencia pueden ser aún más difíciles de valorar. La mayoría de los alimentos procedentes del bosque complementan partes distintas del régimen alimentar, proporcionando, por ejemplo, vitaminas o proteínas esenciales. Por lo tanto, es extremadamente difícil distinguir sus efectos. Si fuera posible, probablemente se deberían expresar en términos nutricionales o de salud, más que mediante valores económicos.

Un intento de estimar los valores de subsistencia perdidos con el desmonte del bosque es la utilización de los costos de re-ubicación que se enfrentarían al trasladar la población interesada a otro lugar. Pero dado que lo que se pierde en este caso es mucho más que las provisiones de subsistencia, estos costos reflejan también otros valores. Incluyen todos los problemas citados en la sección precedente, relacionados con la insuficiente base de datos sobre los recursos de productos forestales, existencias, productividad y uso, que son atribuibles de la misma manera a los usos de subsistencia - como también las incertidumbres sobre las dinámicas de los cambios a lo largo del tiempo.

Evaluación de los servicios estéticos y medio ambientales

Los métodos examinados precedentemente incluso, por ejemplo, los métodos hedónicos, han sido usados para valorar varios servicios procedentes del bosque. Sin embargo, la eficacia de estos métodos de evaluación es aún menor que para los bienes no comerciables de subsistencia.

Uso recreativo. Para la valoración del valor recreativo de las áreas forestales es necesario un análisis de la d.a.p. Los países desarrollados han usado los métodos de costo del transporte y de evaluación contingente. Una limitación del primer método es que incluye sólo parte del valor para el usuario. En cambio, la debilidad del segundo método es suponer que la afirmación de las personas sobre lo que están dispuestos a pagar refleja precisamente lo que ellos realmente gastarían por disfrutar de la experiencia recreativa. Hasta la fecha casi non hay experiencias para aplicar dichos métodos en relación a los usos recreativo de los bosques tropicales.

Efectos en la cuenca. Los impactos en las funciones de la cuenca de los cambios en la cobertura forestal pueden ser: erosión de la cobertura de suelo, alteración de los flujos de agua río abajo, inundaciones y sedimentación con consecuentes daños para la agricultura, pesca y la generación de energía. En teoría, la mayoría de estos efectos pueden ser evaluados con los métodos de los efectos sobre la producción o de los gastos preventivos, p. ej. las pérdidas en la producción de los cultivos debido a los daños causados por la sedimentación, por las inundaciones o por estaciones secas o con falta de agua para la agricultura río abajo, o por los costos de edificar estructuras para prevenir los daños de las inundaciones.

En la práctica, las dificultades y los costos de trazar y valorar estas cadenas complejas de causa y efecto limitan la evaluación a investigar sólo los costos y beneficios en los lugares donde se ejecutarán las decisiones. En la mayoría de los casos esto ha significado concentrarse en los efectos de las áreas altas, cerca de la zona donde la cobertura forestal debe ser afectada. Si bien este método representa una estrategia apropiada que se debe seguir en la evaluación del proyecto, en realidad proporciona un cuadro incompleto sobre todos los costos y beneficios asociados con los efectos en la cuenca (En Gregersen et al. 1987 se examinan algunos ejemplos de aplicación de este método).

Biodiversidad. La conservación de la diversidad biológica es muy importante, dado que contribuye a la capacidad de los ecosistemas de adaptarse y a su estabilidad, a mejorar los hábitat y a prevenir la pérdida del material genético que podría ser muy valioso para el futuro. El incentivo para asegurar la conservación de esta diversidad puede derivar de distintos motivos - evitar la reducción de la diversidad genética de determinadas especies, la pérdida de especies específicas, daños o destrucción de un entero ecosistema o degradación de un biomedio de gran importancia.

Por lo que concierne a las especies, se ha utilizado un enfoque hedónico para establecer el valor de conservar el banco de genes de los cultivos agrícolas principales. Este valor se puede calcular refiriéndose al valor de aquella parte de las especies que actualmente está siendo comercializada, al valor de las mejorías obtenidas en las propiedades de dichos cultivos mediante la reproducción y al costo de acumular y mantener el banco de genes utilizado para dicha reproducción. Este método todavía no ha sido adoptado para las especies de árboles forestales.

Gran parte del recurso genético mundial se encuentra en las plantas y en los animales de los bosques tropicales. Por este motivo, hay mucho interés por la posibilidad de atribuir valores a las especies todavía inutilizadas, que podrían tener un valor comercial en el futuro, p. ej. como fuente de productos médicos para combatir las nuevas enfermedades o para atacar de manera más eficaz los problemas actuales de salud. Aunque importantes ejemplos de productos médicos basados en especies forestales estén bien documentados, es imposible atribuir valores ex ante a las propiedades o a los productos que todavía no han sido identificados. Además, dado que los productos potencialmente útiles adquieren valor sólo después que han sido producidos industrial o agrícolamente y procesados comercialmente, surge el problema acerca de qué parte del eventual valor puede ser atribuido a su origen en el bosque.

Este problema tiende a reforzar el valor de existencia de los bosques tropicales - el valor que las personas atribuyen a su existencia independientemente de los valores de los usos particulares. El cálculo de estos valores se efectúa con distintos métodos de análisis de la d.p.a. Dado el valor global asociado a la riqueza única de los sistemas tropicales, este cálculo está interesado sobre todo en analizar cuánto los países ricos están dispuestos a contribuir para mantener los bosques tropicales importantes para la conservación de la biodiversidad. Actualmente, sin embargo, cualquier intento de calcular estos valores sería extremadamente especulativo.

Otros efectos ecológicos. En teoría, el valor de los bosques tropicales en términos de micro-clima, clima y atmósfera podría ser evaluado a través de los efectos en la producción (o de los costos de los gastos preventivos) originados por los cambios climáticos y atmosféricos, asociados con alteraciones de la extensión o de la composición de los bosques tropicales. En la práctica, las relaciones entre los cambios forestales y los cambios atmosféricos todavía no se comprenden completamente, por lo tanto, se podría intentar una comprensión sólo especulativamente.

Naturalmente la roza y quema de grandes áreas forestales causa la emisión en la atmósfera de grandes cantidades de anhídrido carbónico. Sin embargo, hay otras fuentes más importantes de anhídrido carbónico y, todavía, no está claro qué parte de la producción total se debe a la explotación y a la quema de los bosques tropicales. De la misma manera, existen varios modos para frenar o reducir las emisiones de anhídrido carbónico. El valor de conservar o de ordenar los bosques tropicales como reservas de carbono debería ser comparado con la eficiencia de las formas alternativas de almacenamiento de carbono (que podrían implicar la sustitución del bosque con plantaciones o cultivos para la absorción de anhídrido carbónico o el establecimiento en otras zonas de plantaciones compensatorias de rápido crecimiento) y con los valores a los que se renuncian al no explotar los valores forestales, como las maderas. El hecho que todavía no se entiende completamente cuál será el probable impacto del aumento de anhídrido carbónico en las distintas partes del mundo, complica aún más el trabajo de atribuir valores al almacenamiento de carbono.

Asimismo se sabe que la evaporación de los bosques tropicales representa una parte importante del reciclaje de humedad que vuelve a la atmósfera, pero las pruebas empíricas sobre el impacto de la interrupción de este flujo, a causa de la destrucción forestal son limitadas y no definitivas. Sin embargo, los efectos más inmediatos y locales de la destrucción forestal se pueden calcular casi de la misma manera que los efectos sobre las funciones de la cuenca. Por ejemplo, una disminución en las cosechas de los suelos adyacentes podría ser analizada en términos de los costos acarreados por los insumos compensatorios de los fertilizantes, de las inversiones para crear los cortavientos necesarios para compensar la pérdida de protección que precedentemente proporcionaba el bosque.


[3] Por ejemplo, el valor de la nueces brasileñas en el bosque depende en parte del precio pagado por los recolectores locales, que depende en parte del precio pagado por los comerciantes/exportadores, que a su vez en parte depende del precio pagado por los mayoristas, que depende en parte del precio pagado por los fabricantes de dulces, que depende en parte de los precios que los consumidores están dispuestos a pagar por el dulce, etc., que contiene las nueces brasileñas
[4] Frecuentemente, el precio del derecho de monte o los derechos impuestos por el gobierno para recolectar la madera del suelo forestal público es una medida apropiada de este valor residual - en parte debido a la dificultades de calcularlo y en parte porque estos costos se establecen para originar ingresos o para fomentar o desalentar ciertas prácticas de recolección, en cuyos casos el costo incluye un elemento de subsidio o de sanción.

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