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Transporte de productos alimenticios en el área rural de América Central y Panamá


Leonardo F. De León y De León
Edwin Francisco De León Barrios
Guatemala
Consultores de la FAO

La situación en América Central y Panamá

Solamente la producción agrícola de alta calidad logrará que los productos tengan competitividad en los mercados tanto nacionales como internacionales. La capacidad para entregar un producto de alta calidad al mercado y los pedidos de compra del consumidor, hacen que la producción y el manejo deban ser exigentes. El manejo adecuado de los productos agrícolas después de cosechados, puede asegurar que la calidad de estos productos perecederos se mantenga hasta el consumidor final.

El producto que sale de la finca con destino al mercado debe ser transportado. Son múltiples los medios que utilizan los agricultores para trasladar sus productos: caballos, carretas, lanchas, vehículos pequeños, camiones, autobuses u otros. El medio de transporte debe ser seriamente considerado debido a los costos y pérdidas que se originan cuando no se realiza a tiempo y con un manejo adecuado. Casi nunca los pequeños agricultores cuentan con los medios de transporte propios para llevar su producto al mercado; en otras palabras, cuando se encuentran en zonas alejadas de los centros de población, combinan un transporte propio (caballo, lancha u otros) con otro medio contratado.

Llegar a tiempo a los mercados es el objetivo de los que transportan alimentos para consumo inmediato. La calidad de los productos agropecuarios durante el transporte se ve afectada, principalmente, por el escaso conocimiento existente en el manejo de los mismos y en el empaque y enviado a los mercados para su comercialización.

Los productores cuando manipulan productos agrícolas generalmente desconocen las técnicas mínimas de manejo y empaque para transportar alimentos y muchas veces lo que les interesa es enviar sus productos al mercado sin tomar en cuenta la calidad de los mismos. Lo que interesa a algunos productores es llevar la mayor cantidad de productos y que estos sean vendidos. Esto sucede principalmente cuando el productor paga el flete y quiere obtener el máximo de ganancias.

Los medios de transporte y los puestos de venta son pilares que forman el conjunto de operaciones encaminadas a hacer llegar los productos agrícolas hasta los consumidores mediante los diferentes canales de comercialización, alcanzando cada vez más un nivel de perfeccionamiento imprescindible tanto para la apertura de nuevos mercados, como para la utilización de medios de transporte más desarrollados o, por otro lado, la mejora tecnológica de los ya existentes.

En el sector del transporte deben destacarse las condiciones generales de los medios utilizados: la sanidad, la adaptación al producto transportado para que llegue a su destino en perfectas condiciones, el disponer del transporte en el momento preciso evitando llegar al mercado en el momento de mayor oferta, la baja calidad de los productos y la desorganización de la cadena general de trabajo, provocando todo ello perjuicios económicos.

Todo producto agroalimentario requiere ser trasladado de un lugar a otro, desde la granja, el huerto o la finca hacia el mercado, ya sea para el consumo fresco o para su procesamiento industrial. La etapa de transporte es muy importante dentro de la cadena alimentaria ya que, aunque parezca simple, el hecho de cargar el vehículo y llegar al mercado puede poner en evidencia algunos detalles, que muchas veces pasan inadvertidos para los productores. Adicionalmente, los caminos de terracería y las carreteras asfaltadas en mal estado, hacen que el producto sufra fuerzas de compresión y fricción; esto, aunado a las malas prácticas del manejo por parte del productor, que no utiliza empaque y embalaje adecuados, alteran la integridad y calidad del producto. Se estima que más del 10 por ciento de los productos transportados se pierden durante el transporte.

Existen diferentes tipos de transporte según el método utilizado para el traslado de los productos agropecuarios: aéreo, terrestre y marítimo. De las características como destino, valor económico, duración, cantidad, humedad y temperatura, tiempo para llegar a su destino, costo y calidad del transporte, dependerá el tipo de transporte que se utilice. En el caso de América Central y Panamá, en algunas regiones todavía se utilizan bestias para llegar al centro de acopio más cercano y se recorren en camión distancias mayores a 200 kilómetros para entregar al intermediario el producto que será distribuido en los mercados cantonales de las capitales.

Todos estos obstáculos son resueltos de alguna manera por el agricultor; sin embargo, son los intermediarios los que normalmente se encargan del transporte al mercado y de negociar los productos originados en la finca. Cuando el productor realiza el transporte por su cuenta, debe asumir las pérdidas sufridas por las materias primas durante el mismo. En el caso contrario, los intermediarios asumen este gasto cubriéndolo con las ganancias que obtienen.

Por esta razón, muchos procductores toman la decisión de comercializar directamente con los intermediarios para evitar problemas de pérdidas, temiendo además que no les reciban el producto en el mercado.

Este estudio sobre la región de América Central y el Caribe fue elaborado con el propósito de servir como un insumo para la planificación, así como para la toma de decisiones por las autoridades y el personal estratégico o técnico de alto nivel involucrado en planificar, manejar, apoyar o asesorar las acciones para resolver los problemas y necesidades enfocadas al mejoramiento del transporte de productos alimenticios en el ámbito de las comunidades rurales. También puede servir como una herramienta para obtener una visión estratégica sobre cómo actuar para mejorar la eficiencia del transporte de productos agrícolas alimenticios desde la puerta de las fincas hasta los mercados y consumidores. Finalmente, podrá ser útil como referencia metodológica para la realización de estudios especializados en un país determinado, sobre factores esenciales, variables e indicadores que definen y afectan el transporte rural de productos agrícolas alimenticios en América Central y Panamá y sobre los cuales se deben establecer planes y programas de mejoramiento.

METODOLOGÍA

La metodología utilizada para la elaboración del presente estudio fue la siguiente:

CUADRO 1
Formulario utilizado para la realización del diagnóstico rápido de campo para evaluar el transporte rural de productos agrícolas en Guatemala

Información general: ______________ Fecha:__________________
Nombre del productor:_____________________________________
Lugar: ___________________________________________


Tipo de producto:_________________________________________


Frutas

1

Hortalizas

2

Leguminosas

3

Cereales

4

Semiprocesados

5


2. Información relacionada con el producto:


Producción propia

1

Compra el producto

2

Mixto

3

¿Cuánto produce?


1-25 qq

1

26-75 qq

2

76-150 qq

3

Más de 151 qq

4

¿Cuánto compra?


1-74 qq

1

26-75 qq

2

76-150 qq

3

Más de 151 qq

4

¿Cómo considera usted que es la calidad de su producto?


Primera

1

Segunda

2

Tercera

3

3. Información sobre el transporte:


Propio

1

Alquila

2

Otro

3

¿Qué tipo de vehículo utiliza para el transporte de sus productos?


Pick-up

1

Camión

2

Trailer

3

¿Transporta su producto regriferado?


1

No

2

¿Cómo está el estado del vehículo que utiliza?


Excelente

1

Bueno

2

Regular

3

Malo

4

¿Cómo considera que son los costos del transporte que utiliza?


Altos

1

Adecuados

2

Bajos

3

Malos

4

¿Cómo considera que es la oferta del transporte?


Alta

1

Adecuada

2

Baja

3

4. Canales de comercialización:


¿Quiénes compran el producto?


Intermediario

1

Consumidor final

2

¿Cuánto compran?


Menos de 1 qq

1

2-10 qq

2

11-50 qq

3

Más de 50 qq

4

5. ¿Adónde lleva el producto?


Mercado:


Local

1

Regional

2

Capital

3

Internacional

4

¿Cómo están las condiciones de los lugares a donde llevan el producto?


Excelentes

1

Buenas

2

Regulares

3

Malas

4

6. ¿Afecta la calidad de su producto que lo detengan en el camino?


1

No

2

7. Accidentes:


¿Ocurren muy seguido?


1

No

2

¿Por qué?


Por exceso de velocidad

1

Le han chocado

2

Exceso de carga

3

Falta de mantenimiento del vehículo

4

¿Le han robado su producto durante el transporte?


1

No

2

¿Cuántas veces?


8. Infraestructura vial


¿Cuál es el tipo de carretera por donde transporta su producto?


Terracería

1

Pavimentada

2

Asfaltada

3

¿Cómo es el estado de la carretera?


Excelente

1

Adecuada

2

Mala

3

¿Cuántos kilómetros recorre de la zona de producción al mercado?


0 a 50 km

1

51 a 100 km

2

101 a 200 km

3

9. Efectos de las condiciones climáticas sobre el transporte


¿Le afecta la falta de lluvia?


Si

1

No

2

¿Cómo?


¿Le afecta el exceso de lluvia?


Si

1

No

2

¿Cómo?


10. ¿Ocurren daños a sus productos durante el transporte?


Tipo de daño:


Físico

1

Químico

2

Biológico

3

¿Qué cantidad de pérdidas ocurren durante el transporte?


10%

1

25%

2

50%

3

100%

4

¿Qué hace con el producto dañado?


Lo tira

1

Lo regala

2

Lo procesa

3

¿Cree usted que haya posibilidad para desarrollar una industria procesadora en la zona en que usted produce para los productos que son rechazados, dañados o que sean un exceso de producción?


1

No

2

¿Cómo contribuiría usted a que esto fuera una realidad?
___________________________________________
___________________________________________


Análisis de los sistemas de transporte rural de productos alimenticios en América Central y Panamá

ENTORNO ECONÓMICO, POLÍTICO Y SOCIAL DE LA REGIÓN

La velocidad y profundidad de los cambios ocurridos en los últimos años en América Central y Panamá tendrán repercusiones para las presentes y las futuras generaciones. Dentro de las principales transformaciones se destacan el fenómeno de la globalización, la evolución y el crecimiento de la ciencia y la tecnología, especialmente la informática y las comunicaciones y el aumento/estancamiento de las iniquidades y disparidades sociales entre los que tienen y los que no tienen recursos. En este sentido, algunos advierten que el desafío más importante que debió enfrentar América Central en la década de 1990 fue el de superar el impacto social de la crisis de la «década perdida», en el contexto de la aplicación de políticas de estabilización y ajuste macroeconómico: para la mayoría de los centroamericanos de entonces el futuro estaba marcado por pobreza, marginalidad social y económica, iniquidad y deterioro ecológico. Esta situación fue más grave en países como El Salvador, Guatemala y Nicaragua, que debieron enfrentar situaciones de conmoción interna muy inestables.

Desde la «década perdida», se observa en toda América Central, si bien con ritmos distintos, la persistencia y acumulación de problemas ya existentes de pobreza, marginalidad, distribución inequitativa del poder y del ingreso, hambre y desnutrición. El istmo centroamericano ha venido experimentando una transformación social, económica y política derivada de los períodos de auge y crisis por la que, con mayor o menor grado, ha atravesado cada uno de los países. En este escenario, donde las políticas de globalización, estabilización y ajuste estructural y el avance tecnológico han fomentado la modernización rápida de las economías, la reducción del sector público en sus atribuciones y tamaño y la compactación de iniciativas en materia de desarrollo social, la salud, la alimentación y la nutrición de sus pueblos han sufrido, también, importantes alteraciones.

En la década de 1990 se consolidó un proceso de reformas estructurales -a ritmo desigual- en las áreas comercial, financiera, laboral y de seguridad social, y a nivel del Estado. Los resultados alcanzados al final de la década - positivos y negativos - no pueden atribuirse exclusivamente a las reformas, sino que reflejan también efectos asociados al contexto internacional, a otros procesos regionales, a consecuencias de la crisis de la deuda que no fueron totalmente superadas y a factores estructurales profundos que tienen que ver con las características históricas del istmo, tales como la alta concentración de la riqueza y el ingreso y la profunda segmentación social. En el frente social se ponen de manifiesto los aumentos del gasto público, así como los esfuerzos por reestructurar los servicios sociales y mejorar la eficiencia, transparencia y efectividad del gasto. En el ámbito político se reconoce el renacimiento de la vida local, la extensión de los sistemas democráticos y la conquista de los derechos, visibilidad y reconocimiento de las mujeres.

Las economías centroamericanas mejoraron su desempeño, sobre todo en los primeros años de la década de 1990, debido a la combinación de altas tasas de crecimiento económico como resultado del dinamismo del sector externo, a la reducción de la inflación, al restablecimiento del sistema de precios internos y los tipos de cambio, al aumento de los niveles de inversión y a la corrección de los desequilibrios fiscales. Mientras que en toda la región de América Latina y el Caribe la información pone de manifiesto que muchas economías experimentaron una recesión en el segundo semestre de 1998 y en 1999, América Central mostró un mejor desempeño, con la excepción de Honduras que tuvo un crecimiento negativo en el último año de la década de 1990. En términos generales, el sector externo de todas las economías centroamericanas se ha venido expandiendo, fundamentalmente como resultado del desarrollo de la industria ensambladora orientada a los mercados de los Estados Unidos de América, incluyendo manufacturas tradicionales y productos electrónicos. Cabe hacer notar, sin embargo, que la base exportadora de las economías centroamericanas está todavía muy poco diversificada.

Con respecto a la reducción de la inflación, la cual se ha estabilizado en los niveles más bajos en medio siglo mostrando un descenso desde casi 900 por ciento en 1993 a cerca de 9,6 por ciento en 1999 para América Latina; sólo Costa Rica y Honduras superan levemente el promedio regional, ya que en el resto de los países de América Central se observan cifras de un solo dígito.

Es importante precisar que a pesar de los avances en materia de recuperación económica y de los importantes cambios en variables como esperanza de vida al nacer, mortalidad infantil, alfabetismo de adultos y producto interno bruto real per cápita (Cuadros 2 y 4) de los últimos 25 años en todos y cada uno de los países centroamericanos, el análisis de la situación alimentario-nutricional debe considerar el fenómeno de la pobreza como condicionante y efecto de los niveles de hambre y desnutrición en la subregión. El empobrecimiento de las grandes mayorías en el istmo está vinculado con los niveles de inseguridad alimentarionutricional que se observan en los países.

Como se ha indicado antes, ha habido crecimiento económico, pero este se ha encontrado a un nivel inferior del necesario para cerrar la brecha con los países desarrollados y para superar la pobreza; la CEPAL calcula que se requiere un crecimiento de 6 a 7 por ciento anual para lograr dichos objetivos. Además, la distribución interna de los frutos de ese crecimiento continúa siendo inequitativa en todos los países de la región, lo cual da como resultado altas tasas de pobreza. De acuerdo con la CEPAL, América Latina es la región que presenta la más injusta distribución de la riqueza o la más «extrema polarización distributiva de todo el mundo», ya que 10 por ciento de los hogares más ricos perciben 40 por ciento del ingreso total.

Por otra parte, vale la pena analizar los esfuerzos gubernamentales realizados por cada uno de los países en materia de desarrollo social. Un aspecto importante que explica los bajos niveles de inversión gubernamental en el sector social es la situación de la deuda externa en relación con el tamaño de la economía. En primer lugar, es importante señalar la reducción en el ritmo de crecimiento de la deuda externa de los países durante la década. Panamá con casi 7 999 millones de dólares EE.UU. de deuda externa, poseía en 1998 un pasivo cuyo tamaño correspondía a 57 por ciento de su Producto Interno Bruto; en 1999, la deuda de Honduras representaba 88 por ciento de su Producto Interno Bruto y, en el caso de Nicaragua, la deuda ascendía a casi tres veces ese producto. Belice, Costa Rica, El Salvador y Guatemala tenían deudas externas manejables en relación con la magnitud del endeudamiento. Sin embargo, en el período 1991- 1999 se observa en todos los países una mejoría en la relación del valor de la deuda con el Producto Interno Bruto debiéndose destacar los importantes esfuerzos que hicieron, en este sentido Costa Rica, Honduras y Nicaragua. Cabe mencionar que entre los años 1980 y 1988 aumentó el valor del servicio de la deuda externa como porcentaje del PIB, particularmente en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua (Cuadros 2 y 3).

El análisis del gasto social muestra que en el ámbito de América Latina en su conjunto, se ha generado una creciente canalización de recursos públicos hacia el gasto social, que aumentó de 10,1 por ciento del PIB en 1990-1991 a 12,4 por ciento en 1996-1997, lo cual representa el nivel más alto de la historia de la región. En lo que respecta a América Central y Panamá, este esfuerzo pareciera todavía ser insuficiente. Los datos sobre la evolución del gasto social por habitante a largo plazo ponen de manifiesto que los incrementos significativos que ocurrieron en los años 1990 permitieron que únicamente Belice, Costa Rica y Panamá superaran, en el período 1996-1997, los niveles de gasto correspondientes a los años 1980- 1981; es más, las cifras de El Salvador, Guatemala y Nicaragua, en 1996-1997, eran inferiores a las del inicio de la década de los años 1980, lo cual implica que el gasto social de esos tres países en 1996-1997 se había reducido en 30 por ciento desde 1980. La información sugiere que en Belice, Costa Rica y Panamá se mantiene la vigencia de las políticas redistributivas iniciadas a mediados del siglo XX lo cual indica que estos países continúan priorizando la inversión en capital humano como estrategia de desarrollo nacional (Cuadros 4, 5 y 6).

CUADRO 2
América Central: crecimiento del PIB per cápita en la segunda mitad del siglo XX (tasas de crecimiento anual promedio)

Década

Crecimiento anual del PIB per cápita de la región (a)

Crecimiento anual del PIB per cápita (b)

Crecimiento anual del PIB per cápita (c)

1950 - 1960

1,7

2,1

1,7

1960 - 1970

2,9

2,6

3,1

1970 - 1980

1,7

2,1

0,5

1980 - 1990

-2,0

-1,1

-3,2

1990 - 1996

1,7

1,1

2,0

a) Incluye cinco países: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, y Nicaragua. Sin información para Belice y Panamá.

b) Costa Rica y Honduras (países sin conflictos armados).

c) Guatemala, El Salvador y Nicaragua (países con conflictos armados).

Fuente: Informe del Estado de la Región, PNUD 1999.

CUADRO 3
Tasa de crecimiento del PIB (en %)

País

1997

1998

1999

Costa Rica

3,7

5,5

4,5

El Salvador

4,0

3,5

3,5

Guatemala

4,3

4,7

3,9

Honduras

4,7

3,0

-1,8

Nicaragua

5,1

4,0

6,1

TOTAL

4,4

4,1

3,3

Fuente: Informe del Estado de la Región, PNUD 1999.

CUADRO 4
América Central y Panamá: indicadores sociales seleccionados

País

PIB per cápita en $EE.UU. 2001

Esperanza de vida al nacer (años)

Tasa de mortalidad (por mil nacidos vivos)

Lactantes

Menores de cinco años

Costa Rica

3 652

77

14

16

Panamá

3 264

75

18

20

El Salvador

1 737

71

30

34

Honduras

691

71

33

44

Nicaragua

471

70

39

48

Guatemala

1 548

66

41

52

Fuente: Secretaria de Planificación Económica de Guatemala (SEGEPLAN), basado en Informe sobre Desarrollo Humano 2000 (PNUD) Estadísticas de Género: CEPAL 2001.

En el caso específìco del sector educación (Cuadro 7), los datos globales de inversión en educación como porcentaje del PIB ponen en evidencia que tanto Costa Rica como Panamá invirtieron, en 1996-1997, el triple de Guatemala, el doble de El Salvador y 25 por ciento más que Nicaragua Además, los datos ponen de manifiesto que el gasto público per cápita que se realiza en Costa Rica y Panamá equivale a casi cuatro veces lo que se invierte en El Salvador, a siete veces lo que se gasta en Guatemala y en Nicaragua y a cinco veces en Honduras; Belice, aunque no invierte a los niveles de Costa Rica y Panamá, tiene niveles superiores a los de los otros cuatros países centroamericanos.

Es necesario precisar, sin embargo, los importantes esfuerzos que efectuaron en 1996- 1997, Belice, Costa Rica, El Salvador y Panamá al aumentar su gasto per cápita en educación en 46, 50, 39 y 35 por ciento, respectivamente, en relación con el período 1990-1991.

CUADRO 5
Índice de desarrollo humano en 2001 para los países de América Central y Panamá

País

Índice de Desarrollo Humano

Costa Rica

0,801

Belice

0,732

El Salvador

0,674

Honduras

0,641

Guatemala

0,624

Nicaragua

0,616

Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano. 2001, PNUD

CUADRO 6
Indicadores sociales de América Central y Panamá

País

Indicador

Pobreza, % de población con < de $ EE.UU1/día

Gasto social real per cápita ($ EE.UU de 1997) 1996 - 1997

Gasto Social/PIB 1990-1991 a1996-1997 b

Belice

33

237

9,3 a


(1995)


10,2 b

Costa Rica

9,6

550

18,2 a


(1996)


20,8 b

El Salvador

25,3

147

5,4 a


(1996)


7,7 b

Guatemala

39,8

71

3,3 a


(1989-1998)


4,2 b

Honduras

40,5

58

7,8 a


(1996)


7,2 b

Nicaragua

s.d.

49

10,3 a




10,7 b

Panamá

1,03

683

18,6 a


(1997)


21,9 b

ALC

s.d.

457

10,1 a




12,4 b

Fuente: INCAP. Situación de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en Centroamérica de Cara al Siglo XXI. Guatemala, enero de 2001. Publicación INCAP ME/101.

CUADRO 7
Indicadores educativos de América Central y Panamá

País

Indicador

Inversión pública per cápita en educación($ EE.UU. de 1997) 1990-1991 a1996-1997 b

Inversión pública en educación(% del PNB) 1980

Inversión pública en educación(% del PIB) 1990-1991 a1996-1997 b

Belice

89 a

n.d

5,5 a


130 b


6,4 b

Costa Rica

113 a

7,8

4,7 a


153 b


5,8 b

El Salvador

33 a

3,9

2,1 a


50 b


2,6 b

Guatemala

25 a

1,8

1,6 a


28 b


1,7 b

Honduras

27 a

3,2

n.d a


n.d b


n.d b

Nicaragua

23 a

3,4

4,9 a


20 b


4,2 b

Panamá

124 a

4,9

4,7 a


172 b


5,5 b

Fuente: INCAP. Situación de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en Centro América de Cara al Siglo XXI. Guatemala, enero de 2001. Publicación INCAP ME/101.

En lo concerniente a la dimensión de los aspectos políticos, cabe destacar y por un lado, en primer lugar, el proceso de firma de paz y construcción de la democracia, y por otro lado la descentralización de la autoridad política hacia los niveles regionales y municipales. La región está tratando de superar los conflictos político-militares que afectaron de manera crítica a sus habitantes, dando lugar a importantes procesos de movilización y desplazamiento de miles de familias centroamericanas que fueron despojadas de sus derechos fundamentales.

Como parte del proceso de la firma y mantenimiento de la paz en los países que estuvieron involucrados en conflictos armados, los pueblos y los gobiernos están realizando esfuerzos, todavía incipientes, para alcanzar y fortalecer la democracia y promover el renacer de la integración centroamericana, en conjunto con el resto de los países del istmo. Las políticas adoptadas por los gobiernos nacionales para consolidar los procesos de descentralización, por otra parte, constituyen el eje vital de las iniciativas de Reformas del Estado que se han venido impulsando desde finales de la década de 1990.

Sin embargo, es importante señalar que los Estados y la sociedad civil en cada uno de los países de la región están encontrando dificultades para formular una visión compartida y estrategias de desarrollo a largo plazo en diferentes campos, lo cual provoca problemas relacionados con la falta de definición de prioridades nacionales concertadas, la inapropiada asignación de papeles claros entre los sectores público y privado, la débil coordinación interinstitucional, entre otros. El reto de los estados centroamericanos radica en que, aun dentro de una lógica de relativa pérdida de soberanía, tienen que asumir, como uno de sus desafíos el manejo del proceso democrático y de la economía; es decir, llevar adelante el proceso de reformas internas requeridas para construir las nuevas sociedades.

ENTORNO SOCIOECONÓMICO Y POLÍTICO DEL SECTOR AGROALIMENTARIO

El sector agropecuario ha tenido una gran influencia en la vida económica y social de los países de América Central y el Caribe. La modernización de la agricultura dio como fruto un gran impulso a la producción y la productividad y cambios en la estructura productiva.

El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación de Guatemala, en su Política Agraria y Sectorial (MAGA, 1998) indica: «La política de incentivos a la inversión productiva y de apoyo a la comercialización, se orienta a alentar la inversión en actividades que representan ventajas comparativas con potencial de ser convertidas en competitivas mediante la innovación tecnológica en los procesos productivos, la transformación agroindustrial y la estructura de canales de comercialización afines».

Algunos de los instrumentos de apoyo a esa política son:

«Política Comercial Agropecuaria: es una de las políticas sectoriales y subsectoriales y que se enmarca dentro de la política comercial del país, diseñada y aprobada por los sectores público y privado, sobre el principio de competitividad que garantice el acceso a mercados internacionales, la participación en el mercado nacional y contribuya a garantizar la seguridad alimentaria de la población guatemalteca».

«Unidad de comercio exterior agropecuario: adscrita a la unidad de políticas e información estratégica del MAGA, esta unidad participa en forma activa en la definición de políticas comerciales nacionales, apoya el desarrollo del programa nacional de competitividad, y contribuye con el desarrollo de la capacidad nacional para participar y administrar los tratados comerciales multilaterales, regionales y bilaterales».

Participación de la agricultura y la agroindustria en el PIB de los países y de la región y en las exportaciones

Los Cuadros 8 y 9 muestran la participación de la agricultura y de la industria manufacturera en la generación del Producto Interno Bruto de los países de la región de América Central. La participación de la agricultura es muy importante en países como Guatemala, Honduras y Nicaragua; en el caso de Panamá el aporte de este sector para la generación del PIB es menor. Por otro lado, hay una disminución de la contribución de este sector al PIB de acuerdo a los años analizados, tanto a nivel regional, como a nivel de cada uno de los países.

Datos de la CEPAL sobre información básica del sector agropecuario indican que en el caso de Costa Rica, el sector agropecuario ha ido perdiendo importancia en su economía a la que aportó solamente el 8,6 por ciento del PIB en 2000, superado por la industria manufacturera y el comercio. El PIB agropecuario mostró una contracción con respecto a 1999 al crecer, en promedio, solamente 0,2 por ciento, debido principalmente al impacto de la baja en el valor de la producción en los cultivos de exportación (café y banano) - ocasionada por la reducción de los precios internacionales- y los granos básicos, que no pudo contrarrestar el incremento de algunos cultivos no tradicionales del subsector pecuario.

CUADRO 8
Participación de la agricultura, silvicultura, caza y pesca en la generación del producto interno bruto de los países de América Central y Panamá (% del PIB)

País

A precio constante de 1995

1997

1998

1999

Costa Rica

12,5

12,3

11,9

El Salvador

12,8

12,2

12,6

Guatemala

21,0

20,7

20,4

Honduras

20,7

19,4

18,1

Nicaragua

34,9

34,7

34,0

Panamá

7,2

7,3

7,0

Belice

23,4

22,5

23,9

TOTAL

18,93

18,44

18,27

Fuente: Serie de Estadísticas de la CEPAL para América Latina y el Caribe 2001.

CUADRO 9
Participación de la industria manufacturera en la generación del producto interno bruto de los países de América Central y Panamá (% del PIB)

País

A precio constante de 1995

1997

1998

1999

Costa Rica

20,4

21,0

24,5

El Salvador

22,1

22,8

23,0

Guatemala

11,4

11,2

11,1

Honduras

17,8

17,8

18,6

Nicaragua

14,6

15,3

14,8

Panamá

8,6

8,5

7,8

Belice

13,4

12,7

12,5

TOTAL

15,60

15,60

15,50

Fuente: Serie de Estadísticas de la CEPAL para América Latina y el Caribe 2001.

El subsector agrícola de Costa Rica decreció -0,25 por ciento. La producción de cultivos de consumo interno se ha contraído durante varios años. El arroz mostró una disminución en sus rendimientos. Por su parte el frijol exhibió una evolución negativa debido al desestímulo ocasionado por problemas de comercialización y a la existencia de excedentes en el mercado mundial. En lo que se refiere al maíz, no aumentó su superficie (-21,3 %) ni la producción (-16,1 %), dada la reducción de la participación de la empresa privada en la comercialización. La producción está en manos de pequeños productores cuyo principal objetivo es el autoconsumo.

En el caso de El Salvador, el sector agropecuario decreció a una tasa de -0,8 por ciento en 2000 y aportó 12,6 por ciento del PIB. El subsector agrícola mostró un descenso de 3,3 por ciento en 2000. En los granos básicos, con excepción del frijol (4,2 %) y el sorgo (6,9 %) cuya producción aumentó, el maíz y el arroz cayeron -11,2 por ciento y -16,1 por ciento, respectivamente. Entre los cultivos de exportación, la disminución de los rendimientos de café ocasionó un descenso de la producción (-18,8 %). La caída de los precios internacionales provocó una menor atención de las plantaciones, ya que no se cubrieron los costos de producción.

En el caso de Guatemala, el PIB agropecuario creció moderadamente en 2000 (2,4 %), con un estancamiento del subsector agrícola (1,1 %) asociado a los cultivos de exportación y a los no tradicionales. Este comportamiento se debe en parte a los bajos precios internacionales y a problemas de acceso al crédito. Los granos básicos como el trigo (10 %), el maíz (2,8 %) y el frijol (4 %) mostraron cifras positivas en su crecimiento; por el contrario, para el arroz (-9,3 %) y el sorgo (-0,3 %) fueron negativas, en ambos casos con un descenso tanto de la superficie sembrada como de los rendimientos. Entre los cultivos tradicionales de exportación, solamente el banano (18,9 %) y el cardamomo (6,3 %) registraron cifras positivas.

En el año 2000, el PIB agropecuario de Honduras presentó - después de dos años consecutivos de cifras negativas - un crecimiento de 7,6 por ciento superado únicamente por los sectores de comercio y de servicios diversos. La actividad del subsector agrícola tuvo un incremento de 7,7 por ciento basado en una mayor transferencia de tecnología, uso de semillas mejoradas y fuerte impulso crediticio otorgado de acuerdo con las leyes sobre Reactivación del Sector Agropecuario y la de Recuperación Financiera para el Sector Agropecuario. La superficie cosechada de granos básicos creció solamente 0,7 por ciento; sin embargo, los incrementos obtenidos en los rendimientos de maíz (15,8 %), frijol (55,6 %) y sorgo (38,8 %) han sido los más altos en los últimos años, lo que permitió aumentar las cosechas Por el contrario, el arroz sufrió una fuerte caída tanto en su producción (-23,7 %) como en sus rendimientos (-24,4 %). La superficie de los cultivos tradicionales de exportación creció 2,2 por ciento, lo que incrementó la producción. El banano está comenzando a recuperar los niveles de competitividad previos al paso del huracán Mitch (octubre 1998) y su producción aumentó más de 100 por ciento, impulsada por el programa de rehabilitación de los plantíos. Durante el año 2002, Honduras tuvo un fuerte repunte en las exportaciones de productos no tradicionales. Entre los productos con mayor aceptación están el melón y la sandía, los cuales han logrado mejorar su producción y competitividad en los mercados internacionales. Se espera que para el 2003 se exporten alrededor de 1 500 contenedores (Ministerio de Agricultura y Ganadería).

En el caso de Nicaragua, en 2000 el sector agropecuario contribuyó con el 29,5 por ciento del PIB, el 55,8 por ciento del valor de las exportaciones totales y el 60 por ciento de la generación de empleo. El crecimiento del personal ocupado fue superior al total nacional, debido a la intensidad en el uso de mano de obra, y se destacó la absorción de fuerza laboral en los rubros de café, maíz y frijol. El valor agregado del subsector agrícola aumentó 7,9 por ciento. La superficie cosechada se amplió 4 por ciento, llegando a 820 181 hectáreas en 2000. A pesar de que el valor de la producción de los granos básicos disminuyó (-1,2 %) debido a la caída del arroz y el frijol, el volumen producido de frijol creció 5,3 por ciento. Así mismo, tanto la cosecha de maíz (24,1 %) como la de sorgo (6 %) aumentaron, no así la del arroz, que disminuyó -8,6 por ciento debido a la sequía que afectó la primera siembra.

En el año 2000 el sector agropecuario de Panamá solo mostró un ligero crecimiento de 1,6 por ciento a causa de la caída en el subsector agrícola (-3,5%), provocada por factores climáticos adversos como la sequía, el alza de los precios del petróleo y los bajos precios internacionales de algunos cultivos de exportación. En los granos básicos aumentó la producción de frijol (5,3 %), maíz (10,5 %) y arroz (2 %), en contraste con la disminución del sorgo (-58,4 %).

Participación de la agroindustria

En el caso de la participación de la industria manufacturera en el PIB, se aprecia que en el caso de El Salvador se presenta la mayor participación juntamente con Costa Rica, seguido de Honduras. Guatemala, Nicaragua y Panamá son los países en los cuales la industria manufacturera contribuye menos a la generación del PIB. Es importante resaltar un crecimiento de la participación de la industria manufacturera en el PIB en los últimos años analizados, tanto regionalmente como por país, con las excepciones de Guatemala y Panamá (Cuadro 8).

Los Cuadros 10 y 11 muestran el comportamiento de las exportaciones para tres años para la agricultura y los productos manufacturados para la región centroamericana. Puede verse en el Cuadro 10 que los principales países que contribuyen con las exportaciones en este tipo de productos son Costa Rica y Guatemala. Es importante resaltar que ha habido una creciente disminución de los exportaciones de bienes de la agricultura, la caza, la silvicultura y la pesca, tanto a nivel de toda la región, como a nivel de cada uno de los países en los años analizados.

CUADRO 10
Exportación de bienes según sector de actividad económica: agricultura, caza, silvicultura y pesca en países seleccionados de América Central y Panamá (millones $EE.UU.)

País

1997

1998

1999

Costa Rica

1 726,2

1 869,6

1 491,3

El Salvador

586,1

394,8

303,2

Guatemala

1 037,2

1 072,1

1 055,1

Honduras

589,2

279,9

391,1

Nicaragua

293,7

328,6

300,1

TOTAL

4 232,4

3 945,0

3 540,8

Fuente: Serie de Estadísticas de la CEPAL para América Latina y el Caribe. 2001.

CUADRO 11
Exportaciones totales FOB por grupos de productos: productos manufacturados. Países seleccionados de América Central y Panamá (millones $EE.UU.)

País

A precio constante de 1995

1997

1998

1999

Costa Rica

1 667,7

2 719,5

4 269,1

El Salvador

526,6

584,3

582,4

Guatemala

708,0

846,3

837,8

Honduras

292,0

165,9

242,4

Nicaragua

161,5

42,4

40,9

Panamá

112,4

119,9

116,9

TOTAL

3 355,9

4 358,4

5 972,6

Fuente: Serie de Estadísticas de la CEPAL para América Latina y el Caribe 2001.

Para el caso de las exportaciones de productos manufacturados de la región, el principal exportador es Costa Rica, con más del 70 por ciento del total de las exportaciones. Nicaragua presenta una tendencia negativa significativa de sus exportaciones en este rubro.

La región centroamericana cuenta con el mercado común centroamericano (MCCA), un bloque comercial establecido en 1960. Como parte de los compromisos adquiridos con la integración económica, los países miembros del MCCA han fijado un arancel externo común el cual fluctúa en la actualidad, entre un mínimo de 1 por ciento y un máximo de 20 por ciento ad valorem, para todas las posiciones arancelarias. Para los productos agropecuarios existen importantes excepciones. Así mismo, la región se ve implicada en los procesos de negociación del ALCA que se prevé culminen en el año 2005, para contar con un área de libre comercio en todo el continente americano.

En 1993 los presidentes de las repúblicas centroamericanas suscribieron el protocolo del Tratado General de Integración Económica Centroamericana. De acuerdo con este tratado todos los productos de origen centroamericano (excepto los incluidos en el anexo «A» del convenio sobre el Régimen Arancelario y Aduanero Centroamericano) quedan exentos del pago de aranceles, sobretasas, timbres u otras medidas de efecto equivalente y libres de toda barrera no arancelaria; es decir, se establece el libre comercio intrarregional.

Los productos que requieren algún tipo de trámite para poder ingresar al mercado guatemalteco son los de origen animal y vegetal, agroquímicos, medicamentos, productos veterinarios, jabón y artículos de limpieza, y preparaciones alimenticias. Así mismo, para el caso de productos agropecuarios como semillas, partes de plantas, productos y subproductos vegetales y animales que se deseen comercializar en el exterior, la empresa exportadora debe presentar un certificado fitosanitario extendido por la Unidad de Normas y Regulaciones del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación. Los certificados zoosanitarios son obligatorios para la exportación de alimentos preparados para animales y productos de la pesca.

CARACTERÍSTICAS SOCIOECONÓMICAS DEL SECTOR AGRÍCOLA RURAL

Una de las actividades económicas más importantes de cualquier país de la región, la constituye la producción agropecuaria, ya que esta genera un porcentaje de alrededor del 25 por ciento del Producto Bruto Interno y puede llegar a absorber más del 50 por ciento de la Población Económicamente Activa. Además puede generar una cifra igual o mayor al 60 por ciento del ingreso de divisas por concepto de exportaciones.

Se estima que más del 60 por ciento de la población centroamericana vive en el área rural y que la mayoría de esta población se dedica a actividades agropecuarias donde prevalecen los mayores índices de pobreza y pobreza extrema (75 % y 60 %). También se presentan índices altos de analfabetismo, desnutrición y baja accesibilidad a los servicios públicos, como atención médica, drenaje y agua potable. La dieta básica está constituida por granos básicos, principalmente maíz y frijol, cuya disponibilidad per cápita se ha reducido en las últimas decadas como resultado de la interacción de varios factores: la pobreza derivada de la falta de oportunidades, la utilización de procesos de producción altamente perjudiciales al entorno natural, la falta de incorporación de criterios de conservación ambiental en las inversiones productivas y la falta de conciencia ambiental generalizada. Otros factores como la deforestación también contribuyen al grave deterioro; se estima que más de 90 000 hectáreas son eliminadas cada año y que la erosión del suelo llega a 1 100 t/ha/año en algunas regiones del itsmo. A esto también se unen la pérdida de la biodiversidad y la contaminación causada por el uso indiscriminado de productos agroquímicos, residuos industriales y domésticos.

En el agro guatemalteco se observa la falta de acceso de los campesinos a la tierra con vocación agropecuaria; no existe garantía y certeza jurídica sobre su uso, tenencia y propiedad, lo que desalienta las inversiones ligadas al sector; en algunos lugares del país la disponibilidad de infraestructura productiva es baja y nula y el uso de tecnologías inapropiadas y la práctica de sistemas de producción insostenibles impiden observar niveles aceptables de competitividad.

VOLÚMENES Y CARACTERÍSTICAS DE LA PRODUCCIÓN DE LOS PEQUEÑOS Y MEDIANOS PRODUCTORES RURALES

Como se pudo confirmar en la gira de observación y en las entrevistas realizadas a los pequeños y medianos productores y/o comercializadores de productos alimenticios en Guatemala, la mayoría de los entrevistados se dedican a la producción propia y con ayuda de la familia producen en sus parcelas de 25 a 150 quintales de productos alimenticios como frutas, verduras, leguminosas como el frijol y cereales, especialmente maíz. La mayoría de los productores coinciden en que la calidad de sus productos son de primera clase y que las cantidades obtenidas en la segunda cosecha se venden como de segunda a un precio más bajo y que no les conviene muchas veces cosecharla.

POBREZA

Estimaciones de la década de 1990, utilizando el método de la línea de pobreza reflejan que persiste en la región una extendida pobreza. Tres de cada cinco centroamericanos viven en condición de pobreza y lo que es más grave, dos de cada cinco viven en la indigencia o pobreza extrema (Cuadro 12). Las zonas rurales son las más afectadas por el fenómeno, ya que un 71 por ciento de los residentes en ellas son pobres, respecto a un 56 por ciento de los residentes urbanos. La situación se torna más grave cuando se analiza la pobreza extrema, pues se encuentran en ella la mitad de los residentes rurales. Por países, la situación es especialmente grave en Guatemala y Honduras, seguidos de El Salvador y Nicaragua.

EMPLEO

Se carece de estadísticas continuas, comparables y oportunas sobre la situación laboral de la población centroamericana. Si bien los censos nacionales de población son una fuente importante de información, tienen problemas de antigüedad, o de accesibilidad, pues generalmente no están disponibles o no pueden ser procesados de forma que se garantice la comparabilidad entre países. Por otra parte, no hay encuestas continuas de hogares en todos los países y además, en algunos, tienen limitaciones de cobertura (solo área metropolitana o zona urbana). Con esas limitaciones, se presenta un breve análisis de la situación laboral en América Central referido fundamentalmente al empleo urbano (Cuadro 13).

Hacia 1990 la población económicamente activa urbana (PEA urbana) de la región era de alrededor de 3,1 millones de personas, con una tasa de participación del 53,4 por ciento (Cuadro 13). Las tasas de participación por países son similares al promedio regional. En 1996 se estimaba que la PEA urbana había aumentado en alrededor de un millón de personas, en parte debido a un aumento en las tasas de participación, pero también debido al mayor crecimiento de la población urbana. Cifras de la CEPAL reflejan tasas de participación por sexo en zonas urbanas de 78 por ciento para hombres y 41 por ciento para mujeres en Costa Rica (1995), de 84 por ciento y 43 por ciento, respectivamente en Guatemala (1989), de 80 por ciento y 43 por ciento en Honduras (1994) y de 80 por ciento y 47 por ciento en Panamá. El desempleo afecta más a las mujeres y la juventud.

El desempleo abierto afectó en 1990 a 11 de cada 100 personas en la PEA urbana y en 1996 se redujo a 9,7 por ciento. Para el caso de las mujeres, los problemas de desempleo son claramente más intensos en Nicaragua y Panamá. Para El Salvador, Guatemala y Honduras la tasa de desempleo abierto es mucho más baja.

CUADRO 12
América Central y Panamá: incidencia de la pobreza según el método de las líneas de pobreza, durante la década de 1990 (porcentajes de pobreza)

País

Año

Pobreza total

Indigencia

Total país

Zona urbana

Zona rural

Total país

Zona urbana

Zona rural

Totala


60

56

71

40

26

52

Belice

1996

33

s.d.

s.d.

13

s.d.

s.d.

Costa Rica

1994

21

18

23

8

6

10

El Salvador

1996

52

43

65

22

15

31

Guatemala

1989

75

65

86

60

55

71

Honduras

1994

73

70

76

49

41

55

Nicaragua

1993

68

53

89

51

37

69

Panamá

1994

30

25

41

12

9

20

Fuente: Informe del Estado de la Región, PNUD 1999.

CUADRO 13
América Central y Panamá urbana: población económicamente activa, ocupados, desocupados, tasa de participación y tasa de desempleo abierto 1990 y 1996 (miles y porcentajes)

País

PEA Urbana

Tasa de desempleo abierto

Total

Ocupados

Desocupados

Tasa de participación

Total

Jóvenes

Mujeres









Región








1990

3 102,7

2 755,8

346,9

53,4

11,2

-

-

1996

4 076,1

3 682,0

394,1

54,4

9,7

-

-

Belice








1990

s.d.

s.d.

s.d.

s.d.

s.d.

-

-

1996

s.d.

s.d.

s.d.

s.d.

s.d.

-

-

Costa Rica








1990

482,3

456,5

25,8

53,1

5,3

10,3

6,2

1996

561,3

524,5

36,8

52,3

6,6

13,9

7,6

El Salvador








1990

982,8

884,9

97,9

55,0

10,0

18,6

9,8

1995

1 261,3

1 172,9

88,4

54,1

7,0

14,3

5,0

Guatemala








1989

574,1

555,2

18,9


3,3


5,6

1996








Honduras








1990

691,6

644,4

47,4

50,1

6,9

10,4

5,8

1996

980,2

915,1

65,1

54,7

6,6

9,7

5,1

Nicaragua








1990

482,3

369,7

112,6

51,2

23,3

34,2

20,8

1995

619,7

526,8

95,9

48,7

15,0


14,0

Panamá








1991

463,7

400,5

-

57,3

13,6

33,0

15,2

1996

653,6

542,7

-

61,7

17,0

34,8

20,5

Fuente: Informe del estado de la Región, PNUD 1999.

Más que el desempleo abierto, el principal problema de la región es el subempleo. Datos del Consejo Monetario Centroamericano ponen en evidencia esa situación. Según esas cifras, en Costa Rica la tasa de desempleo equivalente es tan alta como la de desempleo abierto, en Guatemala es más de seis veces superior y en Nicaragua es ligeramente inferior.

EMPLEO RURAL

Con excepción de Costa Rica, los demás países sobre los que se dispone información (Guatemala, Honduras y Panamá), muestran como más de la mitad de los ocupados en el sector rural se insertan como trabajadores por cuenta propia o trabajadores familiares no remunerados, mayoritariamente en actividades agropecuarias. En el caso de Costa Rica el porcentaje es menor, pues hay un importante grupo de asalariados rurales (Cuadro 14).

En el Cuadro 15 se presenta la información de la CEPAL relacionada con la ocupación de la PEA en la región para el año 1990.

CUADRO 14
Inserción laboral de la población ocupada rural en Costa Rica, Guatemala, Honduras y Panamá (en porcentaje)

País

Costa Rica (1995)

Guatemala (1989)

Honduras (1994)

Panamá (1995)

TOTAL

100,0

100,0

100,0

100,0

Patronos

5,7

0,5

1,6

4,3

Asalariados

68,5

38,3

37,2

44,5

Sector público

9,6

2,9

4,8

11,9

Sector privado

58,9

35,4

32,4

32,6

Cuenta propia y familiares no remunerados

25,8

61,2

61,2

51,3

Actividades gropecuarias

12,2

47,9

43,4

33,5

Fuente: Informe del Estado de la Región, PNUD 1999.

CUADRO 15
Población económicamente activa, por sector de actividad económica y sexo, 1990 (miles de personas)

País

Ambos sexos

Hombres

Mujeres

Agricultura

Industria

Servicios

Agricultura

Industria

Servicios

Agricultura

Industria

Servicios

Guatemala

1 293

47,8

684

1 210

40,9

371

8,3

6,9

31,3

El Salvador

599

33,6

687

56,8

23,2

361

3,1

10,8

32,7

Honduras

611

22,1

415

57,6

17,0

244

3,5

5,1

17,2

Nicaragua

491

15,9

486

46,3

12,5

239

2,8

3,4

24,7

Panamá

214

11,0

396

204

8,5

228

10

2,5

16,9

TOTAL

3 208

130,4

2 668

3 021

102,1

1,443

27,7

28,7

272,9

Fuente: Serie de Estadísticas de la CEPAL para América Latina y el Caribe 2001.

Se observa que la mayor parte de la Población Económicamente Activa de la región se dedica a la agricultura, caza, silvicultura y pesca, seguida de actividades de comercio al por mayor y al por menor, restaurantes y hoteles (servicios) y que una parte importante de la PEA se dedica a la industria.

NECESIDADES DE TRANSPORTE

La mayoría de los productores no cuentan con vehículo propio para llevar sus productos al mercado; como se pudo constatar en el campo, más del 50 por ciento se ve en la necesidad de contratar un vehículo que por lo general tiene capacidad para transportar no más de 20 quintales y que por lo estrecho que son los caminos no permiten la entrada de camiones de cinco o más toneladas para llevar sus productos en un solo viaje. En ninguno de los casos, sean estos productores de frutas, hortalizas, leguminosas o cereales, utilizan refrigeración para transportar los alimentos hacia los mercados, salvo en uno o dos casos muy particulares; los exportadores de frutas y algunas hortalizas una vez que han seleccionado sus productos, los empacan y mantienen en refrigeración en la planta, para poder enviarlos al extranjero. Para la gran mayoría de productores los costos del transporte resultan altos, muy pocos consideran que estos son muy altos y algunos sostienen que los costos les resultan adecuados. La oferta del transporte resulta baja en algunas regiones pues les cuesta encontrar quien les lleve sus productos desde el campo hacia los mercados.

INFRAESTRUCTURA VIAL TERRESTRE

Una buena infraestructura vial es indispensable para facilitar la integración interna y externa de los países y es, a la vez, condición básica para tener mejor acceso a los mercados por parte de toda la población y beneficiarse del libre comercio. También es un requisito para reducir los costos de producción de bienes y servicios, algo inherente a la búsqueda de mayor competitividad como empresas y como país.

La mayoría de los productores y comercializadores de alimentos tienen que utilizar caminos de terracería. En la gira de observación realizada, se pudo constatar que para llegar a un camino de asfalto o pavimento tienen que recorrer entre 0 a 50 kilómetros de terracería que son intransitables en la estación lluviosa cuando no es posible el acceso de vehículos convencionales (5 toneladas o más) sino solamente de vehículos tipo pick-up con capacidad máxima de una tonelada; esto hace que el transporte de alimentos desde el campo hacia los mercados, resulte lento o genere escasez por no llegar a tiempo a los mismos. Así mismo, las carreteras de asfalto, en la estación lluviosa tienen poco mantenimiento lo que permite su deterioro rápido como se pudo constatar también en la región del altiplano guatemalteco.

INFRAESTRUCTURA DE TRANSPORTE EN EL SALVADOR

Transporte terrestre

El Salvador posee una red de carreteras de aproximadamente 12 540 kilómetros, de las cuales el 16 por ciento está pavimentada. Existen dos autopistas de gran importancia, la Panamericana que interconecta el este con el oeste y la Litoral, que es paralela a la anterior hacia el sur.

Transporte marítimo

El Salvador dispone de varios puertos, entre los que destacan: El Acajutla, Puerto Cutuco, La Libertad, La Unión, Puerto El Triunfo. El Acajutla ubicado en el Pacífico es el principal puerto de acceso al país; se encuentra a 85 km por carretera y 103 km por ferrocarril de la capital, San Salvador. Este puerto cuenta con un importante complejo de servicios para el manejo, almacenamiento y transferencia de carga contenedorizada, graneles líquidos, sólidos y fluidos. Desde Buenaventura hacia Acajutla sólo se cuenta con una posibilidad, cada 14 días, vía Puerto Quetzal (Guatemala). El mayor inconveniente en esta ruta se presenta en los elevados tiempos de tránsito, entre 15 y 19 días, lo cual exige de los exportadores una adecuada planificación para atender los requisitos de los clientes salvadoreños. En los puertos del Atlántico se encuentran más de 10 compañías navieras ofreciendo servicios, todas ellas con conexiones previas y combinaciones marítimas en Panamá, Kingston (Jamaica) o Miami (Estados Unidos de América), o terrestres en puertos centroamericanos como Puerto Limón, Santo Tomás de Castilla y Quetzal, lo cual puede determinar tiempos de tránsito que van desde los ocho hasta los 20 días.

Red ferroviaria

Esta red consta de 380 km y es utilizada únicamente para el transporte de mercancías.

ASPECTOS DE LOGÍSTICA Y ADMINISTRACIÓN DEL TRANSPORTE

La temperatura, la humedad y el ritmo de respiración del producto son algunos de los factores que repercuten en la calidad y protección del producto fresco. Los sistemas de transporte bajo temperatura controlada no existen para muchos de los productores pequeños y medianos en la región centroamericana; el verdadero transportista profesional se distingue por la utilización de equipos frigoríficos de alta calidad, o bien se sujeta a un riguroso programa de buenas prácticas agrícolas y/o de manufactura a la hora de transportar los productos agroalimentarios. Para muchos de los productores y/o comercializadores visitados este tipo de logística que se debe aplicar a los productos alimenticios que transportan es desconocido.

La oferta de transporte en algunas regiones es alta y en otras resulta inadecuada, debido a la escasez de vehículos tipo pick-up para hacer un flete desde la cosecha hacia los mercados locales o regionales; para distancias más largas se utilizan camiones convencionales (5 toneladas o más). Por lo general, los vehículos que se utilizan están mal equipados para el transporte de alimentos; los vehículos que transportan materiales de construcción son también utilizados para transportar alimentos con problemas higiénicos: simplemente se sacuden y no se aplican técnicas de limpieza. Muchas veces los camiones que se utilizan para el transporte de alimentos, también son utilizados para transportar animales como pollos, cerdos y bovinos: el dueño del vehículo simplemente lo lava con agua, no lo seca y queda listo para transportar productos agroalimentarios. Los productores en general aceptan estas condiciones ya que la demanda en algunos casos es escasa y los productores no siempre poseen vehículo para sacar sus productos del campo y llevarlos al mercado para su comercialización.

CANALES DE COMERCIALIZACIÓN (REQUISITOS PARA EXPORTAR ADUANAS/OIRSA)

La inmensa mayoría de transportistas de alimentos se dirigen directamente a los mercados, utilizando para ello camionetas y camiones. La infraestructura de El Salvador en lo que a transporte y comercialización de productos alimenticios se refiere, ha venido cambiando constantemente, pues los accesos a los mercados locales, regionales y a la capital han mejorado sustancialmente, pues permiten llegar con más facilidad que en años anteriores. Esto ha permitido encontrar en los mercados una excelente relación de calidad/ precio, ya que los que transportan los productos alimenticios han mejorado sus técnicas de embalaje y empaque.

Muchas veces los que producen alimentos en el campo venden sus productos al intermediario en el mismo lugar de la cosecha; para este resulta fácil transportarlos, debido a que cuenta con los medios, posee vehículo y capital como un local en el mercado, local, regional o nacional (CENMA) y generalmente vende a otros al por mayor o al detalle. Los exportadores cumplen con los requisitos establecidos por los tratados internacionales en vigencia.

Las importaciones son efectuadas principalmente por grandes distribuidores (los cuales venden a comerciantes detallistas) o por grandes tiendas de departamentos. Los márgenes de comercialización son mayores si se trata de productos estadounidenses, y oscilan entre 10-20 por ciento. En El Salvador es importante efectuar un adecuado análisis del agente, representante o distribuidor que se elija, ya que debe manejarse adecuadamente con los trámites y regulaciones internas para diferentes productos. Las estrategias de venta no se encuentran muy desarrolladas; la principal forma de introducir un nuevo producto es mediante una recepción en un hotel importante para la presentación del producto, juntamente con una campaña publicitaria. La modalidad de mercadeo directo está ingresando gracias a la privatización de las telecomunicaciones y el mercadeo puerta a puerta, el cual ha iniciado con cosméticos y artículos del hogar. Es conveniente, para aquellos productos que lo requieran, contar con un adecuado servicio de apoyo al consumidor a través de repuestos y asistencia técnica, especialmente en las ventas al gobierno.

Insumos agropecuarios, plaguicidas y productos veterinarios

Para la exportación al mercado salvadoreño de insumos agropecuarios, plaguicidas, fertilizantes y los productos veterinarios de consumo animal, se requiere un registro previo de la empresa que exporta el producto o un distribuidor local que deberá encargarse de llevar a cabo el trámite de registro del producto. Es importante tener en cuenta que si bien los requisitos para ingresar estos productos al mercado salvadoreño no son tan complicados, existe un fuerte control posterior a la venta que debe ser considerado si se quiere mantener el comercio de estos productos.

CARACTERIZACIÓN GENERAL DEL TRANSPORTE RURAL DE ALIMENTOS: DIAGNÓSTICO FODA

Fortalezas

Oportunidades

Debilidades

Amenazas


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