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PARTE 4
PERSPECTIVAS

Introducción

Ya han pasado algunos años desde la realización de los principales estudios cuantitativos sobre el futuro del sector pesquero y la publicación de sus resultados en El estado mundial de la pesca y la acuicultura. Una vez transcurrido este período, ¿qué relación se establece entre las proyecciones y la evolución registrada? Evidentemente, aún es demasiado pronto para formular conclusiones definitivas, incluso en el caso de las proyecciones para el año 2010. Sin embargo, sí se puede realizar una primera aproximación. Los resultados se recogen en la primera parte de esta sección.

Durante los dos últimos años, la FAO ha elaborado un estudio integral sobre el sector acuícola. El estudio se centró en el establecimiento de las tendencias recientes así como en la identificación de los desafíos y las oportunidades del sector. Los resultados se analizaron con mayor detalle en un estudio prospectivo. La segunda parte de «Perspectivas» contiene un resumen de los resultados más destacados del estudio prospectivo. Naturalmente, una gran parte de estos resultados confirma las observaciones e indicaciones ya apuntadas, algunas de los cuales se han publicado en versiones anteriores del presente informe, aunque en otros casos se trata de elementos nuevos.

Revisión de las proyecciones mundiales

El Cuadro 21 se ha extraído de El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2004, publicación en la que figuraba como Cuadro 16. Se ha insertado en el cuadro actualizado una columna (en azul) que contiene datos estadísticos de la FAO correspondientes a 2004.

El cuadro recoge proyecciones para los años 2010, 2015, 2020 y 2030, todas ellas basadas en datos del sector disponibles hacia el año 2000. En el momento de redactar este informe, se dispone de información sobre lo que realmente sucedió durante la primera parte de la década, incluido el año 2004. El período de cuatro años es breve, por lo que no hay motivos para tratar detalladamente la validez de las proyecciones que van más allá de 2010.

Cuadro 21
Producción pesquera en 2004 y proyecciones para 2010 y años posteriores

 

Año objetivo de la simulación

  2000 2004 2010 2015 2020 2020 2030
Fuente de
nformación
Estadísticas de la FAO1 Estadísticas de la FAO2 SOFIA* 20023 Estudio de la FAO4 SOFIA 20023 Estudio del IIPA5 SOFIA 20023
Captura marina 86,8 85,8 86   87   87
Captura continental 8,8 9,2 6   6   6
Captura total 95,6 95,0 93 105 93 116 93
Acuicultura 35,5 45,5 53 74 70 54 83
Producción total 131,1 140,5 146 179 163 170 176
Producción para consumo humano 96,9 105,6 120   138 130 150
Porcentaje utilizado para consume humano 74% 75% 82%   85% 77% 85%
Usos no alimentarios 34,2 34,8 26   26 40 26
* SOFIA: El estado mundial de la pesca y la acuicultura.
Nota:
Todas las cifras, aparte de los porcentajes, se expresan en millones de toneladas.
1 Basadas en las estadísticas disponibles en Dependencia de Información, Datos y Estadísticas de Pesca de la FAO, 2000.
2 Basadas en las estadísticas más recientes de la Dependencia de Información, Datos y Estadísticas de Pesca de la FAO.
3 FAO. 2002. El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2002. Roma.
4 FAO. 2004. Future prospects for fish and fishery products: medium-term projections to the years 2010 and 2015. FAO Circular de Pesca FIDI/972-1. Roma.
5 Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias. 2003. Fish to 2020: supply and demand in changing global markets, por C. Delgado, N. Wada, M. Rosegrant, S. Meijer y M. Ahmed. Washington, DC.

Aparentemente no existen razones para suponer que la producción acuícola y pesquera mundial, una vez transcurridos cuatro años de la década, no siga la tendencia marcada por las proyecciones para el año 2010. Un rápido vistazo al cuadro pone de manifiesto que, de hecho, esta tendencia se confirma. La pesca marina ha alcanzado su límite máximo en lo que a producción se refiere, mientras que un sector acuícola en expansión proporciona el pescado necesario para permitir que el suministro per cápita de este producto se mantenga prácticamente constante. Sólo dos aspectos del sector no parecen ajustarse a las previsiones: la pesca de captura continental y la cantidad de pescado destinada a fines no alimentarios. Ambas cifras se sitúan por encima de las expectativas.

Pesca de captura marina

La imagen de estancamiento que ofrece la pesca de captura marina es falsa. El estancamiento de la producción no refleja en modo alguno un sector estancado. No sólo los desembarques están experimentando un incremento en algunas pesquerías (por ejemplo las del Atlántico noroccidental) y una reducción en otras (véase la pág. 11), sino que el sector se adapta en forma constante a los cambios en el entorno político, económico y social. De hecho, los actores del sector deben hacer un esfuerzo considerable para adecuarse a una situación de ausencia de crecimiento, o crecimiento muy limitado de los desembarques, y de gestión más estricta del esfuerzo de pesca.

Algunas proyecciones relativas a la producción de las pesquerías marinas prevén una disminución inicial en la medida en que se requiera la recuperación de las poblaciones, seguida de un incremento de los volúmenes de las capturas, en algunos casos hasta alcanzar unos niveles estables por encima de los valores registrados con anterioridad a la sobrepesca. A pesar de la recuperación de algunas poblaciones, todavía no existen signos de que los desembarques correspondientes superarán los niveles históricos de rendimiento máximo sostenible.

Así pues, en la actualidad todos los indicios apuntan a que la producción de las pesquerías de captura marina permanecerá entre 80 y 90 millones de toneladas anuales, con un promedio que se situará aproximadamente en el punto central de este intervalo.

Pesca de captura de agua dulce

Contrariamente a lo indicado en las proyecciones, los desembarques de la pesca continental se han mantenido en unos niveles elevados e incluso han experimentado un ligero incremento. Según la previsión para 2010, los desembarques alcanzarían sólo dos terceras partes de sus niveles del año 2000. Sin embargo, dichas proyecciones se basaban en información incompleta, por lo que su fundamento se pone en tela de juicio al mejorar los datos disponibles.

El sector de la pesca de agua dulce se compone de un importante subsector no comercial, o de subsistencia, y de un subsector comercial más oficial. Tal como se menciona en la pág. 35, los desembarques de estas pesquerías no suelen incluirse en los registros oficiales de la pesca de agua dulce, normalmente porque la administración pesquera competente desconoce su magnitud. Análogamente, tampoco se documentan en forma completa las capturas de muchas pesquerías en pequeña escala que se destinan al comercio, mientras que se registran con más frecuencia y con mayor precisión las de las pesquerías comerciales de agua dulce de mayores proporciones.

El sector de la pesca de agua dulce sufre además las consecuencias de un entorno acuático degradado y de una utilización cada vez mayor del agua dulce para la agricultura, la generación de energía hidroeléctrica y otros fines. Con frecuencia se otorga prioridad a estas actividades con respecto a la ordenación de la pesca de agua dulce y a la presentación de informes al respecto, tendencia que probablemente continuará en la medida en que no se conozca el valor efectivo de las pesquerías de agua dulce.

La FAO y otras entidades se están esforzando por mejorar los registros oficiales de la pesca continental, tanto comercial como no comercial. En algunos casos se dispone ahora, gracias a la mejora de las estadísticas, de un cuadro más completo de las pesquerías de agua dulce, aunque es difícil establecer sus tendencias puesto que no se dispone de información de base adecuada sobre las capturas y el número de pescadores comerciales y de subsistencia. En todo caso, en la actualidad se observa una mejora de la información relativa a la pesca de agua dulce y al número de pescadores que se dedican a esta actividad.

Acuicultura

La producción acuícola (sin incluir las plantas acuáticas) sigue creciendo tanto en China como en el resto del mundo. Más destacable quizá es el hecho de que la producción acuícola de los últimos cuatro años ha experimento un crecimiento más rápido fuera de China (un incremento combinado del 37 por ciento) que en este país (en el que la expansión se ha situado en el 24 por ciento). Esto significa que, mientras que la tasa anual de incremento de la producción fuera de China se mantiene alrededor del 8 por ciento, las previsiones de 53 millones toneladas de producción acuícola para 2010 (véase el Cuadro 21) se cumplirán aunque la producción china no crezca por encima de la cantidad declarada para 2004 (30,6 millones de toneladas).

Sin embargo, no se considera probable un estancamiento tan repentino de la producción en China y, lo que es más importante, las condiciones para un crecimiento sostenido de la acuicultura, en especial en América del Sur y África, son buenas. Por lo tanto, la primera impresión es que, como mínimo durante el resto de la presente década, la acuicultura contribuirá al suministro mundial de pescado en el futuro como ya se preveía en el año 2000.

Utilización del pescado

Las proyecciones para la década que acaba en 2010 se realizaron sobre la base de una reducción prevista de las cantidades de pescado utilizadas para fines no alimentarios de aproximadamente 35 millones de toneladas anuales a unos 26 millones de toneladas anuales. Sin embargo, esta previsión no parece cumplirse. En el año 2004, las cantidades destinadas a usos no alimentarios fueron tan elevadas como las registradas hace cuatro años. ¿Cuál es el motivo de ello?

Para el consumidor medio, algunas especies de pescado son más apetecibles que otras. Entre las que no figuran entre las preferencias para el consumo humano (lacha y aguacioso), algunas están disponibles en grandes cantidades y sólo se destinan a la fabricación de piensos o, en el pasado, de fertilizantes. Estas especies constituyen la columna vertebral de la industria de la harina de pescado. El problema para esta industria es que la disponibilidad de dichas especies puede variar drásticamente de un año a otro.

Entre los peces que la industria de la harina de pescado utiliza se encuentra la anchoveta (Engraulis ringens). Esta especie puede llegar a constituir hasta una tercera parte de toda la materia prima utilizada para la fabricación de harinas de pescado en todo el mundo en un año determinado, pero su biomasa permanente suele experimentar drásticas fluctuaciones de un año a otro. En consecuencia, la variación en los desembarques de anchoveta en Chile y Perú explica en gran medida las fluctuaciones a las que también está sujeta la cantidad de pescado destinada a usos no alimentarios en todo el mundo. Así pues, en el intento de definir una tendencia en la utilización de pescado para usos no alimentarios se debe eliminar de algún modo la aleatoriedad de los volúmenes capturados y disponibles en el mar. Un enfoque sencillo consiste en calcular promedios móviles de diversos años.

El promedio móvil de seis años ha pasado de los aproximadamente 29 millones de toneladas anuales del período comprendido entre 1994 y 1999 hasta los más de 32,5 millones de toneladas del período comprendido entre 1999 y 2004. Este aumento se explica por el rápido crecimiento de las cantidades destinadas a usos no alimentarios en China, tanto para la elaboración de harinas de pescado como para otros fines. En este país, el promedio móvil de seis años ha pasado de 5 millones de toneladas anuales de pescado para usos no alimentarios durante el período de 1994 a 1999 a 9,3 millones de toneladas anuales durante el período de 1999 a 2004. Para el resto del mundo, el promedio de seis años se ha reducido en 1,5 millones de toneladas hasta situarse en los 23,4 millones anuales del período comprendido entre 1999 y 2004.

Sin embargo, el aumento de los usos no alimentarios no ha evitado que se materializara el incremento previsto de los usos alimentarios. En 2004, la cantidad de pescado utilizada como alimento alcanzó los 105,6 millones de toneladas, como mínimo 8,7 millones de toneladas más que hace cuatro años. Es la acuicultura, y en cierta medida la pesca de captura continental, la que ha posibilitado este aumento. El crecimiento de la producción acuícola destinada al consumo humano (excluidos los productos intermedios) ha compensado el porcentaje de la pesca de captura destinada a la fabricación de harina de pescado y a otros usos no alimentarios. Por supuesto, esto es posible porque una gran parte de la producción acuícola no depende de piensos enriquecidos con harina de pescado.

Harinas de pescado y disponibilidad del pescado como alimento

A mediados de la década parece dudoso que hacia 2010 sólo se utilicen 26 millones de toneladas de pescado para fines no alimentarios. No obstante, resulta difícil determinar en qué medida es improbable, puesto que en este campo actúan fuerzas opuestas.

Por un lado, los acuicultores, así como otras personas que utilizan la harina de pescado, requerirán en un futuro inmediato cantidades cada vez mayores. Sin embargo, dichas cantidades deben proceder de la pesca de captura, dado que la producción acuícola suele ser demasiado costosa como para destinarla a otros usos que no sean la alimentación humana.

Por otro lado, la demanda futura de harina de pescado por parte de la industria acuícola se verá influida por los resultados de la investigación que pretende sustituir la harina de pescado de los piensos para peces y crustáceos. Cuando esta investigación haya logrado resultados viables tecnológica y económicamente, las consecuencias en la fabricación de harinas de pescado podrían verse rápidamente, y las cantidades de pescado que requieren las empresas que elaboran estos productos se podrían reducir tal y como apuntaban las previsiones del pasado.

Sin embargo, habiendo transcurrido más de la mitad de la década los resultados de estas investigaciones no parecen inminentes, de modo que se mantendrá el crecimiento en la demanda de harinas de pescado. Este hecho supondrá un encarecimiento del precio real de este producto, y también del aceite de pescado, que a su vez contribuirá a incrementar los incentivos para la utilización de mayores cantidades de pescado como materia prima en las fábricas de harina de pescado. No obstante, esta evolución conllevaría un aumento del coste real de algunos productos acuícolas, ceteris paribus, y un crecimiento de esta producción más lento que en otras circunstancias. Sin embargo, habida cuenta de que sólo una parte del sector acuícola depende de la utilización de harinas de pescado para la fabricación de piensos, parece poco probable que la escasez de este producto suponga un lastre significativo para el crecimiento global de la acuicultura.

No obstante, sí se producirá cierta reducción. Por lo tanto, en ausencia de una solución tecnológica que posibilitaría sustituir en gran medida, si no por completo, la harina de pescado de los piensos para peces y camarones, parece prudente prever que la cantidad de pescado disponible para el consumo humano en 2010 se situará por debajo de los 120 millones de toneladas y, más probablemente, entre 110 y 115 millones de toneladas. Si la producción de las pesquerías de agua dulce mantiene los niveles actuales o se incrementa, como podría ocurrir durante el resto de la década, la disponibilidad de pescado para el consumo humano experimentará un crecimiento de proporciones similares.

LIMITACIONES Y DESAFÍOS PARA LA ACUICULTURA A MEDIO PLAZO

Recientemente, la FAO ha llevado a cabo un análisis prospectivo cuya finalidad consiste en proporcionar una nueva percepción del futuro global de la acuicultura. El proceso fue complejo e incluyó una valoración de la oferta y la demanda de pescado y productos pesqueros. El análisis prospectivo incluyó la preparación de un cuadro general del sector acuícola nacional en cada uno de más de 100 países considerados, cinco talleres regionales en los que los participantes debatieron acerca del estado de desarrollo de la acuicultura y las tendencias1 existentes en su región, la preparación de siete informes sobre el estado de desarrollo de la acuicultura regional y las tendencias imperantes así como una encuesta mundial de expertos sobre el desarrollo de la acuicultura en la que se utilizó la técnica Delphi. A continuación, el material obtenido de este proceso, así como otra documentación de interés, se resumió en un proyecto de estudio mundial sobre el estado y las tendencias del desarrollo de la acuicultura2. Posteriormente, este documento se remitió a un grupo de expertos al que se le solicitó que elaborara un borrador consensuado y un análisis prospectivo de la evolución futura de la acuicultura3.

El resto del presente capítulo se basa en el análisis prospectivo para examinar el posible comportamiento de factores que es probable que ejerzan una influencia notable en el desarrollo de la acuicultura en los próximos diez o veinte años. El punto de partida son algunas observaciones sobre la situación a la que se enfrenta la acuicultura en el África subsahariana.

La situación especial del África subsahariana

En el África subsahariana, el consumo per cápita de pescado ha quedado rezagado en comparación con el del resto del mundo. De hecho, se ha reducido de un elevado promedio de 9,9 kg per cápita en 1982 hasta el cálculo más reciente de 7,6 kg en 2003. Es muy difícil que esta región pueda soportar que continúe o empeore esta tendencia. Sin embargo, la acuicultura puede suponer una ayuda para esta zona, tal y como ha apuntado la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD). En 2005, la cumbre «Pescado para todos» de la NEPAD despertó la conciencia internacional sobre el potencial de la acuicultura en el continente4. Es probable que en los próximos años la actividad acuícola se convierta en una prioridad para el desarrollo. Existen indicios que anuncian la renovación de la asistencia al sector acuícola de África con carácter de ayuda esencialmente a largo plazo que favorezca la inversión privada.

Sin embargo, se deben superar grandes obstáculos. La mayoría de países del África subsahariana dispone de recursos limitados para proporcionar bienes y servicios públicos de calidad al sector acuícola, mientras que el sector privado no ha alcanzado el nivel de desarrollo necesario para compensar estas deficiencias. Así pues, es probable que la comunidad internacional aúne cada vez más esfuerzos con las instituciones y agentes de desarrollo de África para garantizar que la producción acuícola y de pescado del continente se convierta en parte integral de su proceso de desarrollo global, y que se proporcionen los bienes y servicios públicos necesarios.

Las condiciones primordiales para que esto ocurra, identificadas en el reciente estudio elaborado por la FAO5, son la estabilidad política y la buena gobernanza. Sin embargo, las personas que intervinieron en los estudios también llegaron a la conclusión de que se debe potenciar en mayor medida la inversión del sector privado en la acuicultura. El establecimiento de un entorno público propicio, combinado con una estrategia para abordar el desarrollo dentro de los límites que imponen los recursos disponibles, facilitará la eficiencia del sector privado. La aplicación enérgica de los documentos de estrategia de lucha contra la pobreza, la elaboración de estrategias nacionales sobre acuicultura y una buena legislación complementarán las consecuencias positivas de un desarrollo cada vez mayor de la acuicultura. Los expertos también determinaron la necesidad de ofrecer incentivos y aplicar medidas de reducción de riesgos para las inversiones extranjeras directas. Además, apuntaron que las empresas acuícolas comerciales con financiación extranjera a gran escala podrían ejercer un efecto de goteo y, por lo tanto, podrían potenciar el desarrollo de pequeñas y medianas empresas acuícolas comerciales.

Existen diversas condiciones relevantes para el futuro de la acuicultura en el África subsahariana. Entre ellas destacan la disponibilidad de insumos de calidad como semillas y piensos, de acceso a información de buena calidad, de un capital de inversión a largo plazo asequible y de recursos de tierras y aguas. En aquellos lugares en los que se cumplan estas condiciones, aumentará la sostenibilidad y se reducirán los riesgos. Habida cuenta de la importancia no sólo de la ayuda internacional, sino también de los mercados internacionales, es imperativo que la imagen internacional de la acuicultura africana sea positiva. De este modo se posibilitará la generación de beneficios, incluidas las ventajas directas e indirectas que recaerán sobre los más necesitados. La adopción de prácticas de gestión adecuadas para la protección ambiental y el uso sostenible de los recursos acuáticos desempeñará un cometido crucial, al igual que la aplicación de exigentes normas de inocuidad alimentaria. Finalmente, la utilización eficiente de la comunicación y la transferencia de conocimientos mediante las tecnologías de la información no sólo mejorará el conjunto de las aptitudes y los conocimientos mundiales sino que, además, creará un vínculo entre los acuicultores africanos y sus homólogos de otros continentes.

Tendencias, oportunidades y limitaciones

De entre los múltiples factores que determinan el suministro de productos acuícolas y que, en gran medida, también determinarán la disponibilidad y el consumo de pescado, se prevé que los siguientes aspectos desempeñarán un papel muy destacado en las próximas décadas.

Acceso a los recursos hídricos y terrestres e intensificación

Con contadas excepciones, en la mayoría de países de todo el mundo y en especial en el continente asiático (principal productor acuícola), existe muy poco terreno nuevo que esté disponible para la explotación piscícola. La escasez de tierra es, y con toda probabilidad seguirá siendo, una de las mayores limitaciones para la expansión mundial de la acuicultura.

Como consecuencia de la escasez de tierra, los gobiernos han adoptado diversas medidas para abordar esta problemática. Entre estas medidas destacan la conversión de suelo agrícola a suelo acuícola allí donde cultivos como el del arroz no han logrado generar una rentabilidad competitiva. Otra medida consiste en la integración de la acuicultura en los sistemas agrícolas existentes. El reciente desarrollo de la acuicultura en el sudeste asiático, a mediados de la década de 1980, se produjo en suelo agrícola, principalmente en plantaciones de azúcar. Por otra parte, la posibilidad de utilizar suelo no agrícola para la acuicultura tropieza con restricciones cada vez mayores. En el caso del cultivo del camarón, la mayoría de los manglares restantes está protegida contra la invasión. Puesto que resulta imposible incrementar la superficie de tierras, una de las soluciones consiste en intensificar la producción basada en tierra. De hecho, la intensificación se está convirtiendo en una tendencia cada vez más generalizada en la acuicultura de todo el mundo. Sin embargo, habida cuenta de que, por lo general, los costes de producción se incrementan con el nivel de intensificación, no se prevé que todos los acuicultores lleven a cabo esta intensificación. En cambio, muchos de ellos pueden optar por reducir la intensidad y, por lo tanto, también la producción, con tal de reducir los costes, la vulnerabilidad frente a problemas medioambientales o de salud de los peces.

La escasez de agua dulce es el segundo factor que podría limitar el futuro desarrollo de la acuicultura. Además de su utilización para el consumo humano, el cultivo de especies acuícolas de agua dulce y la agricultura, el agua dulce se utiliza en el cultivo en agua salobre de especies como el camarón para alcanzar niveles de salinidad óptimos. Con frecuencia su utilización en la acuicultura se suele considerar una pérdida para la agricultura, y en muchos casos se han priorizado los usos agrícolas en la asignación del agua. A pesar de esto, ambos sectores no tienen por qué ser incompatibles, puesto que existe la posibilidad de aplicar políticas que fomenten la utilización múltiple del agua. Sin embargo, es probable que en muchos países de todo el mundo, a medida que crezca la acuicultura, el acceso a agua pura se convierta en un factor cada vez más limitante.

Acceso a piensos adecuados: harina de pescado, aceite de pescado y pescado de escaso valor/morralla

La utilización de piensos acuícolas seguirá desempeñando una función determinante en la producción y el desarrollo de la acuicultura. La disponibilidad y el coste del pienso pueden constituir una limitación crítica para esta actividad. La irregularidad en los suministros de pienso o la escasez de los mismos constituyen nuevos riesgos que pueden poner en peligro el funcionamiento de este sector; de hecho, estos factores han supuesto un problema en muchos países, en especial en África y en algunas partes del continente asiático.

Existen opiniones contradictorias sobre la dependencia de las harinas y aceites de pescado en muchos países. Por un lado, con el incremento previsto de la producción acuícola en todo el mundo la demanda de piensos acuícolas mantendrá su escalada y, por lo tanto, lo mismo sucederá con la demanda de harina y aceite de pescado. Según la Organización Internacional de la Harina y el Aceite de Pescado, se prevé que el uso de harina de pescado en los piensos acuícolas experimentará un crecimiento superior al 5 por ciento (de 2,87 a 3,02 millones de toneladas de 2002 a 2012), mientras que la demanda de aceite de pescado aumentará en más del 17 por ciento (de 0,83 a 0,97 millones de toneladas) de 2002 a 20126. Se han realizado avances considerables en la búsqueda de alternativas adecuadas a la harina y al aceite de pescado procedentes de fuentes terrestres y vegetales. Sin embargo, los resultados más prometedores obtenidos hasta la fecha se han logrado con crustáceos y peces de aleta omnívoros y herbívoros. En estos casos, se ha conseguido la sustitución total de la harina de pescado.

Si bien se prevé que la producción de harina y aceite de pescado continúe estable durante la próxima década, se espera que disminuya la proporción de uso de harina de pescado en el sector de producción animal y que aumente la utilización de aceite y proteínas de origen vegetal. También se prevé una mayor eficiencia en la alimentación gracias a los avances tecnológicos. Por consiguiente, resulta poco probable que el suministro de harina y aceite de pescado constituya un factor restrictivo en relación con los piensos acuícolas. No obstante, conviene enfocar con cierta cautela estas optimistas expectativas, ya que la demanda de harina y aceite de pescado de las economías en desarrollo, como es el caso de China, podría influir enormemente en la oferta y la demanda mundial. En 2004 China importó 1 128 000 toneladas de harina de pescado (lo que equivale al 29,6 por ciento de las importaciones mundiales totales de dicho producto) y más de un tercio de las importaciones de soja de todo el mundo7.

El uso de pescado de escaso valor/morralla en la acuicultura constituirá otro factor importante en la evolución futura. De un total de aproximadamente 5-6 millones de toneladas de pescado de escaso valor/morralla que se utilizan directamente como piensos para la acuicultura (véanse las págs. 125-127), la mayor parte se destina a la piscicultura costera en jaulas en China y en algunos países del sudeste asiático, como Camboya, Indonesia, Tailandia y Viet Nam, y una parte menor a la piscicultura de atún en jaulas en los países del Mediterráneo y en México. Se prevé que, para el año 2013 y sólo en China, la demanda de pescado de escaso valor/morralla necesaria para sustentar sus actividades de cultivo en jaulas cerca de la costa ascendería a 4 millones de toneladas, mientras que Viet Nam requeriría cerca de 1 millón de toneladas8. No parece que la utilización de pescado de escaso valor/morralla como pienso acuícola pueda ser sostenible, y preocupa el hecho de que su uso continuado pueda tener efectos medioambientales adversos y conllevar riesgos para la bioseguridad. Cada vez son más numerosos los partidarios de utilizar este pescado de escaso valor/morralla como alimento humano.

Mayor capitalización y diversificación de los sistemas de producción y las especies

Pese a los limitados recursos terrestres y acuáticos, es probable que los empresarios de la acuicultura, atraídos por los altos precios, encuentren nuevas maneras (además de la intensificación) de aumentar la producción piscícola para satisfacer la demanda. Una de las opciones disponibles reside en la piscicultura costera en jaulas y los sistemas de cercado. Dado que a fin de lograr economías de escala se requerirá la producción de cantidades ingentes de peces para que las granjas resulten rentables, es probable que esta opción esté liderada por las grandes empresas.

Cuanto más grande sea la producción mayor tendrá que ser la capitalización, es decir, las inversiones de capital en maquinaria, sofisticadas y costosas tecnologías y capacitación. Con toda probabilidad, la expansión de la producción depreciará el valor de los peces y las empresas competirán entre sí por la mano de obra. Esto supondrá una subida de los salarios reales en el sector. Por consiguiente, a largo plazo los empresarios de acuicultura que deseen conservar unos márgenes de beneficios suficientes, condición sine qua non para mantener su actividad, deberán utilizar menos mano de obra y más capital. Esto significa que probablemente la acuicultura dejará de basarse en el uso intensivo de la mano de obra y comenzará a aplicar un uso intensivo del capital; en otras palabras, se prevé que la productividad (de la mano de obra) se convertirá en la clave del futuro de la acuicultura.

Asimismo, se espera que la diversificación se extienda a nuevas especies o cepas, especialmente a aquellas con elevado valor comercial. En términos generales, se puede prever la asignación de recursos productivos a la producción de tales especies, en detrimento de las de escaso valor. En cierto modo, ya se está experimentando esta evolución en diversos lugares del mundo. Son buenos ejemplos de ello la expansión de la producción de peces marinos en el sudeste asiático y la sustitución de los estanques de agua salobre por la cría en jaulas para el cultivo del sabalote en Filipinas. Por su parte, el Gobierno estadounidense ya ha establecido una base jurídica y reglamentaria para la acuicultura costera en la zona económica exclusiva nacional. El potencial de la acuicultura de altura es muy elevado en todo el mundo, y en particular en América del Norte, América Latina, Asia y el Pacífico, Europa, África septentrional y África austral.

La acuicultura de especies no destinadas a la alimentación, como los peces ornamentales, es un sector con un futuro muy prometedor. En el año 2002, se calculó que el valor al por mayor mundial de los peces ornamentales vivos de agua salada y dulce para uso en acuarios era de 900 millones de dólares EE.UU., con un valor al por menor estimado equivalente a 3 000 millones de dólares EE.UU. En vista del creciente potencial del cultivo y el comercio de peces ornamentales para elevar los ingresos y la tasa de empleo rural y generar beneficios cambiarios, los gobiernos promocionan cada vez más este aspecto de la acuicultura. No obstante, los brotes de enfermedades constituyen una amenaza para el desarrollo de esta industria. Se ha informado de la extensión por todo el mundo de una única cepa del herpes virus koi debido al comercio no regulado de peces ornamentales, expansión que podría convertirse en un grave problema para las carpas comunes y las carpas koi ornamentales, tanto de cultivo como silvestres. Mediante la implementación eficaz de las medidas adoptadas por los países para detener la expansión de las enfermedades de los peces, es de esperar que se prevenga la aparición de tales epidemias en el futuro.

El ecoturismo es una actividad incipiente que podría extenderse por todo el mundo, y diversos países ya está promoviendo el ecoturismo relacionado con la acuicultura. La pesca recreativa en lagos y embalses es muy popular en Europa central y oriental, especialmente en la Federación de Rusia, Ucrania, Belarús, Moldova y los Estados bálticos. En Malasia crece el interés por integrar las actividades de acuicultura con el turismo, por ejemplo la piscicultura costera en jaulas y los estanques para pesca de suelta y captura. Un ámbito con buenas perspectivas de desarrollo para el ecoturismo acuícola es el de los emplazamientos en alta mar, con la promoción de visitas a emplazamientos de cría en jaulas durante las expediciones a los arrecifes de coral.

Está ampliamente reconocida la necesidad de explotar aún más el potencial que representa la adición de valor a los productos acuícolas mediante el desarrollo de usos no alimentarios, en especial en el contexto de unos costes de producción crecientes. Ofrecen posibilidades en este sector los residuos utilizables de los subproductos de elaboración, como las vísceras (salmón), las pieles (tilapia), los menudillos (camarón) y los componentes antiartríticos (mejillones Perna viridis). Debido a la utilización de costosa maquinaria y tecnología y de técnicas de producción más intensivas, así como al continuo encarecimiento de la energía, es probable que los costes de producción continúen aumentando. Por ello, los productores se verán obligados a explorar todos los medios que permitan aumentar los beneficios, incluida la ampliación de la comercialización de subproductos de la acuicultura para usos no alimentarios.

Existen indicios de que en las regiones y los países en los que la acuicultura está firmemente afianzada se ha reducido el número de granjas que producen especies de escaso valor en volúmenes elevados, como los ciprinios, mientras que ha aumentado el número de granjas para maricultura de especies de gran valor. China es sólo uno de los numerosos ejemplos de esta situación. En el futuro la expansión de la producción marina, especialmente a través del cultivo de especies comerciales de valor relativamente elevado, podría compensar en parte la reducción de la producción acuícola de agua dulce. Tanto si se trata de especies de agua dulce de escaso valor como de especies marinas de valor elevado, el suministro de reproductores de alta calidad continuará siendo de gran importancia.

Acceso al capital

Con la intensificación progresiva y la diversificación de la acuicultura en los sistemas y especies que necesitan de tecnologías de gran sofisticación, el acceso al capital se convertirá en un factor clave para el desarrollo. No sólo se requerirá capital para sufragar las inversiones y los costes operativos de la acuicultura sino también para la contratación de seguros, ya que estas inversiones en alta tecnología con toda probabilidad conllevarán más riesgos que los experimentados en la acuicultura convencional.

Aunque quizás no constituya un problema para los países desarrollados, el acceso al capital supone un obstáculo para el fomento de la acuicultura en el mundo en desarrollo. Salvo escasas excepciones, el mercado del capital en Asia y el Pacífico, en América Latina y el Caribe y en el África subsahariana y Europa oriental está poco desarrollado y es de difícil acceso. Por ello, las posibilidades en estas regiones de desarrollar o implementar nuevas tecnologías son muy limitadas. El recurso a la inversión extranjera, que es esencial, está restringido. Aunque es de prever que este problema continúe presente, hay lugar para el optimismo. Siempre y cuando la forma de gobierno sea adecuada y se apliquen políticas que favorezcan la inversión, la creciente facilidad para canalizar capital de un país a otro podría permitir que los sistemas de cultivo con uso intensivo de capital se expandieran también en los países en desarrollo. De hecho, algunos países del África subsahariana, como Gambia, Senegal, Namibia, Nigeria y Uganda, ya están recibiendo flujos considerables de inversiones extranjeras para la cría de especies como el camarón, el siluro y la tilapia. También se notifican entradas de capital importantes en América Latina, en especial en Brasil y Chile, para el cultivo del salmón y otras especies. Cabe esperar que esta tendencia continúe durante bastante tiempo.

El cultivo de algas marinas se ha expandido rápidamente y, gracias a que la demanda ha superado a la oferta procedente de recursos naturales, dicho cultivo ofrece nuevas oportunidades de inversión. El sector de las algas marinas proporciona una gama de productos cuyo valor de producción anual asciende a los 5 500-6 000 millones de dólares EE.UU., de los que los productos alimentarios para consumo humano suponen aproximadamente 5 000 millones de dólares. La cifra restante deriva en su mayoría de las sustancias extraídas de las algas marinas (carragenina, agar y alginato), y en proporción mucho menor de usos más pequeños y variados como los fertilizantes orgánicos y los aditivos para alimentación animal. Este sector de la industria se distingue por su carácter internacional y parece ser un buen ejemplo de actividad en la que el acceso al capital no constituye un factor restrictivo. Existen indicios de una probable expansión del sector de las algas marinas en las próximas décadas.

Gestión medioambiental

Es posible que la intensificación permita conservar la rentabilidad, pero también presenta inconvenientes. En ocasiones conlleva complicaciones de gestión, en especial relativas a la calidad del agua y a la salud de los animales de cultivo. También preocupa el peso que representa el mayor número de granjas y/o la intensidad de los sistemas de producción para la capacidad de carga del medio ambiente. El comportamiento del sector en términos de producción dependerá de la adecuada gestión de estas cuestiones.

Algunos estudios recientes9 sugieren que la emisión de nitratos y fosfatos de la acuicultura puede considerarse insignificante con respecto a su contribución a la carga de nutrientes en casi todas las regiones del mundo. Sin embargo, podrían repercutir localmente en la floración de algas y eutroficación. Se ha recorrido un largo camino durante la última década en la reducción del aporte de nutrientes y elementos orgánicos de la acuicultura. Los notables avances y la innovación en la tecnología de la alimentación automática han reducido significativamente la aportación de piensos, conservando al mismo tiempo la productividad y mejorando la eficacia económica. Estos avances fueron reforzados con el creciente uso del barbecho por parte de los acuicultores. Las asociaciones de consumidores y agricultores y la sociedad civil, así como los compradores institucionales como cadenas de supermercados y otros grupos clave de interesados directos, están promocionando activamente el desarrollo de normas y códigos que garanticen una acuicultura responsable desde el punto de vista social y medioambiental. Estas mejoras se han dejado sentir en todo el mundo en el caso de algunos productos, como el salmón, y probablemente continuarán favoreciendo la imagen pública de la acuicultura, impulsando de este modo la producción.

Encarecimiento de la energía

El coste de la energía, incluso antes de que comenzara la actual crisis energética mundial, representaba una parte importante de los costes de producción en muchas explotaciones de acuicultura comercial. En vista de la continuada intensificación y del uso de tecnologías más sofisticadas se requerirá probablemente una cantidad mayor de energía, lo que exacerbará el problema de su coste. Así como por la tierra y el agua, la acuicultura también habrá de competir con otras actividades para obtener la energía necesaria. Con el objetivo de mitigar el problema, investigadores de todo el mundo buscan fuentes de energía de bajo coste. Una de las opciones sugeridas es la utilización de bombas más eficientes. Otra es el empleo de sistemas de recirculación, que aunque en general necesitan energía no requieren que se bombee agua desde niveles inferiores, con lo que su consumo energético es eficiente. En muchos países se están empleando a escala limitada en la acuicultura de agua dulce bombas que funcionan con energía eólica, pero su coste de inversión es elevado. La incapacidad de diseñar una bomba de alto volumen de producción y bajo coste para el cultivo de camarones en agua salada también ha limitado su uso. Las bombas que funcionan con energía solar presentan los mismos problemas. Además, los acuicultores están desarrollando estrategias y prácticas destinadas a reducir las necesidades energéticas. En determinadas prácticas de cultivo, podría minimizarse el coste energético del bombeo mediante el uso combinado de la biorremediación y una técnica de descarga reducida, o incluso de descarga cero. No obstante, aún se requieren investigaciones sobre estas técnicas de producción.

Desarrollo de los recursos humanos

El desarrollo de los recursos humanos es fundamental para la evolución de la acuicultura, cuyo éxito dependerá de que el fomento de la capacidad humana en los sectores privado y público consiga mantenerse a la par de los avances en materia de tecnología, comercio internacional y legislación. Si bien esta cuestión ya se ha debatido en numerosas ocasiones durante las últimas décadas, la necesidad de capacidad humana a fin de enfrentar el desafío que supone la producción suficiente de alimentos acuáticos para satisfacer la demanda futura es ahora, y será probablemente durante los próximos diez años, un tema esencial. Algunas cuestiones conexas, muchas de las cuales quedan fuera del control del sector de la acuicultura, son la fuga de cerebros y la migración del personal capacitado desde los países en desarrollo hacia las naciones desarrolladas, así como la pérdida de capital humano y social como consecuencia de los efectos del VIH/SIDA en muchas partes del mundo, especialmente en África. Las catástrofes naturales, como el tsunami asiático de 2004, también actúan con frecuencia en gran detrimento de la capacidad humana. Estos factores podrían seguir afectando a la acuicultura durante muchos años más.

Investigación y desarrollo

Mientras la acuicultura continúe necesitando expandirse, la investigación y el desarrollo serán importantes. La investigación se enfrenta al reto de proporcionar a quienes elaboran las políticas y a los profesionales del sector unos conocimientos e innovaciones de vanguardia, que abarquen desde la mejora genética de los peces de cultivo hasta el sofisticado diseño de jaulas para la piscicultura en emplazamientos de altura y una mejor gestión de los piensos y de los aspectos sanitario y medioambiental. No obstante, el desarrollo de la acuicultura se ha visto frenado por tres factores relacionados con los requisitos fundamentales de la investigación y desarrollo: la falta de fondos, la falta de personal básico de investigación y las deficiencias de infraestructura para la investigación. Esto explica la necesidad de aumentar la inversión en el desarrollo de los recursos humanos, ya que la capacidad humana demuestra ser indispensable para el desarrollo sostenible de la acuicultura. La búsqueda de oportunidades para la acuicultura requiere de más y mejores recursos humanos. El fomento de los recursos humanos debería impulsar el desarrollo de una tecnología, una legislación y una gestión más eficaces para la acuicultura.

Tecnologías de la información y la comunicación y establecimiento de redes

Los continuos avances de las tecnologías de la información y la comunicación están creando nuevas oportunidades de comunicación, formación y puesta en común de conocimientos de forma oportuna y rentable. El reto para los gobiernos y otras partes interesadas es ahora aprovechar y aplicar estas oportunidades de modo beneficioso para el sector.

El intercambio de información a través de redes desempeñará un papel de gran importancia en el desarrollo del sector. Aunque, hasta el momento, la FAO no ha tenido éxito en la creación de redes de acuicultura autónomas exceptuando la Red de centros de acuicultura de Asia y el Pacífico (NACA), se están explorando en diversas regiones las posibilidades de establecer redes. Se espera que la ya existente Red de centros de acuicultura de Europa central y oriental (RCAECO) adquiera total independencia en los próximos años. La creación de redes como estas, especialmente en el África subsahariana y en América Latina, podría agilizar el desarrollo del sector. En línea con lo expuesto en la Declaración de Kyoto de 199510 y de conformidad con las recomendaciones del Subcomité de acuicultura del COFI, es necesario que los gobiernos y las organizaciones de ayuda internacional se planteen prestar su ayuda para la creación de estas redes.

Acceso a los mercados

El crecimiento de la acuicultura continuará dependiendo en gran medida de los mercados nacionales e internacionales cada vez mayores y de la capacidad para comerciar en ellos. El comercio internacional de peces de cultivo, que ha aumentado de forma progresiva durante las últimas décadas, ha llevado a algunos países a aplicar elevados aranceles de importación sobre el pescado y sus productos con el objetivo de proteger al sector acuícola nacional frente a la competencia extranjera11.

La liberalización progresiva del comercio ha impulsado en muchos casos la reducción de los aranceles. No obstante, las barreras no arancelarias, tanto técnicas como no técnicas, se han convertido en el principal obstáculo para el acceso al mercado y el comercio de las exportaciones a países desarrollados12.

Los productores nacionales de los países importadores acusan cada vez con más frecuencia a quienes venden productos en sus mercados nacionales (los exportadores de otros países) de comerciar con los productos por debajo de su valor y/o beneficiarse de subsidios. Varias de estas quejas han llevado a los países importadores a implementar medidas contra dichas importaciones, incluida la introducción de precios de importación mínimos y aranceles adicionales para compensar el dumping o las supuestas subvenciones. Un número creciente de disputas de este tipo se lleva ante la OMC para que su Mecanismo de solución de diferencias proceda a su resolución; entre las controversias allí planteadas se cuentan algunas relativas a especies de cultivo como el camarón y el salmón. Cabe prever que a medida que crezca el sector, que más productos de acuicultura accedan al comercio internacional y que se endurezca la competencia por conquistar cuotas de mercado aumentará el número de acusaciones y conflictos de este tipo.

El acceso a los mercados de exportación también se ha complicado debido a las normativas sobre requisitos de calidad e inocuidad de los productos de importación (véanse las págs. 148-156). Parece razonable que se logre el acceso a los mercados mediante el desarrollo de sistemas de certificación de seguridad y calidad de los alimentos. Si los acuicultores no se atuvieran a tales normas y reglamentos esto podría repercutir enormemente en el comercio internacional de productos de acuicultura de los países en desarrollo. Como consecuencia de esto, los acuicultores, especialmente los de explotaciones reducidas, se están agrupando en pequeñas asociaciones o grupos para aplicar todos sus esfuerzos a prácticas de gestión de mayor calidad y mejorar la autorregulación. Para ellos no sólo es una manera de responder a la demanda de cumplimiento de las normas del comercio internacional, sino también un modo de incrementar los beneficios y reducir las pérdidas de producción.

Dada la importancia de la contribución de los países en desarrollo a la producción mundial de la acuicultura, el aumento del proteccionismo en los países desarrollados podría reducir sin lugar a dudas la producción acuícola en el mundo en desarrollo, lo que disminuiría la posibilidad de que este sector pudiera hacer frente a los niveles actuales de abastecimiento per cápita de pescado. El impacto de dicho aumento se haría sentir especialmente en los pequeños productores, que quizás no podrían sostener los elevados costes del cumplimiento de las normas, por lo menos en lo que a los artículos producidos internacionalmente se refiere, y terminarían por quedar excluidos de la actividad.

A la luz de tales circunstancias, parece muy probable que la diversificación del mercado desempeñe un papel fundamental. El desarrollo de nichos de mercado, por ejemplo para productos de acuicultura orgánicos o con ecoetiquetado, irá a la par con el de la producción acuícola de productos y especies tanto ya establecidos como nuevos. Si continuara la liberalización del comercio del pescado en el marco de nuevos acuerdos bilaterales o multilaterales podrían surgir nuevas oportunidades de expansión para el sector de la acuicultura.

En muchos países en desarrollo, y especialmente en Asia, las industrias de acuicultura nacionales compiten con las importaciones por obtener cuotas del mercado nacional para sus productos finales. Con el objetivo de superar este problema, los productores y elaboradores acuícolas se están encaminando poco a poco hacia el desarrollo de productos elaborados para mercados tanto nacionales como de exportación. Esta estrategia de adición de valor permitirá mejorar la rentabilidad de las empresas de acuicultura. Asimismo, se observa una tendencia a intentar captar mercados urbanos locales mediante productos estandarizados y con valor añadido y «fáciles de cocinar» o «de tipo supermercado». Es probable que estas tendencias crezcan y se intensifiquen a medida que aumente la competición por los mercados.

Políticas y gobierno sólidos

La buena gobernanza, incluida la estabilidad política, ejerce una influencia primordial sobre el desarrollo de la acuicultura en todos los niveles. Reduce los costes empresariales, atrae inversiones en el sector y mejora la competitividad de la industria en el ámbito tanto nacional como mundial. Las políticas macroeconómicas, en especial las políticas fiscales, el acceso a los recursos humanos y los conocimientos prácticos y la tecnología desempeñan un papel análogo de igual importancia. La mayor participación de los interesados directos en el gobierno del sector irá adquiriendo importancia gradualmente. Para aumentar la sostenibilidad de la acuicultura, será necesario reforzar las asociaciones de acuicultores y establecer la autorregulación del sector.

Muchos países no disponen de una legislación específica para la acuicultura, sino que el sector se rige por una multiplicidad de leyes especiales que se prestan con frecuencia a interpretaciones diversas. En tal caso, la buena gobernanza consiste en proporcionar al sector una normativa jurídica sobre acuicultura. Estas normativas ya existen, y es probable que durante la próxima década los gobiernos las adapten a las necesidades de cada país, reflejando los diferentes niveles de desarrollo de la acuicultura.

En los países con un sector de acuicultura incipiente, los gobiernos necesitarán invertir sumas considerables en la construcción de instituciones y disposiciones de gobernanza de la acuicultura, en especial para las empresas de acuicultura industriales orientadas hacia la exportación. Dado que hacer cumplir la ley constituye una dificultad en la mayoría de países, se hará especial hincapié en el incremento de la autorregulación a través de asociaciones de acuicultores y del sector en su conjunto. Con toda probabilidad, la autorregulación crecerá hasta convertirse en la norma.

Apoyo gubernamental

En términos generales, el compromiso del gobierno de aumentar su apoyo al sector de la acuicultura constituye un requisito previo para su desarrollo sostenible. Dicho compromiso se materializa en la articulación clara de políticas, planes y estrategias y en la disponibilidad de un apoyo financiero adecuado. Un factor potencialmente restrictivo es el nivel de compromiso gubernamental, especialmente en los países en desarrollo. ¿Se debilitará y desaparecerá este compromiso a medida que surjan nuevas oportunidades económicas globales y que aumente la competencia por los escasos recursos naturales y financieros? Pese a las variaciones en el nivel de compromiso dentro de cada región y entre ellas, que dependen de la importancia de la acuicultura para el bienestar y la economía de los distintos países, se prevé que perdure el compromiso y aumente el nivel de apoyo en los países en que la acuicultura contribuye ya de manera sustancial, o se considera un potencial contribuyente, al crecimiento, la mitigación de la pobreza y la seguridad alimentaria.


NOTAS

  1. Q.V.V. Morales y R.R. Morales. 2006. Síntesis regional del desarrollo de la acuicultura. 1. América Latina y el Caribe 2005/Regional review on aquaculture development. 1. Latin America and the Caribbean 2005. FAO Circular de Pesca No 1017/1. Roma, FAO; S.L. Poynton. 2006. Regional review on aquaculture development. 2. Near East and North Africa 2005. FAO Circular de Pesca No 1017/2. Roma, FAO. 2006; Network of Aquaculture Centres in Asia-Pacific. 2006. Regional review on aquaculture development. 3. Asia and the Pacific 2005. FAO Circular de Pesca No 1017/3. Roma, FAO; T. Hecht. 2006. Regional review on aquaculture development. 4. Sub-Saharan Africa 2005. FAO Circular de Pesca No 1017/4. Roma, FAO; FAO/Network of Aquaculture Centres in Central and Eastern Europe. 2006 (de próxima publicación). Regional review on aquaculture development trends. 5. Central and Eastern Europe 2005. FAO Circular de Pesca No 1017/5. Roma, FAO; K.J. Rana. 2006 (de próxima publicación). Regional review on aquaculture development. 6. Western Europe 2005. FAO Circular de Pesca No 1017/6. Roma, FAO; P.G. Olin. 2006. Regional review on aquaculture development. 7. North America 2005. FAO Circular de Pesca No 1017/7. Roma, FAO.
  2. FAO. 2006. State of world aquaculture: 2006. FAO Documentos Técnicos de Pesca Nº 500. Roma.
  3. FAO. 2006. Prospective analysis of future aquaculture development and the role of COFI Sub-Committee on Aquaculture. Documento de trabajo preparado para el tercer período de sesiones del Subcomité del COFI sobre Acuicultura, Nueva Delhi, India, 4-8 de septiembre de 2006. Roma.
  4. Para mayor información, véase http://www.fishforall.org/ffa-summit/africasummit.asp
  5. Op cit., véase la nota 2.
  6. A.G.J. Tacon, M.R. Hasan, y R.P. Subasinghe. 2006. Use of fishery resources as feed inputs for aquaculture development: trends and policy implications. FAO Circular de pesca No 1018. Roma.
  7. A.G.J. Tacon. 2006. Study and analysis of feed and nutrients for sustainable aquaculture development: a global synthesis. Informe presentado en el Taller de expertos FAO sobre el uso de alimentos y fertilizantes para el desarrollo sostenible de la acuicultura, Wuxi, China, 18-21 de marzo de 2006.
  8. S.S. De Silva, 2006. Feeds in Asian aquaculture: the key to its long-term sustainability. Informe presentado en el Taller de expertos FAO sobre el uso de alimentos y fertilizantes para el desarrollo sostenible de la acuicultura, Wuxi, China, 18-21 de marzo de 2006.
  9. I. Karakassis, P. Pitta y M.D. Krom. 2005. Contribution of fish farming to the nutrient loading of the Mediterranean. Scientia Marina, 69: 313-321.
  10. La Declaración y plan de acción de Kyoto, aprobados por la Conferencia Internacional sobre la Contribución Sostenible de la Pesca a la Seguridad Alimentaria (Kyoto, Japón, 4-9 de diciembre de 1995).
  11. Op cit., véase la nota 2.
  12. Ibid.

Se incluye un ejemplar de cortesía del CD-ROM World Fisheries and Aquaculture Atlas.
En esta 4a edición del Atlas de la FAO, se presenta un panorama mundial completo
de la pesca de captura y la acuicultura marinas y continentales.

Por el momento, el Atlas está disponible solo en versión inglesa.

EL ESTADO MUNDIAL
DE LA PESCA
Y LA ACUICULTURA

Varias décadas atrás, las administraciones públicas concentraban sus esfuerzos en fomentar la pesca y la acuicultura y asegurar el crecimiento de la producción y el consumo de sus productos. En el decenio de 1980, cuando muchos recursos alcanzaron la plena explotación o incluso una explotación excesiva, los responsables de las políticas comenzaron a prestar más atención a la ordenación pesquera además de ocuparse del fomento de la acuicultura. El reconocimiento subsiguiente de los numero- sos fallos de la ordenación ha llevado a los Estados Miembros de la FAO y otras partes interesadas a adoptar un planteamiento más amplio, y la gobernanza, es decir, la suma de las disposiciones jurídicas, sociales, económicas y políticas utilizadas en la ordenación sostenible de la pesca y la acuicultura, se considera hoy como el trasfondo indispensable de su gestión.

La expansión de la acuicultura continúa, mientras que a nivel mundial las pesquerías marinas de captura consideradas en su conjunto parecen haber alcanzado un límite. A la luz de la importancia cada vez mayor de la acuicul- tura, El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2006 termina con un examen de los retos con que se enfrenta el sector y las oportunidades que tiene ante sí. El examen se basa en un análisis prospectivo del sector acuícola mundial realizado por la FAO en los dos últimos años.


Esta publicación incluye la 4a edición del CD-ROM World Fisheries and Aquaculture Atlas de la FAO (disponible solo en inglés), en el que se presenta un panorama mundial completo de la pesca de captura y la acuicultura marinas y continentales.

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