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ANEXO 4 (B)

HONDURAS: ESTUDIO DE CASO

PROYECTO DE DESARROLLO RURAL DEL SUR DE LEMPIRA
(PROLESUR)

RESUMEN

Cobertura

El Proyecto de Desarrollo Rural del Sur de Lempira (PROLESUR), comenzó en 1988. El proyecto se lleva a cabo en el sur del Departamento de Lempira, con una cobertura geográfica de 20 municipios de los 28 que tiene el departamento. La cobertura poblacional aproximada es de 127 700 habitantes que viven en la zona del proyecto.

Fondos operacionales

Desde su inicio en 1988, ha recibido las contribuciones financieras siguientes:

Objetivos del proyecto

Inicialmente, el objetivo era de mejorar el nivel de vida de la población rural mediante la participación organizada de ésta en el fomento de nuevas oportunidades productivas, generación de fuentes de empleo y coordinación de acciones de instituciones, en el marco de políticas de agricultura y desarrollo rural sostenibles, con vistas al fortalecimiento de mecanismos apropiados de intervención y desarrollo. En 1996, dicho objetivo fue modificado para focalizar las unidades familiares en proceso de mejoramiento de sus condiciones de vida y de sus recursos naturales de manera sostenible.

Impacto del proyecto

No hay información disponible sobre el impacto nutricional del proyecto. En cuanto a la producción agrícola, la de maíz se ha incrementado de 10 quintales[60] por manzana[61] en 1995 a 24 quintales por manzana en 1998, como resultado de la adopción de un paquete tecnológico agrícola basado en el sistema agroforestal Quesungual[62], el cual es adoptado, cada vez más por la población. En frijol que antes no se sembraba en el área, actualmente está produciendo rendimientos significativamente mayores. PROLESUR incidió en la toma de decisión para redactar la ley y normatividad del Programa Nacional para el Desarrollo Rural Sostenible (PRONADERS) adscrito a la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG).

En el aspecto educativo, la conversión de cinco institutos de educación secundaria en Institutos Técnicos de Capacitación Agrícola en la zona de influencia del PROLESUR a partir de noviembre de 1998 con el aval técnico y financiero de la Secretaría de Educación.

Participación comunitaria

PROLESUR ha hecho un esfuerzo enorme y efectivamente ha logrado masificar el paquete tecnológico basado en el sistema Quesungual, situación que ha hecho cambiar la dinámica de producción de maíz y frijol en toda la zona de influencia del proyecto. Sin embargo la participación ha sido en su mayor parte funcional, con los participantes que llevan a cabo las actividades del proyecto, pero con poca contribución a la selección de dichas actividades. Habrá que reforzar con bastante intensidad la parte social comunitaria y extender la cobertura de los componentes tales como hogar saludable y generación de ingresos.

Lecciones aprendidas

Fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas/limitaciones (FODA)

Fortalezas

Debilidades

Oportunidades

Amenazas/limitaciones

Sostenibilidad

El PROLESUR tiene un apoyo político considerable y sus logros en el área de la producción de alimentos, le aseguran la continuidad de este apoyo. La aplicación del sistema agrícola Quesungual ha tenido un éxito reconocido y el mismo es probable que continúe. Sin embargo, al proyecto le queda todavía mucho por mejorar en cuanto a la coordinación a todos los niveles y en su relación con el gobierno local en particular. Otra amenaza a la sostenibilidad es el involucramiento limitado de las comunidades participantes, en la toma de decisiones.

A: CONTEXTO NACIONAL

La República de Honduras se encuentra en Centro América y su territorio posee una extensión territorial de 112 492 km2. Limita con 3 países: Guatemala, El Salvador y Nicaragua lo que la hace tener un papel estratégico en el intercambio comercial. Dispone además de salidas al Océano Pacífico y Atlántico lo que también le favorece. La población estimada para el año 2001 era de 6,6 millones, aproximadamente (División de Población de las Naciones Unidas, 1998).

La población es predominantemente joven y según estimaciones para el año 2000, del total de la población, un 63,1 por ciento es menor de 25 años. El Informe sobre Desarrollo Humano de Honduras 2000 ubica al país con un Índice de Desarrollo Humano de 0,653 y lo sitúa entre los cinco países con Índice de Desarrollo Humano más bajo del continente. Una de las dificultades más serias que el país ha tenido, ha sido el crecimiento económico. Según un informe del PNUD de 1997, la tasa de incremento del producto interno bruto entre 1965 y 1980 fue de 1,1 por ciento. El producto interno bruto per cápita (PPA[63] en dólares EE.UU.) es reportado para Honduras de 2 433 dólares EE.UU., uno de los más bajos en Centro América y ni siquiera la mitad del producto interno bruto de Costa Rica y Panamá. En 1996, el ingreso per cápita se estimó alrededor de 700 dólares EE.UU. Según los indicadores presentados en el Informe sobre Desarrollo Humano (PNUD, 2000), que utiliza datos de 1998 y el Informe Nacional sobre Desarrollo Humano de 1999 (PNUD/INDH, 1999) con relación al Indice de Desarrollo Humano de Honduras, la insuficiencia de desarrollo humano en salud es del 26 por ciento, en educación del 32 por ciento y en ingresos de un poco más del 70 por ciento.

Una evaluación de la situación de Honduras sobre la base de los Informes sobre Desarrollo Humano del PNUD, la coloca en el grupo de países que han realizado, a pesar de su bajo ingreso, importantes avances en desarrollo humano en las últimas décadas, especialmente en educación y salud. Pero también constata que su economía presenta serios problemas, para seguir hacia adelante. Datos del Informe Nacional sobre Desarrollo Humano 1999 mencionan que la economía se ha vuelto más vulnerable dada la debilidad de redes sociales y falta de un sistema jurídico consolidado e independiente. La consolidación de la democracia se encuentra con el gran desafío de mitigar una deuda social histórica, además de enfrentar dificultades para sistematizar un rendimiento de cuentas transparente y un alto grado de responsabilidad social compartida, necesaria para una sociedad en proceso de desarrollo.

En aspectos demográficos la tasa de fecundidad según la Encuesta Nacional de Epidemiología y Salud Familiar (ENESF) 1995-1996, fue de 4,9; 6,3 en áreas rurales y 3,9 en las áreas urbanas. La tasa de nacimientos fue de 33,4 en 1996. Entre los principales grupos étnicos están los Garifunas, Misquitos, Xicaques o Tolupanes, Lencas, Pech o Payas, Tawhakas o Sumos, Chortis y Hohaos.

El nivel de pobreza en Honduras es bastante alto. En 1996, el porcentaje de familias pobres se estimó en 72,2 por ciento de acuerdo al criterio de línea de pobreza y se mantuvo sin cambios significativos a lo largo de esa década. Esta situación se agudizó más todavía por los efectos del Huracán Mitch que en 1998 afectó severamente la producción agropecuaria y destruyó una buena parte de la infraestructura social y económica del país. Este fenómeno también afectó el nivel de desempleo, principalmente en las zonas urbanas, observándose un incremento de 4,6 por ciento a 5,2 por ciento. La evolución de la producción agropecuaria y de la situación financiera se vio seriamente afectada por las secuelas del huracán Mitch, dejando como resultado una reducción de 8,7 por ciento y 6,3 por ciento, respectivamente. En aspectos de salud, el siguiente cuadro presenta un resumen de su evolución:

Cuadro 1 Indicadores básicos de salud

Indicador

1990

1998

Esperanza de vida al nacer

64,9

68,8

Mortalidad infantil por 1 000 nacidos vivos

50,0

40,2

Tasa de incidencia (por 100 mil habs.):
Síndrome de inmunodeficiencia adquirida
Tuberculosis
Malaria


18,8
77,1
1 125,5


19,5
81,3
621,3

Cobertura de vacunación en <5 años

81, 8

94,2

Población sin acceso a agua potable

34

25,1

Población sin acceso a saneamiento

38

26,2

Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano, PNUD, Honduras 2000.

Los dos indicadores que mejor reflejan las condiciones nacionales de salud son la mortalidad infantil y la esperanza de vida al nacer, y ambos han mejorado. Además, las mejoras en cuanto al aumento de infraestructura de salud, atención primaria en salud, condiciones sanitarias, incremento en el acceso al agua potable y la puesta en práctica de sistemas de letrinización han hecho una contribución importante. Sin embargo, los casos de síndrome de inmunodeficiencia adquirida y de tuberculosis han tenido un incremento sensible. La prevalencia del retraso del crecimiento ha disminuído desde 1987, en el grupo de uno a cinco años, de 43,9 por ciento en 1987 a 36,7 por ciento en 1996, pero la prevalencia se mantiene alta. Las áreas rurales del oeste del país son las que tienen los mayores problemas nutricionales. Esta situación está relacionada con los altos niveles de pobreza (96,1 por ciento) en esas áreas (OPS, 1998). En relación con datos nutricionales específicos para el Departamento de Lempira, varios documentos sólo mencionan que la situación es crítica especialmente para niños, niñas y mujeres, pero no se presentan datos cuantitativos al respecto.

En el sector educativo se ha venido observando un incremento en la tasa de cobertura de alfabetización a nivel nacional, pasando de 68,6 por ciento en 1990 a 72,1 por ciento en 1999. Aunque se reconoce que los logros no han sido equitativos ya que existen departamentos en donde la tasa de analfabetismo sobrepasa el 50 por ciento. La tasa de años de escolaridad tuvo mejoras en el nivel preescolar, primario y secundario con una elevación de la escolaridad promedio a nivel nacional entre 1990 y 1999 (ver Cuadro 2).

Cuadro 2 Evolución de la escolaridad en Honduras

Escolaridad

1990

1999

Preescolar

17,1%

38,8%

Primaria

94,5%

97,3%

Secundaria

27,6%

34,7%

Superior

7,6%

9,15%

Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano, PNUD, Honduras 2000.

Pese a estos avances, es evidente que el sistema educativo nacional todavía está muy lejos de hacer de la educación un derecho realizado para todos. En 1999 había 1 635 608 hondureños en edad escolar que no tenían acceso al sistema educativo, casi un 50,7 por ciento del total de población entre cinco y 24 años. Es en este escenario que se sitúa el Proyecto de Desarrollo Rural del Sur de Lempira (PROLESUR) que está destinado a la zona sur del departamento de Lempira.

Este departamento se encuentra ubicado en el suroeste de Honduras y es, en su mayor parte, fronterizo con El Salvador. Tiene una extensión territorial de 4 228 km2, con 253 689 habitantes y una densidad poblacional promedio de 60 habitantes por km2. El PROLESUR se encuentra trabajando en el Departamento de Lempira en un área de 2 178 km2, que representa un 50,8 por ciento de la superficie de todo el Departamento y en ella se encuentra un total de 127 700 habitantes en 20 municipios. En dicha área se ha estimado una densidad poblacional de 190 hab/km2. La topografía del terreno donde se lleva a cabo el PROLESUR es quebrada y montañosa, con elevaciones que van desde los 140 hasta los 2 200 metros sobre el nivel del mar en un espacio de 40 km. La agricultura que predomina es la de laderas, cultivando tradicionalmente el maíz y el frijol, frutas, verduras en pequeños huertos, café en los de mayor extensión y la crianza de ganado. En la zona, las vías de comunicación aún no son suficientes. Los municipios están comunicados por una sola carretera y el transporte por esta vía es escaso. La vía telefónica es precaria ya que sólo hay tres teléfonos en toda la zona de influencia del proyecto.

La zona del proyecto está catalogada en el Informe de Desarrollo Humano de 2000 como una zona campesina pobre, caracterizada por el minifundio y la precariedad de tenencia de tierra dado que muy pocos son propietarios de la tierra y en su mayoría la arriendan, por año o por cosecha. Si es por año, la renta va en el orden de 100 a 200 lempiras[64] por manzana, si es por cosecha, el dueño de la tierra pide hasta una carga de maíz por manzana cosechada (una carga equivale a dos quintales de maíz).

La seguridad alimentaria nutricional se ha enfocado desde los Programas de Hogar Saludable con aspectos de saneamiento, nutrición y salud reproductiva y en el sector agropecuario, en la diversificación de actividades productivas de la zona, combinando los sistemas tradicionales de cultivo, desalentando las costumbres nocivas en el tratamiento de la tierra para el cultivo, la introducción de otros productos que puedan comercializarse en la zona y el apoyo financiero para los agricultores, como una alternativa en la búsqueda de recursos.

No se encontró información inicial ni de tendencias sobre mediciones del estado nutricional en la población más vulnerable (niños y mujeres) objetivo del proyecto, que especifique los problemas de nutrición que se tenían al inicio del proyecto, como tampoco actualmente. Lo anterior tiene mucho que ver con el objetivo inicial del proyecto, el cual se planteó la línea del mejoramiento y conservación de recursos naturales, mediante el uso de tecnología agrícola y el aumento de la productividad de granos básicos (maíz y frijol).

B: DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO

El PROLESUR inició en 1988 como respuesta a una emergencia identificada por los líderes locales, quienes alertaron a las autoridades sobre una severa sequía que tenía a la población en una situación precaria de inseguridad alimentaria. Esta alerta se tradujo en una cooperación de largo plazo entre el Ministerio de Agricultura del época (actualmente Secretaría de Agricultura y Ganadería - SAG) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), quienes comenzaron con un proyecto de «emergencia» denominado «Rehabilitación de las actividades agrícolas (1988-1990)»[65] orientado a restaurar la capacidad productiva de la zona, poniendo énfasis en los mecanismos de protección y aprovechamiento de los recursos hídricos y en la formación de conciencia sobre los efectos de los sistemas productivos y el manejo de recursos naturales. El análisis técnico hizo las siguientes conclusiones:

Seguidamente entre 1992 y 1995 se llevó a cabo una siguiente etapa en la relación de los sistemas productivos con el ambiente (manejo de fincas y microcuencas), con un enfoque orientado principalmente a la seguridad alimentaria y la gestión de recursos naturales, con la participación activa de las organizaciones locales. Es aquí justamente cuando en la aldea Quesungual se detecta por investigadores agrícolas, un sistema agroforestal usado en dicha zona. Los árboles no estaban talados de raíz, sino que sólo a cierta altura (más o menos entre 1,20 y 1,80 metros) y el rastrojo estaba todo acumulado pendiente abajo. Ello dio origen a lo que ahora se llama sistema Quesungual (para más detalles ver Apéndice 1), el cual ha venido a revolucionar la producción de la zona especialmente del maíz, potenciando no sólo la productividad de alimentos básicos sino también las capacidades de manejo de las cuencas por sus efectos en la reducción y control de la erosión y regulación de los flujos hídricos.

Entre 1995 y 1999, se pasó del enfoque centrado en la finca y el manejo de la microcuenca, a un enfoque que incorporó como eje central a la familia y la comunidad. En resumen, la primera fase que duró poco más de una década (1988 - 1999), se centró en mejorar la disponibilidad y el acceso de la población a los alimentos básicos, partiendo de las estrategias de supervivencia para convertirlas en estrategias de desarrollo rural agrícola con visión de sostenibilidad. Es en 1992 que comienza el desarrollo de todas las actividades del proyecto, dado que los años iniciales se dedicaron a cubrir la emergencia que incluyó ayuda alimentaria y asistencia técnica y capacitación a líderes comunitarios.

Inicialmente, el objetivo de desarrollo a largo plazo del PROLESUR fue: mejorar el nivel de vida de la población rural mediante la participación organizada de ésta en el fomento de nuevas oportunidades productivas, generación de fuentes de empleo y coordinación de acciones de instituciones. Lo anterior en el marco de una agricultura y desarrollo rural sostenibles, de manera de proponer también el fortalecimiento de mecanismos apropiados de intervención y desarrollo. En 1996, dicho objetivo fue modificado hacia unidades familiares en proceso de mejoramiento de sus condiciones de vida y de sus recursos naturales de manera sostenible. Los objetivos específicos que se plantearon inicialmente también fueron modificados al cambiarse el objetivo central del PROLESUR.

En la primera fase de planificación y puesta en práctica del proyecto, no apareció de manera explícita e implícita el aspecto de vigilancia nutricional de la población beneficiaria. Sin embargo, en el replanteamiento de objetivos que se hizo, algunas acciones estarían orientadas y encaminadas a diversificar la producción alimentaria, y a la educación nutricional, aunque la vigilancia nutricional no estaba incluida aún. Como ejemplo, al inicio del componente Hogar Saludable se menciona disponibilidad de huertos familiares, procesamiento y comercialización, educación alimentaria nutricional, salud reproductiva y liderazgo.

Entre las estrategias que se definieron para apoyar y acompañar este proceso de cambio se incluyeron:

Los principales componentes que se definieron por el PROLESUR, para operacionalizar los objetivos y las estrategias planteadas fueron:

El PROLESUR siempre ha estado dirigido a desarrollar las capacidades técnicas a nivel local, incorporando desde el principio la capacitación técnica y teórica para la planificación participativa y la gestión administrativa. Ésto le ha servido para impulsar la puesta en práctica de todo el proceso tecnológico y agrícola en la idea de dar cumplimiento a los objetivos planteados inicialmente, que se refieren al rescate y la conservación de los recursos naturales y al aumento de la productividad agrícola.

Para el logro de estos objetivos, se promovió la participación de la población rural, el desarrollo de los recursos humanos, y de la infraestructura local y regional, así como los fondos necesarios de las instituciones nacionales y el apoyo de la cooperación internacional. Se ha contado con la participación financiera y técnica del Gobierno de Honduras a través de la SAG y en menor medida de la Secretaría de Educación. El financiamiento externo lo ha brindado el Gobierno de los Países Bajos a través de la FAO, de la siguiente forma:

En cuanto a la población objetivo del proyecto se determinó que los beneficiarios serían las familias de pequeños productores agropecuarios y/o aquellos campesinos hombres o mujeres rurales incorporados a organizaciones rurales pero sin tierra y que la han tenido que arrendar año por año. En la práctica, se ha trabajado también con ganaderos que practican la ganadería extensiva en mediana magnitud y que poseen más tierra. Según una evaluación realizada en 1998, el hecho de no establecer una diferenciación de estrategias para ambos grupos no ayudó a establecer mejores metas e impactos con cada uno de ellos. Esto sucedió tanto en la etapa de emergencia como a partir de 1992; el PROLESUR no discriminó a grupos, sino más bien la idea ha sido trabajar con todos aquellos interesados, pero que principalmente estuvieran organizados en grupos locales. Había la ventaja de experiencias anteriores en los años ochenta, del Proyecto de Desarrollo Rural de la Región Occidental (PRODERO) con el Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (BANADESA), por un lado, y la Cooperación Suiza por el otro lado, en las cuales los aspectos organizativos fueron reforzados vía créditos y la introducción de silos, respectivamente. Ésto ayudó a encontrar grupos con cierto nivel de experiencia, en cuanto a fallos en créditos y estas experiencias las retomó el PROLESUR para sus nuevos planteamientos. En el caso de los silos en vez de llevarlos hechos a las comunidades, se optó por desarrollar la capacidad de instalarlos para generar ingresos localmente.

El área de influencia del PROLESUR también ha aumentado. El proyecto comenzó en 1988 en 13 municipios y luego ha pasado en los últimos cinco años a una cobertura de 20 municipios, estimándose que la población de cobertura ha pasado de 80 000 a 127 700 actualmente.

El proyecto desde sus inicios tuvo el enfoque agronómico utilizando metodologías participativas como soporte para su consolidación. Inicialmente, contaban con 13 equipos técnicos en tres centros operativos: Guarita, Candelaria y La Campa. Dado el aumento de cobertura geográfica, aumentaron el personal y conformaron 20 equipos técnicos para igual número de municipios. Aquí vale mencionar que, en 1998, como parte de los esfuerzos del PROLESUR por iniciar un proceso de transferencia tecnológica, y con la aprobación de la Secretaría de Educación, cinco Institutos de Educación Secundaria en la zona fueron transformados en Institutos Técnicos de Capacitación Agrícola con enfoque agronómico y pecuario. Es todavía un experimento, el cual la Secretaría de Educación podría usar como un modelo de replicación y extensión de cobertura más allá de la zona de Lempira. El número de personal técnico y profesional que trabajan para el PROLESUR aumentó de 52 en 1992, a la cifra actual de 162. El personal incluye:

El PROLESUR ha logrado mayor impacto en el área agronómica, medianamente en el área de educación y en otras áreas todavía se están haciendo esfuerzos para validar metodologías y consolidar procesos. Los impactos del proyecto en las áreas de agricultura, gestión de la organización local y municipal, sistema de crédito de autogestión local y estado nutricional están documentados en informes y evaluaciones del proyecto. Dichos impactos se describen a continuación.

Agricultura

Entre 1995 y 1998, se comprobaron los beneficios en rendimientos de maíz como resultado de la capacitación a grupos de campesinos, incluyendo el sistema Quesungual (ver Apéndice 1). Estos grupos lograron elevar su rendimiento de aproximadamente 10 a 24 quintales por manzana. El sistema Quesungual ha sido ampliamente adoptado. Cabe notar que esta adopción, no se ha debido exclusivamente a la labor de los técnicos del PROLESUR sino también a su impacto demostrado sobre las condiciones del suelo y por ende en los rendimientos de las cosechas alentando su adopción en las fincas vecinas. Lo importante es como se nota el cambio en el paisaje, que es lo que le llama fuertemente la atención a los campesinos que todavía no han aplicado dicho sistema. Muchos campesinos no le llaman Quesungual a este sistema, algunos le llaman «sembrar en crudo» (ver Apéndice 1 para más detalles).

El uso de casi 5 031 silos metálicos (18 quintales por silo) en igual número de familias demuestra el incremento en la capacidad de almacenamiento de maíz por lo menos a partir de 1995 y en los últimos tres años, este nivel de almacenamiento fue mayor. Esta situación ha dado a los campesinos en la zona de influencia del PROLESUR una cierta seguridad, aumentando la disponibilidad de maíz y frijol para la época difícil en el verano. De la sequía provocada por el fenómeno del Niño en 1987-88, al fenómeno del Mitch diez años después, éste no perturbó la producción agrícola en el área del Sur de Lempira. En el verano de 1999, los más de 5 000 silos instalados en la zona, desde 1995, estaban llenos. Los municipios ubicados en el Sur de Lempira, exportaron alimentos a las zonas dañadas por el Mitch por un total de 800 quintales aproximadamente, cosa que no sucedía desde hacía muchos años.

Sin embargo, es bueno recordar que la mayoría de los campesinos de la zona no tienen acceso a tierras propias que les permita incorporar dicho sistema. En muchos casos, los arrendatarios no autorizan la adopción del Quesungual y piden que se utilicen los tradicionales fertilizantes (que la mayoría de los campesinos utiliza todavía en el cultivo del maíz). Esta situación también fue anotada en una de las evaluaciones realizadas al proyecto en 1998[67]. Una de las acciones que favorece al Quesungual es la no quema y roza, en la práctica los campesinos lo están aceptando como positivo.

Estudios iniciales, tomando como parámetro entrevistas realizadas a familias del área de influencia del PROLESUR, aportaron datos del período 1995 a 1998 sobre el incremento, del 12 por ciento al 56 por ciento, en el uso por las familias de la relación combinada silo/fogón mejorado. El maíz era generalmente almacenado en el tabanco (cielo de la cocina) y ahora es colocado en el silo. Se cocinaba en el fogón tradicional que consumía mucha leña y botaba demasiado humo; se ha cambiado por fogón mejorado que usa menos leña y tiene una plancha de metal para cocinar, y ahora hay menos humo en la cocina. Definitivamente los ojos y las vías respiratorias son los más beneficiados con esta acción. El centro de salud de Candelaria reportó que las enfermedades de las vías respiratorias eran la causa más frecuente de consulta de los niños y los adultos y menos por las diarreas.

Agua: Mediante el uso del Quesungual, en más de 5 100 hectáreas en donde se ha logrado hacer mediciones, se registra que el suelo ha aumentado su capacidad de retención de humedad, de ocho a 11 por ciento, entre 1993 y 1996. Esta situación representa la disponibilidad de aproximadamente 60 000 litros de agua por hectárea durante el mes más seco (15 de marzo al 15 de abril).

Suelo: La fertilidad del suelo ha mejorado durante los últimos cinco años, especialmente en el contenido de materia orgánica, alcanzando niveles de cuatro por ciento en los primeros 15 cm en comparación con el 2,5 por ciento de las parcelas donde se efectúan quemas.

Organización local y gestión municipal

Se mencionan 89 Consejos Municipales de Desarrollo (COMUDE) fortalecidos mediante el PROLESUR, la capacitación en general, incluidas las transferencias metodológicas, operación de organizaciones de integración de segundo nivel con un grado de mayor autonomía y la formación de una asociación de municipalidades. La cobertura en cuanto al tema de la organización y participación comunitaria está progresando, como el reconocimiento del personal del PROLESUR y el conocimiento de las agendas de los técnicos cuando éstos llegan a visitarles.

Un aspecto positivo es la incidencia que el PROLESUR ha tenido a nivel central para el desarrollo del Programa Nacional de Desarrollo Rural Sostenible (PRONADERS), adjunto a la SAG. Los logros del PRONADERS han sido producto de un intenso trabajo conjunto con el PROLESUR. Hay importantes lecciones aprendidas que ahora son utilizadas para orientar otros proyectos de cooperación externa y mejorar las modalidades de la relación entre Gobierno y la cooperación externa.

Sistema financiero autogestionario local

Hay un sistema de crédito alternativo operando en las comunidades, el cual apoya los pequeños y medianos productores con la modalidad de bancos comunales (en 67 de las 90 comunidades de PROLESUR), así como el fortalecimiento a tres cooperativas que existen actualmente en la zona. Un estudio de caso realizado en mayo de 2001 (Zelaya y Reardon, 2001) con la finalidad de identificar mercados para lo que se ha llamado empleos rurales no agrícolas, pone de manifiesto la necesidad de que, por lo menos en cinco áreas, se trabaje más a fondo por el PROLESUR, o por otra iniciativa, para lograr una inserción en los diferentes mercados existentes. Problemas de la calidad de la producción, su limitación en cuanto a cantidad y el acceso a caminos, hace quedarse a los pequeños grupos en el mercado local y urbano municipal, limitando con ello todas las potencialidades que estas áreas podrían aprovechar hacia afuera. Los potenciales mercados mencionados son productos lácteos, hojalatería y otros productos de metal, materiales de construcción, artesanías tradicionales mejoradas, aserrío, carpintería y ebanistería. De las cinco áreas, el estudio de caso ve mayor potencialidad en lácteos, hojalatería y materiales de construcción debido a que los grupos han generado experiencia en cuanto a adquisición de insumos, contabilidad, experiencia de trabajo y búsqueda de mercados. Se mantiene la necesidad de mejores técnicas en relación a volumen y calidad del producto.

Estado nutricional

El impacto del proyecto en el estado nutricional es difícil de analizar por la falta de un registro de información que establezca parámetros de comparación entre la etapa de inicio, el proceso y el momento actual del proyecto. Dado el énfasis en las actividades agrícolas y pecuarias, no se desarrolló un sistema de seguimiento nutricional. Otras áreas como Hogar Saludable, tampoco registraron información al respecto.

Datos obtenidos en los Centros de Salud provienen del sistema de seguimiento del crecimiento del niño. Sin embargo, la asistencia a los Centros de Salud es pobre y muchos de los niños que llegan la primera vez lo hacen por enfermedad. Existen en algunas comunidades grupos de mujeres voluntarias que han recibido alguna instrucción sobre como pesar y medir niños en las comunidades, así como la respectiva interpretación de los datos, ahora se está tratando de retomar este trabajo con la nueva dirección del Centro de Salud. La ONG CARE[68] estuvo entregando alimentos a las madres que llevaran a sus hijos al centro de salud y en esa época la afluencia fue mayor.

Para la dirección de los Centros de Salud, había una tendencia aparente a la disminución del número de casos de niños con bajo peso en el 2001, pero no hay una explicación para dicha tendencia. Los registros no son continuos y no se pudo saber a ciencia cierta, si eran seguidos los mismos niños. La rotación del personal y el dejar mucho tiempo sin médico uno de los Centros de Salud han sido factores limitantes de la calidad de los datos. Da la impresión de que el PROLESUR inicialmente orientó todas sus energías hacia mejorar necesidades básicas alimentarias y elevar el nivel de ingresos locales y una vez ya el proceso avanzado, comenzó a ocuparse de otros componentes que se han venido integrando progresivamente.

C: EJECUCIÓN DEL PROYECTO

Actores del proyecto

El ex-Ministerio de Agricultura, actualmente Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), conjuntamente con FAO asumieron la tarea de apoyar a 13 municipios del Departamento de Lempira, luego de conocer la situación presentada por los campesinos líderes y alcaldes. Adversidades, como la sequía, que imperaba desde 1987 y también la guerra en El Salvador, afectaba las relaciones fronterizas: los 13 municipios tenían un intercambio tradicional con el país vecino. En 1998, inicia la Secretaría de Educación, con los Institutos Técnicos de Capacitación Agrícola (ITC), con el apoyo de pago a los maestros de los Institutos.

La SAG diseñó una estructura tripartita de coordinación y toma de decisiones, en la que participaron representantes del Gobierno de los Países Bajos, FAO y la misma SAG (ver en Apéndice 2 el organigrama de PROLESUR). Sumado a lo anterior, el apoyo del gobierno a esta iniciativa ha incluído el estatuto legal, apoyo financiero y técnico, asesoría jurídica e institucional, seguimiento y evaluación. El gobierno ha suscrito un acuerdo tripartito entre dos secretarías de estado y un representante de FAO.

La coordinación que se mantiene entre el proyecto y los ministerios a nivel central, departamental y local es buena. No obstante, la coordinación del proyecto con las municipalidades aún no es suficientemente fuerte, debido a factores como la poca familiaridad de la mayoría de los alcaldes con el PROLESUR, y en otros casos al muy bajo presupuesto asignado a las municipalidades por parte del gobierno central. En algunas ocasiones, ha habido coordinación con las ONG e instituciones que han trabajado en el área durante algún tiempo. Ésto ha sido útil desde el punto de vista del intercambio de información, capacitación y, en algunos casos, infraestructura para las comunidades.

Debido a circunstancias de lejanía y dificultades en los caminos de acceso, las instituciones que trabajan en la zona de Lempira, son muy pocas. Por ésto, se ha procurado optimizar las relaciones interinstitucionales con aquéllas que tienen presencia en la zona, como el Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS) y la Secretaría de Educación. El PROLESUR, con la coordinación interinstitucional con el FHIS, han propiciado la introducción de nuevas prácticas de cultivo, proyectos de letrinización, fogones mejorados, introducción de agua y el uso de sistemas de riego, que han dado como resultado un aumento en la producción de granos básicos, mejorando la disponibilidad de los mismos mediante el uso de silos metálicos. Ésto es un logro, la puesta en práctica de modalidades de cultivo que eviten un impacto negativo en los recursos naturales y ayuden a la conservación del suelo, como principal recurso de las poblaciones de esta zona.

Los proyectos que son apoyados por instituciones gubernamentales en la zona son muy específicos y de corto plazo. Por ejemplo, el FHIS es muy específico en los proyectos de mini-riego de duración limitada y no se garantiza la permanencia en el acompañamiento de la organización local. La Secretaría de Educación ha apoyado el cambio de misión de los Institutos Técnicos de Capacitación Agrícola, sin embargo la parte administrativa no es tan eficiente[69]. Además, tampoco existe un acuerdo ministerial que incorpore los Institutos Técnicos de Capacitación Agrícola dentro de la estructura de la Secretaría de Educación.

En las 90 comunidades distribuidas en los 20 municipios en la zona sur del Departamento de Lempira, se cuenta con grupos comunitarios que conocen y que son apoyados por el PROLESUR, la mayoría de ellos (60 por ciento), han sido creados por el proyecto para responder a la oferta de asistencia del mismo. Algunos grupos ya existían desde la época de BANADESA y CARE. El papel de los grupos actualmente es el de receptores de los beneficios del proyecto pero algunos de ellos han logrado alcanzar cierta autonomía económica, por ejemplo, construyendo los silos metálicos y ejerciendo su propio control, seguimiento y toma de decisiones.

Actividades del proyecto

La Secretaría de Agricultura, conjuntamente con el apoyo de técnicos de FAO, fueron quienes identificaron los cinco problemas principales que tenía la zona a partir del planteamiento realizado por los campesinos líderes y alcaldes de 13 municipios, siendo éstos:

Desde los inicios del PROLESUR, el proceso de planificación ha estado a cargo de técnicos de la SAG, de la Secretaría de Educación y de FAO. La participación comunitaria en este proceso ha sido muy baja, por lo general sólo en la elaboración de diagnósticos comunitarios sin una relación de concordancia entre el diagnóstico comunitario y el proceso de planificación institucional. Esta situación también es confirmada por evaluaciones previas.

Los técnicos de PROLESUR, SAG y Secretaría de Educación han estado a cargo del proceso de puesta en práctica, la asistencia técnica, el proceso de acompañamiento técnico, el seguimiento y la evaluación. La parte puramente operativa del trabajo de campo ha sido desarrollada entre los técnicos de las instituciones, y los grupos organizados en las comunidades. El rol de los grupos organizados de las comunidades, en el diseño de herramientas de diagnóstico, planificación, seguimiento y evaluación, es todavía muy limitado.

Además del financiamiento del Gobierno de Honduras y del Gobierno de los Países Bajos, a través de la FAO, organizaciones como el Fondo Hondureño de Inversión Social, CARE, la Dirección de Ciencia y Tecnología Agropecuaria y el Instituto Nacional de Formación Profesional han aportado, recursos financieros adicionales y han sido manejados por éstos, en apoyo a las comunidades. Lo que quiere decir que la gestión de fondos, ha quedado en el nivel institucional. Existen algunas experiencias con micro proyectos a nivel de gestión de grupos comunitarios organizados (silos, bancos comunitarios), pero están todavía en proceso de consolidar experiencia.

Seguimiento y evaluación

El proyecto dispone formalmente, a partir de 1999, de una unidad de planificación y seguimiento. Dicha unidad tiene a su cargo la orientación del proceso de planificación, como actividad cíclica anual, a partir de los diagnósticos comunitarios participativos, hasta llegar a la planificación operativa anual del proyecto. Este proceso se ha venido realizando desde el año 1995 y es adecuado para un proyecto enfocado en la demanda hacia lo que el PROLESUR puede ofrecer, ya que facilita la potenciación y la generación de capacidad local de planificación, seguimiento y evaluación. Sin embargo, en la forma en que se ha ejecutado, más como seguimiento de programación anual de actividades que como planificación a corto y mediano plazo, dificulta su uso como herramienta de gestión para señalar alertas sobre puntos críticos y/o resultados imprevistos. Ésto debido a que no hay indicadores definidos para los objetivos inmediatos, sólo metas para las actividades y ello limita la compresión de los avances hacia el logro de los objetivos inmediatos y el objetivo de desarrollo del proyecto.

La participación comunitaria en el establecimiento de sus propios indicadores de seguimiento, revisión de avances y evaluaciones es un proceso muy nuevo y se reduce a lo que hacen actualmente algunos bancos comunitarios y la asociación de artesanos (que construyen silos). Las evaluaciones hechas al proyecto, en los últimos años, han sido útiles y una serie de correctivos sugeridos han sido tomados en cuenta como por ejemplo fortalecer el sistema de seguimiento y evaluación, aumentar la participación de las mujeres, así como otras recomendaciones de las misiones evaluadoras de abril de 1998 y octubre de 2000.

Desarrollo de capacidades locales

Desde sus inicios, el proyecto es muy claro en el establecimiento de sus objetivos orientados hacia el ámbito de la recuperación de recursos naturales y la transformación de prácticas agrícolas, forestales y pecuarias. En ese sentido, el PROLESUR ha logrado introducir cambios evidentes en las prácticas de producción, conservación y, en algunos casos, de la transformación agrícola en áreas devastadas en términos agrícolas y ecológicos así como en comunidades vulnerables. Otro aspecto de la construcción de capacidades locales es la creación de los Institutos Técnicos de Capacitación y Educación de Adultos, con participación de jóvenes y líderes comunitarios.

La creación de una cooperativa ha significado para la economía local un punto importante. Si bien su formación surge a partir de la presencia de técnicos fuera de Lempira, actualmente el 90 por ciento de los cooperativistas pertenecen a la zona de influencia del proyecto, lo que evidencia un proceso de apropiación local. Así mismo otras dos cooperativas que se han formado tanto para crédito como para servicios, también tienen actualmente un papel importante para sus beneficiarios.

D: FACTORES MACROCONTEXTUALES

El proceso de modernización y descentralización del Estado busca impulsar una mayor eficiencia y desconcentrar la administración, tanto de recursos materiales como humanos, a nivel central, con mayor responsabilidad de los gobiernos municipales locales. Por otra parte, el Artículo 48 de la Ley de las Municipalidades permite que las organizaciones locales se incorporen en la toma de decisiones de los gobiernos municipales a través de los planes de desarrollo municipales. Existe pues, un marco constitucional que favorece una mayor y mejor relación entre gobierno y comunidad.

En la práctica, según el Programa Nacional para el Desarrollo Rural Sostenible, esta iniciativa todavía tomará tiempo para llevarla a cabo adecuadamente, debido sobre todo al rol que muchas instituciones y organismos de cooperación internacional han tenido por muchos años. Este rol ha sido de conducir procesos bajo el nombre de «participación comunitaria» pero los llevaban a cabo sin consultar a las bases. Estas experiencias brindan lecciones sobre cómo no volver a cometer los mismos errores.

En el caso del PROLESUR, es digno de mención el que más de tres gobiernos de diferentes partidos políticos han pasado sin alterar el PROLESUR. Probablemente la pobreza de la zona, la dificultad de accesos y la distancia desde la capital sean algunos factores que le han permitido continuar. También el papel de los responsables en los niveles altos del gobierno ha sido determinante como para mostrar resultados importantes (por ejemplo, el incremento en la producción de granos básicos).

Desde 1988 a la actualidad, se han llevado a cabo una serie de programas de estabilización y ajuste estructural mediante medidas de disciplina y austeridad fiscal monetaria, que han tenido una influencia considerable en la economía y la situación social. En 1997, en Honduras un amplio porcentaje de los hogares tenían apenas sus necesidades básicas satisfechas (65 por ciento urbano, 35 por ciento rural). El gobierno adoptó un vasto programa de ajuste estructural, desde 1988 y en los comienzos de 1990, cuyo propósito ha sido controlar las presiones inflacionarias, los desajustes fiscales y el comercio exterior. Al mismo tiempo, liberalizar y privatizar paulatinamente la economía de tal forma de sentar las bases para incrementar el ahorro y promover sostenidamente el desarrollo. Diversos programas de alivio a la pobreza se han puesto en práctica, con la finalidad de procurar atenuar los efectos del ajuste sobre los grupos vulnerables y promover estructuralmente el desarrollo social.

Algunos ejemplos son el Fondo Social creado en 1990; el Plan de Desarrollo Rural de Occidente (PLANDERO) en 1995; Proyecto de Desarrollo Regional de Lempira (COHASA II)[70] en 1996; Proyecto de Seguridad Alimentaria (COHASA III) Intibucá, 1997 y otros más, entre ellos PROLESUR. Estos proyectos muestran una preferencia hacia la promoción de estrategias de desarrollo rural y de alivio a la pobreza. Actualmente, la creación de PRONADERS es vista como una iniciativa adscrita a la SAG que podrá en el futuro servir como un buen punto de referencia, entre otros aspectos, de metodologías y procesos de transferencia tecnológica, ya que se piensa que pueda contar con una unidad de seguimiento para todo el país.

Es indudable que durante la década de los años noventa se han obtenido logros en la salud y nutrición, por ejemplo, la esperanza de vida al nacer, se elevó de 60 a 69 años y la mortalidad infantil se redujo de 50 a 40 por mil nacidos vivos. A nivel departamental y municipal, se realizan una serie de acciones en el país con objetivos nutricionales muy específicos, incluídos dentro de los objetivos globales de la SAG y la Secretaría de Salud Pública. En general, donde mejor se evidencian los niveles de coordinación interinstitucional efectiva es a nivel de campo. En la práctica, la coordinación a los niveles nacional, departamental y municipal es débil, pero en camino de ser fuerte. En el caso especifico del PROLESUR, la coordinación a nivel local entre SAG y Secretaría de Educación, es medianamente fuerte y está comenzando entre la SAG y la Secretaría de Salud Pública.

E: PARTICIPACIÓN COMUNITARIA

El proyecto es una respuesta ante una propuesta local de líderes comunitarios y alcaldes de 13 municipios, quienes presentaron su situación de crisis aguda generada por la sequía existente desde el ciclo de primera de 1987. Habían perdido casi toda la cosecha de primera y toda la de postrera, ya que desde agosto de 1987 no había vuelto a llover. Ante esta situación, SAG-FAO durante dos años desarrollaron un proyecto de «emergencia» orientado a descubrir en la zona las potencialidades del manejo del agua y la posibilidad de establecer pequeños sistemas productivos agrícolas que sirvieran de paliativo a la crisis alimentaria. Se introdujo ayuda alimentaria a la zona, la cual en algunos casos, fue monetizada para cubrir los costos de transporte de los alimentos. Se diseñó un curso de capacitación en aspectos agrícolas y organización comunitaria, aumentando de 30 a 260 el número de líderes en el área.

De l990 hasta finales de 1991 el proyecto tuvo un perfil bajo de actividad. Seguidamente en febrero de 1992, el gobierno de los Países Bajos aprobó un pre-proyecto de asistencia preparatoria para el desarrollo rural del sur de Lempira, con intervención en 30 comunidades de los 13 municipios originales. El núcleo principal de esta fase preparatoria, de una duración de tres años, fueron los líderes formados en la fase de «emergencia», lo que constituyó un elemento clave para el seguimiento. En 1992 se descubre en la aldea Quesungual, un estilo de producción agrícola que es lo que en la actualidad se conoce como Sistema Quesungual. Seguidamente a la etapa preparatoria, se llevó a cabo un proyecto formal de cuatro años de duración de 1995 a 1999. Actualmente, el proyecto se encuentra en una fase nueva de puesta en práctica con un proyecto de tres años de duración comprendidos del 2000 al 2003 y en el cual el aspecto de gobernabilidad es el núcleo principal.

En cuanto a participación, el proyecto es un híbrido. La opinión de la comunidad fue tomada en cuenta adecuadamente por el gobierno de la época, apoyado técnica y financieramente por el gobierno de los Países Bajos a través de la FAO. El PROLESUR ha recibido una fuerte transferencia tecnológica agrícola y, en ese sentido, no ha habido mucho espacio para una activa participación comunitaria. Una de las evaluaciones realizadas encuentra cierta contradicción entre el proceso de planificación local del PROLESUR y el proceso de planificación de los Comités de Desarrollo Comunitario (CODECO) y grupos de interés, ya que el PROLESUR tiene muy bien definidos sus objetivos centrales y los CODECO aspiran a cubrir otro tipo de necesidades que van más allá de lo meramente productivo. En ocasiones, el PROLESUR ha logrado fortalecer el papel de mediador y se han obtenido resultados importantes, como en el caso de la apertura de caminos y mejoramiento de los mismos, por parte de las autoridades estatales.

Actualmente, muchos de los grupos organizados en las comunidades de influencia del PROLESUR, elaboran planes relacionados con los intereses del proyecto. El sistema Quesungual es aplicado en un área geográfica amplia y de manera más constante, aunque muchos campesinos no lo conocen con ese nombre. En muchos casos, el proceso de transferencia tecnológica del Quesungual hacia los campesinos, por parte de los técnicos, no ha sido muy fuerte. Más bien la «copia» de campesino a campesino parece que está funcionando y ésto ha sido el factor que ha permitido la extensión, cada vez mayor, de dicho sistema que ha traído resultados positivos para la zona como el aumento de la productividad en el maíz y frijol. Las actividades productivas llevadas a cabo por los grupos organizados de la zona de influencia del PROLESUR se indican en el cuadro siguiente:

Cuadro 3 Grupos que generan empleos rurales no agrícolas zona de influencia del PROLESUR (2001)

Actividad

No. de comunidades

Lácteos

3

Silos/hojalatería

22

Herrería

1

Fábrica de bloques

1

Artesanos de barro

3

Producción de petates

14

Madereo/aserrío

3

Carpintería

3

Fuente: Estudio de caso, mayo de 2001. Carlos A. Zelaya y Thomas Reardon. FAO/Universidad Estatal de Michigan.

De las actividades económicas mencionadas, las que mayores resultados han tenido, son los silos metálicos, fábrica de bloques y carpintería. Todos estos grupos cuentan con acompañamiento y asistencia técnica del PROLESUR, incluso aquéllos que ya gestionan de algún modo sus propios recursos, vía créditos.

En cuanto al impacto de las pequeñas empresas, documentado en el estudio de caso arriba mencionado, se contabilizaron 161 empleos no agrícolas, que primariamente han estado orientados al mercado local y luego se han ido extendiendo a otros mercados cercanos a la zona, lo cual es un paso positivo por ser una actividad no tradicional en los proyectos de desarrollo rural. Cabe reconocer también que, hay un número limitado de participantes en los grupos que generan empleo, la cobertura de mercados está circunscrita a las áreas local y municipal y su volumen y calidad deben mejorar sustancialmente.

Aún no queda claro como los técnicos elaboran la planificación institucional. Se asume que comienzan con los planes preparados por los CODECO, pero hay una diferencia entre los planes de éstos y los que el PROLESUR ejecuta, los cuales son mucho más amplios y específicos. Los diagnósticos participativos y la prioritización de las demandas, que se han elaborado localmente con cada una de las comunidades, están siendo desaprovechados como referentes para evaluar el avance logrado con las acciones del PROLESUR y los cambios (efectos y/o impactos) relacionados con la población beneficiaria.

El seguimiento del PROLESUR es realizado, casi exclusivamente, por los técnicos del proyecto quienes recogen una gran cantidad de información, plasmada en los diarios y los informes de los ciclos de cada tres semanas de trabajo, pero no se pudo conocer si existe un mecanismo para responder a las observaciones emanadas del seguimiento del PROLESUR.

Se hacen esfuerzos cada vez más serios por lograr diseñar instrumentos locales que sean llevados por las mismas comunidades, sin embargo dichos esfuerzos son todavía un reto. A la fecha, se han diseñado dos instrumentos de aplicación comunitaria para evaluación local sobre la ejecución de los planes de trabajo, pero no se conocen aún sus resultados. La participación de la población del proyecto aún depende de la asistencia de los facilitadores y la participación no está garantizada si el proyecto se retira.

F: SOSTENIBILIDAD

Actualmente, el proyecto es ejecutado con los diferentes entes del estado, SAG, Secretaría de Educación y el Instituto Nacional Agrario que contribuyen a mantener mecanismos de comunicación en la zona. La FAO con la contribución de los Países Bajos, financia la asistencia técnica especializada y la operación de campo del proyecto. A nivel de campo, el PROLESUR ha trabajado con organizaciones de base a través de grupos de interés; en la última etapa, el PROLESUR ha fortalecido y acompañado al Comité de Desarrollo Comunitario y al Consejo Municipal de Desarrollo.

El gobierno a través de la SAG y PRONADERS, está garantizando el seguimiento institucional al proceso de desarrollo que está impulsando el PROLESUR. Hay un memorandum de entendimiento con el gobierno central, en el cual éste se compromete a:

Es importante mencionar que los últimos tres gobiernos han brindado apoyo incondicional al desarrollo del PROLESUR, un compromiso político que no ha encontrado ningún obstáculo limitante durante todo ese periodo de gobierno. Probablemente, como mencionado anteriormente, las circunstancias difíciles de la zona de influencia del PROLESUR, que incluyen indicadores de desarrollo humano críticos, la distancia de la capital del país y el pobre estado de las vías de acceso, sean factores que han hecho que el PROLESUR no haya sido politizado.

Si bien PROLESUR no tiene un fuerte componente nutricional, han habido políticas dirigidas a la creación de unidades de nutrición y si hay objetivos nutricionales implícitos aunque no explícitos en la documentación. Se puede interpretar que el fin último de todas las acciones, conduce a mejorar la situación nutricional de la población más vulnerable, en este caso los niños y las mujeres. Muchas de las acciones agropecuarias y forestales llevadas a cabo están orientadas a aumentar la producción y la productividad de granos básicos con alguna influencia en la diversificación agrícola.

El nivel de participación intersectorial es fuerte en dos secretarías, Agricultura y Educación. Con la de Salud es incipiente y ha sido fundamentalmente en infraestructura, con la construcción de un hospital en Gualcinse, y el desarrollo de actividades un tanto dispersas de capacitación en educación alimentaria, higiene y salud, especialmente en Candelaria. El nivel de coordinación del PROLESUR con otras organizaciones, como el Comité Central Pro Agua y Desarrollo Integral de Lempira (COCEPRADIL), municipalidades, Consejos Municipales de Desarrollo, puede clasificarse como regular dado que las diferentes evaluaciones y consultorías realizadas al PROLESUR, no lo mencionan de manera consistente.

Es importante reconocer la sinergia existente entre la adopción y práctica del Sistema Quesungual y el incremento de la producción de granos básicos y el mejoramiento de la sostenibilidad de los suelos. Los participantes del proyecto concuerdan con este efecto sinérgico. Lo mismo puede decirse del proceso educativo que se ha diseñado y que ya está trabajando a través de los Institutos Técnicos de Capacitación Agrícola. Estas actividades tienen probabilidad de ser sostenibles.

Sin embargo, otros componentes del proyecto como Hogar Saludable, organización, gestión empresarial, liderazgo y comunicación, tienen alcances limitados. Por ejemplo, en relación a hogar saludable que incluye los componentes de disponibilidad de huertos, procesamiento y comercialización de alimentos, educación alimentaria nutricional, salud familiar preventiva, salud reproductiva y liderazgo, estas acciones podrían estar llegando aproximadamente, al 18-22 por ciento de cobertura de familias participantes. Los funcionarios del PROLESUR reconocen que uno de los puntos débiles del proyecto es la cobertura, de manera consistente, del paquete completo de actividades.

En términos globales, la sostenibilidad del proyecto estará en función, entre otros, de los siguientes aspectos:

Referencias

FAO. 2000. Un éxito del desarrollo rural en Honduras. FAO, Focus 2000. Accesible en: http://www.fao.org/FOCUS/S/honduras/agro-s.htm

Secretaría de Salud. 1996. Encuesta Nacional de Epidemiología y Salud Familiar (ENESF-96). Informe final. Secretaría de Salud, ASHONPLAFA, USAID/Honduras, CDC.

OPS. 1998. Salud en las Américas. Organización Panamericana de la Salud. Edición 1998, vol II: p. 336.

PNUD. 1997. Informe sobre Desarrollo Humano. Honduras, 1997. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, NY, EE.UU.

PNUD/INDH. 1999. Informe sobre Desarrollo Humano. Honduras. Noviembre de 1999. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo e Informe Nacional sobre Desarrollo Humano.

PNUD. 2000. Informe sobre Desarrollo Humano. Honduras, 2000. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, NY, EE.UU.

División de Población de las Naciones Unidas. 1998. World Population Prospects. Revisión de 1998. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales. New York, EE.UU.

Zelaya, Carlos Andrés & Reardon, Thomas. 2001. Incorporating Rural Non-farm Employment Promotion into Development Projects: A Case Study of FAO Lempira Sur Project in Honduras. Case study for the RIMISP DFID/UK funded project on "Best Practices and Strategies for Promoting Non-farm Employment Creation in Rural Development in Latin America", Honduras.

Apéndice 1

1. El Sistema Quesungual en Honduras[71]

El sistema se utiliza en parcelas que están entre 200 y 900 metros sobre el nivel del mar, y supone el cultivo de maíz, sorgo y porotos, intercalados con árboles. En vez de quemar la vegetación, los campesinos la quitan manualmente con machetes. Los árboles más altos, que antes se talaban o quemaban, hoy se conservan, ya que proporcionan fruta, leña y madera para muebles, además de proporcionar sombra a los cultivos que tienen debajo de sus frondas. Una parcela común y corriente, de entre una y tres hectáreas de superficie, suele tener de 15 a 20 árboles grandes, frutales o de madera, así como numerosos otros árboles y arbustos.

Los árboles y arbustos se podan anualmente a una altura de 1,5 a dos metros, con el fin de eliminar las ramas que impidieran a la luz llegar a los cultivos. Las ramas más grandes se utilizan como leña, las más pequeñas se dejan en el suelo para contribuir a revitalizarlo. Así mejora la fertilidad de las tierras para el maíz, los porotos, el sorgo, el café y otros cultivos sembrados entre los árboles.

El nuevo sistema agrícola tiene numerosas ventajas: las cosechas casi se han duplicado; se necesita menos mano de obra para formar y mantener las parcelas; los suelos conservan mejor la humedad, lo que permite a los cultivos tolerar la sequía regular que hay en la zona y reducir al mínimo el riesgo de erosión y deslaves.

Apéndice 2

Organigrama del Proyecto de Desarrollo Rural del Sur de Lempira (PROLESUR)


[60] Nota del editor: 1 quintal = 100 kilogramos.
[61] Nota del editor: 1 manzana = 0,7 hectáreas, aproximadamente.
[62] Nota del editor: Este sistema agroforestal es llamado Quesungual por la aldea del mismo nombre en el cual fue desarrollado por primera vez. El sistema permite a los pequeños campesinos cultivar sus tierras en pendientes con inclinación continuamente, a la vez que las regeneran. Ellos pueden contener la erosión del suelo intercalando sus cultivos con árboles. Ver Apéndice 1 para más detalles.
[63] Paridad de poder adquisitivo.
[64] Nota del editor: lempira cuyo nombre significa «caballero de las montañas» es la moneda hondureña (HNL): un dólar EE.UU.= 15,3 HNL (2001).
[65] Nota del editor: Proyecto del Programa de Cooperación Técnica de la FAO: PCT/HON/7851.
[66] Programa de radio interactivo que brinda instrucción en temas básicos.
[67] Nota del editor: Evaluaciones de la FAO y misiones tripartitas (FAO-Donante-Gobierno) fueron realizadas en abril de 1998 y en octubre de 2000.
[68] Cooperativa para la Asistencia y Alivio en Todo el Mundo.
[69] Por ejemplo, el pago de los maestros es a menudo demorado.
[70] COHASA: Cooperación Hondureño-Alemana de Seguridad Alimentaria.
[71] Nota del editor: Fuente: FAO, Focus. 2000 Un éxito del desarrollo rural en Honduras.

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