Previous PageTable Of ContentsNext Page

La función protectora de los bosques costeros para la seguridad humana: ¿ilusión o realidad?

Tras el tsunami de 26 de diciembre de 2004 en el océano Índico, la función protectora de los manglares y otros bosques y árboles costeros respecto a las vidas y los bienes. Recibió una atención considerable, tanto en la prensa como en los círculos académicos. Se emprendieron muchas actividades de rehabilitación, citándose la protección de las costas como una de las justificaciones. Sin embargo, surgieron controversias sobre la efectividad de los bosques para la protección de las costas. Muchos testigos presenciales afirmaron que los bosques costeros habían salvado vidas y evitado la destrucción de aldeas, pero algunos sostuvieron que los bosques no podían asegurar una protección significativa ante peligros de cierta magnitud. Para otros, la elevación del terreno y la distancia de la costa eran mayor garantía de protección que el escudo forestal. Estaba claro que se necesitaba una mejor comprensión de la medida en que bosques y árboles podían proteger de los diversos peligros costeros, como base para una mejor formulación de planes de ordenación de costas y estrategias de mitigación de catástrofes.

En atención a esta necesidad, el Programa Forestal de la FAO para Rehabilitación Temprana en los Países Asiáticos Afectados por el Tsunami, financiado por el Gobierno de Finlandia, patrocinó un taller técnico regional titulado «Protección costera después del tsunami en el océano Índico: ¿Cuál es el papel de bosques y árboles?». El taller, que tuvo lugar en Khao Lak (Tailandia) del 28 al 31 de agosto de 2006, pretendía contribuir a la mejor planificación de la zona costera, a la ordenación de los bosques costeros y a la mitigación de catástrofes profundizando en el conocimiento del papel de árboles y bosques en la protección de poblaciones y bienes contra los peligros naturales más comunes y destructivos en las zonas costeras de Asia, es decir ciclones, erosión, tsunamis, viento y salinización.

El taller ofreció una oportunidad poco común de análisis multidisciplinar de esta cuestión Ingenieros de costas y oceanógrafos, ecologistas y administradores forestales, especialistas en prevención de catástrofes, planificadores de costas y sociólogos pusieron en común sus experiencias. Entre los 63 participantes había representantes gubernamentales de ocho países afectados por el tsunami (Bangladesh, India, Indonesia, Malasia, Maldivas, Myanmar, Sri Lanka y Tailandia) y otros expertos de 15 países distintos y de organizaciones nacionales, regionales e internacionales.

El taller confirmó que bosques y árboles pueden actuar como escudos bióticos para la protección de personas y bienes frente a tsunamis y otros peligros costeros, pero no ofrecen una protección efectiva contra toda clase de peligros (p. ej., maremotos de gran magnitud, inundaciones provocadas por ciclones y ciertos tipos de erosión costera). El grado de protección que ofrecen depende de diversas variables, tales como las características del propio peligro (tipo, fuerza, frecuencia), la índole del lugar y las características del escudo biótico (tipo de bosque o de árboles, densidad, altura, etc.). Hay que guardarse de generalizar y hay que evitar el crear un falso sentido de seguridad. En los casos en que los escudos bióticos no sean una opción factible o suficientemente efectiva, hay que tomar medidas para otras formas de protección, tales como soluciones duras de ingeniería y una combinación de soluciones «duras» y «blandas». En casos extremos, puede ser necesaria la evacuación.

Al planificar escudos bióticos, es importante adecuar las especies al lugar. Algunos tipos de bosques y especies arbóreas no pueden sobrevivir o prosperar en zonas expuestas a peligros costeros específicos. Además, los escudos bióticos no son posibles en todas las situaciones a causa de limitaciones biológicas, condicionamientos espaciales, incompatibilidad con anteriores usos de la tierra, costos prohibitivos, etc. Es importante reconocer que se requieren muchos años para establecer y hacer crecer escudos bióticos hasta un tamaño y una densidad que puedan ofrecer protección contra los peligros costeros.

Es preciso seguir estudiando el potencial de protección de bosques y árboles, por ejemplo investigando sobre bosques costeros distintos de los manglares, recopilando datos y desarrollando modelos sobre interacciones entre parámetros físicos y ecológicos.

Información detallada sobre el taller y sus conclusiones y recomendaciones puede encontrarse en: www.fao.org/forestry/tsunami/coastalprotection

Nueva plantación de manglares después del tsunami en Ban Nam Khem, Phang Nga (Tailandia)
S. Fortuna

 

Previous PageTable Of ContentsNext Page