Actualización sobre las emergencias alimentarias

A pesar de las cosechas sin precedentes o excelentes de cereales obtenidas en 2006 en varias regiones del mundo, incluida la mayor parte de los países de África y Asia, la evaluación más reciente de la FAO indica que persisten emergencias alimentarias en 34 países del mundo. En 18 casos, la crisis alimentaria se debe en todo o en parte a disturbios o conflictos civiles actuales o recientes, mientras que en el resto la causa principal es el efecto del mal tiempo en una o más de las temporadas más recientes de producción de cultivos alimentarios.

En África occidental y central, el empeoramiento de la situación de seguridad y el creciente desplazamiento de la población en el Chad podrían comprometer la cosecha beréber (mijo fuera de estación) y están impidiendo el acceso a los refugiados sudaneses. En Mauritania y el Níger, algunas poblaciones localizadas, que ya sufren los efectos de la merma de la producción que se han ido acumulando en los últimos años, han vuelto a tener malas cosechas a causa del mal tiempo, y la situación de su seguridad alimentaria seguirá siendo inestable. Como consecuencia de los conflictos civiles sigue haciendo falta ayuda alimentaria de emergencia para un gran número de PDI y refugiados en Côte d’Ivoire, Guinea, Liberia, Sierra Leona y la República Centroafricana.

En África oriental, los efectos de las inundaciones, el actual brote de la fiebre del valle del Rift (FVR) que afecta tanto al ganado como a los seres humanos, las sequías localizadas, y los conflictos pasados o en curso, continúan socavando la seguridad alimentaria de un gran número de personas. En Somalia, las condiciones en los distritos pastorales y agropastorales de la región de Juba Bajo, especialmente Afmadow y Badhadhe, son particularmente alarmantes debido a las inundaciones de finales de 2006. Las estimaciones actuales cifran el número de las personas afectadas en más de 450 000. Tras la reducida cosecha gu (principal) obtenida en agosto, se estimaba que por lo menos 1,8 millones de personas se encontrarían con dificultades alimentarias. En Eritrea, siguen necesitando asistencia alimentaria numerosas personas vulnerables a causa de los conflictos pasados y de la sequía. En Etiopía, la Oficina de Seguridad Alimentaria (OSA) estima provisionalmente en alrededor de 7,3 millones las personas afectadas de inseguridad alimentaria crónica que necesitan asistencia en dinero o alimentos a través del Programa de la red productiva de protección social, y otros 2,3 millones de personas necesitan asistencia alimentaria de emergencia. En Kenya, a las lluvias e inundaciones excepcionalmente intensas que devastaron algunas partes del país ha seguido un brote reciente de FVR, que agravó los niveles ya extremos de inseguridad alimentaria en las zonas pastorales. En el Sudán, más de 4 millones de personas, principalmente de las regiones meridionales y occidentales, continúan dependiendo de la asistencia alimentaria de emergencia, como consecuencia principalmente de los conflictos. En la República Unida de Tanzanía, las intensas lluvias e inundaciones han afectado en algunas partes a cientos de hogares. En Uganda, el conflicto, unido a una mala campaña agrícola, continúa afectando a la seguridad alimentaria de un gran número de personas en la región de Karamoja.

En África austral, las próximas semanas hasta el comienzo de la siguiente cosecha de abril serán particularmente decisivas para las poblaciones vulnerables de varios países debido al agotamiento de las existencias y al alza de los precios de los alimentos. En Zimbabwe, 1,4 millones de campesinos no podrán satisfacer sus necesidades mínimas de cereales durante la campaña 2006/07 a causa de la crisis económica que continúa agravándose. En Lesotho y Swazilandia, las malas cosechas obtenidas nuevamente en 2006 excluyen la posibilidad de un mejoramiento de la seguridad alimentaria en esos países. En Angola, pese al crecimiento económico y al aumento de los ingresos derivados del petróleo, persiste una inseguridad alimentaria localizada para las personas vulnerables, estimadas en unas 800 000. En Madagascar, la situación de la seguridad alimentaria ha empeorado en las partes meridionales a causa de la sequía de la última campaña y la persistencia del tiempo seco durante la presente. En la región de los Grandes Lagos, la continuación de los disturbios civiles en la República Democrática del Congo ha afectado a un gran número de personas necesitadas de asistencia alimentaria. También se necesita ayuda alimentaria en Burundi tras la menguada producción total de cultivos alimentarios de 2006, combinada con el reasentamiento de los repatriados y las PDI.

En el Lejano Oriente Asiático, persisten graves problemas de seguridad alimentaria en Sri Lanka, como consecuencia de la inestabilidad política en los distritos nordorientales y de unas lluvias monzónicas anormales recibidas en los distritos centrales, meridionales y orientales. En Timor-Leste, la situación del suministro de alimentos sigue siendo crítica para unas 100 000 personas desplazadas que todavía no pueden volver a sus hogares. En el Nepal se ha señalado una situación difícil en materia de suministro de alimentos, especialmente en los distritos gravemente afectados por las sequías e inundaciones del año pasado. En Filipinas, siguen necesitando ayuda alimentaria unas 100 000 personas de la región de Bicol, devastada por cuatro tifones consecutivos. Para millones de personas de la República Popular Democrática de Corea la situación del suministro de alimentos sigue siendo motivo de grave preocupación como consecuencia de una fuerte disminución de la ayuda alimentaria. En el Cercano Oriente, los conflictos y la inseguridad continúan afectando a las vidas de un gran número de personas en el Iraq, provocando el desplazamiento de cientos de miles de personas. En la CEI asiática, numerosas personas de Armenia han quedado afectadas de inseguridad alimentaria como consecuencia de las cosechas reducidas a causa de la sequía del año pasado. En América central, se sigue necesitando asistencia en Haití, debido a los problemas a largo plazo de inseguridad y crisis económica.