Página precedente Indice Página siguiente


B. EXÁMENES REGIONALES(continuar)

B14. PACÍFICO SUDOCCIDENTAL
Área estadística 81 de la FAO

Ross Shotton *

INTRODUCCIÓN

Esta área incluye el Mar de Tasmania y el Océano Pacífico desde el meridiano 150°E hasta el 120°E (Figura B14.1). La superficie total es de 27,7millones de km2, con sólo 0,4 millones de km2 de plataforma continental. En el Mar de Tasmania la corriente de Australia oriental, bien definida, se dirige hacia el sur a lo largo de la costa oriental de Australia pero se debilita y difumina al sur de Sidney. Parte de este sistema de corrientes se dirige hacia el este después de entrar en contacto con el generado más al sur por la deriva de los vientos del oeste a lo largo de los bordes septentrionales del Océano Austral y el margen meridional del Mar de Tasmania. Luego gira hacia el norte a lo largo de las dos costas de la Isla del Sur de Nueva Zelandia. En la costa oriental de este país, la corriente se encuentra con la corriente del Cabo Oriental que se dirige hacia el sur y, donde confluyen ambas, se fusionan y penetran mar adentro formando el giro oceánico de Wairarapa, que se encuentra por encima de la elevación de Chatham, parte elevada del fondo del mar que se extiende hasta las Islas Chatham, más hacia el este.

Figura B14.1 - Pacífico sudoccidental (Área 81)

Figura B14.1

La región se caracteriza en general por las aguas profundas, con muchos montes marinos en torno a los cuales se explotan los recursos mesopelágicos, por ejemplo, reloj anaranjado y oreos. Hacia el sudeste de Nueva Zelandia hay una amplia zona elevada, conocida con el nombre de Campbell Plateau, de unos 200 m de profundidad. Otra zona menos profunda se extiende desde el centro de Nueva Zelandia en dirección noroccidental, la elevación de Lord Howe, que continúa hasta las islas epónimas del Mar de Tasmania central.

Figura B14.2 - Capturas nominales anuales ('000t) por grupos de especies CEIUAPA, Pacífico sudoccidental (Área 81)

Figura B14.2

Fuente FAO

Los tipos de hábitats que se explotan en esta área son muy variados y sustentan también tipos muy diversos de pesquerías, desde la pesca continetal costera hasta la que se lleva a cabo en montes marinos de aguas profundas. De hecho, Nueva Zelandia y, en menor medida, Australia han sido pioneras en el establecimiento de pesquerías de arrastre rentables y duraderas en aguas profundas (>600m). Los recursos pesqueros están formados por especies costeras de los estados australianos de Nuevo Gales del Sur, Victoria septentrional y aguas de altura de Tasmania, así como de Nueva Zelandia, por recursos pelágicos del Pacífico sudoccidental y por especies mesopelágicas, de las cuales las más importantes son el reloj anaranjado (Hoplostethus atlanticus ) y la cola de rata azul (Macruronus novaezelandiae ), en asociación con las elevaciones de los montes marinos del Mar de Tasmania, al sur y al este de Nueva Zelandia y en las aguas profundas que se encuentran al oeste de la isla Sur.

Figura B14.3 - Capturas nominales anuales ('000t) por grupos de especies seleccionadas del grupo CEIUAPA 32, Pacífico sudoccidental (Área 81)

Figura B14.3

Fuente FAO

Figura B14.4 - Capturas nominales anuales ('000t) por grupos de especies seleccionadas de los grupos CEIUAPA 34 y 37, Pacífico sudoccidental (Área 81)

Figura B14.4

Fuente FAO

Figura B14.5 - Capturas nominales anuales ('000t) por grupos de especies seleccionadas del grupo CEIUAPA 57, Pacífico sudoccidental (Área 81)

Figura B14.5

Fuente FAO

PERFIL DE LAS CAPTURAS Y SITUACIÓN DE LOS RECURSOS

Las capturas nominales del Pacífico sudoccidental pasaron de menos de 50000 toneladas en 1950 a 917000 toneladas en 1992 y, luego, descendieron gradualmente a 740000 toneladas en 2002 (Figura B14.2 y Cuadro D14). El Pacífico sudoccidental ha producido habitualmente el menor volumen de capturas de todas las áreas estadísticas de la FAO desde 1950. Cuatro grupos taxonómicos representan el 78,8 por ciento de las capturas. Son los gádidos (40,4 por ciento), los peces demersales diversos (19,2 por ciento), los peces pelágicos diversos (8,2 por ciento) y los calamares, sepias y pulpos (10,6 por ciento) (Figuras B14.3, 4 y 5). A continuación se exponen los aspectos más destacados de las tendencias de las capturas y los grandes cambios registrados en esta área, junto con un breve resumen de la situación de las principales poblaciones de peces, basado en el material publicado y en otras informaciones disponibles. En este contexto, resultan especialmente significativos los informes sobre el estado de las pesquerías, del Departamento de Agricultura, Pesca y Silvicultura de Australia (http://www.affa.gov. au), y sobre la situación de las poblaciones, del Ministerio de Pesca de Nueva Zelandia (http://www.fish.govt.nz). En el Cuadro D14 se resume la información sobre las capturas y tendencias y la situación de las poblaciones.

Australia

La pesquería sudoriental es la principal fuente de pescado fresco para los mercados de Nuevo Gales del Sur, Victoria y Tasmania. Esta pesquería captura más de 100 especies comerciales, pero 17especies o grupos de especies representan el grueso (>80 por ciento) de los desembarques de la captura de arrastre y están limitadas a las capturas totales permisibles (CTP) asignadas como cuotas individuales transferibles. Las CTP de 1999 y 2000 para el escolar plateado se redujeron a 250 y 200 toneladas, respectivamente, lo que dejó margen sólo para capturas incidentales. Se redujeron también las CTP de Seriolella brama y reloj anaranjado (zona de ordenación meridional) para 1999 y 2000. Las CTP de 1999 de Sillago spp. se redujeron, mientras que aumentaron las de congribadejo rosado (Genypterus blacodes ) y Seriolella punctata . Las CTP de 2000 de Nemadactylus macropterus y reloj anaranjado (zona de ordenación occidental) disminuyeron. Todas las demás CTP continuaron igual que en 1998. El número de arrastreros activos ha bajado desde 1992, pero el total de la capacidad de la flota y su potencia han aumentado, y el esfuerzo pesquero anual (horas pescadas) casi se ha duplicado. El descarte de algunas especies en el mar, sobre todo en aguas de la plataforma, continúa siendo un gran problema, pero el peso total de los descartes de especies incluidas en las cuotas ha disminuido aproximadamente en tres cuartas partes entre 1998 y 2000. Cuatro especies, Seriolella brama , escolar plateado, reloj anaranjado (excepto en Cascade Plateau) y gallinetas se consideran sobrepescadas; cuatro, a saber, cola de rata azul, Nemadactylus macropterus , Neoplatycephalus richardsoni y rascacios sureños (Helicolenus spp.) están probablemente plenamente explotadas; se desconoce la situación de nueve, rufo antártico (Hyperoglyphe antarctica ), Sillago spp., pez de San Pedro (Zeus faber ), congribadejo rosado, Zenopsis nebulosus , Haliporoides sibogae (Penaeidae), jurel dentón (Pseudocaranx dentex ), Seriolella punctata y escolar plateado (Rexea solandri ) (http://www.affa. gov.au/ontent/output. cfm?ObjectID=D2C48F86).

Se introdujeron cuotas individuales transferibles para el cazón (Galeorhinus galeus ) y la musola austral (Mustelus spp.) en la pesquería del tiburón meridional a partir de enero de 2001. Se aplican también cuotas al cazón y a la musola austral en la pesquería de arrastre sudoriental y en la pesquería de arrastre de la Gran Bahía Australiana. Las capturas totales permisibles de 2001 fueron de 432 toneladas para el cazón y 2159 toneladas para la musola austral. El cazón se considera sobrepescado y las cuotas de esta especie están en conformidad con una estrategia de capturas cuyo objetivo es reconstruir la biomasa adulta. Las capturas actuales de musola austral serán probablemente sostenibles. El reclutamiento de la musola austral en la pesquería del Estrecho de Bass parece haber sido estable en los 20 últimos años. Aunque los contingentes son el instrumento fundamental de ordenación para esta pesquería, se han conservado algunos controles de los insumos (http://www.affa.gov.au/content/output.cfm? ObjectID=D2C48F86-BA1A-11A1-A2200060B0A06482).

La Elevación de Tasmania meridional es una gran meseta que se eleva hasta menos de 1000m de la superficie al sur de Tasmania. Hasta ahora la pesca se ha realizado en caladeros con menos de 1200m de profundidad, en un área lindante con la zona de pesca australiana (Australia Fishing Zone, AFZ). Las principales especies son el reloj anaranjado (Hoplostethus atlanticus ), salmonete manchado (Pseudocyttus maculatus) y Neocyttus rhomboidalis . Estas especies forman agregaciones de desove en invierno, lo que las hace vulnerables a la pesca. Aunque ha habido algunas actividades de arrastre de exploración en la elevación de Tasmania meridional desde mitad de los años ochenta, las capturas fueron en general pequeñas, pero en septiembre de 1997 se descubrieron agregaciones significativas de reloj anaranjado y la pesca aumentó rápidamente. Como la mayor parte de estos peces se capturaron fuera de la AFZ, la pesquería atrajo buques de Nueva Zelandia y durante 1997 las dos flotas hicieron un total de capturas de más de 2000 toneladas de reloj anaranjado y unas 1100 toneladas de oreos. Se manifestó la preocupación de que la pesca incontrolada por ambas flotas diezmara las poblaciones de reloj anaranjado de la elevación. Los responsables de la pesca acordaron a finales de 1997 establecer una cifra cautelar o “precautoria” de CTP para el reloj anaranjado dentro de una zona considerada de aguas internacionales, que abarcaba la pesquería conocida dividida entre los dos países, con un 80 por ciento para Australia y el 20 por ciento para Nueva Zelandia.

En febrero de 1998, la pesquería del reloj anaranjado creció de manera espectacular y los buques australianos desembarcaron 2052 toneladas antes de la entrada en vigor del acuerdo Australia-Nueva Zelandia o de las CTP. La asignación de Australia de las CTP de reloj anaranjado en virtud de los términos del memorando de entendimiento era de 1669 toneladas; la de Nueva Zelandia, 431 toneladas. Los desembarques posteriores por buques australianos y neozelandeses que pescaron dentro del período de CTP de 1998–99 sumaron un total de 1194 y 404 toneladas, respectivamente. Otras 346 toneladas se capturaron durante expediciones de investigación, lo que significa que en 1998 se capturó un total próximo a las 4000 toneladas de reloj anaranjado. La ordenación de esta pesquería se complicó todavía más por la aparición de buques de otros Estados.

La situación de la pesquería de arrastre de la elevación de Tasmania meridional es incierta. La magnitud y alcance de los recursos de reloj anaranjado y oreo actualmente están sin cuantificar y no se sabe si las CTP “precautorias” son sostenibles. A pesar del considerable esfuerzo de búsqueda y pesca en la elevación de Tasmania meridional durante la campaña pesquera de 2000–01, sólo se desembarcaron 830 toneladas de reloj anaranjado y 290 toneladas de oreos. Este descenso de los desembarques pudo ser consecuencia de factores ambientales y de un descenso del tamaño de los recursos. Las actividades combinadas durante 1999 de los buques australianos y neozelandeses y los cuatro arrastreros-congeladores extranjeros pueden haber tenido importantes repercusiones en la pesquería. Las capturas de la elevación de Tasmania meridional en 2001–02 fueron de sólo 188 toneladas de reloj anaranjado y 25 toneladas de oreos, una quinta parte del volumen de 2000–01. El esfuerzo de pesca disminuyó también notablemente, pasando de 1100 a 150 lances. Las CTP globales bajaron de 2400 a 1800 toneladas. En términos generales, con el cierre de los caladeros orientales, los desembarques de reloj anaranjado de esta subárea cayeron de forma vertiginosa, de 3129 toneladas en 1997 a 28, 26, y 16 toneladas en los tres años siguientes.

Nueva Zelandia

Las capturas de Nueva Zelandia en el Área 81 de la FAO se han multiplicado, pasando de 58400 toneladas en 1970 a un máximo de 637880 toneladas en 1998, a lo que siguió una pequeña reducción a 556844 toneladas en 2002, en las que se incluían 129 especies sobre las que se mantienen estadísticas de desembarques independientes. La principal novedad en las pesquerías comerciales de Nueva Zelandia ha sido la constante expansión de los desembarques de cola de rata azul (Macruronus novaezelandiae ). En 2002, esta especie representaba el 34,6 por ciento de los desembarques, el doble de la suma de las dos especies siguientes, la pota neozelandesa (Nototodarus sloani ) con el 8,9 por ciento, y la polaca austral (Micromesistius australis ), con el 7,6 por ciento. Otras especies importantes son los oreos (Pseudocyttus maculatus , Allocyttus niger , y Neocyttus rhomboidalis ), carángidos Trachurus spp., sierra Thyrsites atun y congribadejo rosado Genypterus blacodes . En lo que respecta a los mercados internos, las especies que gozan de mayor demanda son el Pagrus auratus y el Nemadactylus macropterus , con capturas de 6571 y 6149 toneladas, respectivamente, en 2002.

Cola de rata azul

La cola de rata azul (Macruronus novaezelandiae ) está ampliamente distribuida en todas las aguas de Nueva Zelandia desde 34°S hasta 54°S, en aguas situadas entre 10 m y más de 900m de profundidad, aunque es especialmente abundante entre los 200 y los 600m (http://www.fish.govt.nz/sustainability/research/stock/status4.htm#hok). Los ejemplares adultos de mayor tamaño suelen encontrarse por debajo de los 400 m, mientras que los más jóvenes son más abundantes en aguas menos profundas. La cola de rata azul migra a las zonas de desove en el Estrecho de Cook, la costa occidental de la Isla del Sur y las zonas de Puysegur en el invierno. Durante el resto del año, los adultos se dispersan hacia la parte externa de la plataforma de Stewart y Snares, en grandes zonas de la plataforma meridional y la elevación de Chatham y la Isla Norte. Los ejemplares juveniles (2–4 años) se encuentran en la elevación de Chatham a lo largo de todo el año. Esta especie desova entre finales de junio y mediados de septiembre y tiene una fecundidad moderadamente alta. No todos los adultos desovan en un año determinado y los estudios realizados en invierno han revelado la existencia de grandes ejemplares sin desarrollo gonadal, en fechas en que se produce el desove en otros lugares.

La principales zonas de desove se encuentran en el Cañón de Hokitika. Los huevos y larvas planctónicos se dispersan hacia el norte y hacia el sur y pueden encontrarse ejemplares de 0+ y un año de edad en la mayor parte de las zonas costeras de la Isla del Sur. No obstante, el principal criadero para los ejemplares de 2 a 4 años de edad se encuentra a lo largo de la elevación de Chatham, en profundidades comprendidas entre los 200 y los 600 m. Los ejemplares de más edad se dispersan por aguas más profundas y se distribuyen ampliamente en la Plataforma Meridional y la elevación de Chatham. El crecimiento es bastante rápido. Los juveniles alcanzan una longitud total de 27–30 cm al final de su primer año.

La pesquería de la cola de rata azul fue desarrollada por buques japoneses y soviéticos en los primeros años setenta. Las capturas alcanzaron un máximo de 100000 toneladas en 1977, pero bajaron a menos de 20000 toneladas en 1978, fecha en que se declaró la ZEE y se introdujeron límites en forma de cuotas. Desde 1979 en adelante, las capturas ascendieron a unas 50000 toneladas hasta que el aumento de las capturas totales comerciales permisibles desde 1986 hasta 1990 dio lugar a unas capturas máximas en la campaña de 1987–88 de aproximadamente 255000 toneladas. Las capturas anuales oscilaron entre 175000 toneladas y 215000 toneladas entre 1988–89 y 1995–96, pero subieron a 246 000 toneladas en 1996–97. En 1997–98 se llegó a 269000 toneladas, la cifra más alta nunca registrada, pero en 2002 el total descendió a 192482 toneladas. La pauta de la pesca ha cambiado desde 1987–88, en que más del 90 por ciento del total de las capturas procedía de la zona de desove situada en la costa occidental de la Isla del Sur. Las capturas de esta pesquería bajaron entre 1988–89 y 1996–97, mientras que las del Estrecho de Cook y la elevación de Chatham aumentaron.

Históricamente, la pesquería principal de rata azul ha sido en invierno en la costa occidental de la Isla del Sur, donde se produce el desove. Las agregaciones se concentran en profundidades de 300–700 m en torno al cañón de Hokitika. Desde 1988, se ha establecido otra pesquería en el Estrecho de Cook, donde se registran también actividades de desove. Fuera de la temporada de desove, esta población se dispersa hacia sus áreas de alimentación y se han establecido pesquerías considerables en la elevación de Chatham y en la región subantártica a profundidades de 400–800m. Las capturas de la campaña de 1997–98 fueron las más altas registradas (269000 toneladas), pero las capturas recientes han sido inferiores al total de capturas comerciales permisibles, que es de 250000 toneladas.

Un estudio de los posibles vínculos entre el reclutamiento de la cola de rata azul y la variación climática revelaba una fuerte correlación negativa entre el número de componentes de la clase anual de la población occidental y el índice de oscilación austral en el otoño. Había una fuerte correlación entre la clase anual de la población oriental y las pautas climatológicas sudoccidentales. Los resultados confirman la opinión de que las condiciones atmosféricas más frías y las condiciones negativas del índice de oscilación austral o de “El Niño” favorecen el reclutamiento de esta población.

En la evaluación más reciente de las poblaciones de cola de rata azul (Annala et al., 2002a), se llegó a la conclusión de que la situación de las dos poblaciones era incierta. Los resultados obtenidos dependían en gran medida de los supuestos del modelo y se dedujo que no era necesario explorar una variedad más amplia de supuestos del modelo. La actual biomasa de desove se estima entre el 30 y el 48 por ciento de su biomasa original (B0) en la población oriental y el 36 y el 56 por ciento de la (B0) en la población occidental. El rendimiento máximo constante estimado (es decir, “las capturas constantes máximas consideradas sostenibles, con un nivel aceptable de riesgo, en todos los niveles futuros probables de biomasa”) de las dos poblaciones se sitúa entre 186000 toneladas y 238000 toneladas, y el rendimiento corriente anual para 2002/03 sería entre 177000 toneladas y 384000 toneladas. En opinión del grupo de evaluación, la población oriental podría encontrarse en un nivel bajo.

Conviene señalar que esta pesquería es una de las pocas de gran volumen que han sido certificadas por el Marine Stewardship Council (marzo de 2001).

Polaca austral

La polaca austral (Micromesistius australis ) es una especie que habita en cardúmenes y que se limita casi por completo a las aguas subantárticas, donde se dispersa por las mesetas deCampbell y de Bounty durante gran parte del año (http://www.fish.govt.nz/sustainability/research/stock/status6.htm#sou). A finales del invierno, desovan cerca de las Islas Campbell, en la elevación de Pukaki, en la meseta de Bounty, y junto a las Islas Auckland en profundidades de 250–600m.

Hubo una pesquería de la URSS durante los años setenta y primeros ochenta, y las capturas alcanzaron un máximo de casi 50000 toneladas en 1973 y llegaron a casi 30000 toneladas en 1979. Los buques japoneses dedicados a la producción de surimi entraron en esta pesquería en 1986 y las capturas aumentaron gradualmente hasta un máximo de 76000 toneladas en 1991–92. Para la campaña pesquera de 1992–93 se introdujo un límite de capturas de 32000 toneladas, con límites más específicos en algunas áreas. Los desembarques han alcanzado un promedio de 58200 toneladas en los cinco últimos años; la mayoría de las capturas son realizadas actualmente por buques rusos y japoneses fletados para la producción de surimi.

Los límites de las capturas no se han alcanzado en la mayor parte de los caladeros y en la mayoría de los años desde su introducción. Ello parece deberse al escaso valor económico de este pescado y a las dificultades experimentadas por los operadores de esta pesquería, más que al bajo volumen de la población. En la meseta de Bounty el esfuerzo de pesca en las diversas temporadas depende en buena medida de la cronología de la pesquería de cola de rata azul en la costa occidental. Si la campaña se retrasa, los buques permanecen más tiempo en los caladeros y no pueden aprovechar el punto álgido de la campaña de pesca en ese lugar. En la elevación de Pukaki, los operadores suelen tener una pequeña asignación y encuentran dificultades para localizar agregaciones numerosas de peces. En la elevación de la isla Campbell las capturas han aumentado en las tres últimas campañas, pero son todavía inferiores al límite establecido. En los cuatro últimos años, la pesca se ha prolongado hasta octubre, y las capturas registradas por año de pesca son diferentes de las que corresponden a la campaña pesquera.

Los peces alcanzan una longitud corporal de aproximadamente 20cm después de un año y de 30cm después de dos años. Algunos ejemplares pueden vivir hasta 25 años. La mayoría de las hembras madura a los tres o cuatro años de edad, cuando tienen una longitud de 35–42cm. Los estudios de edad y crecimiento han revelado que estos peces, que realizan varias puestas sincronizadas durante el período de desove, tienen una alta variabilidad de reclutamiento. Se han identificado cuatro áreas de desove en la meseta de Bounty, la elevación de Pukaki, la plataforma de las Islas Auckland y la elevación de la Isla Campbell. El desove se produce por la noche, en aguas intermedias, a profundidades de 400–500m en la elevación de la Isla Campbell, pero en aguas menos profundas en los demás lugares. Se supone que hay cuatro poblaciones de polaca austral, a saber, en la plataforma Bounty, en la elevación de Pukaki, en las Islas Auckland y en la Isla Campbell.

Se han realizado estimaciones actualizadas de la biomasa y el rendimiento para la población de Bounty y Pukaki tomando como base el análisis de las capturas en los datos de los estudios acústicos y por edades. De todas formas, no se disponía de ninguna evaluación nueva para la población de la elevación de la Isla Campbell. No se ha hecho ninguna evaluación sobre la población de la plataforma de la isla Auckland. En el caso de la población de la meseta Bounty, se estima que el rendimiento corriente anual, tomando como base una serie de supuestos para la elaboración de modelos, es de 2000 toneladas con una escala de 700–4300 toneladas. Annala et al . (2002b) observan que la biomasa de la población ha disminuido desde 1993, con un bajo nivel de reclutamiento. Las capturas recientes han sido inferiores al total de las capturas comerciales permisibles, que es de 8000 toneladas, aunque el grupo de trabajo de evaluación consideraba más probable la cifra más alta. Se señaló que la recuperación de la población dependería del nivel de reclutamiento futuro.

Oreos

Nueva Zelandia cuenta con pesquerías comerciales de Allocyttus niger , Neocyttus rhomboidalis y Pseudocyttus maculatus , (http://www.fish.govt.nz/sustainability/research/ stock/status4.htm#ore). La elevación de Chatham es la principal área de pesca, pero hay también otras pesquerías en aguas situadas frente a Southland, en la costa oriental de la Isla del Sur, en Puysegur-Snares-Macquarie, al sur de la Isla del Sur y en la zona de Bounty/Pukaki. El Pseudocyttus maculatus se encuentra desde 650 hasta 1500 m y el Allocyttus niger desde 600 hasta 1300m de profundidad. Los oreos parecen ser especies meridionales y son abundantes al sur de la elevación de Chatham, a lo largo de la costa oriental de la Isla del Sur, la pendiente septentrional y oriental de la elevación de Pukaki, la meseta de Bounty, la pendiente de Snares, el banco de Puysegur y el extremo septentrional de Macquarie Ridge. Probablemente se encuentran en torno al talud de la meseta de Campbell.

El total de las capturas de oreos fue de 18000 toneladas en 2002, frente a las 21614 toneladas en 1990–01. Las capturas de la pesquería de Puysegur bajaron notablemente en 1994–95 y se mantuvieron bajas en 1995–96 y 1996–97; no obstante, ya en 2000–01 se había registrado una notable recuperación, con un total de 48562 toneladas.

El uso creciente de especies del código genéricos OEO (Oreos) como especies objetivo en los datos sobre el esfuerzo de pesca puede representar un problema para analizar los datos en los análisis estandarizados sobre capturas y esfuerzo. El descarte de los peces no deseados o de pequeño tamaño y la pérdida accidental de parte de las capturas (copos perdidos o rasgados, etc.) eran características frecuentes en la pesquería de oreos durante los primeros años. Esta causa de mortalidad fue probablemente importante en los años iniciales, pero se considera que ahora es pequeña.

El desove del Pseudocyttus maculatus alcanza grandes dimensiones en el sur de la elevación de Chatham y parece que tiene lugar en pequeñas agregaciones. La longitud media total de las hembras al alcanzar la madurez, estimada en los estudios sobre actividades de arrastre en la elevación de Chatham (1986–87, 1990, 1991–93) utilizando el estadío macroscópico de las gónadas, es de 40cm para el Pseudocyttus maculatus y de 34cm para el Allocyttus niger . Estas especies parecen tener una fase juvenil pelágica, de la que se sabe poco. Puede durar de 5 a 6 años hasta que alcanzan un longitud total de 16–19cm en el caso del rhomboidalis y de 4 a 5años hasta una longitud de 21–26cm en el del Allocyttus niger . Los estudios de edad y crecimiento indican que los oreos son de crecimiento lento; la edad máxima estimada de Pseudocyttus maculatus es de 86 años (51,3cm); la del Allocyttus niger , 153 años (45,5cm).

Las tres especies de oreos (Allocyttus niger , Pseudocyttus maculatus y Neocyttus rhomboidalis ) se ordenan como si fueran una población única, aunque cada especie podría ordenarse por separado, ya que tienen diferentes distribuciones geográficas y por nivel de profundidad, su población presenta diferentes tamaños y presentan diferentes tasas de crecimiento y productividad.

ORDENACIÓN PESQUERA

Australia

La ordenación de las pesquerías de Australia es una combinación compleja de responsabilidad del Commonwealth y de los estados: estos últimos se encargan de las pesquerías hasta las 3millas náuticas desde el litoral, y el Commonwealth de las que se encuentran más allá y hasta el límite de las 200 millas. En el marco del Acuerdo Constitucional sobre las Aguas de Alta Mar, se ha decidido someter muchas pesquerías a una sola jurisdicción, que puede ser el Commonwealth, un estado o un territorio. Las pesquerías del Commonwealth son administradas por el Organismo de Ordenación Pesquera de Australia (Australian Fisheries Management Authority, AFMA) en el marco de la Ley de Ordenación de la Pesca y la Ley de Administración de la Pesca, ambas de 1991 (Caton, McLoughlin y Staples, 1997) (http://www.afma.gov.au/plans/afmapercent20annualpercent20operationalpercent20planpercent202001–2002/default.php).

El Plan Operacional Anual se ha preparado de conformidad con los requisitos de la Sección 77 de la Ley de Administración de la Pesca de 1991 y determinadas medidas legislativas y orientaciones gubernamentales y las órdenes de las autoridades y compañías del Commonwealth para la notificación de las operaciones, a que está sujeto el AFMA en virtud de la Ley de Autoridades y Compañías del Commonwealth de 1997. En este Plan se describe de qué manera el AFMA perseguirá sus objetivos en 2001–2002 y algunas medidas específicas que el Organismo propone para aplicar las orientaciones a más largo plazo contenidas en el Plan de actividades del AFMA para 2000–2005. El Plan contiene también información sobre los resultados y detalles del presupuesto del AFMA, políticas sobre recursos y el programa de mejora del desempeño interno, además de proponer medidas para aplicar el Plan Estratégico de Desarrollo de los Recursos Humanos del AFMA. Tanto el Plan de actividades como el Plan operacional están basados en objetivos legislativos establecidos en la Ley de Administración y la Ley de Administración de la Pesca de 1991 y establece la información que servirá de referencia para cuantificar los resultados y que deberá comunicarse a través del informe anual. En 2001–2002 el AFMA continuará centrando su atención en la elaboración, aplicación y perfeccionamiento de acuerdos, sistemas, políticas y procesos de ordenación que contribuyan a la ordenación sostenible, económicamente eficiente y eficaz en función de los costos de las pesquerías del Commonwealth de Australia.

Las actividades pesqueras de Australia están contempladas en una política general de los océanos (http://www.oceans.gov.au/read_the_ policy_v1.jsp) en la que se establece el marco para la ordenación y planificación integrada y basada en ecosistemas para todas las jurisdicciones marinas de Australia. Se incluye una visión general, una serie de metas y principios y orientaciones normativas para una Política Nacional sobre los océanos. Está basada en actuales mecanismos sectoriales y jurisdiccionales eficaces, y promueve el desarrollo ecológicamente sostenible de los recursos de los océanos e industrias marinas internacionalmente competitivas, al mismo tiempo que se garantiza la protección de la diversidad biológica marina.

En el núcleo de la Política de los océanos se encuentra la elaboración de planes marinos regionales, basados en grandes ecosistemas marinos, que serán obligatorios para todos los organismos del Commonwealth. El primer plan marino regional corresponderá a la región sudoriental de la zona económica exclusiva de Australia. En términos generales, incluirá las aguas que se encuentran frente a Victoria, Tasmania, la parte meridional de Nuevo Gales del Sur y la zona oriental de Australia meridional.

Recientemente se ha dado a conocer una nueva e importante iniciativa para la investigación marina en Australia (http://www.csiro.au/index.asp?type =blank&id=Flagship_Oceans). Este programa, en que se observa que la jurisdicción marina de Australia será probablemente la mayor del mundo en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (70 por ciento del territorio australiano), trata de integrar a la ciencia y a la industria para hacer frente a los grandes desafíos que se presentan en este importante terreno.

Nueva Zelandia

La ordenación de la pesca en Nueva Zelandia se lleva a cabo de acuerdo con el Marco Estratégico que trata de conseguir unas pesquerías sostenibles en un ecosistema acuático sano (http://www.fish.govt.nz/sustainability/research/planning/strategic_plan2.htm). La Ley de Pesca de 1996 reafirma y desarrolla las políticas de sostenibilidad dentro de las pesquerías de Nueva Zelandia y establece normas ambientales más explícitas al mismo tiempo que brinda nuevas oportunidades a los usuarios de las pesquerías para que acepten una responsabilidad cada vez mayor en su ordenación. De acuerdo con la Ley de Pesca de 1996, “garantizar la sostenibilidad” significa a) mantener el potencial de los recursos pesqueros para atender las necesidades razonablemente previsibles de las generaciones futuras y b) evitar, corregir o mitigar los posibles efectos negativos de la pesca en el medio ambiente acuático. La Ley de Pesca de 1996 exige también que, en la explotación de los recursos pesqueros a) las especies asociadas o dependientes se mantengan por encima de un nivel que garantice su viabilidad a largo plazo; b) se mantenga la diversidad biológica del medio ambiente acuático y c) e proteja el hábitat que tenga un especial significado para la ordenación de las pesquerías.

La Ley de Pesca de 1996 y la Estrategia Gubernamental para el Medio Ambiente hasta el año 2010 son el doble fundamento de la orientación estratégica a largo plazo del Ministerio de Pesca, formulada en el documento Changing Course - Towards Fisheries 2010 . En él se establece el marco para formular la estrategia de ordenación de la pesca en el futuro. Se señalan varios requisitos: a) equidad intergeneracional; b) biodiversidad; c) resultados finales ambientales; d) principio cautelar; e) investigación, ciencia y tecnología; f) protección de la competitividad internacional; g) derechos de propiedad sostenibles; h) instrumentos normativos de costo mínimo; i) fijación de precios de la infraestructura; j) internalización de los costos ambientales externos; k) definición de los límites del aprovechamiento de los recursos pesqueros y su sustitución y l) costos y beneficios sociales.

En 1986, Nueva Zelandia introdujo un sistema global de ordenación de cuotas para la ordenación y conservación de las grandes pesquerías comerciales dentro de las 200 millas náuticas de la ZEE de Nueva Zelandia. Los objetivos primarios del sistema son garantizar capturas sostenibles a largo plazo, al mismo tiempo que su explotación eficiente y con los máximos beneficios para el país.

Dentro de ese mecanismo, se han establecido cuotas individuales transferibles (CIT) para 42 especies, o grupos de especies, que abarcan 257 poblaciones de peces diferentes. Las CIT ofrecen al titular un derecho de propiedad sobre una parte de las capturas anuales de una población de peces, que se puede comerciar, arrendar o capturar. El sistema de ordenación por CIT ha sustituido con éxito a los métodos tradicionales de ordenación de pesquerías (basados en el control de los insumos) y ha facilitado la racionalización de inversiones en buques e instalaciones en tierra ofreciendo a los titulares de las cuotass incentivos para reducir los costos y multiplicar el valor de la producción. El sector pesquero de Nueva Zelandia está pagando en su totalidad los costos contraídos por el gobierno en los servicios de ordenación e investigación, y no recibe ninguna subvención.

Las capturas totales permisibles (CTP) se fijan para cada una de las poblaciones de peces con el fin de mantener su número en un nivel que permita, cuando menos, producir el rendimiento máximo sostenible (BRMS). La determinación de las CTP en el marco del objetivo de RMS se basa en la estimación de la actual biomasa y la productividad de las poblaciones para establecer el rendimiento constante sostenible (RCM) o el rendimiento medio máximo (RMM). El RCM supone el mismo nivel de capturas año tras año y se define como “captura constante máxima que se estima sostenible, con un nivel aceptable de riesgo, en todos los niveles futuros probables de biomasa”. La estrategia de rendimiento medio máximo se basa en la estimación del rendimiento corriente anual (RCA), pues se supone que el tamaño de la población cambia de un año a otro, con independencia de la mortalidad debida a la pesca. El rendimiento corriente anual se obtiene aplicando una mortalidad de pesca de referencia a una estimación de la biomasa que podría ser objeto de pesca al año siguiente. Con el tiempo, una estrategia de rendimiento medio corriente permite la estimación del rendimiento medio máximo (RMM), que se utiliza para interpretar el RMS.

La evaluación de poblaciones en cada una de las grandes pesquerías es objeto de revisión anual. El Ministerio de Pesca celebra consultas anuales para determinar los requisitos de investigación pesquera y examinar los resultados de las evaluaciones de poblaciones para ofrecer asesoramiento al ministro. Los proyectos de investigación sobre la situación de las pesquerías se contratan mediante licitación del Ministerio de Pesca. Las partes interesadas, incluido el sector pesquero, la población maorí y todos los interesados en actividades de ocio y conservación, intervienen activamente en los procesos de planificación de la investigación, evaluación de poblaciones y examen de la ordenación. No obstante, todavía en 1997, se desconocía la situación del 64 por ciento de las 149 poblaciones incluidas en el sistema de ordenación por cuotas. Si bien las CTP iniciales de 1986 se establecieron por debajo de las capturas tradicionales con el fin de promover la recuperación de las poblaciones de las especies de peces de aleta costeros, todavía no se sabe hasta qué punto se ha conseguido la recuperación de muchas de esas especies.

La ordenación por cuotas de captura de las principales especies en las pesquerías de Nueva Zelandia ha mejorado la situación de esas poblaciones y la economía de las pesquerías neozelandesas en los doce últimos años, período en que los recursos y las posibilidades económicas de pesquerías semejantes se han agotado en otros países. El sector pesquero paga la totalidad de los costos correspondientes a la ordenación, observancia e investigación pesqueras, lo que representa una inversión anual con una rentabilidad bruta del 3 por ciento. La inversión pública en investigaciones relacionadas con las pesquerías es muy baja en comparación con la realizada en otros sectores primarios.

Entre las recientes medidas adoptadas por el gobierno cabe incluir un examen independiente de la Ley de Pesca de 1996, que dio lugar a las siguientes recomendaciones: 1) revisión fundamental de las funciones del gobierno y de las partes interesadas en las pesquerías; 2) puesta en marcha de procesos transparentes e integrados de consulta y toma de decisiones; 3) simplificación del Sistema de ordenación por cuotas, que debería ser menos prescriptivo, y 4) concesión a los titulares de los derechos de pesca de parte de la responsabilidad de la ordenación de las pesquerías.

El gobierno aceptó las recomendaciones y comenzó a introducir medidas legislativas para aplicar esas recomendaciones al régimen de ordenación de la pesca. Los principales rasgos de las enmiendas son los siguientes: 1) integración de la ordenación de las pesquerías, incluida la aprobación de los planes de pesca; 2) nuevo régimen de equilibrio de capturas basado fundamentalmente en sanciones civiles, más que penales; 3) nuevo régimen de recuperación de costos y 4) delegación a organizaciones privadas de las funciones administrativas de las pesquerías comerciales.

Otras enmiendas son disposiciones como las siguientes: 1) autorizar que algunas poblaciones que son objeto de capturas incidentales se administren con un criterio inferior al del rendimiento máximo sostenible; 2) permiten a los pescadores que arrastren al siguiente año hasta el 10 por ciento de sus derechos anuales de captura que no hayan utilizado plenamente, y 3) autorizar un nuevo permiso de pesca por cuotas no individuales transferibles al familiar de un titular de otro permiso que haya fallecido, a pesar de la moratoria.

La Ley de Enmienda de 1999 de la Ley de Pesca de 1996 (No. 2) ha permitido a Nueva Zelandia controlar las actividades de pesca de los buques que enarbolan el pabellón neozelandés y de sus nacionales en alta mar.

En el año pasado, se llevó a cabo una investigación importante sobre la asignación de cuotas, debido a la preocupación sobre la forma en que se obtenían los derechos en las pesquerías recientes de cigalas de Nueva Zelandia (Metanephrops challengeri). Un hito importante ha sido la conclusión de una propuesta para la asignación de derechos de captura a los pescadores indígenas.

REFERENCIAS

Annala, J.H., Sullivan, K.J., O'Brien, C.J., Smith, N.W.McL. y Varian, S.J.A. 2002a. Report from the Fishery Assessment Plenary, May 2002: stock assessments and yield estimates. Part 1: Albacore to Ling. Ministry of Fisheries. 640pp.

Annala, J.H., Sullivan, K.J., O'Brien, C.J., Smith, N.W.McL. y Varian, S.J.A. 2002b. Report from the Fishery Assessment Plenary, May 2002: stock assessments and yield estimates. Part 2: Orange roughy to Yellow-eyed mullet. Ministry of Fisheries. 640pp.

Caton, A., McLoughlin, K. y Staples, D. (eds.)1997. Fishery Status Reports 1997. Resource Assessments of Australian Commonwealth Fisheries. DPIE, Bureau of Resource Sciences. 139p

* FAO, Servicio de Recursos Marinos, Dirección de Recursos Pesqueros.

B15. PACÍFICO SUDORIENTAL
Área estadística 87 de la FAO

Jorge Csirke *

INTRODUCCIÓN

Esta área estadística abarca una superficie total de 30,02 millones de km2 frente a la costa occidental de América del Sur, desde Colombia septentrional hasta el sur de Chile, e incluye una plataforma continental con una superficie aproximada de 0,5 millones de km2 (Figura B15.1). La plataforma continental es estrecha y con un fuerte talud en la mayor parte de esta área, con excepción de algunas zonas limitadas frente al sur del Ecuador, el norte del Perú y el centro y sur de Chile, donde la plataforma puede alcanzar una anchura máxima de 130 km, y al sur de 41°S donde la plataforma se llega a extender varios centenares de kilómetros. Las principales islas oceánicas son las Islas Galápagos, frente al Ecuador, y Juan Fernández, frente a Chile. Las áreas más adecuadas para el arrastre de fondo pueden encontrarse frente a las costas septentrionales de Colombia, Ecuador, Perú septentrional y Chile central y meridional, siendo especialmente idóneas y productivas las del Perú septentrional y Chile meridional. El litoral tiene dos rasgos notables: el Golfo de Guayaquil, a 3°S en el Ecuador, y la zona de fiordos al sur de 41°S en Chile.

Figura B15.1 - Pacífico sudoriental (Área 87)

Figura B15.1

La parte septentrional, frente a Colombia y Ecuador, tiene un clima tropical típico de las latitudes bajas, con relativamente poca productividad, temperaturas medias de la superficie marina de unos 28°C y salinidad de 33 o menos durante la estación de lluvias y cerca de la costa. Esta área está sometida a la influencia de las corrientes ecuatoriales superficiales que se desplazan en paralelo a la línea ecuatorial. Más al sur, frente al Perú y el norte y centro de Chile, las zonas costeras están dominadas por el sistema de la corriente de borde oriental de Humboldt-Perú, que genera el afloramiento costero frío rico en nutrientes, proceso estacional que hace que esta región sea altamente productiva. Incluso cerca del Ecuador, las masas de agua próximas a las zonas de afloramiento costero tienen baja temperatura superficial, que normalmente oscila entre 14° y 20°C, con una salinidad superficial del orden de 35. Estas características asociadas a la cordillera montañosa de los Andes, que se encuentra en paralelo y próxima a los litorales del Perú y Chile, influyen fuertemente en la circulación del aire y el agua en la zona, y contribuyen a un clima notablemente seco, sobre todo en latitudes bajas. Más al sur, frente a las costas meridionales de Chile, las masas de agua son mucho más frías y turbulentas, pero todavía muy productivas, con temperaturas superficiales muy inferiores a los 14°C y salinidad en torno a 34, y la zona costera está influenciada por la aportación de agua dulce en los fiordos (Schweigger, 1964; Jordán, 1979; Guillén, 1983; Bernal, Robles y Rojas, 1983; Strub et al. , 1998).

Figura B15.2 - Capturas nominales anuales ('000t) por grupos de especies CEIUAPA en el Pacífico sudoriental (Área 87)

Figura B15.2

Fuente FAO

La distribución y abundancia de los recursos pesqueros y el desarrollo de las pesquerías están fuertemente influenciados por la topografía local y las condiciones ambientales dominantes. El camarón, las pequeñas especies pelágicas costeras y las grandes especies pelágicas migratorias tropicales sustentan las principales pesquerías en aguas de Colombia y Ecuador, mientras que las pequeñas especies pelágicas son claramente las dominantes frente a las costas del Perú y norte y centro de Chile, siendo las especies demersales y los invertebrados bénticos las que sustentan la mayor parte de las pesquerías importantes situadas más al sur.

Los efectos de las cambiantes condiciones ambientales son de especial importancia en esta área: es bien sabido que provocan grandes fluctuaciones interanuales así como cambios a más largo plazo en la abundancia de los peces y en la producción total de las principales especies explotadas (Csirke, 1995; Jordán, 1983; Zuta, Tsukayama y Villanueva, 1983; Serra, 1983). Los efectos adversos de “El Niño” en la mayor pesquería monoespecífica del mundo, que llegó a agotarse y ahora se encuentra en fase de recuperación, y en la distribución, reclutamiento y abundancia de la anchoveta (Engraulis ringens ) son bien conocidos (Csirke, 1980, 1989; Valdivia, 1978). También se conocen bien los efectos sobre otras poblaciones ícticas así como en las aves y mamíferos marinos. El impacto de “El Niño” no es siempre negativo en otras poblaciones marinas, incluidas otras pequeñas especies pelágicas, merluzas, camarones, cefalópodos y mariscos (Arntz, Landa y Tarazona, 1985; Arntz y Fahrbach, 1996).

Esta área se encuentra sometida a la influencia de dos fases (“El Niño” y “La Niña”) del ciclo de la Oscilación Austral de El Niño (ENSO). Éstas son la principal fuente de variabilidad interanual, con apreciables efectos regionales y extrarregionales en el clima y en la situación de los recursos pesqueros y la productividad pesquera, sobre todo cuando se produce la fase cálida o “El Niño” con grados variables de intensidad cada 3 a 7 años (Rasmusson y Carpenter, 1982; Arntz y Fahrbach, 1996). También se han citado otros cambios ambientales más sutiles y a más largo plazo como posibles causantes de la variabilidad y posible explicación de las oscilaciones regionales interdecenales observadas en la disponibilidad y abundancia de algunos recursos vivos en esta área (Alheit y Bernal, 1999; Chavez et al. , 2003; Lluch-Belda et al., 1989, 1992; Yañez, Barbieri y Silva, 2003; Klyashtorin, 2001; Csirke y Vasconcellos, en este volumen).

Los cambios recientes en los recursos de especial importancia en esta área son el fuerte agotamiento de la sardina sudamericana (Sardinops sagax sagax ) y la impresionante recuperación de la anchoveta. Las capturas de jurel chileno (Trachurus symmetricus murphy ) han disminuido también significativamente frente a las costas de Chile, aunque se observó un ligero aumento en aguas del Perú, y las capturas de jibia gigante o pota (Dosidicus gigas ) disminuyeron fuertemente en 1995–1998 pero han aumentado de forma continuada desde entonces.

PERFIL DE LAS CAPTURAS

Ha habido grandes fluctuaciones en el total de capturas del Pacífico sudoriental durante los cinco últimos decenios, con grandes cambios en el volumen de captura y la composición de especies debido a la evolución del esfuerzo de pesca y los efectos de los factores naturales, incluidos los resultados de los fenómenos climáticos a plazo corto (ENSO) y largo (interdecenales). Durante el decenio de 1960 el total de las capturas aumentó rápidamente, alcanzando un máximo de 13,8 millones de toneladas en 1970. La base de las capturas era sobre todo la anchoveta, hasta el repentino declive de esta pesquería en los primeros años setenta. A mitad del decenio de 1970 las capturas presentaban mayor variedad de especies, aunque las pequeñas especies pelágicas continuaron dominando, pero con una mayor diversidad de especies, incluyendo anchoveta, sardinas, arenques, jureles y estorninos (Figura B15.2 y Cuadro D15). A mediados del decenio de 1980, la anchoveta se convirtió de nuevo en la especie dominante, mientras que diminuyeron las capturas de otras especies. Se han producido también cambios significativos en otros grupos, en particular las merluzas, otras especies demersales y, más recientemente, los calamares (por ejemplo, la jibia gigante). Todo ello ha contribuido a un aumento general, y el total de las capturas nominales alcanzó un nuevo récord de 20,4 millones de toneladas en 1994, con lo que probablemente se llegó al límite superior de la escala de rendimiento de esta área.

La fuerte variabilidad de las capturas en esta área está muy influenciada por la anchoveta, importante componente del Grupo 35 de la CEIUAPA (Arenques, sardinas, anchoas, etc.). Después de alcanzar los 13,1 millones de toneladas en 1970, el total de las capturas de anchoveta bajó a 1,7 millones de toneladas en 1973 y a un mínimo histórico de sólo 94000 toneladas en 1984. Desde entonces, las capturas de esta especie se han recuperado en general, aunque con un importante descenso durante El Niño 1997–1998 y una recuperación posterior muy rápida hasta alcanzar los 7–11 millones de toneladas anuales en los últimos años (FiguraB15.3).

Otras especies pelágicas, como la sardina sudamericana, el jurel chileno y el estornino o caballa (Scomber japonicus ) (Figura B15.4), que anteriormente arrojaban capturas insignificantes (unas pocas decenas de miles de toneladas al año), comenzaron a aumentar después del colapso de la pesquería de la anchoveta en 1972–1973, y se convirtieron en importantes elementos del total de la producción pesquera en esta área, con capturas de varios millones de toneladas al año. La sardina sudamericana prácticamente ha desaparecido, mientras que el jurel chileno y el estornino continúan manteniendo capturas relativamente altas en esta área.

La sardina sudamericana solía ser el segundo componente de la producción total del Grupo 35 de la CEIUAPA, después de la anchoveta (Figura B15.3). Sus capturas pasaron de menos de 10000 toneladas al año antes de 1970 hasta un máximo de 6,5 millones de toneladas en 1985. Luego, disminuyeron de forma constante, hasta situarse en sólo 28000 toneladas en 2002. Este fuerte descenso se debió al parecer a una intensa actividad pesquera durante casi dos decenios, que coincidió con el comienzo de la fase decreciente de un “cambio de régimen” de la abundancia a largo plazo debido a factores ambientales (Kawasaki, 1983; Lluch-Belda et al. , 1989, 1992; Schwartzlosse et al. , 1999).

Figura B15.3 - Capturas nominales anuales ('000t) de especies seleccionadas del grupo CEIUAPA 35, Pacífico sudoriental (Área 87)

Figura B15.3

Fuente FAO

Figura B15.4 - Capturas nominales anuales ('000t) de especies seleccionadas del grupo CEIUAPA 37, Pacífico sudoriental (Área 87)

Figura B15.4

Fuente FAO

Otras especies importantes del Grupo 35 de la CEIUAPA son la sardina araucana (Strangomera benticki ) y el machuelo de hebra pinchagua (Ophisthonema libertate ). Las capturas de estas especies han sido también muy variables. La sardina araucana se pesca sobre todo entre los 34°S y 40°S y tuvo dos períodos reconocibles de alta producción. Uno desde mediados del decenio de 1960 hasta mitad de los años setenta, con capturas máximas de 159000 toneladas y 183000 toneladas en 1971 y 1974, y otro que comenzó en 1989 con unas capturas considerables de 584000 toneladas en 1991 y una cifra máxima de 782000 toneladas en 1999, para luego descender a 347000 toneladas en 2002. El machuelo de hebra pinchagua se captura sobre todo al norte de los 6°S. Las capturas más altas registradas son de 90000 toneladas en 1989, y en los años recientes son de 20000 toneladas o menos. También conviene señalar la anchoveta chuchueco (Cetengraulis mysticetus ), pequeña especie pelágica asociada con aguas estuarinas, que se pesca sobre todo frente a la costa de Colombia y Ecuador, y cuyas capturas varían sin una tendencia clara entre 20000 y 120000 toneladas al año en los dos últimos decenios; con un total fue de 43000 toneladas en 2002.

Figura B15.5 - Capturas nominales anuales ('000t) de especies seleccionadas del grupo CEIUAPA 36, Pacífico sudoriental (Área 87)

Figura B15.5

Fuente FAO

Figura B15.6 - Capturas nominales anuales ('000t) de especies seleccionadas de los grupos CEIUAPA 32 y 33, Pacífico sudoriental (Área 87)

Figura B15.6

Fuente FAO

Figura B15.7 - Capturas nominales anuales ('000t) de especies seleccionadas del grupo CEIUAPA 57, Pacífico sudoriental (Área 87)

Figura B15.7

Fuente FAO

Antes de 1970 no había evidencias de que la población de jurel chileno (Grupo 37 de la CEIUAPA) fuera tan abundante, y las capturas raramente pasaban de 30000 toneladas al año (Figura B15 .4). No obstante, en los primeros años setenta esta especie comenzó a aparecer de forma sistemática como captura incidental de las pesquerías artesanales e industriales, y luego flotas pesqueras más especializadas de Chile, Perú y la ex-URSS comenzaron a desarrollar una pesca dirigida a esta especie a mediados del decenio de 1970 y en los años ochenta. El total de las capturas continuó aumentando hasta llegar a un máximo de casi 5millones de toneladas en 1995 (el 90 por ciento frente a las costas de Chile) y luego descendió a 1,4 millones de toneladas en 1999, para aumentar ligeramente a 2,5 millones en 2001 y a 1,8 millones en 2002. Contrariamente a la tendencia descendente registrada frente a la costa de Chile, frente al Perú se observa desde 1995 una tendencia creciente fluctuante, aunque a un nivel mucho más bajo. Otra pequeña especie pelágica importante del Grupo 37 de la CEIUAPA es el estornino (Figura B15.4). Las capturas de esta especie revelan dos períodos principales de capturas más abundantes. Uno, desde mitad de los años setenta hasta mitad de los años ochenta, con un máximo de 836000 toneladas en 1978 (65 por ciento frente al Ecuador), y el otro desde mediados de los años noventa en adelante, con un máximo de 676000 toneladas en 1999 (78 por ciento frente a las costas del Perú) y 393000 toneladas (90 por ciento en aguas situadas frente a la costa de Chile) en 2002.

El bonito del Pacífico oriental (Sarda chiliensis ), agrupado aquí con los atunes altamente migratorios de mayor tamaño dentro del Grupo 36 de la CEIUAPA (Figura B15.5 y Cuadro D.5), solía sustentar una importante pesquería de pequeñas especies pelágicas costeras en esta área, sobre todo frente a las costas del Perú. Las capturas de esta especie fueron del orden de 60000 toneladas al año en los decenios de 1950 y 1960, con un récord de 109000 toneladas en 1961. Tras la declinación de la anchoveta (su principal fuente de alimento), las capturas de bonito del Pacífico oriental bajaron a 4300 toneladas en 1976, y luego se recuperaron hasta alcanzar casi las 40000 toneladas en 1990. Las capturas bajaron de nuevo drásticamente a 5700 toneladas en 1998 y a sólo 500 toneladas en 2000 y a 875 toneladas en 2002. Las capturas de atúnes revelan una tendencia ascendente, sobre todo desde mitad de los años noventa: el rabil (Thunnus albacares ) alcanzó un máximo de 174000 toneladas en 2001, el patudo (Thunnus obesus ) llegó a 67000 toneladas en 2000 y el listado (Katsuwonus pelamis ) a 206000 toneladas en 1999.

Las principales especies demersales del Grupo 32 de la CEIUAPA (Figura B15.6) son la merluza del Pacífico Sur (Merluccius gayi ), con dos subpoblaciones (una frente al Perú y la otra frente a Chile), la merluza austral (Merluccius australis = polylepis ) y la merluza de cola (Macruronus magellanicus ). Las capturas de este Grupo de la CEIUAPA han sido en general elevadas y variables desde 1985, con un máximo de 751000 toneladas en 1996 y luego disminuyeron hasta 342000 toneladas en 2002. Las capturas de la población peruana de merluza del Pacífico Sur han sido muy variables, con más de 300000 toneladas en 1978 y 235000 toneladas en 1996, y luego descendieron a 42000 toneladas en 2002. El repentino descenso de 2002 dio lugar al establecimiento de una prohibición casi total de pesca de merluza del Pacífico Sur en aguas del Perú, que por ahora ha durado casi dos años. Las capturas de la población chilena de merluza del Pacífico Sur han sido menos variables, y alcanzaron máximos de 128000 toneladas en 1968 y 116000 toneladas en 2002. Las capturas de peces costeros diversos del Grupo 33 de la CEIUAPA, varían en torno a las 55000 toneladas anuales sin cambios notables en los totales del grupo pero con importantes variaciones en las capturas de las distintas especies.

A principios de los años noventa hubo un aumento importante aunque de breve duración del total de las capturas de calamar (sobre todo jibia gigante) (en el Grupo 57 de la CEIUAPA) (Figura B15.7). Tras llegar a un máximo de 200000 toneladas en 1994 (sobre todo en aguas situadas frente a las costas del Perú) las capturas bajaron a sólo 11000 toneladas en 1998. No obstante, las capturas de calamar aumentaron notablemente alcanzando un nuevo máximo de 306000 toneladas en 2002. La mayor parte de las capturas (95 por ciento en 2002) son de jibia gigante (Dosidicus gigas ).

SITUACIÓN Y ORDENACIÓN DE LOS RECURSOS

Esta área es muy conocida por los grandes cambios en la abundancia y composición por especies de sus principales recursos pesqueros (Csirke y Sharp, 1985; Sharp y Csirke, 1983). Esta situación suele tener importantes efectos sociales y económicos de alcance nacional y regional y, además, como esta área es la segunda principal contribuyente a la producción pesquera mundial (en 2002 produjo más del 16 por ciento del pescado marino capturado en todo el mundo, y casi el 11 por ciento del total de la producción pesquera mundial), los efectos de estos cambios tienen una repercusión notable en las tendencias y proyecciones de la pesca mundial.

Dentro de esta región, el complejo compuesto por la anchoveta, la sardina sudamericana y el jurel chileno representa un ejemplo muy elocuente de cómo estos cambios en la abundancia y en la composición por especies pueden influir en las pesquerías locales y en las economías nacionales. La especie más importante y mejor estudiada de esta área es la anchoveta, caracterizada por su gran variabilidad (IMARPE, 1970, 1972, 1973, 1974, 2000; Tsukayama, 1983; Zuta, Tsukayama y Villanueva, 1983; Pauly y Tsukayama, 1987; Pauly et al. , 1989; Csirke, 1980, 1988, 1989).

Hay dos poblaciones diferentes de anchoveta en esta área (Tsukayama, 1966; Jordán, 1971; IMARPE, 1973), la población peruana norte-centro que se encuentra entre 3° y 15°S, y la población del sur del Perú y norte de Chile que se encuentra entre 16° y 24°S (GTE IMARPE-IFOP, 2003), con una tercera subpoblación menor propuesta por algunos en la parte más meridional de la zona de distribución de esta especie en los 37°S (Serra, 1983). La población peruana es claramente la más abundante e importante, con una biomasa media que normalmente se sitúa entre 3 y 16 millones de toneladas (Tsukayama, 1983; Pauly y Palomares, 1989; Csirke et al. , 1996). La población del sur del Perú y norte de Chile tiene una biomasa estimada entre 3 y 6 millones de toneladas (GTE IMARPE-IFOP, 2003). La mayor parte de las capturas de anchoveta corresponden a la población peruana norte-centro, que generalmente se encuentra dentro de aguas peruanas y suele ser explotada exclusivamente por flotas del Perú. No obstante, en algunos años especialmente fríos y bajo la influencia de una corriente de Humboldt-Perú más fuerte, parte de la población puede migrar hacia el norte, hacia aguas del Ecuador donde podrían aparecer también registradas en las capturas comerciales. En 2002, 6,7 millones de toneladas, es decir, el 70 por ciento del total de las capturas de anchoveta (dentro del 70–80 por ciento estimado en los años anteriores) fueron producidas por la población peruana norte-centro. El resto procede de la población del sur del Perú y norte de Chile, que es explotada por flotas de los dos países.

La pesquería de la anchoveta se desarrolló en los años sesenta y primeros setenta en base a una percepción demasiado optimista de la abundancia sostenible real de estas poblaciones, inspirada por las altas tasas de captura de los primeros años y que resultaron insostenibles. La pesquería creció rápidamente durante varios años consecutivos. Amplió su capacidad de pesca notablemente y consiguió extraer un total de capturas anuales muy por encima de los máximos recomendados de 8 a 9 millones de toneladas anuales de la población norte-centro del Perú (Schaefer, 1967; Boerema et al., 1967; Gulland, 1968; Csirke et al. , 1996; Csirke y Gumy, 1996; IMARPE, 1970, 1972, 1973, 1974). Las capturas alcanzaron un máximo de 13,1 y 11,2 millones de toneladas en 1970 y 1971, inmediatamente antes del colapso de 1972–1973. La intensa actividad pesquera tuvo un papel importante en el colapso de la pesquería de anchoveta en los primeros años setenta (IMARPE, 1974; Zuta, Tsukayama y Villanueva, 1983; Jordán, 1983), pero es un hecho reconocido que “El Niño” de 1972–1973 fue también una causa importante de la falla del reclutamiento y el descenso de la población (Csirke, 1980). La falta de medidas adecuadas de ordenación para reducir drásticamente la presión de pesca hizo el resto, contribuyendo a agravar y prolongar la declinación. La población de anchoveta estaba ya agotada y las capturas eran bastante bajas cuando ocurrió “El Niño” de 1982–1983, todavía más fuerte. Esa es la razón por la que “El Niño” de 1982–1983 no tuvo consecuencias tan negativas en el total de la producción pesquera regional, aunque redujo la población de anchoveta a su mínimo histórico. La afortunada coincidencia de condiciones ambientales favorables y una capacidad de pesca muy reducida y, por consiguiente, el menor esfuerzo de pesca, hicieron posible que la población se recuperara y que las capturas aumentaran en los años siguientes (Csirke et al. , 1992, 1996).

Durante los primeros años noventa, la población y la pesquería de anchoveta se recuperaron hasta alcanzar volúmenes semejantes a los de antes del colapso de 1972, pero lamentablemente ocurrió otro tanto con la capacidad de pesca, que ha alcanzado niveles muy superiores a los necesarios y aconsejables dadas las características de abundancia y variabilidad de la población de anchoveta y otras consideraciones bioeconómicas. Ya en 1995 la capacidad de pesca (incluidos los buques pesqueros y las fábricas de elaboración de harina de pescado) era al menos un 30 por ciento superior a la necesaria y recomendable (Csirke y Gumy, 1996). Al parecer, la capacidad de pesca continuó aumentando, aunque a un ritmo más lento. Mientras tanto, las poblaciones de anchoveta sufrieron otro grave descenso en 1997–1998. Por fortuna, todo parece indicar que las dos poblaciones de anchoveta se han recuperado de la fuerte declinación que siguió a los años de intensa pesca y condiciones ambientales adversas asociadas a El Niño de 1997–1998. La capacidad y la presión pesqueras continuaron siendo altas durante este episodio de “El Niño”, aunque la biomasa y las capturas resultantes disminuyeron drásticamente debido al menor crecimiento somático, escaso reclutamiento, cambios en el comportamiento y la migración de la población hacia el sur para evitar las condiciones más cálidas del norte. Durante el otoño y la primavera de 1998 el total de la biomasa de la anchoveta habría descendido a un nivel muy bajo, entre 1,2 y 2,7 millones de toneladas para toda la costa peruana, según estimaciones de estudios hidroacústicos (Castillo, Gutiérrez y Gonzales, 1998; IMARPE, 1998; Gutiérrez, 2000). Así pues, se podría estimar que la población principal del norte-centro del Perú se redujo a una biomasa próxima al 15 por ciento de sus niveles promedio y al 50 por ciento de lo que se considera su nivel mínimo de seguridad, pero poco después, la población registró una rápida y sorprendente recuperación.

Condiciones ambientales particularmente favorables, un buen reclutamiento, junto con una ordenación y vigilancia adecuadas han contribuido, al parecer, a la rápida recuperación de los años posteriores a El Niño de 1997–98 (Bouchon et al. , 2000; Ñiquen et al. , 2000). Las dos poblaciones de anchoveta se han recuperado del agotamiento asociado a El Niño de 1997–1998 y, si bien todavía hay algunos motivos de preocupación por la posible sobrepesca, sobre todo debido al marcado exceso de capacidad de pesca, se espera que las dos poblaciones alcancen y sean mantenidos en un nivel menos riesgoso de plena explotación. No obstante, dado el actual exceso de la capacidad de pesca (estimado en un 40 por ciento por encima de lo recomendable) y la conocida variabilidad natural de la anchoveta y su vulnerabilidad a las actividades de pesca intensa, se necesita adoptar medidas más escrupulosas para evitar la sobrepesca.

La sardina sudamericana estuvo sobreexplotada y prácticamente ha desaparecido de algunas áreas. Se describen al menos tres subpoblaciones de esta especie (Parrish, Serra y Grant, 1989): la población septentrional, que se encuentra entre 1°S y 15°S frente al Ecuador y el Perú, con una probable subpoblación independiente en torno a las islas Galápagos; la población central, entre 15°S y 25°S frente al sur del Perú y norte de Chile, y la población o poblaciones meridionales frente a Coquimbo (30°S) y a Talcahuano (37°S) en Chile. Serra y Tsukayama (1988) describen la población de Talcahuano como perteneciente a una población distinta. En los períodos (o regímenes) de abundancia elevada, las poblaciones más abundantes han sido las meridionales (Ecuador-Perú), con una biomasa que alcanzó un máximo de 10 millones de toneladas en 1987, y la central (sur del Perú, norte de Chile), con un máximo de 9 millones de toneladas en 1980.

Los primeros registros de un aumento repentino de la biomasa y en particular las altas capturas de ambas poblaciones comenzaron más o menos simultáneamente, en los primeros años setenta (IMARPE, 1974; Serra y Zuleta, 1982; Salazar et al. , 1984; Zuzunaga, 1985) tras el colapso de 1972 de la anchoveta. Esa situación se mantuvo durante casi dos decenios, pero ahora la abundancia de ambas poblaciones de sardina sudamericana ha descendido a niveles muy bajos, lo que ha permitido capturas de sólo algunas decenas de miles de toneladas al año. Es de señalar que el total de las capturas de la población del sur del Perú-norte de Chile comenzó a disminuir antes, ya desde 1985, mientras que las capturas de la población septentrional (Perú-Ecuador) iniciaron su descenso en 1990. Hay indicios claros de que en ambos casos la disminución de las capturas estuvo precedida, tres o cuatro años antes, por tendencias descendentes del reclutamiento y de la biomasa total. Asimismo, en ambos casos, una ordenación poco estricta hizo posible que la presión de pesca incrementara rápidamente y se mantuviera alta, aun cuando la biomasa y los reclutamientos estaban iniciando tendencias negativas (Csirke et al. , 1996; GTE IMARPE-IFOP, 1994, 1999, 2003). El descenso de estas poblaciones se debió a una combinación de sobrepesca que precedió y aceleró un declive de la abundancia provocado por un “cambio de régimen” a largo plazo debido a causas ambientales (Kawasaki, 1983; Lluch-Belda et al. , 1989, 1992; Schwartzlosse et al. , 1999). Esta fase descendente de un régimen a más largo plazo mantendrá probablemente las poblaciones en un nivel de abundancia bajo durante algunos años. Estas poblaciones se encuentran plenamente explotadas aun cuando la presión de pesca y el total de las capturas se han reducido drásticamente y, dado el “régimen” de baja abundancia natural, es probable que incluso un volumen limitado de capturas provoque la sobreexplotación de las poblaciones, si no hay un proceso estricto de seguimiento y control.

El jurel chileno tiene una amplia distribución en esta área y debido a sus amplias migraciones, es difícil establecer unidades de población diferenciables, aunque se ha propuesto la posible existencia de dos o más subpoblaciones (Serra, 1991; Arcos y Grechina, 1994). La presión pesquera sobre esta especie ha aumentado rápidamente en algunos lugares de su área de distribución, y se considera que la población está plenamente explotada o sobreexplotada, sobre todo habida cuenta de la expansión de la presión pesquera en algunas áreas.

Una proporción considerable, aunque variable (65 al 95 por ciento), de las capturas anuales de esta especie se obtiene en aguas situadas frente a las costas de Chile, donde un drástico descenso de las capturas en los últimos años noventa dio lugar al establecimiento de estrictas medidas de ordenación basadas en la aplicación de un sistema de cuotas individuales no transferibles. Aun cuando las capturas tendieron a estabilizarse, hay preocupación por la situación de esta población y la sostenibilidad de la pesquería, sobre todo porque el reciente esfuerzo de pesca podría estar sobreexplotando la población (Barría et al. , 2003; Perez y Buschmann, 2003). Las capturas de jurel chileno en el Perú son mucho más bajas y variables que en Chile, pero han aumentado en los últimos años. La situación de la población en aguas peruanas es incierta, aunque probablemente está también sobreexplotada o plenamente explotada. El gobierno peruano ha establecido recientemente que el jurel, junto con el estornino y la sardina sudamericana, sólo pueden utilizarse para consumo humano directo (PRODUCE, 2002). Al parecer, el objetivo es promover el mercado local del pescado destinado a la alimentación, así como reducir la presión pesquera sobre esta especie. Se están realizando esfuerzos a niveles nacionales para ordenar estas pesquerías. No obstante, debido a su amplia distribución costera y oceánica, parece que una mayor cooperación regional podría dar lugar a una conservación y ordenación mejorada y más duradera de esta especie en toda su área de distribución. El estornino o caballa es capturado sobre todo en forma incidental en la pesquería del jurel, y si bien hay menos información acerca de su abundancia y situación general, es claro que se trata de una especie muy variable pero mucho menos abundante que el jurel. No obstante, se prevé que las tasas de explotación del estornino sean bajas y que la población esté moderadamente explotada.

El bonito del Pacífico oriental dio signos de recuperación en los primeros años noventa, muy probablemente debido a la recuperación de la anchoveta, su principal fuente de alimentación. No obstante, la intensidad de El Niño de 1997–1998, asociada a la fuerte pesca en forma de capturas incidentales en las pesquerías de anchoveta y otras especies, han provocado al parecer de nuevo el agotamiento de esta población. Actualmente, esta especie sólo se registra de manera ocasional como objeto de la pesca directa o como captura incidental de las pesquerías peruanas en pequeña escala (Estrella et al. , 2001). El rabil tuvo una biomasa máxima en 2001, que disminuyó en 2002, y se considera plenamente explotado. Según estimaciones preliminares sobre la biomasa del listado, éste alcanzó un máximo en 1999, disminuyó en 2001 y se prevén reclutamientos relativamente abundantes que incrementarán la biomasa en 2002–2003; se consideraba muy probable que la población esté moderadamente explotada. Las estimaciones sobre la biomasa de patudo son menos ciertas y, según la CIAT (2004), la biomasa de desove ha disminuido y es probable que esté entre plenamente explotada y ligeramente sobreexplotada.

La situación de otras pequeñas especies pelágicas es muy variable. La sardina araucana se considera sobreexplotada (Cubillos, Bucarey y Canales, 2002). El machuelo de hebra pinchagua y la anchoveta chuchueco están, probablemente, plenamente explotados en la mayor parte de sus areas de distribución. Se utilizan sobre todo para la producción de aceite y harina de pescado. En Colombia, la anchoveta chuchueco está sometida a un sistema de cuotas anuales y prohibiciones en las zonas de desove (Beltrán y Villaneda, 2000; CPPS, 2003; FAO, 2003).

Entre las especies demersales, la merluza del Pacífico Sur ha presentado también una gran variabilidad de reclutamiento, asociada a los cambios en las condiciones ambientales, como “El Niño” (Samamé, Castillo y Mendieta, 1985; Espino, Castillo y Fernández, 1995). Hay dos unidades de población diferentes que corresponden a distintas subespecies de merluza del Pacífico Sur: Merluccius gayi peruanus , que se encuentra entre 0°S y 14°S frente al Ecuador y el Perú, y el Merluccius gayi gayi, desde 19°S hasta 44°S frente a Chile (FAO, 1990). La población peruana alcanzó su abundancia más alta estimada en 1978, con una biomasa de 700000 toneledas, y un segundo máximo de 640000 toneladas en 1994. Desde entonces, la biomasa descendió, situándose recientemente en 102000 toneladas (IMARPE, 2003, 2004a). La población chilena tuvo una tendencia ascendente durante 1968–2000, con una biomasa máxima de 1,4millones de toneladas en 1996 y aproximadamente 1 millón de toneladas en 2000 (Payá, 2003). La ordenación de ambas poblaciones de merluza del Pacífico Sur se basa en la aplicación de cuotas individuales no transferibles. La población chilena de merluza del Pacífico Sur se considera como plenamente explotada (Cerda et al. , 2003; Pérez y Buschmann, 2003), aunque hay cierta preocupación acerca de su posible sobreexplotación. Por otro lado, la población peruana estuvo sobreexplotada durante varios años y recientemente se encontraba gravemente agotada. En consecuencia, a finales de 2002 el gobierno peruano decretó una prohibición total de esta pesquería y, después de casi dos años de cierre, la población está dando señales de recuperación (IMARPE, 2004b).

El caso del agotamiento severo (ahora, posible recuperación) de la población peruana de merluza del Pacífico Sur deja algunas enseñanzas interesantes. Una de ellas es que los efectos inmediatos y las consecuencias a largo plazo del incremento del esfuerzo de pesca y de los posibles cambios de las señales ambientales deben ser identificados a decuadamente y deben ser tomados en cuenta debidamente en el proceso de evaluación y ordenación pesquera. En el caso de la pesquería de la merluza peruana, se ha observado que mientras las tasas de captura se mantuvieron elevadas, debido sobre todo a la mayor eficiencia pesquera y a la intensificación del esfuerzo de pesca, no se dió debida atención a los que eran claros signos de sobreexplotación (como la reducción de las áreas de distribución de los diferentes grupos de edad, la desaparición de los ejemplares más grandes y de más edad y el descenso de la talla media en la captura) y que se atribuyeron sobre todo a cambios ambientales temporales e interdecenales. Además, una ordenación muy tolerante y evaluaciones excesivamente optimistas en los últimos años noventa contribuyeron a reducir la biomasa de desovantes a niveles muy bajos (Espino, Samamé y Castillo, 2001; Lleonart y Guevara, 1995; IMARPE, 2003, 2004b). Cuando las señales de grave descenso resultaron demasiado obvias para poder ignorarlas, hubo una respuesta concertada del sector y del gobierno, en la que se incluyó la convocatoria de un grupo internacional de expertos para solicitar asesoramiento y el estricto cumplimiento de las recomendaciones de los expertos (IMARPE, 2003, 2004b), y todo parece indicar que ello contribuyó a invertir lo que, de lo contrario, habría representado otro caso más del fracaso de una pesquería.

Otras poblaciones demersales, como la merluza de cola, están dando señales de fuerte explotación (Payá et al. , 2002), y se considera que están plenamente explotadas o sobreexplotadas. La merluza austral se considera plenamente explotada o sobreexplotada debido a las elevadas capturas de ejemplares juveniles y a su baja tasa de renovación (Payá et al. , 2000). La austromerluza negra se considera moderadamente explotada, si bien la mayor parte de las poblaciones de austromerluza y congrios explotadas comercialmente parecen estar plenamente explotadas, e incluso algunas presentan señales de sobreexplotación (Pérez y Buschmann, 2003).

Los calamares son oportunistas ecológicos cuya dinámica recuerda la de la langosta del desierto, y su abundancia puede fluctuar ampliamente de una generación a la siguiente (Rodhouse, 2001). Esta área puede sustentar una gran población de calamares. La jibia gigante es particularmente abundante en algunos años, y las capturas y la presión de pesca se han incrementado rápidamente. Esta especie tiene una amplia distribución en el Pacífico oriental, desde California, en los Estados Unidos, hasta el sur de Chile (Nigmatullin, Nesis y Arkhipkin, 2001), y se registran algunas capturas tan al norte como Oregón en 1997 y hasta en aguas de Alaska en 2004. No hay indicios claros de posibles subgrupos poblacionales, sobre todo por su activo y amplio comportamiento migratorio. Ha habido un sorprendente aumento de la abundancia de jibia gigante desde 1999, y la población ha ampliado su distribución y disponibilidad hacia el sur, desde el Perú hasta Chile (IMARPE, 2004c). El activo y voraz comportamiento depredador de esta especie ha sido motivo de preocupación para las autoridades y pescadores del Perú y Chile, debido sobre todo al probable impacto en la abundancia de otras especies de alto valor de la zona. Aunque las capturas han aumentado rápidamente, es probable que la población esté sólo moderadamente explotada.

Otros invertebrados, como el camarón de aguas tropicales y más templadas, suelen estar entre plenamente explotados y sobreexplotados. Algunas poblaciones locales de erizos, almejas, vieiras y otros moluscos han estado sobreexplotadas e incluso agotadas en algunas áreas, mientras que otras se encuentran moderada o muy ligeramente explotadas (Rabí, Yamashiro y Quiroz, 1996; Beltrán y Villaneda, 2000; Pérez y Buschmann, 2003).

Con excepción de los atunes y otras especies altamente migratorias y del jurel chileno antes de 1992, todas las principales especies de peces de esta área son explotadas por flotas nacionales que faenan dentro de sus propias ZEE o por flotas extranjeras que operan desde una base en tierra y cuentan con una licencia o acuerdo de pesca con un Estado ribereño. Hasta cierto punto, ello simplifica la evaluación y ordenación de las pesquerías así como la asignación de responsabilidades para la conservación y aprovechamiento de los recursos marinos vivos en el área. De hecho, si bien hay un planteamiento más regional en lo que respecta a la evaluación y ordenación de las pesquerías de atún, todas las grandes pesquerías de la zona son evaluadas y ordenadas por los respectivos países. No obstante, hay una tradición arraigada de cooperación regional en lo que respecta a las cuestiones generales de investigación pesquera, y es posible que los Estados ribereños cooperen con países vecinos o que pescan en aguas distantes en relación con casos concretos para la ordenación y evaluación de poblaciones de peces que se extienden más allá de sus propias ZEE.

La mayor parte de las pesquerías de atún en esta área se evalúan y ordenan a través de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT, http://www.iattc.org), que aplica un plan combinado de control del esfuerzo de pesca, cuotas de capturas y vedas estacionales para regular la pesca en su área de influencia, que incluye y va más allá de la parte noroccidental del Área 87. Junto con la CIAT, otras organizaciones regionales, como la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS, http://www.cpps-int.org) y la Organización Latinoamericana de Desarrollo Pesquero (OLDEPESCA, http://www.oldepesca.org), han explorado alternativas para modificar y ampliar los mecanismos actuales de evaluación y ordenación de las pesquerías, sobre todo las de atún y otras especies altamente migratorias en la zona del Pacífico oriental en general. El Acuerdo de Galápagos (http://www.cpps-int.org/espa/acuerdodegalapagos.html) promovido por la CPPS y firmado en agosto de 2000 es uno de los esfuerzos realizados en ese sentido.

La CPPS, de la que son miembros los cuatro Estados ribereños del Área 87, desempeña un papel activo en el tratamiento de las cuestiones marítimas regionales, incluida la coordinación de actividades sobre la legislación regional e internacional, la investigación y capacitación, la contaminación por vertidos de petróleo, la protección del entorno marino, la oceanografía y las pesquerías. Otras organizaciones internacionales, regionales o subregionales, como la Comunidad Europea (CE), la FAO, la CIAT y OLDEPESCA respaldan también o han respaldado esfuerzos regionales o subregionales de investigación, evaluación y ordenación de las pesquerías en la región.

La mayor parte de las principales pesquerías de esta área están incluidas en uno o más planes nacionales de ordenación de pesquerías, aunque su eficacia y la magnitud de los esfuerzos administrativos y de investigación destinados a su aplicación varían mucho según el momento, el tipo de pesquería y el país de que se trate. La limitación del acceso mediante licencias o permisos de pesca, el establecimiento de cuotas de captura anuales totales, las cuotas individuales no transferibles, temporadas de veda, zonas protegidas cerradas de forma temporal o permanente y los límites de talla mínima de capturas se encuentran entre los instrumentos de ordenación más frecuentemente utilizados, y los organismos nacionales de pesca suelen combinar varios de ellos para regular las actividades de pesca en sus áreas de influencia. Desde 1995, Chile ha introducido también un sistema de “áreas de manejo” a través de las cuales se otorgan derechos exclusivos de acceso a organizaciones de pescadores artesanales para la explotación y uso de recursos bentónicos en áreas preestablecidas situadas a menos de cinco millas de la costa o en aguas continentales (http://www.subpesca.cl/area_manejo.htm). Al parecer, ello ha dado lugar a la recuperación de algunas poblaciones costeras locales que se habían agotado y en general ha contribuido al aumento tanto de la productividad biológica como de la rentabilidad económica, en comparación con las áreas donde se permite el acceso ilimitado.

REFERENCIAS

Alheit, J. y Bernal, P. 1999. Effects of physical and biological changes on the biomass yield of the Humboldt Current Ecosystem. In K. Sherman y Q. Tang (eds). Large Marine Ecosystems of the Pacific Rim. Assessment, Sustainability and Management , pp. 251–267. Blackwell Science Inc. USA.

Arcos, D. y Grenchina, A.S. 1994. Biología y Pesca Comercial del Jurel en el Pacífico Sur. Instituto de Investigación Pesquera, Talcahuano, Chile, 203p.

Arntz, W.E. y Fahrbach, E.J. 1996. El Niño: experimento climático de la naturaleza. Fondo de Cultura Económica. Ciudad de México. México, 312p.

Arntz, W., Landa, A. y Tarazona, J. (eds). 1985. El Niño, su impacto en la fauna marina. Bol. Inst. Mar Perú , Callao . Volumen Extraordinario: 222p.

Barría, P., Aranís, A., Mora, S., Böhm, G., Serra, R., Martínez, C., Catasi, B., Reyes, H., Muñoz, G. y Gómez, A.2003. Diagnóstico de la pesquería chilena del jurel (Trachurus symmetricus murphyi ). In E. Yánez (ed). Actividad pesquera y de acuicultura en Chile , pp. 123–141. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile.

Beltrán, C.S. y Villaneda, A.A. 2000. Perfil de la pesca y la acuicultura en Colombia. Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura - INPA, Subdirección de Investigaciones. Santa Fé de Bogota, D.C. junio de 2000. (www.rlc.fao.org /prior/recnat/pdf/pescol.pdf)

Bernal, P.A., Robles, F.L. y Rojas, O. 1983. Variabilidad física y biológica en la región meridional del sistema de corrientes Chile-Perú. In G.D. Sharp y J. Csirke (eds). Actas de la Consulta de Expertos para examinar los cambios en la abundancia y composición por especies de recursos de peces neríticos. San José, Costa Rica, 18–29 abril 1983, pp. 683–711. FAO Informe de pesca, No. 291(3). E/S

Boerema, L.K., Saetersdal, G., Tsukayama, I., Valdivia, J.E. y Alegre, B. 1967. Informe sobre los efectos de la pesca en el recurso peruano de anchoveta. Bol. Inst. Mar Perú, Callao , 4(Vol.1): 133–186.

Bouchón, M., Cahuín, S., Díaz, E. y Ñiquen, M. 2000. Captura y Esfuerzo pesquero de la pesquería de anchoveta peruana (Engraulis ringens ). Boletín Inst. Mar Perú 19(1–2): 109–116.

Castillo, R., Gutiérrez, M. y Gonzales, A. 1998. Biomasa de la principales especies pelágicas en el mar peruano a fines de otoño 1998. Crucero Bic José Olaya Balandra 9805–06 de Tacna a Máncora. IMARPE, Informe No.137

Cerda, R., Pavez, P., Urbina, M., Arancibia, L., Melo, T. y Yáñez, E. 2003. Aspectos del manejo de la merluza común (Merluccius gayi Guichenot 1848) en la unidad de pesquería centro-sur. In E. Yánez (Ed). Actividad pesquera y de acuicultura en Chile , pp. 221–232. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile.

Chavez, F., Ryan, J., Lluch-Cota, S.E. y Ñiquen, M. 2003. From anchovies to sardines and back: multidecadal change in the Pacific Ocean. Science , 299: 217–221.

CPPS. 2003. Octava Reunión del Grupo de Trabajo CPPS/FAO sobre evaluación de recursos y pesquerías artesanales en el Pacífico Sudeste. Valparaíso, Chile, 15–17 de octubre de 2003. (www.cpps.org).

Csirke, J. 1980. Recruitment in the Peruvian anchovy and its dependence on the adult population. In A. Saville (Ed) The assessment and management of pelagic fish stocks. Rapp.P.-V. Réun. CIEM, 177: 307–313.

Csirke, J.1988. Small shoaling pelagic fish stocks. In J.A. Gulland (Ed). Fish population dynamics , pp. 271–302. 2nd Ed John Wiley y Sons, New York, 422p.

Csirke, J.1989. Changes in the catchability coefficient in the Peruvian anchoveta (Engrauliis ringens ) fishery. In D. Pauly, P. Muck y I. Tsukayama (eds). The Peruvian upwelling ecosystem: dynamics and interactions , pp. 207–219. ICLARM Conference Proceedings 18: 438p.

Csirke, J.1995. Fluctuations in abundance of small and mid-size pelagics. In C. Bas, J.J. Castro y J.M. Lorenzo (eds). International Symposium on Middle-Sized Pelagics, pp. 481–490. Sci. Mar. , 59 (3–4): 660p. + Erratum In Sci. Mar. , 60(2–3).

Csirke, J. y Gumy, A.A. 1996. Análisis bioeconómico de la pesquería pelágica peruana. Bol. Inst. Mar Perú, Callao , 15(2): 25–68.

Csirke, J. y Sharp, G. 1985. Actas de la Consulta de Expertos para examinar los cambios en la abundancia y composición por especies de recursos de peces neríticos. San José, Costa Rica, 18–29 abril 1983. FAO Informe de pesca, No. 291 Vol.1: 102 pp.

Csirke, J., Bombín, L.M., González de la Rocha, J., Gumy, A.A., Jensen, N., Medina-Pizzali, A.F., Ruckes, E. y Shawyer, M.1992. La ordenación y planificación pesquera y la reactivación del sector pesquero en el Perú. Informe del Programa de Cooperación FAO/Govierno de Noruega. FI:GCP/INT/466 /NOR, Informe de Campo 92/15: 92p.

Csirke, J., Guevara-Carrasco, R., Cárdenas, G., Ñiquen, M. y Chipollini, A. 1996. Situación de los recursos anchoveta (Engraulis ringens ) y sardina (Sardinops sagax ) a principios de 1994 y perspectivas para la pesca en el Perú, con particular referencia a las regiones norte y centro de la costa peruana. Bol. Inst. Mar. Perú 15(1): 1–23.

Cubillos, L.A., Bucarey, D.A. y Canales, M.2002 . Monthly abundance estimation for common sardine (Strangomera benticki) and anchovy (Engraulis ringens) in the central-south area off Chile (34°S-40°S). Fisheries Research, 57: 117–130.

Dioses, T.1995. Análisis dela distribución y abundancia de los recursos jurel y caballa frente a la costa peruana. Inf . Prog. Inst. Mar Perú , 6: 35

Espino, M., Castillo, R. y Fernández, F. 1995. Biology and fisheries of Peruvian hake (Merluccius gayi peruanus ). In J. Alheit y T.J. Pitcher (eds). Hake, Fisheries, ecology and markets , pp. 339–363. Chapman & Hall, London.

Espino, E., Samamé, M. y Castillo, R. 2001. La merluza peruana (Merluccius gayi peruanus ): biología y pesquería. Instituto del Mar del Perú, Callao, Peru, 120p.

Estrella, C., Palacios, J., Avila, W., y Medina, A. 2001. Informe Estadístico de los recursos hidrobiológicos de la pesca artesanal marina por especies, artes, meses y lugares de desembarque durante el segundo semestre del 2000. Informe Inst. Mar Perú No 164, 163p.

FAO. 1990. FAO species catalogue. Gadiform fishes of the world. FAO Fisheries Synopsis No.125, Volume 10: 442p.

FAO. 2003. Resumen Informativo sobre la pesca por países: la República del Ecuador. FID/CP/ECU, Abril de 2003. (www.fao.org/fi/fcp/es/ECU/profile.htm)

Gulland, J.A. 1968. Informe sobre la dinámica de la población de anchoveta peruana. Bol. Inst. Mar Perú, Callao , 6(Vol.1): 305–346.

Guillén, O. 1983. Condiciones Oceanográficas y sus fluctuaciones en el Pacífico sur oriental. In G.D. Sharp y J. Csirke (eds). Actas de la Consulta de Expertos para examinar los cambios en la abundancia y composición por especies de recursos de peces neríticos. San José, Costa Rica, 18–29 abril 1983, pp. 607–658. FAO Informe de pesca, No. 291(3). E/S

Gutiérrez, M.2000. Estimados de biomasa hidroacústica de los cuatro principales recursos pelágicos en el mar peruano durante 1983–2000. Bol. Inst. Mar Perú, 19(1–2): 139–156.

GTE IMARPE-IFOP, 1994. Evaluación conjunta de los stocks de sardina y anchoveta del sur de Perú y norte de Chile. Informe Técnico, Grupo de Trabajo IMARPE-IFOP sobre pesquerías de pequeños pelágicos. Tercer Taller, Callao, 9 al 20 de Mayo 1994 (mimeo): 37p. + tablas y gráficos.

GTE IMARPE-IFOP. 1999. 6° Taller. Evaluación conjunta de los stocks de sardina y anchoveta del sur del Perú y norte de Chile. Grupo de Trabajo IMARPE-IFOP sobre pesquerías de pelágicos pequeños. Callao, 8 al 19 de noviembre de 1999. Informe Final. 47p. + anexos

GTE IMARPE-IFOP. 2003. 9° Taller. Evaluación conjunta de los stocks de anchoveta y sardina del sur del Perú y norte de Chile. Grupo de Trabajo IMARPE-IFOP sobre pesquerías de pelágicos pequeños. Callao, 17 al 21 de noviembre de 2003. Informe Final. 39p. ([email protected]; [email protected])

IATTC. 2004. Atunes y peces picudos en el Océano Pacífico Oriental en 2003. Inter-American Tropical Tuna Comisión. 72a Reunión, Lima-Perú, 14–18 de junio de 2004. Documento IATTC-72–04, 87p.

IMARPE, 1970. Informe del cuadro de expertos sobre dinámica de la población de la anchoveta peruana. Bol. Inst. Mar Perú, Callao , 2(6): 324–372.

IMARPE, 1972. Informe sobre la segunda reunión del panel de expertos en dinámica de la población de la anchoveta peruana. Bol. Inst. Mar Perú, Callao , 2(7): 373–458.

IMARPE, 1973. Tercera sesión del panel de expertos sobre la dinámica de la población de la anchoveta peruana. Bol. Inst. Mar Perú, Callao , 2(9): 525–599.

IMARPE, 1974. Informe de la cuarta sesión del panel de expertos de la evaluación del stock de anchoveta peruana. Bol. Inst. Mar Perú, Callao , 2(10): 605–671.

IMARPE. 1998. Crucero 9811–12 de Evaluación Hidroacústica de Recursos Pelágicos: Isla Lobos de Tierra a Sama - B/C Olaya - L/P Imarpe IV. Informe Ejectuvio del Crucero 9811–12: 21p. ftp://ftp.imarpe.gob.pe/pub/informes/cru981112 .pdf

IMARPE. 2000. Trabajos expuestos en el Taller Internacional sobre la anchoveta peruana (TIAP) 09–12 mayo 2000. Bol. Inst. Mar Perú , 19 (1): 1–204p.

IMARPE. 2003. Informe del panel internacional de expertos “Evaluación de la merluza peruana”. IMARPE, Callao, Peru, 18–21 marzo 2003, por J. Castro, H. Lassen y J. Lleonart. Informe Interno, 46p.

IMARPE. 2004a. II Panel Internacional de expertos para la evaluación de la merluza peruana (15–22 de marzo, 2004). (www.imarpe.gob.pe).

IMARPE. 2004b. Informe del panel internacional de expertos “Evaluación de la merluza peruana”, IMARPE, Callao, Peru, 15–22 de marzo 2004, por E. Ferrandis, F. González, H. Lassen y J. Lleonart. Informe Interno, 46p. ([email protected]).

IMARPE. 2004c. Anuario Científico y Tecnológico IMARPE, Enero–Diciembre, 2001. Vol. 1.

Jordán, R. 1971. Distribution of anchoveta (Engraulis ringens J.) in relation to the environment. Invest. Pesq. 35: 113–126.

Jordán, R. 1979. Recursos pesqueros y medio ambiente marino en el Océano Pacífico Oriental. Rev. Com. Perm. Pacífico Sur , 10: 189–208.

Jordán, R. 1983. Variabilidad de los recursos pelágicos en el Pacífico sudeste. In G.D.Sharp y J.Csirke (eds). Actas de la Consulta de Expertos para examinar los cambios en la abundancia y composición por especies de recursos de peces neríticos. San José, Costa Rica, 18–29 abril 1983, pp. 113–130. FAO Informe de pesca, No. 291(3). E/S

Kawasaki, T. 1983. Why do some pelagic fishes have wide fluctuations in their numbers? - Biological basis of fluctuation from the viewpoint of evolutionary ecology. In G.D. Sharp y J.Csirke (eds). Actas de la Consulta de Expertos para examinar los cambios en la abundancia y composición por especies de recursos de peces neríticos. San José, Costa Rica, 18–29 abril 1983, pp. 731–778. FAO Informe de pesca, No. 291(3): 1065–1080. E/S

Klyashtorin, L.B. 2001. Climate change and long-term fluctuations of commercial catches: the possibility of forecasting. FAO Fisheries Technical Paper, No. 410. FAO, Rome, 86p.

Lleonart, J. y Guevara, R. 1995. Ordenación de la pesquería: Peru. Estado de la merluza, otras especies demersales y especies costeras. FAO Programa de Cooperación Técnica, FI:TCP/PER/4451, Documento de campo No.2, 90p.

Lluch-Belda, D., Crawford, R.J.M., Kawasaki, T., MacCall, A., Parrish, R.H., Schwartzlose, R.A. y Smith, P.E. 1989. World wide fluctuations of sardine and anchovy stocks: the regime problem. S. Afr. J. Mar. Sci. , 8: 195–205.

Lluch-Belda, D., Schwartzlose, R.A., Serra, R., Parrish, R., Kawasaki, T., Hedgecock, D. y Crawford, R.J.M.1992. Sardine and anchovy regime fluctuations of abundance in four regions of the world oceans: a workshop report. Fish. Oceanogr. , I,4: 339–347.

Nigmatullin, Ch.M., Nesis, K.N. y Arkhipkin, A.I. 2001. A review of the biology of the jumbo squid Dosidicus gigas (Cephalopoda: Ommastrephidae). Fisheries Research, 54: 9–19

Ñiquen, M., Bouchón, M., Cahuín, S. y Díaz, E. 2000. Pesquería de anchoveta en el mar peruano. 1950–1999. Bol. Inst. Mar Perú , 19(1–2): 117–123.

Parrish, R.H., Serra, R. y Grant, W.S. 1989. The monotypic sardines, sardina and sardinops: their taxonomy, distribution, stock structure and zoogeography. Can. J. Fish. Aquat. Sci., 46(11): 2019–2036.

Pauly, D. y Palomares, M.L. 1989. New estimates of monthly biomass, recruitment and related statistics of anchoveta (Engraulis ringens ) off Peru (4–14°S), 1953–1985, p 189–206. In D. Pauly, P. Muck, J. Mendo y I. Tsukayama (eds). The Peruvian upwelling ecosystem: dynamics and interactions. Instituto del Mar del Perú (IMARPE), Callao, Perú; Deutsche Gesellschaft fur Technische Zusammenarbeit (GTZ), GmbH, Eschborn, Federal Republic of Germany; and International Center for living Aquatic Resources Management, manila Philippines. ICLARM Conference Proceedings , 18: 438.

Pauly, D. y Tsukayama, I., 1987. The Peruvian anchoveta and its upwelling ecosystem: three decades of change. Instituto del Mar del Perú (IMARPE), Callao, Perú; Deutsche Gesellschaft fur Technische Zusammenarbeit (GTZ), GmbH, Eschborn, Federal Republic of Germany; and International Center for living Aquatic Resources Management, Manila, Philippines. ICLARM Studies and Reviews , 15: 351.

Pauly, D., Muck, P., Mendo, J. y Tsukayama, I. 1989. The Peruvian Upwelling Ecosystem: Dynamics and Interactions. Instituto del Mar del Perú (IMARPE), Callao, Perú; Deutsche Gesellschaft fur Technische Zusammenarbeit (GTZ), GmbH, Eschborn, Federal Republic of Germany; and International Center for living Aquatic Resources Management, Manila Philippines. ICLARM Conference Proceedings , 18: 438.

Payá, I., 2003. Asesoría biológica para el manejo de la pesquería de merluza común (Merluccius gayi gayi ): Evaluación del stock y análisis de riesgo. In E. Yánez (ed.). Actividad pesquera y de acuicultura en Chile , pp. 189–207. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile.

Payá, I., Pool, H., Aguayo, M., Ojeda, V. y Céspedes, R. 2000. Estrategias de explotación en merluza del sur y congrio dorado en la zona sur austral bajo incertidumbre del tamaño y rendimiento sustentable del stock. (citado en: Pérez, A y Buschmann A. 2003. Sustentabilidad e Incertidumbre de las principales pesquerías Chilenas. Publicaciones Oceanía, Santiago de Chile). Informe Final Proyecto FIP-IT 97-14.

Payá, I., Rubilar, P., Pool, H., Céspedes, R., Reyes, H., Ehrhardt, N., Adarme, L. y Hidalgo, H. 2002. Evaluación de la merluza de cola y merluza tres aletas. (citado en: Pérez, A y Buschmann A. 2003. Sustentabilidad e Incertidumbre de las principales pesquerías Chilenas. Publicaciones Oceanía, Santiago de Chile). Informe Final Proyecto FIP 2000-15, 163p.

Pérez, A. y Buschmann, A. 2003. Sustentabilidad e Incertidumbre de las principales pesquerías Chilenas. Publicaciones Oceana, Santiago de Chile. 163p.

PRODUCE, 2002. Anuario Estadístico 2002. Oficina General de Tecnología de la Información y Estadística, Ministerio de la Producción, Lima, Perú. 227p. (www.produce.gob.pe).

Rabí, M., Yamashiro, C. y Quiroz, M. 1996. Revisión de la biología y pesquería del recurso chanque Concholepas concholepas (Bruguiere, 1789) (Mollusca: gastropoda: Muricidae) Inf. Prog. Inst. Mar Perú , 31: 3–23.

Rasmusson, E.M. y Carpenter, T.H. 1982. Variations in tropical sea surface temperature and surface wind fields associated with the Southern Oscillation/El Niño. Mon. Wea. Rev. , 110: 354–384.

Rodhouse, P.G. 2001. Managing and forecasting squid fisheries in variable environments. Fisheries Research , 54: 3–8

Salazar, C., Martínez, C., Mendieta, J. y Böhm, G. 1984. Evaluación del recurso sardina española (Sardinops sagax musica ) de la zona norte de Chile, por análisis de Población Virtual. Invest. Pesq . (Chile), 31: 3–16.

Samamé, M., Castillo, J. y Mendieta, A. 1985. Situación de las pesquerías demersales y los cambios durante “El Niño”. In W. Arntz, A. Landa y J. Tarazona (eds). “El Niño”. Su impacto en la fauna marina, pp. 153–158. Bol. Inst. Mar Perú, Vol. Extraord. 222p.

Schaefer, M.B. 1967. Dynamics of the fishery for the anchoveta Engraulis ringens , off Peru. Bol. Inst. Mar Perú, Callao , 5(Vol.1): 265–304.

Schwartzlose, R.A., Alheit, J., Bakun, A., Baumgartner, T., Colte, R., Crawford, R.J.M., Fletcher, W.J., Green-Ruiz, Y., Hagen, E., Kawasaki, T., Lluch-Belda, D., Lluch-Cota, S.E., MacCall, A., Matsuura, Y., Nevarez-Martínez, M.O., Parrish, R.H., Roy, C., Serra, R., Shust, K.V., Ward, M.N. y Zuzunaga, J. 1999. Worldwide large-scale fluctuations of sardine and anchovy populations. S. Afr. J. Mar. Sci. , 21: 289– 347.

Schweigger, E. 1964. El litoral peruano (segunda edición). Universidad Nacional Federico Villarreal, Lima, Perú, 435p.

Serra, R. 1983. Changes in the abundance of pelagic resources along Chilean coast. In G.D. Sharp y J.Csirke (eds). Actas de la Consulta de Expertos para examinar los cambios en la abundancia y composición por especies de recursos de peces neríticos. San José, Costa Rica, 18–29 abril 1983, pp. 731–778. FAO Informe de pesca, No.291(3): 255–284. E/S

Serra, R. 1991. Important life history aspects of the Chilean jack mackerel, Trachurus symmetricus murphyi . Invest. Pesq., Chile, 36: 67–83.

Serra, R. y Tsukayama, I. 1988. Sinopsis de datos biológicos y pesqueros de la sardina Sardinops sagax (Jenyns, 1842) en el Pacífico suroriental. FAO Sinopsis sobre la pesca 13.

Serra, R. y Zuleta, A. 1982. Antecedentes biológico pesqueros de los recursos pelágicos de la pesquería de la zona norte, con énfasis en la sardina española. Subsecretaría de Pesca, Santiago, Chile. Informe interno.

Sharp, G.D. y Csirke, J. (eds). 1983. Actas de la Consulta de Expertos para examinar los cambios en la abundancia y composición por especies de recursos de peces neríticos. San José, Costa Rica, 18–29 abril 1983. FAO Informe de pesca, No291(Vols2&3): 1–1224. E/S

Strub, P.T., Mesías, J., Montecino, V., Rutlant, J. y Salinas, S.1998. Chapter 10. Coastal ocean circulation off western South America, coastal segment (6, E). In A.Robinson y K. Brink (eds). The Sea . John Wiley & Sons, Inc.

Tsukayama, I. 1966. El número de branquispinas como carácter diferencial de sub-poblaciones de anchoveta (Engraulis ringens Jenyns) en la costa del Perú. In Memorias 1er. Seminario Latino-Americano sobre el Océano Pacífico Oriental, pp. 139–145. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú.

Tsukayama, I. 1983. Recursos pelágicos y sus pesquerías en el Perú. Rev. Com. Perm. Pacífico Sur, 13: 25–63.

Valdivia, J. 1978. The Anchoveta and El Niño. Rapp.P.-v. Réun. Cons. Int. Explor. Mer., 173: 196–202.

Yañez, E., Barbieri, M.A. y Silva, C. 2003. Fluctuaciones ambientales de baja frecuencia y principales pesquerías pelágicas chilenas. In E. Yánez (Ed). Actividad pesquera y de acuicultura en Chile, pp. 109–121. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile.

Zuta, S., Tsukayama, I. y Villanueva, R. 1983. El ambiente marino y las fluctuaciones de las principales poblaciones pelágicas de la costa peruana. In G.D.Sharp y J. Csirke (eds). Actas de la Consulta de Expertos para examinar los cambios en la abundancia y composición por especies de recursos de peces neríticos. San José, Costa Rica, 18–29 abril 1983. FAO Informe de pesca, No. 291(3): 179–254. E/S

Zuzunaga, J. 1985. Cambios del equilibio poblacional entre la anchoveta (Engraulis ringens ) y la sardina (Sardinops sagax ) en el sistema de afloramiento frente al Perú. In W. Arntz, A. Landa y J. Tarazona (eds). “El Niño”. Su impacto en la fauna marina, pp. 107–117. Bol. Inst. Mar Perú, Vol. Extraord. 222p.

* FAO, Servicio de Recursos Marinos, Dirección de Recursos Pesqueros.


Página precedente Inicěo de página Página siguiente