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¿Es posible mitigar los efectos de El Niño mediante un sistema de pagos por servicios medioambientales? Un estudio de la cuenca del río Piura (Perú)

M. Fernández Barrena, N. Grados, M.S. Dunin-Borkowski, P. Martínez de Anguita y P. Flores Velásquez

Mario Fernández Barrena, Pablo Martínez de Anguita y Pablo Flores Velásquez trabajan en la Universidad Rey Juan Carlos, Móstoles, Madrid (España).
Nora Grados
y María Sofía Dunin-Borkowski trabajan en la Universidad de Piura, Piura (Perú).

This article is adapted from a study published in the Revista Electrónica de la Red Lationamericana de Cooperación Técnica en Manejo de Cuencas Hidrográficas (REDLACH), Number 1, Year 4 (2007).

Los costos estimados que entrañaría la modificación de las prácticas de uso de la tierra se compararon con las cantidades que los usuarios estarían dispuestos a pagar, a fin de predecir la factibilidad de un sistema de pagos por la protección contra las inundaciones y las alteraciones del ciclo hidrológico.

Los bosques de neblina andinos están desapareciendo a consecuencia del continuo avance de la frontera agrícola. La degradación medioambiental, que resulta de unas prácticas de explotación agrícola inapropiadas, ha desestabilizado el ciclo hidrológico y determinado el aumento de las fluctuaciones estacionales de los caudales de los ríos, y producido perturbaciones tales como corrimientos de tierras e inundaciones. En la región norteña de Piura (Perú), estas alteraciones han agudizado la vulnerabilidad al fenómeno de El Niño, una oscilación del sistema oceánico-atmósferico del Pacífico tropical que tiene consecuencias climatológicas importantes a través del mundo (INRENA, 2005).

En los últimos decenios, las perturbaciones de El Niño han ocasionado daños costosos a la cuenca hidrográfica del río Piura, ya que han causado corrimientos de tierras en zonas de pendiente y graves inundaciones aguas abajo. En 1998 las pérdidas fueron valoradas en más de 100 millones de dólares EE.UU. (CTAR, 1998). A causa de la elevada tasa de deforestación que se registra en la zona, en 1983 un fenómeno de pluviosidad incluso más intenso ocasionó daños mayores que los que se produjeron en 1998.

Un estudio de la cuenca hidrográfica de Piura indicó que, en vista de la magnitud de las catástrofes, la población estaba dispuesta a pagar por servicios medioambientales tales como la protección contra las inundaciones y el control del ciclo hidrológico (mejora de la cantidad y calidad del agua y reducción de las fluctuaciones de los cauces estacionales). Se examinó en el estudio la factibilidad de un sistema de pagos por servicios medioambientales en el que las sumas recaudadas podrían destinarse a la conservación de los bosques y a la implantación de técnicas de explotación agrícola y ganadera sostenibles (Martínez de Anguita et al., 2006). El sistema sería financiado por la población que vive en las zonas de aguas abajo y padece los efectos de El Niño. Con los pagos se retribuiría el trabajo de conservación de bosques y cauces fluviales de los pequeños agricultores, se crearían incentivos para el uso de técnicas de protección de la tierra en los sistemas de aprovechamiento agrícola y se ayudaría asimismo a mejorar las condiciones de vida de los ganaderos en esta región montañosa.

El estudio comprendió un análisis socioeconómico para determinar los proveedores eventuales de servicios de la zona; una encuesta para saber quiénes serían los posibles usuarios de los servicios medioambientales y conocer su disposición a pagar por tales servicios; y un mapa y análisis hidrológico de la cuenca para determinar las principales zonas en que se podrían implantar los servicios de mantenimiento medioambientales. La comparación entre los costos que entrañarían las medidas de conservación de aguas y los pagos eventuales efectuados por usuarios y otros inversionistas sirvió de base para analizar la factibilidad de diversas opciones alternativas para el sistema de pagos por servicios medioambientales.

En la cuenca del río Piura, la erosión ha aumentado a consecuencia de la pérdida de cubierta forestal; el sistema hidrológico podría ser mejorado si se compensara a los pequeños agricultores que se encuentran en las zonas aguas arriba por realizar labores de reforestación y conservación forestal, y por adoptar prácticas agroforestales, silvopastorales y de explotación sostenibles con las que se protegen los suelos
M. Fernández Barrena

MODELO DE UN PLAN DE PAGOS POR SERVICIOS MEDIOAMBIENTALES

La cuenca alta del río Piura tiene una población de unos 70 000 proveedores potenciales de servicios medioambientales; estas personas comparten unos sistemas agrícolas y unas condiciones socioeconómicas similares, y disponen de un ingreso anual promedio de alrededor de 400 dólares EE.UU. La población que vive aguas abajo cuenta unos 300 000 compradores potenciales de estos servicios cuyo ingreso anual promedio supera los 2 400 dólares.

La cuenca comprende seis subcuencas que podrían ser objeto de mejoras gracias a las cuales sería posible llevar a cabo la regulación del ciclo hidrológico. Todas las márgenes del Piura, desde las desembocaduras de sus principales afluentes hasta las del curso que va a dar al océano Pacífico, son zonas vulnerables a crecidas repentinas.

La casi totalidad de la zona, incluidas las tierras labrantías altas, corre un riesgo de erosión elevado o muy elevado (Figura 1). Los análisis efectuados con sistemas de información geográfica mostraron que la cubierta forestal influye más que el tipo de suelo en el riesgo de erosión. Las soluciones que cabe aportar a este problema son claras: conservar los bosques restantes; recuperar las tierras que se han perdido; reforestar los macizos; adoptar sistemas agroforestales y otros sistemas que protejan los suelos de la erosión, y desarrollar las silvopasturas (López Cadenas de Llano, 1990; Braud et al., 2001).

El caudal del río Piura registra fuertes fluctuaciones estacionales, que van de 5,72 m3 por segundo, durante alrededor de diez meses al año, a 200 m3 por segundo durante la época de lluvias. El caudal varía además mucho de un año a otro; por ejemplo en los años de El Niño alcanza puntas de 1 600 m3 por segundo, mientras que en los de La Niña es mucho menor.

Se consideró que las intervenciones serían mayormente beneficiosas para las subcuencas Yapatera y Charanal, que son las más erosionadas (Figura 2). A pesar de ser las subcuencas más pequeñas y ocupar solo el 15,4 por ciento de la superficie total, juntas representan el 38 por ciento de la producción de sedimentos y suministran el 23 por ciento del agua entregada por las seis subcuencas del río Piura.

Una encuesta a casi 200 compradores potenciales de servicios de la ciudad de Piura, junto con otros estudios, indicó que la población de la cuenca estaba dispuesta a pagar por los servicios medioambientales (Cuadro 1). Más del 80 por ciento de los residentes de la ciudad encuestados confirmó su disposición a pagar. Alrededor del 66 por ciento de los encuestados prefería efectuar los pagos a una institución recaudadora independiente. Otro 19 por ciento deseaba, por motivos de comodidad, efectuar los pagos en el momento de cancelar sus facturas por consumo de agua. La elección del 15 por ciento restante se repartía entre pagos a la municipalidad o al gobierno regional o a otras entidades no especificadas.

Dado que algunos grupos socioeconómicos estaban dispuestos a pagar más que otros, se estimó conveniente establecer un plan de pagos diferenciados para maximizar los ingresos del sistema. Multiplicando las cantidades que cada uno de los grupos estaría dispuesto de pagar por el número de hogares de ese grupo Cuadro 2, se calculó que la recaudación anual del sistema equivaldría a una suma superior a los 10 millones de nuevos soles, o 3,2 millones de dólares EE.UU.

Los oferentes de servicios determinados eran propietarios de tierras situadas en la parte alta de la cuenca del río Piura que estarían en condiciones de mantener o mejorar la calidad de las aguas mediante prácticas idóneas o un uso de la tierra diferente. Estos oferentes serían remunerados por servicios varios de reforestación y ordenación de zonas reforestadas, conservación de bosques o adopción de prácticas agroforestales. El territorio en que se encontraban los oferentes se dividió en diversas zonas de acuerdo con un modelo de planificación física diseñado según la metodología de Jiménez et al. (2006) (Figura 3), a saber:

Se ha propuesto diferentes tipos de contratos de servicios medioambientales a los oferentes con el objeto de maximizar las superficies de protección no obstante se disponga de unos recursos financieros limitados (véase el recuadro). Para conservar y mejorar los servicios medioambientales y la calidad de vida de las familias que residen en las zonas de montaña –aumentando sus ingresos–, se han creado incentivos que fomentan la adopción de prácticas idóneas para cada zona.

Basándose en los ingresos de los compradores de servicios que viven en la ciudad de Piura, y suponiendo que todas las propiedades de la cuenca han sido adscritas al sistema de pagos por servicios medioambientales, se calculó la cantidad promedio que podía pagarse por hectárea en concepto de coste de oportunidad. Se establecieron cuatro opciones alternativas con arreglo a las porciones decrecientes de superficie de cuenca (Cuadro 3). La suma promedio por pagarse por hectárea se ajustaría de acuerdo con los diferentes contratos firmados por los propietarios y dependería del tipo de tierras en su posesión y de los intereses específicos de cada propietario.

Con arreglo a la Opción 1, se estimó que se necesitaría una inversión inicial de 28,7 millones de dólares (Cuadro 4); y con arreglo a las Opciones 2 y 3 se necesitaría un desembolso análogo. Esta suma se destinaría al suministro de los materiales requeridos por los oferentes, sin que éstos deban invertir capital inicial alguno ya que ellos mismos aportarían la mano de obra necesaria para llevar a cabo los cambios en el uso de la tierra. Una aportación de 10,9 millones de dólares del gobierno local (estimando el costo de la mano de obra a su valor de mercado) y otros 3,2 millones de dólares anuales provenientes de los compradores de servicios de la ciudad de Piura no serían suficientes para financiar la propuesta. Este costo sería también demasiado alto para atraer la ayuda internacional o un préstamo.

Las alternativas más factibles serían sin embargo la Opción 4, que consiste en las unidades de respuesta hidrológica prioritarias (definidas por el tipo de suelo, la cubierta vegetal y las condiciones meteorológicas); o un enfoque por etapas que comenzaría por las zonas de prioridad más alta (Cuadro 5); o las Opciones 2 y 3. La Opción 2 sería la más eficiente, ya que proporcionaría el 75 por ciento de los servicios medioambientales a un costo de 19,2 millones de dólares.

1
Riesgo de erosión en las principales zonas de subcuenca de la cuenca del río Piura (Perú)
M. Fernández Barrena

2
Producción promedio anual de agua y sedimentos en las subcuencas del río Piura


M. Fernández Barrena

3
Plano de la zona de los oferentes de servicios


Tipos de contrato propuestos

Tipo I: Propietarios forestales

  • Bosque primario. La cantidad de dinero recibida por unidad de superficie debe ser igual o superior a la que un agricultor percibiría mediante el sistema de pagos por servicios medioambientales. Algunas actividades quedan restringidas.
  • Bosque secundario o reforestado. La cantidad de dinero recibida debe ser menor que la que reciben los propietarios de bosques primarios, pero mayor que la de las demás categorías.
    En cada uno de estos casos, se añade un incentivo suplementario cuando la propiedad se encuentra en una de las zonas de protección definidas en el plan físico.

Tipo II: Propietarios de riberas de río sin vegetación natural

Los propietarios de tierras situadas a 150 m de ríos y fuentes de agua (zona de protección hidrológica) recibirán pagos similares a los indicados en el contrato de Tipo I para compensarles por los costos de oportunidad de mantener esos terrenos con una cubierta vegetal natural.

Tipo III: Propietarios de tierras agrícolas

La cantidad de dinero recibida se debe ajustar para que, combinada con las ganancias de la producción, el beneficio obtenido por el propietario que ha suscrito el contrato sea mayor que el que habría obtenido eliminando el bosque.

Tipo IV: Propietarios de terrenos de pastos

La cantidad de dinero ofrecida debe constituir un aliciente suficiente para inducir al propietario a adherirse al sistema. El pago se recibirá una vez que el modelo de explotación silvopastoral ha sido completado.

Tipo V: Bosques y tierras comunales

Los contratos anteriores se deben ajustar según se trate de tierras forestadas o de tierras forestables. El pago deberá ser percibido por el consejo municipal, el cual deberá utilizar los fondos para la conservación y ordenación de estos bosques.





CONCLUSIONES

La puesta en práctica de un sistema de pagos por servicios medioambientales para mitigar los daños causados por el fenómeno de El Niño podría ser factible. A pesar de los altos costos iniciales, que harían descartar la posibilidad de implantar un plan óptimo de conservación, unas opciones menos completas podrían ejecutarse mediante aportaciones del gobierno o de donantes internacionales además de los pagos de los usuarios de los servicios medioambientales. Otros compradores potenciales de servicios, especialmente los agricultores de las partes bajas, que pagarían por un suministro regular de una cantidad suficiente de agua de buena calidad –y cuya aportación sería no obstante menor que la de los pobladores de la ciudad de Piura–, podrían añadir su contribución a la suma total requerida. La diferenciación de los pagos, en base a la capacidad de pago de los compradores de servicios, aumentaría los ingresos del sistema y contribuiría a la equidad social. Especialmente en los países andinos, donde las desigualdades sociales constituyen un problema común, la relación entre compradores y oferentes ayudaría a nivelar las disparidades sociales. El método que se describe aquí, pese a ser específico de la zona de cuenca del río Piura, podría también extrapolarse a otras situaciones.

Se necesitaría la asistencia del gobierno, o en su defecto la asistencia internacional, para la realización de este plan, y tal asistencia estaría justificada. Baste recordar que en 1998 el fenómeno de El Niño causó en la región de Piura daños a las infraestructuras por un valor de más de 100 millones de dólares EE.UU., cantidad mayor que la que se precisaría para ejecutar el plan propuesto.

Bibliografía

APOYO Opinión y Mercado. 2003. Informe Jefes de Hogar. Miraflores, Perú.

Braud, I., Vich, A.I.J., Zuluaga, J., Fornero, L. y Pedrani, A. 2001. Vegetation influence on runoff and sediment yield in the Andes region: observation and modelling. Journal of Hydrology, 254: 124–144.

Consejo Transitorio de Administración Regional (CTAR). 1998. Evaluación de los daños ocasionados por el fenómeno El Niño (período de emergencia 1998). Piura, Perú, Dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas. Disponible en: www.mef.gob.pe

Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) del Perú. 2005. Censo de 2005. Lima, Perú. Disponible en: www.inei.gob.pe

Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA). 2005. Evaluación de la vulnerabilidad física natural futura y medidas de adaptación en áreas de interés en la cuenca del río Piura. Lima, Perú. Disponible en: www.conam.gob.pe

Jiménez, L., Martínez de Anguita, P., Gómez, I., Romero, R., Ruiz, M.A., Dunin-Borkwski, M.S. y Guerrero, D. 2006. Metodología para la zonificación del riesgo de erosión en cuencas andinas. Estudio de caso en el río Chalaco, Piura. En Ordenación territorial y medio ambiente. Madrid, España, Dykinson.

López Cadenas de Llano, F. 1990. El papel del bosque en la conservación del agua y del suelo. Ecología, 1: 141-156.
Martínez de Anguita, P., Rivera, S., Beneitez, J.M. y Cruz, F. 2006. Establecimiento de un mecanismo de pago por servicios ambientales sobre un soporte GIS en la cuenca del río Calan, Honduras. Geofocus, 6: 152-181.


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