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No.1  febrero 2008 | ||
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Perspectivas de Cosechas y Situación Alimentaria | |
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Exámenes regionales
En África del Norte, las perspectivas iniciales para las cosechas de trigo y cereales secundarios de invierno de 2008, que se recogerán en torno a junio, son variadas. Los preparativos de la tierra y las siembras se retrasaron en la mayoría de los países debido a las lluvias inferiores a lo normal recibidas en octubre y noviembre. Con las precipitaciones caídas en diciembre mejoraron algo las condiciones de humedad del suelo, pero serán decisivas las lluvias de los próximos meses para que se recuperen los cultivos y se evite la pérdida de potencial de rendimiento, principalmente en Marruecos donde las reservas de humedad del suelo se agotaron tras la sequía de la campaña pasada. En Egipto, el mayor productor de la subregión, donde la mayoría de los cultivos son de regadío, las perspectivas iniciales son generalmente favorables.
Los países de África del Norte dependen sobremanera de las importaciones de trigo del mercado internacional para cubrir sus necesidades de consumo. Se prevé que Argelia, Marruecos, Egipto y Túnez importen entre 47 y 56 por ciento de su utilización interna de trigo en sus campañas comerciales 2007/08 (véase la Figura 2).
El alza vertiginosa de los precios internacionales de los cereales ha hecho subir los precios del pan y de otros alimentos básicos, causando disturbios sociales en la mayoría de los países de la subregión. En Marruecos, el problema se vio agravado por el nivel extremadamente bajo de la producción interna de 2007. Entre las medidas aplicadas por los Gobiernos para compensar el fuerte aumento de los precios mundiales cabe señalar la exención de los aranceles, los controles de los precios y las subvenciones. No obstante los precios altos, en la campaña comercial 2007/08 (julio/junio) las importaciones de trigo deberían aumentar aproximadamente un 4 por ciento a 7,3 millones de toneladas en Egipto y duplicarse a 3,5 millones de toneladas en Marruecos (debido a la mala cosecha del año pasado) lo que significa facturas considerablemente más altas por las importaciones de trigo en esos países.
En África occidental, hay poca actividad agrícola en este periodo, salvo producciones limitadas de cultivos de tierras aluviales o fuera de estación, para los cuales las perspectivas son generalmente favorables. Según estimaciones provisionales, la producción total de cereales de 2007 en los nueve países sahelianos es aproximadamente un 12 por ciento mayor que la media de los últimos cinco años. A nivel nacional, se pronostican cosechas superiores a la media en todos los países, excepto Cabo Verde y el Senegal. Sin embargo, en los países del Golfo de Guinea, la producción de cereales secundarios disminuyó considerablemente en Nigeria septentrional debido a unas lluvias tardías y mal distribuidas, y en Ghana donde a una racha seca prolongada siguieron inundaciones que perjudicaron a los cultivos durante la campaña. En África occidental los mercados están muy integrados y las variaciones de los precios debidas a las crisis de la oferta o la demanda se transmiten fácilmente entre los países vecinos. Debido al volumen de la economía y el sector agrícola de Nigeria, una merma en la producción de cereales de este país hace subir los precios regionales de los cereales, afectando gravemente a la seguridad alimentaria en los países vecinos, principalmente de la parte oriental de la subregión. El aumento de los precios en la región provocado por las condiciones atmosféricas se ve agravado este año por el alza de los precios de los productos en el mercado internacional. Existen informes sobre el aumento de los precios de los alimentos en Nigeria septentrional, así como en algunas partes de Benin, Burkina Faso, Ghana, el Níger y Togo. En la parte occidental de la subregión, que comprende Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mauritania y el Senegal, los precios de los alimentos siguen principalmente las tendencias del mercado internacional del que dependen dichos países para sus importaciones de trigo y arroz. La producción interna del Senegal, por ejemplo, cubre sólo alrededor de la mitad de las necesidades de utilización de cereales del país, de suerte que sus importaciones de arroz y trigo ascienden a una media de alrededor de 900 000 toneladas por año, procedentes del mercado internacional. El año pasado los consumidores tanto rurales como urbanos se han visto afectados por los precios altos de los alimentos, debido a una mala cosecha interna en 2006 y al aumento de los precios de los cereales en el mercado internacional. Aunque el Gobierno ha aplicado una serie de medidas destinadas a contrarrestar el impacto del aumento continuo y pronunciado de los precios mundiales durante la presente campaña, entre ellas la subvención del 40 por ciento de la compra de harina de trigo, la exención de los aranceles de importación y los controles de los precios, la obtención de otra producción interna escasa en 2007, en una coyuntura difícil del mercado internacional, está exacerbando la presión inflacionaria sobre el mercado interno de alimentos y reduciendo ulteriormente el poder adquisitivo de los consumidores urbanos y rurales. En noviembre de 2007, el precio del mijo en Dakar era un 30 por ciento más alto que en noviembre de 2006. Mauritania también depende mucho de las importaciones de cereales secundarios (mijo y sorgo) de los vecinos Senegal y Malí, y de las importaciones de trigo del mercado internacional. En consecuencia, para la mayoría de los mauritanos los precios de los alimentos son un factor clave del acceso a los alimentos. Los precios tanto de los cereales secundarios como del trigo se mantuvieron relativamente altos en 2007, debido a la mala cosecha obtenida en el Senegal y a los precios altos del trigo en el mercado internacional. Es probable que los precios de los alimentos sigan siendo altos en 2008 debido a otra mala cosecha en el Senegal y a la persistencia de los precios altos del trigo en el mercado internacional. El impacto de los precios de los alimentos será más grave en algunas zonas localizadas de la subregión, en las que los rendimientos se vieron gravemente reducidos por el retraso de las lluvias o las inundaciones. Es posible que las poblaciones de dichas zonas necesiten asistencia. Una serie de misiones conjuntas CILSS/FEWSNet/FAO/PMA de evaluación poscosecha visitará los países de África occidental en febrero-marzo de 2008 para actualizar los datos sobre el mercado y la situación alimentaria en la subregión.
La siembra de la primera cosecha de maíz que se recogerá a partir de julio comenzará en marzo en el sur. En el Camerún, se estima que la producción de cereales de 2007 es semejante a la buena cosecha del año anterior, gracias a unas condiciones generales de crecimiento favorables, principalmente en la parte meridional del país, aunque en el norte la producción se vio afectada en diversas localidades por las lluvias irregulares y las inundaciones. Aunque se prevé que en general la situación del suministro de alimentos siga siendo satisfactoria durante la campaña comercial 2008 (enero-diciembre), los grupos vulnerables de las zonas que han experimentado mermas considerables en la producción debidas a rachas secas o inundaciones tienen que ser objeto de un seguimiento continuo y recibir la asistencia necesaria. En la República Centroafricana, las actividades agrícolas continúan viéndose obstaculizadas por la persistente inseguridad y los desplazamientos en gran escala de la población tanto dentro del país como hacia los países vecinos, principalmente en el norte, donde en los dos últimos años cerca de 300 000 personas tuvieron que abandonar sus hogares. La continua inseguridad que reina tanto en el Chad como en la región de Darfur, en el Sudán, amenaza con desestabilizar ulteriormente la situación en las partes septentrionales del país.
En el África oriental, la recolección de las cosechas de cereales de la temporada principal de 2007/08 ha terminado en las partes septentrionales de la subregión, mientras en las partes meridionales ha comenzado la recolección de las cosechas de la temporada secundaria, excepto en Etiopía, donde está a punto de comenzar la siembra. Las perspectivas para las cosechas de la temporada secundaria son malas en Kenya y Somalia, mientras que para Eritrea, Etiopía y el Sudán se prevé una producción de cereales de la temporada principal superior a la media. La producción total de cereales de la subregión en 2007/08 se estima en torno a los 34,5 millones de toneladas, alrededor de un 0,2 por ciento menos que el año anterior, pero todavía un 20 por ciento por encima de la media de los cinco años anteriores (Figura 3).
En Eritrea, ha terminado la recolección de las cosechas de la temporada principal “Kiremti” de 2007/08. Todavía no se han proporcionado estimaciones oficiales, pero las perspectivas son generalmente favorables. Los últimos años se han caracterizado por unas condiciones atmosféricas generalmente favorables que impulsaron la producción agrícola. Sin embargo, incluso en años buenos, Eritrea produce sólo una parte de sus necesidades totales de alimentos y depende en gran medida de las importaciones. Los precios altos de los alimentos continúan afectando a un gran número de personas vulnerables. En Etiopía, los resultados preliminares de una misión FAO/PMA de evaluación de cultivos y suministro de alimentos, que visitó el país al final del año pasado, indica otra producción excelente de cereales de la temporada principal gracias a las copiosas lluvias recibidas durante el período vegetativo, a una mayor utilización de semillas mejoradas, y a una presión muy baja de las plagas y enfermedades, junto con una expansión de la superficie cultivada. Es el cuarto año consecutivo de cosechas excelentes. En Kenya, las perspectivas para la campaña agrícola secundaria, que se recogerá a partir de febrero, también son desfavorables debido a unas lluvias cortas insuficientes. Las zonas pastorales septentrionales de Kenya han experimentado una estación de lluvias cortas inferior a lo normal. Además, aunque se están realizando operaciones de lucha contra la langosta, en Kenya septentrional hay enjambres que impiden el acceso de los pastores a los lugares de pastoreo y ramoneo. Algunas localidades han experimentado dos malas campañas consecutivas. La importante estación de lluvias largas comienza normalmente en febrero-marzo en Kenya sudoriental y se va extendiendo hacia las partes orientales y septentrionales. Los trastornos en los preparativos de la tierra y la siembra de los cultivos estacionales debidos a la continuación de los disturbios postelectorales y a los desplazamientos pueden causar una grave crisis humanitaria. En Somalia, según las proyecciones, la cosecha de la temporada secundaria “deyr”, que se recogerá a partir de febrero, es inferior a la media. En Somalia central y en la parte oriental de la región somalí de Etiopía las precipitaciones han sido inferiores a lo normal, lo cual no permitirá que se regeneren suficientemente los pastizales y se mantengan durante todo el período seco. Algunas de las zonas cultivadas cerca de la costa también han experimentado una campaña muy inferior a lo normal. En Somalia meridional, la producción de cereales de la campaña agrícola principal “gu”, recogida en agosto del año pasado, también se estimó en un nivel bajo de 48 600 toneladas, lo que representa sólo un 31 por ciento de la media posterior a la guerra (1995-2006) y un 43 por ciento de la producción “gu” del año anterior. En el Sudán, apenas ha terminado la cosecha de cereales secundarios de la temporada principal. Las precipitaciones fueron superiores a lo normal y se señala que la disponibilidad de insumos agrícolas ha sido entre normal y superior a lo normal. Sin embargo, tras la cosecha abundante del año anterior, la superficie plantada en la presente campaña volvió a niveles más normales y se prevé que la producción disminuya ligeramente, aunque manteniéndose muy por encima de la media de los cinco años anteriores. La superficie prevista para la cosecha de trigo, que se recogerá a partir de marzo, se ha incrementado en alrededor del 13 por ciento a 347 000 hectáreas. Una misión FAO/PMA de evaluación de cultivos y seguridad alimentaria, que visitó últimamente el Sudán meridional, ha estimado que la producción de cereales de 2007 en el sur ha sido muy ligeramente superior a la del año pasado, con rendimientos superiores a lo normal. Sin embargo, dado que el aumento previsto en la producción no cubrirá enteramente las necesidades de los repatriados espontáneos y organizados, se prevé que la situación de la oferta y la demanda de alimentos de 2008 en el Sudán meridional arroje un balance generalmente deficitario. Además, la falta de infraestructuras y de una red comercial desarrollada limitará el transporte de grandes cantidades de cereales desde algunas de las zonas excedentarias hacia las zonas deficitarias del Alto Nilo, Jonglei, Unity, Equatoria oriental y Bahr el Ghazal. En la República Unida de Tanzanía, está a punto de comenzar la recolección de las cosechas de la estación de lluvias cortas “vuli” en las zonas septentrionales bimodales. En las zonas unimodales centrales y meridionales, los cultivos de la estación de lluvias largas “msimu”, que se cosecharán a partir de mayo-junio, se encuentran en diferentes fases de desarrollo. Debido a unas lluvias favorables, la producción de cereales secundarios de 2007/08, estimada en 4,3 millones de toneladas, es ligeramente superior a la buena cosecha del año anterior y alrededor de un 10 por ciento superior a la media de los cinco años anteriores. Esto ha mejorado la disponibilidad de cereales en todos los mercados, sí como de cultivos no cereales, principalmente raíces y legumbres. Unas lluvias estacionales intensas que comenzaron el 10 de enero afectaron a miles de personas en zonas como Kigoma, Rukwa Ruvuma, y en algunas partes de las provincias de Pwani. Como las lluvias continúan, la situación ha de ser objeto de seguimiento. En Uganda, durante los tres meses de julio, agosto y septiembre de 2007 las partes orientales y septentrionales del país experimentaron lluvias intensas que provocaron grandes inundaciones en muchos lugares. Tras una petición del Gobierno de Uganda, fue enviada una misión conjunta FAO/PMA para evaluar las repercusiones de las inundaciones en la producción de alimentos y en la seguridad alimentaria de los hogares de las zonas afectadas. Las zonas que visitó la misión eran las regiones orientales y septentrionales. La misión constató que las lluvias excesivas recibidas durante el período comprendido entre julio y septiembre de 2007 habían causado grandes inundaciones en algunas zonas de Uganda, particularmente en los distritos de Amuria y Katakwi de la subregión de Teso, donde las pérdidas de cultivos, tanto antes como después de la cosecha, habían sido muy elevadas. Se requiere una acción inmediata para evitar un sufrimiento humano inminente y posibles pérdidas de vidas. Los precios de los alimentos están subiendo rápidamente y en algunos mercados rurales han duplicado sus niveles de hace un año. La misión observó que 312 118 personas de las zonas más afectadas recibieron una ración mensual de alimentos entre septiembre y noviembre de 2007, y recomendó la ejecución inmediata de una distribución general de alimentos a 320 924 personas que vivían en los subdistritos más afectados, hasta la próxima cosecha o la plena recuperación del mercado. Recomendó, además, que mucho antes del próximo período de siembra (marzo de 2008) se distribuyeran a los hogares beneficiarios semillas, estacas de yuca y lianas de batata. Karamoja es otra región que necesita asistencia, pero no principalmente a causa de los daños causados por inundaciones. En este caso, los problemas de seguridad alimentaria derivan principalmente de una serie de factores: una situación prolongada de inseguridad, la sequía de 2006, el retraso de la campaña agrícola de 2007, el descenso de los precios del ganado y la presencia en gran escala del rocío meloso del sorgo, el principal alimento básico. En la región septentrional, las repercusiones de las inundaciones en la agricultura no fueron importantes, habiéndose limitado a algunas zonas pantanosas localizadas y al curso de los ríos. La siembra de la segunda temporada ha sido normal, y el sorgo y guandú de ciclo largo plantados durante la primera temporada se cosecharán en enero de 2008. Por consiguiente, no hace falta ayuda alimentaria fuera de la asistencia que se presta actualmente a las PDI. Sin embargo, algunos subdistritos del distrito de Lira, particularmente los que limitan con Amuria (Teso), necesitarían asistencia alimentaria como medida inmediata. A plazo medio y más largo, la misión recomienda la reposición de existencias en Teso, un programa nacional para mejorar el almacenamiento de alimentos en las explotaciones y otro para mejorar la compilación de estadísticas agrícolas que en este momento son insuficientes y no fidedignas.
En Somalia, además de la peor campaña agrícola principal “gu” en trece años, también los trastornos en el comercio, el desplazamiento de la población, la elevada inflación y la continua inseguridad están reduciendo drásticamente el acceso de los hogares a los alimentos. La situación humanitaria continúa empeorando, especialmente en las regiones del Valle Shebelle, Hiran y Mogadiscio, donde los hogares ya padecen una situación de inseguridad alimentaria extrema. Los precios de los alimentos básicos han ido subiendo desde mayo de 2007, exacerbados por los trastornos del mercado de Bakara en Mogadiscio (el mercado principal de Somalia meridional), la depreciación del chelín somalí y el aumento de los costos del combustible y el transporte. Las encuestas sobre nutrición realizadas en el centro y sur de Somalia en las dos últimas semanas de noviembre de 2007 indican niveles críticos de malnutrición aguda en la mayoría de las zonas, sin cambios importantes respecto de las encuestas realizadas anteriormente en las mismas zonas. El número de las personas que necesitan asistencia humanitaria ha aumentado en los últimos seis meses de 1 millón a alrededor de 2 millones. Cerca de una quinta parte de estas personas está clasificada en la categoría de emergencia humanitaria, necesitadas de intervenciones destinadas a salvar vidas, mientras una tercera parte en la categoría de grave crisis humanitaria y de subsistencia, necesitada de ayuda para poder salir adelante. Para obtener mayores informaciones y análisis, consúltese el sitio web www.fsausomali.org. En Etiopía, los conflictos y la inseguridad reinantes desde mediados de junio en una parte de la región somalí continúan limitando el movimiento y el comercio transfronterizo, limitando gravemente los medios de subsistencia de las poblaciones pastorales y agropastorales de la zona. Dichas poblaciones están dependiendo sobremanera del consumo insostenible de la leche y carne de sus propios animales y de alimentos silvestres. Aunque el Gobierno de Etiopía ha decidido atenuar las restricciones y ejecutar un plan conjunto de intervenciones con los organismos de las Naciones Unidas y otros organismos humanitarios, los retrasos en los envíos de la ayuda alimentaria, los pocos puntos de entrega de la ayuda alimentaria, y los problemas relacionados con la selección de los beneficiarios y la ejecución de otras iniciativas de socorro, han permitido que mejorara muy poco la situación. La reanudación de las actividades comerciales sigue siendo decisiva para mejorar la seguridad alimentaria en la región. Un millón de personas de la región somalí (642 000 en zonas restringidas) necesitan asistencia alimentaria inmediata. Además, las lluvias escasas recibidas en octubre y noviembre, los precios altos de los cereales y las restricciones en curso sobre el comercio y el transporte en algunas zonas continúan limitando el acceso de las poblaciones pastorales y agropastorales a los alimentos. Los enjambres de langostas continúan constituyendo una amenaza en toda la región somalí. Informes recientes han afirmado que las langostas han emigrado desde la zona Gode de Etiopía hacia Kenya septentrional, pero mediante el empleo de plaguicidas químicos se está procurando detener las migraciones. En Kenya, la violencia postelectoral ha desencadenado una grave situación humanitaria. Se informa de cientos de personas asesinadas y más de un cuarto de millón de personas desplazadas. En total, se estima que hasta 500 000 personas necesitan ayuda alimentaria. Las Naciones Unidas han autorizado la creación de un Fondo Central de Respuesta a Emergencias de 7 millones de dólares EE.UU. para apoyar sus operaciones de socorro. Esta asignación inicial, destinada a obtener rápidamente recursos para las operaciones de socorro, debería permitir a los organismos de las Naciones Unidas que trabajan sobre el terreno proporcionar a las personas afectadas por la violencia una ayuda vital en las esferas de la alimentación, la salud, la vivienda, el agua y el saneamiento. Para responder a la crisis actual, el PMA está recurriendo también a las reservas de sus otras operaciones en Kenya – alimentación para 700 000 personas afectadas por la sequía, un programa en el país para 1,1 millón de niños de 3 800 escuelas, y un proyecto sobre el VIH/SIDA en Nairobi y Eldoret. En el Sudán, se prevé que, como consecuencia de la reciente escalada de la violencia en Darfur, continúen en los próximos meses la inseguridad, el desplazamiento y la pérdida de los medios de vida.
En Kenya, los precios de mercado del maíz, que se habían mantenido estable en los últimos meses, en el período comprendido entre mayo y septiembre fluctuaron en el mercado de Nairobi entre 199 dólares EE.UU. por tonelada y 202 dólares EE.UU. por tonelada. Entre octubre y diciembre de 2007 comenzaron a aumentar a un promedio de 211 dólares EE.UU. por tonelada, y en la primera década de enero de 2008 subieron a 219 dólares EE.UU. por tonelada. Los precios reaccionaron ante el anuncio del Gobierno de un precio de compra de 215 dólares EE.UU. por tonelada para la última cosecha. También influyeron en el mercado las repercusiones del aumento de los precios de importación. Los recientes disturbios postelectorales deberían agravar la situación.
En la República Unida de Tanzanía, en todos los mercados los precios mayoristas de los alimentos son más altos de lo normal para esta época del año, debido al aumento de los costos del transporte derivado del alza de los precios del combustible y a la campaña gubernamental en pro de la normalización de los pesos del grano en la explotación agrícola. En Dar-es-Salam, los precios mayoristas del maíz – situados a un promedio muy bajo de 120 dólares EE.UU. por tonelada a mediados de 2007 – comenzaron a subir de forma pronunciada desde agosto hasta alcanzar los 306 dólares EE.UU. por tonelada en diciembre de 2007. En Uganda, los precios del maíz, que habían estado bajando desde principios del año pasado hasta llegar a 121 dólares EE.UU. por tonelada en septiembre de 2007, aumentaron de forma pronunciada hasta alcanzar un promedio de 168 dólares EE.UU. por tonelada en diciembre de 2007. Según los informes, los recientes disturbios postelectorales en Kenya han trastornado los transportes de bienes y servicios hacia y desde el puerto de Mombasa. Todavía no se dispone de evaluaciones de las repercusiones, pero sus consecuencias en la seguridad alimentaria pueden ser importantes. En Etiopía, no obstante las perspectivas buenas para la cosecha, en los mercados principales los precios de los cereales se mantienen firmes. Este comportamiento anómalo de los últimos dos a tres años se atribuye a diversos factores, a saber: una liquidez mayor en la economía debida a los programas de bienestar social basados en parte en dinero, que a su vez redujeron la ayuda alimentaria en especie; el escalonamiento de los reembolsos del crédito a lo largo del año y no inmediatamente después de la cosecha, que permitió a los agricultores administrar mejor sus ventas; el apoyo presupuestario a nivel de distrito (Woreda), que aumentó la demanda efectiva gracias a los pagos de sueldos; el aumento del comercio oficial y extraoficial transfronterizo de cereales; las compras locales de las cooperativas y los organismos de socorro; y el aumento de la actividad económica general, especialmente la construcción de caminos y viviendas en las zonas urbanas. Con los precios altos vigentes, cabe suponer que los hogares pobres encontrarán mayor dificultad para tener acceso a suministros suficientes de alimentos.
En Somalia, los precios altísimos constituyen una amenaza para el acceso a los alimentos por parte de los campesinos pobres, las PDI y las poblaciones urbanas. Informes recientes indican que en Somalia meridional los precios del maíz y sorgo aumentaron más del 100 por ciento desde enero de 2007. En las regiones centrales y nordorientales los precios del arroz alcanzaron niveles sin precedentes, habiéndose duplicado desde enero de 2007.
A medida que la campaña agrícola de 2007/08 en el África austral se acerca a su punto medio se señala que en una gran parte de la región se recibieron lluvias intensas entre finales de octubre de 2007 y mediados de enero de 2008. Las lluvias excesivas caídas a finales de diciembre y principios de enero causaron inundaciones localizadas pero graves en Mozambique, Zambia, Zimbabwe y Malawi (véanse en el recuadro los pormenores sobre las inundaciones). Sin embargo, pese a los daños causados a los cultivos en algunas de las zonas afectadas, por lo general las precipitaciones abundantes han beneficiado a los cultivos, particularmente los cultivos tempranos, y contribuyeron a mejorar la situación de los pastizales y el ganado. Salvo que se produzca algún desastre durante el resto de la campaña, es probable que la cosecha de abril sea buena. Todavía no han señalado rachas secas en la región. Pero, los aumentos notables registrados en los precios internacionales del combustible y los fertilizantes deberían limitar el uso de estos insumos agrícolas fundamentales, atenuando algo unas perspectivas para la cosecha que por otra parte son brillantes. La superficie plantada con maíz en la presente campaña en Sudáfrica se estima en alrededor de 3,1 millones de hectáreas, un 8 por ciento más que el año anterior. Ello se debe principalmente a los precios altos del maíz de este año y a las precipitaciones hasta ahora buenas y bien distribuidas en las principales zonas productoras (el triángulo del maíz). Para la presente campaña se pronostica una cosecha excelente. En otras partes de la subregión, la disponibilidad de insumos en el momento de la siembra fue en general normal en la mayoría de los países. En Zambia y Malawi volvieron a aplicarse en gran escala planes de subvenciones a los insumos, que permitieron a los agricultores utilizar semillas de calidad y fertilizantes y deberían tener efectos positivos en las producciones totales de maíz. En cambio, en Zimbabwe, a pesar de las lluvias abundantes se prevé que la escasez y altos precios de los insumos principales tales como fertilizantes, semillas, combustible y energía de tracción animal, den lugar a cosechas relativamente escasas.
Pese al aumento de la producción total de cereales de 2007 en la subregión (excluidos Sudáfrica y Mauritania), la necesidad total de importaciones de cereales para la campaña comercial de 2007/08 (abril/marzo en la mayoría de los casos) se ha estimado en 4,1 millones de toneladas, incluidas unas 614 000 toneladas de ayuda alimentaria, aproximadamente un 17 por ciento más que el año anterior. Zimbabwe representa casi una cuarta parte de las importaciones totales previstas, debido a una pronunciada merma de la producción de cereales de la última campaña. Las cifras disponibles a finales de enero de 2008 indican que desde el comienzo de la campaña comercial en abril de 2007 se ha recibido y/o contratado/prometido sólo un 59 por ciento de la necesidad de importación de todos los cereales. En lo que va de la presente campaña comercial, la cobertura de la necesidad de importaciones de maíz y, en cierta medida, del total de los cereales, ha mejorado en comparación con la última, a causa principalmente de la fuerte corriente de importaciones de Zimbabwe (véase el Cuadro 8). Es probable que las importaciones repunten durante este último trimestre, caracterizado como el período principal de hambre.
En la presente campaña comercial los precios de los cereales principales han sido por lo general más altos que en el mismo período del año pasado debido a una demanda internacional y regional intensa y a la escasez de suministros. Los precios actuales del maíz, el alimento básico más importante en África austral, excepto para Malawi donde existen considerables excedentes exportables, están muy por encima de sus niveles correspondientes a un año antes. Por ejemplo, como se indica en la Figura 7, en Sudáfrica, el principal país exportador de la región, el precio de principios de enero de 2008 (precio al contado en Randfontein), situado en 1 859 rand/tonelada, era un 31 por ciento más alto, y en Mozambique (precio al por mayor en Maputo), situado en 8,59 meticales/kg, era un 43 por ciento más alto que los precios correspondientes al año anterior. Entre abril de 2007 y enero de 2008 el precio medio del arroz, el alimento básico principal en Madagascar, ha sido alrededor de un 20 por ciento más alto que la media correspondiente al mismo período del año anterior.
Como consecuencia del aumento vertiginoso de los precios internacionales de los cereales, combinado con los aumentos de los precios del petróleo y de los fletes, ha aumentado de forma pronunciada el costo de las importaciones para los países importadores de alimentos de la subregión, como se indica en el Cuadro 9. En la Figura 8 se muestran las posibles repercusiones de esto en los costos de las importaciones de cereales.
Las perspectivas para las cosechas de cereales de invierno de 2008 (principalmente trigo) que se plantaron entre septiembre y diciembre de 2007 son en general favorables. En China (Continental), la cosecha de trigo de invierno, que representa alrededor del 95 por ciento de la producción total de trigo del país, se encuentra todavía en fase de latencia. La superficie plantada se estima en 23 millones de hectáreas, marginalmente superior a la superficie ya extensa del año pasado debido al incentivo de los precios altos del trigo y al apoyo continuo del Gobierno a la producción cerealera. Una gruesa capa de nieve cubrió las principales regiones productoras de trigo de invierno, resultando beneficiosa como protección contra los daños de las heladas y asegurando abundante humedad del suelo para la primavera. En base a la superficie estimada, y suponiendo condiciones normales durante el resto de la campaña, los primeros pronósticos provisionales apuntan a una producción total de trigo en 2008 de unos 105 millones de toneladas, marginalmente superior a la producción sin precedente del año pasado. En la India, se estima que la superficie sembrada con trigo de invierno es semejante a la superficie extensa del año pasado, y las condiciones atmosféricas imperantes son favorables para el desarrollo de los cultivos. La producción en 2008 está prevista en 75 millones de toneladas, cercana a la producción récord del año pasado. También son buenas las perspectivas para la cosecha de trigo de 2008 en el Pakistán. Las informaciones actuales indican que la producción de 2008 podría equipararse a la cosecha sin precedente del año pasado.
En la mayoría de los países productores de la región, la cosecha principal de arroz ya se ha recogido o está punto de terminar. La producción arrocera de 2007 en la subregión se estima en 580,9 millones de toneladas, 5,4 millones de toneladas más que la producción del año anterior. Las estimaciones más recientes de la producción total de cereales de 2007 se cifran ahora en un volumen récord de 1 019 millones de toneladas, unos 18 millones de toneladas más que el año anterior, debido principalmente a las cosechas excelentes de China, la India, e Indonesia.
A pesar de una situación en general satisfactoria del suministro de alimentos en la subregión, en algunos países las poblaciones vulnerables siguen viéndose afectadas por graves dificultades alimentarias y/o el aumento de los precios de mercado. En Sri Lanka, el recrudecimiento del conflicto civil y el deterioro de la situación de seguridad continúan teniendo repercusiones muy negativas en la economía y la seguridad alimentaria del país, particularmente en las partes septentrionales y orientales. La merma de la producción arrocera de este año y el aumento de los precios de importación para los cereales, especialmente el trigo, también están influyendo negativamente en el acceso a los alimentos por parte de la población vulnerable de las zonas tanto urbanas como rurales. En Timor-Leste, la situación de la seguridad alimentaria ha continuado empeorando en los últimos meses. En 2007, la producción nacional de alimentos se ha visto gravemente afectada por unas condiciones atmosféricas malas y un brote de langostas. Por consiguiente, el país, que normalmente depende de las importaciones de arroz para satisfacer más del 50 por ciento de su consumo total, se ha visto enfrentado a necesidades de importación aún mayores en un momento en el que los precios del mercado mundial de cereales son excepcionalmente altos. Además, un gran número de PDI depende todavía de la ayuda alimentaria.
En Bangladesh, las pérdidas de la producción de alimentos (en equivalente de arroz) debidas al ciclón y a las inundaciones del año pasado se estiman en aproximadamente 1,23 millones de toneladas, de los cuales más de medio millón de toneladas en los cuatro distritos más afectados. El Gobierno ha estimado en unas 490 000 toneladas las necesidades de ayuda alimentaria para los primeros seis meses de 2008. El PMA está planificando para enero la distribución de 19 537 toneladas a 2,3 millones de beneficiarios. El período inicial de recuperación durará diez meses, y para las operaciones de socorro y recuperación posteriores al ciclón se han comprometido más de 260 millones de dólares EE.UU.. La República Popular Democrática de Corea continúa sufriendo una escasez crónica de alimentos debida a los problemas económicos y a las consecuencias de las inundaciones de 2007. La necesidad de importación de cereales en la campaña comercial 2007/08 (noviembre/octubre) se estima en más de 1 millón de toneladas destinadas a mantener el consumo de cereales per cápita cercano al status quo de 160 kg aproximadamente. Según las estimaciones, en 2006/07 (noviembre/octubre) el país importó 568 000 toneladas de cereales, incluidas 353 000 toneladas de ayuda alimentaria destinada a la población vulnerable y afectada por las inundaciones.
En las últimas semanas predominó en toda la región un tiempo seco extremadamente frío, aunque a mediados de enero volvieron a caer chaparrones en la mitad occidental de Turquía. Una cresta de alta presión persistente al norte del Mar Negro mantuvo condiciones atmosféricas muy frías desde Turquía central hasta el Irán. En el Irán nordoccidental, las temperaturas nocturnas alcanzaron niveles bajos de 31 grados centígrados bajo cero, registrándose en la mayoría de las estaciones meteorológicas entre 30 y 20 grados centígrados bajo cero. Las superficies del Irán cultivadas con trigo de invierno estuvieron protegidas por una capa de 8 a 30 centímetros, o más, de nieve. Aunque gracias a la nieve se evitó una destrucción invernal generalizada, es probable que la haya habido en alguna medida en zonas en las que el trigo estuvo expuesto a temperaturas extremadamente frías. En Turquía, que durante los meses invernales experimenta normalmente temporadas frías, en la mayoría de las zonas productoras las temperaturas no llegaron al umbral de daño en los cultivos. Sin embargo, en algunas partes de la Meseta de Anatolia central se experimentaron temperaturas nocturnas de hasta 27 grados centígrados bajo cero, que, unidas en algunos lugares a una capa de nieve demasiado tenue, pueden haber quemado las plantas o causado algunos focos de destrucción invernal. Las temperaturas gélidas fueron también rigurosas en Israel, Iraq, Jordania y la República Árabe Siria. También los cultivos de invierno menos resistentes pueden haber sufrido algún daño en las partes septentrionales del Iraq y la República Árabe Siria, donde las temperaturas descendieron a 11 grados centígrados bajo cero. Aunque la mayor parte del Oriente Medio estuvo seco a mediados de enero, en Turquía occidental algunas lluvias y nieve de montaña (equivalente líquido de 2-20 mm) aumentaron las reservas de humedad para los cereales de invierno en fase de latencia. En Afganistán, las perspectivas iniciales para la cosecha de trigo de 2008 son favorables gracias a una intensa nevada caída en enero que contribuyó a compensar las precipitaciones inferiores a lo normal recibidas al principio de la campaña, pero en las provincias nordorientales se necesitan todavía más lluvias. La producción total de cereales en 2007 se estima provisionalmente en más de 4,6 millones de toneladas, muy por encima de la producción relativamente mala de 2006 (3,9 millones de toneladas) pero menos que la cosecha abundante que se esperaba al final del invierno, debido a las malas condiciones atmosféricas imperantes en la primavera y el verano. Las temperaturas extremadamente frías del mes pasado han causado víctimas humanas y pérdidas de ganado. Los precios del trigo, el principal alimento básico del país, han aumentado considerablemente y para finales de diciembre se cotizaban muy por encima de los niveles medios, afectando a las poblaciones vulnerables de las zonas urbanas.
En México ha comenzado la siembra de la cosecha de maíz de invierno de 2008, que absorbe alrededor del 15 por ciento de la producción nacional. Las intenciones de siembra apuntan a un nivel de alrededor de 1,2 millones de hectáreas más que el año pasado y que los niveles medios. La recolección comenzará a partir de abril y, de mantenerse las condiciones atmosféricas favorables durante el período vegetativo, la producción se pronostica oficialmente en 6,7 millones de toneladas, aproximadamente un 4 por ciento más que el volumen satisfactorio obtenido en 2007. Este resultado es, en parte, la consecuencia del apoyo económico que el Gobierno mexicano presta a los productores de maíz blanco en el estado de Sinaloa. La recolección de los cereales secundarios y frijoles de la segunda temporada de 2007 ha terminado hace poco en la subregión. Pese a algunas pérdidas localizadas debidas a las inundaciones en el sur de Honduras y el noroeste de Nicaragua y a las temperaturas bajas en el altiplano occidental de Guatemala, la producción total de cereales de la subregión en 2007 se estima en un volumen sin precedente de 40,4 millones de toneladas. Un resultado debido principalmente a la excelente producción de maíz en México, estimada en 23,6 millones de toneladas, como consecuencia del aumento tanto de la superficie plantada como de los rendimientos. En Nicaragua, la comunidad internacional continúa prestando asistencia alimentaria a las comunidades pobres de la Región Autónoma Atlántico Norte afectadas por el huracán Félix en septiembre del año pasado. A finales de octubre y mediados de diciembre, las tormentas tropicales Noel y Olga causaron intensas precipitaciones y grandes inundaciones en la República Dominicana, Haití y Cuba, con graves pérdidas de cultivos alimentarios y comerciales importantes, como arroz, frijoles, plátanos, yuca y caña de azúcar. Los países de la subregión dependen mucho de las importaciones para cubrir sus necesidades de consumo y los precios internos de los cereales se regulan fundamentalmente por los mercados internacionales y algunos tratados de libre comercio. En la campaña comercial 2007/08, el coeficiente entre importaciones medias de cereales y utilización interna de la subregión está previsto en un 41 por ciento (con una punta de 86 por ciento en Costa Rica) y, por lo tanto, el aumento vertiginoso de los precios internacionales debería incrementar considerablemente la factura de las importaciones y limitar el acceso de la población más vulnerable a los alimentos.
En las zonas productoras del sur de la subregión, la siembra de la cosecha de maíz de la temporada principal de 2008 ha terminado a fines del año pasado, mientras que en Brasil está por comenzar la recolección. Se pronostica inicialmente que la superficie plantada será similar al nivel récord de 2007, ligeramente superior a los 20 millones de hectáreas. En Argentina, las escasas precipitaciones y altas temperaturas registradas desde mediados de diciembre, debidas al fenómeno meteorológico de La Niña, han afectado a la cosecha de maíz en la etapa de floración en las principales provincias productoras de Buenos Aires, Córdoba y La Pampa. Otras pérdidas de cosecha se debieron también a unas heladas tardías caídas en noviembre al final de la primavera. Si no se reanudan las precipitaciones en las semanas venideras, reduciendo los daños al menos en las variedades sembradas tardíamente, es probable que las previsiones oficiales iniciales sobre los rendimientos medios de los cereales secundarios tengan que revisarse a la baja. Al mismo tiempo, a pesar de algunas rachas cortas de sequía en diciembre, las precipitaciones favorables recibidas últimamente han beneficiado a la cosecha de maíz en fase de maduración en las principales zonas productoras de Brasil, Paraguay y Uruguay. Se informa de graves inundaciones en Bolivia, que hasta el momento han afectado a cerca de 42 000 familias, especialmente en los departamentos de Cochabamba, Santa Cruz, Chuquisaca, Beni y La Paz. Mientras quedan todavía por evaluar las pérdidas sufridas por la cosecha actual, se prevé que las precipitaciones continuarán durante febrero y ha de seguirse de cerca la situación de la seguridad alimentaria. A comienzos de febrero, el Gobierno estaba examinando la posibilidad de declarar el estado de emergencia nacional. En los países andinos, la mayor parte de la siembra de la cosecha de trigo ya ha comenzado en la sierra meridional del Perú y las intenciones de siembra apuntan a una superficie superior a la media; en Ecuador, la siembra de la cosecha de arroz de secano está prácticamente terminada en las principales provincias productoras de Guayas, Los Ríos y Manabi. Las fuertes precipitaciones de finales de enero han inundado los departamentos costeros de Ecuador, especialmente Guayas, causando daños en las infraestructuras y la pérdida de 15 000 a 20 000 hectáreas de cultivos alimentarios y comerciales, como arroz, banano, cacao y caña de azúcar. La recolección de la cosecha de trigo de invierno de 2007 ha terminado y la producción total se estima inicialmente en un nivel satisfactorio de 22,3 millones de toneladas, superior en un 10 por ciento a la producción de 2006 y en un 3,3 por ciento a la media de los últimos cinco años. Ello denota fundamentalmente la recuperación de la producción brasileña de trigo que en 2006 sufrió una brusca disminución a causa de la reducción de la superficie plantada, debida a los precios poco atrayentes y a las malas condiciones del tiempo durante el período vegetativo. Se informa, sin embargo, que en algunas zonas del sur del Brasil la calidad del trigo es inferior a la prevista debido al efecto negativo de las precipitaciones abundantes de finales de noviembre. El aumento en los precios internacionales de los cereales está provocando un alza de los precios internos, especialmente en los países que dependen más de las importaciones para satisfacer sus necesidades de consumo. En los países andinos, con excepción de Bolivia, se prevé que en la campaña comercial 2007/08 las importaciones de cereales cubran entre el 40 y el 60 por ciento de las necesidades de cereales, con consecuencias negativas para la balanza de pagos, así como para la seguridad alimentaria de la población pobre. En algunos casos, los gobiernos ya han aplicado medidas de política para mejorar el acceso de la población más vulnerable a los alimentos.
Con arreglo a los datos oficiales más recientes publicados a principios de enero, la superficie total sembrada con trigo de invierno en los Estados Unidos para la cosecha de 2008 ha aumentado un 4 por ciento con respecto al año anterior a casi 19 millones de hectáreas. El aumento no fue tanto como se había previsto anteriormente, debido principalmente al tiempo seco imperante en las praderas meridionales que dio lugar a una reducción del 1 por ciento de la superficie cultivada con trigo rojo duro de invierno. Con respecto a la cosecha de trigo de primavera que se sembrará en una fecha posterior del año, a esta altura no se prevén cambios importantes en la superficie sembrada en comparación con la del año pasado. Es probable que un ligero aumento de las plantaciones de trigo duro se vea compensada por una reducción de la superficie sembrada con trigo no duro de primavera. El trigo de primavera compite con otros cultivos que ofrecen ingresos semejantes y se lo puede preferir a causa de otros factores, como la rotación técnica. Por consiguiente, suponiendo una tasa media de abandono (hasta ahora no hay indicaciones en contrario), la superficie total sembrada con trigo para la cosecha de 2008 podría aumentar a 21,5 - 22 millones de hectáreas, comparada con los 20,6 millones de hectáreas en 2007. Con rendimientos normales, ello se traduciría en una producción total de trigo de alrededor de 60 - 62 millones de toneladas, aproximadamente un 7-10 por ciento más que en 2007.
Las estimaciones oficiales definitivas de la producción de cereales de 2007 se publicaron en enero en el Annual Crop Report del USDA. La producción total de trigo se cifró en 56,2 millones de toneladas, alrededor de un 14 por ciento más que el nivel del año anterior, y un 3 por ciento más que la media quinquenal, mientras la producción total de cereales secundarios aumentó a un volumen sin precedente de 351,5 millones de toneladas, en su mayor parte maíz (332 millones de toneladas). En Canadá, la mayor parte del trigo es de primavera y se siembra en marzo-abril. Tras una merma importante sufrida en 2007, la superficie total sembrada en 2008 debería recuperarse y aumentar un 10 por ciento aproximadamente. Ya se ha registrado un aumento de la superficie sembrada con la cosecha secundaria de trigo de invierno, pero la mayor parte del aumento se prevé en las siembras del trigo duro en primavera, a expensas de la superficie sembrada con otros tipos de trigo de primavera, que disminuirá. Las estimaciones oficiales más recientes sobre la producción de 2007 confirmaron una merma del 20 por ciento de la producción de trigo, mientras aumentaron de forma pronunciada las producciones de todos los cereales secundarios principales.
En la Unión Europea, el período de siembra generalmente favorable registró siembras mayores de los cultivos de cereales de invierno en la mayoría de los principales países productores. Se estima provisionalmente que la superficie sembrada con trigo, con mucho el cereal de invierno más importante, aumentó alrededor de un 5 por ciento respecto al año anterior, situándose en unos 26 millones de hectáreas, debido principalmente a la supresión de la detracción obligatoria del 10 por ciento para las cosechas de 2008, pero también al cambio de cultivos, como el de colza por trigo, a causa de sus perspectivas de rendimientos mejores. Además del aumento de las superficies, también podrían aumentar este año los rendimientos, ya que hay buenas posibilidades de recuperación en varios países que el año pasado se vieron afectados por el mal tiempo. Tal es el caso, entre los países occidentales miembros de la UE, de Francia, Alemania y el Reino Unido, mientras que en las partes orientales la recuperación de los rendimientos tras la grave sequía del año pasado podría ser incluso mayor en Hungría, Rumania y Bulgaria. En la CEI europea, se estima que aumentan las superficies sembradas con cereales de invierno en los principales países productores. En la Federación de Rusia, se estima que la superficie de trigo de invierno aumentó un 7 por ciento aproximadamente, pero si los rendimientos se normalizan tras los extraordinarios niveles alcanzados el año pasado, la producción podría disminuir marginalmente en comparación con 2007. En Ucrania, sin embargo, donde se estima que la superficie ha aumentado un 12 por ciento, se pronostica una sensible recuperación de la producción tras el nivel reducido por la sequía del año pasado.
La cosecha apenas terminada en Australia de los cereales de invierno de 2007 (principalmente trigo y cebada), que absorben la mayor parte de la producción cerealera anual, estuvo muy por debajo de la media por segundo año consecutivo a causa de la sequía. Pese a un buen comienzo de la temporada durante el período de siembra, a medida que avanzaba la campaña los cultivos fueron gradualmente perdiendo potencia debido a la falta de lluvias complementarias. La estimación oficial más reciente de la producción de trigo de 2007 se cifra en 12,7 millones de toneladas, lo que representa una pequeña recuperación del nivel extremadamente bajo de 2006, pero todavía muy por debajo de sus posibilidades en una temporada con tiempo favorable, como ocurrió en 2005, cuando la producción alcanzó los 25 millones de toneladas. Las perspectivas para los cereales de verano de 2008 (principalmente sorgo y maíz) mejoraron mucho al final de noviembre y en diciembre con la llegada de lluvias fuertes en muchas de las zonas productoras de Queensland y el norte de Nuevo Gales del Sur. Los pronósticos más recientes cifran la producción de sorgo en alrededor de 2 millones de toneladas, más del doble del nivel reducido por la sequía de 2007. Los cereales de invierno de 2008 no se sembrarán hasta abril o mayo, pero ya hay indicios que apuntan a la posibilidad de un gran aumento de la superficie plantada. Grandes extensiones de tierra quedaron disponibles para la labranza tras las reducciones registradas en el número de cabezas de ganado nuevamente en 2007 a causa de la sequía. Aunque la superficie sembrada dependerá en definitiva de las condiciones atmosféricas imperantes durante el período de siembra, es probable que, de mantenerse las perspectivas actuales para los precios, los agricultores siembren una superficie excepcionalmente extensa, y hagan en las semanas venideras los preparativos en vistas de esa posibilidad. |
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