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No.4  octubre 2008 | ||
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Perspectivas de cosechas y situación alimentaria | |
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Exámenes regionales
Debido a su gran dependencia de las importaciones, los países de África del Norte se han visto afectados gravemente por los altos precios internacionales de los cereales. Para contrarrestar el fuerte aumento de los precios mundiales, los Gobiernos han aplicado una serie de medidas, tales como exenciones arancelarias, controles de precios, y concesión de subvenciones, que han ejercido una considerable presión sobre la finanza pública. En Argelia, por ejemplo, se estima que el sistema de subvención del pan cuesta al Gobierno alrededor de 50 millones de USD cada mes, mientras en Egipto se estimaba que los gastos en subvenciones (incluidas las de alimentos y energía) correspondientes al ejercicio fiscal 2006/07 (julio/junio) superaban en un 56 por ciento a los de 2006/07. A pesar de las medidas adoptadas, los niveles altos de la inflación continúan socavando el poder adquisitivo y limitando el acceso a los alimentos en toda la subregión. En Egipto, el país más afectado, en agosto de 2008 la tasa de inflación anual alcanzó el 23,6 por ciento en las zonas urbanas, frente al 6,9 por ciento en diciembre de 2007, impulsada principalmente por los aumentos de los precios en el sector alimentario en el que la tasa de inflación anual saltó de 8,6 por ciento en diciembre de 2007 a 30,9 por ciento en agosto de 2008. La tasa de inflación para el país en su conjunto es mucho más alta, estimándose en 25,6 por ciento. De forma análoga, en Marruecos y Túnez, la inflación sigue siendo relativamente alta aunque en agosto se observó una ligera disminución. Se espera que el incremento de la producción de este año en la subregión, principalmente en Marruecos y Egipto, mitigue en dichos países los efectos del aumento de los precios internacionales de los productos básicos en el acceso a los alimentos.
La recolección de los cereales de invierno (principalmente trigo y cebada), que constituyen la mayor parte de la producción de cereales del país, está terminada. Las estimaciones más recientes de la FAO cifran la producción total de trigo (el cultivo principal) de la subregión en 15,6 millones de toneladas, un 16 por ciento más que el volumen reducido a causa de la sequía del año anterior, mientras la de cebada se estima en aproximadamente 3,16 millones de toneladas, alrededor de un 8 por ciento más que en 2007. En Egipto, el mayor productor de la subregión, la producción de trigo de 2008 supera en cerca de un 9 por ciento a la cosecha media del año pasado. En Argelia, la cosecha de trigo se estima también en un nivel superior a la media de alrededor del 7 por ciento. En Marruecos, la producción cerealera se recuperó significativamente con respecto a la cosecha menguada a causa de la sequía del año pasado, aunque la producción se mantuvo por debajo del nivel medio. Por el contrario, en Túnez, pese a los incentivos concedidos por el Gobierno a los agricultores para aumentar la producción, la de trigo se redujo a la mitad, como consecuencia principalmente de una insuficiente humedad del suelo durante la siembra y las lluvias irregulares recibidas posteriormente en las principales zonas productoras.
Pese a las diversas medidas adoptadas por los Gobiernos, en toda la subregión los precios elevados y en alza de los alimentos continúan afectando al poder adquisitivo de los consumidores y a su acceso a los alimentos. Los precios del arroz importado han registrado los aumentos mayores. En el Senegal, donde el arroz es uno de los alimentos básicos principales, en Dakar el precio de julio de 2008 era más del doble de hace un año. La situación no es mejor para el mijo de producción nacional, que es el alimento básico principal en países como el Níger, Malí y Burkina Faso, ya que en Niamey, Bamako y Ouagadougou los precios de agosto superaban los niveles de hace un año en un 39, 28 y 46 por ciento, respectivamente. Normalmente los precios de los cereales aumentan durante el período de carestía en el que la disponibilidad es limitada y la demanda es grande, pero este año influyen también los niveles excepcionalmente altos de los precios internacionales de los productos básicos. Con todo, los datos más recientes indican que en septiembre los precios de los cereales secundarios han comenzado a bajar en algunos países, gracias a la llegada a los mercados de los suministros de las nuevas cosechas. En Ghana (Accra), por ejemplo, el precio del maíz bajó en un 20 por ciento en septiembre en comparación con agosto. También se registraron ligeras disminuciones de los precios en algunas zonas del Níger. Se supone que en octubre, cuando comiencen las cosechas en toda la subregión, los precios bajarán más todavía al mejorar el suministro de alimentos. 
Además de las medidas adoptadas por los Gobiernos para favorecer la disponibilidad inmediata de alimentos y el acceso de las personas vulnerables a la asistencia alimentaria de emergencia, en algunos países se han creado redes de seguridad para aumentar la productividad, en la mayoría de los casos en el marco de iniciativas importantes en materia de desarrollo agrícola. Por ejemplo, el objetivo de la iniciativa “GOANA” (La Grande Offensive Agricole pour la Nourriture et l’Abbondance) del Senegal es duplicar con creces la producción arrocera de este año a 500 000 toneladas. Según el Ministerio de Agricultura, a finales de agosto se han distribuido alrededor de 34 000 toneladas de fertilizantes subvencionados. Análogamente, cerca de 117 000 toneladas de fertilizantes se han vendido a precios subvencionados en el marco de la “Iniciativa del arroz” del Gobierno de Malí, cuyo objetivo es aumentar la producción arrocera del país en un 50 por ciento en 2008/09. En los últimos meses, algunos otros Gobiernos han acometido programas similares, tales como la distribución de insumos a los agricultores. Aunque hay muy pocos datos disponibles actualmente para evaluar el impacto de dichos programas, los pronósticos iniciales apuntan a aumentos sustanciales en las superficies plantadas con cultivos alimentarios. Según los resultados de la evaluación de mitad de período llevada a cabo en agosto por el Gobierno de Malí, la superficie plantada con arroz aumentó más del 53 por ciento en comparación con el año pasado. También se estima que ha aumentado significativamente la superficie plantada con cereales secundarios, y en otros países se prevén tendencias semejantes. Además, desde el comienzo del período vegetativo las lluvias y la humedad del suelo han sido generalmente suficientes para permitir un desarrollo satisfactorio de los cultivos. En efecto, en algunos casos las lluvias recibidas en agosto fueron tan copiosas que provocaron inundaciones localizadas en algunos países. En particular, las precipitaciones han sido suficientes y bien distribuidas en Nigeria, el mayor productor de la subregión. En pocas palabras, las perspectivas iniciales para las cosechas son por lo general favorables en África occidental, y la difícil situación actual debería aliviarse algo a partir de octubre, siempre y cuando las condiciones atmosféricas sigan siendo favorables.
En el Camerún y la República Centroafricana, la recolección de la primera cosecha de maíz está casi terminada en las partes meridionales, mientras en las septentrionales los cultivos tardíos se están desarrollando satisfactoriamente por lo general. En términos generales, desde el comienzo de la campaña agrícola las lluvias y la humedad del suelo han sido suficientes para un desarrollo satisfactorio de los cultivos. Las cosechas internas más abundantes de 2008 mitigarían el impacto del alza de los precios internacionales de los productos básicos. En la República Centroafricana, sin embargo, la recuperación agrícola continúa viéndose obstaculizada por la persistencia de los disturbios civiles y la insuficiente disponibilidad de insumos agrícolas, principalmente en las partes septentrionales en las que se informa que cerca de 300 000 personas han tenido que abandonar sus hogares en los dos últimos años. La continua inseguridad imperante tanto en el Chad como en la región de Darfur (el Sudán) amenaza con desestabilizar ulteriormente la situación en las partes septentrionales del país.
La recolección de las cosechas de cereales de la temporada principal de 2008 está terminada en Somalia y Uganda, mientras en Kenya y Tanzanía está muy avanzada. En Etiopía, la recolección de la cosecha secundaria “belg” ha terminado hace poco. Dentro de pocas semanas dará comienzo en el Sudán, Etiopía y Eritrea, la recolección de las cosechas principales de cereales de 2008 sembradas en meses anteriores. Varias temporadas consecutivas de malas precipitaciones en algunas partes de Kenya y Etiopía y las precipitaciones insuficientes recibidas en Somalia entre abril y junio de 2008 han dado lugar a una mala producción agrícola estacional, al empeoramiento de los pastizales y a una escasa disponibilidad de agua potable. Las lluvias recibidas en septiembre en Somalia meridional y Kenya occidental han aliviado las condiciones, pero se necesitan más precipitaciones para una recuperación de los abastecimientos de agua y de los pastizales. En Eritrea, comenzará dentro de poco la cosecha de cereales de la temporada principal “Kiremti” de 2008. Mientras en junio las lluvias escasas retrasaron el comienzo de la campaña en los sectores tanto tradicionales como mecanizados de las regiones de Gash Barka, Debub y Maekel, en julio unas lluvias casi normales tuvieron efectos positivos en el crecimiento de la vegetación. Las imágenes de satélite indican, sin embargo, un índice de vegetación inferior a la media en la región del Mar Rojo Norte, debido a las lluvias inferiores a la media recibidas durante los primeros meses del año. Se prevé, por consiguiente, que, pese a un aumento de la superficie sembrada, la producción total de cereales, principalmente sorgo y mijo, sea semejante a la del año pasado. No obstante los importantes aumentos registrados en los últimos años, la producción interna de cereales es insuficiente para atender a las necesidades y tendrán que importarse grandes cantidades de cereales. En Etiopía, las escasas lluvias de la temporada secundaria “belg” determinaron el retraso de la siembra y la pérdida parcial de la cosecha que se había recogido últimamente, particularmente en las tierras bajas de las regiones de Oromiya, Somali y SNNP. Si bien esta cosecha no representa más que una pequeña parte de la producción total nacional de cereales, en las regiones de Amhara y Tigray, en las que la producción está gravemente reducida, un gran número de personas depende de esta cosecha para casi la mitad de su consumo anual de cereales. Tras un comienzo tardío de las lluvias de la actual temporada principal “meher”, en julio comenzaron a aumentar las precipitaciones, mejorando las condiciones de los cultivos y pastizales. Ahora bien, no obstante las lluvias continuas recibidas en agosto y septiembre, en algunas zonas localizadas de Tigray y Afar sigue habiendo déficit de precipitaciones. Hacia el sur, en las zonas septentrionales de las regiones de Oromiya y Somali, unas lluvias excepcionales caídas a principios de septiembre han beneficiado a los pastizales y a los abastecimientos de agua potable. En Kenya, la estación de las lluvias largas comenzó bien en abril en la zona cerealera, pero hasta mediados de junio las lluvias fueron irregulares y seguidas de una racha seca hasta su reanudación en julio. Los agricultores que pudieron permitirse el uso de fertilizantes están esperando una cosecha buena pero se prevé que la producción de maíz de la zona cerealera será, por término medio, menor que la de la campaña anterior como consecuencia de la irregularidad de las precipitaciones, la reducción de la superficie plantada, el alza de los precios del combustible y de los insumos agrícolas, y los costos elevados de la mano de obra. Además, en enero, la mayoría de los agricultores tuvieron que desplazarse a causa de los disturbios civiles, y los no afectados pudieron cultivar sólo una parte de sus fincas debido al aum ento de los costos de los insumos agrícolas. El Ministerio de Agricultura ha estimado la producción de maíz de las lluvias largas de este año en 2,25 millones de toneladas, 11 por ciento menos que en la campaña 2007/08. La producción de la cosecha de maíz de las lluvias cortas que se sembrará dentro de poco, siempre y cuando las lluvias comiencen a tiempo y sean suficientes durante el resto de la temporada, se pronostica en un nivel medio de 360 000 toneladas. Con el afán de incrementar la producción cerealera, el Gobierno ha emprendido una serie de proyectos tales como la diversificación de cultivos, el suministro de semillas, el alquiler de tractores y la concesión de un servicio de crédito a los agricultores. Además, últimamente ha anunciado que había reservado cerca de 140 millones de USD para subvencionar las importaciones de fertilizantes, cuyo costo aumentó considerablemente inmediatamente después de la violencia postelectoral desatada en un período anterior del año. En Somalia, la cosecha de cereales de la temporada principal “gu”, recogida últimamente, se ha perdido en gran parte como consecuencia del comienzo tardío y escaso rendimiento de las lluvias en la mayor parte del país. Según la Dependencia de Evaluación de la Seguridad Alimentaria para Somalia (FSAU), la producción de cereales Gu de 2008, estimada en 85 000 toneladas, es cerca de un 42 por ciento inferior a la media posterior a la guerra (1995-2007) y viene después de dos temporadas inferiores a la media (Gu 2007 y Deyr 2007/08). Los malos resultados generales de las lluvias Gu han contribuido también a agravar la crisis causada por la sequía y la falta de agua en las zonas de pastoreo. Las lluvias ligeras de principios de junio contribuyeron a la reposición de los recursos hídricos, pero llegaron demasiado tarde para beneficiar a los cultivos. Las lluvias intensas caídas posteriormente han causado algunas inundaciones en Mogadishu. En las regiones centrales de Galagadud e Hiran, así como en algunas zonas pastorales del norte, hubo sequía. En el Sudán, las perspectivas para las cosechas principales de mijo y sorgo que se recogerán hacia fin de año son inciertas debido al retraso de las lluvias. Tras las precipitaciones inferiores a lo normal recibidas en julio, en agosto las lluvias comenzaron a aumentar, con consecuencias variadas, tales como inundaciones en algunas partes del estado oriental de Kassala y de Aweil, East Twic, y Nassir, pero mitigación de una sequía persistente en los estados del Nilo superior y mejora de la situación de los pastizales en Kapoeta. Según los informes, la superficie plantada para la campaña actual es de nivel medio y la disponibilidad de insumos agrícolas, entre normal y superior a lo normal. Las lluvias que se reciban durante el resto de la campaña serán decisivas para el resultado final de las cosechas. En la República Unida de Tanzanía, la recolección del maíz está terminada en las tierras bajas meridionales, pero continúa en las zonas productivas bimodales y unimodales. Gracias a unas lluvias normales, la producción debería ser ligeramente superior a la del año pasado y superior en un 18 por ciento aproximadamente a la media de los últimos cinco años. Todo hace suponer que con esta cosecha se puedan satisfacer las necesidades alimentarias del país y se ejerza una presión a la baja sobre los precios mayoristas de los cereales que, según los informes, ya han comenzado a bajar. En Uganda, la recolección de las cosechas principales de cereales secundarios está casi por terminar. Las lluvias normales recibidas en la mayoría de las zonas productoras del país apuntan a una producción agropecuaria normal. En cambio, por segundo año consecutivo se prevén producciones gravemente menguadas en la región pobre de Karamoja, donde muchos agricultores no han plantado sus cultivos debido al retraso e irregularidad de las lluvias recibidas entre marzo y septiembre.
La seguridad alimentaria continúa empeorando en la subregión como consecuencia de malas cosechas, trastornos en el comercio, precios elevados de los alimentos y de los artículos no alimentarios, conflictos, e insuficiente disponibilidad de alimentos, agua y pastizales. En algunos países continúan aumentando las necesidades, pero la distribución de la ayuda alimentaria es deficitaria. Como consecuencia, en grandes zonas de algunos países se registra un nivel elevado de inseguridad alimentaria. En Djibouti, cuatro temporadas consecutivas de lluvias escasas, los precios altos de los alimentos básicos, una inflación galopante y la falta de recursos suficientes de parte del Gobierno y de los donantes, determinaron importantes reducciones en el consumo de alimentos de los hogares pobres de las zonas tanto rurales como urbanas. Según los informes, actualmente necesitan asistencia unas 340 000 personas, casi la mitad de la población. La limitada disponibilidad de alimentos y de acceso a los mismos se ha traducido en una migración en gran escala de los hogares hacia las zonas urbanas, un aumento de la malnutrición infantil, y un incremento de la mortalidad del ganado. Además, las poblaciones urbanas y rurales están haciendo frente a un grave déficit de agua que, en las zonas urbanas, ha dado lugar al racionamiento del agua. Las personas más vulnerables y con inseguridad alimentaria se encuentran en el noroeste y nordeste, donde los hogares dependen totalmente del ganado para sus alimentos e ingresos. En respuesta a la emergencia, el PMA comenzó a distribuir raciones alimentarias a 55 000 personas en las zonas rurales de pastoreo. Entre las otras intervenciones que se necesitan urgentemente para prevenir un ulterior empeoramiento de la seguridad alimentaria cabe señalar las siguientes: una distribución de alimentos que abarque los 155 000 residentes rurale en necesidad; programas de reposición de existencias y creación de patrimonio; recursos para aumentar el número de los centros de distribución de alimentos en todo el país y, en las zonas urbanas, un programa de cupones o dinero por trabajo y una actividad intensiva de entrega de agua con camiones cisterna. En Eritrea, los precios altos de los alimentos y la inflación continúan afectando a un gran número de personas vulnerables, a la vez que tensiones regionales nuevas y continuas podrían desembocar en un ulterior desplazamiento en gran escala y generar necesidades humanitarias. Los brotes de enfermedades, tales como el cólera y el paludismo, siguen siendo un motivo de preocupación. Esta situación se verá agravada por la falta de fuentes de agua potable y servicios de saneamiento, y por la presencia de otras enfermedades endémicas, como la fiebre amarilla y la meningitis. En Etiopía, las escasas lluvias de la temporada secundaria "belg" y el retraso de las lluvias de la actual temporada principal "meher" han creado una situación alimentaria alarmante. Más de 10 millones de personas se han visto afectadas por la sequía que, entre enero y mayo, ha asolado grandes extensiones de Etiopía meridional, central, occidental y nordoriental. La sequía echó a perder la cosecha, razón por la cual quedan 4,6 millones de personas en necesidad de ayuda alimentaria de emergencia y 5,7 millones de personas de las zonas afectadas necesitan otro tipo de soluciones, como un aumento de las transferencias de dinero o alimentos. El 22 de septiembre de 2008, el PMA dirigió un llamamiento a las comunidades internacionales de donantes solicitando 460 millones de USD para alimentar a 9,6 millones de personas afectadas por la sequía, el aumento de los precios y el conflicto. Alrededor una cuarta parte de las personas necesitadas vive en las regiones áridas y atribuladas del este de Somali en las que no llueve desde hace tres años. Se ha perdido un gran número de animales y en algunas partes del país, particularmente en la región de Somali, han emigrado cantidades excepcionales de personas en busca de agua y pastoreo. Por el contrario, desde el comienzo de la temporada a finales de marzo Etiopía occidental ha recibido lluvias copiosas y bien distribuidas. El PMA señala alguna mejora de la situación nutricional en algunas partes de las regiones de Oromiya y SNNPR debido a las intervenciones de ayuda alimentaria combinadas con el comienzo de las cosechas verdes de maíz, papa y frijoles. También ha mejorado la situación del ganado en la mayoría de las zonas. Sin embargo, la situación del suministro de alimentos sigue siendo crítica en la mayor parte de las zonas. Las zonas de Gode, Zafder, Korahe, Warder y Liben en la región de Somali continúan registrando un déficit crítico de agua y alimentos. También se registran un aumento de las migraciones, una menor ingesta diaria de alimentos, condiciones malas para el ganado, y la mortalidad consiguiente. En un informe publicado últimamente por la Agencia Central de Estadística se indica que en agosto el índice de inflación de los alimentos fue de 46,9 por ciento, lo que representa un incremento de 28,3 por ciento comparado con el índice inflacionario de agosto de 2007, pero menor que en los tres meses anteriores de este año. Por el contrario, en los últimos seis meses el nivel global de la inflación del país ha ido aumentando constantemente hasta alcanzar en agosto el 33,6 por ciento – más del doble del índice de agosto de 2007- frente al 29,6 por ciento en julio. Con el afán de reducir el impacto del alto índice de inflación de los alimentos en la población pobre, el Gobierno decidió cancelar los impuestos al valor agregado, y sobre los ingresos brutos, aplicados a los cereales alimentarios y a la harina, que constituyen más de la mitad del consumo del país. El Gobierno ha aplicado también otras medidas, incluido el suministro de subvenciones directas e indirectas, y ha erogado 372 millones de ETB (38 millones de USD) para subvencionar el trigo y 3,52 mil millones de ETB (366 millones de USD) para subvencionar el combustible. En Kenya, según una reciente evaluación nacional de la seguridad alimentaria preparada por el Kenya Food Security Steering Group (KFSSG), en los próximos seis meses la situación de la seguridad alimentaria de más de 5 millones de personas de las periferias urbanas y de las zonas rurales empeorará si no se les concede ayuda exterior. Las personas de las zonas rurales que necesitan ayuda se estiman en 1,38 millones, y los habitantes de las periferias urbanas están entre 3,5 y 4,1 millones de personas. Las más afectadas son las personas que viven en las zonas de pastoreo de las regiones Norte y del Valle del Rift, tales como Turkana, Mandera, Samburu, Baringo, Marsabit, Wajir, Moyale y Garissa. Entre las otras regiones afectadas figuran las zonas agropecuarias y las zonas agrícolas marginales, y las del río Tana en las partes orientales y costeras del país. Según el informe del KFSSG, la actual inseguridad alimentaria se debe principalmente al resultado mediocre de la estación de las lluvias largas agravado por la propagación de la peste de los pequeños rumiantes, los fuertes aumentos de los precios de los alimentos y de los productos no alimenticios, y la escalada de los conflictos por el agua y los pastizales en las zonas de Kenya septentrional afectadas por la sequía. En Somalia, la catástrofe humanitaria que se está desarrollando es una de las peores en el mundo, y la escala, magnitud y rapidez con que avanza la crisis constituyen un hecho alarmante y de profunda gravedad. En los primeros seis meses de este año el número de las personas que necesitan ayuda de subsistencia y humanitaria aumentó en un 77 por ciento, de 1,83 millones a 3,25 millones, lo que significa que el 43 por ciento de la población está afectada. El rápido deterioro de la situación humanitaria se debe a una combinación de factores, tales como el aumento de los precios de los alimentos, una importante devaluación del chelín somalí, el trastorno de los mercados y del comercio internos, los desplazamientos en gran escala (estimados actualmente por la FSAU en más de 1,1 millones de personas), y la creciente inseguridad civil. Además, la extrema inseguridad alimentaria actual se ve agravada por el reducido acceso humanitario que durante los últimos meses ha frenado las intervenciones de ayuda cuando las necesidades eran mayores. En las regiones meridionales y centrales, en las que se encuentran casi tres cuartas partes de las personas que sobreviven gracias a la ayuda humanitaria, los grupos armados asaltan a los trabajadores encargados de la ayuda, lo que limita gravemente el alcance y la gama de las actividades humanitarias. Los hogares de las zonas urbanas y rurales ya han utilizado la mayor parte de sus mecanismos de supervivencia para hacer frente a la crisis actual causada por las malas cosechas (a consecuencia de las lluvias inferiores a lo normal recibidas entre abril y junio), los precios elevados de los alimentos y el combustible, y los continuos disturbios. En el Sudán, los hogares de las partes orientales de la región meridional siguen en una situación de gran inseguridad alimentaria debido a la escasez de alimentos causada por las pérdidas de cosechas, las distancias de los mercados y la inseguridad. A raíz del conflicto armado que tuvo lugar el 13 y 14 de mayo de 2008, unas 50 000 personas huyeron de Abyei. La mayor parte se alojó en casas de parientes y amigos, lo cual significó que otras 40 000 personas de las comunidades anfitrionas se sumaran a la población vulnerable, llevando el número total de las personas necesitadas de asistencia de socorro a 72 300. Según se prevé, en la región occidental de Darfur continuarán los desplazamientos y la pérdida de los medios de subsistencia. Debido a los conflictos, hubo desplazamientos de poblaciones, y resultaron afectados los residentes vulnerables en Darfur y los repatriados en Sudán meridional, en el Este y en las Tres Áreas. El PMA ha identificado a los refugiados en el Este como los grupos principales que necesitan asistencia internacional debido a los continuos conflictos en Darfur y a los problemas que acarrea el asentamiento en otras zonas del país después del conflicto. Las necesidades de 5,9 millones de personas muy afectadas se han estimado en 677 990 toneladas de alimentos. En Uganda, según el informe del Ministerio de Preparación para Desastres publicado a mediados de septiembre, en los próximos dos meses muchas zonas del país podrían recibir lluvias torrenciales. El informe indica que el epicentro de las precipitaciones debería situarse en Uganda oriental, donde 3,5 millones de personas se están recuperando de las inundaciones del año pasado que destruyeron sus cultivos. De concretizarse los pronósticos, se experimentarían efectos negativos en el distrito de Karamoja, donde más de 700 000 personas padecen una situación de inseguridad alimentaria y necesitan ayuda alimentaria de emergencia como consecuencia de una serie de factores tales como la situación prolongada de inseguridad, el descenso de los precios del ganado, la presencia de melazo en el sorgo, los daños causados por las inundaciones en 2007 y el costo elevado de los insumos agrícolas. En comparación con 2004, el precio actual de un saco de 50 kg de nitrógeno se ha triplicado. El Gobierno ha proporcionado a los agricultores equipo agrícola y semillas, pero la población necesita todavía socorro alimentario hasta la próxima cosecha. Las encuestas llevadas a cabo últimamente indican un porcentaje de malnutrición aguda superior al 15 por ciento en los distritos de Moroto y Nakapiripirit. En otras zonas bimodales del país la cantidad suficiente de reservas de alimentos y de suministros de mercado garantizan una seguridad alimentaria constante.
En toda la subregión los precios de los alimentos básicos principales continúan estando muy por encima de la media a largo plazo. Pero en Kenya, la República Unida de Tanzanía y en algunas partes de Uganda han comenzado a bajar, en respuesta a una disponibilidad mayor derivada de los suministros de las nuevas cosechas y a los efectos de las medidas adoptadas por los Gobiernos para mejorar la disponibilidad interna. En Eritrea, desde julio de 2007 los precios de los alimentos han ido subiendo constantemente en Asmara debido a los aumentos generales registrados en los mercados internacionales. En julio de 2008, el precio al por menor de la harina de trigo, cotizado en 1 821 USD por tonelada, fue más del doble de hace un año. En Etiopía, los precios de los cereales continuaron aumentando en 2008 después de haberse debilitado ligeramente a finales de 2007. Dado que en Etiopía los precios de los alimentos han continuado subiendo a pesar de varias excelentes cosechas consecutivas, es improbable que bajen después de la cosecha “meher”, que comenzará dentro de poco. Ello significa que, además de la oferta y la demanda, hay otros factores que contribuyen al alza de los precios en Etiopía. Entre las razones figuran las siguientes: los niveles elevados de liquidez en la economía, los precios altos del combustible, un sistema de mercado de cereales inadecuado y la especulación de precios. En julio, el precio del trigo en Addis Abeba subió a 643 USD por tonelada, frente a 623 USD por tonelada en junio. En el mismo mercado, el maíz blanco se cotizaba en julio a 563 USD por tonelada en comparación con los 536 USD por tonelada del mes anterior. En Kenya, el precio del maíz en el mercado de Nairobi, cotizado en agosto en 319 USD por tonelada, era un 16 por ciento más bajo que el pico de 379 USD alcanzado en mayo de este año. Análogamente, en agosto el precio del maíz en el mercado de Mombasa bajó a 329 USD por tonelada en comparación con el nivel máximo de 363 USD por tonelada de junio de este año. En Somalia, unas malas cosechas consecutivas, la creciente demanda de parte de las PDI, el aumento de la inseguridad civil, el alza de los precios del combustible y de los productos alimenticios internacionales, y los trastornos del mercado se tradujeron en fuertes aumentos de los precios de los alimentos. Según informes recientes, el precio del sorgo importado y del arroz moreno importado se ha quintuplicado y cuadruplicado, respectivamente, en comparación con los precios de hace un año. En el Sudán, el precio del trigo al por mayor en Jartum, que en el período de octubre de 2007 a febrero de 2008 había fluctuado entre 541,56 USD por tonelada y 733,68 USD por tonelada, en abril había aumentado a 766,79 USD por tonelada; en junio bajó a 604,78 USD por tonelada, para volver a subir a 752,41 USD por tonelada en julio. En el Sudán meridional, los precios del sorgo han aumentado en respuesta a la escasez estacional de cereales, la creciente demanda de las PDI, la situación de inseguridad y los costos elevados del transporte relacionados con la estación de las lluvias. Es probable que estas tendencias de los precios continúen hasta que comiencen las cosechas verde. En la República Unida de Tanzanía, el precio de los productos básicos de primera necesidad está bajando constantemente en respuesta al aumento de las reservas internas, debido a la cosecha de maíz obtenida en las tierras bajas meridionales y a la vigencia de las prohibiciones impuestas a las exportaciones. Sin embargo, los precios están todavía por encima de la media quinquenal debido principalmente a los altos costos del combustible y del transporte. El precio del maíz al por mayor en Dar-es-Salaam bajó del máximo de 335 USD por tonelada alcanzado en enero de 2008 a 239 USD por tonelada en agosto. En Uganda, pese al nivel medio de la cosecha obtenida, en Kampala el precio del maíz al por menor, tras haber bajado en junio a 259 USD por tonelada, en agosto volvió a subir a 295 USD por tonelada. Pero en otras zonas productoras de maíz, como Arua, los precios del maíz son más bajos que los del año pasado y que la media a largo plazo.
La estimación revisada de la producción total de cereales de 2008 (incluidos los pronósticos relativos a pequeñas cantidades de la producción de trigo de la campaña secundaria actualmente en curso en algunos países) indica que la subregión obtuvo un volumen de cereales sin precedente. Pero ello se debe primordialmente a un aumento significativo de la producción de maíz y de otros cereales en Sudáfrica. Excluido Sudáfrica, la producción total de los otros países disminuyó en comparación con el año pasado, aunque se mantuvo por encima de la media de los últimos cinco años (véanse las Figuras 6 y 7). La recuperación con respecto al mal año anterior, registrada también en Swazilandia, Namibia, Botswana y Mozambique, no alcanzó para compensar las cosechas menguadas obtenidas en Zambia, Malawi, Angola y Zimbabwe. En 2008, la producción de maíz, el cultivo básico principal en la subregión, se estima en 20,2 millones de toneladas, aproximadamente un 28 por ciento más que el resultado no tan satisfactorio del año anterior. En Sudáfrica, con mucho el mayor productor de la subregión, la cosecha de maíz de 2008 y las cosechas totales de cereales arrojan aumentos de 70 por ciento y 56 por ciento, respectivamente, comparadas con las cosechas afectadas por la sequía del año anterior.
Según la FAO, pese a la excelente producción obtenida en la subregión, la necesidad de importaciones de cereales para la campaña comercial 2008/09 se estima en un volumen ligeramente superior al de 2007/08. Excluido Sudáfrica, se estima que las necesidades de la subregión en materia de importaciones de maíz y de importaciones totales de cereales aumentarán bruscamente en un 43 por ciento y 13 por ciento, respectivamente (véanse las Figuras 8 y 9). Como consecuencia del notable descenso en la disponibilidad nacional de cereales per cápita, combinado con una significativa disminución de la capacidad de importaciones comerciales debida a los precios altos de los alimentos y del combustible, se estima que aumentará considerablemente la demanda de ayuda alimentaria, especialmente maíz.
Con respecto a la rapidez con que se adquieren las importaciones en la subregión, parece que este año las de maíz, cuyo precio de exportación desde Sudáfrica se ha mantenido relativamente estable, han llegado (o se han contratado) a un ritmo más rápido que en el mismo período del año pasado (véase el Cuadro 5). Por el contrario, dado que los precios internacionales del trigo y el arroz han aumentado mucho más este año que el año pasado, las importaciones de estos cereales han procedido con un ritmo más lento.
Expresados en dólares estadounidenses, los precios del maíz, el cereal principal, son más altos al comienzo de esta nueva campaña comercial que en el mismo período del año pasado debido a una sólida demanda internacional y de la mayoría de los países de la región de Africa austral, salvo Sudáfrica, donde el precio del maíz se ha debilitado algo después de una cosecha excelente. En Malawi, los precios continuaron subiendo en los últimos meses, debido principalmente a la especulación de los comerciantes privados. Al parecer, la estampida de los precios registrada en abril de 2008 ha sido una reacción exagerada del mercado debida a un pronóstico incierto y contradictorio relativo a la cosecha de 2008. En Mozambique, en todas las regiones los precios han aumentado debido al alza de los costos del transporte, a una sólida demanda de los molineros locales y a la falta de reservas de alimentos del Gobierno.
En Madagascar, este año el precio medio nacional del arroz es más alto que en los meses correspondientes del año pasado. El precio del arroz postcosecha ha comenzado a subir en junio, antes de lo habitual. En el mismo período aumentó el precio del arroz importado, pero sin la baja significativa durante el período postcosecha como en el caso del arroz local.
La recolección de la cosecha principal de arroz está terminada o a punto de terminar en la subregión. Dado el incentivo de unos precios atractivos y después de unas precipitaciones buenas recibidas durante toda la campaña en la mayor parte de la subregión, la FAO pronostica la producción total de arroz de 2008 en 403,3 millones de toneladas, 7,1 millones de toneladas más que el volumen sin precedentes del año anterior. El incremento mayor se prevé en Bangladesh, la India, China, Indonesia, Viet Nam, y Filipinas. En China (Continental), la producción de arroz en cáscara de 2008 debería alcanzar otro récord de 187,3 millones de toneladas, comparado con el de 185,5 millones de toneladas del año anterior. En septiembre, el Gobierno anunció un aumento del precio mínimo de apoyo a 1 580 CNY por tonelada para el arroz Indica (medio y tardío) y 1 640 CNY por tonelada para el arroz Japonica, 140 CNY más por tonelada, respectivamente. En la India, hasta septiembre el monzón sudoccidental de 2008 estuvo cercano a la media a largo plazo. También ha sido satisfactoria para la agricultura la distribución de las lluvias en toda la región. La producción de arroz elaborado para 2008 se pronostica provisionalmente en 98 millones de toneladas, comparados con los 96,4 millones de toneladas del año pasado.
La recolección del trigo de invierno de 2008 ha terminado en toda la subregión. La FAO estima buena la campaña en su conjunto, con una producción total de trigo para 2008 de 215 millones de toneladas, 3,5 millones de toneladas más que el año anterior. Pero a nivel de países la situación de la producción fue variada: buena en China y la India, pero muy mala en la República Islámica del Irán y el Pakistán. En China (Continental), la producción total de trigo de 2008 se estima en un volumen sin precedentes de 112,5 millones de toneladas, 2,4 por ciento más que el nivel máximo alcanzado el año pasado, debido al apoyo del Gobierno y a un tiempo favorable. Análogamente, en la India se obtuvo una buena cosecha de trigo,cuya producción en 2008 se estima en un nivel récord de 78,0 millones de toneladas, el más alto en los últimos 8 años y 2,2 millones de toneladas más que el récord establecido el año pasado, como consecuencia de un tiempo favorable y de mayores insumos disponibles durante el período vegetativo principal. Se supone que esta producción será suficiente para satisfacer la demanda interna en 2008/09 tras las grandes importaciones efectuadas el año pasado. En 2006/07 (abril/marzo) el país importó aproximadamente 6,7 millones de toneladas de trigo y unos 2 millones de toneladas en 2007/08. A diferencia de la producción récord obtenida en China y la India, la producción de trigo de 2008 arrojó una mengua significativa en el Pakistán y la República Islámica del Irán. La producción de trigo del Pakistán en 2008 se estima ahora en 21 millones de toneladas, 1,5 millones de toneladas menos que el año pasado, de resultas de una disminución de la superficie cultivada debida a retrasos en la siembra, a una disponibilidad menor de agua para riego, a semillas de calidad inferior y a los precios altos de los fertilizantes. Se estima que, a causa de la sequía, la producción de trigo de 2008 en la República Islámica del Irán descenderá en unos 5 millones de toneladas con respecto al récord del año pasado, situándose en 10 millones de toneladas.
El ciclón Nargis azotó a Myanmar el 2 y 3 de mayo de 2008 con vientos de hasta 200 km por hora, que arrasaron la región del delta del río Ayeyarwady (Irrawaddy) y la ciudad principal y antigua capital del país. Los efectos negativos del ciclón en la seguridad alimentaria de los hogares han sido significativos ya que muchas familias han perdido sus reservas alimentarias. Con escasas oportunidades de empleo y dado que la próxima cosecha tendrá lugar recién en noviembre, hay una necesidad urgente de alimentos de socorro hasta que los hogares puedan recuperar sus medios de subsistencia. Un equipo conjunto de la FAO y el PMA visitará el país en octubre para evaluar la situación de los cultivos y del suministro de alimentos de 2008/09 y las necesidades de ayuda alimentaria y de asistencia agrícola. La República Popular Democrática de Corea continúa sufriendo una inseguridad alimentaria crónica, tasas altas de malnutrición y problemas económicos, y sigue dependiendo de la asistencia alimentaria exterior para atender a las necesidades de sus 23 millones de habitantes. La evaluación rápida de la seguridad alimentaria llevada a cabo por el PMA y la FAO en junio de 2008 confirmó la existencia de un empeoramiento significativo de la seguridad alimentaria en la mayor parte del país. Ha comenzado la recolección del arroz, el cereal más importante del país. Las personas pobres, especialmente las que viven en las zonas urbanas, se han visto afectadas también por el aumento vertiginoso de los precios de los alimentos y el combustible. El Nepal hace frente a una situación alimentaria inestable como consecuencia de una mala cosecha debida a la sequía y a las inundaciones registradas últimamente en algunas partes del país. En agosto, decenas de miles de personas del Nepal oriental tuvieron que desplazarse debido al desborde del río Koshi que causó la inundación de toda la zona. Desde el 19 de septiembre, los incesantes chubascos caídos en el Nepal occidental han provocado inundaciones y desprendimientos de tierras que se han cobrado al menos 38 víctimas y alrededor 90 desaparecidos. Según los informes, en los distritos afectados de las regiones del Lejano Oeste y Centro Occidental han tenido que desplazarse 180 000 personas. A pesar de una excelente cosecha prevista para la presente campaña en Sri Lanka, la situación de la seguridad alimentaria del país continúa viéndose afectada por la reanudación del conflicto civil, así como por el aumento de los precios de los cereales. Desde principios de 2008, más de 7 000 personas han muerto en combates y la situación de la seguridad ha empeorado. En junio, los precios del arroz y de la harina de trigo en la ciudad de Colombo aumentaron en un 67 por ciento y 75 por ciento, respectivamente, comparados con los del mismo período en 2007. El 12 de mayo, un terremoto de 8 grados de magnitud sacudió la provincia sudoccidental de Sichuan (China), el peor en 30 años. Según las últimas cifras, las víctimas son más de 69 000, los heridos más de 374 000, y los desaparecidos más de 18 457. En el terremoto, unos 4,5 millones de familias perdieron sus viviendas. Aproximadamente un millón de hogares de las zonas urbanas se han trasladado a viviendas transitorias y más de 3,5 millones de familias campesinas han reconstruido por sí mismos sus viviendas transitorias con subvenciones del Gobierno. El 18 de junio de 2008, el tifón Fengshen agravó los efectos del monzón sudoccidental en Filipinas, provocando desprendimientos de tierras, inundaciones y mareas de tormenta, acarreando graves daños a la infraestructura y la agricultura. Las cifras más recientes del Consejo Nacional de Coordinación de Desastres indican que resultaron afectados más de 4 millones de personas, quedaron destruidas completamente unas 81 000 viviendas y dañadas más de 326 000. En base a una evaluación reciente de la FAO, en general la situación del suministro de alimentos en Timor-Leste es satisfactoria. Se prevé que la producción agrícola sea mejor que la del año pasado, gracias a unas condiciones atmosféricas relativamente buenas y a los precios altos de mercado. Hay arroz importado ampliamente disponible en todo el país. El Gobierno debería importar más arroz y continuar subvencionando el costo del transporte en los distritos. Pero la situación de la seguridad ha de controlarse, debido a que Timor-Leste depende sobremanera de las importaciones de cereales y reinan en el país la inestabilidad social y una tasa elevada de desempleo. En la República Islámica del Irán el trigo y la cebada son los cultivos principales durante el período invernal. La recolección del trigo se había terminado en agosto y se estima que su producción en 2008 ha descendido en aproximadamente 5 millones de toneladas respecto del volumen sin precedentes del año pasado, situándose en 10 millones de toneladas, el nivel más bajo en los últimos seis años, como consecuencia de la sequía y de los daños causados a los cultivos por las heladas invernales. Con esta producción menguada, las importaciones de trigo en 2008/09 (abril/marzo) pueden aumentar a 5 millones de toneladas, lo que representaría el volumen mayor de importaciones en seis años, período en el que el país fue ampliamente autosuficiente en trigo. En Bangladesh, siguen en curso las operaciones de socorro humanitario en gran escala para prestar asistencia a los 1,5 millones de personas más afectadas por el ciclón Sidr, que azotó a 30 distritos el 15 de noviembre. La mengua de la producción arrocera en 2007 y el aumento de los precios de los alimentos están afectando sensiblemente a la seguridad alimentaria de la población vulnerable de las zonas tanto urbanas como rurales. En algunos países de Asia los precios de los alimentos básicos siguen siendo altos y volátiles (Figuras 12 y 13). En Sri Lanka, los precios del arroz bajaron con la buena cosecha de marzo de 2008, pero en agosto casi habían duplicado el nivel del año anterior. De forma análoga, en el Nepal, después de la recolección de la cosecha de arroz de la temporada principal el precio del arroz bajó respecto al nivel máximo alcanzado en marzo, pero a partir de mayo volvió a aumentar y para septiembre estaba un 85 por ciento por encima del mismo período del año pasado. En el Pakistán los precios han subido de forma pronunciada y desde febrero de 2008 han sido muy volátiles. En Bangladesh, después de la cosecha de arroz sin precedentes de la temporada principal el precio del arroz bajó con respecto al nivel máximo alcanzado en mayo, pero posteriormente volvió a aumentar. 
En el Iraq, un tiempo generalmente desfavorable durante la mayor parte del período vegetativo redujo drásticamente la producción de cereales de invierno de 2008 y creó nuevas incertidumbres acerca de la inocuidad del agua potable. La producción total de las cosechas de trigo y cebada se estima en 1,9 millones de toneladas, aproximadamente un 40 por ciento menos que el volumen medio obtenido en 2007 y la más exigua en la historia reciente. Por consiguiente, se prevé que las importaciones de trigo en el ejercicio que termina en junio de 2009 aumenten a alrededor de 3,8 millones de toneladas, frente a los 3,6 millones de toneladas estimados para el año anterior. Muchos refugiados iraquíes en Jordania y la República Árabe Siria han decidido volver a sus hogares alentados por una situación de seguridad mejorada y por los incentivos financieros ofrecidos por el Gobierno para las actividades de reasentamiento, particularmente en Bagdad. Los incentivos se conceden principalmente por concepto de gastos de viaje, ayuda financiera e indemnización por los daños a las propiedades durante la ausencia. El Ministerio de la Salud iraquí continúa combatiendo un brote de cólera propagado a finales de agosto que causó víctimas en las zonas centrales y meridionales. En la República Árabe Siria, unas lluvias escasas e irregulares recibidas durante el período vegetativo 2007/08 han amenazado la seguridad alimentaria de los agricultores y pastores en las zonas afectadas, comprometiendo gravemente sus medios de subsistencia y su estado nutricional. Una reciente misión mixta de las Naciones Unidas (FAO, PMA, OMS, UNICEF y OIM) de evaluación del impacto de la sequía ha informado que este año el rendimiento medio del trigo, la cebada, las lentejas y los garbanzos había disminuido en un 32 por ciento aproximadamente en las zonas de regadío, y hasta en un 89,9 por ciento en las de secano. La producción total de trigo en 2008 se estimó en 2,0 millones de toneladas, la mitad de la mala cosecha obtenida el año pasado y un nivel inferior a la media por tercer año consecutivo. Como consecuencia de la insuficiencia de pastizales, los pastores vendieron sus animales por un 60-70 por ciento menos que sus precios normales y en muchas zonas hasta agotaron sus hatos. El Gobierno ha respondido con la distribución de piensos en concepto de préstamo a reembolsar en la campaña siguiente, así como con el suministro gratuito de asistencia veterinaria y vacunas. Además, el Gobierno distribuyó raciones alimentarias a 27 000 familias. La disponibilidad menor de trigo y cebada ha contribuido a nuevos aumentos de los precios de los productos alimenticios en el mercado, lo que ha perjudicado a los ingresos de los hogares y al poder adquisitivo, particularmente de las poblaciones de las zonas afectadas por la sequía. La Misión ha estimado en aproximadamente un millón las personas con inseguridad alimentaria en Siria nordoriental, donde también ha disminuido considerablemente la disponibilidad de agua potable. Se supone que la situación no mejorará hasta la primavera de 2009, en la que se recojan los cultivos que se están sembrando ahora. Considerando que la asistencia necesaria excede a las capacidades y recursos del Gobierno, la Misión mixta ha formulado un llamamiento en el que se piden 20,23 millones de USD para hacer frente a las necesidades humanitarias de emergencia y prevenir ulteriores efectos negativos en cerca de un millón de personas afectadas por la sequía durante un período de seis meses (de octubre de 2008 a marzo de 2009). El Gobierno del Yemen ha pedido fondos a la comunidad internacional para proporcionar asistencia humanitaria a las personas desplazadas en el interior del país (PDI) a raíz de un conflicto cuadrienal en la gobernación septentrional de Saada, así como en las zonas afectadas de Amran. Además, el llamamiento se refiere también a la rehabilitación de la infraestructura y de las casas damnificadas durante el conflicto. De una necesidad inicial de 190 millones de USD, el Gobierno ha aportado 55 millones de USD. El resto representa el déficit que debería colmar la comunidad de los donantes. Últimamente, el PMA en Yemen ha acometido un programa de emergencia de 30 millones de USD para contrarrestar los precios altos de los alimentos básicos que están golpeando a las personas con inseguridad alimentaria. El objetivo de la operación es mitigar el impacto de los altos precios de los alimentos y reducir la malnutrición aguda. El programa se dirige a las necesidades de unas 700 000 personas, con la atención puesta en los niños de dos a cinco años de edad y en las mujeres embarazadas y madres lactantes. La producción de las cosechas de sorgo y mijo de 2008, que se están recogiendo ahora, se estima en 630 000 toneladas y 129 000 toneladas, respectivamente. Un tiempo en general favorable, una disponibilidad suficiente de insumos agrícolas y una superficie cultivada superior a la media permitieron en 2008 una producción superior tanto a la del año pasado como a la media de los últimos cinco años. Se pronostica que en 2009 las importaciones de cereales – principalmente trigo – aumentarán ligeramente a 3,1 millones de toneladas. En el Afganistán, la producción de cereales de 2008 se estima oficialmente en 3,8 millones de toneladas, volumen muy inferior a la media y una tercera parte menos que en 2007, debido principalmente a las condiciones atmosféricas desfavorables imperantes tanto en el período de siembra como durante el período vegetativo. La producción de trigo se estima en sólo 2,6 millones de toneladas (en 2007: 4,3 millones de toneladas). Como consecuencia, la necesidad de importaciones de cereales en 2008/09 se estima en 2,3 millones de toneladas, más del doble de los casi un millón de toneladas importados en 2007/08. Las importaciones de trigo representan 2,2 millones de toneladas. La capacidad de importaciones comerciales se estima en 1,5 millones de toneladas, lo que deja 0,7 millones de toneladas para movilizar mediante la asistencia alimentaria. Reconociendo la gravedad del déficit de producción de cereales, el Gobierno y las Naciones Unidas han apelado a la comunidad mundial pidiendo el donativo de 400 millones de USD para sufragar las enormes necesidades de importaciones de trigo y de ayuda alimentaria de aproximadamente 4,5 millones de afganos afectados, así como para preparar la próxima campaña agrícola de invierno que comienza este mes.
Un invierno crudo, unas precipitaciones inferiores a lo normal y la escasez de agua para riego han perjudicado los rendimientos de los cultivos en las partes meridionales del Asia central. En Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán las cosechas de 2008 son inferiores a la media. En el caso de Kirguistán y Tayikistán, ésta es la segunda mala cosecha consecutiva. En Kazajstán, la producción de cereales de 2008 se pronostica en 17 millones de toneladas, 3 millones de toneladas menos de la producción casi récord del año pasado pero todavía superior a la media. La prohibición de las exportaciones de trigo, introducida el 15 de abril de 2008, se ha levantado con efecto a partir del 1° de septiembre. Ello podría ayudar a los países vecinos afectados por la sequía a movilizar las importaciones de trigo que necesitan. Sin embargo, en esta región el factor limitante de la situación de la seguridad alimentaria es el poder adquisitivo más que el suministro de cereales. Uzbekistán también se vio afectado por la sequía, pero en menor medida. Se informa oficialmente que la producción supera los 6 millones de toneladas, volumen cercano a la media pero inferior al del año pasado. Por el contrario, en el Cáucaso las condiciones de crecimiento de este año han sido satisfactorias y Armenia, Azerbaiyán y Georgia han obtenido buenas cosechas por segundo año consecutivo. La producción total de cereales en la región es de 29,9 millones de toneladas, volumen situado en torno a la media pero 4 millones de toneladas menos que la producción en 2007. La producción de trigo se estima provisionalmente en 24,4 millones de toneladas, 3,1 millones de toneladas menos que el año pasado. La de cereales secundarios, situada en 4,8 millones de toneladas, es también menor (5,7 millones de toneladas en 2007). La de arroz se estima cercana al nivel del año pasado.
La FAO pronostica la producción total de cereales de 2008 en la subregión en 41,5 millones de toneladas, alrededor de 800 000 toneladas más que el volumen sin precedentes del año anterior y por encima de la media de los últimos cinco años. En México, la recolección de las cosechas principales de los cereales secundarios de verano de secano de 2008, que representan aproximadamente el 75 por ciento de la producción anual, debería comenzar a partir de finales de octubre en los estados de Guanajuato, México, Jalisco y Puebla. Se prevé que la producción estacional sea muy semejante al nivel récord obtenido en 2007, como consecuencia de un uso generalizado de mejores variedades de semillas y una densidad mayor de siembra que mejoraron los rendimientos medios. Además, el país está recibiendo lluvias monzónicas entre normales y superiores a lo normal que mantuvieron niveles de humedad del suelo favorables en todas las principales zonas productoras. Una idéntica situación positiva se registra en el caso de la cosecha de sorgo, con una producción máxima de 6,2 millones de toneladas. En las zonas casi totalmente de regadío de los estados nordoccidentales se están realizando los preparativos de la tierra para la siembra de la importante cosecha de trigo de invierno que se recogerá en 2009.
En Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, la recolección de la cosecha de maíz de la primera temporada de 2008 está muy avanzada y ya ha comenzado la siembra de las cosechas de la segunda temporada, especialmente frijoles. En estos países, la producción total de maíz de 2008 se estima provisionalmente en alrededor de 3,5 millones de toneladas, aproximadamente un 10 por ciento más que el buen nivel de 2007, como consecuencia de los diversos programas gubernamentales encaminados a apoyar la producción local frente al aumento de los precios internacionales de los alimentos. En el Caribe, en menos de cuatro semanas, entre mediados de agosto y mediados de septiembre, las islas Hispaniola, Jamaica y Cuba fueron azotadas por cuatro tormentas tropicales (Fay, Gustavo, Hanna y Ike) que causaron graves daños a las infraestructuras urbanas y rurales y pérdidas de vidas humanas. En Haití, donde resultaron afectadas alrededor de 850 000 personas y murieron más de 400, las primeras evaluaciones señalan daños a los cultivos de verano aún no recogidos, tales como el maíz y los frijoles, y a las plantaciones de bananos, especialmente en las regiones meridionales y sudorientales y en el valle de Artibonite. En las provincias centrales y meridionales de la República Dominicana quedaron afectados prácticamente los mismos cultivos. En Jamaica, el Ministerio de Agricultura ha señalado daños graves a las plantaciones de bananos, especialmente en las parroquias orientales de St. Mary, St. Thomas y Pórtland, en las que las pérdidas se estiman en cerca del 70-85 por ciento de los cultivos existentes. En Cuba, se señalan pérdidas agrícolas importantes en la Isla de la Juventud y en la provincia occidental de Pinar del Río, pero también en las provincias orientales de Holguín y Las Tunas. Los cultivos básicos, como el plátano, la yuca, el arroz, el maíz y la caña de azúcar resultaron gravemente afectados, y los daños causados nada más que por el huracán Ike se estiman en alrededor de 490 000 toneladas de alimentos de primera necesidad. Además, se han perdido cerca de un millón de pollos. En todos los países caribeños existe una gran preocupación por los próximos dos meses hasta el final de la temporada de huracanes porque la vulnerabilidad alimentaria ha aumentado espectacularmente, los suelos están completamente saturados y hasta unos niveles limitados de precipitaciones podrían tener consecuencias muy negativas en los medios de subsistencia locales y en el suministro de alimentos. En la mayoría de los países de la subregión, el precio del arroz continúa su tendencia ascendente iniciada a principios de 2007 (Figura 14). En agosto de 2008, el precio del arroz había subido entre 25 y 90 por ciento comparado con los meses anteriores, mientras los del trigo y el maíz habían acusado una ligera disminución desde julio. La situación debería afectar negativamente al acceso a los alimentospor parte de los hogares más pobres que dependen totalmente de los alimentos comprados.
La recolección de la cosecha de trigo de invierno de 2008 acaba de comenzar en los estados centromeridionales de Brasil y en el Paraguay y continuará hasta noviembre. Para finales de octubre debería comenzar la recolección en las importantes zonas productoras de Argentina y Uruguay. La producción total de trigo para la subregión se pronostica provisionalmente en 21 millones de toneladas, alrededor de 1,5 millones de toneladas menos que la media de los últimos cinco años. Para la superficie total plantada se señala un nivel bajo de 8,2 millones de hectáreas, como consecuencia principalmente de una sequía prolongada que afectó a la Argentina desde mayo. Las provincias más afectadas son Córdoba, el sur de Santa Fe, Santiago del Estero, el Chaco y La Pampa, en las que las precipitaciones acumulativas desde mayo a septiembre fueron las más bajas de los últimos cuarenta años. Como consecuencia de una humedad del suelo muy limitada, las operaciones de siembra se han retrasado y la superficie plantada se estima en 4,6 millones de hectáreas, la menor desde 1996. Además, la sequía y las frecuentes temperaturas muy frías están impidiendo una germinación uniforme y un arraigo apropiado de los cultivos en la mayoría de las zonas afectadas, con consecuencias negativas en los rendimientos que, en algunos casos, podrían descender hasta en un 40 por ciento en comparación con el año anterior. Sin embargo, en la provincia sudoriental de Buenos Aires, la mayor región productora de trigo, las perspectivas para los rendimientos todavía son favorables debido a las precipitaciones entre cercanas y superiores a lo normal recibidas en agosto. Por el contrario, en el Brasil, unas condiciones atmosféricas buenas en los principales estados productores de Paraná y Rio Grande do Sul y un aumento generalizado de la superficie plantada (hasta en un 30 por ciento en Paraná), en respuesta a los altos precios internacionales, están influyendo positivamente en la producción actual que debería alcanzar los 5,4 millones de toneladas, la cosecha mayor de trigo desde 2004. La recolección de la cosecha de maíz de la segunda temporada de 2008 ha terminado en agosto y la producción total de 2008 (primera y segunda temporada) se estima en un volumen sin precedente de 89,4 millones de toneladas, aproximadamente un 6 por ciento más que el récord anterior establecido el año pasado. Como en 2007, esta buena producción se debe a un incremento de la superficie plantada en respuesta a los altos precios internacionales, unidos a unas condiciones aytmosféricas excelentes durante el período vegetativo que impulsaron los rendimientos a niveles máximos. En particular, la producción total de maíz de 2008 en el Brasil, el principal productor de la subregión, se estima oficialmente en 58,6 millones de toneladas, alrededor de un 13 por ciento más que el nivel récord obtenido en 2007 y un 33 por ciento más que la media de los últimos cinco años.
En los países australes de la subregión ha comenzado la siembra de la importante cosecha de maíz de verano de 2009 que terminará a mediados de octubre. En la Argentina, las intenciones oficiales de siembra apuntan a una superficie de alrededor de 2,7 millones de hectáreas, aproximadamente un 15 por ciento menos que el año pasado, como consecuencia de los precios relativamente altos de los insumos, los precios internos bajos y las limitaciones impuestas por el Gobierno a las exportaciones, que podrían inducir a un desplazamiento hacia cultivos más rentables tales como la soja y el girasol. Es más, si persistieran las condiciones actuales de tiempo seco en las principales zonas productoras, la superficie total plantada podría reducirse ulteriormente. También se necesitan precipitaciones mejores en el centro del Brasil y el Uruguay, donde la humedad del suelo todavía no es la ideal para la siembra de las cosechas de cereales secundarios de verano de 2009.
Según estimaciones oficiales, en 2008 la producción de trigo de los Estados Unidos ha aumentado alrededor de un 21 por ciento con respecto al año pasado, situándose en 68 millones de toneladas. A aumentar la producción muy por encima de la media de los últimos cinco años contribuyeron la pronunciada expansión de la superficie plantada y el tiempo favorable. Para principios de octubre la cosecha de trigo de invierno que se recogerá en 2009 estaba terminada en algunos de los estados meridionales y se había completado en alrededor del 60 por ciento del país en su conjunto, lo que corresponde más o menos a la media a esta altura de la campaña. Las condiciones para la siembra son por lo general favorables en todas partes. Sin embargo, gracias a una notable mejora en la situación mundial de la oferta en 2008/09, desde junio los precios del trigo han ido bajando. Además, como se supone que para la próxima campaña de producción los costos de los insumos se mantendrán altos o aumentarán, la producción de trigo en 2009 debería ser menos atractiva que este año para los productores y la superficie plantada debería disminuir respecto del nivel elevado de 2007/08. Con respecto a los cereales secundarios, a principios de octubre la marcha de la cosecha de maíz estaba muy rezagada en relación con la media a causa del ritmo lento de maduración de la presente campaña. Sin embargo, la situación de los cultivos es entre buena y excelente, y en su mayor parte han superado el punto en el que las heladas tempranas podrían tener algún efecto importante en los rendimientos. La producción de maíz de este año se pronostica ahora oficialmente en 306,7 millones de toneladas, alrededor de un 8 por ciento menos que el nivel máximo del año pasado. En Canadá, un verano lluvioso y frío retardó el desarrollo de los cultivos pero fue favorable para impulsar los rendimientos. Como consecuencia, se señala que los resultados de la cosecha son mejores de lo que se había previsto en fechas anteriores de la campaña. Las estimaciones oficiales de principios de octubre cifran la producción total de trigo en 27,3 millones de toneladas, alrededor de un 36 por ciento más que la menguada cosecha del año pasado. Asimismo, las perspectivas para las cosechas de cereales secundarios de este año (principalmente cebada, maíz y avena) han mejorado en las últimas semanas, pero, ello no obstante, se pronostica que la producción estará por debajo del nivel del año pasado, situándose en 26,1 millones de toneladas, tras una reducción de la superficie plantada con maíz.
El pronóstico relativo a la producción total de cereales de la Unión Europea en 2008 se ha aumentado considerablemente desde el informe anterior de julio, a 309 millones de toneladas, casi un 19 por ciento más que la producción total obtenida el año anterior por los 27 países. La superficie plantada aumentó significativamente respecto al año anterior, especialmente en los países de la UE15, en los que se suprimió la detracción obligatoria del 10 por ciento, a la vez que también mejoraron mucho los rendimientos medios, particularmente en los países orientales, debido a unas condiciones atmosféricas generalmente favorables. Según las estimaciones actuales, de la producción total corresponden al trigo alrededor de 148 millones de toneladas, un 23 por ciento más que en 2007. Sin embargo, la humedad excesiva que predominó este año en algunas partes ha tenido un efecto negativo en la calidad del trigo, con una reducción del contenido medio de proteínas, que se traducirá en una proporción mayor de lo normal destinada a forraje. La producción total de cereales secundarios se estima ahora en casi 158 millones de toneladas, cerca de un 15 por ciento más que el nivel reducido del año pasado. Entre los países de la región balcánica no pertenecientes a la UE también fueron satisfactorios los resultados de la cosecha de cereales de 2008 y la producción se recuperó bien del nivel reducido a causa de la sequía de 2007. En Serbia, unos rendimientos buenos han compensado en parte la reducción de la superficie sembrada con trigo y la producción se estima en más de 2,1 millones de toneladas. Ello sería más que suficiente para satisfacer las necesidades internas y podría quedar un pequeño excedente disponible para la exportación. Se pronostica que la producción de maíz pasará de 4 millones de toneladas a 6,5 millones de toneladas que, de concretarse, podría dejar un excedente exportable de alrededor de 1,5 millones de toneladas. Las condiciones de crecimiento tanto para el trigo como para los cereales secundarios de primavera han sido buenas, y la producción excede con creces las cosechas reducidas a causa de la sequía de 2007. En Serbia, la producción de cereales podría exceder de los 9 millones de toneladas, un 19 por ciento por encima de la media, pese a una reducción de la superficie sembrada con trigo. La producción incluye 2 millones de toneladas de trigo y el resto son cereales secundarios. En Croacia, se prevé que la producción de cereales se recupere a un nivel cercano a la media de 2,8 millones de toneladas, incluidos 0,6 millones de toneladas de trigo; la de maíz debería alcanzar los 2 millones de toneladas. En Bosnia y Herzegovina, la producción de cereales se estima en 1,1 millones de toneladas, un 6 por ciento por encima del nivel medio pese a una reducción de la superficie sembrada. En los principales países productores septentrionales y occidentales ya ha comenzado la plantación de los cultivos de cereales de invierno que se recogerán en 2009. En algunos de dichos países las siembras se retrasaron a causa del tiempo lluvioso imperante a principios de septiembre, pero hacia fin de mes las condiciones mejoraron y permitieron un avance rápido de los trabajos de campo. En el sudeste, algunas precipitaciones buenas caídas a mediados de septiembre obstaculizaron las cosechas todavía en curso de 2007, pero sirvieron, después de un período seco, para mejorar los niveles de humedad del suelo para la siembra sucesiva de los cereales de invierno. En esta fase inicial, los resultados del período de siembra de los cereales de invierno siguen siendo inciertos. Sin embargo, el escenario actual de debilitamiento de los precios de los cereales, junto con el aumento de los costos de los insumos, apunta firmemente a una disminución de la superficie plantada con cereales de invierno para la cosecha del año próximo en los 27 países miembros. En la CEI europea, las condiciones de crecimiento han sido muy favorables y todos los países han obtenido cosechas entre buenas y excelentes. En Belarús, la producción de cereales de 2008 se estima oficialmente en alrededor de 8,3 millones de toneladas. En Moldova, la producción de cereales se recuperó a un nivel excelente de 2,9 millones de toneladas comparados con alrededor de 800 000 toneladas en 2007, año afectado por la sequía. Tanto la Federación de Rusia como Ucrania han obtenido cosechas récord. En la Federación de Rusia, la estimación provisional de la FAO es de cerca de 95 millones de toneladas, pero algunos analistas están pronosticando 100 millones de toneladas o más. En la estimación de la FAO se incluyen 57 millones de toneladas de trigo y 37 millones de toneladas de cereales secundarios. Según los pronósticos, en Ucrania la producción alcanzará los 47 millones de toneladas, comparados con los 27,6 millones de toneladas de la cosecha reducida a causa de la sequía del año pasado. Como consecuencia de estas buenas cosechas, la producción de cereales de la región aumentó en más del 30 por ciento y los precios de los cereales han descendido sensiblemente. Tanto la Federación de Rusia como Ucrania tienen considerables excedentes exportables de trigo y cereales secundarios. De hecho, es probable que que las exportaciones se vean limitadas por problemas de infraestructura, y se supone que aumentarán las existencias en la subregión. La siembra de los cultivos de invierno ya ha comenzado en Ucrania, y se prevé que la superficie plantada sea de aproximadamente 8,8 millones de hectáreas.
Las perspectivas para las cosechas de cereales de invierno de 2008 en Australia han empeorado en los dos últimos meses, debido principalmente a los efectos de un tiempo seco en las partes sudoccidentales de Nueva Gales del Sur. Sin embargo, las perspectivas para la próxima cosecha siguen siendo mucho mejores que el año pasado cuando el país sufrió una sequía generalizada. Las estimaciones oficiales más recientes de septiembre cifran la producción de trigo de 2008 en alrededor de 22,5 millones de toneladas, menos que el pronóstico anterior, pero los indicios más recientes de principios de octubre apuntan a ulteriores pérdidas que podrían llevar la producción definitiva a un volumen situado entre 21 y 22 millones de toneladas. No obstante, este nivel de producción está muy por encima del de la cosecha menguada de 13 millones de toneladas obtenida en 2007. Las perspectivas iniciales para la cosecha secundaria de cereales de verano (principalmente sorgo y maíz) que se recogerá en 2009 y se sembrará en las semanas venideras apuntan a una disminución de la superficie cultivada. Es probable que, de resultas de un incremento de la superficie sembrada actualmente con cultivos de invierno, en Queensland meridional y Nueva Gales del Sur septentrional haya menos tierras en barbecho disponibles para los cultivos de verano. Suponiendo un retorno a los rendimientos medios después de los niveles máximos alcanzados en la campaña 2007/08, se prevé que la producción de sorgo en 2008/09 disminuya a poco menos de 2 millones de toneladas.
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