MS12A

Los factores de la deforestación y de la degradación de los bosques

Jean-Paul Lanly 1


Resumen

Para hacer un buen análisis de la deforestación y de la degradación de los bosques se necesita establecer con claridad la diferencia entre ambos términos, entre los factores y las causas de base de estos procesos, así como entre los factores directos (por ejemplo, las distintas formas de agricultura) y los factores indirectos (como la construcción de infraestructura carretera de explotación forestal). En los últimos 40 años se han realizado numerosos estudios de evaluación de la deforestación en todos los niveles, sobre todo de los bosques tropicales, con utilización de sistemas de teledetección. Con todo, pocas veces han contenido un cálculo objetivo de la participación de los factores directos de la deforestación. La situación es todavía menos satisfactoria en cuanto respecta a la degradación de los bosques, debido sobre todo a la falta de precisión y a las distintas interpretaciones, a menudo subjetivas, de este concepto y de sus matices. Las evaluaciones realizadas por la FAO entre 1980 y 2000 han tratado de determinar la importancia relativa de los factores directos de la deforestación tropical en los ámbitos regional y mundial: si bien en este período la expansión horizontal de diversas formas de agricultura y de producción pecuaria sigue siendo mundialmente el factor directo preponderante, la parte de la agricultura itinerante y de la ganadería extensiva y los programas de asentamientos humanos habrían disminuido. La evolución de las superficies forestales de los países industrializados, en general en aumento, no han sido tema de tantos trabajos, a diferencia de su degradación por contaminación atmosférica, los incendios, enfermedades y los insectos. En conclusión, en cada país, las decisiones sobre explotación y gestión del territorio forestal necesitan más que nunca que se fortalezcan las capacidades de producción del inventario forestal en todas las disciplinas de esta esfera.


Introducción

Causas y factores

En primer lugar, conviene distinguir bien entre las causas de base de la deforestación y la degradación de los bosques, respecto a las cuales puede haber diferencias de evaluación, y los factores propiamente dichos que pueden quedar en el ámbito de la observación objetiva. De esta manera, respecto a la deforestación de los países tropicales en desarrollo, el desmonte para la expansión de distintos tipos de agricultura, de arriendo o ganadería extensiva, son factores evidentes. Cuando las causas de base desencadenan esos factores, se dirá respecto al primer factor que la pobreza de los agricultores los obliga a desmontar más superficie a fin de poder comprar los insumos que les permitieran producir más en menos tierras, pobreza engendrada por la dificultad de liquidar su producción, debido a un apoyo insuficiente a los precios agrícolas, porque al sector agrícola se le concede una prioridad inadecuada... Así se puede retroceder mucho para llegar a las causas de base, con un riesgo mayor de incertidumbre, de subjetividad y de estar asumiendo una posición ideológica. En consecuencia, nos limitaremos a estudiar los factores.

Factores directos e indirectos

Los factores pueden ser directos -siempre en el caso de la deforestación en los países tropicales en desarrollo, en la sustitución de una parcela forestal por un cafetal el factor directo y visible es la agricultura de arrendamiento-, o indirectos, por ejemplo, la creación de una carretera (pública o de explotación forestal) en un bosque, que además de ser un factor directo, relativamente poco significativo, de eliminación del bosque a lo largo de la carretera, atrae a agricultores en busca de tierras que van a desmontar el bosque. De la misma superficie desmontada por estos agricultores hay un factor directo, la agricultura, y otro indirecto, el programa de colonización o la explotación forestal. De aquí una pregunta y una prevención, a saber:

La diferenciación indispensable entre deforestación y degradación

Demasiado a menudo se confunden las nociones de deforestación y degradación forestal. Para evitar toda ambigüedad, hay que tener presentes algunos elementos distintivos:

Las ambigüedades del concepto de degradación y las dificultades para ponderarla, cuando hace falta, son los otros motivos para distinguir bien entre deforestación y degradación.

El caso de las plantaciones

En el caso del trópico suelen contarse por separado las transformaciones positivas (reforestación espontánea) o negativas (deforestación) de la superficie del bosque "natural" o "seminatural", y por otra parte las del bosque artificial (plantaciones), tomando en cuenta que por lo general son muy diferentes ambas categorías de poblaciones. Es necesario, además, distinguir bien entre las plantaciones forestales.

Caracterización y estimación de la deforestación y de la degradación forestal

Caracterización del fenómeno y determinación de los factores

La caracterización de la deforestación, en un lugar y en un momento dados, impone en principio en cada lugar la necesidad de determinar con suficiente seguridad el futuro de la superficie forestal desmontada más o menos a largo plazo. ¿Puede haber reforestación natural o artificial? o, por el contrario ¿el desmonte (o tala rasa) es la ocasión o la primera etapa de la conversión de una superficie forestal a otro uso no forestal? No hay deforestación si una tala rasa incumbe a una parcela que esté previsto mantener como bosque (el caso de los bosques "temporalmente desmontados"); por el contrario, hay deforestación -y es efectivamente un punto de vista de gestión forestal- cuando se desmonta para cultivar esa tierra o si se está abandonado por un largo tiempo y la reconstitución no puede darse sino al paso de varios decenios.

Además del factor tiempo hay que tomar en cuenta la magnitud de la unidad elemental de la superficie caracterizada por su cubierta, que puede variar de menos de una hectárea a varios cientos de hectáreas, o la resolución de las imágenes de teledetección utilizadas para clasificar y hacer la cartografía o estimar las superficies de los distintos tipos. A menudo hay que utilizar las clases llamadas "mosaicos" que están formadas de una mezcla de parcelas de cubiertas distintas. Los valores estimados de las superficies forestales y de sus transformaciones a través del tiempo difieren en particular en función de los instrumentos y los métodos de teledetección utilizados, lo que hace difícil establecer comparaciones entre países o entre períodos.

También se necesita determinar el factor de la deforestación: se conoce localmente y su frecuencia relativa respecto a otros factores puede estimarse teóricamente por agregación a niveles superiores. La dificultad se debe a que el factor de deforestación no esté sistemáticamente registrado localmente y que se atribuya globalmente al nivel del país (o de cada una de sus grandes divisiones) en función de la realidad socioeconómica y agraria dominante.

Estos dos elementos, el fenómeno y su factor, y la estimación de las superficies interesadas, ya difíciles de determinar en el caso de la deforestación, lo son todavía más en el de la degradación

Estimación de la deforestación

Respecto a la determinación de la deforestación y la estimación de las superficies deforestadas, desde hace 50 años se ha venido avanzando gracias sobre todo al desarrollo de la teledetección. La etapa de fascinación incondicional de los años 70 y 80 por la teledetección satelital y de radar afortunadamente ha dejado el paso a una utilización más consciente de las limitaciones de estos instrumentos, no sin haber causado mientras tanto importantes daños: adopción de clasificaciones y de resultados inutilizables para la ordenación (sin correspondencia alguna con las zonas adyacentes), y disminución, hasta el abandono, de la verificación directa y elaboración de inventarios sobre el terreno.

Determinar y estimar la deforestación supone conocer el estado del bosque en dos momentos. Desafortunadamente hay demasiados pocos inventarios forestales permanentes a nivel nacional o en los niveles inferiores, y la mayor parte corresponden a los países industrializados. En el ámbito de las evaluaciones internacionales, comenzando por las de la FAO, cuya importancia es central, su valor estriba en que se han realizado a partir de una verificación directa en los países, que para ser fiable y susceptible de repetirse se necesita reforzar las capacidades de los países en desarrollo en este ámbito.

Estimación de la degradación

Los cálculos de la degradación de los espacios boscosos en general no son precisos sino a nivel local, en sitios de superficie limitada. En niveles superiores la estimación de las superficies afectadas, cuando existe, es muy aproximativa. De modo que si para calcular la deforestación son instrumentos muy útiles las diferentes formas de teledetección, sirven mucho menos para evaluar la degradación, que necesita más a menudo de observación directa.

La dificultad de cálculo de la degradación estriba también en la necesidad de distinguir las formas y los grados de gravedad de ésta. La variable de la deforestación es binaria -0 o 1-, mientras que la de la degradación no lo sería, a riesgo de simplificar demasiado: no hay nada de comparable, por ejemplo, entre las repercusiones del "entresaque" de un bosque húmedo denso por la recolección de madera para construcción, y la de la sobreexplotación permanente (leña, pastizal) de las formaciones forestales mediterráneas que pueden llegar a una verdadera deforestación.

Los factores de la deforestación

El caso de los países tropicales y subtropicales

Las últimas tres evaluaciones de los bosques del mundo realizadas por la FAO, que utilizan respectivamente 1980, 1990 y 2000 como años de referencia, han tratado de determinar para cada país tropical la superficies ocupada por los distintos tipos de cubierta forestal, la forestación y la deforestación.

El inventario de 1990 introdujo, en materia de modificaciones de la cubierta forestal, enfoques interesantes, pero no determinó la función de los distintos factores de deforestación. El inventario de 1980 trató sobre todo el factor de la agricultura itinerante, y el de 2000 los principales factores.

Inventario de la FAO de 1980

Para el mundo tropical y subtropical se ha calculado una deforestación anual de 11,2 millones de hectáreas alrededor de 1980, es decir, el 0,6 por ciento de la superficie forestal total entonces estimada (1 935 millones de hectáreas, de los cuales 1 200 millones de hectáreas de bosque denso). La agricultura itinerante resultó ser el factor directo del 45 por ciento de la deforestación, proporción más o menos igual para los bosques húmedos densos y las formaciones abiertas de los trópicos secos, pero muy variable según las grandes regiones, según figura en el cuadro siguiente.

Cuadro 1. Proporciones de deforestación atribuida a la agricultura itinerante (con rotación) alrededor de 1980 (en porcentajes)

Tipos de bosque
Regiones

selvas tropicales

bosque abierto

conjunto de bosques

África tropical

70

60

64

América tropical

35

20

32

Asia tropical

49

27

47

Por otra parte, se ha tratado de hacer cálculos mundiales, sólo de los bosques tropicales, a partir de los datos del inventario de la FAO de 1980 y de otras fuentes, con los siguientes resultados aproximados por factor directo de deforestación a principios de los años 80:

agricultura de subsistencia 

63 %

 

agricultura permanente

16 %

84,5 %

ganadería extensiva ("ranching")

6,5 %

 

(sobre)explotación para obtener leña

8 %

 

(sobre)explotación para obtener madera para construcción

5,5 %

 

infraestructura (carreteras, poblados, minas, etc.)

1 %

 
     

En el trópico húmedo la expansión horizontal de las diferentes formas de agricultura (y ganadería) serían el factor directo en conjunto que predomina como responsable del 85 por ciento de la deforestación. Estas cifras son comparables con el 45 por ciento de la deforestación de la selva tropical por la agricultura itinerante, según el inventario de 1980 de la FAO, ya que la agricultura de subsistencia no sólo abarca la agricultura itinerante propiamente dicha, es decir, con rotación, sino también todas las demás formas de agricultura itinerante sin rotación: los cultivos alimentarios abren el paso a la ganadería extensiva en América tropical, o se desplazan por los suelos demasiados pobres que no se pueden reforestar sino después de mucho tiempo (las escarpadas vertientes de los Andes, de los Himalaya y de otras zonas montañosas, suelos "lateritizados" después de los cultivos: suelos con coraza ferruginosa en África occidental, o zonas de "alang-alang" del sudeste de Asia).

Estos cálculos también muestran la importancia relativa de la ganadería extensiva como factor directo de la deforestación, esencialmente practicada en la América tropical y que constituye una forma particularmente no sostenible y que consume tierras. Aunque sean muy aproximativos, muestran también que la sobreexplotación, para obtener leña o madera para construcción, puede dar lugar a una deforestación prolongada, al reducirse la cubierta arbórea a una tasa inferior al nivel mínimo establecido en la definición de bosque. Así sucede alrededor de las grandes aglomeraciones, para obtener leña para uso doméstico y para la pequeña industria, o para obtener madera de construcción en los bosques ricos de especies comerciales (poblaciones edáficas monoespecíficas, bosques de dipterocarpáceas del sudeste de Asia).

Inventario de la FAO de 2000 (" FRA 2000 ")

En FRA 2000 se han estudiado -mediante la interpretación de una muestra de imágenes satelitales de alta resolución, tomadas alrededor de los años 1988 y 1997, respectivamente, y distribuidas en el conjunto de la franja intertropical- los cambios entre las grandes clases de cubierta del suelo. Los cambios negativos (desde el punto de vista forestal) -es decir, los que se traducen en una o más formas de deforestación- se han agrupado en seis clases que corresponden a los casos que aparecen por encima de la diagonal de la matriz del cambio que se presenta a continuación.

Cuadro 2. Transferencias de deforestación entre clases de cubierta vegetal

clases 2000
clases 1990

bosque cerrado

bosque abierto

barbechos prolongados

bosque fragmentado

barbechos breves

otros usos del suelo

bosque cerrado

 

(1)

(1)

(3)

(3)

(4)

bosque abierto

-

 

(1)

(3)

(3)

(4)

barbechos prolongados

-

-

 

(2)

(2)

(4)

bosque fragmentado

-

-

-

 

(3)

(3)

barbechos breves

-

-

-

-

 

(2)

otros usos del suelo

-

-

-

-

-

 

Estas transferencias se reagrupan en cuatro categorías de utilización del suelo, clasificadas de la siguiente manera:

Al sumar las superficies de las transferencias de deforestación que componen cada una de estas cuatro categorías aparece la siguiente distribución de las superficies deforestadas en el periodo 1988-1997, en el conjunto del territorio tropical:

Cuadro 3. Distribución de las superficies deforestadas en el conjunto del territorio tropical (1988-1997)

Categorías
Regiones

(1)

(2)

(3)

(4)

(1) to (4)

África tropical

4,2 %

9,6 %

72,3 %

13,9 %

100,0 %

América tropical

3,1 %

5,3 %

19,8 %

71,8 %

100,0 %

Asia tropical

12,1 %

30,9 %

17,4 %

39,6 %

100,0 %

Territorio tropical

6,2 %

13,8 %

35,2 %

44,8 %

100,0 %

La agricultura itinerante (clases _ y _, donde esta última corresponde en parte a una conversión de la agricultura itinerante a permanente) entre 1990 y 2000 ya no será responsable sino de cuando mucho el 20 por ciento de la deforestación, que ya había alcanzado una proporción de 45 por ciento a fines del decenio de los años 70.

En los últimos 20 años del siglo XX, aproximadamente, la participación de la agricultura itinerante en la deforestación tropical sin duda ha disminuido, debido también a la disminución de los espacios forestales disponibles. No obstante, hay que evitar ponderar apresuradamente la importancia de esta reducción, al menos por dos motivos: la imprecisión de la proporción del 45 por ciento calculada en el inventario de 1980 y la simplificación introducida en el inventario de 2000 por la "traducción" de las transferencias entre clases de cubierta vegetal en las modificaciones de uso (categorías _ y _).

Aparte de la agricultura itinerante otros dos factores sin duda han disminuido: la ganadería extensiva ("ranching"), con la eliminación de los incentivos fiscales para las sociedades que invierten en esta actividad en Brasil, y la agricultura permanente ligada a los programas gubernamentales de colonización que se han suspendido o reducido en algunas regiones.

Países en desarrollo templados y subtemplados

Después del inventario de 1980 sobre los recursos forestales de los países tropicales y subtropicales (publicado en 1982), la FAO estudió, primero entre 1985 y 1995, después de nuevo para el inventario de 2000, la situación y la evolución de los bosques en los países en desarrollo no tropicales, sin tratar, de todas formas, de determinar la participación de los diversos factores en la deforestación.

Los países mediterráneos (África del Norte y Cercano Oriente) han sido objeto de dos estudios, respectivamente en 1987-88 y 1993-94. Los estudios revelaron una tasa de deforestación conjunta superior a la del mundo tropical (más del 1 por ciento contra el 0,6 por ciento), todavía más grave por repercutir en países con una cubierta forestal ya muy reducida (tasa de forestación media del 1 por ciento, frente al 40 por ciento en 1980 en los países tropicales). En estos países la deforestación corresponde, en gran parte, a los últimos estadios de degradación por exceso de pastoreo, duplicada por el exceso de explotación para obtener leña en las zonas donde los derivados del petróleo son demasiado costosos para la mayoría de la población.

En los otros países en desarrollo no tropicales -África meridional, cono sur de América, Asia central y China- los factores dominantes del desmonte de los bosques naturales siguen siendo las diversas formas de la actividad agropecuaria.

Países industrializados

Con ocasión del inventario FRA 2000 la División Mixta CEPE/FAO pidió a los países industrializados proporcionar datos sobre las transformaciones de los bosques y de otros territorios boscosos, a fin de comparar los inventarios nacionales de dos fechas, ajustando los datos de las dos fechas a la definición adoptada para FRA 2000. Pero no se pidió a los países que indicaran la parte de los cambios debida a los distintos factores de la deforestación.

Casi en todos los países industrializados el bosque ocupa tierras abandonadas por la agricultura y la ganadería. Las transformaciones se hacen más o menos gradualmente, por el estadio intermedio de formaciones leñosas subfruticosas o arbustivas, clasificadas en la vasta categoría de "otros terrenos boscosos". Los factores de deforestación son esencialmente la urbanización en la periferia de las ciudades y la construcción de infraestructura (transporte y zonas comerciales, principalmente).

Los reglamentos muy estrictos -necesarios en el tránsito por los efectos negativos, económicos y ambientales, del exceso de desmonte- unidos a una necesidad cada vez más grande de naturaleza de una población en su mayor parte urbana, reducen estas invasiones, sobre todo en los países europeos (salvo Rusia). Estos países, con algunas salvedades, como Albania, quisieran incrementar su superficie forestal, cuya tasa anual de crecimiento podría llegar al 1 por ciento o superarlo en la zona mediterránea. El bosque también recupera terreno en otros países, sólo Rusia muestra una reducción importante de su superficie boscosa (-1,1 millones de hectáreas al año), concomitante con una fuerte expansión de "otros territorios boscosos" (+ 1,6 millones de hectáreas al año).

Conclusiones

La historia muestra que el hombre a menudo ha considerado el bosque como un espacio que se deba desmontar para desarrollar otras actividades no forestales (sobre todo agrícolas), y utilizar en ocasiones más allá de su capacidad de regeneración, como recurso para obtener leña y forrajes. Sólo cuando hay gran escasez de madera para construcción o de leña, o cuando la degradación de las tierras producida por la deforestación o la explotación excesiva de los bosques, sólo entonces se ejecutan políticas nacionales voluntaristas con miras a reconstruir el bosque, por lo general en forma autoritaria. Después de una fase de disminución más o menos rápida, la superficie forestal del país comienza a estabilizarse, después a repoblar espacios antiguamente boscosos, evolución amplificada por el desarrollo económico, la urbanización y el abandono del campo. Este panorama general, con variables y rupturas, se desenvuelve en épocas diferentes según las regiones del mundo. Los países industrializados y los emergentes están actualmente en la fase de reconquista de los bosques, a diferencia del mundo en desarrollo que todavía está mundialmente en la etapa de deforestación.

Los responsables de la ordenación forestal saben que su margen de maniobra es limitado: la ocupación y la utilización forestales de tierras son de índole en esencia "residual" y dependen mucho de lo que se produce en los otros sectores de la actividad humana. Tienen, sin duda alguna, donde los intereses forestales son fuertes en bien de la población local y de la colectividad nacional, que defender los bosques y su gestión sostenible, aceptando que desaparezcan donde se puede justificar el desmonte en el marco del desarrollo sostenible.

De cualquier país que se trate, las decisiones sobre ocupación forestal de las tierras y la utilización y ordenación forestales necesitan un buen conocimiento en todo momento y en los niveles apropiados de la situación y de los cambios. Esto supone, en cada país y en el ámbito internacional, la creación de recursos humanos y el fortalecimiento de las unidades encargadas del inventario forestal, tomando globalmente esta actividad con todas sus disciplinas, las más modernas y atractivas, como la teledetección y los sistemas de información geográfica, así como las más clásicas y a veces desatendidas, como la dendometría y la taxonomía.

BIBLIOGRAFÍA

FAO, 1994 - Evaluation des ressources forestières 1990 - Pays non-tropicaux en développement, région méditerranéenne - FO : MISC/94/3 - Roma, 48 p.

FAO, 1995 - Forest Resources Assessment 1990 - Non-Tropical Developing Countries - Technical Report (FO : GCP/INT/474/FRA - FO :GCP/INT/475/NET) - Roma,152 p.

FAO, 1996 - Forest Resources Assessment 1990 - Survey of Tropical Cover and Study of Change Processes - FAO Forestry Paper 130 - Roma, 152 p.

FAO, 2002 - Evaluation des ressources forestières mondiales 2000 - Rapport principal - Etude FAO : Forêts 140 - Roma, 466 p.

FAO, 2001 - Global Forest Resources Assessment 2000 - Main Report - FAO Forestry Paper 140 - Roma, 479 p.

Lanly, J.P., 1982 - Les ressources forestières tropicales - Etude FAO : Forêts 30 - Roma, 113 p.

Marchand, H., 1986 - Les ressources forestières de l'Afrique du Nord - Document de travail - Roma, 34 p.

Marchand, H., 1987 - Les ressources forestières du Moyen-Orient - Document de travail - Roma, 31 p.

Myers, N., 1983 - Conversion Rates in Tropical Moist Forests - In : Ecosystems of the World - Volume 14a "Tropical Rainforest Ecosystems - Structure and Functions" - Elsevier

UNECE/FAO, 2000 - Forest Resources of Europe, CIS, North America, Australia, Japan and New Zealand - Main Report - ECE/TIM/SP/17 - Ginebra, 445 p.


1 Ingeniero General honorario de Ingeniería Rural, de las Aguas y los Bosques (París, Francia).