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Comisión III. Los conservacionistas y recreacionistas

Presidente:
A.M. OSEN (Nigeria)

Vicepresidentes:
M. BOZA (Costa Rica)
M. KOLAR (Israel)
KIM SYUNG YUP (Rep. de Corea)

Nota de la Secretaria

Moderador:
F. O'GORMAN (Irlanda)

Secretarios técnicos:
T.A. RINEY (FAO)
J.M. KOZARIK (Argentina)

La Secretaría no tiene intención de proporcionar en esta nota un resumen de los documentos valiosos, tanto de carácter general como especiales, que se han presentado a esta comisión. Más bien se ha intentado agrupar las ideas más importantes expresadas en dichos documentos o memorias y los problemas planteados, así como formular algunas preguntas que se han omitido o que sólo se han esbozado brevemente, con objeto de facilitar una base para un debate fructífero por parte de la comisión.

Pese a la diversidad del programa, que abarca prácticamente la totalidad de la influencia del hombre en el medio, o al menos los elementos relativos a las tierras sin cultivar y a los montes, tanto naturales como artificiales, en medios rurales y urbanos, existe un tema central (o tal vez sería mejor decir una tendencia) presente en todos los documentos. Se trata del conflicto inherente en cualquier forma de utilización de los recursos, que es más agudo, y tal vez más enconado, que en ningún otro caso en materia del aprovechamiento de los montes y tierras vírgenes.

Este conflicto de competencia en materia de utilización, que es más aparente en los países altamente desarrollados y prósperos como los Estados Unidos y Europa occidental, se está extendiendo cada vez más y seguirá extendiéndose al compás de la prosperidad y a medida que los objetivos sociales de las naciones vayan modificándose en función de su desarrollo económico. El conflicto entre la búsqueda a cualquier precio del crecimiento económico y la necesidad de conservar la calidad del ambiente ha llegada a su máximo con los partidarios del concepto llamado de «crecimiento cero». Sin embargo, aun sin llegar a este punto, los conflictos implícitos y reales entre estos dos extremos tienen que ser resueltos y una parte importante de nuestro estudio estará dedicada a ellos.

Es preciso encontrar la forma de desempeñar un papel en la integración de estas diversas utilizaciones antagónicas, la manera de ampliar la visión no sólo del público sino más especialmente del profesional, que muchas veces sólo se preocupa por su propio sector, que quiere «hacer una buena labor» sin tener en cuenta sus efectos en el medio ambiente ni las otras posibles utilizaciones, que pueden ser más valiosas, tanto en el plano ecológico como en el económico, en el de la calidad como en el de la cantidad, que su propia actividad. Esta actitud no es exclusiva de los forestales, quienes tal vez sean, en realidad, los menos culpables a este respecto; pero no por ello es menos real y hay que tenerla en cuenta especialmente en los países situados fuera de la esfera de prosperidad, y en algunas zonas dentro de la misma, que no sienten más la intensidad del conflicto creado por las exigencias de las grandes concentraciones urbanas.

La creciente convicción de que las necesidades sociales vienen antes de los intereses sectoriales, y la aceptación del derecho humano básico de mantener la calidad del medio, tal como propuso la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo en julio último. nos impulsa a poner al hombre por delante del producto, y a considerar que la ordenación de las tierras vírgenes y de los montes es un elemento que debe ponerse al servicio de la sociedad y no del mero aumento del bienestar material.

Aunque la responsabilidad social y los conflictos consiguientes entre la politice y las prácticas forestales constituyen un motivo constante en todos los documentos de la comisión (y especialmente en el documento de Richardson sobre Urban forestry - apartheid or integration), debe señalarse que la Comisión VI (Los economistas, administradores y planificadores), ha dedicado una sección especial de su programa a los valores ambientales y sociales, en la que se citan muchas de las cuestiones planteadas por estos conflictos de objetivos.

Una de las bases de estos conflictos entre el ambiente y los factores económicos es la incapacidad de ambos grupos para hablar el mismo idioma. Como la economía es la base generalmente aceptada para la planificación nacional de todos los recursos, es de importancia vital que los ambientalistas y los ecólogos expresen sus planes en términos económicos y que se cuantifiquen los beneficios llamados intangibles de la utilización de los montes para poder contar con un terreno común en el que puedan adoptar decisiones racionales los planificadores nacionales, que tienden a no estar adiestrados en el aprovechamiento de los recursos naturales. Si tales planes no son aceptados desde el punto de vista económico, tendrán pocas esperanzas de competir contra los que lo sean. En la competencia cada vez mayor planteada entre los diferentes usuarios de las tierras, los más débiles en la esfera económica están en desventaja tanto en las sociedades socialistas como en las capitalistas. Incluso en comunidades tan prósperas y con tanta motivación ambiental como la de Estocolmo, el grupo de presión ambientalista ha sido derrotado por una competencia económicamente más fuerte (Kardell). Los beneficios no monetarios del bosque son pocas veces tan tangibles como se supone, y es más probable que se compongan de bienes y servicios que no se venden (Grayson, Comisión VI Es preciso evaluar todos estos beneficios con objeto de que puedan figurar como elementos analizables en el balance económico de los montes.

Por otro lado, existe una necesidad aún mayor de que los economistas y planificadores comprendan las consecuencias ecológicas de sus actividades. Es raro que los modelos de producción demasiado simplistas tengan o puedan tener en cuenta la compleja interrelación que existe en un ecosistema forestal o de tierras vírgenes y, si este hecho puede tal vez tener menos trascendencia en el monocultivo forestal, su importancia puede ser vital en los bosques naturales de los trópicos y otros puntos.

Dicho sea entre paréntesis. cabe señalar que existe la necesidad de una reorientación de las actitudes y prácticas de la silvicultura tropical, que muchas veces parecen haber sido calcadas de los métodos de ordenación de los bosques de la zona templada, sin tomar en consideración el nivel totalmente diferente de complejidad entre estos dos ecosistemas. El desconocimiento ecológico de tales ecosistemas creará en último término problemas mucho más graves que los que puedan presentarse en las regiones templadas menos complejas y más fáciles de ordenar.

1. Formas de lograr una utilización equilibrada en la esfera de la conservación de los bosques

La misma expresión a formas de lograr una utilización equilibrada de los recursos forestales» implica el mantenimiento de un equilibrio ecológico, y, para alcanzarlo, se necesita algo más que el actual método oscilante de la utilización múltiple. El Dr. Minckler. profesor de silvicultura, cree que los forestales deben tener más» imaginación ecológica», especialmente en el campo de la silvicultura. a Son demasiados los forestales que no admiten una silvicultura intermedia que pueda satisfacer a las exigencias modernas... Para agravar nuestros problemas y responsabilidades, la utilización de los montes ha concentrado fuertemente su atención en los usos integrados, que comprenden las actividades recreativas, la fauna silvestre, la ordenación de cuencas hidrográficas y la estética del paisaje, además de la producción de madera» (Towell, Kimball y Poole). Chodzicki ha demostrado, sin embargo, que hay otros métodos posibles, además de los de la silvicultura tradicional. No cree que sea necesario dividir las tierras forestales en bosques de producción y bosques de protección, y sugiere los métodos convenientes para la integración de la zona de producción a base de su valor para el medio.

Tal vez sea demasiado optimista esperar desde ahora que la «utilización equilibrada» se basará en el equilibrio ecológico más que en un equilibrio de los grupos de presión rivales de los usuarios, quienes acabarán por desmenuzar los recursos sin dar satisfacción a nadie, salvo tal vez algunos burócratas o políticos. para quienes las soluciones transaccionales parecen ser la misma razón de su existencia.

Pese al hecho de que la utilización múltiple es hoy el grito de combate del público y de muchos forestales, al menos entre las naciones ricas, es evidente que se trata de una idea que no puede emplearse siempre, debido a que puede causar tales pérdidas económicas en términos de producción forestal que no debe ni siquiera pensarse en ella. Se ha hecho de ella una consigna publicitaria, se ha convertido en «todo para todos». En realidad, sólo puede ser adecuada en las situaciones en que la silvicultura sea una actividad extensiva con poco empleo de capital. Cuando la silvicultura, o por lo demás cualquier otro sistema de aprovechamiento de la tierra, es intensiva, la utilización múltiple puede estar contraindicada y los diversos aprovechamientos entran en una competencia cada vez mayor (Kardell, Wicht, Dixon). En estas a granjas forestales» o «fábricas forestales»? las puertas están cerradas y no se admite al público. Sin embargo, incluso en estas zonas, cabe preguntarse si no seria preferible mantener abiertas las opciones.

En los países donde la silvicultura constituye un elemento importante de la economía nacional, es al parecer imposible combinar la silvicultura económica con ninguna otra utilización, tanto en los bosques públicos como en los de propiedad privada. En los lugares en que la silvicultura tiene que tomar en consideración una utilización múltiple extensiva, pueden producirse pérdidas de oportunidad fuertemente capitalizadas equivalentes al 30 por ciento del valor del bosque (Kardell). En tales casos, la única solución posible es la separación completa entre los bosques comerciales y los de utilizaciones múltiples. Sin embargo, parece que las industrias forestales privadas de los Estados Unidos están dispuestas a aceptar una gran medida de utilización múltiple. Traczewitz dice que el 95 por ciento de esas zonas forestales está abierto al público.

Esta diversidad de actitudes y métodos nos proporciona la base para una discusión animada.

Fuera de esas zonas, puede considerarse cualquier combinación de usos, desde la utilización de alta densidad en las zonas urbanas, donde los valores sociales se anteponen a todas las demás consideraciones, hasta las zonas vírgenes, donde cualquier utilización tiene que ser limitada.

Para atender a estas exigencias antagónicas se precisa un método que comprenda la realización de un inventario, tal como el que se ha levantado en el Canadá, dentro del marco del programa canadiense de planificación de la utilización de las tierras. Si no se cuenta con ayudas objetivas de este género, la adopción de decisiones racionales tiende a convertirse en un proceso aleatorio entre el buen juicio y el oportunismo.

Debe recordarse que, en los países desarrollados, está quedando disponible un mayor número de tierras sin cultivo o marginales debido a la detracción de tierras dedicadas a cultivos agrícolas. El plan Mansholt ha tratado de sugerir las posibles formas de racionalizar este proceso en Europa. En países como los Países Bajos. pese a su alta densidad de población, la agricultura está dejando paso a los usos sociales y las nuevas tierras rescatadas del mar con grandes gastos se están destinando ahora a finalidades recreativas y no a fines agrícolas (Benthem). Esta tendencia abrirá inevitablemente nuevas oportunidades a la silvicultura social y puede contribuir a aliviar la presión que pesa sobre los bosques destinados a una explotación exclusivamente económica. Sin embargo, como señalan Towell, Kimball y Poole para llegar a una utilización equilibrada será necesario resolver los conflictos mediante una mayor participación publica en las decisiones relativas al empleo de recursos.

Esto implica la necesidad de una mayor comprensión por parte del público de las cuestiones planteadas y la necesidad correspondiente de que los administradores de recursos realicen un esfuerzo mucho mayor para enseñar al público a apreciar esas cuestiones. Sólo así se podrá reducir el elemento emotivo de muchas de las discusiones actuales. Creo que los servicios forestales, entre otros, no han hecho casi nada a este respecto. Así se comprueba en las consignaciones presupuestarias de muchos de esos servicios para relaciones públicas y enseñanza. Seria interesante discutir a fondo esa cuestión.

La búsqueda de prácticas de ordenación forestal que sean ecológicamente sanas y políticamente viables constituye una tarea fundamental para los administradores de recursos. Existe la necesidad urgente de obtener respuestas socialmente aceptables a las cuestiones planteadas acerca de la futilidad de un crecimiento económico obtenido a expensas de un medio degradado (Dixon). Como ha observado Lewis, es preciso alcanzar un equilibrio entre las necesidades económicas de una nación y los beneficios sociales derivados de los montes. Este equilibrio dependerá de las necesidades de las poblaciones interesadas. En el mundo desarrollado, se presta cada vez más atención a los beneficios no comercializables, mientras que en los países en desarrollo lo que se necesita son rendimientos económicos. Los gobiernos deben, como cuestión de importancia vital, asegurar que el potencial para producir beneficios intangibles, no monetarios y sociales, no se destruye con el proceso de producción de beneficios económicos de la silvicultura. Hay que establecer un equilibrio para asegurar que las generaciones futuras dispongan aún de suficientes opciones para poder adoptar una decisión sobre sus objetivos sociales y económicos. Con demasiada frecuencia las naciones se han visto privadas de esa facultad de elección a causa de las medidas equivocadas aplicadas en el pasado.

2. Problemas y tendencias para cubrir las necesidades mundiales de medios recreativos forestales

Las actividades y medios de recreo, tanto bajo techado como al aire libre, constituyen el elemento de crecimiento más rápido de la próspera industria turística. Son un producto de la riqueza y el ocio en el mundo desarrollado. El aumento de la prosperidad económica, la reducción de las horas de trabajo y la evolución de la ética laboral tradicional, al menos entre las generaciones más jóvenes, han dado por resultado este desarrollo exponencial. Es difícil, aparte de los Estados Unidos y algunos países europeos, definir las tendencias sobre la base de datos estadísticos, pero hay pruebas suficientes para demostrar que tal tendencia tiene un sentido ascendente en todos los países, salvo en los de economía más débil.

En el Reino Unido, entre 1951 y 1970, la duración media de la semana de trabajo ha disminuido de 48 a 46 horas, a la vez que los ingresos reales han aumentado, desde 1955, en un 100 por ciento y el número de automóviles se ha cuadruplicado en el mismo periodo. por lo que actualmente hay un automóvil por cada dos familias (Spencer y Sidaway).

Las tendencias en los Estados Unidos señalan cifras astronómicas si se comparan con las de la mayoría de otros países. El valor actual estimado de la caza mayor supera los 2500 millones de dólares. Ocho millones de cazadores participan todos los años. En algunos tipos de caza, el número de participantes se ha multiplicado por 30, mientras que los gastos son 16 veces superiores a los de 1955 (Halvorson, Linduska y Stebler). En los 190 millones de ha disponibles en los Estados Unidos para usos recreativos, el número de visitantes en 1970 fue de 175 millones, lo que supone un aumento con respecto a la cifra de 160 millones en 1965, y el incremento proyectado es de 210 millones y 250 millones en 1975 y en 1980, respectivamente (Lloyd y Fisher). Esta presión intensiva sobre los hábitat forestales, que puede reproducirse en otros ecosistemas, ha provocado una controversia considerable sobre la conveniencia de que los medios de recreo estén dispersados o concentrados. Lloyd y Fisher alegan convincentemente que lo que se plantea no es una disyuntiva, sino que, para que quepan esperanzas de resolver el problema, hay que prever una gama completa de fórmulas que vayan desde la organización más desarrollada y concentrada a las formas más primitivas. También señalan que la mayoría del público busca oportunidades de recreo de tipo medio.

Las poblaciones de muchos países están fuertemente urbanizadas, hasta el 80 por ciento o más en algunos casos; sin embargo, es sorprendente que no se haya hecho prácticamente mención del problema de la capacidad de carga de los hábitat fuertemente explotados. Mientras se discute con ardor sobre la elección de los lugares de recreo para la población, parece que se ha desdeñado lo relativo a los efectos ecológicos en la explotación humana, especialmente a largo plazo. Se han dedicado algunos estudios a los hábitat más vulnerables o a los situados en climas extremos (como las pistas de esquí, etc.), pero se tiene la impresión de que los administradores de recursos creen que el hábitat puede aguantar toda la explotación que el propio usuario quiera imponer. Opino que ésta es una esfera poco conocida a la que hay que prestar mucha mayor atención y estudio. También parece que los medios de recreo están organizados por la clase media para uso de la clase media, y predomina la creencia de que a queremos perder de vista todo lo que nos rodea s. Los planificadores están ofreciendo mayores oportunidades de recreo a distancias más alejadas de los centros de demanda. es decir de las zonas urbanas.

Se está de acuerdo con c, quien reclama enérgicamente la igualdad de oportunidades de recreo para los habitantes de los «ghettos» que viven en» un ambiente violado s. ¿Cuántos de nosotros. de dentro y fuera de los ghettos, no preferiríamos que los bosques estuvieran al alcance de nuestra mano. que aumentaran nuestras oportunidades de recreo y que disminuyera el costo de nuestras diversiones? Existe la necesidad urgente de realizar estudios para evaluar en términos cuantitativos las diferentes posibilidades de la creación de medios de recreo en las zonas urbanas y suburbanas frente a las zonas rurales. ¿Cuál es el costo para la comunidad del transporte en masa de la población al campo, que moviliza bienes y servicios, muchos de los cuales se cargan directamente a los ingresos exteriores? Un análisis costo - beneficio sobre la materia podría producir datos sorprendentes, sin hablar de las consideraciones sociales que podían inclinarse rotundamente en favor del desarrollo de medios de recreo urbanos mejor que rurales.

En todas estas discusiones no debe perderse de vista al habitante de las zonas rurales, cuyos derechos y necesidades tienen también importancia. El que una persona viva en el campo no quiere decir que no tenga necesidad de medios de recreo; sólo el habitante de las ciudades lo cree así. Al igual que en casi todos los problemas que interesan a todo el conjunto social, es preciso adoptar un método mixto' pero, si se quiere procurar la máxima satisfacción al máximo número con el mínimo costo, las prioridades son inevitables y esenciales. Queda por saber cuáles deberán ser esas prioridades.

3. La fauna silvestre como uso alternativo o complementario de los montes

Para la mayoría de la gente, los animales silvestres sirven para mirarlos, dispararlos o comérselos. Es raro que se aprecie su función esencial dentro del ecosistema y su influencia moderadora en el sentido más amplio. Sin embargo, pese a los valores materiales que representa la contemplación, la caza, o el consumo de los animales más grandes, se aprecian muy poco los beneficios económicos y la corriente monetaria creados por la explotación de la fauna, excepto por parte de quienes viven de ella. Hasta fecha reciente, se hablan realizado pocos intentos de cuantificar los valores de la fauna silvestre. Incluso en los Estados Unidos, donde se acumulan enormes cantidades de datos estadísticos para toda clase de finalidades, Halvorson, Linduska y Stebler afirman que «no existen datos a escala nacional que permitan calcular las dimensiones de toda la caza deportiva que procura la fauna silvestre forestal»? No obstante, existen algunas estimaciones que permiten calcular el valor anual de la caza mayor por sí sola en 2500 millones de dólares.

Los permisos de caza estatales dieron un ingreso en 1971 de 208,5 millones de dólares, mientras que el valor en carne sólo de la caza mayor se elevó a 155 millones de dólares y representa el consumo anual de carne de 2,7 millones de americanos (Halvorson, Linduska y Stebler).

Nusslein ha demostrado también que la fauna silvestre en Europa occidental es un recurso de gran valor, y calcula que el rendimiento anual de la fauna silvestre representa un suministro de carne de 0,3 kg por cada miembro de la población y, en el conjunto de Europa, un valor de 30 centavos de dólar por ha. Como forma complementaria de consumo en países altamente desarrollados, estas cifras son impresionantes.

Son pocos los países que pueden emular a los Estados Unidos en el gran valor monetario de su fauna silvestre, pero muchos de ellos suelen tener un potencial no realizado, que puede constituir un elemento importante de ingresos para algunas partes de su población y procurarles una fuente de proteínas animales de fácil acceso. En muchos casos puede ser ésta la única fuente de proteínas animales disponible para los grupos situados en la parte inferior de la escala económica. Además, esta «carne silvestre» puede ahorrar al país una gran parte de las divisas fuertes que, en otro caso, se emplearían en importaciones de carne, y ayuda así a nivelar la balanza comercial.

Aunque el elemento recreativo puede tener relativamente poca importancia para los países en desarrollo. excepto en los casos en que las concentraciones de fauna silvestre procuran una notable atracción turística, como en el Africa oriental, es evidente que la eliminación del desequilibrio proteico es un problema de importancia vital y que debe examinarse todo aquello que pueda contribuir a lograrlo. En algunas regiones de Ghana. los estudios realizados han demostrado que no menos del 73 por ciento de la carne de producción local procede de los animales silvestres. Sólo en Accra, en un periodo de 17 meses, de 1968 a 1970, se vendieron más de 150000 kg. de carne procedentes de la caza, valorada en 160000 dólares.

El valor anual de las proteínas procedentes de la caza de fauna silvestre en Nigeria meridional sólo se ha calculado en 25 millones de dólares (de Vos y Kaittany).

El índice de consumo en una parte de la costa de Marfil puede no ser tan alto como en los Estados Unidos, pero su aportación de 27 g por persona y día puede tener una considerable importancia nutricional.

Entre 1965 y 1967, la zona desértica de Kalahari, en Botswana, produjo 20 kg. de carne por persona y año. Incluso en Rhodesia, la fauna silvestre proporciona un equivalente al 5 - 10 por ciento del total de la producción de carne vacuna (de Vos y Kaittany).

Además de estos importantes valores proteicos, se ha comprobado que la fauna silvestre crea beneficios económicos considerables en términos de turismo, sobre todo en el Africa oriental. La fauna silvestre constituye una parte fundamental de la base de la demanda turística en Kenia, que constituye hoy la fuente más importante de adquisición de divisas. En 1970, los ingresos brutos en divisas fueron superiores a 51 millones de dólares y el turismo proporcionó 20000 empleos; los ingresos por turismo tienen una importancia económica aún mayor debido al efecto multiplicador por el hecho de que los dólares ganados pasan por manos de un número mayor de personas que en ninguna otra actividad.

Si bien la situación es menos clara en otras partes del mundo en desarrollo, Dourojeanni ha demostrado que existe el mismo potencial en las zonas tropicales del Perú, y las cifras procedentes de Colombia y del Brasil lo confirman así. Cabe señalar que las exportaciones de productos de la fauna de Colombia superan en valor a las de productos forestales. Aunque ello se debe. sin duda, a la actual fase primitiva del desarrollo de la actividad forestal, es, sin embargo, una comparación válida que muchas veces se ignora. Estos hechos deben ser destacados cuando se trate del desarrollo forestal. A pesar de la escasez de datos en muchas zonas, no hay duda de que debe prestarse una consideración atenta a los valores de la fauna silvestre en los planes de ordenación de los montes o tierras vírgenes. Con frecuencia desempeñan una función importante, si no vital, en el proceso del desarrollo socioeconómico. Huelga decir que muchos países en desarrollo tienen en cuenta estas consideraciones (Caldevilla), pero es preciso que los encargados de la planificación nacional los presten mayor atención.

Como señala Teer, estos valores pueden salvaguardarse en un ambiente forestal ordenado por el hombre, siempre que se ponga cuidado en conservar la diversidad ecológica necesaria para la vida de la fauna.

4. Función de los parques nacionales en la conservación de los recursos y el desarrollo de la vida rural

En su introducción a un estudio sobre el significado de los parques nacionales para las economías locales, Davis afirma que a con frecuencia se crean parques nacionales y reservas en tierras reclamadas para otros usos s. Es inevitable que estas zonas nacidas en medio de un litigio seguirán siendo durante mucho tiempo una fuente de controversias debido a las peticiones antagónicas. En muchos casos, se han creado parques nacionales con arreglo a una serie de criterios destinados a asegurar su inviolabilidad. Tales criterios han sido aceptados, por lo general, como base para los sistemas de parques nacionales reconocidos en el plano internacional (Costantino). Las Naciones Unidas los han aprobado, pero, pese a esta aprobación formularla de un ideal, son relativamente pocas las zonas que han mantenido su pureza. En realidad, muchos de los llamados parques nacionales han perdido hace mucho tiempo su virginidad, ya por asalto directo, ya por métodos furtivos. Las introducciones de animales exóticos pueden ser tan destructoras desde el punto de vista ecológico como la minería a cielo abierto, y todo el problema de la inviolabilidad tiene que ser examinado de un modo pragmático. ¿Es o no razonable esperar que se lleguen a eliminar usos nocivos como el pastoreo? ¿Es sensato pedir que se prohiba totalmente la caza, que puede proporcionar ingresos muy necesarios en beneficio directo de la población local, incluso cuando algunas especies de animales silvestres pueden alcanzar números tales que causen daños a los habitantes del parque? Como señala Davis, la caza furtiva y la entrada ilegal para caza o pastoreo de la población local, desplazada por la creación de los parques, es prueba evidente de que existe una competencia real para el aprovechamiento de esos recursos.

Estas cuestiones no interesan sólo a los países en desarrollo; muchos países desarrollados conocen conflictos de este tipo en torno a los parques nacionales, aun cuando en estos casos los litigios se refieren más probablemente a la construcción de hoteles o a la explotación de minas que al pastoreo o a la caza.

Sin embargo, como dice Buchinger, los países en desarrollo se encuentran, por lo general, en mejor situación para crear parques nacionales adecuados que los de las regiones desarrolladas. Sin embargo, a causa de la tendencia de los países en desarrollo a imitar al mundo desarrollado, se debe observar una gran precaución para no cometer los mismos errores, que son evidentes, por ejemplo, en lo que respecta a la incapacidad de los países desarrollados para contener el aflujo devastador de los usuarios en sus parques nacionales. Para aliviar la presión ejercida sobre los parques nacionales, lo mejor es crear alrededor zonas de protección en donde pueda practicarse una explotación más intensiva. Davis sugiere que la utilización de los parques con doble fin - ampliación de la idea de la zona de protección - puede ser la única forma de que las economías locales se beneficien del desarrollo de los parques. Independientemente de que se creen o no zonas de protección alrededor de los parques nacionales, los países seguirán utilizando el titulo de a parques nacionales» para designar a zonas que no se ajustan a los criterios internacionales, lo que se debe, en parte, a que esa designación suena bien y tiene un valor de prestigio para el turismo. Si la situación es ésta, tal vez no debiéramos ir contra la corriente, sino aceptar que existen parques nacionales de diferente calidad y clasificarlos como se hace con los hoteles. Esto podrá parecer a los puristas una herejía, pero la realidad indica que, a medida que aumenta el crecimiento demográfico y las exigencias de medios recreativos, la inviolabilidad de los parques seguirá disminuyendo en el futuro.

El análisis ponderado y útil presentado por Davis sobre los beneficios económicos locales que pueden derivarse de los parques nacionales nos lleva a tratar algunos hechos poco conocidos. Este autor demuestra que. cuanto menos desarrollada sea la economía local, menos capaz será de responder a las oportunidades de proporcionar los bienes y servicios que piden los turistas, y mayor será la proporción de los ingresos que será exportada. Se ha comprobado que esta huida al exterior puede representar el 25 por ciento de los ingresos en, por ejemplo, la reserva de caza de Kenia. Esta huida constituye, sin duda, un factor importante para evaluar los beneficios de los gastos que se realicen en países en desarrollo. También es digno de señalarse que las economías locales de esas zonas difieren muy poco de las zonas análogas de los países desarrollados. Naturalmente, aun en el caso de que las economías locales obtengan pocos beneficios de los gastos en parques nacionales, su repercusión, sin embargo, puede tener importancia en el plano nacional debido al pequeño volumen de su economía.

Si se acepta la fragmentación en zonas u otras utilizaciones posibles de los parques, esto, además del valor para la economía nacional, constituye una interesante propuesta para la ordenación de los parques tanto en el plano cultural como en el terreno económico y se pueden llegar a conciliar las ventajas a largo plazo de la conservación con los beneficios económicos a plazo más breve.

5. La influencia de la silvicultura en el medio natura

Los documentos que se han presentado sobre este último tema reflejan la convicción de que la silvicultura es parte integrante de la entidad física, social y económica de una nación y no puede seguir siendo considerada como una forma de aprovechamiento de tierra, en la que ejercen poca influencia las actividades productivas de los hombres que no sean las relativas a la producción de madera.

Wicht ha recalcado la importancia de que las investigaciones se orienten a las cuencas colectores montañosas partiendo de la idea de que las regiones forestales constituyen sistemas de recursos integrados, lo cual nos puede proporcionar un elemento común de vinculación entre los diversos documentos de tipos muy diferentes presentados dentro del último tema del programa.

Takehara, con su ponderación y precisión habituales, ha presentado un excelente resumen de la función de los montes en la conservación, y sobre todo el papel que desempeñan en el ciclo de materiales, sus efectos sobre el clima, sus funciones para la conservación de suelos y aguas, para crear un hábitat a la fauna silvestre, proporcionar zonas de recreo y mantener la calidad del medio humano.

Estudia los efectos de diversos tipos de ordenación forestal sobre el medio y parece probable que el examen de la influencia de las prácticas forestales en el ambiente forestal se difundirá de un modo más general a medida que se hagan más aparentes los resultados de la falta de la planificación.

Considera que. en su propio país el control químico de las plantas constituirá la materia principal de la investigación básica, dirigida especialmente a los productos químicos cuyos efectos se limitan a una pequeña gama de especies vegetales.

Szwecki nos recuerda que el ecosistema forestal no se detiene en la cubierta arbórea ni en la superficie del suelo. Del mismo modo que algunos países están trazando ya planes de ordenación que comprenden una producción máxima de animales silvestres, también se podrá en el futuro dirigir una mayor atención a las modificaciones de la ordenación para reducir al mínimo las perturbaciones de los suelos y mantener así una capacidad regeneradora lo más alta posible para la producción arbórea futura. Sin duda es éste un sector en que se precisa prestar más atención a la investigación.

Manka ha presentado un trabajo que dará que pensar a los que tienen interés en estudiar las transformaciones que conducen a una degradación del ambiente forestal, así como los cambios que acompañan a su mejoramiento. Según dice, «Como el hombre tiene un potencial ilimitado y en rápido aumento para intervenir en la naturaleza, existe la preocupación de que pueda transgredir los limites admisibles de su influencia destructiva. Para que esta inquietud dé resultados positivos, es preciso aprender a observar los cambios que se producen en el medio forestal. Hay, pues, necesidad urgente de poner a punto métodos efectivos para el estudio del medio s.

Así lo ha hecho en su investigación sobre el empleo de las comunidades de criptógamas como índice de la evolución del medio forestal.

Como suele ocurrir cuando se desarrollan nuevos métodos y técnicas, una vez que los principios han sido comprendidos y aceptados, se ponen a punto después métodos más simples. La comisión deseará tal vez estudiar los usos o limitaciones de éstos u otros índices que pueden ser útiles para la observación de los cambios del medio forestal.

El trabajo de Swanson sobre hidrología forestal plantea una cuestión importante. Partiendo del reconocimiento de que los caudales de agua crecen normalmente después de efectuarse operaciones de extracción de madera, sobre todo cuando se usa alguna forma de corta a mata rasa (véase también Wicht), Swanson pregunta si este aumento de agua es o no conveniente. Por lo que respecta al Canadá, sugiere que en muchas zonas el aumento del suministro de agua es una desventaja más que un beneficio. Es fácil de comprender que, en las regiones de lluvias abundantes y con ríos propensos a las inundaciones, puede causar preocupación la aceleración de la escorrentía en las tierras forestales, incluido el aumento de la escorrentía procedente de la nieve derretida, que es consecuencia de las operaciones de corta. Por otro lado, también es fácil de apreciar la importancia de estimular el desarrollo de mayores rendimientos de agua en las sabanas semiáridas, como dice Wicht. Sin embargo, independientemente de que se sea o no partidario del aumento del rendimiento hidráulico, es importante la cuestión de saber si se pueden ordenar los bosques para la producción comercial en forma de no modificar el caudal de agua.

Nikolaenko recuerda la importancia que tiene para los seres humanos la calidad del agua y la influencia que los montes ejercen a este respecto como agentes para filtrar las bacterias y mejorar el color y la composición química del agua. Señala también que la calidad del agua depende de la buena ordenación de los montes situados en las riberas de las masas de agua.

Knabe expresa inquietud por los efectos negativos de la contaminación del aire y de los residuos sólidos en las tierras forestales. Señala, como han hecho otros muchos, que uno de los principales peligros de la contaminación es el efecto de producir alteraciones en los bosques a gran distancia de la fuente original de la contaminación. Es natural que los forestales se preocupen por la contaminación, ya que se ha demostrado que reduce el crecimiento. provoca la senectud prematura, impide la regeneración y produce un aumento de algunas plagas forestales.

Está en aumento la demanda de creación de bosques en zonas industriales o cerca de ellas a medida que se comprenden mejor los efectos de filtración y aislamiento causados por los bosques. Así pues, además del valor estético de los árboles que los habitantes en grandes aglomeraciones urbanas aprecian desde siempre, se estima ahora cada vez más el valor ecológico de los bosques como contrapartida necesaria a las actividades de contaminación que parecen ser un subproducto casi inevitable del progreso del hombre.

Es natural que la cuestión de los efectos laterales que acompañan al empleo prolongado de insecticidas haya sido planteada por un canadiense, ya que en su país existe una larga experiencia del uso de insecticidas en tierras forestales. Varty opina que los beneficios positivos de los programas de pulverización compensan en forma aplastante los perjuicios ambientales producidos por los efectos laterales hasta ahora registrados. Reafirma también la preocupación del gobierno por los futuros efectos laterales y recalca la importancia de las actividades de observación y la necesidad de incrementar las investigaciones al efecto, especialmente las investigaciones que comprendan un importante elemento interdisciplinario.

Por último, Mlinsek considera a la silvicultura como un ensayo de la aptitud de los hombres para manipular el ecosistema y reconoce la importancia de que se extienda el principio del rendimiento sostenido, elemento básico de toda silvicultura racional, a las otras actividades y productos forestales. Por ello considera que la práctica de la silvicultura, junto con la agricultura y el pastoreo, constituye un instrumento esencial para modificar el medio en beneficio último de la humanidad.

Es ésta una verdad indudable y sus consecuencias para los forestales pueden extenderse aún más. Ello implica, sin duda, que dada esta inmensa capacidad para modificar el medio humano, nosotros, como forestales, debemos asumir la responsabilidad adicional de saber en qué dirección nos estamos dirigiendo y con qué fines.

Memorias de la Comisión III

MEMORIAS GENERALES

Benthem, R.J.

Forestry, man and landscape

Buchinger, Maria

Regional problems in national parks development

Burschel, P.

Problems and trends in supplying world needs for forest recreation

Caldevilla, G.M.

Other forest products, a source for foreign exchange

Davis, R.K.

National parks as the basis for generating rural economic activity

Dixon, R.M.

Conflicts in forest management

Dourojeanni, M.

Economic values of wildlife production in forestry areas of Latin America

Garnica, M.N.

Urban pressure on the forest, the example of Madrid

Goddard, M.

Recreational opportunities in an intensively managed forest

Gregor, E.W.

Integration of grazing in tropical forestry

Halvorson, C., Linduska, J. & Stebler, A.

Economic values of wildlife production in forestry areas in North America

Hiroshi, I.

Forest conservation and management in Japan

Kardell, L.

Assessment of forest suitable for recreational use

Kozarik, J.C.M.

Watershed management and wildland management - spheres of action and relationship between them

Lloyd, R.D. & Fisher, V.L.

Dispersed versus concentrated recreation of forest policy

Melo, H. de A. & Lima, W. de P.

Urban pressure upon the forest: the example of Sao Paulo

Mlinsek, D.

Progrès de la recherche sur les effets des traitements sylviculturaux de l'environnement

Mutch, W.E.S.

Wildlife as an alternative or complementary use for forest lands

Nikolaenko, B.T.

The role of forest stands in water quality improvement

Nusslein, F.

The economic value of wildlife production in forests and woodlands of Europe

Plucknett, D.L. & Nicholls, D.F.

Integration of grazing and forestry

Richardson, S.D.

Urban forestry - apartheid or integration?

Spencer, J.A. & Sidaway, R.M.

The special contribution of forests and woodlands to recreation in an industrial society

Steinlin, H.

Progress of research on the effects of harvesting and transport methods on the environment

Takehara, H.

Problems in the forestry research related to environmental conservation

Teer, J.

Manipulation of forestry or wildlife habitat to regulate wildlife resources

Toth, S.

Problems and techniques for man aging forest lands for the production of recreation cervices

Towell, W.E., Kimball, T.L. & Poole, D.A.

Achieving balances use in forest conservation

Traczewitz, O.

Recreational opportunities in an intensively managed forest

Valentini, J.E.

Relación bosque - agricultura - ganadería en el manejo de los suelos del parque chaqueño húmedo

Varty, T.W.

Environmental side effects of large scale chemical control operations in forests

Wicht, C.L.

Timber and water, dual objectives in mountain catchments

MEMORIAS ESPECIALES

Buch, M. von

Forest formations and use of the soil in the Pucon and Coñaripe communes of the Chilean - Argentine frontier

Chakrabarti, K. & Chaudhuri, A.B.

Honey production and behavior pattern of the honey bee

Chaudhry, I.

Problems of wildlife conservation in the developing countries with special reference to Pakistan

Chaudhuri, A.B. & Chakrabarti, K.

Observations on tigers

Chodzicki, E.

The problem of cooperation of silviculture with the needs for shaping of the biological environment in Poland

Costantino, I.M.

Desarrollo internacional de los parques nacionales

Dean, P.B. & Romaine, M.J.

Application of the Canada Land Inventory in Land use planning in Canada

Fanshawe, D.B.

Conservation of vegetation in Zambia

GARCÍA, S.E.

Las repoblaciones y el equilibrio silvo - cinegético

Harmon, D. & Freed, M.

The forester's role in wilderness land preservation and management

Knabe, W.

Effects of pollutants on forests stands and forestry

Lewis, G.

Social influences on forest exploitation

Manka, K.

A new microbiological method of studying forest environment

Marrago Solana, S.

La protección de la naturaleza y el carácter social del bosque

Mendes, L.

Parque Nacional da Peneda - Geres

Pereda, J.

Nuevo equilibrio biológico al sur de Neuquén

Samek, V.

política, forestal con respecto a las funciones sociales de los bosques en Checoslovaquia

Swanson, R.H.

Forest hydrology in Canada: more water probably not wanted

Szwecki, A.

Impact of clearcutting on the soil entomofauna

Vos, A. de & Kaittany, K.

Economic values of wildlife in Africa

Wiecko, P.

The Bialowieza forest - a nature protection centre of world significance

Informe

Formas de lograr una utilización equilibrada en la esfera de la conservación de los bosques

1. El logro de un equilibrio adecuado del aprovecha miento forestal debe constituir el objetivo general de los gobiernos y administradores forestales en busca de una combinación equitativa de beneficios sociales, económicos y ambientales en provecho del medio ambiente humano total.

2. Los siguientes puntos han surgido de los debates de la comisión:

a) Las salvaguardias ambientales son necesidades fundamentales para el futuro de la planificación, forestal. Deben aprovecharse los recursos forestales para mantener la base de recursos en que descansa la forestalía.

b) Para lograr una conveniente integración del aprovechamiento forestal todavía queda por aprender la forma de combinar al máximo compatible todos los usos provechosos, y de ser tolerantes y saber llegar a fórmulas de transacción.

c) El aprovechamiento forestal del futuro asignará suma importancia a los productos no comerciales del bosque. Se prestará una atención cada vez mayor a los beneficios no comerciales del bosque, equiparándolos a los productos forestales. Lo exigirá un público consciente de la importancia que tiene el medio ambiente.

d) Es urgentemente necesario cuantificar los usos y productos del bosque y, si es posible, hacerlo sobre una base comparable.

e) Los gobiernos desempeñarán un papel cada vez más importante en la determinación de los futuros usos forestales. Los bosques que están al servicio de las necesidades recreativas del pueblo, especialmente en las proximidades de las zonas urbanas, recibirán una atención especial de parte de los gobiernos.

f) La explotación forestal tendrá que reconocer las implicaciones y responsabilidades generales por las que los recursos forestales renovables deben contribuir al bienestar económico de los pueblos, pero no mediante procedimientos negligentes o que entrañen un peligro para el medio ambiente. El objetivo principal de la ordenación forestal debería ser el» máximo bienestar público» y no el «rendimiento máximo»?

g) El logro de un uso equilibrado dentro de la ordenación forestal requerirá muchas adaptaciones. Surgirán innumerables conflictos que podrán ser resueltos si triunfa la razón. Se requiere una gran flexibilidad tanto para la planificación como para la ejecución de planes de ordenación forestal.

3. Es necesario que el público llegue a entender los problemas que esto implica. La sociedad necesita ser informada y educada para que el conocimiento y la razón reemplacen la sensibilidad y el recelo. Aunque la mayoría de los forestales está muy al tanto de sus responsabilidades de conservación, el público no siempre piensa en esto. Sólo se obtendrá la confianza del público a través de la comprensión y esto requiere grandes esfuerzos y desembolsos en materia de relaciones públicas.

4. La comisión instó a que todas las escuelas y facultades de forestería incluyan en sus programas educacionales los aspectos ambientales de la ordenación de las tierras forestales. La vida silvestre, las actividades recreativas, las tierras marginales, las cuencas colectoras y los parques nacionales deberán ser considerados como elementos fundamentales en la planificación y ordenación de las tierras forestales.

5. La comisión también instó a que se realicen estudios básicos ecológicos y sobre el uso de la tierra, que conducirían a un aprovechamiento equilibrado de los bosques de la sabana - Sudán o Sahel - del mundo. En ésos y otros casos, se prepararán inventarios que cubrirán la planificación de todos los recursos naturales.

Problemas y tendencias para cubrir las necesidades mundiales de medios recreativos forestales

6. Actualmente se obtienen en todo el mundo grandes ingresos monetarios derivados del sector recreativo. Llegan a constituir un elemento importante dentro de las utilidades en divisas. Por ejemplo, en Kenia el rendimiento del turismo fue de 51 millones de dólares en 1971, convirtiéndolo en el elemento más importante dentro de los ingresos en divisas.

7. Las numerosas demandas de oportunidades de recreo suelen crear conflictos. La movilidad de los habitantes de las ciudades que poseen automóviles los llevan siempre más lejos, de manera que las demandas tienen que satisfacerse tanto en las proximidades como lejos de las ciudades. Se hizo un llamamiento en el sentido de crear una demanda de necesidades aún no satisfechas estableciendo parques rurales en zonas próximas a las concentraciones urbanas. Cuanto más cerca estén los lugares de recreo más redundarán en beneficio de los habitantes de la ciudad.

8. Se requiere todo un mosaico de instalaciones de recreo, que van desde los lugares desiertos a aquellos de afluencia concentrada; por lo tanto, deben establecerse y aplicarse metodolgías apropiadas para determinar las necesidades y prioridades.

9. La recreación forestal, aparte de su valor intrínseco, posee un importante valor educativo, ya que constituye una forma real y objetiva de inducir a la gente a descubrir los valores sociales y estéticos de los recursos naturales.

La fauna silvestre como uso alternativo o complementario de los montes

10. La ordenación de la vida silvestre deberla ser considerada por derecho propio como una forma legitima del uso de la tierra. La ordenación de la fauna silvestre, ya sea en pastizales, estuarios, granjas o bosques, no tiene que depender siempre necesariamente de los programas de ordenación dedicados a otras formas de usos de la tierra.

11. Cuando la fauna silvestre es comercialmente más valiosa que los árboles que le dan abrigo. no puede continuar constituyendo parte incidental o accidental de un plan de ordenación forestal. Las comparaciones realizadas entre los beneficios a corto plazo obtenidos de la caza, tanto con fines deportivos como alimentarios, y la explotación maderera a largo plazo, muestran que es posible aunar la producción de la madera con la conservación de la fauna silvestre.

12. En un verdadero programa de aprovechamiento múltiple pueden imponerse algunas restricciones tanto a la producción de madera como a la fauna silvestre, pero los resultados totales pueden ser más valiosos y más satisfactorios en términos de las necesidades humanas que de la sola consideración de un interés.

13. Es necesario estudiar el valor económico de la fauna silvestre, pero se comprende que es difícil evaluar muchos aspectos en términos cuantitativos. Tampoco debería equipararse la a demanda» del público con la «necesidad s.

14. La ordenación del bosque para la fauna silvestre y otros recursos debe estar basada sobre principios ecológicos, de otra forma, sería de poca duración o desastrosa. Es necesario evaluar cuidadosamente el ecosistema antes de empezar a explotarlo o a cambiar sus componentes. A este respecto, la comisión tomó nota de la particular pertinencia de las actividades del grupo de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal que estudia las relaciones entre vida silvestre y hábitat.

15. Cuando se trata de integrar la ordenación de la fauna silvestre con la ordenación forestal, se tiende a argumentar exclusivamente desde el punto de vista económico o ecológico. Ambos son verdaderos y válidos.

16. Debe observarse que los animales considerados en muchos países como una plaga, pueden a veces ser ordenados para conseguir las proteinas tan necesarias, y hasta ingresos en divisas.

17. La importación de recursos de vida silvestre y de otros productos afines deberla prohibirse en aquellos países que todavía no lo hayan hecho así, cuando el tráfico comercial de tales recursos y productos esté prohibido en el país de procedencia.

18. La comisión tomó nota del creciente deseo de la opinión pública de que se mejore la conservación y perpetuación de las especies de la fauna de todo tipo. Los bosques del mundo proporcionan gran parte del hábitat frecuentado por muchas especies de fauna, tanto grandes como pequeñas. Los forestales que trabajan tanto en servicios públicos como privados tienen a su cargo las decisiones relativas a los usos que se da a gran parte de los bosques del mundo y los recursos afines. Pueden citarse muchos ejemplos de planificación de tierras boscosas en la que se consideran cuidadosamente las necesidades del hábitat de la fauna por lo que se refiere a alimentos, abrigo y otros requerimientos. Existen amplias oportunidades de muchas zonas del mundo para prestar una consideración aún mayor a la fauna de zonas forestales. Por lo tanto, la comisión instó a los encargados de la educación forestal y la ordenación de las tierras forestales a que ayuden a conseguir que las necesidades de la fauna y de su hábitat reciban igual consideración que la madera, el agua, los suelos y otros recursos de las tierras forestales en la planificación, diseño y programación de las actividades que afectan a las tierras forestales.

19. La mayoría de las organizaciones que se ocupan de cuestiones de ordenación y conservación de la fauna abordan el tema desde un punto de vista particular. Es necesaria una conferencia mundial sobre la fauna para reunir todos los puntos de vista.

Función de los parques nacionales en la conservación de los recursos y el desarrollo de la vida rural

20. La comisión recibió un breve informe sobre la segunda Conferencia Mundial de Parques Nacionales celebrada en septiembre en los Estados Unidos junta mente con las celebraciones del centenario de la inauguración del Yellowstone National Park.

21. Esa conferencia dejó claramente establecido que se notaba un incremento de la competencia por las tierras, dirigentes profesionales y presupuestos públicos. Los programas de parques nacionales tendrán que estar más íntimamente relacionados con las planificaciones regionales y tendrán que ser cuidadosamente integrados con el transporte, el uso de las tierras, la forestalía, la agricultura, la electrificación y otros aspectos de la planificación del desarrollo. Más allá de la esfera del análisis regional está la esfera internacional donde se están enfrentando otros tipos de problemas. Hay creciente interés en la adopción de otros tipos de problemas. Hay creciente interés en la adopción de sistemas cooperativos de ordenación para parques limítrofes o internacionales.

22. Es interesante notar que. justamente hace diez años, tal como quedó consignado en las actas de la primera Conferencia Mundial de Parques Nacionales. la actitud general de los participantes es de «dejar a los parques sin administración y sin planificación». En la reunión de Yellowstone y en la reunión de la comisión era evidente que las actitudes han cambiado. La necesidad de una planificación cuidadosa fue debidamente establecida, si es que hablan de lograrse los objetivos para los cuales fueron creados los parques.

23. La planificación de la ordenación y el desarrollo de los parques requiere una cuidadosa consideración de los aspectos sociológicos, ecológicos, económicos y finalmente políticos. La comisión tomó nota de un cambio de actitudes, que inicialmente pueden parecer únicamente cambios de la terminología. Sin embargo, es importante apreciar las implicaciones de los vocabularios tradicionales: normalmente se habla de bosques de producción y de protección, de actividades económicas y no económicas y de valores tangibles e intangibles. Ya no es posible dirigirse a un ministro con una petición de fondos y personal para un nuevo proyecto que no sea «ni productivo ni económico y que se refiera a valores intangibles s.

24. La ordenación de parques nacionales es reconocida hoy día como - una actividad productiva sujeta a un estudio económico en términos tangibles. Requiere el consumo de ciertos recursos a fin de poder brindar protección a otros. Debe proporcionarse empleo a los hombres y distribuirse las tierras. Debería reflexionarse sobre los servicios prestados en más de 2000 parques nacionales y reservas similares que se administran en unos 130 países del mundo actual y darse cuenta que esta actividad de ordenación de parques cuida de algunos de los más valiosos tesoros del mundo.

25. La comisión observó que los esfuerzos más efectivos para proteger a los parques nacionales provienen muchas veces de la ordenación de áreas forestales adyacentes y circundantes a los mismos. En este sentido tomó nota de la especial importancia de la cooperación internacional en el caso de parques cuyos límites coinciden con las fronteras nacionales.

26. Los programas de parques nacionales en todo el mundo se ven frente a complejas amenazas a su integridad y utilidad. La solución de los problemas de los programas sobre parques nacionales pueden afrontarse mejor mediante la integración de parques nacionales en una planificación y administración generales del uso de la tierra a los niveles regional y nacional y, en algunos casos, internacional. Al mismo tiempo, debe darse igual consideración a la preparación del personal, el establecimiento de presupuestos suficientes y la coordinación de las actividades de los parques con las de otros sectores para lograr una ordenación y un desarrollo armoniosos a largo plazo de los recursos naturales sobre la base de principios ecológicos.

27. Como corolario, es urgente que todos los programas de parques nacionales prevean explícitamente la planificación dinámica y periódica de la ordenación y el desarrollo de cada zona de parques y la permanente capacitación e instrucción del personal de esos parques nacionales en todos los niveles. Esto requiere un análisis de los factores sociales, económicos y ecológicos para lograr la utilidad y adecuación del programa para la sociedad.

La influencia de la silvicultura en el medio natural

28. La comisión examinó los efectos de los distintos tipos de ordenación de montes, sobre todo el medio forestal, incluyendo la vida silvestre, la calidad y cantidad del agua y la microbiología de los suelos.

29. Se prestó especial atención a las relaciones entre la vegetación y el agua y la comisión reconoció que, para que el forestal aprovechara al máximo su comprensión de esas relaciones, debía tener una clara comprensión de la política de ordenación de montes e idear sus prácticas de ordenación, concentrando sus recursos en consecuencia. Por ejemplo, se consideró que era particularmente importante orientar la ordenación adecuada de las cuencas colectores montañosas, lo que podría favorecer a los recursos hídricos de los países.

30. Representantes de varios países en desarrollo de regiones semiáridas observaron que los forestales de las tierras asoladas deben concentrarse primeramente en la estabilización de la devastación y luego en la rehabilitación de la tierra para algún fin útil. Se mencionaron varios tipos de problemas de tierras marginales, entre las que figuran tanto las zonas semiáridas como la erosión en cuencas colectores de montes que reciben abundantes lluvias, sobre todo en zonas donde prevalecen condiciones de extrema depredación de bosques y suelos.

31. Hay varias otras zonas donde existen problemas que requieren nuevas o más definitivas investigaciones; por ejemplo, el pastoreo en tierras forestales, sobre todo en los trópicos. Aquí es necesario idear métodos para estabilizar las plantas forrajeras en tierras boscosas, comparar la regeneración en las zonas sembradas y las no sembradas después de la explotación forestal y la corta a hecho, estudiar la regeneración y la producción de madera en zonas de pastoreo y en las no destinadas a pastoreo, realizar investigaciones para mejorar la ordenación de especies forrajeras que pueden tolerar la sombra y para determinar la factibilidad práctica y económica de integrar el pastoreo con la forestería o la agricultura de plantación.

32. Por último, la comisión apoyó una propuesta de que el presidente del Séptimo Congreso Forestal Mundial presente a las Naciones Unidas y a todos los países miembros una solicitud en el sentido de que se declare al año 1974 el a Año del Arbol» y que cada país se comprometa a emprender o intensificar programas de plantación progresiva con objeto de restablecer la cubierta arbórea esencial, sobre todo en zonas ya caracterizadas por erosión excesiva o incipiente.


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