COAG/01/6


 

COMITÉ DE AGRICULTURA

16º período de sesiones

Roma, 26-30 de marzo de 2001, Sala Roja

REDUCCIÓN DE LA VULNERABILIDAD AGRÍCOLA A LAS CASTÁSTROFES RELACIONADAS CON LAS TORMENTAS

Tema 6 del Programa Provisional

Índice



I. INTRODUCCIÓN

1. Durante el último decenio ha aumentado la frecuencia e intensidad de las catástrofes relacionadas con tormentas. Los fuertes vientos que acompañan a las tormentas tropicales y las consiguientes inundaciones han causado un efecto especialmente devastador en la agricultura. Aunque, por término medio, la intensidad de los huracanes apenas ha cambiado durante los tres últimos decenios, su frecuencia parece ser mayor. Además, la devastación causada por las tormentas tropicales aumentó enormemente durante los años noventa, debido en parte al crecimiento de la población en las zonas expuestas a ellas.

2. El más reciente Informe sobre las catástrofes mundiales publicado por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja indica que, durante 1990-1999, las catástrofes relacionadas con tormentas de vientos e inundaciones han representado en conjunto 60 por ciento de todas las pérdidas económicas causadas por las catástrofes naturales (véase el gráfico)1. Un porcentaje considerable de las víctimas de las catástrofes, en términos de muertos, heridos y desplazados de sus hogares y medios de subsistencia, puede atribuirse también a tormentas e inundaciones.

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3. Pese al mayor conocimiento de las inundaciones y a las medidas de alerta para los ciclones, durante los 10 últimos años s e ha registrado un aumento del 300 por ciento en el número de personas afectadas por inundaciones y tormentas. Entre 1973 y 1997, los huracanes, ciclones, tifones, tormentas y tornados se llevaron cada año, por término medio, unas 11 000 vidas humanas y dejaron sin hogar a más de 1,1 millones de personas2. En Bangladesh solamente, tres tormentas, cuatro inundaciones, un tsunami y dos ciclones causaron la muerte de más de 400 000 personas y afectaron a otros 42 millones durante el mismo período3.

4. El Instituto de la Vigilancia Mundial calculó que, durante los 11 primeros meses de 1998, las catástrofes debidas al mal tiempo provocaron pérdidas económicas por valor de más de 89 000 millones de dólares EE.UU. (frente a 55 000 millones durante los años ochenta), causaron 32 000 muertes y desplazaron a 300 millones de personas de sus hogares y sistemas de subsistencia4. La mayoría de las catástrofes de 1998, incluidas las inundaciones sin precedentes padecidas en China y Bangladesh y las causadas por el huracán Mitch en América Central, se atribuyeron a los fenómenos El Niño o La Niña. Aunque no se dispone de estimaciones cuantitativas totales, el costo económico de las catástrofes relacionadas con tormentas en 1999 y 2000 fue también considerable. Por ejemplo, el costo económico directo e indirecto de las inundaciones causadas en Mozambique por las tormentas tropicales Elyne y Gloria en febrero y marzo de 2000 se estimó en 1 000 millones de dólares EE.UU., mientras que los ingresos del país por exportaciones ascendieron a sólo 300 millones de dólares EE.UU. en1999. La ubicación geográfica, el tamaño y las malas condiciones económicas hacen que los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) sean particularmente susceptibles a las calamidades meteorológicas debido a que, cuando se producen los daños, éstos adquieren rápidamente una escala nacional. Por ello, en ellos se sufren más los efectos adversos de las catástrofes relacionadas con las tormentas sobre las actividades económicas y sobre la tierra y los recursos naturales.

5. En este documento se examinan los efectos de las catástrofes causadas por tormentas tropicales en países en desarrollo y se presenta una estrategia para reducir la vulnerabilidad de la agricultura a dichas catástrofes. Dentro del marco general de la estrategia, el documento presenta también, para su examen por el COAG, recomendaciones para la adopción y aplicación de dicha estrategia en países expuestos a tormentas e inundaciones, indicando medidas que podrían adoptar los países interesados, la FAO y la comunidad internacional.

II. NATURALEZA Y ALCANCE DE LAS RECIENTES CATÁSTROFES CAUSADAS POR TORMENTAS TROPICALES

A. NATURALEZA DE LAS TORMENTAS

6. Tormenta es un término genérico que se utiliza para describir una amplia variedad de disturbios atmosféricos que varían de chaparrones ordinarios y tormentas de nieve a tempestades, vientos y disturbios relacionados con el viento, como galernas, tornados, ciclones tropicales y tempestades de arena. En meteorología, se limita la expresión tormenta tropical a un ciclón con un fuerte centro de baja presión, fuertes vientos acompañados de intensas precipitaciones y, a veces, relámpagos y truenos5.

7. La Organización Meteorológica Mundial utiliza el término "ciclones tropicales" para definir disturbios meteorológicos de origen oceánico tropical en los que los vientos superan los 63 km/h. Los ciclones/tormentas tropicales van precedidos de disturbios tropicales y depresiones tropicales con vientos de velocidad inferior. Cuando la velocidad del viento supera los 119 km/h, la tormenta adquiere fuerza de huracán (véase Recuadro 1). Las tormentas tropicales con vientos muy fuertes reciben nombres diferentes según dónde ocurran. En el Atlántico y Pacífico Oriental, se les llama huracanes, en el Pacífico Occidental, incluidas las Filipinas, tifones, en zonas cercanas a Australia, Willy Willy, y en el Océano Índico, ciclones.

Recuadro 1: Fases de los ciclones tropicales

Perturbación tropical: sistema atmosférico que da lugar a una zona específica de nubosidad con lluvias y tempestades.

Depresión tropical: circulación del viento en sentido contrario a las agujas del reloj con vientos sostenidos de velocidad máxima inferior a 63km/h.

Tormenta tropical: sistema de ciclón tropical, con vientos máximos sostenidos de superficie superiores a 63km/h, pero inferiores a 119km/h.

Huracán: ciclón tropical con vientos de velocidad superior a 119km/h.

Fuente: Contribución del SDRN al documento del COAG, octubre de 2000.

B. ZONAS VULNERABLES A TORMENTAS TROPICALES Y TORMENTAS RECIENTES

8. Las siete cuencas ciclónicas tropicales. Hay siete "cuencas" ciclónicas tropicales donde ocurren normalmente tormentas6:

  1. Cuenca Atlántica (incluyendo el Océano Atlántico Norte, el Golfo de México y el Mar Caribe) - Ejemplos recientes de tormentas:
  1. Cuenca del Pacífico Nordoriental (desde México hasta la línea de cambio de fecha aproximadamente) – Las tormentas tropicales ocurren principalmente en el Océano. Ejemplos recientes:
  1. Cuenca del Pacífico Nordoccidental (de la línea de cambio de fecha a Asia, incluyendo el Mar de la China Meridional) - Tormentas e inundaciones recientes:
  1. Cuenca del Norte de la India (incluyendo el Golfo de Bengala y el Mar Arábigo) - Tormentas e inundaciones recientes:
  1. Cuenca de la India Sudoccidental (de África a 100°Este aproximadamente) - La situación se ha mantenido relativamente calma en los últimos años con la excepción de las graves inundaciones padecidas en África austral en 1998. Tormentas e inundaciones recientes:
  1. Cuenca de India Sudoriental/Australia (100°Este a 142°Este) - Tormentas e inundaciones recientes. Ciclón Steve en febrero de 2000 y ciclón Tessi en abril de 2000.
  2. Cuenca de Australia/Pacífico Sudoccidental (142°Este a 120°Oeste) – Las tormentas tropicales ocurrieron principalmente en el Océano.

9. Un análisis de los datos estadísticos muestra que hay una correlación entre la actividad de las tormentas tropicales y los fenómenos El Niño-La Niña. En el Atlántico, durante el fenómeno El Niño, (El Niño/Oscilación austral (ENSO) - fase caliente) las condiciones atmosféricas impidieron la génesis e intensificación de ciclones tropicales, mientras que durante el fenómeno la Niña (ENSO - fase fría), se fortaleció la actividad tormentosa tropical. Durante El Niño (ENSO caliente), la zona de Australia/Pacífico Sudoccidental muestra un pronunciado desplazamiento de la actividad de ciclones tropicales, aumentando éstos entre 145° y 165°Este y disminuyendo su número de 165°Este hacia el Este a través del Pacífico Sur. También hay una ligera tendencia a que los ciclones tropicales se originen un poco más allá del ecuador. Ocurre lo contrario durante el fenómeno La Niña (ENSO fría).

10. Como es probable que continúen las tendencias recientes en la incidencia de las tormentas, el principal desarrollo continúa siendo evitar y/o reducir al mínimo las enormes pérdidas económicas y sufrimientos humanos en los países que son vulnerables a las tormentas e inundaciones. Un estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Universidad de las Naciones Unidas, la Organización Meteorológica Mundial y la Estrategia Mundial para la Reducción de las Catástrofes, junto con el National Centre for Atmospheric Research de los Estados Unidos, indica que los países en desarrollo seguirán padeciendo la pérdida de miles de vidas humanas y de decenas de miles de millones de dólares cada dos a siete años, a menos que se hagan más inversiones para pronosticar y prepararse mejor para el fenómeno atmosférico de El Niño. El estudio se centró en16 países afectados por El Niño en América Latina, Asia y África7.

C. CAUSAS DE LA VULNERABILIDAD A LAS CATÁSTROFES CAUSADAS POR TORMENTAS TROPICALES

11. El concepto de vulnerabilidad es fundamental para definir las catástrofes relacionadas con tormentas. La vulnerabilidad se refiere a la susceptibilidad de una sociedad a padecer daños considerables, trastornos y desgracias, como consecuencia de un acontecimiento peligroso. Muchos acontecimientos peligrosos8 naturales no provocan catástrofes. Por ejemplo, un huracán se convierte en catástrofe sólo si azota una zona poblada, con infraestructura, cultivos y bosques. Aunque las catástrofes naturales se deben a acontecimientos peligros, las actividades humanas son frecuentemente un importante factor que contribuye a provocar la catástrofe.

12. Una comunidad que se ha adaptado para afrontar las tormentas mediante construcciones reforzadas, sistemas de producción alimentaria que puedan resistir las tormentas, una tecnología de control del agua y medios para alertar a la población a mantenerse dentro de sus casas, es posible que sufra los inconvenientes de una tormenta, pero no es probable que padezca daños o desgracias considerables. Por ello, algunas comunidades y países que están expuestos a las tormentas tropicales son más vulnerables a sus efectos que otros.

13. La mayoría de las catástrofes relacionadas con tormentas se producen en países en desarrollo, que frecuentemente no tienen riqueza, infraestructura y capacidad institucional para protegerse contra las tormentas tropicales. Dentro de los países en desarrollo, son los pobres quienes padecen con mayor intensidad las catástrofes relacionadas con tormentas e inundaciones, ya que las presiones económicas suelen obligarles a vivir en zonas peligrosas, tales como llanuras de inundación y laderas inestables y, cuando se producen las catástrofes, no tienen medios financieros o de otro tipo para protegerse contra sus consecuencias o recuperarse de ellas rápidamente (véase el Recuadro 2).

14. Aparte de los resultados inmediatos - muertes, heridos, hambre e inanición - las catástrofes empobrecen aún más a los pobres destruyendo los pocos bienes que pueden poseer. Las tormentas destruyen también costosos proyectos de desarrollo a largo plazo, tales como los de infraestructura de comunicación, riego y otra infraestructura agraria, así como fuentes de energía. De esta forma, las catástrofes relacionadas con tormentas provocan un retroceso en los esfuerzos de desarrollo de los países, tanto porque destruyen sistemas y fuentes de medios de subsistencia de los hogares e infraestructura, como porque hacen que se desvíen recursos de desarrollo para afrontar sus consecuencias.

15. Los países en desarrollo, y especialmente los de las regiones con mayor densidad de población, padecen las peores consecuencias de las catástrofes relacionadas con tormentas e inundaciones, así como de todas las formas de catástrofes naturales. Dichos países carecen de la riqueza y la infraestructura institucional y física necesarias y no pueden proporcionar a su población el mismo nivel de protección contra las catástrofes que los países desarrollados, los cuales han invertido en una amplia gama de medidas de preparación y mitigación, tales como pronósticos científicos, reglamentos sobre el uso de la tierra, extensos sistemas de gestión de emergencias y coberturas de seguros. Por estas razones, cuando en los países en desarrollo se producen emergencias naturales, como tormentas e inundaciones, la escala y magnitud de la catástrofe son mucho mayores. Entre 1990 y 1998, el 97 por ciento de todas las muertes relacionadas con catástrofes naturales se produjeron en países en desarrollo.

16. Varios estudios demuestran que el aumento de la escala de las catástrofes puede atribuirse en gran medida a la mayor vulnerabilidad de la población a las catástrofes, debida a presiones económicas, sociales, demográficas y ambientales. Debido a la creciente presión demográfica y a la falta de oportunidades alternativas de empleo e ingresos, es cada vez mayor la población que se ve obligada a vivir y obtener sus medios de subsistencia mediante actividades agrícolas y pesqueras en zonas vulnerables y peligrosas, como llanuras de inundación, zonas costeras y laderas inestables. En estas zonas, se ha incrementado la gravedad del peligro debido a que las poblaciones locales han practicado un extenso desbrozamiento de los bosques, que pueden constituir una de las principales defensas naturales contra las tormentas. La eliminación de manglares, por ejemplo para construir hoteles o granjas comerciales de cultivo de camarón, hace a muchas comunidades costeras más vulnerables a las tormentas.

17. Si no se realizan esfuerzos para integrar medidas de prevención de catástrofes en los programas de desarrollo de los países expuestos a tormentas, existe el riesgo elevado de que persista la relación cíclica de causa a efecto entre la pobreza y las catástrofes en dichos países. La vulnerabilidad de los países y las sociedades a las catástrofes plantea, pues, un gran desafío al objetivo mundial de reducir la pobreza y la subnutrición en los países en desarrollo.

Recuadro 2. Vulnerabilidad de los pobres a las catástrofes relacionadas con tormentas

Víctimas de la inundación en el Delta del Mekong

Un estudio reciente, realizado por la Cruz Roja del Viet Nam, sobre las víctimas de las inundaciones en el Delta del Mekong mostró que los hogares más ricos pudieron hacer frente a las inundaciones, porque habían podido elevar los fundamentos de sus casas por encima de los niveles normales de la inundación. Los hogares más ricos no dependían de un sueldo diario y podían realizar sus actividades normales para obtener sus medios de subsistencia cuando retrocedieron las aguas. En cambio, las personas pobres que carecían de tierras no pudieron proteger sus casas y padecieron graves problemas para conseguir medios de subsistencia al haberse interrumpido su trabajo como jornaleros y no poder recoger leña ni hortalizas silvestres.

Impacto diferenciado de los ciclones en el estado de Andra Pradesh, India

Un estudio monográfico sobre el impacto relativo de un ciclón en un hogar rico y en uno pobre, que vivían a 100 metros de distancia de la costa en Andra Pradesh, al sur de la India, mostró también que los efectos fueron más graves en el pobre. El hogar rico tenía una casa de ladrillo, seis vacas y más de una hectárea, y poseía una pequeña empresa de cereales y un camión. El hogar pobre poseía una casa de postes y paja, un buey y una vaca, y menos de media hectárea de tierra pobre. Cuando se produjo el ciclón, el hogar rico recibió una alarma por radio y abandonó la zona en el camión llevándose los objetos de valor. La tormenta destrozó parcialmente la casa y el techo voló con el viento. Se ahogaron tres de sus vacas y sus campos quedaron inundados y sus cultivos destruidos. El hogar pobre perdió a su hijo más joven que se ahogó en la inundación, se destruyó su casa, se ahogaron los dos animales, se inundaron los campos y se arruinaron las cosechas. El hogar rico utilizó sus ahorros para reconstruir la casa en una semana. Sustituyó el ganado y labró y volvió a sembrar sus tierras. El hogar pobre no tenía ahorros y tuvo que tomar prestado dinero de un prestamista local a un tipo exorbitante de interés. Consiguió comprar una vaca, pero no pudo labrar sus campos hasta tarde, debido a que tuvo problemas para alquilar bueyes pues había carestía de ellos. El hogar pobre atravesó un período de hambre de ocho meses después del ciclón.

Fuente: Natural Disasters and the Third World. The UK National Co-ordination Committee for the International Decade for Natural Disaster Reduction, Oxford Centre for Disaster Studies, page 4.

III. ALERTA Y PRONÓSTICOS DE TORMENTAS TROPICALES - SITUACIÓN ACTUAL

18. La antelación de los pronósticos varía desde las alertas tempranas de tormentas previstas para menos de una hora, hasta meses o años cuando se estima la probabilidad de que ocurra un determinado número de ciclones. El pronóstico de la trayectoria e intensidad de un ciclón debe abarcar desde horas hasta días. La predicción de peligros menores, como tornados y graves tormentas, exige la detección temprana y la indicación y evaluación casi instantáneas del peligro, y la difusión rápida de alertas a la población. El pronóstico de estos peligros exige una información actualizada continuamente sobre el desplazamiento de las tormentas, la intensidad de las precipitaciones y/o los niveles de los ríos, obtenida de observaciones en tiempo real de redes de radar, satélite, e indicadores de precipitaciones y cursos de agua.

19. Durante los últimos 20 años, las mejoras en la elaboración de modelos informatizados sobre los huracanes y en los instrumentos de observación, y la mejor capacitación de los pronosticadores han aumentado mucho la precisión de los pronósticos. Nuevos sistemas de datos dan a los pronosticadores un mejor conocimiento de los ciclones tropicales y proporcionan un insumo mejor y más oportuno para los modelos informatizados utilizados para predecir el comportamiento del huracán. Pese a estos adelantos, no se pueden comprender plenamente las muchas interacciones complejas que se producen dentro de la atmósfera.

20. La mayor dificultad para ofrecer una alerta eficaz sobre peligros de escala menor es el breve período que se requiere. Se acentúa el problema debido a que muchos países y regiones vulnerables no poseen todavía una tecnología avanzada.

21. A nivel internacional, los progresos tecnológicos logrados en la precisión y oportunidad de las alertas y pronósticos de riesgos de tormentas son impresionantes, si bien no se conoce en qué medida los países en desarrollo expuestos a tormentas se benefician de dichos adelantos. La utilización de satélites para facilitar información preventiva sobre cuándo y dónde se producen los ciclones tropicales, por ejemplo, ha duplicado el tiempo de alerta de 24 horas en 1990 a 48 horas en 1999, mientras que el tiempo de alerta para los tornados mejoró de unos 8 o 9 minutos a 17 minutos. Aunque el pronóstico de los tornados da poco tiempo para tomar medidas rápidas, la alerta sobre los ciclones tropicales parece haber mejorado notablemente en cuanto al tiempo que proporciona para desplazar a la población y los bienes de las zonas afectadas. No deberá infravalorarse el valor de estas mejoras tecnológicas para facilitar información preventiva a fin de evitar o reducir al mínimo las posibles catástrofes. Es particularmente importante para salvar a agricultores y jornaleros que trabajan en zonas costeras vulnerables y a los pescadores que faenan en alta mar. Con una mejor información y comprensión de los fenómenos naturales, los técnicos han podido mejorar también el establecimiento de normas y reglamentos en muchas partes del mundo.

IV. EFECTOS DE LAS CATÁSTROFES RELACIONADAS CON TORMENTAS SOBRE LA AGRICULTURA

A. EFECTOS INMEDIATOS

22. Las catástrofes relacionadas con ciclones se clasifican como cataclismos: fenómeno repentino en gran escala que causa extensos daños y destrucción. Después de un fenómeno de este tipo puede haber una enorme cantidad de sufrimientos y caos, así como catástrofes secundarias como desprendimientos de tierras. El daño inmediato en zonas geográficamente concentradas tiene grandes efectos visuales y emocionales.

23. El efecto más inmediato y visible de las tormentas sobre la agricultura es el daño a los cultivos, al ganado, a la propiedad del hogar, a los bienes de producción y a la infraestructura física. Estos daños pueden provocar situaciones de escasez de alimentos en el hogar, la comunidad y, a veces, a nivel nacional y casi siempre causan una reducción de la seguridad de los medios de subsistencia y problemas conexos de acceso a los alimentos para los hogares pobres.

24. La medida en que las catástrofes relacionadas con tormentas tienen importancia local o nacional depende de la intensidad de la tormenta, de la zona afectada, de la situación de los cultivos en el momento de la tormenta, del nivel de preparación y del tamaño de la comunidad.

25. Debido a su pequeño tamaño y a su emplazamiento en zonas expuestas a ciclones, los pequeños estados insulares de los océanos Pacífico e Índico y del Caribe son particularmente vulnerables. Aunque los efectos en la agricultura de las catástrofes relacionadas con las tormentas pueden ser limitados a nivel nacional, las consecuencias para los medios de subsistencia en las zonas damnificadas pueden ser de largo alcance, afectando a la seguridad alimentaria nacional.

26. En Asia, suele haber graves inundaciones en la estación monzónica y de las lluvias, frecuentemente con consecuencias desastrosas. Las pérdidas de cultivos son en general graves en las zonas afectadas, pero el impacto a nivel nacional varía según los países. La causa principal del fenómeno más destructivo es la marea de tempestad: una elevación rápida del nivel del mar causada por fuertes vientos que llevan el agua a la orilla y provocan inundaciones en zonas costeras bajas. En la India, las mareas de tempestad causan más del 90 por ciento de las pérdidas de vidas y de propiedad9. En las zonas costeras bajas de otros lugares, como América Central, Venezuela, Mozambique y Madagascar, las catástrofes relacionadas con tormentas e inundaciones han sido también devastadoras en los últimos años.

27. En cambio, las inundaciones provocadas por tormentas en el África Occidental han sido localizadas, y se han producido principalmente en zonas bajas o en las riveras de los ríos Níger y Senegal. En los países del Sahel, las inundaciones van unidas generalmente a buenas perspectivas para las cosechas principales de cereales, pese a los daños causados directamente en las zonas afectadas. Las inundaciones a lo largo de los ríos son también favorables para los cultivos de aluvión y de fuera de estación.

B. EFECTOS EN El POTENCIAL DE PRODUCCIÓN DE LA TIERRA

28. Además de destruir los cultivos y afectar al suministro alimentario, las tormentas pueden reducir también la calidad y el potencial de producción de la tierra. Las mareas de tempestad pueden inundar zonas costeras con aguas salinas, causando la salinización de tierras agrícolas. Si se produce la marea después de la estación principal de las lluvias, los efectos en los cultivos y los rendimientos son mayores ya que la sal no se diluye rápidamente. Las llanuras costeras y de estuarios situadas en los lugares de paso de los ciclones son en general vulnerables a este fenómeno.

29. Las inundaciones depositan en las tierras cultivadas una capa de aluvión que puede quemar los cultivos y cambiar la calidad del suelo. Este proceso puede mejorar de hecho la calidad del suelo y los rendimientos en años siguientes. Pero el potencial de producción agrícola puede reducirse si los depósitos son más bien de materia arenosa poco fértil y expuesta a la sequía, o de limos que inicialmente pueden saturarse y resultar inhospitables para las raíces de las plantas y los organismos del suelo. En algunas zonas, la inundación puede arrastrar la buena capa superficial del suelo y dejar expuestas capas menos cultivables.

30. Los efectos de una tormenta en el suelo dependen de las condiciones climáticas precedentes (humedad del suelo, nivel del agua). Influyen también factores como la topografía y el tipo de suelo, especialmente sus características de profundidad, retención de humedad y capacidad de drenaje. Dependen asimismo del uso de la tierra y de las prácticas de explotación agrícola que influyen en el contenido de materia orgánica y la permeabilidad del suelo. Cuanto más rico y permeable sea el suelo, es menos probable que se lo lleve el agua en una tormenta. Prácticas como el nivelamiento, la construcción de terrazas, el enlodado, el drenaje y el riego contribuyen a la gestión del flujo del agua y a la retención del suelo durante las tormentas e inundaciones. Se pueden plantar también plantas de raíces profundas, como árboles y arbustos, para dar mayor estabilidad.

C. EFECTOS EN LOS BOSQUES 

31. Las tormentas tropicales, los huracanes y las tempestades de hielo pueden afectar a los recursos forestales, directamente mediante el impacto de los fuertes vientos y el hielo que destruye los árboles, o indirectamente mediante inundaciones o desprendimientos de fango que afectan a la salud y crecimiento del bosque. Los árboles que padecen las inundaciones son los primeros objetivos del ataque de organismos secundarios, especialmente algunas enfermedades de las raíces y podredumbre del tronco, favorecidas por el encharcamiento y condiciones de suelos carentes de oxígeno, juntamente con hongos de humedad, de las especies Phytophthora spp. y Pythium spp. Las graves tormentas pueden reducir las disponibilidades de leña.

32. Aunque se tiene poca información sobre casos específicos, los bosques contribuyen a mitigar los efectos de las tormentas por distintos medios, tales como cortavientos, zonas amortiguadoras, sistemas agroforestales, manglares y otros bosques costeros.

33. Se cree generalmente que la deforestación fue un factor que contribuyó a los extensos daños causados por los huracanes recientes en América Central y el Caribe. En Honduras, los lugares con vegetación en las curvas de nivel, paredes rocosas y árboles, resistieron bastante bien a la tormenta, mientras que los que no disponían de tales defensas quedaron devastados por corrimientos de tierras masivos. Si hubiera habido más cortavientos en torno a las plantaciones y dentro de ellas, se habrían reducido sustancialmente los daños y las pérdidas económicas. Una preocupación importante es que la destrucción masiva de hogares durante los huracanes recientes pueda dar lugar a la tala de un gran número de árboles, lo que haría a estas zonas aún más vulnerables a futuras tormentas.

D. EFECTOS EN LA PESCA

34. Aunque se ha expresado cierta preocupación por los daños causados por la "pesca fantasma" (artes perdidos que siguen capturando peces), las tormentas no afectan gravemente a la vida marina y a sus habitantes. La producción pesquera puede reanudarse casi sin demora suponiendo que no se han perdido embarcaciones y artes.

35. El efecto más grave de las tormentas en el sector pesquero es el riesgo de pérdidas de vidas de los pescadores y/o la destrucción de su capital en embarcaciones y artes de pesca. Por ejemplo, en noviembre de 1996, después de un grave ciclón, perecieron o desaparecieron 1 435 pescadores en el Estado de Andra Pradesh en la costa oriental de la India. De ellos, 569 perecieron en el mar mientras pescaban en embarcaciones mecanizadas, como consecuencia de los fuertes vientos y el oleaje, mientras que 830 murieron como consecuencia de la marea de tempestad, mientras recogían semilla de camarón y realizaban otras actividades en tierra lejos de sus aldeas.

36. Los daños que las tormentas causan en los bienes de capital, especialmente en las embarcaciones y artes de pesca, implican la pérdida de ingresos y medios de subsistencia, especialmente para los hogares pesqueros pobres. Estos pueden no contar con ahorros suficientes para sustituir sus bienes de capital y probablemente se enfrentarán con una inseguridad alimentaria a menos que los sustituyan inmediatamente con apoyo público. La interrupción de las actividades pesqueras de estos hogares puede afectar también a los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de otros hogares, por ejemplo, los de pequeños comerciantes que compran y venden el pescado en pequeños mercados locales al por menor.

V. ESTRATEGIA PARA REDUCIR LA VULNERABILIDAD AGRÍCOLA A LAS TORMENTAS TROPICALES

A. NECESIDAD DE UNA ESTRATEGIA PARA REDUCIR LA VULNERABILIDAD AGRÍCOLA A LAS TORMENTAS TROPICALES

37. Las catástrofes relacionadas con tormentas no deben considerarse únicamente en términos de sus efectos inmediatos y visibles, sino también en cuanto a sus repercusiones en el proceso de desarrollo a largo plazo y los objetivos nacionales e internacionales de erradicación de la pobreza y reducción de la subnutrición. Una catástrofe relacionada con una tormenta puede malograr los resultados de muchos años de desarrollo infraestructural con la destrucción de carreteras, puentes, sistemas de riego y edificios, y minar gravemente el progreso socioeconómico. Por ejemplo, el costo económico de los cultivos e infraestructura destruidos por las inundaciones en América Central en 1998, se estimó en 8 500 millones de dólares EE.UU. y el de los daños padecidos en Mozambique (febrero-marzo de 2000), en 1 000 millones de dólares EE.UU., lo que supone una pérdida sustancial para el PIB de los países afectados. Las catástrofes pueden empobrecer aún más a los pobres y aumentar la magnitud de los recursos financieros y de otro tipo que se necesitan para superar la pobreza.

38. El desarrollo se ralentiza, padeciendo retrocesos tanto en términos de pérdidas de inversiones pasadas y reducción del nivel de vida de las comunidades afectadas, como a causa de la desviación de recursos de programas de desarrollo a los de socorros y rehabilitación. De esta forma, las catástrofes son una de las principales causas del subdesarrollo, el cual incrementa a su vez dramáticamente la vulnerabilidad de las comunidades y los países a las catástrofes.

39. Aunque no se pueden prevenir las tormentas, es posible evitar o mitigar las catástrofes relacionadas con ellas, mediante una intervención humana apropiada. Para reducir la vulnerabilidad agrícola y romper el círculo vicioso de las catástrofes y la respuesta a las mismas, es importante diseñar una estrategia que vincule estrechamente los planes de gestión de catástrofes con programas de desarrollo a largo plazo. Se expone esto en el gráfico siguiente10.

Espiral del ciclo de la catástrofe frente a los socorros para el desarrollo

 

B. COMPONENTES PRINCIPALES DE UNA ESTRATEGIA DE GESTIÓN DE CATÁSTROFES PARA LAS TORMENTAS TROPICALES

40. Cada país o región vulnerable necesita una estrategia que incorpore eficazmente medidas a largo plazo para reducir la vulnerabilidad como parte del programa de desarrollo. Esto se combina con un plan de preparación que incluya medidas de alerta y pronóstico de tormentas y otras medidas inmediatas para responder rápidamente a las catástrofes causadas por tormentas tropicales.

Los objetivos de dicha estrategia pueden ser:

Para alcanzar estos objetivos, la estrategia deberá incluir los componentes siguientes:

C. MEDIDAS DE DESARROLLO A LARGO PLAZO PARA REDUCIR LA VULNERABILIDAD AGRÍCOLA A LAS TORMENTAS TROPICALES

41. Un programa a largo plazo encaminado a prevenir y reducir al mínimo las catástrofes relacionadas con tormentas deberá constituir la base de la estrategia. Dicho programa reduciría también al mínimo la necesidad de gastos de socorros y rehabilitación en gran escala, en caso de que se produzcan las tormentas. El programa de preparación, con inclusión de medidas a corto plazo para responder debidamente a las catástrofes mediante socorros y rehabilitación, debería reforzar el programa a largo plazo. En particular, la rehabilitación debe estar bien integrada con el programa a largo plazo. Este enfoque integrado podría contribuir enormemente a asegurar el proceso de desarrollo sostenible con una desviación mínima de recursos en caso de que se produzcan catástrofes provocadas por tormentas e inundaciones. Ante todo, podrá contribuir también a evitar el riesgo de que las comunidades padezcan una reducción de sus niveles de vida cuando se produce un fenómeno peligroso. Además, un programa de desarrollo a largo plazo para reducir la vulnerabilidad agrícola mediante prácticas adecuadas de gestión de la tierra, incluyendo la reforestación, podría ayudar también a reducir el cambio climático y los consiguientes daños ambientales provocados por la deforestación y otras prácticas de uso de la tierra que amenazan la sostenibilidad. Una financiación innovadora con motivación ecológica de la agricultura sostenible vinculada a intercambios relacionados con las emisiones de carbono — como el propuesto en el Mecanismo para un Desarrollo Limpio asociado con el Protocolo de Kioto — podrían contribuir también a los esfuerzos por reducir los daños de las tormentas e inundaciones (véase también COAG/01/5 sobre el cambio climático). En los países, los gobiernos pueden tener en cuenta este enfoque al proyectar las estrategias para la agricultura sostenible y la prevención de catástrofes.

42. Deberá elaborarse un programa de desarrollo a largo plazo para reducir la vulnerabilidad agrícola a las catástrofes relacionadas con las tormentas, basándose en evaluaciones de la utilización de la tierra, la vulnerabilidad y los riesgos, en el inventario de las prácticas tradicionales y comunitarias de gestión de la tierra y en estrategias locales para satisfacer las necesidades, así como en una evaluación e identificación de las prácticas agropecuarias, pesqueras y forestales y de los sistemas de explotación agrícola adecuados para zonas vulnerables.

43. Hay muchos ejemplos de planificación del uso de la tierra, y de prácticas agrícolas, forestales y pesqueras que aumentan la capacidad de recuperación y reducen la exposición a daños por tormentas, si se aplican en un contexto apropiado. Los planes de seguros para los cultivos, ganadería, pesca o bosques podrían incluirse también entre las medidas para reducir la vulnerabilidad11 . Pueden citarse los siguientes ejemplos de mitigación de catástrofes causadas por tormentas mediante la introducción de cambios en los sistemas agrícolas:

Se puede proteger también a las comunidades agrícolas en zonas expuestas a tormentas e inundaciones mediante una utilización mayor de las medidas siguientes:

44. Cualquier alteración causada a un sistema agrícola puede reducir o aumentar su vulnerabilidad. Las variedades de alto rendimiento, que pueden funcionar bien en un ambiente estable, pueden ser más susceptibles a los riesgos de los peligros naturales. Por ejemplo, el arroz tradicional ‘aman’ en Bangladesh puede crecer 10 cm en un día cuando sube el nivel de la inundación, característica que no tienen las variedades de alto rendimiento. Esto pone de relieve la necesidad de la participación eficaz de los agricultores en la elaboración de nuevas tecnologías y prácticas agronómicas que se basen en sus conocimientos tradicionales y mecanismos de supervivencia. Un punto de acción decisivo para mitigar las catástrofes es el análisis de las estrategias locales de supervivencia. Es preciso considerar las normas culturales y las diferentes funciones de los hombres y las mujeres al promover innovaciones de desarrollo agrícola y rural, incluidas las relacionadas con la prevención y mitigación de las catástrofes (véase el Recuadro 3).

Recuadro 3. Importancia de las estrategias locales de supervivencia para las tormentas tropicales

Sistema de cultivo diversificado en Belice

Nicholas Beizder, agricultor de 72 años que vive en Bermuda Landings, aldea que dista unas 200 yardas del río Belice cuyo nivel estaba subiendo, dijo que el huracán Keith destrozó su cosecha de maíz. Pero esperaba que no se pudrieran las cosechas de plátanos, bananos y arroz. "No hay alimentos en mis almacenes. Mi mujer y yo tenemos intención de cocer plátanos hasta que hayan descendido las aguas de la inundación y vuelvan a llegar los camiones con alimentos", afirmó.

Utilización diferenciada por género de los refugios de árboles en Bangladesh

Los árboles son muy importantes en las estrategias de supervivencia de la población rural pobre. Aunque siempre existe el riesgo de que el mismo árbol caiga, un grupo de árboles cerca del hogar actúa como barrera contra el viento y proporciona algo resistente a lo que la gente puede atarse durante la tormenta. Esto es particularmente importante para las mujeres porque, según las normas culturales de género en Bangladesh, la mujer debe permanecer en el hogar (para proteger los bienes de la familia contra daños y/o ladrones) mientras sea posible, cuando se acerca una tormenta. Por ello, la mujer es vulnerable porque no se refugia en un lugar más seguro con antelación suficiente y es posible que tenga que depender de árboles cercanos como protección de urgencia. Las mujeres tienden también a quedarse en el hogar debido a la práctica cultural/religiosa de purdah, que les desaconseja moverse libremente en público y, por lo tanto, el ir al refugio contra el ciclón sin la compañía de su marido es una barrera cultural.

Hurricane Keith Leaves Lingering Effects in Belize, Stephanie Kriner, Staff Writer, DisasterRelief.org, and Olga Bellido de Luna, Special to Disaster Relief org
http://www.disasterrelief.org/Disasters/001010Keithupdate, Posted on Wed, 11 Oct 2000 12:52:07 GMT. The Role of WFP in Mitigating Natural Disasters: A Case Study of Constraints and Opportunities in Bangladesh, Nick Hahn, p. 10.

VI. FUNCIÓN DE LA FAO EN LA REDUCCIÓN DE LA VULNERABILIDAD AGRÍCOLA A LAS CATÁSTROFES RELACIONADAS CON TORMENTAS

45. Como asociada en los esfuerzos internacionales para afrontar las catástrofes, la FAO desempeña una función decisiva en su prevención y mitigación, así como en la preparación para las mismas y en las actividades de socorros y rehabilitación después de la emergencia. El Marco Estratégico para la FAO señala esta actividad como una de las estrategias importantes para afrontar las necesidades de los Estados Miembros en el contexto de la contribución a la erradicación de la inseguridad alimentaria y la pobreza rural. El Plan a Plazo Medio de la Organización ha articulado las actividades que han de realizarse en el contexto de la estrategia, durante el período del Plan.

46. Al tratar de reducir la vulnerabilidad de los sistemas de producción agrícola a las catástrofes, la FAO proporciona asistencia técnica a sus Estados Miembros para fortalecer su capacidad de prevenir o mitigar el impacto de las tempestades, huracanes, ciclones, inundaciones, corrimientos de tierras y otras catástrofes naturales. La asistencia técnica incluye el establecimiento de plantaciones de protección, la forestación y la ordenación forestal, la ordenación de cuencas hidrográficas, la lucha contra la erosión del suelo, la diversificación de cultivos y la construcción de sistemas de drenaje y diques de control de las inundaciones.

47. La FAO presta también asistencia para mejorar las bases de datos y sistemas de información de los Estados Miembros en materia de tierras y aguas, así como su capacidad para planificar y ordenar los recursos de tierras y aguas. Esto incluye el desarrollo y la actualización continua de metodologías e instrumentos que tengan en cuenta los recursos biológicos y aseguren la sostenibilidad de los ecosistemas frágiles. Tales instrumentos pueden utilizarse para la identificación y cartografía de zonas vulnerables y para evaluar los riesgos en términos físicos y socioeconómicos, con miras a la adopción de decisiones con respecto a los asentamientos humanos y al uso de la tierra en zonas expuestas a tormentas e inundaciones. Se alienta y apoya la utilización de enfoques participativos que permitan a las personas que viven en zonas vulnerables articular sus propias necesidades y preocupaciones, y está cobrando una importancia creciente la planificación de contingencia de base comunitaria, con un mayor reconocimiento de que los actores más importantes en la mitigación de las catástrofes son quienes se hallan más en riesgo.

48. Se está solicitando de la FAO cada vez más asistencia destinada a la elaboración de programas y planes de preparación para prevenir las catástrofes y para paliar las consecuencias de las mismas. Ejemplos recientes son los de las islas del Caribe, Fiji y Andra Pradesh. La asistencia incluye la introducción de muchas de las medidas de gestión de catástrofes mencionadas en la Sección V, junto con el desarrollo de marcos institucionales a nivel regional, nacional y local para la gestión de riesgos y para afrontar emergencias. Se presta también apoyo para la creación de capacidades de evaluación rápida de catástrofes agrícolas y para la planificación anticipada con vistas a trasladar las personas afectadas a lugares seguros, limitar los efectos de la tormenta en la medida posible y movilizar y distribuir los alimentos y otros socorros humanitarios de emergencia después de las catástrofes relacionadas con tormentas. La FAO moviliza el apoyo internacional por medio de su Sistema Mundial de Información y Alerta (SMIA), que hace llamamientos de alerta y evaluaciones de las cosechas y suministros alimentarios antes y durante las emergencias. Después de una catástrofe, la FAO, por medio de su Dependencia de Operaciones Especiales de Socorro, proporciona insumos agrícolas y otro apoyo para rehabilitar y restablecer los sistemas de producción.

VII. CONSIDERACIONES SOBRE EL CAMINO A SEGUIR

49. Los efectos de las catástrofes relacionadas con tormentas no se limitan a las consecuencias más inmediatas y visibles de las muertes, heridas, destrucción de sistemas de subsistencia y bienes, escasez de alimentos e inseguridad alimentaria a nivel local o nacional. Las catástrofes relacionadas con tormentas pueden afectar también a la calidad de la tierra y su futura productividad. Frecuentemente hacen que los pobres sean aún más pobres. Destruyen también costosos proyectos de desarrollo a largo plazo y provocan un retroceso en el desarrollo. Por ello, la vulnerabilidad de los países y sociedades a las catástrofes relacionadas con tormentas plantea un gran desafío al objetivo mundial de reducir la pobreza y la subnutrición en los países en desarrollo. Esto exige una estrategia eficaz que incorpore un programa a largo plazo para reducir la vulnerabilidad a las catástrofes relacionadas con tormentas e inundaciones, junto con un programa de preparación que permita actuar en caso de que se produzcan catástrofes.

50. La aplicación de la estrategia exige una sólida coordinación de las políticas y programas a nivel nacional y local y la coordinación de la asistencia internacional en apoyo de esas estrategias. Se presentan al examen del Comité las siguientes recomendaciones para promover una estrategia eficaz con el fin de reducir la vulnerabilidad agrícola a las catástrofes relacionadas con tormentas.

A. PARA LOS ESTADOS MIEMBROS VULNERABLES A CATÁSTROFES RELACIONADAS CON TORMENTAS

51. Elaborar una estrategia a largo plazo encaminada a prevenir y/o mitigar las consecuencias de tales catástrofes para los sistemas agrícolas vulnerables (incluidos los forestales y pesqueros).

52. Realizar un estudio de evaluación de riesgos para caracterizar la naturaleza de los riesgos relacionados con las tormentas en las zonas vulnerables y determinar las medidas que podrían mitigar los efectos adversos de las mismas en las poblaciones vulnerables, especialmente:

53. Integrar la estrategia de gestión de catástrofes en el programa de desarrollo general a nivel local y nacional, con adecuadas asignaciones presupuestarias y de otros recursos necesarias para su ejecución.

54. Incorporar las cuestiones y preocupaciones relativas a las catástrofes relacionadas con tormentas e inundaciones:

55. Elaborar planes de preparación para mitigar los efectos de graves fenómenos meteorológicos:

B. PARA LA SECRETARÍA DE LA FAO

56. Promover el reconocimiento general de las actividades de la FAO en materia de prevención de emergencia relacionadas con todo tipo de catástrofes naturales, incluidas las tormentas, mediante:

57. Preparar información de referencia para la prevención de catástrofes, mediante:

58. Fortalecer la capacidad nacional y local de preparación para las catástrofes y gestión de las mismas, mediante:

C. PARA LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

59. Apoyar los esfuerzos nacionales y locales encaminados a reducir la vulnerabilidad a las catástrofes relacionadas con tormentas, mediante:


1. IFRC (2000): World Disaster Report, cited from the OFDA/CRED International Disaster Database - www.cred.be/emdat - Université Catholique de Louvain , Brussels, Belgium.

2. IFRC (2000): World Disaster Report, cited from the OFDA/CRED International Disaster Database - www.cred.be/emdat - Université Catholique de Louvain , Brussels, Belgium.

3. World Bank (2000): Managing Economic Crisis and Natural Disasters. In: World Development Report 2000/2001. Washington.

4. A/54/135 'International co-operation to reduce the impact of the EL Niño phenomenon' http://www.idndr.org

5. Definición tomada de la Enciclopedia Británica.

6. EM-DAT: Base de datos internacional sobre catástrofes y OFDA/CRED. www.cred.be/emdat - Université Catholique de Louvain - Brussels – Belgium.

7. Comunicado de prensa UNU - http://www.laprensa.com.

8. OECD/DAC, 1994. Disaster Mitigation Guidelines. Paris.

9. Dato del Indian Meteorological Department (IMD), citado en la contribución de FIIT.

10. Se ha tomado el gráfico de "Hurricane Action Plan for Agriculture, Fisheries and Forestry Sectors in the Eastern Caribbean" Draft Report, Section2, page 1

11. FAO (1999): Geographic Information System Enhancement for Hurricane Preparedness and Impact Mitigation