CCP: ME 02/3





COMITÉ DE PROBLEMAS DE PRODUCTOS BÁSICOS

GRUPO INTERGUBERNAMENTAL SOBRE LA CARNE Y LOS PRODUCTOS LÁCTEOS

19ª reunión

Roma, 27-29 de agosto de 2002

ENFERMEDADES DE LOS ANIMALES: REPERCUSIONES PARA EL COMERCIO INTERNACIONAL DE CARNE


Indice


I. INTRODUCCIÓN

1. Las recientes epidemias de fiebre aftosa, encefalopatía espongiforme bovina (EEB) y peste porcina clásica han demostrado las enormes pérdidas que pueden acarrear para un país exportador los brotes de enfermedades de animales o un cambio en la situación sanitaria de otro país. En su 17ª reunión, celebrada en noviembre de 1998, el Grupo Intergubernamental sobre la Carne pidió a la Secretaría que vigilara las actividades realizadas en todas partes para evaluar los posibles efectos de los principales brotes de enfermedades de los animales en los países afectados, y que informara al respecto. En el presente documento se resume brevemente la información recogida de encuestas en los países y exámenes de publicaciones especializadas sobre los costos financieros, económicos y sociales relacionados con los recientes brotes de enfermedades en algunos países seleccionados, sus efectos sobre las tendencias del comercio internacional de carne y las respuestas en materia de políticas para hacer frente a sus consecuencias.
2. Los casos estudiados se refieren a seis países desarrollados y en desarrollo, e incluyen la crisis de la EEB en el Reino Unido en 1996/97, la epidemia de peste porcina clásica en los Países Bajos en 1997/98 y los brotes de fiebre aftosa en la Provincia China de Taiwán en 1997, en la República de Corea y el Japón en 2000, en el Uruguay en 2000 y 2001 y en el Reino Unido en 2001. En la Sección 3 se resumen los principales resultados de los estudios de casos, mientras que en la Sección 4 se presentan las conclusiones y recomendaciones del informe.

II. ANTECEDENTES

3. Los sectores mundiales del ganado y las aves de corral desempeñan un importante papel en el desarrollo económico de muchos países; la producción de carne y otros productos pecuarios genera apreciables ingresos, empleo y divisas. Esto sucede en particular en muchos países en desarrollo, donde la contribución de la agricultura al proceso de desarrollo económico es relativamente mayor. Desde comienzos del decenio de 1980, la producción, el consumo y el comercio mundiales de carne han aumentado considerablemente, especialmente en el caso de la carne de ave y de cerdo. Estas tendencias han estado impulsadas por el crecimiento demográfico, el incremento de los ingresos, el rápido desarrollo urbano, los cambios en los hábitos alimentarios y la apertura de los mercados internacionales, y proseguirán, ya que se estima que el consumo mundial de carne aumentará un 2 por ciento al año hasta 2015 (Cuadro 1). La mayor parte de este aumento se producirá en el mundo en desarrollo, donde se prevé que el consumo crecerá un 2,7 por ciento al año, frente a un incremento del 0,6 por ciento al año en el mundo desarrollado.

Cuadro 1: Consumo efectivo y previsto de carne, por tipo de carne

  Consumo
  1997/99 1969-99 1979-99 1989-99 1997/99-2015 2015-30
  Miles de toneladas Tasas de crecimiento, porcentaje anual
TODO EL MUNDO            
Carne de bovino 57888 1.4 1.2 0.7 1.4 1.2
Carne de ovino 10706 1.9 2.2 1.4 2.1 1.8
Carne de cerdo 86392 3.2 2.9 2.7 1.4 0.8
Carne de ave 60809 5.2 5 5.2 2.9 2.4
Consumo total de carne 215795 2.9 2.8 2.7 1.9 1.5

PAÍSES EN DESARROLLO

           
Carne de bovino 28074 3.4 3.5 4.1 2.3 2.0
Carne de ovino 7625 3.5 3.8 3.7 2.7 2.2
Carne de cerdo 49522 6.1 6 5.8 2.1 1.2
excl. China 11393 3.6 3.2 3.7 2.7 2.4
Carne de ave 31920 7.8 8 9.4 3.9 3.1
Consumo total de carne 117141 5.3 5.6 6.1 2.7 2.1

Fuente: FAO, Agricultura: Hacia 2015/30
4. Se prevé que la producción mundial de carne crecerá al mismo ritmo que la demanda y que al reducirse progresivamente los obstáculos al comercio aumentará también el comercio de carne y productos cárnicos. Sin embargo, el incremento del volumen del comercio y las mejoras en el transporte, la infraestructura y la tecnología podrían plantear riesgos en lo que respecta a una rápida propagación de las enfermedades de los animales a escala mundial. Los encargados de formular políticas necesitan información sobre las diversas pérdidas financieras, económicas y sociales causadas por esos brotes, los factores que influyen en la magnitud de los costos y la naturaleza y los costos de las medidas preventivas, para poder tomar decisiones fundamentadas. Sin embargo, existen pocas estimaciones precisas de la magnitud de tales pérdidas. Por otra parte, los costos de las enfermedades de los animales que se indican no son nunca los costos totales de dichas enfermedades, sino los de uno o varios de sus numerosos componentes, con lo que se subestiman los costos reales de las enfermedades de los animales.

III. ANÁLISIS DE ESTUDIOS DE CASOS

5. El examen de las recientes enfermedades epidémicas de los animales muestra las enormes pérdidas financieras y económicas que puede acarrear el brote de una enfermedad transfronteriza de los animales para los países tanto desarrollados como en desarrollo. Se señaló la importancia de los dos factores que se indican a continuación para determinar la magnitud de esas pérdidas:

A. COSTO DE LOS BROTES RECIENTES DE ENFERMEDADES DE LOS ANIMALES

6. El costo de la fiebre aftosa fue, en total, de 9 200 millones de dólares EE.UU. en el Reino Unido, 6 600 millones en la Provincia China de Taiwán, 433 millones en la República de Corea, 80 millones en el Uruguay y 15 millones en el Japón (Cuadro 2). El costo de la EEB en el Reino Unido en 1996/97 ascendió a 3 800 millones y el de la peste porcina clásica en los Países Bajos a 2 300 millones. A fin de apreciar lo que representaron estas cifras para los países sobre los cuales se dispone de una información relativamente completa acerca de los costos, hay que tener presente que la pérdida real de PIB causada por los brotes de enfermedades de los animales varió entre el 0,2 y el 0,75 por ciento.1

Cuadro 2: Costo de los brotes recientes de enfermedades de los animales (millones de $EE.UU.)

Enfermedad EEB
Reino Unido

1996/97

Fiebre aftosa
Provincia China de Taiwán

1997

Peste porcina clásica
Países Bajos

1997/98

Fiebre aftosa
Uruguay
2000 y 2001
Fiebre aftosa
Reino Unido
2001
Fiebre aftosa
Rep. of Corea
2000
Fiebre aftosa
Japón

2000

Costos directos              
- indemnizaciones 2,433 188 1,183   2,223 377 0.5
- medidas de control   66 138 20 1,335 66 14.5
Total parcial 2,433 254 1,321 20 3,558 433 15
Costos indirectos              
- sector agrícola   2,202 423   489    
- industrias conexas   3,212 596 60 267    
- otros sectores   949     4,890    
Total parcial 1,395 6,363 1,019 60 5,646 n.d. n.d.
Costos totales 3,828 6,617 2,340 80 9,204 433 15
               
Efectos sobre el PIB -0.4%1 -0.64% -0.75% n.d. -0.2%2 n.d. n.d.
Costo para el sector público 63.5% 3.8% 43.5% 25.0% 38.6%    
Costo para el sector privado 36.5% 96.2% 56.5% 75.0% 61.4% n.d. n.d.

1 De un 0,1 a un 0,2 por ciento menos si se excluye el costo de las indemnizaciones, que representó el 64 por ciento de los costos totales.
2 Los efectos sobre el PIB del Reino Unido fueron relativamente bajos porque el aumento del consumo en otros sectores de la economía del país compensó en gran parte la disminución del turismo y las actividades recreativas (53 por ciento de los costos totales) (Thompson, 2001).
n.d. = no se dispone de datos.

B. COSTOS DIRECTOS DE LOS BROTES RECIENTES DE ENFERMEDADES DE LOS ANIMALES

7. Hubo grandes diferencias entre los costos directos de los brotes de enfermedades y las medidas adoptadas para luchar contra ellos. Por ejemplo, en el Japón y la República de Corea se logró contener la fiebre aftosa en una zona limitada. Por el contrario, en el Reino Unido y la Provincia China de Taiwán, amplias zonas del país resultaron infectadas, aunque la mayoría de los brotes se concentraron en las principales zonas ganaderas. Los costos directos fueron en general mucho menores que los indirectos, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados2. También hubo grandes disparidades entre los costos directos de la lucha contra la enfermedad y las pérdidas que se derivaron para el sector privado. Los estudios de casos pusieron de relieve que una detección temprana y una reacción apropiada frente a un brote son decisivas para reducir al mínimo las pérdidas. En el Japón y la República de Corea los brotes de fiebre aftosa fueron detectados, limitados y erradicados rápida y eficazmente, con lo que se limitaron las pérdidas (Cuadro 3) 3. Sin embargo, los costos fueron relativamente altos en varios casos en que se retrasó la detección. Por ejemplo:

8. Por otra parte, las disparidades en los costos parecen indicar que podrían haberse utilizado más recursos en las fases iniciales para combatir y erradicar la enfermedad. A menudo se pierde un tiempo valioso porque las autoridades no reaccionan de forma adecuada y las dificultades logísticas pueden influir en la eficacia de las medidas de control. Por ejemplo:

Cuadro 3: Resumen de brotes recientes de enfermedades de los animales

Enfermedad EEB
Reino Unido
1996/97
Fiebre aftosa
Provincia China de Taiwán
1997
Peste porcina clásica
Países Bajos
1997/98
Fiebre aftosa Uruguay
(2000 y 2001)
Fiebre aftosa
Reino Unido
2001
Fiebre aftosa Republica de Corea
2000
Fiebre aftosa
Japón
2000
Fecha de confirmación de la enfermedad 1986 20 de marzo de 1997 4 de febrero de 1997 24 de abril de 2001 20 de febrero de 2001 2 de abril de 2000 4 de abril de 2000
Duración de la enfermedad En curso 4,5 meses 18 meses 4 meses 7,5 meses 1 mes 1 mes
Número de brotes 6 271 6 147 429 2 057 2 033 15 3
Política de control Erradicación por sacrificio Erradicación por sacrificio y vacunación en gran escala Erradicación por sacrificio Inicialmente erradicación por sacrificio, seguida de vacunación en gran escala Erradicación por sacrificio Erradicación por sacrificio y barrera de vacunación Erradicación por sacrificio
Animales sacrificados              
infectados 6 271 4,03 millones 0,7 millones 20 406 1,30 millones    
a título preventivo     1,1 millones   3,10 millones    
sanos     9,2 millones   5,43 millones    
total 6 2711 4,03 millones 11,0 millones 20,406 6,24 millones 2 216 740

1 No se incluyen los animales sacrificados selectivamente con más de treinta meses ni el plan de elaboración de la carne de ternera.
9. La elaboración de planes para imprevistos, en los que se establezcan el personal, los recursos de laboratorio y los fondos para situaciones de urgencia, puede facilitar la respuesta oportuna a las enfermedades epidémicas de los animales y la distribución de los medios apropiados. Una estructura clara de adopción de decisiones, que asigne responsabilidades en caso de emergencia, es fundamental para afrontar con mayor rapidez los brotes de enfermedades (Burrell).

C. COSTOS INDIRECTOS DE LOS BROTES RECIENTES DE ENFERMEDADES DE LOS ANIMALES

10. La magnitud de las pérdidas sufridas como consecuencia de enfermedades de los animales pone de manifiesto los graves efectos negativos que éstas pueden tener sobre la economía en general y, por lo tanto, sobre el proceso de desarrollo económico tanto de los países en desarrollo como de los desarrollados. Aunque siempre se ha conocido la importante contribución de la agricultura a la generación de ingresos y empleo en otros sectores, los recientes brotes de enfermedades han puesto de relieve el alcance de esta interdependencia. Por ejemplo, los efectos negativos que tuvo el brote de fiebre aftosa registrado en el Reino Unido en 2001 sobre el turismo y las actividades recreativas (otros costos indirectos) debido a las restricciones en el acceso a las zonas rurales ascendieron a 4 900 millones de dólares EE.UU., lo que representó más de la mitad del costo total de la enfermedad. Análogamente, en otros países estudiados, como la Provincia China de Taiwán, los Países Bajos y el Uruguay, fueron las industrias encargadas de las fases iniciales y finales del proceso de producción agrícola las que sufrieron las pérdidas más cuantiosas.
11. Probablemente, a medida que los países se hagan más ricos, gasten una proporción mayor de sus ingresos en productos alimenticios con valor añadido y dediquen más tiempo al turismo y las actividades recreativas en las zonas rurales, estos sectores sufrirán proporcionalmente más que el sector agrícola las consecuencias de los brotes de enfermedades epidémicas de los animales. Por otra parte, en los países desarrollados los productores reciben a menudo indemnizaciones que cubren el costo de los animales sacrificados, lo que limita los efectos relativos sobre el sector agrícola. Sin embargo, como sucedió en el caso de la fiebre aftosa en el Reino Unido, esas indemnizaciones no cubren las pérdidas derivadas de unos recursos que permanecen improductivos como consecuencia de la despoblación ni los ingresos no percibidos de la producción que podría haberse obtenido si no hubiera existido la enfermedad.
12. Además, las enfermedades epidémicas de los animales tienen unos costos encubiertos. En total se sacrificaron 4,03 millones de animales en la Provincia China de Taiwán, 11 millones en los Países Bajos y 6,24 millones en el Reino Unido. La eliminación de las carcasas de animales sacrificados tuvo enormes repercusiones ambientales; durante las seis primeras semanas del brote de fiebre aftosa en el Reino Unido, la quema de esas carcasas liberó en la atmósfera una cantidad de dioxinas equivalente al 18 por ciento de las emisiones anuales de ese país, y en uno de los lugares de enterramiento hubo que desenterrar las carcasas quemadas ante el temor de que estuvieran contaminando la capa freática. Por otra parte, el sacrificio en gran escala de animales produjo una pérdida de biodiversidad entre las poblaciones de animales autóctonos, quedando algunas razas gravemente amenazadas a raíz del brote de fiebre aftosa en el Reino Unido (Alderson, 2001).

D. EFECTOS DE LAS ENFERMEDADES DE LOS ANIMALES SOBRE EL COMERCIO INTERNACIONAL DE CARNE

13. Desde el punto de vista del comercio internacional, los recientes brotes de enfermedades transfronterizas y la imposición de restricciones a la exportación relacionadas con enfermedades tuvieron efectos inmediatos sobre el comercio mundial de carne. En 2001, el comercio de carne, alterado por los cierres temporales de los mercados y los cambios que las preocupaciones relacionadas con la inocuidad de los alimentos provocaron en las preferencias de los consumidores, sólo creció ligeramente, registrando el aumento más lento en 13 años. El comercio de carne de bovino, en particular, desestabilizado por los brotes de fiebre aftosa y el número en aumento de casos notificados fuera de Europa, se redujo un 4 por ciento. Sin embargo, es difícil dilucidar los efectos que tuvieron los distintos brotes de enfermedades porque es complicado determinar cómo habría evolucionado el comercio de no haber ocurrido esos brotes. No obstante, los estudios de casos han demostrado que, al parecer, los brotes de enfermades de los animales en los principales países exportadores de carne:

14. En el caso de la crisis de la EEB registrada en el Reino Unido en 1996/97, los efectos sobre las exportaciones de carne de vacuno y bovino a países no pertenecientes a la UE fueron limitados porque el Reino Unido no era un exportador importante fuera de ella. La crisis provocó de hecho una reorientación temporal de la demanda mundial de carne de bovino hacia otros productos cárnicos, debido a las preocupaciones suscitadas por su inocuidad. En 1997, el brote de peste porcina clásica de la UE afectó considerablemente al comercio interno de la UE, dado que los Países Bajos eran un importante exportador de carne de porcino y cerdos vivos dentro de la UE. Sin embargo, el comercio mundial de carne de cerdo no resultó muy afectado porque los Países Bajos, al igual que Alemania, Bélgica, Francia, Italia y España, no eran exportadores importantes de carne de porcino fuera de la UE. Además, cuando se produjo el brote, la producción de carne de cerdo de la UE estaba creciendo como respuesta al aumento de la demanda (y de los precios internos) que se había producido a raíz de la crisis de la EEB del año anterior.
15. Como resultado del brote de fiebre aftosa en la Provincia China de Taiwán, la producción de carne de cerdo se redujo un 19 por ciento en 1997, un 13 por ciento en 1998 y un 8 por ciento en 1999. Mientras tanto, sus exportaciones de carne de porcino, valoradas en 1 600 millones de dólares EE.UU. en 1996, se redujeron a 234 millones en 1997. Es posible que, de no haber sido por la enfermedad, el valor acumulativo de las exportaciones de carne de cerdo hasta 2001 hubiera sido de 7 800 millones, frente a un valor efectivo de las exportaciones totales de sólo 245 millones. La consecuencia más notable de la enfermedad fue el importante reajuste de los envíos de carne de cerdo al mercado del Japón. El descenso de las importaciones de ese producto procedentes de la Provincia China de Taiwán tuvo como resultado un aumento de los envíos de carne de cerdo al mercado japonés procedentes de los Estados Unidos, Dinamarca, el Canadá y la República de Corea.
16. Sin embargo, el brote de fiebre aftosa que se produjo en la República de Corea en 2000 puso fin a su reciente aumento del comercio con el Japón, cifrado en 300 millones de dólares, lo que permitió a otros importantes exportadores acrecentar su cuota del mercado japonés. Los brotes de EEB en la UE y los de fiebre aftosa en el Reino Unido, el Uruguay, la Argentina y la República de Corea provocaron una desaceleración del comercio mundial de carne en 2000 y 2001, acompañada de una reorientación de las tendencias del consumo de los diferentes tipos de carne que tuvo como resultado un aumento del precio de las carnes distintas de la carne de bovino. Mientras tanto, las pérdidas comerciales del Uruguay y la Argentina se estiman en 178 millones y 440 millones, respectivamente.
17. Estas enfermedades epidémicas de los animales no parecen haber ocasionado perturbaciones a largo plazo en el mercado. Ello se debe en parte a que las respuestas de los precios a la reducción de los suministros exportables de un país productor han solido consistir en un aumento de los suministros en otros países. Se cuantificaron los efectos de la fiebre aftosa y la EEB sobre la producción, el consumo, el comercio y los precios mundiales de los diversos tipos de carne, en comparación con las proyecciones de referencia, utilizando el Modelo Alimentario Mundial de la FAO. Los resultados, que se presentaron en la 17ª reunión del Grupo Intergubernamental sobre la Carne en julio de 2001, revelaron que los consumidores, al igual que los productores, sufrieron las consecuencias de las crisis provocadas por la fiebre aftosa en los países exportadores de carne. Se consideró que los efectos a corto plazo de los brotes de fiebre aftosa en los principales países exportadores habían sido los siguientes:

18. De hecho, el mercado internacional de la carne registró en 2001 un descenso del 4 por ciento en el comercio de carne de bovino y un aumento de la demanda y los precios de otras carnes, especialmente la de ave, tras el cierre de los mercados como consecuencia de los brotes de enfermedades de los animales. Estos incrementos de los precios de otras carnes quedaron contrarrestados por la constante baja de los precios internacionales de la carne de bovino, que se redujeron más de un 4 por ciento como resultado del descenso de la demanda en las regiones afectadas por la fiebre aftosa y en Asia tras conocerse los primeros casos de EEB en el Japón.
19. La desviación del comercio y la redistribución de las cuotas de mercado entre los países exportadores llevan consigo importantes gastos en recursos. El costo de oportunidad de la "asignación desacertada" de los recursos mundiales, al no practicarse un comercio basado en las ventajas comparativas, así como los costos de ajuste inherentes al suministro de productos acordes con los nuevos requisitos cuantitativos y cualitativos, son considerables. Por ejemplo, a raíz de la salida de la Provincia China de Taiwán del mercado japonés, las empresas elaboradoras extranjeras tuvieron que realizar un gasto considerable para invertir en las líneas de producción apropiadas y capacitar de nuevo al personal a fin de producir carne de cerdo que se ajustara a las especificaciones de ese mercado. En el caso de las empresas elaboradoras de la República de Corea, esa inversión fue de breve duración, debido a la aparición de la fiebre aftosa y la pérdida del mercado de exportación japonés tres años después.
20. Los países exportadores están aplicando diversas medidas de política interna, como consecuencia de los brotes de enfermedades tansfronterizas, que afectan a su competitividad y disponibilidad de suministros para la exportación en el futuro. Estas medidas tienen su origen en la necesidad de corregir en la medida de lo posible los mecanismos a través de los cuales se propaga la enfermedad. La Provincia China de Taiwán y los Países Bajos han aplicado medidas para reducir la cabaña nacional de cerdos, mientras que el Reino Unido está reduciendo su cabaña nacional de ovinos. Por otra parte, se está modificando el sistema de comercialización de las ovejas en el Reino Unido para restringir la escala de desplazamientos de los animales y la posibilidad de contaminación cruzada, y se está estudiando una mejora de la identificación y la rastreabilidad.

IV. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

21. Los estudios de casos han puesto de relieve las importantes pérdidas socioeconómicas que pueden sufrir los países, tanto desarrollados como en desarrollo, a raíz del brote de una enfermedad transfronteriza. La magnitud de esas pérdidas ha dependido principalmente de la escala de los brotes y del tipo de medidas de control y la velocidad con que se han aplicado. A este respecto, los países que sufrieron las pérdidas más cuantiosas fueron aquellos en los que no se detectó la enfermedad durante algunas semanas y que, cuando se detectó, no facilitaron recursos adecuados o suficientes.
22. Por lo que respecta al comercio internacional de carne, los brotes de enfermedades de los animales en los principales países exportadores de carne parecen haber causado una desviación del comercio que ha dado lugar a una redistribución de las cuotas de mercado entre exportadores del mismo producto, así como una aceleración de la reorientación del consumo hacia las aves de corral en detrimento de las carnes rojas. Aunque estas tendencias no tuvieron al parecer efectos duraderos, se observó que los costos siguieron siendo importantes, debido a la asignación desacertada de recursos, si bien esta observación se basó en una información limitada. La limitación fue especialmente evidente en el caso de los costos indirectos de las enfermedades de los animales, especialmente en lo que respecta al Japón, la República de Corea y el Uruguay.
23. La impresión de que las enfermedades epidémicas de los animales son fundamentalmente un problema que sólo afecta al sector agrícola subestima su costo real para la sociedad. Sin una información apropiada sobre los costos, los análisis económicos pueden impedir que los encargados de formular políticas comprendan debidamente las complejas interacciones y los probables efectos de las diversas opciones relativas a la asignación de recursos para combatir las enfermedades la importancia que tiene esa asignación de recursos para la sociedad.
24. Hacen falta, por consiguiente, más recursos, especialmente en los países en desarrollo, para recoger y analizar información en la que puedan basarse las decisiones en materia de políticas. Sin embargo, es importante que las políticas aplicadas para combatir los brotes de enfermedades sean las que reduzcan al mínimo los costos económicos para todos los sectores de la sociedad afectados por dichos brotes. Una vez que se haya recogido y analizado una información exacta y cabal sobre las pérdidas financieras y socioeconómicas provocadas por los brotes de enfermedades de los animales, los encargados de formular políticas podrán tomar decisiones más fundamentadas sobre las estrategias de control adecuadas. Una enseñanza especialmente importante de este análisis de los estudios de casos es la aparente falta de preparación de muchos países por lo que respecta a la vigilancia de las enfermedades y la aplicación eficaz de medidas de control en situaciones de urgencia.
25. Las recientes enfermedades epidémicas de los animales han puesto de relieve el papel que desempeñan los desplazamientos del ganado en la propagación de las enfermedades. La creciente intensificación de la producción y la tendencia a un aumento del tamaño de los mataderos, que a menudo están alejados geográficamente de las zonas de producción, propicia el desplazamiento de los animales en una zona más amplia. Se exhorta a los países a que averigüen los mecanismos de transmisión de las enfermedades de los animales y tomen precauciones para evitar su posible propagación. En los estudios de casos examinados, las medidas adoptadas incluían la imposición de limitaciones a los desplazamientos de ganado, el establecimiento de sistemas de rastreabilidad de los animales y, en el caso de la Provincia China de Taiwán, la reducción de las dimensiones de la industria de la carne de cerdo y su reestructuración.
26. Es evidente la necesidad de aumentar la capacidad nacional para detectar y contener cuanto antes las enfermedades transfronterizas de los animales, así como la importancia de una red mundial de información que alerte a los países para que tomen medidas contra la propagación internacional de esas enfermedades. Teniendo en cuenta la creciente escala mundial de los desplazamientos del ganado y los productos pecuarios, tanto de los países desarrollados a los países en desarrollo como en sentido inverso, a todos los países les interesa potenciar la base de recursos internacionales para coordinar las actividades relacionadas con la prevención y el control de las enfermedades transfronterizas de los animales. Es necesario que los donantes, las organizaciones internacionales y los países participantes coordinen el acopio y difusión de información y proporcionen asistencia técnica para realizar actividades de campo en los países en desarrollo, con el fin de mejorar la capacidad nacional e internacional de detección temprana, planificación para imprevistos y control de los brotes de enfermedades transfronterizas.

1 Mientras que la información sobre los costos directos que se ofrece en los estudios de casos es exhaustiva, algunos de los países esudiados carecen de información cabal sobre los costos indirectos de las enfermedades de los animales. Por ejemplo, no se disponía de información de este tipo sobre el Japón y la República de Corea y, en el caso del Uruguay, los costos indirectos de la fiebre aftosa sólo comprendían las consecuencias para la industria de envasado de la carne.

2 La única excepción se dio en el caso del brote de peste porcina clásica en los Países Bajos Netherlands; el sacrificio en gran escala de animales que se resintieron del hacinamiento en las granjas como resultado de las restricciones en la circulación (9,2 millones de cerdos) aumentó los costos directos con relación a los indirectos, que fueron relativamente bajos, ya que esa enfermedad no causa tantas perturbaciones en la economía en general como otras (por ejemplo, la fiebre aftosa).

3 A este respecto, la EEB presenta las peculiaridades de que no se propaga por contacto y tiene un período de incubación de muchos años. Por esa razón, cuando se diagnosticó como nueva enfermedad del ganado vacuno en 1986, miles de animales estaban ya infectados.