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Estímulo para las pequeñas empresas comunales elaboradoras de productos del bosque: Enseñanzas de un proyecto en Perú

por

T. Oksanen y W. Rijssenbeek 1

1 Proyecto GCP/PER/030/SWE - “Apoyo al Aprovechamiento de Plantaciones Forestales de una Comunidad Campesina del Cuzco”, ejecutado por la FAO bajo acuerdos de Fondos en Fideicomiso Suecia/FAO. Está vinculado al proyecto mucho más grande FAO/Holanda/INFOR, sobre leña y desarrollo de la comunidad local.

Antecedentes

En los últimos 25 años, las comunidades locales en la sierra del Perú han instalado plantaciones de eucalyptus globulus con la ayuda del Gobierno y de varios proyectos patrocinados desde el exterior. En la actualidad, hay alrededor de 150 000 hectáreas de estos bosques, de los cuales 20-30 000 ha están prontas para ser cosechadas. Sin embargo se ha observado que las comunidades se han beneficiado muy poco con la presencia de estos bosques. Los beneficios han llegado principalmente a un pequeño grupo de intermediarios que ha comprado la madera en pie a las comunidades por casi nada. En algunos casos la ganancia de la venta de un eucalipto completamente desarrollado, no ha alcanzado a pagar una botella de cerveza; resulta un incentivo bastante mezquino como para continuar reforestando. Y sin embargo, el crecimiento de la población y el estancamiento económico en la sierra están forzando una creciente cantidad de gente a juntarse en los cordones de miseria, alrededor de las grandes ciudades de la costa.

Fue por estos motivos que el proyecto FAO/Holanda/INFOR comenzó a buscar vías para promover la creación de pequeñas empresas comunales basadas en el bosque (SCFE), para aumentar los beneficios que alcancen a la población y para crear, de esta manera, un verdadero incentivo para reforestar y reforzar la base económica de las comunidades rurales. La labor está todavía más bien en las fases piloto. El proyecto aún está buscando productos y tecnologías óptimas para pequeñas empresas comunales basadas en productos del bosque, y también está buscando arreglos alternativos de organización, a fin de llegar a un balance entre la participación comunitaria y la eficiencia. Existe la fuerte convicción de que ya que el recurso forestal ha sido establecido con la participación masiva de la comunidad y pertenece a toda ella, los beneficios deberían ser repartidos también, y no ir solamente a pocas personas.

Características del mercado y de la empresa

Productos y mercados

De acuerdo con los estudios de mercado hechos, los productos principales requeridos a nivel regional eran puntales y durmientes de minas; madera aserrada para minas; postes preservados para transmisión eléctrica; carbón vegetal; y sillas rústicas. A nivel local (en poblados vecinos), la demanda es de postes, vigas y madera aserrada para construcción de casas; carbón vegetal y leña; sillas y mesas rústicas de madera; y útiles artesanales para la casa.

A nivel comunal, los principales mercados son para la leña; postes y vigas para vivienda; y mueblería sencilla como sillas, bancos, mesas y camas. De estos productos, hasta la fecha se han producido para las pequeñas empresas comunales basadas en el bosque, sillas de madera rústica, carbón vegetal, leña, postes preservados y madera aserrada.

En la evaluación de los mercados para productos de las pequeñas empresas comunales basadas en la madera, se tomaron en cuenta dos factores limitantes: primero, qué maderas más apreciadas de la selva (que se encuentran a disposición en cualquier parte de la sierra) son mucho más preferidas para carpintería fina y terminaciones en puertas y ventanas; y segundo, qué productos que requieren máquinas caras o habilidades muy particulares para su fabricación no pueden ser considerados factibles para las pequeñas empresas comunales basadas en el bosque. Para los productos seleccionados, la mayoría de las tecnologías empleadas ya han sido ensayadas en pequeñas empresas familiares; sólo una pequeña empresa comunal basada en productos del bosque tiene componentes principales importados.

Torneado de una pata de silla en un taller rural de la comunidad

Mercados y tecnología por productos

Sillas

La fabricación de sillas es la manufactura más común en las pequeñas empresas comunales basadas en productos del bosque, que ha sido introducida en las comunidades. Hay ahora un total de ocho talleres, que tienen por lo general un torno de madera de construcción local motorizado por una rueda hidráulica movida por pequeños arroyos o canales de riego, con una caída de alrededor de 5 metros. Necesitan muy poca materia prima, alrededor de 2 ó 3 árboles por semana según su tamaño, produciendo hasta 40 sillas en seis jornadas de trabajo, y empleando normalmente 5 personas. El valor neto de la producción varía con la productividad y con el hecho de si las sillas se venden dentro de la comunidad a un precio más bajo, o fuera a un precio más alto. En Huaraz el valor neto ha sido calculado en dólares EE.UU. 12/metro cúbico en rollo. Teniendo en cuenta el bajo costo de oportunidad para los obreros, el valor real de la producción es muy superior.

Los materiales y herramientas necesarios para el taller cuestan menos de 500 dólares EE.UU., y aun incluyendo los costos del entrenamiento y el capital de trabajo, los costos totales no superan los 1 000 dólares EE.UU.

Las sillas tienen un mercado bien desarrollado a nivel local en algunas partes del país (Huaraz, Huancayo), tanto para uso local como para su reventa en las grandes ciudades de la costa. En otros lugares (Cuzco) están siendo recientemente introducidas con cierto éxito. La demanda existe también a nivel de la comunidad pero, desgraciadamente, a un nivel de precio muy bajo.

Carbón vegetal

Los principales compradores de carbón vegetal producido en las comunidades son los restaurantes locales, especialmente los que se especializan en pollo frito. En algunos casos ha sido posible llegar a acuerdos para la entrega directa en forma regular desde la comunidad misma. Otro grupo de compradores de menor importancia son los herreros locales.

El carbón vegetal se produce en una comunidad en Huaraz con un horno metálico portátil, del tipo Mark 5. En el Cuzco hay dos comunidades que producen carbón vegetal con un método de diseño local, que es un híbrido entre el horno metálico y el sencillo foso de tierra. Este último método tiene un rendimiento algo inferior que con el Mark 5 (16-18 por ciento comparado con el 25 por ciento), pero debido a su menor costo inicial (150 dólares EE.UU., en comparación con 800 dólares EE.UU.), es una alternativa más factible para muchas comunidades.

La productividad del Mark 5 ha sido de alrededor de 250 kilos de carbón vegetal en 3-4 días, con un equipo de dos hombres operando el horno. Ello ha permitido obtener un beneficio de dólares EE.UU. 14/m3 de madera en rollo. En el Cuzco, los beneficios han sido algo menores por las diferencias en rendimiento y por un tiempo más largo de enfriamiento para la fosa (ciclo de 5-6 días). Comparándolo con la producción de leña los beneficios han sido de alrededor de 1,5 veces más.

Preservación de palos largos y postes

La preservación de postes comenzó inicialmente en Huaraz como industria comunal, con idea de vender los postes a Electroperú (la compañía de electricidad de propiedad del Estado). Bien pronto se observó que debido al elevado rendimiento el negocio de los postes preservados y circunstancias monopsonísticas del mercado (aún las comunidades compran sus postes a través de Electroperú), existen acuerdos entre el comprador y los productores existentes que cierran el mercado a nuevos productores.

Las industrias forestales rurales incrementan mucho el valor de los árboles a beneficio de la gente local.

El “proceso Boucherie” se emplea para tratar los postes largos para tendidos eléctricos. Se fuerza una solución de agua con CCB (cobre-cromo-bórax) con la presión de una caída de 5 metros para introducirlo en una extremidad de un poste fresco inclinado que llega a penetrar en sus 8-11 metros totales en dos días. Las plantas portátiles de Boucherie usadas en el proyecto producen 6 postes en dos días, con un equipo de 4 hombres operando la planta. Ellas pueden ser fácilmente modificadas para producir hasta 12 postes en dos días. Los beneficios son de alrededor 23/m3 dólares de EE.UU. de madera en rollo, para postes de bajo voltaje (usados en las comunidades) y de alrededor 28/m3 dólares de EE.UU. de madera en rollo para postes de alto voltaje (usado en las líneas principales entre las comunidades). El costo de la planta, y el equipo auxiliar necesario para su funcionamiento (herramientas para movimiento a mano de trozas, etc.) es de alrededor de 1 000 dólares de EE.UU.

Bajo un nuevo esquema, los CANFOR (Cuerpos Administrativos a nivel departamental de INFOR)2 de Huaraz, Huancayo y Cuzco operan cada uno una planta, la que ellos proveen con la necesaria asistencia técnica a las comunidades que participan en proyectos de electrificación para el tratamiento de postes de las plantaciones comunales o individuales. Las comunidades pueden ahorrar alrededor del 10 por ciento sobre los costos de un proyecto de electrificación, al preservar sus postes bajo este esquema en lugar de comprarlos a través de Electroperú. Es de esperar que con el tiempo puedan establecerse ellas mismas como proveedoras confiables directas de postes preservados, y ganar de esta manera acceso a los mercados.

2 INFOR = Instituto Nacional Forestal y de Fauna CENFOR = Centro Forestal

Aserraduría y carpintería

Un caso muy especial de las pequeñas empresas comunales basadas en productos del bosque en Perú es el del Proyecto FAO/SIDA/INFOR en la comunidad de Juan Velasco Alvarado en el Cuzco. Se trata del único proyecto a escala industrial que ha sido emprendido en las comunidades; se compone de un pequeño aserradero, de un taller de carpintería y la producción de carbón vegetal, leña y otros subproductos. Ha sido creado con la donación de 150 000 dólares EE.UU. Por parte de la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional, con la intención de demostrar a las comunidades de la sierra los beneficios de las pequeñas industrias madereras comunales. La planta está todavía en su fase de instalación y faltan, por lo tanto, datos sobre su productividad y rentabilidad.

Propiedad de la empresa y su administración

Las empresas son invariablemente de pertenencia de las comunidades en su forma global, pero la forma de administración varía según las decisiones de la comunidad. Las maneras alternativas de administración de las empresas son:

a) La empresa es manejada por un comité (como en el caso de cualquier otra actividad tradicional comunal como la irrigación, etc.) El comité supervisado por un Consejo de Administración de la Comunidad, que a su vez depende de la Asamblea General para cualquier decisión mayor. La comunidad recibe todos los ingresos y paga a los obreros.

b) La empresa es manejada por un comité (como es el caso a) de arriba), pero el trabajo es ejecutado como obligación comunal en vez de por salario. Los participantes son, por un lado, libres de otras obligaciones de trabajo como compensación.

c) La Asamblea General designa un grupo para operar la empresa. El grupo recibe el 70 por ciento de los ingresos, mientras que el remanente 30 por ciento pasa a la comunidad. La Comunidad provee la madera en rollo por medio de trabajo comunal.

d) La pequeña empresa comunal basada en la madera dada en alquiler a un carpintero por parte de la comunidad. El carpintero contrata a los obreros y compra la madera en la comunidad, representando un caso extremo de privatización de la pequeña empresa comunal basada en productos del bosque.

e) En el caso del Proyecto FAO/SIDA/INFOR se ha formado una empresa legalmente constituida dentro de la comunidad para la administración de la pequeña industria. Los obreros pagados (que ganan salarios) tienen que ser miembros de la comunidad, y su contratación y niveles de sueldos son aprobados por la Asamblea General.

El ambiente desarrollo para la pequeña empresa comunal forestal

Vinculaciones con la agricultura

La sierra peruana es un medio ambiente extremadamente sufrido donde la gente se preocupa no por el desarrollo sino por la supervivencia y por la continuidad de la familia. Ello lo logran con una combinación de actividades, tales como la agricultura, la cría de ganado, artesanía y trabajo pagado dentro y fuera de la comunidad. Esta economía no especializada puede parecer primitiva, pero se adapta bien al medio ambiente. Es extremadamente complicada en su uso de los diferentes componentes, y bien integrada con los mercados fuera de la comunidad. Los economistas del Perú estiman que alrededor del 50 por ciento de la producción es para el consumo de subsistencia, y el resto es vendido o intercambiado por trueque.

La situación económica y social del campesino de la comunidad tiene tres características específicas que tienen influencia en la pequeña empresa comunal forestal. Primero, si bien viven en una comunidad, la toma de decisiones económicas se realiza en la familia. Es la familia y no la comunidad, la que es responsable por el bienestar de sus miembros. Segundo, casi toda la producción se realiza en la familia, puesto que la comunidad solamente asigna las tierras a las familias y mantienen la infraestructura. Tercero, debido a su situación económica precaria, el campesino de la comunidad tiene una fuerte aversión a los riesgos. El sencillamente no puede correr el riesgo de fallar en sus actividades económicas.

Clasificando los mangos para su uso en herramientas agrícolas o de taller.

Por estos motivos, las pequeñas empresas forestales comunales tienen que formar otro complemento de las actividades económicas del campesino de la comunidad, quien está dispuesto y es capaz de participar en la pequeña empresa comunal forestal siempre y cuando la alternativa sea la de buscar trabajo estacional fuera de la comunidad, pero no participa a expensas de su agricultura. Esto es porque la agricultura sigue siendo la columna vertebral de la economía de la sierra y la única fuente de seguridad social que los habitantes poseen. Es, por lo tanto, esencial ajustar la escala de las operaciones en las pequeñas empresas comunales forestales a esta realidad, y promover alternativas que requieran obreros especializados a tiempo completo, solamente si se trata de gente sin tierras y sin trabajo que se enfrentan con una migración forzada.

Oportunidades y obstáculos en el desarrollo de pequeñas empresas comunales forestales

Las oportunidades claves parecen ser las del desarrollo de pequeñas empresas comunales forestales que requieran una baja inversión y fabriquen productos con gran demanda local, preferentemente para usuarios finales que pueden ser alcanzados directamente por parte del productor. El bajo nivel de inversiones permite a los empresarios suspender la producción y reiniciarla fácilmente de acuerdo con la presión de otras actividades económicas más importantes. Implica también una tecnología sencilla en la cual todos los obreros pueden desempeñar todas las funciones productivas en caso de necesidad, exceptuando muy pocas tareas claves. La gran demanda permite que cada productor halle fácilmente un comprador al precio corriente, siempre que tenga un producto para vender. Los productos deberían preferentemente ser vendidos en forma directa a los usuarios a fin de pasar por alto los intermediarios.

Algunas pequeñas empresas forestales comunales que comparten estos criterios incluyen la producción de sillas de madera rústica y otros muebles; la producción de carbón vegetal (solamente en algunas regiones, puesto que en muchas otras la leña sigue siendo el combustible principal); la producción de materiales de construcción simples, tales como postes, vigas y madera aserrada a mano. Parece que también existe una buena oportunidad para la participación comunal en la preservación de postes largos a bajos costos para las líneas de electricidad de los pueblos.

Para estas empresas de pequeño tamaño siempre quedan varias limitaciones vinculadas a las oportunidades. Con respecto a la administración, una limitación es que en muchos casos se requiere mucho trabajo antes que la organización comunal pueda manejar aún la más pequeña de las empresas comunales forestales. En segundo lugar, se presentan conflictos frecuentes entre los obreros de las pequeñas empresas comunales forestales y la comunidad, con respecto al nivel de salarios y la distribución de beneficios. En más de un caso la comunidad ha mantenido el nivel de los salarios tan bajo que los obreros se han ido. Tercero, hay una tendencia dentro del grupo directamente implicado a la pequeña empresa comunal forestal a intentar privatizar la empresa tan pronto como se presenten ganancias, lo que crea conflictos con el resto de la comunidad, y socava los conceptos que respaldan las pequeñas empresas forestales comunales.

Las personas implicadas directamente con las pequeñas empresas constituyen, sin darse cuenta, un nuevo grupo de poder al que se le guarda rencor y no es aceptado fácilmente por los líderes tradicionales de la comunidad. Los nuevos grupos pueden amenazar los privilegios que ellos han gozado (tales como el uso incontrolado de los fondos de la comunidad, y los beneficios de actuar como intermediarios en las ventas de los bosques).

Las pequeñas empresas forestales comunales también enfrentan considerables problemas de mercado apenas tratan de aferrarse a las oportunidades. A menudo tienen problemas en mantener las relaciones necesarias de comercio, especialmente para el mercado regional más amplio, ya que éste requiere visitas a los compradores. Ello los obliga a usar intermediarios caros. Además, algunos mercados provechosos se cierran a la competencia por acuerdos entre los compradores y los productores existentes. A veces son necesarios también los sobornos para reducir los costos de transporte. Todo ello es difícil para ser manejado por la pequeña empresa comunal forestal.

Los aspectos administrativos y/o de organización y de mercado son los problemas más grandes que enfrentan las empresas en la sierra. La creación de empresas comunales en mayor escala por el proyecto FAO/SIDA/INFOR, tenía por finalidad evitar estos inconvenientes. Sin embargo, parece que los proyectos más grandes también enfrentan limitaciones serias, tales como la pobre capacidad administrativa de la organización tradicional comunal en la administración de las actividades que movilizan el dinero. Tales proyectos exigen, además, un nivel elevado de apoyo institucional que la administración pública no tiene la capacidad de ofrecer. Aun para estos proyectos mayores, es difícil alcanzar una operación a tiempo completo y una especialización de los obreros.

Por último, resulta claro que debido a los limitados recursos de base de las comunidades, es necesario que varias de ellas cooperen aún para operar un pequeño aserradero, lo que a su vez multiplica los problemas administrativos y la necesidad de apoyo institucional.

Los principales problemas de operación se refieren a la escasez de materias primas, financiamiento y habilidades. Los problemas más generales de los mercados y de la organización han sido ya tratados bajo “obstáculos”. Con respecto a las materias primas, los problemas de obtener un flujo adecuado de madera han sido experimentados, hasta ahora, solamente en el proyecto, FAO/SIDA/INFOR, en donde fueron claramente el resultado de una evaluación incompleta de los recursos forestales antes de dar inicio al proyecto. Ellos han sido ahora superados con la compra de maderas en rollo fuera del proyecto.

En el pasado, casi todo el equipo para las pequeñas empresas comunales forestales ha sido donado a la comunidad, la que por su parte ha proporcionado los materiales de construcción local y la mano de obra para su construcción. El entrenamiento de los obreros también ha sido otorgado a la comunidad sin costo alguno. Estos arreglos han funcionado bien debido a las pequeñas sumas de dinero comprometidas en la mayoría de los proyectos. Es obvio, sin embargo, que para ampliar la actividad será necesario obtener alguna forma de financiamiento. Ya existe un taller para sillas en operación, que se ha establecido con un préstamo blando por parte de un organismo no gubernamental.

La experiencia demuestra que si bien las habilidades técnicas para hacer funcionar estas sencillas industrias son adquiridas por los obreros después de sólo algunas semanas de capacitación en el trabajo, las capacidades de gestión requieren mucho más tiempo. Aun el entrenamiento de una administración sencilla requiere habilidades como leer con entendimiento, escribir y hacer cálculos simples - habilidades que son difíciles de hallar. Sin embargo, constituyen la base para cualquier entrenamiento administrativo: adecuadas habilidades de conducción (como la contabilidad) son necesarias no solamente para hacer funcionar una pequeña empresa comunal forestal, sino también para el control, de la pequeña empresa comunal, por parte de la comunidad, lo que puede ayudar a establecer confianza entre las pequeñas empresas y el resto de la comunidad.

Cargando en el puente de carga de madera en la sierra del Perú.

Lecciones de la experiencia

Los productos y los tipos de empresa introducidos en las comunidades parecen ser los adecuados, teniendo en cuenta las oportunidades y los obstáculos ya mencionados, tales como las limitaciones impuestas por los vínculos de las pequeñas empresas comunales forestales con la agricultura; la pobre capacidad administrativa de las organizaciones comunales; y el bajo nivel de apoyo institucional disponible.

Si bien parece ser que las pequeñas empresas comunales basadas en productos del bosque tienen que orientarse hacia los mercados fuera de la comunidad para garantizar su factibilidad económica, hay que tener cuidado al proporcionar subproductos (leña, etc.) para satisfacer las necesidades de los miembros de la comunidad. Se trata de un beneficio concreto para la comunidad, se evidencia inmediatamente y funciona como incentivo para que la comunidad no abandone la pequeña empresa comunal forestal.

Ha llegado a ser obvio que si bien las pequeñas empresas forestales son comunales, los incentivos para que los miembros de la comunidad participen en la empresa tienen que ser personales, y suficientemente fuertes de modo que justifiquen su participación desde el punto de vista de su economía familiar.

Aún es necesaria una gran cantidad de experimentación e investigación para determinar si la conducción comunal de estas pequeñas empresas es factible y en tono con las tendencias naturales del desarrollo en las comunidades. Una alternativa podría ser la de combinar la propiedad comunal de las pequeñas empresas comunales forestales con la conducción familiar, como ya es el caso de la agricultura.

La selección de las comunidades y la identificación del tipo de la pequeña empresa a iniciarse tienen que ser basadas en un análisis mucho más cuidadoso de la capacidad de organización de la comunidad, que lo que se ha hecho anteriormente. Para alcanzar el nivel de participación comunal necesario para el éxito de una pequeña empresa forestal comunal, debe hacerse mayor hincapié en la extensión y en el entrenamiento, y la comunidad debe participar desde el principio en la formulación del proyecto para una pequeña empresa forestal comunal. Las pequeñas empresas forestales comunales existentes han sido conceptuadas demasiado desde afuera, conceptos que han sido plantados en las comunidades, principalmente en base a evaluaciones técnicas a menudo superficiales.

Se requiere un largo periodo de continuidad estructurada (probablemente de varios años) para cada proyecto de pequeña empresa comunal forestal, a fin de garantizar su continuación.

El llevar a cabo la identificación de las pequeñas empresas forestales comunales, la selección de las comunidades, y el proporcionar apoyo total inmediatamente así como a largo plazo, exige mucho de las CENFOR, tanto en términos de habilidades como de dinero. En la situación presente, las CENFOR no pueden dar abasto; por lo tanto, para llevar adelante la labor debe crearse un sistema adecuado de apoyo para reforzar las CENFOR. Todo parece justificar un proyecto de pequeña empresa forestal comunal financiado internacionalmente para la sierra peruana.


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