Los países que se habían pasado al petróleo prefiriéndolo a otras formas de combustible debido a sus precios competitivos y a su cómodo empleo, se encontraron de repente con unos índices elevados de inflación y un gran déficit en sus balanzas de pago como consecuencia directa de la crisis energética de 1973. Para salir de esos desequilibrios y salvar su vulnerabilidad económica ante las fluctuaciones que se registran en el mercado de suministros petrolíferos, los gobiernos han desplegado ingentes esfuerzos para establecer unas políticas energéticas que previsiblemente serían eficaces sin comprometer su estrategia del momento de desarrollo en los sectores industrial y comercial.
En realidad, las secuelas del embargo "petrolífero" han hecho que las principales industrias de los países desarrollados miren con mayor respeto la importancia real de la energía en sus actividades. Por su parte, la industria de productos forestales, antes poco atenta a la importancia de la energía en su funcionamiento general, ahora la consideran como un sector donde pueden hacerse ahorros potenciales, permitiendo de esa forma grandes reducciones en los costos de producción. Sin embargo, a pesar de que la actual abundancia de petróleo ha permitido un relajamiento por lo que respecta a la mayoría de los proyectos de inversiones en conservación energética, parece que tanto la administración pública como el sector industrial y comercial a nivel mundial siguen muy al tanto de la evolución del mercado petrolífero.
Es inevitable una tendencia alcista en los precios de la energía,
aunque será difícil predecir su grado; tampoco cabe prever
hasta qué punto los disturbios civiles, las guerras locales o los
fracasos en las relaciones diplomáticas pueden evitar bruscos aumentos
en los precios del petróleo, como los que hubo durante los años
1973/74, y dar a los gobiernos el margen de tiempo necesario para establecer
reservas reguladoras y aplicar medidaseficaces de conservación energética.
Los gobiernos de todos los países importadores de petróleo
revisaron sus situaciones energéticas, sus estrategias, grado de
exposición a esos eventos y el aumento inevitable del costo energético,
por lo que se adoptaron políticas nacionales al respecto. Aunque
estas políticas se articularon en función de que los gobiernos
fueran productores de energía, como los EE.UU., URSS y Reino Unido,
o importadores netos, las metas y objetivos globales tenían por
lo general un plan común (100), es decir:
- la sustitución de la energía derivada del petróleo por otros tipos de energía;
- la sustitución de la energía importada por energía nacional;
- la aspiración a una menor dependencia de un único tipo de combustible;
- el desarrollo de formas nuevas y renovables de energía (biomasa),
- el fomento del empleo de calor derivado de residuos y desperdicios industriales como una forma secundaria de energía;
- la adopción a escala nacional de medidas de conservación de la energía.
- educación y capacitación sobre técnicas de ahorro energético, fomentadas activamente y apoyadas por la mayoría de los gobiernos para lograr una más vasta toma de conciencia de la importancia y forma de poder introducir la conservación de energía en las actividades industriales;
- subvenciones para inversiones destinadas a estimular la instalación de equipo de ahorro energético, y fábricas de combustión basadas en combustibles no derivados del petróleo, especialmente residuos industriales. Como ejemplos de subvenciones facilitadas a la industria y vinculadas al costo de las inversiones pueden citarse: Suecia, 35 por ciento; Canadá, 10-20 por ciento; Francia 15 por ciento; EE.UU., 10 por ciento (100).
- préstamos en condiciones de favor como los que se hacen en Francia y Suecia a las industrias que desean invertir en empresas de conservación y actividades análogas;
-directrices centrales y asignación de recursos como medio de control practicado por las economías de planificación centralizada;
-estructuras de los precios de la energía
o políticas
de precios, que también se consideran por algunos gobiernos
como medio ef ¡caz para lograr la conservación de la energía
y la sustitución de combustible.
A nivel de fábricas, se estimula a las direcciones empresariales a poner en práctica sus estrategias de conservación de energía en tres fases diversas aunque interconexas, a saber:
b) con nivel medio de inversiones, que comprende la sustitución de equipo viejo y anticuado, en los casos pertinentes;
c) con nivel alto de inversiones, que comprende grandes modificaciones y adiciones tecnológicas al proceso de fabricación para conseguir un aprovechamiento eficaz de la energía.
a la industria, fabricantes de equipo y centros de investigación y desarrollo para promover proyectos de investigación relativos a la energía. Además, se están también dando incentivos financieros para inducir a los fabricantes a aplicar métodos de ahorro de energía en sus actividades e instalar centrales que generen calor más eficazmente y recuperen en lo posible calor a base de residuos.
En estos últimos años, el Gobierno ha creado una Oficina de Eficiencia Energética, que interesa a todos los departamentos gubernamentales, con la finalidad de seguir de cerca, coordinar y formular las políticas de conservación de energía. Sirviéndose de la publicidad, de la información o de avisos, la Oficina pretende sensibilizar al público sobre los beneficios de la eficiencia energética y estimula la conservación de energía en todos los sectores usuarios mediante su empeño en recurrir a planes como: (21)
b) organizar y realizar cursillos formativos como talleres o cursos diurnos en conjunción con centros de educación y asociaciones profesionales y sindicales. La producción de publicaciones y documentales, que se - prestan gratuitamente, sobre los diversos aspectos de la conservación de la energía;
c) la organización anual de una conferencia nacional de gestión energética y de una muestra-exposición para los sectores público y privado de la industria y el comercio.
d) el asesoramiento sobre la mayoría de los aspectos de productividad energética por personal especializado destacado en las oficinas regionales. El personal mantiene también estrechos vínculos con los gerentes de energía designados en las industrias y f omenta la f ormac16n de grupos regionales para el intercambio de ideas y experiencias en materia de conservación energética;
e) el acopio de datos de determinadas fábricas representativas, que se realiza para tener un conocimiento de la eficacia operativa general en los posibles sectores de ahorro energético. Partiendo de esta base, podrían hacerse luego recomendaciones sobre las modificaciones en las fábricas y métodos operativos que habrían de producir un mayor grado de t, f ¡ciencia energética en la Industria de productos forestales en su conjunto;
f) seguimiento energético y establecimiento de objetivos por asociaciones comerciales y de investigación, la cual recibe ayuda en algunos sectores industriales proporcionándose gratuitamente a las partes interesadas los estudios experimentales consiguientes con las recomendaciones que se hagan. Por otra parte, para que sirvan de guías se publican los informes de auditorías energéticas resultantes de estudios detallados de determinadas compañías líderes en una línea concreta de productos;
g) subvenciones de hasta un 50 por ciento de los honorarios de consultores,
hasta un máximo de 250 libras para estudios breves y un máximo
de 10 000 libras para estudios amplios y de viabilidad técnica y
energética combinados. Su objetivo es:
- estudios amplios: para examinar detalladamente el consumo energético del lugar y analizar las técnicas de gestión adoptadas, los procedimientos operativos y el equipo industrial para determinar posibles oportunidades de ahorro energético;
- estudios combinados de viabilidad técnica y energética: llevar a cabo una auditoría energética, en que se tengan en cuenta las actuales instalaciones generadoras y examinar la opción de combustibles y la eficacia operativa general de la fábrica. Formular por adelantado recomendaciones sobre modificaciones, nueva planta de producción de calor, sistemas de recuperación 0 sistemas energéticos alternativos que se consideren económicamente viables, junto con presupuestos de costos de capital y de funcionamiento.
También se conceden subvenciones a las industrias que deseen transformar a carbón el equipo actual de funcionamiento a petróleo o gas. Las empresas cuya factura de energía supere las 100 000 libras por año pueden también obtener 8 000 libras para costear consultorías y el 50 por ciento de los honorarios sobre esa cantidad y hasta un máximo de 10 000 libras que, tengan que pagar por el diseño y licitación de proyectos de recuperación térmica.
Las pequeñas empresas pueden aspirar a préstamos hipotecarios,
solicitándolos del Departamento de Comercio e Industria por un importe
de hasta 75 000 libras, para costear el 80 por ciento de todo préstamo
obtenido de los bancos que cumpla los requisitos necesarios.
i) fabricantes de equipo y proveedores de servicios, a los que se les dan incentivos para que lleven a cabo trabajos de investigación y desarrollo en tecnologías nuevas y perfeccionadas de ahorro energético que puedan resultar rentables;
j) ayuda financiera, designación de un organismo de seguimiento y divulgación de los resultados, que se of recen a las empresas que están en condiciones de demostrar tecnologías nuevas o mejoradas que produzcan eficiencia;
k) publicaciones gratuitas, destinadas a administradores y operadores
de instalaciones por igual, que sirven para dar la información más
reciente sobre tecnologías y materiales de ahorro de energía.
También se lanzan campañas de publicidad y propaganda destinada
a consumidores de energía de todos los niveles y se patrocinan servicios
de demostración para inversores potenciales en fábricas o
métodos productivos con eficiencia energética.
Hasta la fecha, se ha registrado entre 1973 y 1982 una reducción
del seis por ciento (21) en el consumo global de energía como fruto
de estas medidas y la fijación de precios. Se calcula que hay posibilidades
de otro 20 por ciento de reducción para finales de siglo, mediante
una mayor eficiencia en el empleo de energía.
Siguiendo las recomendaciones hechas se proporcionó apoyo federal para proyectos de investigación, desarrollo y demostración a f in de estimular a la industria a reducir su dependencia del petróleo y tratar de conservar la energía y los recursos de que dispone en forma de residuos.
Para fijar prioridades en el aprovechamiento forestal se dividió el plan en tres marcos cronológicos: a breve plazo hasta 1983, a medio plazo hasta 1990 y a largo plazo hasta el 2025, dando para así a la investigación y desarrollo de procedimientos que llevasen a la postre al establecimiento de una gran industria química de productos energéticos o sintéticos.
Se encargaron estudios que reuniesen datos estadísticos sobre la industria forestal y averiguasen cuáles eran los niveles de producción de residuos y en qué medida se utilizan éstos para
cubrir las necesidades energéticas propias de las fábricas. En 1973, de un estudio sobre la industria de productos madereros en Columbia Británica resultaba que el 50 por ciento de sus necesidades energéticas se obtenían de aserrín de aserrerías, mientras que entre el 12 y el 17 por ciento de la energía para el secado de la madera aserrada procedía de residuos de aserrío (95).
En 1976, el Gobierno introdujo un incentivo fiscal que permitía la amortización del 50 por ciento (95) del capital invertido en instalaciones para la conversión de la energía derivada de residuos de madera en sustitución de los combustibles tradicionales; plan que movió a participar a varias empresas.
En 1977 se creó un comité formado por el Gobierno federal, los gobiernos provinciales y la industria para coordinar actividades destinadas a incrementar el empleo de residuos industriales e investigar las razones de la renuencia de la propia industria a pasar a estos sistemas. El comité encargó un estudio sobre los sistemas de utilización de energía a base de residuos de madera actualmente disponibles para examinar la situación y evaluar las posibilidades que este sistema ofrecía a la industria. Sin embargo, aunque se llegó a la conclusión de que los sistemas de conversión energética estaban suficientemente demostrados, la falta de respuesta por parte de la industria parecía basarse fundamentalmente en consideraciones económicas sobre los residuos de madera como combustible frente al gas natural.
A través del Programa d e Energía Renovable en la Industria Forestal (FIRE) se ofrecieron incentivos para modificar su equipo o instalar nuevas fábricas de conversión, mediante aportaciones de un 10-20 por ciento (101) a los gastos directos de capital. Además de este Programa, en 1978 se estableció para los años 1979-84 un presupuesto quinquenal, financiado conjuntamente por los gobiernos federal y provinciales con la finalidad de prestar asistencia financiera a proyectos de investigación, desarrollo y demostración en el suministro de biomasa forestal y para su conversión en combustibles y productos químicos, a través del Programa de Energía Derivada de los Bosques (ENFOR).
En 1980, el Gobierno canadiense creó el Programa Energético
Nacional con el propósito de reducir, aún más, su
dependencia del petróleo hasta alcanzar la autosuficiencia en este
producto para el año 1990. Para ello se hizo un renovado esfuerzo
por ofrecer incentivos financieros y fiscales; se recurrió a programas
que comprendían la demostración de nuevas tecnologías
de ahorro energético y métodos de producción, acompañados
de una campaña de capacitación y propaganda para despertar
la conciencia nacional por lo que respecta a las necesidades de conservación
energética y a sus posibles beneficios.
organismos oficiales, entre ellos la Junta Nacional Industrial que se encargaba de las subvenciones para la conservación de la energía en la industria forestal. También se dio apoyo financiero a la investigación y desarrollo para instalaciones y procesos de ahorro energético a través de la Junta Nacional de Fomento Técnico y de la Junta Nacional de Desarrollo de Fuentes de Energía.
Las funciones de estas Juntas pueden resumirse en los siguientes términos: (86)
El Gobierno fomenta la sustitución de petróleo por carbón, residuos forestales y turba con el fin de multiplicar su empleo respecto de los índices actuales de consumo. El Gobierno ofrece apoyo financiero para los grandes proyectos mediante préstamos o subvenciones en el caso de empresas de mucho riesgo técnico, especialmente en instalaciones modelo o de demostración.
Con las subvenciones se persigue sólo el propósito de ayudar a la transformación de los locales o sistemas actuales de producción donde la empresa no consideraría rentables las inversiones a todos los fines y efectos al preverse que esas inversiones de capital y las tecnologías de conversión energética ef ¡caz en nuevos proyectos resultarían rentables por los ahorros de energía a que darán lugar.
A todos los sectores de la industria y el comercio que deseen adoptar medidas de ahorro de energía dentro de sus procedimientos y que abarquen:
En todos los casos, la concesión de estas subvenciones se basa en la condición de que los ahorros de energía reportarían los beneficios correspondientes dentro de un determinado plazo de tiempo. No son aplicables los proyectos que se consideran tan rentables que pueden autofinanciarse.
Además, las empresas que quieran fabricar y construir modelos
e instalaciones de demostración que incorporen una nueva técnica
de ahorro energético disponen de subvenciones de hasta un 50 por
ciento (86) del costo del proyecto. Pueden consistir en nuevos métodos
de producción, procedimientos o tecnologías que mejoren la
economía energética, produzcan o transformen la energía
o la utilización de ésta partiendo de residuos. Pero la investigación
y el desarrollo deben hallarse ya bastante avanzados, con un mercado potencial
demostrable.
Durante el período de 1980-82 (100), financiado por el Ministerio de Comercio y con la asistencia de especialistas de la industria de productos forestales se emprendió un proyecto de investigación energética para estudiar el consumo general de energía y las posibles oportunidades de ahorro energético en la industria mecánica de la madera. Se examinaron minuciosamente todos los aspectos del transporte, la producción, la generación y la utilización de la energía y se llevaron a cabo proyectos específicos en sectores de gran empleo de energía, como el secado de la madera aserrada y de la chapa. El estudio puso de relieve claramente las necesidades de desarrollar modelos de secadoras, los efectos de variar las temperaturas de secado para el consumo de energía, la calidad y degradación del producto así como la optimización de la operación de secado.
Como fruto del informe se apreció mejor el efecto de las medidas
de conservación y el empleo de instalaciones de empleo eficaz de
energía y se llegó a tener una idea bastante clara de los
sectores en que podían hacerse ahorros potenciales, así como
de las deficiencias en equipo y diseño de procesos normales. El
informe también permitió poder comparar el empleo de energía
con operaciones forestales análogas en otros países, además
de resultar un instrumento útil en manos de empresarios e inversores
que les permitían hacer planes, teniendo un conocimiento de los
aspectos energéticos de sus empresas.
Todas las industrias que consumen por encima de un millón de GJ/A (100) deben dar cuenta de su consumo energético y de sus esfuerzos de conservación al Departamento de Energía, que les ayuda a concientizarse de su empleo y de los medios para lograr una mayor eficiencia. También se conceden incentivos en forma de exenciones fiscales del 10 por ciento de las inversiones hechas en nuevas instalaciones que se basen en una fuente energética alternativa a la de los combustibles fósiles. Para conseguir una mayor independencia energética nacional, los organismos se interesan directamente por la investigación y el desarrollo, los servicios de asesoramiento y la forma en que financian y dirigen mediante órganos como el Servicio Forestal, el Departamento de Energía y los gobiernos de los Estados.
De un estudio realizado en 1982 resultaba que los residuos de autogeneración
contribuían a un 80 por ciento (100) de las necesidades energéticas
de los aserraderos, constituyendo la corteza del 10 al 20 por ciento de
dichos residuos. En realidad, actualmente se están aprovechando
al máximo los residuos de aserrío, como combustible, virutas
para pasta o para producción de paneles. Recientemente se han aprobado
leyes federales que permiten que la producción de electricidad por
aserraderos y otros pequeños productores sea adquirida por las compañías
eléctricas de servicio público, fomentando de esa forma un
esfuerzo aún mayor por utilizar los residuos como fuente energética.
se estimula también al sector industrial 4 emprender activamente
medidas de conservación de energía con el fin de mantener
su competitividad en los mercados internacionales. Se ofrecen incentivos
financieros para poder introducir procedimientos y crear instalaciones
de ahorro energético, así como para la investigación
y el desarrollo en esos sectores. A las pequeñas y medianas empresas
se les ofrecen servicios especiales de asesoramiento como parte del programa
de conservación de energía.
En 1982 (100) se tenía acceso a subvenciones, que ascendían
a un 15 por ciento de la inversión total en nuevos proyectos, para
la sustitución del petróleo o la electricidad por gas u otras
fuentes alternativas de energía, así como para la instalación
de instalaciones de recuperación térmica.
c) Habrá que fomentar la cooperación internacional entre las industrias forestales, con la transmisión de tecnologías y su adopción, así como el intercambio de información y de personas directamente relacionadas con el esfuerzo de conservación.
d) Debe establecerse un programa de medidas de conservación de energía a escala nacional, respaldado activamente por todos los departamentos gubernamentales. A los gobernantes del país debe dárseles a conocer completamente las medidas de conservación disponibles con el fin de promover un mayor enlace entre los organismos gubernamentales y no gubernamentales y aquéllos que intervienen directamente en su aplicación
e) El estímulo oficial y el apoyo f inanciero a estudios nacionales que valgan la pena y a trabajos de investigación y desarrollo sobre actividades relacionadas con la energía en la industria forestal, junto con la divulgación de los datos pertinentes, darían lugar a ahorros efectivos de energía.
f) Deberían ampliarse los servicios educacionales existentes y desarrollarse planes de capacitación para mejorar los conocimientos técnicos y teóricos y los métodos en materia de gestión y aplicación de medidas de conservación.
g) Mediante publicidad a escala nacional, seminarios, libros de distribución gratuita y visitas por especialistas en energía a los centros educacionales y a las fábricas de producción, podría llegarse a un reconocimiento y aceleración más amplios de la necesidad de efectuar ahorros energéticos y a comprenderse mejor los medios de que se dispone para aplicar medidas de conservación.
h) Con la participación de asociaciones de fabricantes y de grandes productores de bienes forestales podría constituirse un fondo común de datos y de asesoramiento técnico. Habría que prestar apoyo financiero a las fábricas que deseen contratar consultores sobre asuntos que guarden relación directa con sus esfuerzos de conservación de energía.
Para acelerar la implantación de métodos y la creación de instalaciones de ahorro de energía en la industria de productos forestales, mediante modificaciones de instalaciones e inversiones de capital, a los directores tendría que ofrecérselas incentivos financieros para que mejoren su rendimiento económico a breve plazo y reduzcan los riesgos consiguientes.
j) Dadas las posibilidades de algunas fábricas de productos forestales
de producir energía por encima de sus necesidades con sus propios
residuos, hay que pensar,seriamente en autorizar la venta del excedente
a la red nacional.
- una señal de alerta sobre las tendencias futuras de los precios de la energía y de los suministros, y sus efectos generales en el funcionamiento de las industrias;
- el reconocimiento de la necesidad de medidas de conservación energética y la disposición a aplicar medidas tanto inmediatas como a largo plazo mediante unas inversiones y unas realizaciones bien planificadas;
- una nueva actitud por parte de planificadores, diseñadores, fabricantes de equipo e inversores en cuanto a la necesidad de incorporar aspectos de ahorro energético en nuevos proyectos de inversiones;
- una actitud positiva a la recogida y reutilización de residuos como fuente combustible;
- una reevaluación de los niveles de determinación de los precios de varios productos forestales en relación con su aportación energética, su competitividad comercial y los demás materiales que les hacen competencia.