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Nutrición y desarrollo: Un reto mundial

A pesar de que a nivel mundial se han reducido tanto la proporción como el número absoluto de personas crónicamente desnutridas, el hambre y la malnutrición siguen siendo los problemas más devastadores que aquejan a los pobres del mundo. Se ha estimado que en las regiones en desarrollo el número de personas que padecen desnutrición crónica descendió de 941 millones a 786 millones en un lapso de 20 años. La desnutrición puede ocasionar retrasos en el crecimiento y en el desarrollo, reducir la actividad física, menoscabar la resistencia a las infecciones, acrecentar la morbilidad, y llevar a la invalidez y a la muerte. Por otra parte, las enfermedades diarreas, el sarampión, las infecciones respiratorias agudas la tuberculosis y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) tienen repercusiones importantes sobre el estado nutricional, al igual que la malaria la anquilostomiasis, la ascariasis, la amibiasis y la esquistosomiasis.

Los cuidados y practicas de alimentación adecuados requieren tiempo atención y apoyo Para ayudar a los niños y otras personas que quizá no estén en condiciones de cuidarse solas es necesario utilizar los recursos de manera eficiente La enseñanza nutricional puede constituir un instrumento apropiado y eficaz para prevenir y resolver los problemas nutricionales de hecho en general es posible obtener mejoras en la nutrición proporcionando una adecuada enseñanza a las mujeres.

Aproximadamente dos tercios de la población de los países en desarrollo reside en zonas rurales donde las fuentes directas de alimentos e ingresos son la agricultura la ganadería la pesca y las actividades forestales. Incluso cuando el desarrollo agrícola acentúa el aumento de la producción global, habría que adoptar como metas explícitas el incremento del consumo de las familias pobres y la creación de medios de subsistencia sostenibles a fin de asegurar la obtención de beneficios nutricionales. El nivel de empleo en agricultura puede constituir un factor determinante del bienestar nutricional.

Es posible encontrar soluciones duraderas para los problemas nutricionales mediante esfuerzos concertados por reducir las desigualdades sociales y la pobreza, causa fundamental de la malnutrición. A fin de asegurar la eficacia de las intervenciones en materia de nutrición, es necesario tener en cuenta las políticas generales y sectoriales de desarrollo, ya que es posible que un programa destinado a mejorar la alimentación, la salud o la atención sanitaria, por más que su ejecución sea exitosa, no consiga producir efectos apreciables si el contexto general en que se aplica no es favorable a la nutrición. Tanto los ingresos en divisas como el empleo y el PNB se ven afectados por las barreras al comercio internacional. La liberalización del comercio, especialmente de productos agrícolas, puede tener repercusiones favorables sobre la seguridad alimentaria de los países en desarrollo en su conjunto.

El incremento de los ingresos nacionales está en condiciones de elevar los niveles de vida y el bienestar individual, ya que, al crear una mayor demanda de bienes y servicios y generar más empleos, permite a la población satisfacer sus necesidades de alimentos, atención sanitaria y viviendas seguras e higiénicas. Las políticas económicas que discriminan a la agricultura y a los sectores relacionados con la salud pueden afectar negativamente a la nutrición. A pesar de que los pobres son los que más sufren las consecuencias de los desequilibrios macroeconómicos, es frecuente que deban soportar una parte desproporcionadamente grande del peso del reajuste estructural. Ante estos efectos negativos, puede ser necesario aplicar programas de compensación social (por ejemplo, programas de alimentación suplementaria, ampliación de la atención sanitaria y/o programas de generación de ingresos). Al igual que el crecimiento, la equidad debe ser parte integrante de las estrategias de desarrollo.

Cada país puede formular estrategias y medidas para mejorar la nutrición de acuerdo con sus necesidades recursos y circunstancias particulares. No obstante se han identificado y descrito ciertas esferas de acción comunes para la protección y promoción del bienestar nutricional entre ellas mejorar la seguridad alimentaria familiar proteger a los consumidores aumentando la calidad e inocuidad de los alimentos eliminar las carencias de yodo y vitamina. A y reducir considerablemente la carencia de hierro en el curso del presente decenio promover dietas apropiadas y formas de vida saludables prevenir y curar las enfermedades infecciosas acrecentar la capacidad de los individuos comunidades y naciones para prestar asistencia a las personas necesitadas desde el punto de vista socioeconómico, y nutricionalmente vulnerables y evaluar analizar y vigilar las situaciones relativas a la nutrición.

El compromiso común de los gobiernos las organizaciones no gubernamentales las comunidades locales el sector privado y la comunidad internacional por mejorar el bienestar humano puede ayudar a hacer frente al reto de la nutrición. El estado nutricional de la población debe reconocerse como indicador fundamental del desarrollo Además la tendencia actual hacia una democracia con base popular brinda a la población una ocasión sumamente valiosa de participar plenamente en el proceso de desarrollo y tomar iniciativas destinadas a mejorar su situación nutricional.


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