PROBLEMAS DE ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN
DESNUTRICIÓN (MALNUTRICIÓN) PROTEICO-ENERGÉTICA (DPE)
Síntomas
El término "desnutrición (malnutrición) proteico-energética" es relativamente nuevo, esta condición era anteriormente conocida como "deficiencia proteico-energética o calórica", este término incluye una variedad de condiciones que varía de una situación leve o moderada a una situación severa (marasmo o kwashiorkor). La desnutrición proteico-energética es uno de los problemas nutricionales más importante en los niños en países en desarrollo. Este problema se encuentra también en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, se presenta en los niños que consumen una cantidad insuficiente de alimentos para satisfacer sus necesidades de energía y nutrientes. La deficiencia de energía es la causa principal. La primera manifestación importante de este problema nutricional es una detención del crecimiento (los niños son más pequeños en estatura y tienen un menor peso que otros niños de la misma edad). Este proceso se encuentra frecuentemente agravado por la presencia de infecciones. Los niños que presentan desnutrición proteico-energética tienen menos energía para realizar sus actividades diarias, aprenden con dificultad y presentan baja resistencia a las infecciones.
Causas
La desnutrición proteico-energética (DPE) se presenta con una mayor frecuencia y gravedad en los países que tienen elevados índices de pobreza y de inseguridad alimentaria. Los niños que presentan desnutrición proteico-energética provienen generalmente de familias pobres de las zonas rurales y urbanas, en algunos países existen regiones o comunidades donde la pobreza está muy extendida y este problema puede alcanzar una gran proporción de la población infantil y pre-escolar. Las familias que no disponen de suficientes alimentos durante todo el año para el consumo familiar, ya sea por una insuficiente producción de alimentos (áreas rurales) o por tener muy bajos ingresos (áreas urbanas) son las más susceptibles a la DPE. Otra causa importante, cuando no hay una limitación de recursos en la familia, puede ser el desconocimiento de las bases de una alimentación adecuada y sobre todo de las necesidades particulares de energía y nutrientes que tienen los niños.
Otro aspecto, al cuál se le otorga actualmente gran importancia es el cuidado apropiado que se brinda a los niños por parte de la madre u otro adulto en la familia. Por ejemplo, lo referente a las prácticas de alimentación (el número de comidas diarias de los niños, la distribución de alimentos en la familia, las formas de preparación que faciliten el consumo por parte de los niños, la selección adecuada de los alimentos que se dan al niño cuando se suspende la alimentación al seno).
Otros factores, tales como la falta de agua potable, la escasez de combustible, los utensilios de cocina no apropiados y el poco tiempo disponible para preparar los alimentos de la familia (madre, padre, hijos mayores) afectan el estado de nutrición de los niños. Las infecciones frecuentes que pueden estar causadas por malas condiciones de higiene y de saneamiento ambiental contribuyen también a la presencia de la DPE en los hogares. Por otro lado, los niños con DPE tienen menor resistencia a las infecciones y por esta razón se enferman con mayor facilidad. Por otra parte los niños que están frecuentemente enfermos pueden tener una pérdida de apetito, esto limita aún más el consumo de alimentos, que ya estaban reducido ya sea por una baja disponibilidad de alimentos o por creencias (en algunas culturas) que prohiben el consumo de algunos alimentos.
Grupos a riesgo
Los niños (lactantes y preescolares) son los grupos más vulnerables a la malnutrición. Las mujeres embarazadas y en período de lactancia constituyen otro grupo de riesgo, juntamente con las personas de la tercera edad y aquéllas que están en período de recuperación de algunas enfermedades. La DPE afecta con mayor intensidad a los niños pequeños, sobre todo a partir de los cuatro o seis meses, período en que la leche materna, hasta ese momento alimento exclusivo del niño, es complementada con otros alimentos. El problema puede ser mayor cuando el niño no recibe leche materna o cuando ésta es insuficiente, ya que dependerá mucho del suplemento de la leche que se proveerá al niño, además de las condiciones de higiene y la cantidad. Se debe tener un cuidado especial con los alimentos que se utilicen para el destete (cuando se suspende la lactancia materna), ya que éstos deben proporcionar toda la energía y los nutrientes que se necesitan para el desarrollo y crecimiento normal del niño.
Evaluación
La forma más sencilla para evaluar la prevalencia de DPE en una región o comunidad es mediante el control del peso y la talla de los niños. En muchos países este control es realizado por los servicios de salud, tanto en las regiones como en las comunidades rurales, los niños son pesados periódicamente para conocer la evolución de su estado de nutrición, esta información es registrada en tarjetas o formularios especiales. El control de peso mensual o trimestral (según la edad del niño) es recomendable por la importancia que tiene para detectar problemas de DPE, en los niños menores de cinco años. Los niños con buen estado de salud tienen un aumento de peso y estatura, existen tablas o gráficos especialmente elaborados que presentan los valores normales. Esta información debe ser utilizada para orientar a los padres sobre la situación en la que se encuentra el niño(a), se espera también que se les proporcionen los consejos necesarios en el caso que el crecimiento se encuentre retardado.
En el caso que la unidad de salud no tenga una buena cobertura o el acceso a la comunidad en la que trabaja sea difícil, el trabajador de campo puede ser entrenado en el control de peso y talla por los servicios de salud. Esta información permitirá conocer la situación de nutrición de la comunidad y si el caso lo requiriese, intervenir solicitando a los servicios de salud, u otros, una asistencia especial. Además se podrá programar conjuntamente con la comunidad acciones específicas para mejorar esta situación.
Prevención
La prevención de la desnutrición proteico-energética es mucho más complicada que el control de otras deficiencias nutricionales (como la deficiencia de yodo o vitamina A), porque es el resultado de una multiplicidad de causas. La variedad de causas de la DPE se debe necesariamente enfocar con una diversidad de acciones, éstas requieren el trabajo y esfuerzo conjunto de diversos sectores, además de la participación activa de la comunidad. Programas dirigidos a mejorar la seguridad alimentaria de las familias, la reducción de la pobreza, la promoción de la salud, el saneamiento del medio y otros, tendrán ciertamente un efecto positivo en la reducción de la DPE. Las políticas de alimentación y nutrición y los programas que sean implementados pueden tener un gran efecto en la reducción del DPE, en el caso estos programas y proyectos estén dirigidos a las regiones o comunidades que presenten mayor prevalencia de DPE. Los niveles más elevados de DPE en general coinciden con las áreas de mayor pobreza.
Otro aspecto de mucha importancia es la adecuada información y educación de la población en la mejor utilización de los alimentos existentes, para proporcionar a todos los miembros de la familia los nutrientes y energía necesarios para que se mantengan buenos niveles de salud. Será necesario que la población comprenda que para alcanzar un buen estado de salud, los niños y en general la familia deben tener una alimentación suficiente, variada y sana, que proporcione los nutrientes esenciales: macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales).
DEFICIENCIAS DE MICRONUTRIENTES
Nuestro cuerpo necesita de una variedad de micronutrientes (vitaminas y minerales) los cuales están contenidos en los alimentos y los incorporamos en la alimentación. Cuando la cantidad de vitaminas o minerales que consumidos en la alimentación son insuficientes para cubrir las necesidades del organismo se producen deficiencias nutricionales que son particulares a cada nutriente. Entre las deficiencias de micronutrientes tienen particular importancia aquéllas que afectan a un gran número de personas, éstas son: la anemia por deficiencias de hierro, los desórdenes por la deficiencia de yodo y la deficiencia de vitamina A.
Anemia por deficiencia de hierro
La anemia es uno de los mayores problemas nutricionales causados por un micronutriente y está difundido en todo el mundo. A diferencia de la DPE, la anemia por deficiencia de hierro es un problema que se encuentra tanto en países desarrollados como en desarrollo. Esta deficiencia es causada principalmente por un bajo consumo de alimentos con hierro. Otras causas de la anemia pueden ser las infestaciones por parásitos. El hierro es un mineral importante ya que es necesario para formar los glóbulos rojos y transportar el oxígeno en la sangre.
Las personas anémicas presentan generalmente lengua, labios y mucosas oculares pálidas. La deficiencia de hierro afecta la capacidad de aprendizaje y el comportamiento en los niños, además de disminuir su apetito y crecimiento. Se puede también notar una reducida capacidad para el trabajo o cualquier actividad física y la presencia de cansancio corporal, tanto en niños como en adultos.
Los grupos con mayor riesgo son las mujeres, especialmente durante el período de embarazo o inmediatamente después del parto, mujeres adolescentes y niños pequeños. La anemia por deficiencia de hierro se puede combatir asegurándose que las mujeres y los niños consuman suficientes cantidades de alimentos ricos en hierro como los provenientes de fuentes animales como: hígado, carnes, pescado y otros, así como fuentes vegetales como: leguminosas y vegetales de color verde (acelga, hojas de rábano, de yuca y otras). Los alimentos ricos en vitamina C, tales como cítricos y otros vegetales, favorecen la absorción de hierro mientras que el consumo de té inmediatamente después de las comidas puede reducir la absorción de hierro.
Trastornos por deficiencia de yodo (DDI)
Los problemas relacionados con la deficiencia de yodo son debidos a su bajo consumo en la alimentación, éste es un problema bastante difundido en varios continentes y países y puede ser endémico en algunas regiones. La cantidad de yodo existente en el suelo es muy variable dentro de un país o una región, de manera que la cantidad de yodo presente en los alimentos dependerá mucho del tipo de suelo en el que fueron cultivados. La deficiencia de yodo es muy frecuente sobre todo en zonas montañosas o altiplanicies y aquellas localizadas lejos del mar, debido a que por efecto de lluvias u otros factores, el yodo es transportado a los ríos y en algunos casos al mar, por este motivo esta deficiencia aparece raramente en las áreas costeras y tiene una mayor prevalencia en las áreas montañosas.
La falta de yodo produce el bocio, que es un crecimiento (engrosamiento) de la glándula tiroides, localizada en la parte anterior del cuello. Esta glándula necesita yodo para la producción de hormonas que son vitales para el metabolismo (procesos químicos realizados en el organismo) y el crecimiento. En las regiones o comunidades donde el bocio es endémico un gran número de personas presentan este problema, pudiendo observarse diversos tamaños de engrosamiento de la tiroides, incluyendo bocios de grandes proporciones. Esta deficiencia es más frecuente en las mujeres, especialmente durante la pubertad y el embarazo. En áreas donde la deficiencia de yodo es elevada además del bocio el cretinismo puede ser endémico. El cretinismo (que puede incluir retardo mental, sordomudez, bajo crecimiento) se inicia en la primera infancia ya que la mujer que tiene deficiencia de yodo durante el embarazo puede generar un niño cretino. Estos niños que parecen normales al nacimiento, presentan retardo en su crecimiento y desarrollo y dificultad para aprender, pueden también presentar un severo retardo mental y sordomudez.
Fuentes principales de yodo son los productos del mar como: mariscos, pescados y algas marinas, estos alimentos por lo general no son accesibles (por su costo o disponibilidad) a las poblaciones donde la deficiencia de yodo es elevada. Como medida de prevención de los desórdenes de la deficiencia de yodo es necesario añadir este elemento ya sea a la sal o al agua. En muchos países se han desarrollado programas para la utilización de sal yodada, entre los cuales los países de América Latina y el Caribe, en los cuales la deficiencia de yodo es elevada. En muchos países como Perú, Ecuador, Bolivia, Guatemala y otros, estos programas tuvieron mucho éxito en reducir los DDI. Estos programas están dirigidos principalmente a la producción y promoción del consumo de sal yodada, pero debe advertirse que es necesario un seguimiento y control continuos para que el consumo de sal yodada y su calidad se mantengan en la población. A pesar de existir esta solución de bajo costo y sencilla para controlar la deficiencia de yodo, como es el uso de sal yodada, existen aún grandes grupos de población en países en desarrollo donde el bocio y el cretinismo están aún presentes, donde será necesario una sensibilización a nivel de los responsables de la planificación de políticas de salud y nutrición para que en los próximos años este problema sea controlado.
Deficiencia de vitamina A (VAD)
La deficiencia de vitamina A es uno de los problemas nutricionales que afecta a grupos de población tanto urbana como rural en América Latina y en el Caribe. Esta deficiencia denominada xeroftalmia (sequedad en los ojos) produce problemas relacionados con la vista, como la ceguera nocturna (dificultad de ver en la oscuridad) y cuando la deficiencia es más grave se presentan daños oculares que pueden provocar la ceguera permanente. Esta situación combinada con infecciones (como sarampión, varicela y diarreas) se agrava y puede llegar hasta la muerte. La deficiencia de vitamina A se presenta cuando se consume una alimentación monótona (alimentos poco variados) y pobre en alimentos fuentes de vitamina A, además de muy poca cantidad de grasas o aceites que favorecen la absorción de esta vitamina. Este tipo de alimentación es frecuente en grupos de población de escasos recursos económicos y se caracteriza por: inseguridad alimentaria, bajos niveles de educación, baja atención de los servicios de salud, malas condiciones de saneamiento (calidad del agua, disposición de excretas), frecuentes episodios de enfermedades infecciosas y parasitarias, marginalidad, etc. La deficiencia de vitamina A puede estar también relacionada o presente en niños con malnutrición proteico-energética.
La mejor manera de prevenir la deficiencia de vitamina A es la de promover el consumo de una alimentación variada, aumentar la producción (en áreas rurales) y el consumo (tanto en áreas rurales como urbanas) de alimentos ricos en esta vitamina. Las fuentes más importantes son de origen vegetal, como: vegetales de hojas verdes (acelga, espinaca, hojas de nabo, de rábano, de yuca y otras hojas verdes), vegetales de color amarillo (zanahoria, zapallo y otros), frutas, como: papaya, mango y otras; o de origen animal: hígado, huevo, leche, mantequilla y otros productos lácteos. Para los niños en período de lactancia, la leche materna es la única fuente de vitamina A (durante los primeros meses de vida), por esta razón las madres lactantes deben consumir una mayor cantidad de alimentos ricos en vitamina A.