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Tendencias de la producción

Durante los dos últimos decenios la superficie mundial de sorgo ha permanecido estable en torno a los 38 millones de hectáreas (Cuadro 1). En los años ochenta se registró un incremento de la producción y el rendimiento ligeramente superior al 10 por ciento, pero desde entonces no ha experimentado modificaciones. En la actualidad, la producción asciende a unos 28 millones de toneladas y el rendimiento medio es de 0, 75 t/ha. Sin embargo, la tendencia presenta importantes diferencias a nivel regional, en particular entre los dos productores principales, Asia y Africa (Figs. 3, 4 y 5).

Los países en desarrollo

En Asia, la superficie destinada al mijo disminuyó un 2, 4 por ciento anual entre 1979 y 1994, pasando de 23 a 17 millones de hectáreas (cuadros 1 y 2). No obstante, ese descenso se compensó en parte con el aumento del rendimiento de un 1, 5 por ciento anual. En los tres últimos decenios, los rendimientos se han duplicado en China (figuran ahora entre los más elevados del mundo) y han aumentado más del 50 por ciento en la India. La causa principal de este progreso hay que buscarla en el éxito de la investigación sobre el mejoramiento y la amplia difusión de variedades híbridas del mijo perla en la India y de variedades de mijo de cola de zorra de polinización libre en China.

Los cambios de política que se han acometido en China han influido notablemente en la tendencia de la producción en Asia. La economía del mijo, sometida a contingentes de producción y a la fijación de los precios al productor y al consumidor por parte del Estado, fue liberalizada totalmente en 1987. Ello permitió a los agricultores producir cultivos más rentables y dar respuesta a las nuevas preferencias de los consumidores. En ese proceso, la superficie del mijo pasó de 2, 3 millones de hectáreas en el período 1989-91 a 1, 9 millones en 1992-94. La producción actual sólo es la mitad de la cota máxima, que se alcanzó a mediados de los años ochenta. De hecho, como consecuencia del descenso de la producción, el gobierno ha interrumpido la compra de mijo.

Africa es la única región en la que está aumentando la producción de mijo, que ha pasado de 8 a más de 11 millones de toneladas entre los años 1979-81 y 1992-94 (Cuadro 1). Sin embargo, el grueso de ese incremento se registró en la primera mitad del decenio de 1980 y desde entonces se ha sustentado en el incremento de la superficie sembrada, fundamentalmente en el Sahel y en menor medida en otros países. En muchos países de Africa, los rendimientos se han estancado o han disminuido (cuadros 1 y 2), debido en parte a que la expansión ha tenido lugar en zonas de suelos pobres y precipitaciones escasas e irregulares. En conjunto, la producción ha aumentado a un ritmo ligeramente mayor que la población; la producción per cápita ha crecido el 0, 6 por ciento anual entre 1979 y 1994. Probablemente, está situación no tardará en cambiar. En un cierto número de países, los niveles de consumo de este alimento básico esencial no se han modificado durante el período de expansión de la superficie cultivada, pese a lo cual la mayor parte de las zonas productoras de mijo continúan viviendo una situación de inseguridad alimentaria. Dado que la escasez de tierra es cada vez más marcada, es indispensable aumentar la productividad para garantizar cuando menos una seguridad alimentaria mínima.

Figura 3. Tendencias mundiales de la producción de mijo, 1979-94.

Figura 4. Tendencias mundiales dedicada al cultivo del mijo, 1979-94.

Figura 5. Tendencias mundiales del rendimiento del mijo, 1979-94 (promedio móvil sobre 3 años).

Cuadro 2. Tasas de crecimiento del mijo, 1979-94.


Superficie (%/año)

Rendimiento (%/año)

Producción (%/año)

Producción per cápita (%/año)

Países en desarrollo

0,3

0,4

0,6

-1,4

Africa

4,1

-0,6

3,4

0,6


 

Norte de Africa

2,7

-2,7

-0,1

-2,6


Sudán

2,7

-2,7

-0,2

-2,5

Africa occidental

4,7

-0,4

4,2

1,2


 

Burkina Faso

3,8

2,0

5,9

3,0

Ghana

0,7

3,0

3,7

0,4

Côte d'Ivoire

2,6

2,5

5,2

1,3

Malí

5,1

-1,0

4,0

2,3

Níger

3,9

-1,0

2,8

-1,3

Nigeria

7,7

-2,3

5,2

2,2

Senegal

0,1

1,4

1,5

-1,4

Togo

3,5

-1,5

1,9

-1,2

Africa central

3,6

-1,3

2,3

0,0


 

Camerún

-6,1

3,3

-3,0

-5,8

Chad

5,4

-0,5

4,8

2,0

Africa oriental

0,5

-0,1

0,4

-2,4


 

Etiopía

1,1

0,8

1,8

-1,0

Kenya

3,7

-2,4

1,2

-2,3

Tanzania

-2,0

-2,4

-4,4

-7,3

Uganda

2,3

0,5

2,8

-0,5

Zimbabwe

-1,6

-2,6

-4,2

-7,2

Africa austral

5,9

-4,5

1,1

-1,8

Asia

-2,4

1,5

-0,9

-2,8


 

Cercano Oriente

-2,0

-3,1

-5,0

-7,7

Lejano Oriente

-2,4

1,5

-0,9

-2,7


 

China

-6,1

1,8

-4,5

-5,8

India

-1,8

2,7

0,9

-1,2

Myanmar

0,5

1,5

2,0

-0,2

Nepal

4,6

1,5

6,2

3,5

Pakistán

-1,8

-1,2

-3,0

-6,3

América Central y el Caribe

0,0

0,0

0,0

0,0

América del Sur

-12,5

2,3

-10,5

-12,2



Argentina

-12,5

2,3

-10,5

-11,8

Países desarrollados

-0,3

0,4

0,1

-0,9


 

Australia

0,6

-0,5

0,2

-1,3

Estados Unidos

4,3

-0,1

4,3

3,3

CEI1

-0,6

0,2

-0,3

-2,0

Total mundial

0,3

0,4

0,7

-1,1

1. Hasta 1991, superficie de la ex URSS.
Fuente: FAO

Los países desarrollados

Entre los países desarrollados el único productor de cierta importancia es la CEI (Cuadro 1). En los años ochenta, estos países experimentaron un importante aumento de la producción gracias al notable incremento de la productividad (que pasó de 0, 63 a 0, 86 t/ha entre 1979-81 y 1989-91). Sin embargo, la evolución posterior fue similar a la de China. En la Federación de Rusia, por ejemplo, los niveles de producción se sustentaban en unos precios que no guardaban relación con los costos de producción y estaban determinados por contingentes de producción establecidos por el Gobierno. Cuando se suprimió la fijación de los precios y se abolieron los contingentes, el mercado se hundió. Entonces, en la superficie dedicada al cultivo del mijo se plantaron trigo y otros cereales y la producción de mijo cayó de 2, 3 millones de toneladas en 1989 a 482 000 en 1994. Tradicionalmente, Kazajstán producía mijo para exportarlo a otras regiones de la ex URSS. Cuando desapareció este comercio a comienzos de los años noventa, como consecuencia del descenso de la demanda, la producción experimentó un sensible descenso, de un millón a 300 000 toneladas anuales.

Factores que dificultan la producción

En el mundo en desarrollo, particularmente en Africa, una multiplicidad de factores dificulta la producción de mijo. Entre ellos cabe mencionar la escasa fertilidad del suelo, la escasez e irregularidad de las precipitaciones, las elevadas temperaturas, la infestación generalizada de Striga, la enfermedad del mildiu del sorgo y la pérdida de grano por los ataques de las aves.

La presión demográfica ha llevado a acortar los períodos de barbecho, lo cual ha acelerado la disminución de la fertilidad del suelo. Este proceso ha impulsado también la expansión del mijo hacia tierras más marginales. La consecuencia de todo ello es el descenso de los rendimientos del mijo en los principales países productores de Africa (Níger, Malí y Nigeria) a lo largo de los últimos quince años. Esta tendencia se manifiesta también en los entornos de Asia en los que el mijo se cultiva en condiciones más extremas (por ejemplo en el Rajasthan occidental en la India).

Por otra parte, el mijo se cultiva en unidades de producción reducidas y fragmentadas y se intercala con otros cultivos (por lo general leguminosas y en ocasiones sorgo o maíz). Debido a la inseguridad de las precipitaciones, la utilización de insumos como los fertilizantes químicos, los plaguicidas y la mano de obra contratada, es mínima, y la escasa demanda comercial desincentiva el uso de insumos adquiridos.

El mejoramiento es más difícil en el mijo que en los restantes cultivos, en gran parte por la naturaleza del medio en el que se cultiva (véase la sección en la que se estudia el cambio tecnológico). Los programas nacionales de mejoramiento del mijo se iniciaron mucho más tarde y fueron siempre menos intensos que los de muchos otros cultivos. En la mayor parte de los países, los presupuestos para la investigación sobre el mejoramiento del mijo son muy bajos y, además, en los países desarrollados no se ha adquirido apenas experiencia alguna sobre esta cuestión que pueda transferirse a los países en desarrollo, tal como se ha hecho en el caso del trigo y del maíz. Entre los diferentes tipos de mijo, solamente el mijo perla, y en escasa medida el mijo coracán, han sido objeto de investigación a nivel internacional. Cuando se han desarrollado nuevas tecnologías de ordenación del cultivo y de los recursos, su introducción ha sido escasa, en parte por la carencia de una tarea adecuada de extensión, pero también porque en un medio difícil, los agricultores se muestran menos dispuestos a asumir riesgos que los campesinos de otros entornos más favorables. El beneficio derivado de la inversión de mano de obra y capital en la producción de mijo es menor que el que reportan esas inversiones en otras iniciativas agrícolas y no agrícolas. Es posible, además, que muchas de las nuevas tecnologías no se adapten adecuadamente a las circunstancias de los agricultores, caracterizadas por una gran limitación de recursos.

Mejora de variedades

Tradicionalmente, los programas de selección de híbridos se han desarrollado en un medio relativamente favorable, aunque incluso en ese caso es un entorno más difícil que el de la mayor parte de los restantes cultivos. En la India y en los Estados Unidos se han obtenido cultivares híbridos de mijo perla, pero los mejores resultados se consiguen en zonas donde las precipitaciones son seguras. En los lugares más áridos con lluvias más irregulares, es mucho más difícil y lleva mucho más tiempo a los mejoradores identificar combinaciones de doble finalidad (grano/paja) que sean superiores en una gama variada de condiciones de crecimiento. Para esas zonas, los mejoradores se han concentrado en la obtención de variedades de polinización libre que producen rendimientos estables de grano y paja y se adaptan al régimen de lluvias existente, en lugar de intentar maximizar el potencial de rendimiento en condiciones más favorables.

Los rendimientos de grano de los cultivares mejorados, cultivados con un volumen de insumos de bajo a moderado, pueden superar a los de las variedades locales en un 20 por ciento. Una ventaja aún más importante es que alcanzan antes la maduración y, por tanto, dan mejores resultados en condiciones de sequía extrema. No obstante, la introducción de variedades mejoradas sigue siendo escasa, salvo en algunos países como China (mijo de cola de zorra), la CEI (mijo proso), la India (mijo perla) y los Estados Unidos (mijo proso, mijo de cola de zorra y mijo perla). Por ejemplo, en el Níger, que es el cuarto productor mundial, las variedades mejoradas sólo ocupan el 5 por ciento de la superficie cultivada, en parte porque el sistema de multiplicación y distribución de semillas es deficiente.


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